EL PRECIO DE LA LECHE
JUAN MANUEL DE PRADA
La crisis del sector lácteo nos permite ilustrar la perversidad del cínicamente llamado «libre mercado», cuyo único fin es despojar a los pequeños propietarios y favorecer la concentración de la riqueza en unas pocas manos. Pues, como nos advirtiera Chesterton, el capitalismo es un gran amigo de la propiedad ajena; amistad que, en una economía «global», se ha intensificado de un modo pavoroso, inconcebible para el propio Chesterton, que sin embargo no se cansó nunca de advertirnos de que el mayor enemigo de la libertad personal y política era la concentración: concentración de riqueza en el capitalismo; concentración del control de recursos en el comunismo.
Por supuesto, la Unión Europea fue concebida para imponer una economía esclavizante que favoreciese la concentración. Para ello, estableció una serie de requisitos abusivos y controles sanitarios costosísimos (y, en gran medida, innecesarios) concebidos para que las familias de ganaderos se arruinasen. Por si todavía alguna familia de ganaderos había logrado sobrevivir, los bellacos de la Unión Europea urdieron un sistema de «cuotas» que contribuía a destruir todavía más la economía tradicional, obligando a países como España, que podían autoabastecerse de leche, a destruir una parte de su producción (y, por lo tanto, a reducir su cabaña ganadera). Y, para rematar la faena, se subvencionó a las familias de ganaderos a las que no se dejaba producir; y es que (como bien saben estos bellacos) la subvención es la muerte definitiva de la economía tradicional, pues al matar el incentivo para trabajar convierte la propiedad productiva en improductiva. Todas estas medidas impuestas por la Unión Europea son, por supuesto, contrarias a esa engañifa del laissez faire con que los partidarios del «libre mercado» se llenan la boca (para hacer gárgaras); pero no existe construcción del capitalismo sin destrucción y expolio de la propiedad, y un capitalismo transnacional exige destrucción y expolio a mansalva.
Pero algunos ganaderos lograron sobrevivir, organizándose en cooperativas, que son el único medio a través del cual la economía tradicional puede defenderse ante la dentellada del capitalismo; pues, frente la propiedad concentrada en unos pocos, el cooperativismo propugna la propiedad para todos a la vez (o sea, una propiedad con una función verdaderamente social). Entonces los bellacos de la Unión Europea abolieron el sistema de «cuotas»; pero no lo hicieron para restaurar lo que antes habían destruido, sino para permitir que las grandes corporaciones anegaran el mercado con una leche tirada de precio que destruyera definitivamente a los ganaderos resistentes, abocándolos a la ruina (que, por supuesto, los bellacos mitigarán a su estilo diabólico, que consiste en repartir subvenciones). Por supuesto, esta leche tirada de precio es de ínfima calidad; pero los bellacos que impusieron a los ganaderos requisitos abusivos para arruinarlos dejan ahora que las grandes superficies vendan leche en polvo aguada sin traba alguna.
Si nuestros gobernantes quisieran ayudar a los ganaderos frente al expolio de estos bellacos lo tendrían muy sencillo. Les bastaría con aplicar esa Constitución con la que no dejan de llenarse la boca (para hacer gárgaras), en donde se proclama la función social de la propiedad privada (art. 33) y se establece que los poderes públicos asegurarán la protección económica de la familia (art. 39) y fomentarán las cooperativas y el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción (art.129). Pero tal vez nuestros gobernantes militen en el bando de los bellacos, o simplemente sean sus felpudos; cosa que, desde nuestra candidez, siempre habíamos sospechado.
Histórico Opinión - ABC.es - sábado 5 de septiembre de 2015
Milk quota abolition will create North European ‘production belt'
Lo cierto es que en líos países del norte casi la totalidad del mercado de leche es refrigerada algo que les limita la producción per se, asi que el mercado español deficitario en leche gracias a las antiguas cuotas y consumidor de UHT y esterilizados es una mina.
Por otra parte se está abriendo el mercado a leche extra europea y danone ya está comprando distribuidoras lácteas en Nueva Zelanda.
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