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Sobre el distributismo
Sobre el Distributismo
Pedro Jiménez de León
¿Hay alguna alternativa al neoliberalismo y al socialismo? ¿Hay algún método de producción leal a la condición humana y su naturaleza? Una mirada por encima al distributismo.
¿Qué es el distributismo?
El distributismo nace entre finales del XIX y principios del XX a raíz de las premisas vertidas en la encíclica Rerum Novarum, en la cual el Santo Padre León XIII hace un repaso a la situación social del momento, incidiendo en las condiciones inhumanas en que se encuentran los trabajadores por obra del sistema capitalista. Basándose en ésta, G.K. Chesterton y H. Belloc profundizan en la problemática económica de su tiempo y abren una tercera vía, alternativa al capitalismo y al socialismo, el llamado distributismo.
Premisas básicas
Podemos ver tres puntos básicos en el distributismo, que serían:
La propiedad privada como punto de partida, pero no cualquier propiedad privada. Al contrario que sucede en el capitalismo, en el que unos pocos tienen una gran cantidad de propiedad productiva, en el distributismo se apuesta por que muchos tengan su pequeña propiedad productiva. Se apuesta por una propiedad productiva justamente distribuida, equitativa. Esto es: que cada familia sea dueña de su hogar y de su medio de producción, tratando de conseguir hogares autosuficientes. De esta manera, todo el mundo tendría unos beneficios acordes a sus verdaderas necesidades. Por supuesto, los primeros medios de producción son la agricultura y aquellos necesarios para procurarse el alimento. La idea es tener muchos pequeños hogares productores, en oposición a un único gran productor. ¿Qué ventajas tiene esto? Pues muchas. Para empezar, al ser el propietario el propio trabajador, el mismo puede realizar un trabajo creativo y dinámico y no estar sometido al aburrido y repetitivo trabajo de fábrica o de oficina. Y esto es muy importante si tenemos en consideración la naturaleza humana. El trabajo debe realizar a la persona, ser un fin en sí mismo. Nuestro trabajo debe ser capaz de realizar al espíritu humano, de tal manera que las personas -al trabajar- se sientan vivas y útiles y no como un medio para producir algo frío e inerte que no va con ellos; al contrario, el resultado final del trabajo ha de llevar inscrita su impronta, al igual que un artista. Esto no se consigue en las grandes fábricas con trabajos monótonos ni en las oficinas, con ese tipo de trabajo de masas que mata el alma y hunde a la persona. Otra ventaja fundamental es que al ser el trabajador su propio jefe, tendrá gran preocupación e interés por su bienestar, tanto material como mental y espiritual. El hecho de la explotación no se podrá dar y tampoco el de la pereza en el trabajo. Así, está asegurado el respeto a la dignidad humana del trabajador. Otra gran ventaja es que al haber un gran número de productores de mismos bienes y servicios el mercado se acercará inevitablemente al modelo perfectamente competitivo. Esto es, los precios vendrán dados por el mercado y los productores no podrán influir en él, consiguiéndose así un precio equilibrado. No habrá empresas con grandes cotas de poder o influencias políticas o sociales. Este mercado se autorregula y evita los monopolios y situaciones económicas injustas.
El distributismo sigue el principio de subsidiariedad, esto es, dicho de una manera sencilla, que lo que puede hacer una entidad más pequeña no lo haga una entidad más grande. La entidad más pequeña es el individuo, así es, que aquellas cosas que puede hacer el individuo no lo hagan grandes empresas. El principio de subsidiariedad debería regir tanto en la faceta económica como en la política. Este principio es básico y fundamental para el funcionamiento de un sistema distributista.
La tercera premisa, y muy importante, es la solidaridad. Pero no nos referimos a la solidaridad vana y falsa, sino a una muy profunda, que más bien yo llamaría caridad. Sería un gran cambio “de chip” en todas las mentes y es que el trabajo no debe buscar nuestro lucro personal, sino el bien común. Así, el Estado debe trabajar de manera subsidiaria para el bien común de cada comunidad. No importa si se pierde eficiencia en muchas cosas, lo importante es trabajar para y hacia el bien común, lo que es, tomar aquellas medidas que promuevan la virtud entre las personas y de esa manera su felicidad. El Estado debe asegurar la propiedad del sistema de producción de cada individuo o establecer empresas copropieatarias, de las que hablaremos más adelante.
El distributismo no rechaza que ciertos servicios como podría ser la seguridad social, la policía o el ejército se releguen al Estado y que éste asegure su correcto funcionamiento. Hay servicios que por sus características no son viables de llevar a cabo por la pequeña propiedad, por lo que deben relegarse al Estado, respetando siempre el principio de subsidiariedad.
Problemas de la actual tecnología
E. F. Schumacher hace un análisis sobre la actual tecnología y sus implicaciones y problemas. Ésta no está adaptada a la producción a pequeña escala y adolece de cuatro problemas. Estos son:
Tendencia al gigantismo: la actual tecnología tiende hacia una producción masiva y agigantada. Y cada vez más. Se produce más y se consume más. Y esto es absurdo, ya que se pretende seguir produciendo en masa infinitamente, cuando tenemos medios finitos. Algo tan obvio y que no se tiene en cuenta. Algún día el sistema colapsará por su propia lógica, los factores de producción son finitos y la producción tiende cada vez a más. El día que se acaben los factores de producción o que empiece a haber una escasez, el sistema se vendrá abajo. Y este sistema se sostiene en su mayoría por la energía fósil, que tarde o temprano acabará, ya que no es un recurso renovable. La solución es la energía nuclear, la cual es renovable pero que produce una contaminación que no se sabe tratar. La solución implica más problemas. Esta tendencia al gigantismo es la causa del problema. Si en vez de grandes medios para grandes poblaciones, pudiésemos usar, centrándonos en el tema concreto de la energía, algún sistema de energía renovable diseñado para pequeño tamaño, para cada hogar o pequeña industria, este problema no existiría. Y así en todos los ámbitos.
Complicación: la complicación de las industrias y de todos los niveles de la vida es efecto del gigantismo. Se producen bienes y servicios cada vez más complejos que los usuarios no pueden arreglar por sí mismos y dependen de otros. Y realmente hay niveles de complicación de las cosas que no son necesarios para nada, pero son más cómodos (por ejemplo, el elevalunas eléctrico).
Necesidad de grandes capitales: Esta tendencia al gigantismo y la complejidad de los medios de producción tienen la consecuencia de que hace falta ser millonario para poner en marcha una empresa. Esto –necesariamente- abre una brecha entre los propietarios y los trabajadores; los propietarios serán los que tienen gran cantidad de dinero y los trabajadores los que no. Los medios de producción están diseñados para hacer grandes producciones, están diseñadas para el gigantismo, además de lo cara que es la tecnología moderna por su complejidad, por lo que para montar una fábrica hace falta un capital enorme que difícilmente se puede tener e imposibilita la aparición de la pequeña empresa.
Además, la actual tecnología de masas es poco respetuosa con el medio ambiente. La explotación intensificada de los factores no renovables tarde o temprano se hará notar, así como la contaminación que produce.
Tecnología de alcance intermedio
Schumacher nos habla entonces de lo que él llamó la “tecnología de alcance intermedio”. Esta tecnología se funda en cuatro puntos:
No necesita un gran capital: ha de ser una tecnología sencilla, que -frente a las grandes maquinarias- tenga prioridad por las herramientas, de manera que para montar una fábrica no hagan falta gran cantidad de capital.
Esta tecnología se debe adaptar al lugar donde se va a realizar el trabajo.
Debe ser adecuada a la producción que se desea realizar. Como está pensada para la pequeña empresa, no habrá producciones de masas, por lo que tiene que lograr ser rentable en la pequeña producción.
Igualmente ha de ser respetuosa con el medio, no debe consumir de manera indiscriminada los factores no renovables y a su vez debe evitar la contaminación en la medida de lo posible.
Fábricas copropietarias
Una vez saciadas las necesidades básicas de la comunidad: alimentación, vestimenta, fabricación de casas, escuela, médicos, etc. es probable que se decida a realizar producciones más complejas, por ejemplo coches. Es difícil que un solo hogar, por muy numeroso que sea, se dedique a la fabricación de coches. Entra aquí en juego la fábrica copropietaria, que también nos narra Schumacher. Esto es, una fábrica de un tamaño limitado, la cual garantice el trato cara a cara entre los trabajadores y que no permita la masificación. La característica determinante de este tipo de fábrica es que todos los trabajadores son copropietarios y el sistema de gobierno de la empresa es democrático. De esta manera se asegura la alternancia en el gobierno de la misma, así como el respeto de los derechos fundamentales y el trabajo creativo y realizador en la misma. Esta fábrica a su vez es tan pequeña y elemental que su administración y contabilidad es sencilla de hacer, por lo que simplifica todo ese trabajo.
Implicaciones sociales y políticas
La sociedad de masas ha engendrado una sociedad impersonal y fría. Sólo hay que asomarse a las grandes ciudades y veremos millares de personas con prisa –no se sabe, ni saben porqué-, indiferentes unos de otros, donde la percepción que uno tiene de sí mismo, entre tanta gente, es de vacío y de soledad. Una ciudad o zona distributista arrancaría de cuajo este entorno de masas e impersonal. Cada hogar con su medio de producción, crearía un entorno pequeño, íntimo, una comunidad de personas donde todos están en relación. El trabajo realizador y sin el estrés de la empresa moderna da tiempo a mirar a la gente que pasa al lado nuestro e intercambiar alguna palabra. Fin de prisas, fin de estrés. Puede parecer algo insignificante esto, pero creo que es lo más significante. Tanto que se habla de la comodidad de la vida y del ocio hoy en día, pues éste es el factor determinante. Un entorno que facilite una vida relajada, agradable, que sea remanso de paz para el espíritu es una necesidad fundamental. Es necesario crear ese entorno adecuado para la vida humana, y la gran ciudad masificada no lo es. De esta manera se rompería con la percepción tanto del socialismo como del liberalismo de que el hombre es sólo un amasijo de células sin sentido y que por tanto da lo mismo dónde viva y qué haga, ya que su existencia se reduce a trabajar y producir. Pues no, el hombre está llamado a conocer a Dios, a realizarse como persona y vivir en armonía. A poder tener el encuentro con Dios en todas las facetas de su vida, incluido el trabajo. Y eso es imposible hoy en día en los actuales trabajos.
