En el momento de constituirse la llamada República de la Gran Colombia en 1819, la frontera oriental venezolana estaba definida por el curso del río Esequibo. Hacia 1840, el descubrimiento de importantes yacimientos de hierro y oro en esta zona despertó de nuevo el interés británico en la Guayana Esequiba.
Además de los importantes yacimientos de oro, hierro y diamantes, buena parte de la sección occidental del río Esequibo posee un suelo fértil para la actividad agrícola y la cría de ganado vacuno y, por si fuera poco, un inmenso potencial hidroeléctrico, lo cual desde la época colonial estimuló las apetencias de Inglaterra sobre la zona.
A partir de 1835 y hasta 1897 hubo sucesivas usurpaciones del territorio venezolano por parte de Inglaterra, hasta que, en 1899, un tribunal dictó sentencia sobre este espacio en litigio en favor de Gran Bretaña. Desde entonces, Venezuela no ha cesado en su empeño para recuperarlo y conseguir el reconocimiento internacional.
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