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Tema: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

  1. #181
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Que pasó realmente en la Semana de Mayo de 1810 cronicatv 1


    Patricio Lons en una entrevista exclusiva nos cuenta qué pasó realmente en la Semana histórica de Mayo de 1810





    https://www.youtube.com/watch?v=dIl_KWCjwH0

  2. #182
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    «Don Eusebio Zuloaga me contaba que no hace muchos años le guió un cacique indio por las montañas de Bolivia. El indio se apoyaba en un bambú que tenía en el puño una vieja onza española. "¿Quién es ese?", le preguntó Zuloaga, señalando con el dedo la efigie de la onza. "El rey de Castilla, mi rey", repuso el indio. "¿Cómo tu rey? Aquí en Bolivia tenéis un presidente", observó Zuloaga. Pero el indio se lo explicó todo: "Ese presidente lo nombra el rey de Castilla. Si no fuera por eso, ¿crees tú que yo me dejaría mandar por un mestizo?" Sin duda ha habido gobernadores en Bolivia que, hasta hace pocos años, han querido fortalecer su prestigio haciendo creer a los indios que los designaba el rey de España. Ello no muestra sino que la obra protectora de los indios, a que se dedicó durante tres siglos la monarquía católica española, por medio de toda su organización gubernativa y eclesiástica, ha echado raíces tan profundas en los pueblos de América, que no pueden concebir otra autoridad legítima que la que ella designa.»


    Fuente: Ramiro de Maeztu, Defensa de la Hispanidad.





    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/photo.php?f...type=3&theater
    Última edición por Mexispano; 20/06/2016 a las 05:46

  3. #183
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    25 DE MAYO DE 1810.

    ¿Qué fue lo que había ocurrido? Es lo que tenemos el sagrado deber de referir a continuación, y que durante doscientos años se ha silenciado malignamente.

    "El día 18 de mayo de 1810, fecha en que los comerciantes y usureros ingleses debían irse, llegaron tres buques de guerra ingleses. Las fragatas Misletoe, Mutin y Pitt apuntaron con sus cañones al puerto de Buenos Aires."

    El Dr. Julio C. González fue profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires desde 1965 hasta el 24 de Marzo de 1976, es profesor de Estructura Económica Argentina en al Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora desde 1989. Durante el gobierno constitucional del 25 de Mayo de 1973 al 24 de Marzo de 1976 fue, entre otros cargos, director de Asuntos Jurídicos de la presidencia de la Nación y luego secretario técnico.

    Aunque en realidad creo que nada hay para celebrar, deseo compartir con todos mis compatriotas un ¡Viva la Patria! .... (lo que sigue es el artículo del Dr. Julio Gonzalez)



    25 DE MAYO DE 1810

    En Argentina se conmemora un bicentenario. Es decir, se rememoran hechos y actos de gobierno, acaecidos hace doscientos años.

    Empero, esos acontecimientos no se explican con veracidad. A través de los medios de difusión se hace un panegírico de adjetivos calificativos y de palabras abstractas como por ejemplo “libertad”, en vez de referirse a libertades concretas y macizas, explicando cuáles fueron y en qué consistieron.

    Cicerón (año 106 a 43 AC) definía al Derecho Natural con estos términos: es un derecho “inmutable” y “sempiterno”, “que llama al hombre hacia el bien con sus mandatos” y “lo aleja del mal con sus amenazas” y que “rige para las aves del cielo, para los peces del mar, y para los animales, plantas y hombres de la tierra.” Y “ni el senado, ni el imperio pueden derogarlo nunca.” El cristianismo, a su vez, define el Derecho Natural como la voluntad de Dios creador del hombre (hecho a su imagen y semejanza) y del universo, que es su eterna morada.

    El Padre Nuestro dice de manera precisa: “Hágase tu voluntad, aquí en la tierra como (se hace) en los cielos.”

    Estos conceptos previos nos permitirán valorar los versos del poeta Bartolomé Hidalgo, que nació y vivió en Montevideo (Uruguay) entre 1788 y 1823. Protagonista y testigo de lo ocurrido en Buenos Aires en 1810, Hidalgo se expresa así:


    Hidalgo escribió este poema en 1820.


    “En diez años que llevamos

    De nuestra revolución

    Por sacudir las cadenas

    De Fernando el baladrón

    ¿Qué ventaja hemos sacado?

    Le diré con su perdón,

    Robarnos unos a otros,

    Aumentar la desunión
    Querer todos gobernar,

    Y de facción en facción
    Andar sin saber que andamos,

    Resultado en conclusión

    Que hasta el nombre de paisanos,

    Parece de mal sabor,

    ¡Y en su lugar yo lo veo

    Sino un eterno rencor

    Y una tropilla de pobres

    Que metida en un rincón

    Canta al son de su miseria

    No es la miseria un mal son!”


    Estos versos son la vocalización purísima de la resignación que se impuso a todos los pueblos de las Españas de América desde el poder del dinero, de poder ganar con su trabajo feliz y honrado “el pan nuestro de cada día.” Por eso los vecinos de Buenos Aires exclamaban el 25 de mayo de 1810: “el pueblo quiere saber de qué se trata.” Ese es el único hecho veraz de esa jornada.

    ¿Qué fue lo que había ocurrido? Es lo que tenemos el sagrado deber de referir a continuación, y que durante doscientos años se ha silenciado malignamente.


    Lo sucedido en mayo de 1810 tiene este origen:

    En 1806 los británicos herejes y maléficos que provenían de la isla europea llamada en esa época “la pérfida Albión” o “capital del satanismo”, conquistaron Buenos Aires. Asesinaron y violaron sin piedad, saqueando casa por casa de ese pacífico y católico ejemplar vecindario.

    Su objeto era robar el Tesoro de la Real Hacienda (nombre que en aquella época designaba a un organismo similar al actual Banco Central de la República Argentina). Se llevaron cuarenta toneladas de monedas de oro, equivalentes en la actualidad a 88.000 Millones de dólares norteamericanos, que fueron paseadas por las calles de Londres, ciudad a la que arribaron en el navío Narcisus, procedente de Buenos Aires.

    No quedó dinero alguno en la “Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre”
    : ni para pagar los sueldos a la administración pública, ni al Ejército argentino fundado por voluntarios en las heroicas jornadas de la Reconquista (12 de agosto de 1806), y luego de la Defensa de Buenos Aires (5 de julio de 1807). Tampoco quedó dinero para las compras mínimas de los artículos de primera necesidad: pan, carne, leche, huevos, frutas y verduras.

    Fue por eso que el Virrey Cisneros dictó ingenuamente un Edicto de Libre Comercio con la Nación inglesa “para recaudar recursos para el fisco”, conforme lo disponía textualmente. Este comercio de importación de manufacturas y exportación de cueros regiría desde noviembre de 1809 hasta el 18 de mayo de 1810.

    Yañiz y Agüero, síndicos del Consulado, firmaron un dictamen en contra: “De qué vale que lo que ahora se fabrica aquí cuesta cuatro y que con los artículos importados desde Londres se vendan a tres, si por la falta de trabajo que traerá el comprar manufacturas inglesas, no ganaremos ni siquiera uno. Así será imposible vivir.” Empero, estos sabios consejos para el futuro no fueron tenidos en cuenta por Castelli y por Moreno, que eran asesores económicos y jurídicos del Virrey Cisneros.

