Estados Unidos de América, como su madre Inglaterra, tiene un solo ídolo y dios: el dinero.
Las trece colonias inglesas vivían del contrabando y la piratería con otros territorios, incluso con las colonias españolas. De ahí viene la tradición comercialista de los estadounidenses.
En cambio, América Hispana tiene como su madre a España, que le enseñó valores cristianos, que la educó en la fe católica y en la civilización grecorromana cristiana, con todos sus mejores valores religiosos, militares, sociales y políticos.
Al separarse América Hispana de España se vio forzada a desprestigiar el legado recibido de España para justificar su independencia. Lo interesante es que eran criollos (descendientes de españoles) los que hicieron la independencia de los países hispanoamericanos.
A pesar de ello, América Hispana conservó gran parte de su legado. Y la independencia de estos países en semejantes circunstancias, unido a la diferencia cultural entre ellos y Estados Unidos, favoreció a Estados Unidos, que en cambio carecían de verdadera educación y cultura , pero eran y son diestros en el manejo del dinero y en hacerlo.
No es que Hispanoamerica sea mala. Es todo lo contrario. Es que Hispanoamerica es buena, demasiado cristiana y católica para ser poderosa.
Por eso Jesucristo decía que el Príncipe del mundo es el Diablo. El que se rige por el dinero en este mundo sale ganando. El que se rige por los principios de Dios en este mundo sale perdiendo. Por eso el Imperio Español no existe. Por eso tampoco existe el Imperio Austro-Húngaro, ni el Sacro Imperio Romano, ni la estirpe francesa de los Borbones, que eran sucesores y tenían la sangre de Clodoveo.
El Príncipe del mundo favorece a los malos, ricos y demagogos, y hunde a los buenos, humildes y justos.
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