Por otra parte, el distributismo rompe con la concepción económica utilitarista y egoísta de Adam Smith. La idea no será producir para nuestro lucro personal, sino, al contrario, para ayudar a la comunidad. Una vez nuestras necesidades básicas estén satisfechas, nuestro trabajo sólo será completo cuando lo volquemos sobre las necesidades de la comunidad. Es la acción preferencial por los pobres que siempre ha manifestado la Iglesia. Este es un pilar fundamental de la concepción económica distributista y requiere un fuerte cambio de mentalidad, pero es fundamental. Pensemos que éste un sistema económico de bases católicas y ha de ser humano y hacia los demás, no al contrario.
Otra importante implicación es la política. Es un hecho que las grandes empresas tienen unas influencias importantísimas en la política. Tales influencias muchas veces marcan más la dirección de un gobierno que el propio voto de sus electores. Las inversiones de estas empresas en los partidos o el poder comercial que tienen son bazas determinantes en la política. Siguiendo un modelo distributista, estas bazas desaparecen. Al no haber unas pocas enormes empresas, sino un montón pequeñitas de propietarios diferentes, no habrá una influencia marcada sobre el interés de unos pocos grandes propietarios, sino de muchos propietarios que tendrán un interés común según los problemas de su industria y así con todas las industrias, por lo que la influencia será más justa y más distribuida.
¿Podemos hacer algo?
Chesterton nos indica que mantengamos siempre una puerta abierta, una ventana abierta, para que no nos ahoguemos. Nada tan sencillo como eso. Como normalmente no tenemos propiedades ni terrenos para empezar a hacer una pequeña empresa de alcance medio y producción media, para comerciar con otras pequeñas empresas, o un terreno para producirnos en gran medida nuestro propio sustento, etc. podemos ir hacia lo sencillo. Tener preferencia por el pequeño comercio frente al grande. En vez de ir al Mc Donalds –y no vayamos, más que sea por salud- vayamos a la pequeña hamburguesería. Evitemos que desaparezca el pequeño comercio. Esto implica evitar la “cultura de derroche”. Así también podemos dar a conocer el distributismo, una verdadera alternativa al sistema económico actual.
Esto es sólo un pequeñísimo e incompleto ensayo sobre lo que es el distributismo. Entre todos, y con la acción vivificadora del Espíritu, podremos traer el Reino de Cristo al mundo.
http://espadacanon.blogspot.com/2007/03/probando.html
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Re: Sobre el distributismo
Muy interesante má si pudieras recomendarme algun libro de Schumacher. Aunque la verdad, poco realista, de esta forma también se incrementaran los costes de producción y los usuarios lo pagarán. La forma de reducir costes es creciendo y buscando ventajas comparativas, eficiencias en el empleo de recursos. Actualmente las perdidas que provocaría la creación de una indústria la harían inviable.
Personalmente si creo que los trabajadores al llevar X tiempo en una empresa tendrían que tener derecho a elegir a un representante en el consejo de administración y a ser escuchadas y implantadas en el proceso productivo sus ideas para mejorar el trabajo, siempre que fueran justas y viables.
Lo que quizá si pueda identificarse con esto, son las pequeñas empresas de servicios (software y nuevas tecnologias) que estan saliendo y en parte si cumplen con varios puntos aquí expuestos.
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Re: Sobre el distributismo
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Iniciado por
Hyeronimus
Tener preferencia por el pequeño comercio frente al grande. En vez de ir al Mc Donalds –y no vayamos, más que sea por salud- vayamos a la pequeña hamburguesería. Evitemos que desaparezca el pequeño comercio. Esto implica evitar la “cultura de derroche”.
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http://espadacanon.blogspot.com/2007/03/probando.html
Este punto es muy importante ya que la mayoría de las multinacionales de alimentos y bebidas fabrican lo que puede fabricar cualquiera, sin embargo la acción psicológica de décadas hace que la mayoría de la gente se incline por las marcas famosas, un ejemplo es la vigencia de Coca-Cola.
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Re: Sobre el distributismo
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Iniciado por
Von-Feuer
Muy interesante má si pudieras recomendarme algun libro de Schumacher. Aunque la verdad, poco realista, de esta forma también se incrementaran los costes de producción y los usuarios lo pagarán. La forma de reducir costes es creciendo y buscando ventajas comparativas, eficiencias en el empleo de recursos. Actualmente las perdidas que provocaría la creación de una indústria la harían inviable.
Personalmente si creo que los trabajadores al llevar X tiempo en una empresa tendrían que tener derecho a elegir a un representante en el consejo de administración y a ser escuchadas y implantadas en el proceso productivo sus ideas para mejorar el trabajo, siempre que fueran justas y viables.
Lo que quizá si pueda identificarse con esto, son las pequeñas empresas de servicios (software y nuevas tecnologias) que estan saliendo y en parte si cumplen con varios puntos aquí expuestos.
Los libros de Schumacher están, en su mayoría, en inglés. Su libro más famoso es "Lo pequeño es hermoso" que no he tenido la ocasión de leer. La información sobre la pequeña empresa la saqué de otro libro que había en la biblioteca de mi ciudad y cuyo nombre no recuerdo.:( Pero lo puedo buscar si te interesa.
Respecto a lo que dices de que aumentaría el coste de producción,he de decirte que depende del caso. Normalmente hace falta mucho dinero inicial para montar una empresa porque se piensa en una producción a gran escala, esta producción a gran escala necesita de una gran cantidad de maquinaria que sale muy cara. Por esto, si una empresa se compra una maquinaria para gran escala pero sólo fabrica dos o tres productos, tendrá que venderlos a un precio desmesurado para poder pagar la maquinaria. Pero una persona, una familia propietaria que va a producir en pequeña escala, no necesita de una gran maquinaria, sino de una pequeña maquinaria -o taller, o estudio, o lo que sea- que podría pagar con una venta a un precio normal de su producto a pequeña escala. Por supuesto, hay ciertos artículos modernos "de lujo" que, si no me equivoco, necesitan de por sí una maquinaría muy cara para realizarlos -por ejemplo los ordenadores-. En estos caso habría que tratar de buscar una tecnología eficaz que se pueda realizar a pequeña escala o hacer que las fábricas o empresas fuesen propiedad de todos los trabajadores de forma equitativa (aunque la idea de grandes empresas no me entusiasma).
Por otro lado es una alegría ver que despierta interés el distributismo. Yo creo que puede ser, ciertamente, la esperanza económica -y por ende, social- al neocapitalismo. Un abrazo.
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Re: Sobre el distributismo
El título del libro de E. F. Schumacher es "El buen trabajo"
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Respuesta: Sobre el distributismo
A veces se hallan cosas preciosas por la Bloglandia...
The ChesterBelloc Mandate
Con traducciones google en castellano, català y português :)
http://1.bp.blogspot.com/_pPwqucr9m5...1600-R/end.jpg
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Respuesta: Sobre el distributismo
El artículo que nos ha ofrecido Hyeronimus me parece poco realista y desconocedor del funcionamiento real de la economía. En cuanto a sus referencias a la naturaleza humana, no parece muy acertado tampoco.
¿Tengo que saber hacer lápices, ropa, coches, casas, ordenadores, muebles, etc.? ¿Tengo que cultivar mangos, plátanos, lechugas, tomates, maiz, trigo..? ¿Tengo que saber procesar todo eso?
El autor del artículo no sabe, por lo visto, qué es la división del trabajo.
Yo, para producir un alfiler, necesito ser minero, transportista, herrero... Yo, como cualquiera de nosotros, no podría producir un alfiler sin un esfuerzo y un gasto enormes. En cambio, entre muchos, dividiéndonos el trabajo, sí podemos hacer alfileres, con menor esfuerzo y muchísimo más barato.
La producción a gran escala suprime costes y, por tanto, evita pobreza. Los experimentos socialistas (o, en este caso, distributistas) aumentan el hambre y las injusticias.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Cirujeda: Me parece que no has entendido nada del Distributismo, que no es ningún experimento, sino por la contra, una defensa práctica y coherente de la Doctrina Social Católica, en contra del capitalismo liberal y del socialismo marxista.
No entiendo por qué sacas esas conclusiones, y no entiendo tampoco eso de la " macroproducción ". Algo que practica mucho la China y ya veo como evita la pobreza.
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Ordóñez
Cirujeda: Me parece que no has entendido nada del Distributismo, que no es ningún experimento, sino por la contra, una defensa práctica y coherente de la Doctrina Social Católica, en contra del capitalismo liberal y del socialismo marxista.
No entiendo por qué sacas esas conclusiones, y no entiendo tampoco eso de la " macroproducción ". Algo que practica mucho la China y ya veo como evita la pobreza.
Sí, claro está que puedo no haber entendido. Siempre estoy dispuesto a admitirlo.
De todas formas, ¿se ha aplicado en alguna parte el distributismo? En caso afirmativo, ¿qué resultados ha dado?
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Respuesta: Sobre el distributismo
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Iniciado por
Cirujeda
Sí, claro está que puedo no haber entendido. Siempre estoy dispuesto a admitirlo.
