El real de a ocho: la primera divisa mundial

Por
Fran Hurtado -

21 julio, 2020





España fue durante 300 años ininterrumpidamente la mayor fábrica de moneda del mundo. El real de a ocho se constituyó como la moneda universal del comercio durante ese tiempo. La mayor duración jamás obtenida para una divisa de referencia.

Además, el modelo del real de a ocho fue copiado para el surgimiento del dólar estadounidense, el dólar de Canadá, el yuan chino, el yen japonés, los pesos de las repúblicas independientes americanas, el peso filipino y otras muchas monedas alrededor del mundo.

El llamado real de a ocho, dólar español, peso duro o simplemente duro, acuñado desde mediados del siglo XVI, fue la moneda más importante del mundo hasta entrado el siglo XIX. Sirvió de divisa sobre la que referenciar las monedas circulantes de los otros estados de la época y para poder participar en el comercio de los cinco continentes.

Real de a ocho de Carlos III

El real de a ocho era la moneda del imperio y lo sobrevivió con creces. En Estados Unidos fue moneda de curso legal nada menos que hasta 1857. Pero además, los reales de a ocho fueron la primera divisa universal, ya que no solo circulaban por toda Europa y en América, sino también en Asia.

Gracias a su gran prestigio fue el principal valor utilizado para los grandes pagos y las operaciones financieras en las que, por primera vez, se iban a ver implicados los diversos continentes. La calidad de su plata, obtenida en las minas americanas y el enorme volumen con el que se acuñó, hicieron que esta moneda fuera la más aceptada en todos los mercados internacionales durante la Edad Moderna.

Concepción y funcionamiento del real de a Ocho

El real de a ocho fue una moneda de plata que acuñó el Imperio español después de la reforma monetaria de los Reyes Católicos en 1497 (responde a la Pragmática de Medina del Campo de 1497) con un peso de 27,468 gramos y una pureza de 0,93055%, que contenía 25,560 gramos de plata pura.

Las monedas tenían un valor de ocho reales (8 reales y 272 maravedís. 1 real de a ocho = 1 duro. 2 reales de a 8 = 1 escudo). El real de a ocho es de base duodecimal ajustado al patrón ponderal del marco de Colonia de 233,85 gramos de peso. Junto a la onza, moneda de oro, responde al sistema bimetalista (real de a ocho–onza) del siglo XVI de la Monarquía española, introducido por Carlos I y difundido por Felipe II en todos sus estados.
8 reales de plata con el escudo de los Reyes Católicos, acuñado en Sevilla. Sin fecha pero posterior a 1497

Las monedas internacionales de épocas anteriores, las emitidas por las repúblicas italianas, se vieron sustituidas por los reales de a ocho españoles. Se produjo así el desplazamiento de la preeminencia económica del mundo mediterráneo, que dejó de ser el eje del comercio y con ello del mundo monetario.

A medida que la corona española iba expandiendo sus posesiones en ultramar, y especialmente tras la conquista del Perú y México, los reales de a ocho comenzaron a acuñarse también en América.

Carlos I, en 1517, creó la Audiencia de México o Nueva España, y el 11 de mayo de 1535 se estableció por Real Cédula la Casa de Moneda de México, la casa de moneda más antigua de América (procediendo el metal de los yacimientos mexicanos de Zacatecas y Guanajuato).

La riqueza de las minas de Potosí darán origen al nacimiento de la casa de la moneda del mismo nombre y al nacimiento de la ciudad entre 1544 y 1554. Allí se encontraban las riquísimas minas de plata, prácticamente una montaña maciza de este material, el mayor yacimiento argentífero que haya existido nunca.

Durante los sesenta años siguientes, en Potosí la población aumentó a 160.000, igual que Londres o París. El Cerro Rico de Potosí puede haber producido el 60% de toda la plata extraída en el mundo durante la segunda mitad del siglo XVI. Sus vetas eran increíblemente ricas.

Además de estos depósitos naturalmente generosos, una serie de nuevas tecnologías de producción –la más famosa la amalgama de mercurio o método de patios- combinadas para dar a las minas hispanoamericanas los costes de producción más bajos de plata. Este fenómeno del lado de la oferta fue particularmente fortuito, ya que coincidió cronológicamente con el extraordinario aumento en el valor de la plata causado del lado de la demanda China.

