La pena de Escocia, es que de ser un país tan católico (sobretodo en las Highlands y Hébridas), lo cual era una de las señas de identidad en un jacobita, cayera en el influjo de la herejía calvinista y para colmo, haya dado nombre al mas importante de los ritos masónicos. Ahora el núcleo católico se concentra en su mayor parte en las islas, y en parte se ha conservado por la inmigración irlandesa (aunque estemos hablando de pueblos de la misma etnia: escoto-gaélicos, y todo queda en casa), como en su día la antigua zona britona de Cumbria, se convirtió en bastión católico de la Iglaterra Anglicana.
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