España, víctima, una vez más, de la usura
Recientemente, el diario
The Wall Street Journal ha publicado un informe de la gestora
Carmel Asset Management en el que, sin ningún pudor, afirman la conveniencia para estos (y otros) especuladores del hundimiento de España para así poder enriquecerse gracias a una de sus muchas triquiñuelas financieras. En este caso, a través de los
Credit Default Swaps o
CDS.
Para los lectores que desconozcan qué son estos instrumentos financieros, les daremos una breve explicación.
Los CDS son los instrumentos más modernos de Wall Street y constituyen, en su forma más simple, un contrato bilateral entre un comprador y un vendedor de protección. En este contrato el comprador se compromete a realizar una serie de pagos en el tiempo (primas) y el vendedor se compromete a cubrir parte, o el total, del crédito asegurado en caso de que éste no sea cancelado. Los CDS se utilizan en el aseguramiento de grandes corporaciones, paquetes de referencia crediticia (CDO) o en el aseguramiento de los bonos de deuda soberana, y se dieron a conocer tras el estallido de la crisis subprime. Su monto mínimo de operación es de 10 millones de dólares. Pueden ser a 1 año, 2, 3, 5 años o 10 años; pero también se aplican a plazos más cortos.
Los contratos de CDS han sido comparados con los seguros porque el comprador paga una prima y a cambio recibe una suma de dinero si la causa de impago especificado en el contrato se produce. Sin embargo, existen diferencias importantes con los seguros, de las cuales las más relevantes son que el vendedor no requiere ningún tipo de regulación, y que no está obligado a mantener ningún tipo de reserva para pagar a los compradores. Además, mientras el contrato de un seguro ofrece una indemnización por las pérdidas efectivamente producidas por el titular de la póliza (incendio, robo, accidente de tránsito), los CDS establecen un pago similar a los titulares, sin que exista ninguna pérdida real para ellos.
Estas características de los CDS son las que permiten a los inversores asegurar el riesgo de sus operaciones; pero también especular sobre la calidad crediticia de la entidad o del paquete de títulos. Es decir, se apuesta por una ventanilla comprando paquetes de inversiones, obligaciones de deuda colateralizada (CDO) o paquetes de deuda soberana, y por la otra ventanilla se adquieren los segurosCDS en caso de que la operación fracase. Esto fue así con las hipotecas subprime, como las de Fannie Mae y Freddie Mac, donde los grandes bancos, junto a la compra de los paquetes de valores con respaldo hipotecario (Mortgage Backed Security, MBS), u obligaciones de deuda colateralizada (CDO), los aseguraban con CDS. De esta forma ganaban por la vía normal (el pago de intereses) y también ganaban por la vía de impago (el cobro del CDS, o seguro de incumplimiento) cuando el negocio fracasaba. Por esta razón los CDS, si bien existen desde 1990, sólo se dieron a conocer tras el colapso de las hipotecas subprime, el año 2008.
Pues bien. Estos tipejos se jactan de sus posibles ganancias (hasta un 300%) si España se hunde.
Mientras, nuestro gobierno (de ocupación) calla. Y calla porque sus miembros, como buenos cipayos del nuevo orden mundial, no hacen sino lo que les ordena la banca, la Unión Europea y demás instituciones bajo las que nos han sometido.
Calla también el pobre pueblo español. Un pueblo adiestrado para no pensar; y en el extraño caso de que eso ocurra, para mirar hacia otro lado. Al fin y al cabo, siempre nos quedará el fútbol…
A continuación les dejamos el enlace del citado informe
Informe de Carmel: The Pain in Spain
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