    Ocurrió entonces algo inesperado. El día 18 de mayo de 1810, fecha en que los comerciantes y usureros ingleses debían irse, llegaron tres buques de guerra ingleses. Las fragatas Misletoe, Mutin y Pitt apuntaron con sus cañones al puerto de Buenos Aires. Un jefe militar, secreto súbdito británico, depuso al gobierno; y Alexander Mackinon, presidente del Centro Comercial inglés British Commercial Room, formó la Junta de Gobierno. Tres de sus integrantes eran súbditos británicos de incógnito y Mariano Moreno, abogado de los ingleses, el secretario.

    El almirante británico De Courcy, que comandaba la escuadrilla inglesa que sitiaba a Buenos Aires, fue recibido en primera audiencia por la Junta a la que le exigió que el Edicto de Libre Comercio con Inglaterra y sólo con Inglaterra no tuviese fecha de vencimiento.


    De esta manera, la primera bandera que la Nación argentina resolvió enarbolar en un acto de soberanía para exteriorizar su rebeldía e independencia, antes de que Belgrano crease la enseña patria, fue la bandera inglesa. [1]

    Por su parte, el almirante británico Fabian se dirigió desde las murallas del Fuerte a los curiosos allí reunidos y en un mal hablado castellano dijo que Gran Bretaña se quedará vacía porque todos los ingleses vendrían a vivir a estas hermosas tierras.

    Tal lo ocurrido el 25 de mayo de 1810. Semanas después todos los que habían luchado y obtenido las victorias de la Reconquista y la Defensa en 1806 y 1807, fueron asesinados sin juicio previo y sin piedad: Santiago de Liniers, Gutiérrez de la Concha, Felipe de Sentenach, Fray José de las Ánimas (Superior de la Orden Betlemita), Martín de Álzaga muchos otros.


    Allí comenzó la involución hispanoamericana y argentina, tal cual lo relatan los versos de Bartolomé Hidalgo que hemos descripto. Involucionar significa achicarse y deformarse, perdiendo la religión católica que era el factor catalizador y determinante de nuestras vidas y de la vida de la nacionalidad.

    Con estas reflexiones reimpone elevar cada día con más fervor la Oración de Nuestro Señor Jesuscristo y de de la Santísima Virgen Maria. Que la verdad se devele.


    [1] Confrontar Àlzaga, Enrique Williams: “La fuga del general Beresford”, p. 28 – EMECÈ Editores – Buenos Aires, 1966.



    EL SAQUEO DEL TESORO DE BUENOS AIRES

    Más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda argentina. Ese es el valor actual del tesoro con el que se alzaron los ingleses en la invasión de 1806. El cálculo de Néstor Forero, un investigador que habló del tema en Gualeguaychú, muestra la magnitud del saqueo inglés. ¿Hay razones para pedir un resarcimiento, pese al tiempo transcurrido?.

    Buenos Aires fue capturada, así, por las tropas del general Beresford, allá por 1806. La toma duró más de 40 días, en cuyo transcurso los ingleses no se privaron de nada. La invasión estuvo signada por vejaciones, asesinatos, muerte, y robos de todo tipo, según cuentas los cronistas. Un acto de pillaje protagonizado por súbditos de la Corona Británica, que no actuaron por motu propio.

    Fue en realidad una acción de conquista armada por el gobierno de Londres, en el marco de una estrategia global de dominación de estas tierras americanas.

    Los entretelones y el significado de este traumático episodio -que curiosamente la historiografía oficial refiere casi como una anécdota- están planteados en “El saqueo de 1806”, el libro del investigador Néstor Forero.

    Especialista en temas económicos e historiográficos, autor de otros libros como “Deuda externa y Crimen social en Argentina”, Forero se inscribe dentro del “revisionismo histórico” que, siguiendo a Raúl Scalabrini Ortiz o al copoblano Julio Irazusta -entre otros-, viene denunciando la malsana influencia británica en el país.

    Esa influencia, que ha sido determinante en el curso de la historia vernácula, es de larga data. En realidad, según esta lectura historiográfica, se remonta a la etapa anterior a la independencia argentina.

    Es decir, a cuando el país -junto con otras repúblicas sudamericanas- pertenecía al Virreinato del Río de la Plata, un bloque geopolítico de 7.000.000 km².

    En la disputa por la hegemonía mundial, Inglaterra fue enemiga declarada de España, cuyo poder buscó cuartear, sobre todo saboteando sus posesiones americanas.

    Es en este contexto que Forero coloca la toma de Buenos Aires en 1806. Que en realidad, dice, fue la quinta expedición militar británica (no la primera como dice la historia oficial), a la cual precedieron, por caso, desembarcos en Malvinas o Isla de los Estados.

    El saqueo del que fue objeto entonces Buenos Aires, por parte de las tropas de Beresford, fue pergeñado con antelación por el gobierno de Londres, dice el autor.

    Y da una medida -cuenta- no sólo del sentimiento anti-hispánico de los invasores, ni de la codicia que los dominaba, sino de un plan de dominación urdido con inteligencia.

    Así, el primer acto del General Beresford, tras la toma de la capital del Virreinato del Río de la Plata, fue la exigencia a sus pobladores de los caudales reales, bajo las peores amenazas (pérdidas de vida y patrimonio).

    Y aquí la originalidad de Forero: el tesoro robado, girado prontamente a Londres, representa hoy, actualizado a un interés anual del 6%, más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda externa argentina.



    Política colonial

    Pero además, una vez dueño de la plaza, Beresford tomó una serie de medidas para someter a la nueva colonia -y que según Forero tienen un parecido notable con la política económica que se siguió en Argentina en lo sucesivo.

    Así, al apoderamiento ilegítimo de las reservas monetarias del Tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires -el grueso del cual se embarcó a Londres en la fragata más rápida de la de la flota británica, el “Narcissus”-, le siguió el decreto que declaró la “libertad de comercio”.

    Esta última medida -sostiene el investigador- “se impondrá para beneficio especialmente de los comerciantes ingleses y de su socia local, la clase acomodada de Buenos Aires”.

    Ahora bien, haber secado la plaza de monedas -más allá de que una fracción de los pesos plata se dejaron para mantener el comercio exterior- colocó a la gobernación británica en Buenos Aires en problemas.

    La escasez de dinero metálico, producido por el vaciamiento de las arcas de Buenos Aires, conducía a un encarecimiento inexorable de las operaciones de importación de mercadería inglesa.

    Pero la gobernación británica no iba “a permitir que los comerciantes locales repararan esa pérdida mediante el funcionamiento de la ley de la oferta y la demanda, ya que el tipo de cambio hubiera saltado por las nubes”, cuenta Forero. Por eso -refiere- “se estipuló un tipo de cambio fijo de 5 chelines por peso, cuando antes de la invasión el tipo de cambio era de 4 chelines y 6 peniques”.



    La cuestión de los caudales

    Forero llama la atención sobre un dato no menor: los ingleses no pueden alegar que los caudales robados (en total 1.086.208 pesos plata) son un “botín de guerra” (el equivalente a unas 200.000 liras esterlinas de la época) (1). ¿Y esto por qué?. Pues porque el tesoro se hallaba fuera del alcance de los conquistadores al momento de ingresar a la ciudad.

