ESPAÑA SIN CULTURA Y BARBARIZADA (SEGUNDA PARTE)
El concepto "cultura" es uno de los más resbaladizos. En su propia ambigüedad radica que todo género de inútiles sociales puedan refugiarse bajo la cobertura de un presunto quehacer cultural o artístico.
Si al menos tuvieran la decencia de vivir de su arte o de su tarea cultural, sin reclamar subvenciones, nos harían un gran favor a todos. Pero no es así. No puede ser así. Por naturaleza un parásito no puede hacerle a su víctima el favor de no vampirizarla, pues de hacerlo el parásito comprometería su mismo futuro. Las sanguijuelas de los presupuestos culturales se acoplan a las arcas públicas, como unas lapas, para seguir chupando la sangre de eso que eufemísticamente llaman "sociedad". Pues llamándole así -la "sociedad"- es como cuentan de antemano con nuestra pasividad. Denominándole a su fuente de ingresos así es como nos callan que, en verdad, viven de todos y cada uno de nosotros.
Pero ¿es cierto que "hacen" cultura? ¿es verdad que "hacen" arte?
Sería más fácil responder si contáramos con una definición de cultura. ¿Qué es "cultura"? En un sentido muy amplio, vamos a aceptar en un principio la definición que aporta Nietzsche:
"Una cultura es ante todo una unidad de estilo artístico en todas las manifestaciones vitales de un pueblo".
(Consideraciones Intempestivas, "David Strauss, el confesor y el escritor").
No vamos a diseccionar la definición que le pedimos prestada a Nietzsche. De ella podríamos decir muchas cosas. Sobre todo, no entremos en disquisiciones sobre lo que es un "estilo artístico". Pero, démosla por buena.
Y ahora, sabiendo que una cultura es, como mínimo, "una unidad de estilo artístico en todas las manifestaciones vitales de un pueblo", preguntémonos:
¿Esos vividores de la cultura, subvencionados por todos los que formamos la "sociedad", contribuyen a dar una "unidad de estilo" a las manifestaciones del pueblo del que viven? Y, si están creando una "unidad de estilo"... ¿es admisible esa "unidad de estilo" que están conformando? No olvidemos tampoco "manifestaciones vitales de un pueblo". Lo de "vitales" es fundamental. En las manifestaciones de un pueblo, el pueblo se juega nada más y nada menos que su identidad, su propio ser, su legítimo estar: arriesga, en esas manifestaciones, la misma vida.
En el caso remoto de que esa farándula, tan mimada por el Estado, estuviera dotando al pueblo español de una "unidad de estilo", cosa más que discutible desde el momento en que preconizan la multiculturalidad y, tan contentos, ponen ladrillos para hacer la Torre de Babel, en ese caso hipotético: ¿es esa "unidad de estilo" algo que traiga alguna ventaja a nuestro pueblo? ¿Esa combinación de elementos tan diversos y exóticos con la que juegan (desde el fular palestino que prolifera, hasta la camiseta del Che Guevara, o la estatuilla del orondo Buda) no es más bien, preguntamos, la "liquidación" de nuestra cultura y, por ende, poner a nuestro pueblo en vías de extinción?
Los artistas e intelectuales que pertenezcan a un "mundo cultural" que se justifica, promociona o incluso se autodenomina "multicultural" son artífices de algo que no es una cultura, sino de algo que, en virtud de su multiplicidad, niega la posibilidad de cualquier "cultura española".
Luego... Son cualquier cosa que ustedes me quieran decir: parásitos, vivales oportunistas o, incluso, cómplices de la destrucción de nuestro pueblo y su cultura. Pero, nunca serán "cultura española".
Maestro Gelimer
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
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