¿Doctor honoris causa? ¡Ja ja ja! Tardó bastante años en terminar la carrera de derecho, de inepto que era, y en una ocasión uno de sus ministros le espetó: "Pero, Adolfo, léete alguna vez un libro, que no muerden". Desde luego no destacó por su cultura.
Menuda sarta de disparates: que si hoy en día hay universidades católicas es por Adolfo Suárez, que si la constitución nos ha traído el mayor tiempo de paz (yo pensaba que cuando llegó él ya hacía cuatro décadas que había terminado la guerra)...
Fue un político mediocre donde los haya. No merece homenaje alguno. Eso sí, no estará de más hacer alguna oración por su alma, que buena falta le hará sin duda alguna.
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