La combinación de costes de producción bajos del lado de la oferta en Hispanoamérica y el aumento del lado de la demanda chino en el valor de la plata en Asia generó probablemente el auge de minería más espectacular en la historia humana

Difusión por el mundo del real de a ocho

Durante más de tres siglos el real de a ocho no sólo fue moneda internacional, sino que también fue el principal producto de exportación en los Estados del norte del Nuevo Mundo, las Antillas, Filipinas, China, Japón, Indochina, Corea, India y los Estrechos malayos; además de utilizar el real de a ocho en las transacciones comerciales con Oriente, Inglaterra y Francia.

Fue tal su difusión, que todos los comerciantes europeos que adquirían mercancías en Oriente debían necesariamente satisfacer su adquisición en moneda de plata española, por lo que tanto en las carabelas portuguesas como posteriormente en los barcos de las compañías holandesas, británicas, francesas o danesas se llevaba el real de a ocho como moneda de intercambio, y esto siguió produciéndose hasta bien entrado el siglo XIX.

Mapa holandés de 1635 de las Indias Orientales

También circulaba la moneda española en las Trece Colonias británicas de América del Norte mucho antes de que declararan su independencia. Por la dificultad de las navegaciones llegaban pocas libras esterlinas a las colonias y era mucho más fácil surtirse de los cercanos y acreditados reales de a ocho acuñados en México que de libras inglesas.

En las Trece Colonias la moneda española circulaba normalmente y era conocida primero como «spanish thaler», pasando después a «spanish daller», y más tarde a «spanish dollar». Los reales de a ocho fueron conocidos como «taleros», por su parecido con la recia moneda austríaca «thaler».



Columnario de plata, inspiró para crear el símbolo del dólar, $. Este columnario pertenece al reinado de Fernando VI, acuñado en la ceca de México

Los reales de a ocho tenían un valor nominal de ocho reales en España y sus territorios de ultramar, pero la necesidad de moneda fraccionaria causó que a menudo las piezas fueran cortadas físicamente en cuatro u ocho trozos, para lograr un cambio más pequeño.

Fuera de la monarquía universal española era muy difícil obtener monedas españolas de plata con denominaciones menores a las del real de a ocho. Así, la partición física de la moneda era el único modo de obtener fracciones y posteriormente resellarlas para su uso.

Muchas monedas, como las de los países que se independizaron en América, el dólar canadiense, el yuan chino, el yen japonés, el peso filipino y otras alrededor del mundo, se basaron inicialmente en el real de a ocho. Esta aceptación global fue el origen del símbolo «$» que se utilizó en libros de cuentas de todo el mundo, imitando de manera simplificada las columnas y bandas que aparecían en la moneda del real de a ocho.

La relación con el nacimiento del dólar

Cuando llegó el momento de la emancipación de las colonias norteamericanas, los flamantes Estados Unidos repudiaron formalmente la moneda británica y se vieron en la necesidad de acuñar moneda propia.
El real de a ocho sirvió entonces de modelo para el nacimiento del dólar y así, la unidad de plata del sistema monetario de Estados Unidos, creada por ley de 2 de abril de 1792. Nació tomando de base la “piastra”, voz indígena, con la que los mexicanos se referían al real de a ocho español.

De hecho, al principio los dólares estadounidenses eran garantizados con reales de a ocho. Como anécdota diremos que hasta 1997 se mantuvo la costumbre en el mercado bursátil estadounidense de vender y comprar acciones en octavos, por el real de a ocho que era la divisa de garantía cuando comenzó a funcionar Wall Street.

El prestigio internacional del real de a ocho hizo que la tomaran como único medio de cambio del comercio internacional para comerciar con Oriente y obtener té, sedas o marfil. Y cuando China emitió su primera moneda de plata, el tahel, en 1899, lo hizo según el modelo español del real de a ocho.

China: el mejor cliente del imperio

Los principales productores de plata a nivel mundial eran las Indias españolas y Japón, no Europa; y China era el principal mercado de destino de la plata. Japón disponía también de una importante producción, pero el imperio español lideraba el mercado.

Gracias al Galeón de Manila, las monedas de las Españas llegaban también en grandes cantidades a Filipinas, el gran mercado de comercio de Asia. Lo hacían en los galeones que desde 1565 hasta 1813, hacían la ruta Acapulco-Manila y regresaban llevando las costosas porcelanas y sedas de China, junto con las especias y otros artículos de lujo de la India, con destino a los mercados americanos y europeos.

Mapa de China, de Matthias Quad, Colonia, 1600.

Estimaciones oficiales conservadoras indican que sólo la América española produjo aproximadamente 150 000 toneladas de plata entre 1500 y 1800 (Barrett 1990, p. 237), quizás excediendo el 80 % de la producción entera mundial en éste lapso de tiempo.