De todas formas, ¿se ha aplicado en alguna parte el distributismo? En caso afirmativo, ¿qué resultados ha dado?
Cirujeda, creo que hay que entender la propuesta en su justo marco, esto es, un planteamiento teórico para mejorar la situación actual.
A mi me gustan muchos de sus principios, y creo que habría que hacer matizaciones respecto de otros.
Por ejemplo, el principio de "humanización de la economía" y de la multiplicación de oferentes reduciendo la dimensión de los mismos, es obvio que genererá pérdidas de competitividad en el corto plazo, pero por otra parte, generaría oportuniddaes de auténtica independencia económica para muchísimos millones de personas, a los sacaría de la condición de proletarios "dependientes" para convertirlos en "autónomos independientes generadores de riqueza".
Además, en el largo plazo y dado el actual ritmo de concentración empresarial, creo que es la única forma de garantizar la auténtica libre competencia.
Sobre si estos principios son trasladables a todos los mercados (transporte, telecomunicaciones...), pues, no lo veo viable, quizás la fórmula sea una economía dual con sectores "gigantes y globales" y otros "locales y de dimensión humana", no lo sé, lo que sé es que la situación actual NO es satisfactoria y tiende a emperorar y que nuestra obligación es la de buscar una tercera vía. Y esta puede venir de un mayor desarrollo de la teoría distributista.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Pero es que no veo la forma de llevarlo a cabo sin utilizar la coacción estatal.
¿Qué pasa con las grandes empresas actuales? ¿Hay que disolverlas por la fuerza de la Ley y utilizando la policía?
¿Una empresa de diez o cincuenta trabajadores empresarios va a poder fabricar aviones? ¿Y, además, a precios competitivos? Si los precios no son competitivos, ¿hay que obligar a las compañías aéreas a comprar esos productos aunque sean más caros o de peor calidad?
A más tamaño de la empresa, más división del trabajo, más especialización, más competitividad, más ahorro: Más riqueza, menos pobreza. No vaya a ser que por "humanizar la economía" la hagamos ineficiente y, finalmente, suframos más.
Lo de los recursos agotables o el beneficio a corto plazo no son consecuencia de la libertad económica sino de la inseguridad jurídica en cuanto a los derechos de propiedad. Si sabes que algo tuyo (un bosque, por ejemplo) no te lo va a quitar nadie, no te lo cargas con una sobre-explotación. Si sabes que en cualquier momento te lo pueden quitar, tratas de sacarle el mayor rendimiento posible cuanto antes. Los empresarios son aquellas personas que renuncian a un beneficio actual para obtener otro mayor en el futuro.
Por otra parte y por experiencia propia, sé que la mayor parte de la gente no quiere riesgos empresariales, sino que prefieren salirse de la incertidumbre del mercado siendo, sencilla y llanamente, empleados. Es más, buscando seguridad prefieren la gran empresa a la pequeña, y no digamos el ser funcionarios. La gente quiere seguridad, no riesgos. En su mayoría, no les interesa otra cosa. Prefieren ganar menos, pero seguro.
Y lo que buscan en su trabajo no es tanto "realización" como dinero. Quieren un medio de subsistencia ante todo.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Cirujeda:
- El Distributismo parte de algo que ha existido, como es la economía en la Cristiandad, rota en especial por la expansión protestante. No se trata de volver al pasado, se trata de sentar unas bases sobre algo real, que se ha aplicado y que, con los cambios, puede volver a aplicarse en esencia, socialmente. ¿ Que todo iba a ser de maravilla ? No, para paraísos en la tierra tenemos a marxistas y liberales.
- Yo entiendo muchísimo menos de economía que tú ( Como de tantas otras cosas ), pero no me convence lo de la producción. Y no me convence en tanto y en cuanto a que a día de hoy la capacidad productiva es quizá mayor que nunca y sin embargo gran parte del mundo literalmente se muere de hambre. Creo que hay " demandas y ofertas " realmente inexistentes ( Eso de los intereses creados ), creo que hay que eliminar la usura y la especulación y creo en la justa distribución de la propiedad.
- Y reitero: El Distributismo, como otras doctrinas de " signo corporativista ", viene al calor del Catolicismo Social.
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Respuesta: Sobre el distributismo
En el actual contexto neopagano, no creo que pueda funcionar. Se cuenta, por lo visto, con una cierta bondad o, por lo menos, principios morales por parte de las personas. Eso sin entrar en economía pura.
No quiero opinar más sobre el distributismo hasta que pueda informarme algo mejor sobre qué es. Lo que he leído ha sido corto y superficial. La verdad es que no le veo una relación directa con el corporativismo que encontramos en la Rerum Novarum, que no habla en ningún momento de hogares autosuficientes.
Creo que hay autores que se olvidan de que la Doctrina Social Católica no es una tercera vía, sino que pertenece al campo de la teología. Concretamente, como decía Juan Pablo II, al campo de la teología moral.
Por esa razón, da criterios morales, pero no técnicas o sistemas económicos.
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Respuesta: Sobre el distributismo
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Iniciado por
Ordóñez
Cirujeda:
... no me convence lo de la producción. Y no me convence en tanto y en cuanto a que a día de hoy la capacidad productiva es quizá mayor que nunca y sin embargo gran parte del mundo literalmente se muere de hambre.
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Ordóñez:
Es cierto que muchísimas personas se mueren de hambre, pero también lo es que, en otros tiempos, sólo unos pocos privilegiados comían decentemente todos los días. En la actualidad, nos encontramos con sociedades enteras que, casi al cien por cien, no pasan hambre.
Hay un denominador común en las naciones pobres, compuesto por La falta de libertad económica, la ausencia de instituciones fiables, la carencia de un sistema jurídico fuerte y capaz de hacerse respetar.
Hay otro elemento que se da en la mayoría de esas naciones: Reciben ayuda exterior. Esa ayuda tira por tierra las iniciativas empresariales locales, pues es más fácil consumir cereal regalado por los camiones de la FAO que ir a comprarlo a un productor local.
¿Cómo se puede ayudar desde los países más ricos? Pues, sinceramente, creo que eliminando los aranceles. Si les dejamos vender sus productos aquí, nosotros nos beneficiaremos de mejores precios y ellos podrán desarrollar sus economías, sin depender de limosnas.
Interrelación en vez de autosuficiencia. Humanización de la globalización, en lugar de anti-globalización. Todos nos servimos a todos.
En fin, esto tiene muchas implicaciones.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Pero cómo que no los da hombre, claro que los da. De hecho ahí lo que se expone en todo caso es una introducción. Irmâo de Cá ha puesto un buen enlace, aunque está en inglés.
Bueno, vamos a exponer algunas cosillas:
G. K. Chesterton y Dorothy Day sobre la economia: distributismo en ...
Hispánitas - Distributismo - Diccionario Político - Glosario
Distributismo
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Granja distributista de Ontario fundada bajo los criterios distributistas
El distributismo, también conocido como distribucionismo, es una tercera vía económica, entre el socialismo y el capitalismo, formulada por pensadores tales como G. K. Chesterton y Hilaire Belloc para aplicar los principios de justicia social teóricamente articulados por la Iglesia Católica, especialmente por el Papa León XIII en su encíclica Rerum Novarum.
De acuerdo con el distributismo, la propiedad privada sobre los medios de producción debería estar distribuída lo más ampliamente posible entre la población, en vez de estar centralizada bajo el control de unos pocos burócratas del gobierno (como en muchas formas de socialismo) o en una minoría que comanda los recursos (como en muchas formas de capitalismo). Un resumen sobre el distributismo se encuentra en una declaración de G. K. Chesterton: "Mucho capitalismo no quiere decir muchos capitalistas, sino muy pocos capitalistas."[1]
Contenido
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Principios [editar]
Esencialmente, el distributismo se distingue por su promoción de la distribución de los bienes. Sostiene que, mientras que el socialismo no permite a las personas la propiedad de bienes de producción (todos están bajo el control del Estado, la comunidad, o de los trabajadores), y mientras que el capitalismo permite sólo a unos pocos la propiedad de estos, al contrario el distributismo trata de asegurar que la mayoría de las personas se convertirán en los propietarios de la propiedad productiva. Como Hilaire Belloc dijo, el Estado de distribución (es decir, el Estado que ha aplicado el distributismo) contiene "una aglomeración de las familias de diversos niveles de riqueza, pero, con mucho, el mayor número de propietarios de los medios de producción." Esto hace más amplia distribución. No se extenderá a todos los bienes, sino sólo a los bienes productivos, es decir, que los bienes que producen riqueza, es decir, las cosas que necesita el hombre para sobrevivir. Incluye la tierra, herramientas, etc.
A menudo se ha descrito como una tercera vía de orden económico, además de socialismo y capitalismo. Sin embargo, algunos lo han visto más como una aspiración, que ha sido realizada con algún éxito en el corto plazo por el compromiso con los principios de subsidiariedad y la solidaridad del cooperativismo (que se construye en estas cooperativas locales financieramente independientes, uniendo propiedad privada y mercado con trabajo colaborativo e igualdad de decisión).
Historia [editar]
Mientras que las encíclicas papales eran un punto de partida, Belloc y Chesterton se basaron mucho en sus sugerencias sobre qué cambiar hoy día analizando lo que funcionó en el medioevo antes del desarrollo de la filosofía capitalista fuera articulada por primera vez por Jean Ouidort en la teoría de “homo economicus” en “De potestate regia et papali”
La articulación de las ideas del distributismo se basaron en las enseñanzas papales de los siglos XIX y XX, comenzando con el Papa León XIII y su encíclica “Rerum Novarum”. En Estados Unidos, corriendo los años 30 del siglo XX, el Distributismo fue tratado en numerosos ensayos por Chesterton, Belloc y otros en “The American Review”, publicada y editada por Seward Collins
El distributismo fue después adoptado por el Movimiento del Trabajador Católico, en conjunto con el pensamiento de Dorothy Day y Peter Maurin concerniendo a comunidades independientes y localizadas.