    ¿Cómo? Es que el virrey Rafael de Sobre Monte, enterado de la invasión, se lo llevó consigo antes hacia Córdoba. Los ingleses tuvieron que gestionar su regreso, luego, bajo amenaza de introducir las peores pestes sobre la población.

    Este episodio, es decir la manera en que se obtuvo el tesoro confirma la tesis de que su apropiación fue “sencillamente un robo, perpetrado sin ninguna fundamentación jurídica por parte del invasor”.

    En realidad, dice el autor, la acción de Sobre Monte -pese a que el juicio histórico catalogó de deshonrosa-, colocaba la sustracción del tesoro en el marco de una discusión entre las cortes de España y Gran Bretaña, alrededor de los “derechos de propiedad indudable de los españoles”.

    “Para ser más ecuánimes diremos que Sobre Monte, más allá de su personalidad, cumplió con su retirada el plan de evacuación trazado en época del virrey Vértiz y que un Tribunal que juzgó su conducta terminó absolviéndolo, aunque eso no le devolvió el prestigio perdido”, comenta Forero.



    ¿Es posible el resarcimiento?

    El autor insiste en la “ilegitimidad” de la incautación de los caudales del tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires. Pero va más allá: en su opinión, a la Argentina y a los países que entonces integraban el virreinato, les asiste hoy el derecho del resarcimiento, pese al tiempo transcurrido.
    Forero habla de “derecho de propiedad” conculcado por el invasor inglés. Aunque dicho derecho le pertenecía a los españoles, ahora es nuestro, insiste, en virtud de la “continuidad jurídica e histórica de los Estados”.

    Asegura que el “gobierno británico no puede negar su participación” en la operación de saqueo -aunque se escude en el argumento de que fue una acción de particulares-.

    “Dado que lo actuado por los súbditos británicos lesiona el Derecho de Gentes, entendemos que el reclamo de reparación por el robo de Buenos Aires es imprescriptible”, razona el investigador.

    Y al respecto documenta la existencia de jurisprudencia internacional en este sentido, alrededor de la existencia de fallos que han obligado a ciertos Estados, cuya responsabilidad quedó evidenciada, a reparar el daño cometido contra otros Estados.


    Por Marcelo Lorenzo

    Publicado en diario El Día, de Gualeguychú, Provincia de Entre Ríos, 21/11/07. http://www.trabajadorescultura.com.a...politica/Notas


    Publicado en el diario Times, de Londres, a raíz de la captura de Buenos Aires

    Domingo, 12.09.1806 – nuevas buenas en Gran Bretaña

    El nuevo gobierno whig (el “Ministerio de Todos los Talentos”) se enteró de la expedición de Beresford el 24 de junio de 1806, cuando le llegó una carta fechada por el general inglés en abril de ese año. El Secretario de Guerra William Windham se tomó un mes para contestar la carta, con la anuencia de Jorge III, manifestándole que como la expedición no había sido oficialmente autorizada y no se conocían los resultados obtenidos, sólo cabía dar instrucciones generales. Ella eran: si habían ocupado una posición, que trataran de mantenerla y, caso contrario, no insistiera en tomarla; que “no se metiera en asuntos de independencia que pretendían los criollos”. Como cierre, le anunciaba a Beresford el envío de refuerzos al mando del general Sir Samuel Auchmuty. Por otra parte, el Almirantazgo remitió una carta, el 28 de julio, a Home Popham, ordenándole, severamente, que se presentara en Londres para rendir cuenta de lo actuado.

    Nota de Aclaración: El gobierno inglés mantuvo en secreto la expedición a Buenos Aires, hasta estar seguro de lo que había pasado en la colonia española. Pero el 12 de septiembre de 1806, tras 57 días de navegar, el Narcissus, al mando del capitán Donelly entró al puerto de Portsmouth, con los partes de Popham y Beresford sobre la captura de Buenos Aires. Por telégrafo visual llegó a Londres esa noche y los diarios se hicieron eco de la noticia, en las ediciones de la mañana siguiente.


    Lunes, 13.09.1806 – primera noticia

    Captura de Buenos Aires. Oficina del Times. Sábado a las 3 de la mañana.

    Por un expreso que acabamos de recibir de Portsmouth, tenemos que felicitar al pueblo por uno de los hechos más importantes de la actual guerra. Buenos Aires en este momento forma parte del Imperio Británico, y cuando consideramos las consecuencias a que conduce por su situación y capacidades comerciales, además de su influencia política, no sabemos como expresarnos en términos adecuados a nuestra opinión de las ventajas nacionales que derivarán de su conquista.


    Miércoles, 15.09.1806 – de la prensa británica

    “Es casi indudable que toda la colonia del Plata tendrá la misma suerte que Buenos Aires; y de las esperanzas lisonjeras presentadas a sus habitantes, en la proclama del general Beresford, ellos verán que está en su propio interés ser colonia del Imperio Británico”. (...) “Como resultado de semejante unión, tendríamos un mercado continuo para nuestras manufacturas, y nuestros enemigos perderían para siempre el poder de sumar los recursos de esos ricos países a los otros medios que tienen de hacernos daño”. (…) “Este país está ahora en una posición mucha más orgullosa de la que ha estado desde que comenzaron las negociaciones con Francia. En Calabria, la excelencia y superioridad de las tropas británicas han sido demostradas al enemigo y a toda Europa. Por nuestro éxito en el Plata, donde un pequeño destacamento británico ha tomado una de las más importantes y ricas colonias españolas, Bonaparte debe estar convencido de que sólo una paz rápida podrá evitar que toda Sudamérica quede separada forzosamente de su influencia y colocada para siempre bajo la protección del Imperio Británico ¿A qué región del mundo habitable podrá entonces dirigirse para conseguir barcos, colonias y comercios?”.


    Lunes, 20.09.1806 – desfile en Londres

    “A las siete en punto de la mañana, los Leales Voluntarios Britanos se congregaron en St. James’Square y después de disparar tres salvas prosiguieron hasta Clapham, a fin de escoltar hasta la ciudad el tesoro desembarcado del Narcissus, en Portsmouth” relata un testigo presencial, John Fairnburn “A su llegada a Claphamn encontraron el desfile consistente en ocho carretones, tirado cada uno de ellos por seis caballos, adornados con banderas, pendones y cintas azules. En las banderas estaba inscripta la palabra ‘Tesoro’

    Los precedía una pieza de artillería de bronce tomada al enemigo. El primer carretón llevaba el estandarte virreinal del Perú desplegado por un marino real; el segundo y tercero, las enseñas tomadas de los muros de Buenos Aires, y los siguientes, las insignias navales inglesas azuleas, rojas y blancas, mostrando el conjunto la más triunfal y grandiosa apariencia. Durante su procesión hacia la ciudad, los Leales Britanos, al mando del coronel Davidson, marcharon a la cabeza de los carretones y el coronel Prescott con los Voluntarios de Clapham los escoltaron a retaguardia. Una muy excelente banda perteneciente a este último regimiento interpretó durante la marcha ‘God Save the King’, ‘Rule Britannia’, etc., y el corazón de todos los británicos se regocijó ante la visión de la escolta.

