Menos mal que no fue Papa:


Política
Aseguró que el ataque a la mutual AMIA "es un eslabón más de la cadena de dolor del pueblo elegido de Dios"
Bergoglio hizo la primera visita de un representante de la Iglesia católica a la AMIA tras el atentado
07.06.2010 | El arzobispo de Buenos Aires afirmó que su encuentro con el titular de esa institución, Guillermo Borger, es un reconocimiento "a la solidaridad de una comunidad".



El cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, realizó hoy una visita "histórica" a la sede de la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y afirmó que su encuentro con el titular de esa institución, Guillermo Borger, es un reconocimiento "a la solidaridad de una comunidad".



Al retirarse de la sede de la AMIA, Bergoglio dijo que "esta es una casa de solidaridad, una reserva que tenemos como pueblo y que no debemos perder".

El cardenal aseguró que el ataque a la AMIA fue "un eslabón más de la cadena de dolor y persecución que el pueblo elegido de Dios ha sufrido en la historia", al visitar por primera vez la sede de la mutual judía como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

"Debo reconocer que es una casa de solidaridad. Es una reserva que tenemos como pueblo. No la perdamos", destacó el primado argentino tras mantener un encuentro protocolar con autoridades de la AMIA.

En un inusual encuentro con los periodistas, a quienes saludó en ocasión de celebrarse la jornada de los trabajadores de prensa, Bergoglio subrayó que la AMIA "es un ejemplo de lucha para el bien común".

Asimismo, consideró que esa sede "es un lugar de sangre que nos evoca una historia de sangre".
"Es un eslabón más en la cadena de dolor y persecución, que el pueblo elegido de Dios ha sufrido en la historia", subrayó el purpurado porteño.

En tanto, el titular de la AMIA, Guillermo Borger, destacó "la sensibilidad" del cardenal Bergoglio, al definirlo como "un luchador de todo lo que signifique la problemática social".

"Fue una honorable e histórica visita", afirmó a la prensa el referente comunitario.

Bergoglio llevó pasadas las 16 al edificio de Pasteur al 600 y oró en silencio frente al mural de las víctimas del atentado a la AMIA perpetrado el 18 de julio de 1994 y después, junto a Borger, depositaron allí una ofrenda floral.
El arzobispo porteño pasó después delante del mural que evoca a quienes murieron en el atentado a la embajada de Israel, episodio en el que también falleció el sacerdote Juan Carlos Brumana.

Luego mantuvo una reunión "protocolar" y a "agenda abierta" con Borger y otras autoridades de la mutual judía.
El titular de la AMIA explicó que el encuentro fue para "buscar todo lo que ayuda a la sociedad argentina en general" y para "potenciar acciones en común para servir a una Argentina mejor".

Por otro lado, el dirigente dijo que se va a estudiar el documento sobre la pobreza impulsado por la Iglesia Católica, aunque precisó que por el momento no se decidió la adhesión de la comunidad judía. La presencia de Bergoglio fue previa al Coloquio Internacional sobre Derechos Sociales denominado "Derechos Sociales para Todos y entre Todos. Hacia una Ciudadanía Plena", que se llevará a cabo los días 9 y 10 de junio y realizarán la institución judía junto con la Iglesia católica.

La visita de hoy a la sede de la mutual judía fue la primera del cardenal Bergoglio en calidad de presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

No obstante, el arzobispo porteño ya concurrió al edificio de Pasteur al 600 y estuvo con autoridades de la DAIA el 12 de julio de 2001, cuando todavía no estaba al frente del máximo organismo eclesiástico.

En 2005, Bergoglio inauguró la firma de un petitorio suscripto por 85 personalidades de la religión, la cultura, el periodismo, el deporte y el espectáculo que solicitaba al Gobierno, a la Justicia y al Congreso que renueven su compromiso para ayudar al esclarecimiento del atentado contra la AMIA al cumplirse el undécimo aniversario del ataque.

El documento titulado se tituló "85 firmas, 85 víctimas", en referencia a las personas fallecidas en el ataque perpetrado el 18 de julio de 1994.

El cardenal Antonio Quarracino, antecesor de Bergoglio, había visitado en 1993 la sede de la comunidad judía, antes del atentado que la destruyó.
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