Dorothy lo describió en esta forma: "La meta del distributismo es la propiedad familiar de tierra, talleres, tiendas, transportes, comercios, profesiones, y así más. Propiedad familiar es el medio de producción tan ampliamente distribuido como para ser la marca de la vida económica de la comunidad - este es el deseo de la distribución. Es también el deseo del mundo (El Trabajador Católico, junio de 1948.)
Propiedad privada [editar]
En semejante sistema, la mayoría de la gente podría ganarse una forma de vivir sin tener que depender del uso de la propiedad por otros. El ejemplo de gente ganándose la vida de esta manera serían los granjeros que son propietarios de sus propias tierras y las maquinarias para explotarla. La idea es reconocer que semejante propiedad y equipo pueda ser de copropiedad de una comunidad local más grande que una familia, por ejemplo, socios en un negocio.
Teoría geopolítica [editar]
Orden politico [editar]
El distributismo no favorece un sistema político sobre otro, sea este la monarquía o la democracia. El distributismo no necesariamente apoya al anarquismo, aunque algunos distributistas, como Dorothy Day, eran anarquistas. El distributismo no apoya un orden político hacia el extremo individualismo o estatismo.
Partidos politicos [editar]
El distributismo no se afilia con ningún partido político. En Inglaterra hay algunos partidos políticos que exponen ideas distributistas.
Influencia [editar]
E.F. Schumacher [editar]
El distributismo es conocido por haber tenido una gran influencia sobre el economista E. F. Schumacher, autor del libro "Lo pequeño es bello" sobre economía en red, quien se convirtiera al catolicismo.
Textos fundamentales [editar]
Véase también [editar]
Pensadores [editar]
Referencias [editar]
- ↑ G. K. Chesterton, "The Uses of Diversity", 1921.
Enlaces externos [editar]
Enlaces externos en Inglés [editar]
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Categorías: Sistemas económicos | Cristianismo y política | Economía alternativa
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Respuesta: Sobre el distributismo
¿ Pero qué es libertad económica ? ¿ La usura y la especulación ? Muchos de esos países no tienen libertad económica porque son dominados directamente desde los que mandan en la globalización. Cirujeda: Podemos seguir pensando que hay libertad económica, pero no, a día de hoy no existe.
Imagínate, por ejemplo, que en España se encontrara petróleo. Imagínate que un dirigente medio decente dijera que no iba a poner el petróleo en las manos de yanquis, ingleses o franchutes, sino que lo iba a aprovechar como recurso natural para el motor económico de su país. Eso fue lo que quiso Salazar cuando se descubrió petróleo en Cabinda. Ni la Pérfida Albión, ni la Gringada, ni Franchutia, ni la URSS ni la Cuba de Castro se lo perdonaron. Si años antes había sido continuamente amenazado, ahora venía lo bueno. No es que Salazar fuera perfecto, pero lo que quiero decir es que hoy no existe libertad económica. Existen determinados " rols " de producción que o bien cumples o bien te hago una guerra preventiva. Te la hago mejor si eres débil, claro. No es lo mismo Irak que Rusia o China, o hasta Arabia Saudí, ya puestos.
En el mundo capitalista, heredado de la mentalidad calvinista ( Donde el dinero es una bendición determinista ), nunca ha habido esa supuesta libertad económica. Esa " ayuda exterior " va determinada a controlar esos " roles ", como está pasando con los minerales en África.
Es cierto que en otras épocas las carestías de alimentos y etc. podían producir serios baches alimentarios. Por eso mismo, si hoy hay más capacidad productiva que nunca, ¿ cómo es que algunas partes del mundo viven a cuerpo de rey mientras que otras muchas se hunden en la miseria ?
No me opongo a la libertad económica. Pero lo que sí me opongo es a la mentalidad calvinista, a la exaltación del egoísmo y la avaricia, a la planificación global, a la injusticia social, al caos en la propiedad, y por supuesto, al estatalismo; y a día de hoy, vemos que capitalismo y socialismo se van fusionando, no son tan excluyentes: China. ¿ Rusia ? Algo hay. ¿ Obama ? También.
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Respuesta: Sobre el distributismo
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Respuesta: Sobre el distributismo
Ordóñez:
Gracias por la información. Procuraré leérmela en cuanto saque un ratillo.
Cuando hablo de libertad económica, no me refiero a copiar los desviados principios del liberalismo. Ya hemos convenido, hace tiempo, que liberalismo no es igual a libertad.
Estoy de acuerdo contigo en que quedan muchos pasos que dar para conseguir una plena libertad económica y en que hay muchos poderosos que se oponen a esa libertad. No tenemos más que ver el indignante rescate bancario que han hecho los gobiernos nacionales de Europa y Estados Unidos sin contar con el permiso de los ciudadanos.
Los bancos, los estados, las instituciones supranacionales, las grandes fortunas, tienden a defender privilegios y no a procurar el bien común. Otra cosa es que, muchas veces, la única forma que tienen de crecer es trabajar para el bien común. Un fabricante de coches, por ejemplo, tratará de hacer buenos coches porque quiere que la gente se los compre. Y, si hacen buenos coches a buen precio, están haciendo un bien.
Eso, que para un liberal es una regla de oro, no se da siempre. También es posible hacerse rico produciendo telebasura, por ejemplo. Un liberal te diría que en el sistema capitalista sólo se puede obtener riqueza haciendo algo útil para los demás. En la realidad, vemos que no es así, y que es posible obtenerla a través de privilegios, subvenciones, favores, etc., que hacen que, en la práctica, sea muchas veces más rentable rendir pleitesía a los gobernantes (o untarles las manos) que competir por ofrecer a la gente lo mejor al mejor precio.
Lo que he dicho acerca de que la Doctrina Social Católica sólo da criterios morales y no es una tercera vía no me lo he inventado yo. Así lo dice, por ejemplo, Juan Pablo II en la Centesimus Annus.
Lo dicho: Gracias.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Cirujeda, de nada. Pero no entiendo bien a dónde quieres llegar, ¿ insinúas que según la Iglesia no hay alternativa entre capitalismo y socialismo ? ¿ Que en todo caso hay que " catoliquizar " el capitalismo ?
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Respuesta: Sobre el distributismo
Ordóñez amigo, creo que no, creo que Cirujeda ha querido decir que la doctrina social catolica, materializada en las enciclicas Rerum Novarum, Quadragesimo Anno y Centesimus Annus entre otras, no define un modelo economico concreto que pueda ser entendido como una tercera via, pero tan sólo apunta los principios morales que deben reglar un tal modelo. Por eso se ha hecho necesario que Belloq y Chesterton lograsen aplicar esos principios (en mi opinión, de manera muy correcta) en el distributismo.
Así aunque pueda ser, de facto, la concretización economica de la doctrina social de la Iglesia, no lo es de derecho... todavía.
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Se borra este mensaje por las siguientes razones:
1) Hay que tener cuidado con lo que se copia. No se puede poner lo primero que uno encuentre en google buscando "distributismo".
2) La cantidad de material de economía liberal en internet es enorme, y la de economía católica reducida. No tenemos ni capacidad ni ganas de comentar y rebatir todo lo que existe, de forma que hay que ser muy restringidos. Existen muchos textos llenos de falacias y otros de verdades a medias, y este foro es para fomentar una economía justa, la presencia de muchos textos de esos iría contra el fin del foro.
3) Es más interesante definir y explicar las bases de la economía justa y la economía católica que ver qué es lo dicen los demás de lo que nosotros queremos. Hay que orientar más las aportaciones hacia lo primero y procurar evitar lo segundo.
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Ordóñez:
Irmao me ha entendido bastante bien, aunque no comparto lo que dice al final de su mensaje.
La Iglesia, en mi opinión, no tiene que ocuparse de temas de técnica económica y, por tanto, no tendría que ofrecer ni una tercera, ni una cuarta, ni una quinta vía. No es su misión (Lc 12,14, Mt 22,21, Act 3,6).
Pero sí es su misión la denuncia de las injusticias y la defensa firme de la moralidad y las buenas costumbres. Copio una frase de la Centesimus Annus:
"...la doctrina social de la Iglesia, preocupándose del hombre, interesándose por él y por su modo de comportarse en el mundo, «pertenece... al campo de la teología y especialmente de la teología moral".
Creo que esta claro que teología moral y economía no son lo mismo.
Ya he leído tu aporte de Wikipedia y no me aclara gran cosa sobre lo que ya había visto anteriormente. Sólo veo interés en cambiar el actual status quo. De ese interés, nace la propuesta de una tercera vía.
Sigo encontrando los mismos inconvenientes que antes. Parece como que hubiese que aplicar una especia de ingeniería social para aplicar el distributismo. No veo respeto al orden espontáneo. Diría que la propuesta del distributismo comparte un pecado con el socialismo: "Como nuestra idea es la mejor, vamos a imponerla". ¿De qué otra forma, si no, podemos llegar a poner en práctica esta tercera vía?
¿Qué hacemos con las grandes empresas actuales? ¿Disolverlas por la fuerza de la Ley? ¿Somos conscientes de la pobreza que eso puede generar? ¿Sabemos que determinadas actividades sólo son factibles con una gran acumulación de capital? ¿Qué pasaría, por ejemplo, con las comunicaciones? ¿Empresas familiares van a darnos un buen servicio de telefonía?
En fin, creo que haría falta una revolución violenta para llevar a la práctica esta vía.