Se sabe que de las Indias españolas salían al año unos cinco millones de pesos a reinos extraños, ya de Nueva España vía Acapulco a China, ya del Paraguay para Brasil, o de los demás dominios españoles por las muchas y secretas minas del contrabando.

Asia e incluso África eran el destino de las riquezas de nuestras Indias, porque atravesando los océanos iban a esconderse a los reinos de la China, Japón, la India Oriental, Persia, Constantinopla, Gran Cairo y Berbería, y defendía que apenas corría entre aquellas gentes remotas otra moneda que reales de a ocho y doblones castellanos.

Uno de los principales mercados del de esta plata, en forma de monedas de real de a ocho, fue China y los pueblos asiáticos, que aceptaban esta moneda por su valor intrínseco. Los españoles introdujeron en China miles de toneladas de plata entre mediados del siglo XVI y mediados del siglo XVII, que se unieron a las cantidades del mismo metal que se importaban desde Japón.

Así lo señalan los investigadores Dennis O. Flynn y Arturo Girálde en su publicación “Born with a ‘Silver Spoon’:The Origin of World Trade in 1571″: La producción y la distribución de la plata durante los tiempos modernos en el hemisferio occidental se han estudiado extensamente, aunque se ha eliminado sistemáticamente del relato al cliente más grande del mundo, en esta época, que fue China. Esto es peculiar. El predominio de China como un importador de plata fue fundamental al menos durante el nacimiento del comercio mundial. Godinho (1963, 1:432-65) acertadamente describió a China como ¡una bomba de succión’, ‘una aspiradora’ que atrajo la plata a escala mundial durante siglos. El valor de la plata en el territorio chino era el doble que en cualquier parte. Este hecho es reflejado en las estimaciones bimetálicas realizadas por Chuan. Desde 1592 hasta el temprano siglo XVII el oro era cambiado por la plata en Cantón a razón de 1:5.5 a 1:7, mientras que en España el tipo de cambio era 1:12.5 a 1:14, cuestión que indicaba que el valor de plata era dos veces más alto en China que en España. Estas cifras bimetálicas divergentes crearon perspectivas enormes para un comercio muy provechoso, ya que los exóticos productos de China se compraban por precios muy bajos en comparación a los de venta en Europa, dado el gran valor en plata de nuestra moneda para los chinos”.

Claro que con el tiempo, también llegó la inflación: “Tales infusiones masivas de plata disminuyeron el poder adquisitivo del metal. La plata, como cualquier artículo, perdió su alto valor cuando el suministro excedió la demanda habitual. Esto a su turno afectó los precios de casi todo en el Imperio, porque la estructura de precios estaba atada al valor de plata”.

”El metal se había hecho más abundante y su poder adquisitivo se disminuyó. Esta tendencia inflacionista afectó el valor de todas las materias primas, por cuanto todo había sido valuado en la plata y ésta había perdido su valor. Si la plata perdía valor, más dinero se necesitaba plata para comprar los artículos que sí lo habían mantenido”. A la larga esto provocaría la decadencia de ambas economías, que no contemplaron contingencias específicas que rebatieran el estancamiento de la demanda.

Patrón para el resto de monedas

En todo caso, lo cierto es que millones de Reales de a Ocho fueron acuñados a lo largo de varios siglos. No solo fueron ampliamente utilizados durante el período colonial en las Américas, sino también en África y Asia hasta bien entrado el siglo XIX. A menudo las monedas tuvieron sellados con caracteres extranjeros para que parecieran de curso legal en muchos países del mundo, como se puede ver en las muestras a continuación.


Anverso de moneda de 8 reales (plata) de Carlos IV de 1797 con resello de Arabia Saudí.


Real de a ocho con resello de Australia



Ocho reales (plata) de Carlos III con resello de Birmania



Ocho reales de Carlos III de 1780 con resello de Ceilán.



Ocho reales de Carlos IV de 1796 con resello de Sudán.



Real de a ocho con resello de Thailandia



Real de a ocho con resello de Zanzibar

En resumen, la unidad del comercio mundial hasta el siglo XIX fue el real de a ocho, que precedió a la libra esterlina de oro inglesa y al dólar de plata estadounidense en su hegemonía financiera mundial.

El lento final del real de a ocho

En la América Española la circulación del real de a ocho rebasó la época colonial de dominio español y acuñó en la ceca (casa de la moneda) de México, la única autorizada para acuñar. Los realistas crearon cecas provisionales en Chihuahua, Durango, Guadalajara, Guanajuato, Sombrerete, Zacatecas, Oaxaca, Valladolid, Real del Catorce y Monclova.

