
Iniciado por
Lewis
Si me permitís una aportación, recién llegado a España y tras pasar algunos años en Italia, os diré que algunas de las objeciones que aquí se hacen a Salvini no están bien enfocadas.
Por ejemplo, su relativo apoyo al independentismo catalán es un automatismo inevitable en cualquier persona que tenga una visión tradicional de Italia. No olvidéis que la Italia unificada en un invento liberal con apenas siglo y medio de (falsa) existencia. Es comprensible que un italiano que considere el Risorgimento un mal proyecte sobre otras naciones lo que desea para su país: que la unidad artificial se resquebraje. he podido comprobar que muchos italianos no entienden que España no fue creada por los liberales; piensan que durante los siglos anteriores fue un conjunto de reinos, repúblicas, condados o ducados independientes, en la tradición italiana. En este sentido debe interpretarse la posición absurda de Salvini al independentismo.
Respecto a sus loas a Israel, son las propias de toda la derecha del mundo mundial, fruto inevitable del amor al dinero de la derecha, pero también de la confrontación izquierdas-derechas. El apoyo muchas veces descerebrado de la izquierda a la causa palestina ha mostrado un flanco a la derecha maravilloso, en el que puede mostrarse pro-judía y de paso quitarse el sambenito de nazi. En el caso concreto de Salvini creo que es más por esta razón que porque tenga demasiadas conexiones plutocráticas. En cualquier caso, no debemos olvidar que estas mismas declaraciones pro-israelíes las encontramos en los líderes polacos, en Orban y, por supuesto, en Putin.
Yo diría que lo que hace a Salvini más interesante, desde el análisis político, es su alianza con Di Maio. La alianza de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas es lo que mete el miedo en el cuerpo a Bruselas y, en general, a todos los capataces del globalismo: hasta ahora se había logrado que los populistas de izquiedras y derechas se odiasen. Pero... ¿qué podría ocurrir si se uniesen Le Pen y Melenchon, o Pablo Iglesias y Abascal? (aunque creo que Abascal es simple "derechita" orgullosa de serlo, como rezaba antes la publicidad de Intereconomía). No hablo a tontas y a locas. Sé que en el mundo de las relaciones internacionales hay muchísimo miedo a estas alianzas, que podrían hacer daño a la hegemonía liberal por dos flancos distintos: con regulaciones laborales protectoras del trabajador y frenos a lo que Prada llama "derechos de bragueta", que son precisamente las dos cosas que quiere evitar a toda costa el statu quo liberal.
A mí Salvini me parece mejor que Trump, Bolsonaro, Le Pen y demás compañeros mártires. También lo prefiero a Orban (que es el referente de Abascal). Creo que su formación católica ayuda algo. No me parece ninguna maravilla pero creo que es un tipo al que se puede seguir con interés.
Además, el pulso que en estos momentos está manteniendo con Bruselas me parece lo más importante que ha ocurrido en Europa en años. Veremos cómo acaba este tema.
Como diría Ayuso, podemos mostrar simpatías hacia alguien en su "pars destruens", aunque su "par construens" no nos convenza.
Marcadores