    Tras haber entrado en Londres se detuvieron en el Almirantazgo y luego prosiguieron por Pall-Mall hasta St. James’Square, donde la procesión hizo un alto ante la casa del coronel Davidson y la señora Davison obsequió un par de enseñas con la leyenda ‘Buenos Aires, Popham, Beresford, Victoria’ escrita en letras de oro sobre seda azul, rodeadas por ramas de laurel. El tesoro pasó luego a través de la city hasta el Banco, donde se depositaron más de dos millones de dólares. En el frente de cada carretón figuraban las palabras ‘Caja del Tesoro’.

    En las ventanas se agolpaba una cantidad poco común de espectadores ansiosos por ser testigos del triunfo de la Vieja Inglaterra. El capitán Donnelly, del Narcissus, participó de la procesión en una silla de posta” .

    Nota de Aclaración: Ese mismo capitán Donnelly recibió, por entregar el tesoro, 5500 libras como flete, una comisión del 2% sobre el total, sin perjuicio de lo que le tocara como capitán, en la repartición a su ejército por la toma de Buenos Aires.

    “El tesoro siguió por la city hasta el Banco de Inglaterra, donde se depositaron más de un millón de dólares”.


    Sábado, 25.09.1806 – de la prensa británica

    “Tal es la fertilidad del suelo, que Buenos Aires, en poco tiempo será probablemente el granero de Sudamérica”.

    (…) “Las mujeres de Buenos Aires se consideran las más simpáticas y hermosas de toda Sudamérica, y su manera de vestir denota un gusto superior” (…) “El comercio de esta región bajo el ordenamiento británico, promete ser sumamente ventajoso para ella, y podría abrir mercados de incalculables posibilidades para el consumo de manufacturas británicas. En la medida en que las cargas impuestas a los habitantes sean disminuidas por el gobierno británico, sus medios de comprar nuestros productos se verán incrementados, y el pueblo, en lugar de permanecer andrajoso e indolente, se hará industrioso, y llegará a la mutua competencia por poseer no solo las comodidades, sino lo lujos de la vida”.


    Por Marcelo De Biase





    _______________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/photo.php?f...type=3&theater
    Última edición por Mexispano; 22/06/2016 a las 04:45

  4. #184
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Así se expresaba el jefe realista de Montevideo José María Salazar en su informe sobre la junta revolucionaria de Buenos Aires en 1810 y su famosa "máscara de Fernando VII":

    "[...] ni nuestro adorado Monarca, los juramentos más sagrados, la jura más solemne que hacen los Pueblos en señal de su vasallaje, todo es falso en boca de estos infames revolucionarios, que nada encuentran sagrado sino lo que adula su ambición de mando, y sería el dilatarme mucho el comentar tales libelos infamatorios a los derechos indisputables de nuestro desgraciado Monarca, y la dignidad de la Nación tan infamemente ultrajada y tratada, pero lo que más hay que admirar es la seductora política que desde el principio han empleado para engañar a los Pueblos, política que han estado aprendiendo desde la entrada de los Ingleses en la Capital, que fueron los que sembraron la primera semilla de la independencia juntamente con los americanos".

    Fuente: https://books.google.com.ar/books?id...alazar&f=false





    _______________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/77125717629...type=3&theater

  5. #185
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    jueves, 4 de agosto de 2011

    La matanza de San Luis: Otra vergüenza de la historia argentina


    En la noche del 7 de febrero de 1819, jugando los oficiales españoles prisioneros en San Luis con don Vicente Dupuy, teniente gobernador, y habiendo perdido éste algún dinero, echó en seguida mano del que tenía delante de sí el coronel Rivero, quien reprendió agriamente el hecho, y a pesar de las instancias de los concurrentes dio un bofetón a Dupuy, cuyos amigos, lo mismo que algunos españoles echaron mano de las armas que había en la habitación. El tumulto que resultó de aquí alarmó la guardia, y los prisioneros españoles, temiendo las consecuencias de este lance, entregaron las que habían tomado, y pidieron perdón a Dupuy, que les fue concedido, y les empeñó su palabra de honor, que si lo dejaban salir calmaría la efervescencia de la guardia y del populacho. Salió en efecto, mas en vez de apaciguar los espíritus difundió la alarma, y excitó al pueblo a vengar los insultos que había recibido de los godos, nombre con que se designaba a los realistas. Dupuy entonces volvió a entrar en la habitación con algunos soldados y gente armada, y el brigadier Ordóñez, el coronel Morgado y seis oficiales más fueron asesinados. El coronel Primo, viendo la inevitable suerte que le esperaba, se tiró un pistoletazo y se mató. Todos los españoles que se encontraron por las calles fueron pasados a cuchillo, y muchos fueron también muertos en sus casas: han sido cincuenta los asesinatos cometidos en este fatal día, y de los oficiales españoles retenidos en San Luis sólo dos se libraron de la muerte. En recompensa de esta acción tan memorable ha sido ascendido Dupuy a coronel mayor y agraciado con la legión de mérito de Chile.


    — William Bennet Stevenson, A historical and descriptive narrative of twenty years’ residence in South America: Containing the travels in Arauco, Chile, Peru, and Colombia: With an account of the revolution, its rise, progress, and results (Hurst, Robinson & Co., 1825).







    Vicente Dupuy (1774-1843)

    "el carnicero" de San Luis, de comerciante a revolucionario ...y vuelta


    El autor de estas líneas, Mr. Stevenson, fue uno de los famosos “observadores” británicos (“viajero y pintor” dice la leyenda rosa) que siguieron a las tropas “patriotas” en sus peripecias.

    Uno de los personajes que se destacó por su brutalidad en esta matanza fue Facundo Quiroga, futuro caudillo riojano, quien en esta oportunidad utilizó como maza los grillos que llevaba puestos habiendo sido detenido previamente por protagonizar algunos desmanes entre la tropa “patriota”.

    La leyenda rosa nacionalista, en parte tomando como cierto lo que la inquina personal hizo decir a Vicuña Mackenna contra Bernardo Monteagudo, culpa a este último de tal acción. Por supuesto que no va a culpar a Dupuy, protegido de San Martín. Pero lo cierto es que, años después de este hecho, el “Libertador” llamará al célebre jacobino Monteagudo a su lado en Lima.



    _______________________________________

    Fuente:

    C. L. A. M. O. R.: La matanza de San Luis: Otra vergüenza de la historia argentina


  6. #186
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Plano de Buenos Aires en 1713. A la derecha puede verse la "casa de campo El Retiro", donde después del Tratado de Utrecht, Gran Bretaña (por intermedio de la Compañía del Mar del Sur) fundará su "asiento", desde donde los británicos comerciarán esclavos y otros bienes. Aunque el asiento de Buenos Aires será suprimido poco después, Retiro seguirá siendo "el barrio inglés" hasta bien entrado el siglo XX. No casualmente, allí tendrán su cuartel los granaderos de San Martín. No por casualidad, allí estarán las oficinas de las compañías navieras británicas, los ferrocarriles británicos, etc.

    _________________________________

    Archivo General de la Nación Argentina

    21 de junio a las 11:24 ·

    Fuerte de Buenos Aires, año 1713.