Y sigo insistiendo en que la mayoría de la población prefiere un sueldo seguro antes que asumir riesgos con la expectativa de un mayor beneficio. La gente prefiere seguridad antes que aventura empresarial. Por eso dije antes que el distributismo parece desconocedor de la naturaleza humana.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Pero es que volvemos a lo mismo:
¿ A qué grandes empresas te refieres ? Yo sí que disolvía a la banca usurera/especuladora, por ejemplo. Al igual que muchos grandes centros comerciales. Al igual que todos aquellos sinvergüenzas que juegan con la publicidad fraudulenta.
La ingeniería social no la hace el distributismo, la ha hecho el capitalismo. No es un problema de más o menos producción, sino de justicia. ¿ De qué nos sirve producir y competir mientras más que más de medio mundo se muere de hambre ?
Por supuesto, el distributismo, esto es, la economía en una sociedad católica, no puede aplicarse en los parámetros actuales, donde domina la usura, la especulación, el egoísmo, la avaricia, el materialismo.
El distributismo no es un invento, está basado en algo que existió. Lo que cambió la economía fundamentalmente ( Con 1000 matices ) es la mentalidad protestante que acabó triunfando en Europa. El dinero no es una bendición divina. Y además, ¿ qué seguridad de sueldos nos ofrece el sistema actual ? ¿ Qué seguridad en la propiedad ? Es todo ficticio. Como la supuesta bonanza económica aznarista.
El distributismo no puede aplicarse con Revolución, para eso está el capitalismo y el socialismo, hijos de la misma escuela. El distributismo es contrarrevolucionario. No más revoluciones, no más experimentos, de eso se trata.
Tampoco entiendo qué propones Cirujeda. Repito: ¿ Catoliquizar el capitalismo ? Me temo que es imposible, porque tal y como está planteado, es esencialmente anticatólico.
Y no creo que la Iglesia pueda ni deba aceptar presupuestos revolucionarios como la monstruosa economía actual.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Vamos a ver: ¿Cómo? No sé cómo se puede aplicar. Si se trata de un sistema sólo aplicable en un contexto social de Cristiandad, está claro que no es el momento y sólo estamos en un debate teórico.
¿Qué me propongo? Nada especial. Sólo quiero decir que no veo muchas alternativas, salvo que en el actual sistema intervengan cristianos o, por lo menos, personas con sólidos principios morales. Simples comentarios.
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Ya. Pero, por proponer, hay quien propone, como la teología de la liberación, que el cristiano puede entrar en un sistema socialista....No se puede ser monja entre las prostitutas, amigo. O al menos, es muy difícil.
El capitalismo no es más legítimo que el socialismo. Está basado en presupuestos que sí, son de la naturaleza humana, la más pecaminosa....Y es más, te diré que no creo que el capitalismo vaya al fin, pues es capaz de regenerarse de su propia mierda. Pero los presupuestos " morales ", ideológicos, etc. del capitalismo son esos: Avaricia, usura, especulación, egoísmo, mentira. De libertad económica nada.
No se trata de un experimento. El distributismo trata de reconstruir en lo económico una sociedad católica, que hoy no existe, pero que existió, y claro que puede volver a existir, nunca siendo una copia del pasado. Nunca con una Revolución, como se implantó lo actual. Además, que el capitalismo no es nada nuevo realmente.
¿ No es el momento ? Es el momento de luchar contra el sistema y de proponer soluciones prácticas.
Yo es que sigo sin entender a qué te refieres con " grandes empresas ". Si te refieres a Santander, Timofónica, etc., pues entonces ya sabes lo que pienso. Pienso que grandes empresas no son excluyentes en un sistema donde se aplica, o por lo menos se establecen las bases, para una correcta distribución de la riqueza, que no puede venir ni del falso dios especulador dineril ni del falso dios estatalista asfixiante ( Estos falsos dioses hoy no se excluyen, sino que se complementan ). La teoría de una " pugna histórica irreconciliable " entre capitalismo y socialismo a día de hoy se ve que es una farsa.
Igual que el sistema político es una estafa y si se presenta uno a elecciones no es porque se esté de acuerdo con él, pues su sistema económico es más de lo mismo. Luchamos porque esto algún día caiga, pero no luchamos por una Revolución. " La Contrarrevolución no es la Revolución al contrario, sino lo contrario de la Revolución ", Conde de Maistre. Y es que hay soluciones. ¿ Que es difícil ? Pues sí.
El problema es ese: Que la realidad es muy tozuda y que el sistema liberal no ofrece ni garantías de sueldos, ni garantías de propiedad, ni garantías empresariales, ni garantías sindicales, ni las mínimas garantías laborales. Lo vivo día a día todo lo que es eso, y como yo, otros muchos. Porque es que sencillamente no quiere, se le acabaría el tinglado.
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La gran empresa, por sí misma, no es mala. Otra cosa es que esa gran empresa deje de competir (es decir, ofrecer lo mejor al mejor precio en un espacio de libertad llamado mercado) y se dedique a mendigar favores en un sistema mercantilista. Es decir, que en vez de dedicarse a la función natural de la empresa (ofrecer a la gente cosas que ésta necesita), se dedique al compadreo con el poder para buscar privilegios.
Eso, actualmente y por desgracia, es lo que hacen esas grandes empresas que citas.
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Y yo no he dicho que sea mala.
Ahora bien, ¿ lo que la gente necesita ? Esto es peligroso y me explico: Por este presupuesto, entendemos que un viejo de 90 años necesita imperiosamente un móvil....Más bien en el capitalismo lo que se imponen son " necesidades más que discutibles " no ya con el fin de competir, sino con el de engañar y recaudar.
No es que " dejen de competir ", es que el mercado capitalista es así. Y el ejemplo mismo que citas prueba que no es incompatible el estatalismo sociata con la avidez liberal.
Por ejemplo en Yanquilandia, ¿ quién financia las fantasmagóricas campañas electorales ? Pues los grandes futuros beneficiarios. Y así, siempre.
No es que esté mal la empresa grande. Lo que no hay derecho es que se extinga la pequeña y mediana empresa, un gran motor económico, a cuenta del choriceo global. Competencia desleal, que se dice. Como si en las sociedades católicas anteriores al capitalismo calvinista no hubiera existido competencia o libertad...Pues sí, sí que existió. Como existía una mayor garantía de la propiedad y el salario. Y hoy, que se puede producir como nunca, ya vemos la lotería colateral cómo se las trae.
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Ordóñez
Y yo no he dicho que sea mala.
Ahora bien, ¿ lo que la gente necesita ? Esto es peligroso y me explico: Por este presupuesto, entendemos que un viejo de 90 años necesita imperiosamente un móvil....Más bien en el capitalismo lo que se imponen son " necesidades más que discutibles " no ya con el fin de competir, sino con el de engañar y recaudar.
Claro. El problema es que, para que la gran empresa capitalista se expanda más y más, es necesario que aumente el consumo a toda costa. Ahí entra en juego la moral personal. Ningún empresario cristiano se hará rico montando espectáculos eróticos o vendiendo drogas. O, como ya he dicho varias veces, telebasura. Tampoco hará informativos "a medida", de tal modo que cada oyente busque la emisora que más le agrada al oído, sino que procurará que sus informativos ofrezcan información veraz, objetiva, fiable.
Pero se trataría, entiendo, de transformar el contexto cultural más que de cambiar el sistema económico. No descarto, tampoco, medidas legislativas. Yo prohibiría la exposición de revistas pornográficas en los escaparates, por ejemplo. Las leyes bien aplicadas terminan teniendo un efecto cultural. El aborto provocado, por ejemplo, no tendría tanta aceptación en España si no se hubiese despenalizado. En las actividades empresariales puede pasar lo mismo.
Por eso, más que de implantar un sistema distributista, creo que se trata de trabajar para que ciertas cosas no se consideren necesarias. ¿Para qué quiere Zapatero dar un portátil a todos los escolares a partir de 5º de primaria? Puede que sea por puro electoralismo, pero no descarto que, simplemente, quiera seguir trabajando en la formación de un pueblo fofo, de niños gordos con cuarenta años, llenitos de las necesidades más estúpidas. Repartir ordenadores, como repartir preservativos, va creando "necesidades" en la población. Cuando pruebas algo y te gusta, no quieres renunciar a ello. Estos tíos se valen de estas cosas.
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Ordóñez
No es que " dejen de competir ", es que el mercado capitalista es así. Y el ejemplo mismo que citas prueba que no es incompatible el estatalismo sociata con la avidez liberal.
Por ejemplo en Yanquilandia, ¿ quién financia las fantasmagóricas campañas electorales ? Pues los grandes futuros beneficiarios. Y así, siempre.
Pues eso es lo que me fastidia. Que se limite la competencia por conceder privilegios a los poderosos. Por eso, apoyo la prohibición de monopolios, subvenciones y, por supuesto, rescates bancarios. Con la excusa del bien común, nos obligan a pagar una auténtica millonada.
Lo que ocurre es que, en boca de muchos liberales, los poderosos no lo son (no son liberales, quiero decir). Una vez que eres poderoso, te conviene que los demás no compitan contigo. Te los cargas, con apoyo político, para que no te hagan competencia. Es decir: el poderoso, en cuanto lo es, deja de ser liberal. Deja de convenirle el mercado libre. Quiere regulaciones que dificulten el acceso de otros al mercado. Aumentan las exigencias burocráticas, técnicas, de seguridad, de titulación, etc. Un liberal está en contra de las regulaciones excesivas.
Por eso, he dicho en otros hilos que, una vez que se tira por tierra el principio "un hombre, un voto" y se demuestra la validez y necesidad del principio de subsidiariedad, es posible captar apoyos entre los liberales. El liberal dejaría de serlo, porque descubre que liberalismo y libertad no son lo mismo. Es necesaria una labor doctrinal que haga comprender a la gente la necesidad de los cuerpos intermedios y la estructura orgánica de la sociedad, así como las falacias del centralismo.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Las razones que expones para convencer a un liberal veo que son, cuanto menos, parecidas para convencer a un socialista. En esas estamos, en intentar convencer al personal que ya basta de Revolución y de experimentos.
