Lo que nos faltaba, con todos los problemas y conflictos que tenemos por aquí (las siete plagas K y otras) ahora también tenemos el "taliban" mapuche:

Tierras en pugna

Buscan una solución al conflicto con los indígenas

Se reunieron en Zapala los ruralistas afectados


Soledad Maradona
Enviado especial


ZAPALA, Neuquén.- Algunas banderas argentinas en el salón medio lleno de un club de esta ciudad fueron las insignias del reclamo por la defensa de la soberanía, el respeto por la ley y la Constitución Nacional, que fueron repetidas tantas veces como oradores existieron en la segunda asamblea regional en busca de una solución a la conflictividad territorial con pueblos indígenas.
El ámbito fue propicio para lanzar oficialmente la Asociación en Defensa de la Ley (Adeley), que promueven estancieros de la zona cansados de las usurpaciones en sus propiedades practicadas por grupos indígenas que argumentan tener sobre ellas un derecho ancestral.
En Neuquén hay más de 50 ocupaciones de campos privados y el reclamo indígena se extiende a toda la provincia, pero el principal foco de conflictividad se desató en Aluminé, a unos 250 kilómetros de esta ciudad, donde se produjeron enfrentamientos y existen varias causas judiciales pendientes.
"No se puede vivir sin reglas, estamos perdiendo la institucionalidad, tenemos que difundir, defender y restaurar la defensa de la soberanía nacional", sentenció el abogado Julián Alvarez, impulsor de Adeley, quien promovió la "defensa de los argentinos" y manifestó el malestar ocasionado por la interrupción de un juicio por usurpación, donde uno de los imputados quiso declarar en la lengua ancestral mapuzungun y solicitó un intérprete.
Al recordar la multiplicidad de culturas que formaron este país, los asambleístas mostraron su desconcierto por la problemática surgida con el pueblo mapuche: "No se puede decir que la Argentina no sea un país conviviente y no tenemos por qué no serlo con los mapuches, pero de pronto algo cambió, algo está pasando", reflexionó Alvarez.
La defensa del ser nacional fue sintetizada por Rodolfo "Rally" Kulmann, un estanciero cuyo campo está ocupado desde hace seis años en Aluminé que, previo a relatar su historia, llamativamente utilizó como primera frase: "Soy argentino".
"Fábrica de talibanes" Los ruralistas expresaron duras acusaciones a la creciente ocupación de tierras privadas por parte de comunidades originarias representadas por la Confederación Indígena Neuquina, organización cuestionada y denunciada en esta asamblea por utilizar 3.000.000 millones de dólares otorgados por el Gobierno con un préstamo internacional "para cometer cualquier tipo de hecho ilícito".
Alvarez afirmó que estos dirigentes "van por la fábrica de talibanes de jóvenes sanos, que habitan la cordillera", al considerar la intromisión de esta organización sobre docentes mapuches de escuelas rurales.
Los grupos mapuches realizan las ocupaciones interpretando su derecho, según la Constitución Nacional que reconoce la preexistencia de los pueblos originarios y garantiza la propiedad comunitaria "de las tierras que ocupan", aunque en algunos casos, según denuncian los ruralistas, exigen posesión de campos, donde tienen sus animales en verano y otros para el invierno, además de las tierras por donde transitan.
Representantes de la petrolera Piedra del Aguila, que funciona en Picún Leufú y que actualmente opera con custodia, luego de haber estado tomada durante varios meses con la producción detenida, apuntaron que son víctimas de "ataques salvajes de parte de activistas mapuches" y cuestionaron un "Estado ausente que a la hora de defender nuestros derechos no existe".
También se sumó a las críticas de las prácticas empleadas el "lonco espiritual" Lucrecio Currumil, quien participó de la asamblea e inclusive abogó por la teoría de que los ocupantes no pertenecen a su pueblo.
El viejo lonco, con su cabeza cubierta en canas y con el rostro curtido por el viento, señaló que "en mi vida he visto actuar de este modo, he sido respetuoso de la gente, pero en esta época se está pensando en la intranquilidad, en el atropello de la gente que viene de afuera".
Mientras que el maestro mapuche Amaranto Aigo, de la comunidad Ruca Choroi, afirmó que "ni siquiera conocen nuestra cultura" y relató que por oponerse a estos hechos perdió su trabajo en una escuela intercultural donde enseñaba la cultura mapuche.
La asamblea no tuvo la respuesta masiva de hace algunos meses, cuando por primera vez se reunieron vecinos de distintas ciudades de la provincia para manifestar su rechazo a la creciente conflictividad.


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