    Documentos Escritos. Mapoteca II-51







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    Fuente:

    https://www.facebook.com/ArchivoGene...type=3&theater

  7. #187
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    "Manuel Belgrano fue masón y fundó una logia en Tucumán"

    02 Oct 201226




    HISTORIADOR. Nicolás Breglia. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO


    La pertenencia de Manuel Belgrano a la masonería siempre fue uno de los misterios de nuestra historia. Sin embargo, el historiador de la orden, Nicolás Breglia, ratificó que el prócer no solo fue masón, sino que fundó y presidió en Tucumán la Logia Argentina, luego llamada Unidad Argentina. "Belgrano fue masón. A fines del siglo XVIII, cuando regresó a Buenos Aires desde España, se inició en la Logia Independencia que funcionaba desde 1795, con carta Constitutiva de la Gran Logia General Escocesa de Francia. Esta logia tenía por objeto lograr la independencia del Virreinato del Río de la Plata de cualquier dominación extranjera", comentó en una entrevista con LA GACETA. La teoría, rechazada por la Academia de Historia, fue expuesta, debatida y ratificada durante las Jornadas Belgranianas que organizó el Observatorio de la Ciudadanía del NOA y de la que participó Breglia como pro-gran maestre de la milenaria orden.

    Pero, además, Belgrano fue más allá con sus ideales masónicos. "Cuando se hizo cargo del Ejército del Norte, fue nombrado presidente de la Logia del Ejército del Norte. Y, durante sus años en Tucumán, Belgrano continuó trabajando masonamente al fundar y presidir la Logia Argentina, que funcionó de acuerdo con el testimonio obtenido por Adolfo Saldías, en la casa de la familia Padilla ubicada en cruz con el Cabildo. Allí, el prócer inició a muchos de sus oficiales en los augustos misterios de la antigüedad", agregó. Sin embargo, Breglia aclaró que esa casa no se trata de la que hoy esta en pie al lado de la Casa de Gobierno, sino de una que estaba al otro lado de la plaza Independencia. "Allí Belgrano se reunía en logia con sus principales oficiales, tales como su lugarteniente Gerónimo Helguera y los coroneles Cornelio Zelaya y Eustoquio Díaz Vélez, también masones", aseveró.



    _________________________________

    Fuente:

    Manuel Belgrano fue masón y fundó una logia en Tucumán - La Gaceta
    EspadaDeRoma dio el Víctor.

  8. #188
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Lunes, abril 19, 2010

    Hace 200 años se instala la "Junta defensora de los derechos de Fernando VII" en la Capitanía General de Venezuela







    EL NACIONAL - Domingo 18 de Abril de 2010 Siete Días/2


    ¿QUÉ PASÓ EL 19 DE ABRIL DE 1810?


    Debate entre historiadores


    Nacionalidad, soberanía, independencia. Los grandes temas del pasado son motivo de discusiones que se mantienen abiertas


    Los hechos del 19 de Abril de 1810 están claros, pero su interpretación todavía genera debate entre los historiadores venezolanos. Carole Leal, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium de la Universidad Simón Bolívar, se inscribe en el grupo de estudiosos que consideran que la actuación de los criollos del Cabildo de Caracas no tenía otra intención que la que declararon ese día: constituir una junta autonómica para ejercer temporalmente el poder y conservar los derechos del rey Fernando VII, obligado a abdicar por Napoleón Bonaparte. Ha concluido que la comprensión de la fecha como el momento primigenio de la Independencia no fue más que el resultado de una operación historiográfica que, en suma, logró purificar de su motivación monárquica lo ocurrido aquel día. "El acta habla de nuestro amado rey y señor que Dios guarde".


    Gustavo Vaamonde, investigador de proyectos históricos de la Fundación Polar, analiza lo ocurrido como una "gesta patriótica". "Desde mediados del siglo XVIII existía un sentimiento patrio de la gente que nació en este continente, que veía el territorio y sus recursos como algo propio. Sí respetaban las instituciones monárquicas, pero se concebían a sí mismos como algo distinto y esperaban que su voz se escuchara también diferente". Desde esa óptica analiza el 19 de Abril de 1810: "Es el primer gobierno autónomo en 300 años y se constituye sólo con gente nacida aquí o con españoles radicados aquí. En las proclamas de los días posteriores empieza a aparecer una palabra: venezolanos".


    Elías Pino Iturrieta, director de la Academia Nacional de la Historia, dice que los hechos no hubieran sido posibles de no haber surgido antes ese sentimiento de vinculación de los hombres con el entorno: "Para llegar allí debías sentirte parte de algo y tener orgullo de esa pertenencia, y sentir que ese paisaje sería mejor si te tenía a ti a la cabeza".


    Un documento clave que confirma esa apología de la tierra circuló en la víspera de los hechos. "Fue un libro, el Calendario, manual y guía de forasteros, que se atribuye a Andrés Bello pero que seguramente fue de autoría colectiva". Es una suerte de guía turística, según el académico: "Hacerla supone que colocas lugares en los que te reconoces y que te llena de orgullo mostrar".


    Un segundo ejemplo es la aparición en la Gaceta de Caracas de la biografía del marqués de Ustáriz, que murió también poco antes de los hechos del 19 de Abril de 1810: "Es el primer caraqueño del cual se sienten orgullosos y por eso escriben su historia". Sobre la valoración de los hechos ocurridos, no tiene dudas: "Fue el debut de la sociedad venezolana en el teatro del mundo. Por primera vez no son actores metropolitanos, ni el libreto lo hacen desde Madrid.


    Un grupo de esa sociedad demuestra madurez para entender desde su perspectiva local el panorama internacional y especialmente el desmoronamiento de España. Y esa fue la clave para que se iniciara la metamorfosis". Los funcionarios españoles, de acuerdo con Vaamonde, advirtieron esas mudanzas que anticipaban una intención independentista detrás de la junta autonómica. "Escriben a la Regencia y lo informan". A Leal esas comunicaciones no la llevan a conclusiones. Considera natural que la burocracia del reino, en una situación de guerra y de alta dependencia de los territorios hispanoamericanos, se alarmara ante sucesos como los de abril de 1810 y escribiera un texto semejante.


    Inés Quintero, también miembro de la Academia Nacional de la Historia, no soslaya el sesgo fernandino de la junta que se instaló en Caracas. Pero rescata un asunto que considera vital. "En esos hechos se resolvió lo más importante: el tema de la soberanía. La toman provisionalmente, mientras vuelve el rey, pero la toman, el poder revierte en la sociedad". Esa decisión inicial condujo a otro problema: la necesidad de decidir quiénes concretamente ejercían esa soberanía. La solución de la junta caraqueña fue revolucionaria: hacer elecciones, tal como se comprendían entonces, con la sola participación de los hombres libres, pero elecciones.


    "Se introdujo el principio de representación y eso no fue poca cosa". Así fue ganando la voluntad de las otras juntas y se dio un giro definitivo a la historia. Quintero lo resume en una fórmula: soberanía, autonomía, representación, ciudadanía y República. Sin unas no hay las otras.




    El 19 de abril de 1810 se celebró el primer referendo de Venezuela Un movimiento popular que fundó la Nación



    Domingo, 18 abril a las 19:48:27


    Para muchos historiadores, aquella gesta tuvo un carácter hondamente civil, encabezada por los aristócratas y burgueses de la época, entre ellos los hermanos Bolívar, Montilla, Salía.