Libertad económica no puede existir sin responsabilidad. Si el objetivo del hombre es esperarlas venir, entonces no me interesa esa sociedad. En una sociedad cristiana, el hombre ha de ser responsable y tiene que participar en los asuntos, cada uno según sus capacidades por supuesto. Pero no veo nada en contradicción del distributismo con la Doctrina de la Iglesia, amén del distributismo proponer soluciones realistas. Lo que no veo realista es que este sistema ladrón y criminal concuerde en algo con la Doctrina de la Iglesia y que los católicos debamos defenderlo o intentar remendarlo según sus corruptas bases.
El " mercado libre " del liberalismo es así, no es que ellos se traicionen o sean menos liberales. Es una de las grandes trampas de este sistema que por encima de todo es individualista y no conoce moral alguna.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Bueno, tampoco creo que sea así. A un liberal no hay que convencerlo de la pervesidad del aumento insaciable del aparato administrativo de Estado, ni de la bondad de la reducción de impuestos, ni tampoco del fracaso de la planificación centralista.
Ese afán por la planificación centralista es el que lleva a un socialista a combatir el principio de subsidiariedad y a librarse de contrapesos en el ejercicio del poder. Un liberal puede no tener muy claro qué es la subsidiariedad, pero al menos sí que está a favor de los contrapesos, cosa que detestan los socialistas, que quieren un poder omnímodo e ilimitado.
Así, mientras los liberales invocan la separación de poderes (pensando que en la práctica se puede dar aunque a la hora de la verdad no sirva para nada), los socialistas entierran a Montesquieu.
Sobre el distributismo, yo tampoco veo contradicción con la Doctrina Social de la Iglesia. Simplemente, he dicho que la Iglesia no interviene en asuntos de técnica económica, sino que se limita a defender principios morales.
En cuanto al mercado libre, voy a copiar el párrafo central del número 42 de la Centesimus Annus, de Juan Pablo II:
"Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de «economía de empresa», «economía de mercado», o simplemente de «economía libre». Pero si por «capitalismo» se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa."
Yo pienso como él.
Y, de camino, cito también un párrafo del número 41 de la Sollicitudo Rei Socialis:
"La doctrina social de la Iglesia no es, pues, una « tercera vía » entre el capitalismo liberal y el colectivismo marxista, y ni siquiera una posible alternativa a otras soluciones menos contrapuestas radicalmente, sino que tiene una categoría propia. No es tampoco una ideología, sino la cuidadosa formulación del resultado de una atenta reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial. Su objetivo principal es interpretar esas realidades, examinando su conformidad o diferencia con lo que el Evangelio enseña acerca del hombre y su vocación terrena y, a la vez, trascendente, para orientar en consecuencia la conducta cristiana. Por tanto, no pertenece al ámbito de la ideología, sino al de la teología y especialmente de la teología moral."
Por eso digo que la Iglesia de ocupa de hacer teología pero no economía.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Por eso mismo Cirujeda, este sistema es moralmente inaceptable.
El tema es que eso de los liberales podía ser así en el siglo XIX. Pero con el tiempo, se va viendo que socialismo y liberalismo no son excluyentes, sino que son capaces de complementarse entre sí, y éste es el gran " desafío " que nos ha tocado vivir.
El liberal es individualista y relativista. Para el liberal, todo eso que dices es posible mientras a él le vaya bien....Mientras sea un " estado empresario " o una " empresa que domine al estado "; en verdad, no es tan diferente del " estado-partido ". Por supuesto, el liberal está en contra del principio de subsidiariedad y está en contra de una sociedad cristiana donde los vecinos sean responsables ante el bien común y luchen por sus intereses con su suficiencia. Estos intereses, en un sistema liberal, están delegados siempre " a otros ", y de ahí a la narcotización brutal de esta sociedad, que siempre busca " arriba " ( Y no me refiero a Dios Nuestro Señor ) mientras no es capaz de moverse. Así, nunca habrá correcta distribución de la riqueza, nunca habrá " sana competencia "; nunca acabaremos con publicidades fraudulentas y con macro-oligarquías; esto último precisamente es lo que posibilita un sistema basado en los instintos calvinistas que creen que el único afán del hombre es " estar tranquilo " viendo la tele y enriqueciéndose como sea.
No es sólo un problema filosófico, sino también moral y religioso. Y a lo que voy es que el distributismo ofrece verdaderas respuestas ante esta brutal crisis que padecemos, que no sólo es económica. El distributismo no es un experimento, y lo recalco. El experimento es lo que vivimos hoy, en esta inhumana globalización capitalista, resultado de muchas revoluciones violentas; y te lo digo aludiendo a lo que decías. El distributismo precisamente es lo contrario de eso, y no busca paraísos en la tierra ni fantasías ociosas. Y para mí, sí que conoce la naturaleza humana. Y cómo recuperarla para una sociedad católica.
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Iniciado por
Ordóñez
El distributismo no es un experimento, y lo recalco. .
Entonces, ¿no es la aplicación de la Rerum Novarum? Al menos, así se plantea en el artículo que inicia este hilo. Y la Rerum Novarum se publicó en 1891, un siglo después de las dos grandes revoluciones liberales. Alguna diferencia habrá con el Antiguo Régimen. Quizás, hablemos de distintos tipos de distributismo.
¿El distributismo es compatible con los gremios? Si alguien puede contestarme, estaré agradecido.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Sí. De hecho también hay quien ha hablado de " gremialismo "; aquí en España así se llamó a la corriente de Acción Española o también a los Sindicatos Libres, éstos copados por carlistas. No por querer " volver al pasado ", sino por " usar " ese referente. El tradicionalismo no es " la vuelta al Antiguo Régimen " y ya los primeros realistas españoles presentaron sus programas renovadores, véase por ejemplo Fray Magín Ferrer, condensado en la obra sobre el pensamiento político del Carlismo de Alexandra Wilhelmsen.
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Por favor alguien me puede explicar la diferencias entre distributismo y cooperativismo
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Iniciado por
Toronjo
Por favor alguien me puede explicar la diferencias entre distributismo y cooperativismo
No todo cooperativismo es distributista, pero puede haber formas de cooperativismo que sí lo sean. El distributismo es un concepto mucho más amplio vinculado a la "distribución" de la propiedad de los medios de producción a las familias o grupos de familias. En general el cooperativismo, aunque "distribuya" de alguna forma la propiedad, sigue siendo individualista por eso en general las legislaciones han buscado prohibir su transformación en sociedad anónima o sociedad por acciones, pues en los casos en que esto se ha permitido, los empleados suelen casi automáticamente vender su participación societaria.
Respecto al tema de los gremios, efectivamente el distributismo apoya la conformación de gremios profesionales, corporaciones o guildas tradicionales, siempre que estén reguladas (de preferencia, internamente) de forma que se eviten injusticias en la promoción de aprendices y oficiales. También se prefieren los gremios locales a los regionales o (peor) nacionales.
La distribución propietaria de la que habla el distributismo no es social en el sentido de cuando se habla de "distribución de la riqueza" lo que generalmente implica un estado cobrando impuestos progresivos y distribuyendo a su arbitrio los fondos entre los que considera menos favorecidos. El distributismo favorece las limitaciones en aquellas fuerzas económicas que llevan a la concentración de los medios de producción, y los medios legales que apañan esta situación; por ejemplo mediante la prohibición de operaciones usurarias, "apalancadas", especulativas, "cortas", etc. Obviamente habrá impuestos necesarios, pero siempre de nivel local y, por lo tanto, bajos (en la Edad Media, el campesino pagaba como todo impuesto el equivalente a 1/12 [8,5%] de su trabajo... comparemos eso con las actuales tasas de impuestos a las ganancias, herencias, activos, valor agregado, etc.).
La idea del distributismo es que cada familia cuente con los medios de producción suficientes para que sola o junto a otras familias vecinas puedan lograr los recursos necesarios para su subsistencia, esparcimiento, cultivo intelectual y ahorro moderado. También arbitrar los medios para que estas familias o comunidades de familias puedan asociarse libremente con otras para la realización de obras de infraestructura necesarias, contando para ello con la asistencia y en su caso el trabajo de los maestros pertenecientes a gremios especializados.
Claramente una sociedad distributista será (como fue hasta que la carcomió la Revolución) más "lenta" pero mucho más justa, más acorde a la naturaleza humana y más compasiva con aquéllos menos favorecidos. Una sociedad no de individuos iguales, masificados y alienados que compiten entre sí por un pedazo de pan, sino una sociedad de personas desiguales en jerarquía y dignidad donde todos se complementen y suplan mutuamente en miras al fin de esta vida que -como decía Chesterton- está más allá de esta vida. Será una sociedad que no mida el bienestar, sino que se beneficie del bien-ser.
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Iniciado por
Walter E. Kurtz
No todo cooperativismo es distributista, pero puede haber formas de cooperativismo que sí lo sean. El distributismo es un concepto mucho más amplio vinculado a la "distribución" de la propiedad de los medios de producción a las familias o grupos de familias. En general el cooperativismo, aunque "distribuya" de alguna forma la propiedad, sigue siendo individualista por eso en general las legislaciones han buscado prohibir su transformación en sociedad anónima o sociedad por acciones, pues en los casos en que esto se ha permitido, los empleados suelen casi automáticamente vender su participación societaria.
