Re: Activismo marxista-independentista en Galicia
Te doy toda la razón, pero no olvides que siempre se trata de minorías muy reducidas. Apenas suponen unos cientos pero que, repartidos en grupitos o "células", como a ellos gusta que se les llame, dan la impresión de ser muchos más. Esto es lo que pasa con los batasunos y, además, siempre son los mismos chuchos callejeros, no cambian.
En cuanto al "pueblo", lo habitual es que sea masa acéfala y, por ello, sólo despiertan cuando en tiempos de crisis dura de verdad, les aparece el líder de turno que los motiva. En ningún Estado en el que haya una clase media muy amplia asentada en el hedonismo consumista y de seguridad a cambio de libertad, habrá masas dispuestas a la movilización. Del mismo modo, ante la diarrea mental perenne de esta chusmilla, se detecta el mismo adormecimiento moral por parte del sector mayoritario de la sociedad. Se trata de un mal endémico, que tiene altibajos, pero la existencia de estos desechos sociales siempre ha sido una constante en la Historia de Europa, lo que pasa es que antes o eran bufones, o estaban cargados de cadenas y a los remos de alguna galera. Su suerte es que la misma sociedad a la que parasitan e inficcionan les ampara.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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