Re: El tigre enjaulado
"El Brexit: el pueblo no teme al Leviatán"
Claro, como que Inglaterra es el Leviatán, ¿cómo, pues, se va a temer a si misma?
Yo entiendo que haya patriotas sinceros que están en ambos lados de una cuestión que, como ya dije en alguno de mis anteriores mensajes, se corresponde a una guerra que no es nuestra. Hoy, cuando he salido a la calle he podido pulsar las opiniones de algunas personas y ¡porras! ni que el Brexit hubiera sido español, además, daba igual la posición ideológica, he visto opiniones de peperos opuestas, peperos opinando igual que algunos tradicionalistas y con idénticos argumentos
y una pareja, chico y chica, de podemitas que tampoco estaban de acuerdo, un socialista que directamente ha enviado al guano a todos..., las colas de las cajas del supermercado eran todo un muestrario de gente enfadada.
Uno de los aspectos buenos que tiene el Carlismo, es como decía un viajo amigo y correligionario al afirmar que "en el Carlismo hay muchas familias", así las cosas, lo siento pero yo discrepo del contenido del enlace colgado por Hyeronimus, porque las cosas no se hacen desde fuera, sino desde dentro, hablar de tirar cada cual a su aire y hacia donde le lleven los vientos son ganas de razonar irracionalmente. Creo que a nadie se le escapa ese letrero que se solía ver en algunos comercios de dos burros tirando en sentido opuesto y cada uno a su zanahoria. Pues resultaba que no, que finalmente se ponían de acuerdo y así llegaban los dos a su correspondiente premio. Por tanto, me da lo mismo si fue en su día, en el 2005 y actualmente, cuando se manifestó la Comunión Tradicionalista en contra de la Constitución Europea, ante el cual el que suscribe participó en dos debates en la radio en contra del mismo y gracias a ciertas influencias hasta se invitó a participar telefónicamente a dos representantes de la CT. También se hizo lo propio con Rafael Simancas, al que esperé inútilmente pues declinó la invitación, mientras si pude hacerlo con dos representantes del PP, uno de los cuales familia directa de uno los ministros de entonces.
Por todo ello, considero que me asiste cierta legitimidad moral para afirmar que ya una vez metidos, una vez enredados en toda una estructura de la que salir es doloroso y costosísimo, lo que corresponde no es abandonar el barco, sino hacerse con el timón y modificar su rumbo. Lo que yo pienso sobre la Unión Europea, lo que quiero de Europa, lo llevo expresado en mi firma desde hace ya tiempo. Esa es la Europa que yo quiero, ni la que hay, ni lo que pretenden los nacionalismos revolucionarios sean de ultraderecha o de ultraizquierda, en cualquier caso, las dos caras de la misma moneda, y manejados por los mismos oscuros poderes con idénticos intereses. Por eso, que haya carlistas apoyando el Brexit me parece un sinsentido y una sinrazón.
Pero para que no queden dudas de cuál puede ser el final, "ni contigo, ni sin ti", valgan estas palabras indubitables porque es el final que nos espera:
"Se levantará nación contra nación y reino contra reino...pero todo esto es el comienzo de los dolores"
(Mt 24-7,8 ; Mc 13-8; Lc 21-10)
Decía Ortega y Gasset: "Hay que españolizar Europa".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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