RUSIA SIGUE SIENDO COMUNISTA, EN MANOS DE LA KGB, Y ES MÁS PELIGROSA QUE NUNCA (II Y FIN)
Los integrantes de la KGB, la policía secreta del poder soviético (hoy llamada FSB) se han adueñado del gobierno y de la riqueza de Rusia, empezando por la Presidencia en la cual está el ex-Cnel. de la KGB Vladimir Putin. Esta es la información básica que desarrolla la famosa revista londinense "The Economist" en su número del 25/8/2007 cuya gravedad los gobiernos occidentales no parecen haber percibido o fingen no percibir.
Para probarlo, la revista menciona una serie de hechos y de situaciones que revelan que no se trata solamente de una aventura política sino de una firme captación de todos los resortes del poder en todas sus formas: político, militar, policial, judicial, mediático y empresarial, contando inclusive con la complicidad de algunos sectores de la Iglesia ortodoxa rusa.
Tal como lo había anticipado en el número 812 de este periódico -del cual este artículo es una continuación-, resumiré para Ud., estimado lector, los hechos y circunstancias principales que prueban esa terrible noticia.
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En la década de 1980 Gorbachov llegó al auge de su carrera encabezando el partido comunista y el gobierno de la URSS, ampliamente asistido por la policía política de la KGB, la temible Agencia del "soviet", que presidìa su padrino político, Andropov.
"Integrada por agentes superiormente educados, pragmáticos, reclutados entre 1960 y 1970, la KGB estaba consciente del horrendo estado de la economía soviética y de la antigüedad de los dirigentes del partido (comunista). Fue, por lo tanto, una de las principales fuerzas que estaba detrás de la 'perestroika', la política de restructuración iniciada por Gorbachov en la década del 80". (art. cit. pag. 26, 1ra. col)
En 1991 Gorbachov es reemplazado por Yeltsin durante cuyo gobierno se privatizan las empresas del Estado. Esa "privatización" fue más bien un traspaso de esas empresas a algunos priviligeados, sin que los beneficiarios de ese gracioso don pagaran su precio ni tuvieran medios para pagarlo. Así, de la noche a la mañana se creó una nueva casta de millonarios amigos del régimen.
En 1998, Yeltsin nombrò a Putin jefe de la FSB, la policía política (ex-KGB) y en 1999, primer ministro. Ese mismo año renunció Yeltsin y Putin quedó con todo el poder y con toda la KGB (FSB) a su servicio. Los audaces policías políticos del "soviet", (que en total son 500.000, art. cit. pag. 25, 2da, col) ocupan hoy todos los cargos de importancia, 3/4 de la totalidad del Estado (art. cit. pag. 11, 1ra. col.)
"Hombres de la FSB y sus organizaciones hermanas controlan el Kremlin, el gobierno, los medios de difusiòn y gran parte de la economía, al igual que las fuerzas militares y de seguridad" (art. cit. pag 15, 2da. col.)
"Esta gente representa un grupo psicológicamente homogéneo, leal a sus raíces que van hasta la primera polìcía política de los bolcheviques, la Cheka. Segùn varios indicadores,los actuales jefes de la policía de seguridad gozan de una combinación de poder y dinero sin precedentes en la historia de Rusia." (art. cit. pag. 25, 3ra. col.)
Su homogeneidad no es solamente "psicológica". Existe también una común adhesión a la ideología comunista. "La KGB era una 'divisiòn de combate' del partido comunista y subordinado a este" (loc. cit. pag. 25, 3ra. col.). No es verosimil que esos hombres hayan abandonado todos a la vez una ideologìa tan coherente en sus errores, tan atrayente para todos los resentimienos como lo es el comunismo. Y si algunos cambiaron y otros no, no se comprende còmo podría existir entre ellos esa solidaridad que los convierte en una especie de logia adueñada del poder político, militar, mediático y económico en Rusia.
Por lo tanto, sólo cabe concluir que si la KGB era el ala activa del comunismo estos hombres siguen siendo comunistas y, por lo tanto, la casi totalidad del poder en Rusia està en manos de los bolcheviques en su versión más agresiva y despiadada.
"La KGB proveía un servicio (en la URSS) de vigilancia y supresión, era un Estado dentro del Estado" (art. cit. pag. 25 3ra. col.) Ese servicio de "vigilancia y supresión" incluía el espionaje, la infiltración, la persecución, el encarcelamiento y el asesinato de los opositores y aún de los comunistas menos fervorosos o que se hubieran tornado sospechosos para el Estado. Era, por lo tanto, y sus integrantes debìan ser, por eso mismo, los comunistas máximos, los "zelotas" de la secta.
