Argumento.- Sección 1
5. Para poder distinguir la condición artificial conocida como “depresión industrial” de los hechos físicos subyacentes, es quizá deseable inspeccionar la posición física de la industria. Se admitirá que el objetivo ostensible de la industria es la producción para el uso de bienes y servicios hasta la extensión que se considere posible por el progreso de las artes industriales. Los factores físicos en la consecución de ese objetivo consisten en las comúnmente llamadas materias primas, que pueden ser razonablemente definidas como materiales en estado en estado en el cual son encontrados en la naturaleza, la aplicación a estas materias primas de un proceso que implica, en un amplio sentido, herramientas, y, en tercer lugar, el gasto de energía. La característica distintiva de los siglos XIX y XX es el rápido avance del proceso unido al rendimiento disponible de grandes cantidades de energía, que pueden ser consideradas como derivadas del sol, a través de los varios agentes del carbón, petróleo, vapor, etc. Parece ser razonablemente cierto decir que para un proceso dado el nivel de producción es proporcionado al nivel de uso de la energía, y en gran extensión es indiferente si esta energía es muscular o es aplicada por máquinas. Los efectos físicos de estos factores por tanto han sido los de incrementar el nivel de la producción de un artículo dado por unidad humana de trabajo.
Por ejemplo, el nivel de producción de barras de hierro es tres veces mayor por hombre empleado a como era en 1914. Un trabajador usando máquinas automáticas puede hacer 4000 botellas de cristal en el mismo tiempo en el que podía haber hecho 100 a mano 25 años antes. En 1919 el índice de producción fabril (tomando 1914 como 100) era 147 y el índice de empleo en las fábricas era 129. Para 1927 la producción había aumentado a 170, pero el empleo había bajado a 115. En 1928 los granjeros americanos estaban utilizando 45000 máquinas cosechadoras y trilladoras, y con ellas habían desplazado a 130000 manos granjeras. En automóviles, la producción por hombre se ha incrementado hasta un 310%, un incremento del 210%.
6. Probablemente se admitirá que la potencia y voluntad para producir están suficientemente probados en las anteriores consideraciones. No podría sostenerse seriamente que la voluntad psicológica de comprar no existe, y parece más allá de toda disputa, por tanto, que la razón de que no tenga lugar el uso de toda la potencia de capacidad para producir del sistema industrial, es porque hay una falta de dinero necesario para pagar los precios demandados. En una sección posterior nos proponemos probar que bajo el sistema financiero existente el público general no puede en ningún momento adquirir por compara toda la producción, pero mientras esto es así, y la
proporción de un volumen dado de producción que el público
puede comprar está probablemente fijado por el sistema,
el volumen total de la producción está casi ciertamente gobernado por la política financiera.
7. Para poder fijar la responsabilidad por esta política es, quizá, sólo necesario citar un reciente discurso de Mr. Montagu Norman, gobernador del Banco de Inglaterra, tal como aparece en el “Times” del 21 de Marzo de 1930. Un orador anterior, Mr. Hargraves había dicho, “Ellos sostenían la hegemonía en la finanza, en lo que a esta nación concierne, y él pensó que podía decir, considerando la forma en que ellos eran considerados en las naciones extranjeras, que ellos también sostenían la hegemonía del mundo”. Mr. Montagu Norman comentó, “Él tenía mucho gusto de advertir lo que Mr. Hargraves había dicho sobre la hegemonía en un lugar y en otro. Él creía que ere ampliamente cierto, en lo que a Ultramar se refiere, y si ello era cierto, era ampliamente el resultado del trabajo que el Banco había dedicado, primero de todo a la estabilización de Europa, y en segundo lugar a las relaciones entre los bancos centrales, que fue originariamente promovida en Génova” (N.T. Se refiere a la Conferencia de Génova de 1922, en la que, entre otros asuntos, se pusieron las bases para la posterior creación en la Conferencia de La Haya de 1930 del Banco de Pagos Internacionales, más conocido como el Banco Central de los bancos centrales, todavía hoy en día en pleno funcionamiento). En esta conexión es de una importancia práctica, en relación de las dificultades de obtener un cambio en el sistema financiero mismo, notar que los portavoces de la finanza ortodoxa parecen asumir la posición de árbitros y protagonistas de la moral, tanto individual como internacional.