Respecto al tema de los gremios, efectivamente el distributismo apoya la conformación de gremios profesionales, corporaciones o guildas tradicionales, siempre que estén reguladas (de preferencia, internamente) de forma que se eviten injusticias en la promoción de aprendices y oficiales. También se prefieren los gremios locales a los regionales o (peor) nacionales.
La distribución propietaria de la que habla el distributismo no es social en el sentido de cuando se habla de "distribución de la riqueza" lo que generalmente implica un estado cobrando impuestos progresivos y distribuyendo a su arbitrio los fondos entre los que considera menos favorecidos. El distributismo favorece las limitaciones en aquellas fuerzas económicas que llevan a la concentración de los medios de producción, y los medios legales que apañan esta situación; por ejemplo mediante la prohibición de operaciones usurarias, "apalancadas", especulativas, "cortas", etc. Obviamente habrá impuestos necesarios, pero siempre de nivel local y, por lo tanto, bajos (en la Edad Media, el campesino pagaba como todo impuesto el equivalente a 1/12 [8,5%] de su trabajo... comparemos eso con las actuales tasas de impuestos a las ganancias, herencias, activos, valor agregado, etc.).
La idea del distributismo es que cada familia cuente con los medios de producción suficientes para que sola o junto a otras familias vecinas puedan lograr los recursos necesarios para su subsistencia, esparcimiento, cultivo intelectual y ahorro moderado. También arbitrar los medios para que estas familias o comunidades de familias puedan asociarse libremente con otras para la realización de obras de infraestructura necesarias, contando para ello con la asistencia y en su caso el trabajo de los maestros pertenecientes a gremios especializados.
Claramente una sociedad distributista será (como fue hasta que la carcomió la Revolución) más "lenta" pero mucho más justa, más acorde a la naturaleza humana y más compasiva con aquéllos menos favorecidos. Una sociedad no de individuos iguales, masificados y alienados que compiten entre sí por un pedazo de pan, sino una sociedad de personas desiguales en jerarquía y dignidad donde todos se complementen y suplan mutuamente en miras al fin de esta vida que -como decía Chesterton- está más allá de esta vida. Será una sociedad que no mida el bienestar, sino que se beneficie del bien-ser.
Muchas gracias
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Respuesta: Sobre el distributismo
"...(en la Edad Media, el campesino pagaba como todo impuesto el equivalente a 1/12 [8,5%] de su trabajo... comparemos eso con las actuales tasas de impuestos a las ganancias, herencias, activos, valor agregado, etc.)...."
Hombre, no sé de dónde has podido sacar ésa cifra. Hay que tener en cuenta si hablamos de Alta Edad Media, de Baja Edad Media, de Castilla, de Aragón, etc...
Los "impuestos" pagados por el campesinado (en general) y en ciertas ocasiones y condiciones, apenas le dejaban algo que llevarse a la boca; hay que tener en cuenta que no se pagaba en dinero sino en especie o en trabajo personal obligatorio, había que acudir al fonsado o al apellido, vivía bajo un régimen de señorío, de abadengo, real, de behetría....... Por otro lado no tenía ninguna contraprestación (excepto la, a veces, hipotética protección contra el musulmán). Enfin, una bicoca.
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Iniciado por
Cirujeda
Por otra parte y por experiencia propia, sé que la mayor parte de la gente no quiere riesgos empresariales, sino que prefieren salirse de la incertidumbre del mercado siendo, sencilla y llanamente, empleados. Es más, buscando seguridad prefieren la gran empresa a la pequeña, y no digamos el ser funcionarios. La gente quiere seguridad, no riesgos. En su mayoría, no les interesa otra cosa. Prefieren ganar menos, pero seguro.
No sé si es tan así, Cirujeda; por lo menos lo que he visto siempre por aquí es un deseo de la gente que trabaja en relación de dependencia de independizarse y poner su propio negocio; ésto se vio muy bien en los '90 con la implantación del modelo neoliberal que al cerrarse muchas fábricas los ex-empleados con la indemnización abrían remiserías, videoclubes, drugstores o maxikioscos. Por donde vivo (un área semirrural cercana a Buenos Aires) la mayoría de los vecinos tienen sus propios negocios o trabajan por su cuenta con algún oficio. Generalmente los que se emplean son jovencitos que recién ingresan al mercado laboral (habiendo muchos que trabajan con sus padres).
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Respuesta: Sobre el distributismo
Unos apuntes prácticos.
Es cierto que hacen falta empresas con grandes medios para investigar y desarrollar artículos y tecnología que son necesarios. Pero eso no está reñido con que las haya medianas y pequeñas. El tradicionalismo siempre ha hablado de un sistema múltiple.
Servicios financieros: En un foro decía una persona ajena a esto que cuando queden sólo 3 o 4 cajas de ahorros el trato a los clientes va a ser todavía más despectivo y ladrón. Las cajas de ahorros, cuanto más pequeñas, mejor.
El problema de los oligopodios es que se mueven por los objetivos de proiductividad; y además ni siquiera se trata de, pongamos por caso, objetivos de fabricar muchas armas para ser una potencia militar, sino de vender mierdas, de la forma que sea, como los fondos subprime.
Aún en el mundo actual, al fín y al cabo el orden natural es para todos, sigue siendo evidente para personas sensatas que las pequeñas y medianas empresas dan mejor servicio.
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Respuesta: Sobre el distributismo
Do Blogue Causa Nacional
O que é o Distributismo?
Por Thomas Storck
Grande parte da História do Ocidente, desde meados do século XIX, foi a história de dois sistemas económicos adversários. Desde o Manifesto do Partido Comunista de 1848, que declarava que “anda um espectro pela Europa”, que de facto, anda um espectro não só sobre a Europa, mas sobre todo o Mundo. Não se trata só do espectro do comunismo mas de sistemas económicos e sociais rivais, que por várias vezes lançaram a Humanidade em convulsões. Para muitos, estas rivalidades acabaram: o comunismo e o socialismo foram derrotados, logo, só resta ao capitalismo reinar triunfantemente sobre o mundo. No entanto, não é este o caso. Numa passagem negligenciada da encíclica Centesimus Annus, João Paulo II realça que as escolhas da humanidade não estão limitadas ao capitalismo e ao comunismo. “É inaceitável que a derrota do chamado “Socialismo Real” nos deixe o capitalismo como único modelo de organização económica” (no. 35). Sendo assim, é obrigação dos Católicos olhar para o Distributismo, um sistema económicos defendido por algumas das melhores mentes da Igreja, na primeira parte do século XX, homens como G. K. Chesterton, Hilaire Belloc, Fr. Vincent McNabb e muitos outros. Vejamos em que consiste o distributismo e porque é considerado por muitos Católicos como mais conforme ao pensamento Católico do que o capitalismo.
Em primeiro lugar, devemos fazer algumas definições dos principais termos que iremos utilizar, especialmente de capitalismo. Muito frequentemente esta palavra não é definida, e cada pessoa lhe dá um significado, bom ou mau, conforme as suas próprias crenças, nunca a definindo claramente. Então, o que é o capitalismo? O capitalismo não é a posse privada de propriedade, mesmo que se trate de propriedade produtiva, pois tal tipo de propriedade existe na maior parte do mundo desde tempos muito remotos, enquanto que o aparecimento do capitalismo é normalmente situado na Europa do final da Idade Média. Talvez a melhor maneira de proceder seja escolher a definição de uma autoridade, e depois analisaremos como é que se enquadra com os factos históricos. Viraremos a nossa atenção para a encíclica Quadragésimo Anno (1931), do Papa Pio XI, em que o capitalismo é definido, ou caracterizado, como “o sistema económico em que o trabalho e o capital necessários para a produção são fornecidos por pessoas diferentes” (no. 100). Por outras palavras, em sistema capitalista normalmente trabalha-se para outra pessoa. Alguém, o capitalista, paga a outros, os trabalhadores, para que trabalhem para si, e recebe os lucros do seu empreendimento, isto é, o que sobra depois de pagar o trabalho, as matérias-primas, amortizações, débitos, etc.
Há alguma coisa de errado com o capitalismo, com a separação da posse e do trabalho? Não há nada de errado em ter uma fábrica ou uma quinta e pagar a outros para as trabalharem, desde que lhes pague um salário justo. No entanto, o sistema capitalista é perigoso e insensato, os seus frutos foram nocivos para a humanidade, e o sumo pontífice tem apelado a mudanças que iriam eliminar, ou pelo menos diminuir, o âmbito e o poder do capitalismo.
Deixem-me explicar as afirmações que acabei de fazer. E para o fazer tenho de fazer primeiro um breve desvio para discutir o propósito da actividade económica. Por que é que Deus deu ao homem a necessidade e a possibilidade de criar e utilizar bens económicos? A resposta é óbvia: necessitamos desses bens e serviços para levarmos uma vida humana.
A actividade económica produz bens e serviços para servir toda a humanidade, e qualquer ordenamento económico deve ser avaliado pela capacidade de preencher este objectivo.
Quando a posse e o trabalho estão separados, tem necessariamente de existir uma classe de homens, os capitalistas, que estão afastados do processo de produção. Os accionistas, por exemplo, não querem saber o que é que a empresa, da qual eles são formalmente os donos, faz ou produz, mas só lhes interessa saber se as acções estão a subir ou quais os dividendos que daí vão retirar. De facto, na bolsa, as acções mudam de mãos milhares de vezes por dia, ou seja, diferentes indivíduos ou entidades, como fundos de pensões, são em parte donos de uma empresa durante alguns minutos ou horas ou dias, e depois vendem-na tornando-se donos de outra entidade qualquer. Naturalmente esta classe de capitalistas passa a encarar o sistema económico como um mecanismo pelo qual dinheiro, acções, títulos e outros equivalentes podem ser manipulados para enriquecimento pessoal, ao invés de servir a sociedade produzindo bens e serviços. Em resultado disto, têm-se feito fortunas através de takeovers hostis, fusões, encerramento de fábricas, etc., por outras palavras, aproveitam o direito de propriedade privada, não para se envolverem na actividade económica produtiva, mas para se enriquecerem independentemente dos efeitos nos consumidores e trabalhadores.
