El alcalde de ‘la ciudad del jazz’ y el Gobierno del Estado de Luisiana, que tienen amplias competencias en cuestiones logísticas, deben responder ante la opinión pública
La catástrofe ocasionada por el huracán Katrina en diversos estados norteamericanos, especialmente en los de Luisiana, Misisipi y Alabama, sigue ocupando las portadas de los medios de comunicación en todo el mundo. En cuanto a las responsabilidades sobre lo sucedido en Nueva Orleans después de la tragedia, las competencias sobre las líneas de actuación más eficaces e inmediatas que se deberían haber adoptado corresponden al Ayuntamiento de la ciudad y al Gobierno del Estado de Luisiana.
El presidente estadounidense, George W. Bush, anunció este martes, 6 de septiembre, una investigación que encabezará él mismo sobre los errores del dispositivo de emergencia ante el huracán y que tendrá exclusivamente finalidades constructivas, no de búsqueda de culpables. “Garantizar que podamos responder de manera adecuada si se produce un ataque con armas de destrucción masiva u otra tempestad”, explicó Bush. El mandatario añadió que es necesario revisar la actuación de los tres niveles implicados en la situación de emergencia, es decir el local, el estatal y el federal, para comprobar como se coordinaron las actuaciones.
Cuando se produce una situación de emergencia, los niveles más próximos al desastre, o sea los ayuntamientos y los estados, son los encargados de pedir ayuda, como la movilización de la Guardia Nacional, preparada para responder como un cuerpo del Ejército en este tipo de situaciones. Si estos medios no son suficientes para controlar la situación, entonces participa también el gobierno federal, con organismos como la Agencia Federal de Emergencias, el cuerpo de ingenieros del Ejército, la Administración Oceánica Nacional y el Centro Nacional de Huracanes. En última instancia, la actuación corresponde al Pentágono y la Casa Blanca.
Cuatro errores
Sin embargo, aunque la investigación no pretende señalar con el dedo a los culpables, cabe destacar cuatro errores básicos que, en gran medida, son responsabilidad de la administración local o estatal.
El primero de ellos, de responsabilidad municipal, se refiere a que la ciudad de Nueva Orleans tenia preparados autobuses para poder recoger a las personas sin medios de transporte y desalojarlos de las zonas de peligro. Por alguna razón, inexplicable e inexplicada, los vehículos no salieron del aparcamiento y quedaron inutilizados cuando la ciudad se inundó.
También dependiente del Ayuntamiento de “la ciudad del jazz” y de su alcalde Ray Nagin, el estadio Astrodome, que fue ofrecido para acoger a los refugiados, no disponía de medios logísticos tan elementales como agua, alimentos o vigilancia, entre otros.
Un tercer error es achacable a la gobernadora del Estado de Luisiana, Kathleen Blanco, que tardó cuatro días en declarar el estado de emergencia, con las consecuencias ya conocidas por todo el mundo.
Por último, la gobernadora tampoco movilizó a la Guardia Nacional cuando la situación así lo requería. Y el Gobierno federal consintió en parte estos errores.
8 estados en emergencia
Por otra parte, este jueves, 8 de septiembre, Bush ha declarado el estado de emergencia en 5 estados más, que se añaden a los de Luisisana, Misisipi y Alabama, para ayudarles a financiar la reubicación de decenas de miles de desplazados por el huracán Katrina. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, señaló que la medida de emergencia declarada por el presidente estadounidense incluye también a los estados de Michigan, Illinois, Oregon, Washington y Nuevo México, así como al Distrito de Columbia, donde se encuentra la capital del país.
Al mismo tiempo, en la ciudad de Nueva Orleans continúan los esfuerzos por evacuar por completo y a la fuerza a toda la población ante el riesgo de infecciones, mientras continúan apareciendo cadáveres.
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