    Aquel dedo negativo del cura José Cortés de Madariaga decidió el destino de un pedazo de tierra llamada Venezuela. Detrás del Capitán General Vicente Emparan, el sacerdote chileno empujó al jefe español a celebrar el primer referendo de que se tenga conocimiento en la provincia allende de los mares de la España monárquica. En efecto, una vez que Emparan preguntara a la población -reunida en Plaza Mayor acerca de si querían que se quedara en el mando- Madariaga levantó la mano y sacudió el dedo índice derecho en señal negativa. La gente siguió las instrucciones del prelado y gritó ¡No!, razón por la cual el funcionario dijo que él tampoco quería el mando.



    LOS ANTECEDENTES


    En ese momento se instaló otra historia. Ese movimiento popular ocurrido el Jueves Santo de ese año de 1810, da pie a la lucha por la Independencia. Emparan había sido nombrado por el rey invasor, hermano de Napoleón Bonaparte, José I, apodado Pepe Botella. Fernando VII había sido derrocado luego de la invasión napoleónica y confinado en una celda, en 1808. Desde su confinamiento ordenó la formación de Juntas Populares "para la defensa de la legalidad y la fidelidad al Rey". En consecuencia, el 29 de mayo de 1808 se proclama e instala la Junta de Sevilla. Caracas sigue el ejemplo dos años más tarde.



    UN MOVIMIENTO PRO MONÁRQUICO


    Los mantuanos de Caracas, es decir, los aristócratas y burgueses de la época, así como varios miembros del Cabildo, desconocieron el poder del Capitán general nombrado por José I. De allí que los alzados actuaron en defensa de los derechos del derrocado monarca español, Fernando VII. Ese día de abril nace el espíritu de la Independencia. Se firma un acta donde afirma que se actuó en nombre de Fernando VII y se conforma una Junta de Gobierno que luego propicia la creación de las juntas de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida. Entre los aspectos relevantes del documento está la activación del comercio exterior, la prohibición del comercio de esclavos negros, el nacimiento de la Sociedad Patriótica con la intención de fomentar la agricultura y la industria; así como la fundación de la Academia de Matemáticas. Igualmente, se abren legaciones diplomáticas en Inglaterra, Estados Unidos y Nueva Granada. Maracaibo, Coro y Guayana se declararon en rebeldía y desconocieron a la Junta, por lo que se mantuvieron leales a la Corona española. Este evento da paso al 5 de Julio de 1811 cuando se firma el Acta de declaración de la Independencia de Venezuela.



    LOS DIPLOMÁTICOS


    La junta nombra y envía embajadores a José Cortés de Madariaga a Nueva Granada, quien firma acuerdos con un territorio vecino, con el que se propiciaría el intercambio comercial. Mariano Montilla y Vicente Salías son nombrados para negociar con Curazao y Jamaica.Juan Vicente Bolívar, Telésforo de Orea y José Rafael Revenga viajan a Estados Unidos, que ya era potencia y con quien se firman papeles de apoyo a la lucha de liberación y de intercambio comercial y bélico. Por su parte, Simón Bolívar, López Méndez y Andrés bello fueron enviados a Inglaterra, con cuyo gobierno debían mantener la posición de la Junta de mantener su fidelidad a Fernando VII, manteniendo igualmente su autonomía frente al Consejo de Regencia al que desconocían como régimen legítimo. La misión de Bolívar, López Méndez y Bello resultó fallida, por los nuevos acuerdos y tratados de Inglaterra con Francia y España, con la que siempre estuvieron enemistados, pero dadas las circunstancias de que Fernando VII no estaba en el poder, los ingleses desconocieron la lucha de los venezolanos, situación que años después cambió.



    LAS ELECCIONES


    En palabras dirigidas a las Sociedades Americanas, Simón Rodríguez afirmó: "Napoleón quería gobernar al género humano, Bolívar quería que se gobernara por sí, y yo quiero que aprenda a gobernarse". De esta declaración se desprende el carácter democrático de ese hombre que iluminó el sendero de aquellos torvos caminos. Sobre este aspecto, la Junta Suprema convocó a elecciones para reunir el Congreso General de las Provincias, con la idea de asegurar "la transformación del gobierno de facto en un régimen constitucional independiente". De esta justa electoral resultaron elegidos 44 diputados, distribuidos en Caracas (24), Barinas (9), Cumaná (4), Barcelona (3), Mérida (2), Trujillo (1) y Margarita (1).



    OPINIONES DE HISTORIADORES


    Muchas han sido las opiniones de algunos historiadores venezolanos, entre ellos Tomás Straka y Manuel Caballero. El primero señala: "Hay que determinar cómo fue, es de que se trató un movimiento contra Francia y no contra España; y, más aún, cómo, si aceptamos que lo fue, éste llegó a tener un carácter más amplio de adhesión popular que el de la independencia de la corona castellana (…) los historiadores se dividen entre quienes lo evalúan como un acto de fidelidad al Rey y quienes lo ven como una maniobra para poco a poco ir llevando las cosas hacia la independencia absoluta. Nuestra tesis es que hubo un poco de las dos cosas, como casi siempre en la historia -en los fenómenos humanos-, en la que lo paradójico y lo contradictorio no tiene por qué ser raro".


    Más adelante, Straka escribe que "quienes asistieron a la escena y en principio apoyaron no estaban sinceramente indignados por la invasión de Napoleón a España, por las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII -que se suponían hechas bajo una coerción mayor de lo que realmente hubo- y por la simpatía real o intuida que el Capitán general Vicente Emparan y otros afrancesados de su gobierno sentían por El Francés. Los caraqueños ya habían despedido con tumulto a los emisarios de José Bonaparte".


    Acerca de la participación militar en aquellos hechos, Manuel Caballero ha señalado que "Ahí no hubo ninguna participación militar. También el 5 de Julio. Esas son fechas eminentemente civiles. Después la situación derivó y se convirtió en una guerra que al desatarse no tuvo fin durante un siglo, y de allí que se pretenda decir que la historia de Venezuela es la historia de las glorias militares". El historiador larense precisa que la Guerra de Independencia fue una guerra civil. "Por supuesto, usted puede decirme con razón que esa tesis es la de Vallenilla Lanz, porque aquí peleamos venezolanos contra venezolanos". Más adelante afirma que "la que gente que quería la independencia sabía que la impronta monárquica y religiosa era demasiado fuerte, y se iba a estrellar contra un sentimiento que no solamente era de la Corona, sino de todo el pueblo (…) lo que ha dicho Carrera Damas (Germán), el único gobernante por quien el pueblo venezolano su sangre para defenderlo ha sido Fernando VII. Fue lo que hicieron los llaneros de Boves, la guerra civil de los dos lados del océano, el disimulo necesario, como suele suceder en estos procesos". Así mismo, la Guerra de Independencia fue una guerra civil en la que se enfrentaron venezolanos contra venezolanos, hermanos contra hermanos en defensa y en contra del rey Fernando VII. De modo que se trató de la única vez que el pueblo venezolano ha derramado sangre por gobernante alguno.


    _______________________________________

    Fuente:

    Venezuela y su historia: Hace 200 años se instala la "Junta defensora de los derechos de Fernando VII" en la Capitanía General de Venezuela

  9. #189
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Eso fue el "principio del fin"...