Ellos son los que hoy tienen el poder en la "democrática" Rusia...
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El asesinato de la escritora Anna Politkovskaya en Moscú y el envenenamiento del ex-agente de la KGB Litvinenko en Londres son dos de los más conocidos y recientes crìmenes cometidos por Putin y sus secuaces. La revista informa que se han dictado leyes autorizando "a tratar sin contemplaciones a los enemigos del Estado, adonde sea que se encuentren" (art. cit. pag. 28, 2da. col.), o sea, que para ellos no hay fronteras. La revista afirma que forman un "hermandad estrecha" que està por encima de las leyes y desprecian a quienes no pertenecen a ella (art. cit. pag. 27, 3ra, col.)
Todos los resortes del Estado se usan para aniquilar a los enemigos. Entre otros, el poder judicial y el impositivo, que también les pertenece, junto con el control de las comunicaciones, del transporte, de los recursos naturales y de la cultura. Intervienen también en la dirección de las empresas "privadas" "para asegurarse de que (éstas) no toman ninguna decisión que no sea en interés del Estado" (art. cit. pag. 27, 1ra. col.).
Es conocido el caso del magnate Khodrkovsky, que figuraba como dueño de la màs poderosa empresa petrolera de Rusia desde los tiempos de Yeltsin. Este millonario, que le debìa su fortuna al partido y que había ayudado a Putin a alcanzar el poder supremo, se negó a aceptar las imposiciones del gobierno y le cayó encima una andanada de acusaciones impositivas y penales que lo llevaron a la cárcel desde 2003, "su" empresa "Yukon" fue confiscada y sus activos fueron transferidos a una Compañía constituida por los hombres de la KGB, la "Rosneft" (art. cit. pag. 26, 3ra. col.).
Los poderosos "dueños" de varios canales de TV, Berezovsky y Gusinsky escaparon a tiempo pero debieron entregar sus bienes en Rusia al Estado (ibidem) que de ese modo monopoliza, por medio de la KGB, los más importantes medios de comuniocación.
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Se jactan de tener armas nucleares y odian a Occidente (art. cit. pag. 28, 2da. col.) del cual, sin embargo, se aprovechan astutamente para obtener teconologìa y financiación.
La importante revista londinense, de reconocido prestigio en el "establishment" de los países occidentales, ha investigado y certifica que el comunismo sigue dominando en Rusia y que ésta sigue siendo una potencia militar que amenaza a los países libres, ha reanudado los vuelos con bombas atómicas en todo el mundo y se ejercita para la guerra en operaciones combinadas con China, que sigue en manos del comunismo (art. cit. pag 11, 1ra. col.).
La propiedad privada en el sentido auténtico de la palabra, no existe, los bienes y servicios màs valiosos han vuelto a manos del Estado (de las que nunca habían salido en realidad pues los conservaba por medio de testaferros designados por Yeltsin) y la libertad sólo existe para quienes pasen desapercibidos por su ínfima condición social o política. La represión continúa, sólo que ahora no se hace con tanques en la calle sino mediante asesinatos selectivos (art. cit. pag. 28, 3ra. col.), sin descartar los masivos cuando les aprece útil a los amos de la KGB, como en el caso del teatro de Moscú tomado por terroristas que fue "desalojado" mediante el expeditivo sistema de insuflar gas venenoso en la sala, matando a rehenes y terroristas por igual. O el de la escuela en Beslan donde murieron varios niños en el ataque del ejército realizado contra sus captores con total desprecio de la vida de esos niños...
Esta es la realidad, por más que el optimismo suicida de las naciones "democráticas" se empeñen en negarlo. Es necesario hacerse cargo de ella para defenderse, antes de que sea tarde. ¿Cómo se hará esa defensa, cuando se ha perdido ya tanto terreno en todo el mundo, especialmente en los países árabes, debido a la gigantesca traición cometida por el "establishment" occidental? El asunto exige el pensamiento y la acción de grandes estadistas con un gran amor a la Justicia, porque el peligro es mayor que nunca. ¿Donde están esos estadistas?
Los buenos deben seguir intentando que esos estadistas lleguen al gobierno para restaurar la Justicia. Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios cuya intervención en la Historia debe rogarse por medio de la Santìsima Virgen y de sus Ángeles.
Cosme Beccar Varela
http://www.labotellaalmar.com/vertema.php?id=813
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