La base para el crédito financiero
por Wally Klinck
Existen dos formas de crédito, a saber, “crédito real” (la capacidad para suministrar bienes y servicios cuando y donde sean requeridos) y “crédito financiero” (la capacidad para suministrar dinero cuando y donde sea requerido). Debería existir una equivalencia entre el crédito real y el financiero. Cualquier cosa físicamente posible, si es deseada, debería hacerse financieramente posible. La base del crédito financiero debería ser, por tanto, el potencial de una sociedad para suministrar bienes y servicios.
El fin de una economía no es crear empleo sino suministra bienes y servicios con la máxima eficiencia y la mínima aportación física, ya sea humana o de cualquier otro tipo. Esto es, el fin de la producción es el consumo, y no crear trabajo. El dinero debería ser emitido en la medida en que sea requerido para la producción, y cancelado al ritmo del consumo físico.
Bajo las modernas condiciones, el creciente despliegue de capital para la producción reduce la relativa necesidad de aportación humana. Esto crea dos grande problemas: 1) en la medida en que los ingresos se hacen depender únicamente del empleo, los desempleados no tienen acceso a los bienes de consumo excepto vía transferencia de pagos por desempleo, y 2) el factor capital en los precios en realidad da lugar a que el ritmo de flujo de costes financieros y precios exceda progresivamente el ritmo de flujo de ingresos efectivos del consumidor en cualquier ciclo de producción dado.
Esta “brecha” entre precios mínimos e ingresos es “cerrada” por una continua expansión de préstamos bancarios que se acumulan, exponencialmente, como deuda no devuelta. Esta expansión de deuda, sin embargo, no liquida los costes financieros de la producción sino que se traspasan como una carga sobre futuros ciclos de producción, resultando en una escalada de costes inducidos, es decir, inflación de precios. Esto directamente choca con la realidad económica: el coste físico de la producción es en realidad satisfecho a medida que la producción tiene lugar, y los costes financieros de la producción deberían de satisfacerse simultáneamente, al mismo ritmo. Esto es, el dinero debería emitirse al ritmo de la producción, y cancelado al ritmo del consumo. El coste verdadero de la producción es el ratio de consumo dividido por el ratio de producción en un tiempo determinado; por regla general siempre y de manera creciente menor que el valor de uno.
Podemos decir, brevemente, que el problema central de la economía moderna es un problema de contabilidad deficiente del coste financiero industrial. Esto es, que el consumidor escargado(apropiadamente) en los precios al consumo con la depreciación de capital, pero no correctamenteabonado(como se requeriría en un sistema económico realista) con la apreciación de capital, el cual -este último- normalmente deja bastante atrás el ratio de depreciación de capital.
Con el uso creciente de capital físico y la eficiencia mejorada de la producción, deberíamos experimentar, continuamente, una caída en el nivel de precios y un incrementado poder adquisitivo, con creciente tiempo libre.
Estos objetivos realistas requieren: 1) un apartamiento respecto a pseudomorales concepciones erróneas acerca de que el derecho a consumir esté atado necesariamente a un ingreso ganado en el proceso de producción. Cualquier relación de este tipo es lógicamente insostenible allí donde el factor capital de producción está reemplazando al trabajo. Esto se confirma cuando análisis matemático científicos claramente demuestran una tendencia progresiva a que la distribución de ingresos financieros se vaya quedando rezagada de manera creciente respecto a la generación de costes financieros.
2) La inyección de créditos compensatorios para el consumo, creados sin coste alguno, en la economía, y desde fuera del sistema generador de precios financieros industrial existente, para equilibrar el total de precios con el total de ingresos financieros. Estos nuevos créditos al consumo, emitidos sin deuda, liquidarían el “exceso” de antiguos precios y costes financieros industrial, y serían cancelados como poder adquisitivo cuando se usaran para repagar anteriores préstamos de los bancos para el negocio (o, alternativamente, ser reemplazado por capital circulante, donde solamente se reemitirían como poder adquisitivo a través de nueva producción que crearía una nueva serie entera de costes financieros y precios).
Las propuestas del Crédito Social incluyen la emisión de Dividendos (para consumo) Nacionales a todos los ciudadanos como un derecho para beneficiarse de la propiedad en el capital nacional por vía de herencia, y la institución de un Precio Compensatorio por el cual una porción de los créditos al consumo requeridos serían pagados a los minoristas para efectuar una bajada en el nivel de precios. La variable, aunque normalmente creciente, cantidad de Dividendos y Precio Compensatorio se determinarían de manera independiente, estadísticamente, a intervalos apropiados.
Fuente: MICHAEL JOURNAL
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