  10. #190
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    La trastienda de la Revolución. Buenos Aires 1810-1816.

    La toma británica del mercado del Plata sigue siendo el aspecto menos difundido de la Revolución.

    Haber reducido el relato histórico de la emancipación rioplatense a una pelea entre patriotas puros y españoles malos o 'realistas' sólo ha servido para formar generaciones de argentinos que desconocen hechos de gran importancia en la puja de poderes.






    "¡Queremos saber de que se trata!", gritaban los paisanos criollos afuera del Cabildo. Es fundamental conocer la presión ejercida durante los primeros meses de 1810 por las naves inglesas estacionadas en el Río de la Plata.

    La penetración británica comienza con el establecimiento de la logia de masones Excelsior en la ciudad de Buenos Aires.

    "A fines de 1806, unos 2000 comerciantes y aventureros británicos, alentados por la noticia de que Beresford había capturado Buenos Aires, partieron rumbo al Río de la Plata acompañando la expedición de refuerzo de Samuel Auchmuty. Al llegar se enteraron de que la ciudad había sido reconquistada por sus habitantes, y en enero de 1807 fueron testigos del sitio y toma de Montevideo por las tropas de Auchmuty. Mientras esperaban la llegada del general Whitelocke para pasar a Bs. As., los comerciantes inundaron la plaza montevideana con mercaderías de todos los gustos y colores. Como sabemos, Whitelocke llegó en mayo, invadió Buenos Aires a fines de junio pero fue vencido en pocos días, y en septiembre los últimos británicos abandonaron Montevideo. A pesar del fracaso final de la expedición, los comerciantes habían logrado ingresar alguna mercadería en Buenos Aires, y en tanto que algunos volvieron a Gran Bretaña para traer nuevos cargamentos, otros, con o sin mercadería, se quedaron esperando una nueva oportunidad en las costas brasileñas. Y la oportunidad llegó a principios de 1808 con la mudanza de la corte portuguesa de Braganza a Brasil." (1)

    Firmado el tratado de alianza con España en 1/1809, Inglaterra fue obteniendo autorizaciones para descargar mercaderías en puertos hispanoamericanos. Así comenzó a legalizarse el contrabando existente. En 7/1809 el virrey Santiago de Liniers fue reemplazado por Baltasar Hidalgo de Cisneros.

    La petición de los comerciantes John Dillon y John Thwaites, que pretendían descargar mercadería de la corbeta mercante Speedwell, dio lugar a un debate que terminó en el decreto del 6/11/1809 destinado a la apertura temporaria del comercio para países aliados con la condición de que las mercaderías se vendieran por medio de consignatarios españoles y que los comerciantes sólo podían permanecer 40 días para descargar. Thwaites y Dillon ingresaron su mercadería al igual que 17 buques mercantes ingleses que esperaban en la rada exterior del puerto de Buenos Aires.

    Luego de la descarga los comerciantes británicos se negaron a volver a sus embarcaciones. El 18/12/1809 unos cincuenta de ellos fueron intimidados a abandonar la ciudad bajo apercibimiento de prisión. Cinco días antes que venciera el plazo para embarcarse, un comité de diez comerciantes encabezados por Alexander Mackinnon, presentó una carta al comandante de la nave de guerra H.M.S. Lightning, apostada en balizas, pidiéndole que intercediera ante Cisneros para obtener una prórroga de aquel plazo. Los firmantes eran: Alexander Mackinnon, Thomas Crockett, Edward Hill, James Ritchie, James Barton, John Smedley, William Dunn, George Dickson, Frederick Dowling y J. Rattray. La presión de los comandantes navales surtió efecto y el Virrey aceptó dilatar por cuatro meses el vencimiento hasta el 18/4/1810.

    Mackinnon informó de la situación al ministro George Canning y a Lord Strangford, embajador inglés en Río de Janeiro. El día 10/4/1810 el nuevo Comitee of British Merchants integrado por Alexander Mackinnon, Carleton Allsopp, Robert Staples, John Smedley y Thomas Crocket, volvió a pedir ayuda a los comandantes navales quienes obtuvieron que Cisneros postergara el vencimiento un mes más.

    El día 17/5/1810 llegó al puerto una fragata denominada "Juan París", procedente de Gibraltar, portando periódicos londinenses que informaban el derrumbe de las defensas del pueblo español frente a los avances franceses. En esa semana el Virrey quedó desplazado por la Junta Provisoria Gubernativa. Así llegamos al 25 de mayo de 1810.

    En 9/9/1810 Alexander Mackinnon logró imponer la firma de un documento que condenaba la actitud del comodoro Robert Elliot, Jefe de la estación naval británica en el Plata, de respetar el bloqueo del puerto de Buenos Aires impuesto por las autoridades de Montevideo. Fue personalmente a Río de Janeiro a conferenciar con Lord Strangford y volvió con una carta de éste para la Junta asegurándole que Elliot no tenía instrucción alguna para secundar el bloqueo dispuesto por Montevideo.

    A los pocos meses este grupo de comerciantes fundó la primera institución de la comunidad británica en Buenos Aires. Los British Commercial Rooms o Sala Comercial Británica, ubicada en la posada Doña Clara (Mary Clark) en la barranca (actualmente, calle 25 de Mayo entre Bartolomé Mitre y Perón) a cuadra y media del Fuerte de Buenos Aires. Sirvió durante 20 años de punto de reunión de comerciantes británicos, capitanes de barcos mercantes y comodoros de buques de guerra. Allí se armaban los negocios y se contaba con varios catalejos para observar desde la azotea la llegada de los barcos y recibir noticias trasmitidas desde ellos por medio de banderas.

    Debe notarse que los comerciantes Dillon, Thwaites, Staples, Allsopp, Dunn, Barton, Dickson, y otros como John Parish Robertson, James Brittain, Samuel Winter, Daniel Mackinlay, John Appleyard, James Paroissien y Thomas Gowland, llegaron por primera vez al Plata en 1807 con las Invasiones Inglesas acompañando las expediciones armadas. Es decir, que venían con todas las intenciones de avasallar el comercio argentino respaldados por fuerzas militares británicas.


    La muerte de Mariano Moreno

    El Dr. Mariano Moreno murió envenenado a bordo de la fragata de comercio británica "La Fama". El capitán George Stephenson le administró una sobredosis de emético (cuatro gramos de antimonio tartarizado) en un vaso de agua una tarde que lo halló solo y postrado en su gabinete. Quedando en duda si fue mayor la cantidad de aquella droga u otra substancia corrosiva la que se le administró, no habiendo las circunstancias permitido la autopsia cadavérica. El cuerpo de Mariano Moreno fue arrojado al mar. (2)

    Mariano Moreno viajó a Europa en carácter de Secretario de Gobierno y Guerra a fin de afirmar la alianza con Inglaterra, porque existía un interés recíproco contra la usurpación y miras hostiles de Francia. Fue Moreno quien solicitó ser enviado a Inglaterra.

    El 24/1/1811 partió en la escuna de guerra británica Mistletoe a cargo del capitán Ramsay hacia el puerto de la Ensenada, distante a unos 50 km de Buenos Aires. Allí trasbordó a "La Fama".

