LA VIDA ANTES DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES
Ni fue una edad de oro, ni es un paraíso perdido. La vida era dura, muy dura, por eso la esperanza de vida era corta, muy corta. De 16 a 22 años para los hombres y de 14 a 18 años para las mujeres, además de cada diez niños nacidos sólo cinco o seis llegaban a esas edades pues morían antes de los 5 años, a veces por enfermedades, otras por infanticidios.
Todo se regía por la lucha por la supervivencia, se pasaba hambre. No habían vacas, no habían gallinas, no habían ovejas ni cabras, todo ello fue traído en barcos por los españoles. Cuando no se tenía que comer se comía arena y madera, o se practicaba el canibalismo como algo muy habitual y extendido.
Habían epidemias de virus que no se podían parar, no se conocían los remedios naturales para curar todos los males. Es un engaño creer que las enfermedades las trajeron los españoles, se han encontrado momias con síntomas de tuberculosis, también otras momias de niños que fueron emborrachados y abusados, todas ellas datan de antes de la llegada de los españoles.
Pero así, el peor enemigo del nativo americano era el propio nativo americano. Las guerras encarnizadas eran constantes, no había paz ni tregua. Incluso las civilizaciones a las que se les atribuyen la construcción de las grandes pirámides se dedicaban al exterminio y a la caza de humanos.
No existía nada que uniera a esas gentes; ni lengua, ni costumbres, ni creencias... nada. Por eso es un error decir que llegaron los españoles y NOS conquistaron; no existía un “nosotros”.
Así, si desechamos lo que somos, fácilmente puede volver la barbarie. De hecho la barbarie ya aparece, en ocasiones se asoma. Por mucho que nos digan de terminar con lo que trajo el invasor español, nunca lo eliminemos, nunca abandonemos lo que somos.
Paremos el engaño.
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