8. Alguna indicación del efecto práctico de la admitida hegemonía de la Finanza y su interpretación de sus funciones puede conseguirse mediante una consideración de los resultados de algunas de sus actividades en el período de la posguerra, y pueden ser de ayuda. Antes de su subyugación por el Comité Financiero de la Liga de las Naciones, la siguiente descripción de los asuntos en Austria, tomado de “Después de la Guerra” del Coronel Repington, es paradigmática.
“Estoy muy impresionado de estudiar los papeles de Austria. Ellos parecen separados e indiferentes respecto a los asuntos extranjeros, pero están repletos a todos los niveles de todo tipo de nuevas y extensas industrias floreciendo, y conté 23 páginas de anuncios comerciales en el dominical “Neue Freie Presse”. Leo y escucho de todo tipo de antiguas industrias extendiéndose y de algunas nuevas abiertas. Nueva maquinaria es empleada, y en las granjas las existencias están siendo compradas y los edificios de las granjas mejorados por los ricos campesinos que prosperaron en la guerra. Desde la Alta y la Baja Austria, Styria y el Tirol es en todos la misma historia de nuevos desarrollos, y lo que realmente está en marcha es un esfuerzo por hacer la nueva Austria menos dependientes de sus vecinos, y menos forzado de comprar afuera en mercados hechos terriblemente caros por el cambio. Encuentro que dos terceras partes del déficit austriaco es debido a los subsidios de alimentos, principalmente pan. Una rebanada de 1260 gramos es ahora vendida por 9 coronas, pero cuesta 60 coronas al Estado. Incluso a un Rotschild se le paga, por tanto, 51 coronas por el Estado por cada rebanada que coma”.
Después de la “estabilización” financiera de Austria, el corresponsal del “Observer”, escribiendo el 15 de Febrero de 1925, declara “Es lamentable que la nueva ola de depresión haya barrido Viena, hasta el extremo de causar 149 casos de suicidio durante el pasado mes”.
El “New Republic” de Nueva York en su número del 3 de Diciembre de 1924, declara: “La Liga de las Naciones en su última reunión impuso severas restricciones (financieras) sobre el Gobierno austriaco. Estas circunstancias han hecho que las condiciones de vida empeoren más que en cualquier otro tiempo desde el colapso tras el Armisticio” (N.T. Como dijimos, cualquier parecido con la situación actual en Las Españas no es mera coincidencia. Cámbiese la Liga de las Naciones por la Troika –Banco Central Europeo, FMI y Comisión Europea- y la situación es idéntica, con el beneplácito del gobierno de ocupación actual, sucesor de los anteriores gobiernos juancarlistas revolucionarios. Huelga decir que la misma situación se dio con los sucesivos Planes de Estabilización (1959-1963) y de Desarrollo (1964-1967, 1968-1971 y 1972-1975) a los que fueron sometidas Las Españas bajos las órdenes del FMI, del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento –más conocido como Banco Mundial-y de la Organización Europea para la Cooperación Económica, una vez que Franco decidió integrar al pueblo español en estos Organismos Internacionales en 1958 –previamente ya nos había integrado desde 1950 en otras Organizaciones igualmente contrarias a los intereses cristianos de los españoles y de la comunidad internacional (OMS, UNESCO, ONU, etc...). Ni siquiera los sucesivos gobiernos revolucionarios -encabezados por los respectivos intrusos monárquicos que los capitaneaban- desde 1833 hasta la Cruzada de 1936 habían llegado a tal grado de abyección sumisa y pérdida de la potestad política-económica-financiera en beneficio de las Organizaciones Mundialistas anticristianas antes referidas. Aunque, mejor dicho, también podríamos hablar de una misma abyección, pues la misma sumisión a poderes extranjeros que aquellos gobiernos revolucionarios anteriores a la Cruzada establecieron de hecho, fue consagrada legalmente de derecho por los gobiernos revolucionarios franquistas-juancarlistas posteriores a la Cruzada).