Os Papas justificaram a posse privada de bens, mas se analisarmos os motivos e os argumentos por que o fizeram constataremos que a sua lógica está muito longe da capitalista. Examinemos, por exemplo, a famosa passagem da encíclica Rerum Novarum (1891), do Papa Leão XIII.
Os homens trabalham mais e com mais prontidão quando trabalham naquilo que é seu; mais, aprendem a amar o solo que trabalham com as suas mãos, e lhes provê, não apenas comida para comer, mas uma abundância para ele e para os que lhe são queridos. (no. 35)
Mas, o que acontece sob o capitalismo? Os homens aprendem a amar os certificados das acções que lhes renderão dinheiro, em resultado do trabalho de outra pessoa? A justificação que os Papas sempre fizeram da propriedade privada está ligada, pelo menos idealmente, à unidade entre a propriedade e o trabalho. Acrescenta Leão XIII: “A lei, portanto, deve favorecer a propriedade privada, e o seu objectivo deve ser tornar o maior número possível em proprietários” (Rerum Novarum, no. 35), e este ensinamento é repetido por Pio XI na Quadragesimo Anno (nos. 59-62, 65), por João XXIII em Mater et Magistra (nos. 85-89, 91-93, 111-115), e por João Paulo II em Laborem Exercens (no. 14). Se “o maior número possível… se tornar proprietário”, então a separação fatal entre trabalho e posse, será, se não removida, pelo menos o seu âmbito e influência será diminuída. Já não será a característica fundamental do nosso sistema económico, mesmo que continue a existir.
E isto leva-nos directamente ao distributismo. Pois o distributismo não é mais do que um sistema económico em que a propriedade privada está bem distribuída, no qual “o maior número possível” é, de facto, proprietário. A melhor exposição do distributismo pode, provavelmente, ser encontrada no livro de Hilaire Belloc, The Restoration of Property (1936). Atente-se no título, O Restabelecimento da Propriedade. Os distributistas argumentaram que no regime capitalista, a propriedade produtiva era prerrogativa só dos ricos e que isto lhes dava um poder e influência sobre a sociedade muito maior do que aquilo a que tinham direito. Embora formalmente todos tenham o direito à propriedade privada, na prática esta está restrita aos ricos.
Outra característica do distributismo, que decorre desta, é que numa economia distributista, haverá limites colocados sobre grande parte da propriedade. Antes que nos acusem de que isto parece socialismo, devemos recordar o comentário de Chesterton (em What's Wrong With the World, cap. 6), de que a instituição propriedade privada não significa o direito ilimitado à propriedade, tal como a instituição casamento não significa o direito a ter mulheres ilimitadas.
Na Idade Média as corporações profissionais, exemplo perfeito das instituições católicas, frequentemente limitavam a quantidade de propriedade que cada dono/trabalhador podia ter (por exemplo, limitando o número de empregados), precisamente no interesse de evitar que alguém expandisse demasiado o seu negócio levando outros à falência. Porque se a propriedade privada tem um objectivo, como Aristóteles e São Tomás diriam, ele é assegurar que cada homem e a sua família possam levar uma vida digna, servindo a sociedade. Uma vida digna, e não duas ou três. Se o meu negócio me permite sustentar-me a mim e à minha família, então que direito tenho de o expandir, privando outros do meio de se sustentarem e às suas famílias? Pois os medievais viam aqueles que se dedicavam à mesma actividade, não como rivais ou competidores, mas como irmãos empenhados no importante trabalho de providenciar ao público bens e serviços necessários. E como irmãos uniam-se nas corporações, tinham padres para rezarem pelos seus mortos, apoiavam as viúvas e órfãos, e de modo geral olhavam pelo bem-estar uns dos outros. Quem é que não é capaz de admitir que esta concepção de sistema económico é mais conforme à fé Católica do que a ética selvagem do capitalismo?
O que é o Distributismo? -
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Respuesta: Sobre el distributismo
Lo mejor para hacer un primer acercamiento al distrbutismo es entender a sus ideólogos, luego a quienes lo desarrollaron y lo desarrollan actualmente. Empezar con Chesterton en mi opinión es bastante acertado, cabe decir que este libro no lo he leido integramente , aunque si he estudiado determinadas partes en manuales de economía social hace unos años con motivo de mis estudios...curiosamente fue lo primero que leí de Chesterton en mi vida, como siempre, sublime.
http://www.criteriaclub.com/imglib/1002013.jpg
Los límites de la cordura
El distributismo y la cuestión social
Autor: G. K. Chesterton
Trad.: María Raquel Bengolea
Editorial: El buey mudo
Colección: Ensayo
Precio: 21,50 €
Páginas: 232
"Cualquiera que haya de ser la última etapa de la historia, ningún hombre cuerdo duda ya de que estamos presenciando las primeras. Ya no hay diferencia de tono ni de clase entre el orden colectivista y el orden comercial ordinario; el comercio tiene su burocracia y el comunismo su organización. Las cosas privadas ya son públicas en el peor sentido de la palabra, es decir, son impersonales y deshumanizadas. Y las cosas públicas ya son privadas en el peor sentido de la palabra; esto es, son misteriosas y secretas, y están muy corrompidas. El nuevo tipo de Gobierno comercial combinará todo lo malo con todos los planes para un mundo mejor. No habrá excentricidad, ni buen humor, ni noble desdén del mundo. No habrá nada, salvo una cosa abominable llamada «servicio social», que significa esclavitud sin lealtad. Este servicio será uno de los ideales. Olvidé mencionar que habrá ideales. Los hombres más ricos del movimiento han manifestado muy claramente que poseen cierto número de estos pequeños consuelos. La gente siempre tiene ideales cuando ya no puede tener ideas".
Los límites de la cordura muestra la afinada intuición de Chesterton sobre las relaciones entre la propiedad y la libertad social. Chesterton reflexiona con su perspicacia habitual sobre el sistema social, político y económico. Ninguno puede presentarse con legitimidad sin poner en primer plano, como principio y fundamento de todo, la dignidad de la persona.
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Re: Respuesta: Sobre el distributismo
Novidade
A Cigarrilha de Chesterton aparece em boa hora! Promete preencher uma grave lacuna na blogosfera portuguesa no que concerne à divulgação da teoria económica distributista. E digo que promete porque o leque de escribas é de alta categoria. Permitam-se distinguir dois que, com provas dadas, me garantem qualidade acima da media: o amigo JSarto, insigne defensor da Tradição Católica e da boa Doutrina Social da Igreja; o correligionário Manuel Pinto de Resende, importante representante do sempre jovial espírito integralista.
Vão lá, pois, passar os olhos, que vale muito a pena.
Temas: filosofia, política, religião
por Afonso Miguel às 13:42
´http://tribunaonline.blogs.sapo.pt/152568.html
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Re: Respuesta: Sobre el distributismo
O Distributismo – subordinação da actividade económica à vida humana integral.
Distributismo não quer dizer redistribuição de riqueza por quem nos governa, se assim fosse era socialismo. É a distribuição natural de riqueza, pela repartição ampla dos meios de produção pela sociedade. Isto traduz-se concretamente naquilo a que chamamos empresas familiares ou pertencentes aos empregados, pequenas e médias empresas que actuam dentro do seu espaço local ou regional, pequenos negócios e trabalhos independentes
Chesterton afirmava que “capitalismo demais não significa capitalistas demais, mas sim capitalistas de menos”. O objectivo era o aumento do número dos que possuem propriedade privada, pela aquisição ou criação dos seus próprios meios de produção, em detrimento da dependência de salários.
O distributismo vai contra a ordem económica globalizada e obscura, dependente do poder e de perigosa fragilidade a que hoje chamamos “livre iniciativa”.
A ”livre iniciativa” quer dizer multinacionais e cresceu imoralmente sobre as costas de inúmeros trabalhadores pagos com salários de escravos, sem poderem sustentar as famílias, ou sequer poderem tratar da sua saúde. Não se defende que o Estado deva confiscar a riqueza dos senhores dos monopólios, sugere-se que estes façam justiça aos seus trabalhadores.
O distributismo recusa liminarmente que as pessoas participem na cultura do capitalismo de massas. É um tipo de sociedade e nunca um programa de governo: procura romper com uma ordem económica dominada pelas multinacionais que se espalham pelo Mundo à procura de mão-de-obra escrava, devassam a moralidade pública e privada com os seus vícios, destroem a indústria nacional, usufruem de vantagens que lhes são dadas pelos governos.
O distributismo é uma reacção justa contra os desvios morais e os excessos materiais condenados pelas Encíclicas Papais “Rerum Novarum” de Leão XIII e “Quadragesimo Anno” de Pio XI.
Distributismo e socialismo são opostos, são antagónicos. O distributismo, em oposição ao socialismo, defende a distribuição da propriedade (não a redistribuição da riqueza), para atingir uma ampla partilha da propriedade e dos meios de produção, para conseguir uma verdadeira liberdade económica para o indivíduo e a família, as “células base” da sociedade.
Estamos perante uma “terceira via”, isto é, o distributismo não é capitalismo, nem socialismo. O capitalismo e o socialismo são produtos do Iluminismo, são forças de modernidade e anti tradicionais; o distributismo busca a subordinação da actividade económica à vida humana integral, ou seja, à nossa vida espiritual, intelectual e familiar, conforme a Doutrina Social da Igreja.
Prometheo Liberto: O Distributismo – subordinação da actividade económica à vida humana integral.