Con el final del Imperio Hispánico, el Real mantuvo su poder competitivo y era la moneda reserva que se atesoraba en China, India y Medio Oriente. El real de a ocho era todavía a mediados del siglo XIX la moneda más universal e incluso a finales del siglo XIX, el papel desempeñado por el real de a ocho era notorio en Oriente.

Mantenía su autoridad indiscutida frente a otras unidades de plata que emergían con fuerza, como el dólar norteamericano, el yen japonés, el thaler austriaco, la piastra francesa, la rupia india, el chelín de plata británico y prevalecerá como moneda de reserva en China, India y los Estados del Medio Oriente.

Tan generalizada fue la influencia del real de a ocho que se estima que un tercio de la población mundial vive hoy día en países con monedas nombradas u originalmente creadas basándose en el modelo de esa moneda única.

La libra esterlina superó al real de a ocho como divisa de referencia occidental durante parte del siglo XIX hasta mediados del XX. Sin embargo, aún siendo el Imperio Británico el poder dominante en ese periodo, los ingleses tenían que tragarse su orgullo en las negociaciones con los países de Oriente.


La compra Singapur en reales de a ocho

Así por ejemplo, resulta ilustrativo el caso de Singapur. En 1918 Thomas Stamford Raffles fue comisionado por el gobierno británico para negociar un puerto franco del imperio en el sur de la península de Malaca.

En 1819 se logró el acuerdo que convirtió a Singapur en puerto libre británico, a cambio del pago anual a las autoridades locales de ocho mil “spanish dollars” -8.000 Sp$-, esto es ocho mil reales de a ocho.

Durante el primer año, los ingresos del comercio rondaron los 400.000 Sp$ (dólar español). En 1821 la población de la isla aumentó en 5000 habitantes y el volumen del comercio fue de 8 millones de Sp$. La población superó los 10 000 habitantes en 1825, manejando cifras de 22 millones de Sp$. En 1823, Raffles firmó un segundo tratado, el cual extendía la posesión del Imperio británico en la isla, a cambio de la entrega a las autoridades de 2300 sp$ al mes de por vida.


Plano de la fundación del puerto franco británico de Singapur

Por otro lado, los estadounidenses, que conocían al real de a ocho como el “Spanish Dollar”, le dieron tal importancia a aquella moneda que adoptaron para siempre el españolísimo símbolo de las Columnas de Hércules (grabado en ella), como símbolo de su actual moneda.

Mientras circuló en Estados Unidos el real de a ocho valía lo mismo que un dólar. Como se ha mencionado, el precio de las acciones en el mercado de valores de los Estados Unidos estuvo denominado en octavos de dólar hasta el 24 de junio de 1997.

Wall Street, donde hasta 1997 las acciones se valoraban en octavos de dólar, herencia del Real de a ocho

El dólar estadounidense sustituyó como moneda de reserva mundial a la libra esterlina finalizando la II Guerra Mundial, en julio del 1944, en la Conferencia de Bretton Woods celebrada en Estados Unidos.

El dólar es la moneda de reserva más importante hoy en día, más del 50% de la suma total de reservas internacionales son en dólares. Por esta razón, se considera que el dólar estadounidense tiene el estatus de moneda de reserva, permitiendo a los Estados Unidos tener mayores déficits comerciales con un impacto económico limitado siempre que los mayores poseedores extranjeros de dólares continúen acumulándolos.
El euro es actualmente la segunda moneda más comúnmente utilizada en las reservas internacionales, con una cuota aproximada de un 27%, lo que le coloca como la segunda moneda de reserva más importante tras el dólar estadounidense.

Pero fue el real de a ocho de las Españas el que marcó el camino, perduró más tiempo y abarcó más territorios. Y es de recibo contarlo…

FUENTES UTILIZADAS
El real de a ocho: su importancia y trascendenciaDra. Dª. María Ruiz Trapero. Catedrática Emérita de “Epigrafía y Numismática” de la Universidad Complutense de Madrid
El real de a ocho español: tres siglos de la moneda más universal de la historia. Doctor Pedro Damián Cano Borrego. Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Revista Oro Información. 26 octubre, 2017
El real de a ocho español y las primeras economías-mundo a finales del siglo XVIII. Doctor Pedro Damián Cano Borrego. Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Revista Oro Información. 26 septiembre, 2018
“Nacido en cucharita de plata”. El origen del comercio mundial en 1571. Dennis O. Flynn y Arturo Giráldez. University of Pacífico
Real de a ocho: el dólar español que conquistó el mundo. Merca2.




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