9. Por otro lado en Francia, que era físicamente la que más severamente sufrió por la guerra, no hay desempleo, y no ha habido ningún serio intento de deflación.
Si tenemos que juzgar por tales libros como el de Monsieur Chastenet, “The Bankers Republic”, la finanza francesa está libre de un excesivo purismo y de cualquier presunción de liderazgo moral. A pesar de esto, sin embargo, la situación industrial es, hay que reconocerlo, mejor en Francia que este país, y lo que es quizá igualmente importante, la planta de Francia se ha modernizado en una mayor extensión de lo que ha sido posible en Inglaterra en estos tiempos de restricción.
10. Las curvas marcadas “Exhibición A” adjunta a esta sección, indican el efecto empresarial y psicológico en Gran Bretaña de la política que se ha seguido. Durante el período cubierto por la curva, en que las bancarrotas han subido de 900 por año hasta cerca de 7000 por año, y los suicidios se han incrementado por todo el Reino en un 67% por año, y en Escocia en un 100%, cada gran banco en Gran Bretaña ha mantenido o incrementado su dividendo, ha expandido enormemente sus oficinas, y ha colocado grandes sumas en sus reservas visibles, y creado unas todavía más grandes reservas invisibles, y esto a pesar de las enormes pérdidas que alegan haber tenido respecto a los préstamos a las industrias (N.T. Si se hace un estudio similar con los grandes bancos comerciales y de inversión indígenas –es decir, con la matriz domiciliada legalmente en territorio español, pues me niego a denominarlos bancos españoles- y extranjeros que operan en Las Españas, se observará la misma situación descrita por Douglas para los bancos de su país de su tiempo).
[Ver gráfico en la página 5 de este enlace]
Durante el mismo periodo de tiempo la mayor proporción de los mayores negocios industriales han pasado de la posesión de aquéllos que originariamente las iniciaron y financiaron al control de los bancos y entidades hipotecarias (N.T. Véase nota anterior y aplíquese el mismo razonamiento a la situación actual).
Parecería un comentario de alguna forma remarcable en esta situación que el portavoz del Banco de Inglaterra, lejos de expresar cualquier disculpa, parece considerar los resultados obtenidos como siendo propios de un asunto por el que pudiera autofelicitarse.
Considerando la política seguida por esa institución y su obvia subordinación a la Reserva Federal de los EEUU, es difícil evitar la conclusión de que se ha puesto bajo el control de influencias definitivamente hostiles a la continuada influencia de Gran Bretaña y (posiblemente bajo la cobertura de esquemas paranoicos para una reorganización mundial sobre base financiera) ha sido un agente principal en la desmoralización industrial y desilusión social que son ahora generales (N.T. Douglas se deja llevar por el nacionalismo con eso de “la continuada influencia de Gran Bretaña”, como si esta influencia (nacida del desmantelamiento provisional de Las Españas –Dios quiera que termine pronto esta situación meramente temporal- y del triunfo orgánico de la Revolución en la Francia nominalmente cristiana -cuyos Reyes ya le habían preparado bien el terreno desde Felipe El Hermoso- en el primer tercio del XIX, gracias a la Internacional Masónica, subsidiaria de la Internacional Financiera Judía, que accidentalmente quiso tener su sede principal en Londres hasta la I Guerra Mundial, en que decidió trasladarse a Nueva York para desde allí pretender dirigir la política internacional) hubiera sido beneficiosa para la comunidad internacional. De todas formas el propio Douglas se ve obligado, honradamente, a reconocer en otros escritos suyos el carácter artificial en su origen y nocivo en sus efectos de esta influencia de la Inglaterra revolucionaria anticivilizadora, actualmente ejercida por su retoño, el Estado artificial de los EEUU).
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