    Su misión más importante e inmediata era concretar una operación de compra de armas acordada entre Cornelio Saavedra, Presidente de la Junta Provisoria Gubernativa y el general Charles François Dumouriez, mercenario francés al servicio de Inglaterra, con el conocimiento de Lord Strangford y el Marqués de Wellington.

    Se recuerda que antes de su trasbordo a La Fama, el Dr. Moreno le obsequió a Ramsay y cuatro oficiales británicos, medallas de oro con la imagen de Fernando Séptimo.

    Los envíos de armas que iba a supervisar Moreno no eran para pelear contra los españoles sino para suplir la falta de material bélico, ya que Buenos Aires se hallaba en estado de indefensión desde 1808.

    Hubiera sido sumamente molesto que una persona de la talla moral del doctor Mariano Moreno controlara esos armamentos, que en la mentalidad de Dumouriez y otros implicados, estaban destinados a provocar la guerra entre criollos y españoles. Por esa razón los ingleses quitaron del medio a Moreno para que no entorpeciera sus planes. El Secretario de la Junta fue envenenado por un capitán inglés.


    Los negocios de la guerra

    Hacia 1814 las ventas de material bélico dejaron de ser un secreto en el Río de la Plata. El traficante John Parish Robertson (3) recorría nuestros ríos a bordo de su barco "La Inglesita" inflamando la cuenca del Plata con armamentos, municiones y todo tipo de pertrechos. Actitud que le valió ser expulsado del Paraguay en 1815.

    El inescrupuloso Parish Robertson rompió con todos los códigos y usanzas comerciales de la época. Fue descubierto en una operación de reclutamiento de combatientes paraguayos a cambio de armamento inglés. Lo hizo a espaldas del gobierno del Paraguay, invocando el nombre del general Alvear, en detrimento del caudillo oriental Artigas. Para ello contó con la protección del Jefe de las fuerzas inglesas estacionadas en el Río de la Plata, capitán Percy.

    John Parish Robertson resultó ser un personaje nefasto para las finanzas criollas. Fue el gestor principal en 1824 del famoso empréstito de 1.000.000 de libras esterlinas de la Casa Baring Brothers que hipotecó el futuro de todos los argentinos.

    Los hermanos John y William Parish Robertson pertenecían a una familia acomodada de Edimburgo, hijos de un funcionario del Banco de Escocia. Una parte importante del empréstito se diluyó en gastos militares para la Guerra Argentino-Brasileña (1825-1828), de la que fueron proveedores de equipamiento bélico los mismos comerciantes británicos.

    Otro personaje de importante actuación en esta operación financiera fue James Brittain, uno de los comerciantes más poderosos durante la época de Rivadavia. Llegó a ser un gran hacendado en la provincia de Entre Ríos frente al río Paraná Guazú. Según el cronista William Mac Cann, Brittain llegó a poseer en 1847: "la mayor extensión de tierras pertenecientes a un súbdito británico en esta parte del mundo", con 200 leguas cuadradas de terreno y puerto fluvial.

    La Revolución de 1810 y la Guerra de la Independencia argentina significó para Gran Bretaña la toma o el dominio del floreciente mercado del Plata, además de un excelente negocio de material bélico para su industria.


    MGB 2016 - Año del Bicentenario de la Independencia Argentina.




    _______________________________________

    Fuente:

    La trastienda de la Revolución. Buenos Aires 1810-1816. | La Gaceta
    Última edición por Mexispano; 10/07/2016 a las 02:31

  11. #191
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Ahora mismo en los festejos por el Bicentenario en Buenos Aires.







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  12. #192
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Un nuevo libro que analiza la postura realista de Jujuy durante la Revolución de Mayo.










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  13. #193
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?


  14. #194
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Ayer en le Teatro Colón de Buenos Aires, en la gala del bicentenario.






    https://www.facebook.com/CLAMOR.X/ph...type=3&theater

  15. #195
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Patricio Lons,en Radio Splendid, La Otra Historia de la Independencia de América.


    Publicado el 8 jul. 2016


    "!LO QUE PERDIMOS Y GANAMOS CON LA INDEPENDENCIA DE ESPAÑA!" La otra cara del Congreso de Tucumán de 1816

    Por AM 990 Splendid con Patricio Lons








    https://www.youtube.com/watch?v=R99S...ature=youtu.be

  16. #196
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Conspiración del imperio británico impidió consolidación de la Gran Colombia

    Por Aurelio Gil Beroes







    Caracas, 18 Abr. AVN (Por Aurelio Gil Beroes) .- La posibilidad de que la Gran Colombia, después de 1830, se afirmara como plan geopolítico independiente en el norte de Sudamérica, tal como lo soñaron Francisco de Miranda y el Libertador Simón Bolívar, fue truncada por una conspiración del imperio británico, que vio en ese proyecto un potencial peligro para sus intereses políticos y económicos en el Caribe.

    Así lo sostiene el jurista e investigador Fermín Toro Jiménez, en su libro Historia diplomática de Venezuela 1810-1830.

    En entrevista con AVN, que giró en torno a la significación histórica del 19 de Abril de 1810, el autor plantea una interesante hipótesis que da un vuelco a las tesis históricas que la precedieron sobre el origen y el destino final de aquel proyecto.



    La historia


    El hecho tiene su origen en el 19 de Abril de 1810, cuando los venezolanos independentistas más esclarecidos de aquel tiempo aprovechan la invasión de los ejércitos napoleónicos a España, ocurrida en 1808, y la abdicación del Rey Carlos IV y de su heredero, Fernando VII, para nombrar una junta de autogobierno que, con el pretexto de defender los derechos del usurpado reino de España, en realidad se hace del gobierno de la, para aquel entonces, Capitanía General de Venezuela.



    La acción de la Junta de Caracas

    Desde un principio los patriotas caraqueños tuvieron muy claro lo que debían y tenían que hacer.

    Lo primero que hace la Suprema Junta defensora de los derechos de Fernando VII es tomar el control de los cuerpos militares acantonados en Caracas y asegurar la lealtad de las fuerzas armadas, designando mandos comprometidos con la causa independentista.

    Días después, el 25 de abril, designa la Junta Suprema de Gobierno de Caracas, como habrá de llamarse en adelante, integrada por 23 personas, entre quienes figuran José Cortés de Madariaga, Lino de Clemente, José Félix Ribas, Francisco Javier de Ustáriz, Juan Germán Roscio, Feliciano Palacios y Juan Pablo Ayala.

    Nótese en este cambio de nombre que desaparece el motivo inicial: ”defensora de los derechos de Fernando VII”.

    Una vez nombrada la Junta Suprema de Gobierno, ésta procura el apoyo del resto de provincias del país, y envía emisarios para exponer las razones de la decisión adoptada.

    La iniciativa recoge la adhesión de Cumaná y Barcelona, el 27 de abril, de Barinas el 5 de mayo, Margarita el 4 de mayo, Mérida el 16 de septiembre y Trujillo el 9 de octubre.

    Guayana apoyó el 11 de mayo, pero el 3 de junio reconoce la autoridad del Consejo de Regencia de España.



    Misiones al exterior

    Con el mismo objetivo son enviadas varias misiones al exterior. A Inglaterra fueron comisionados Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés Bello, quienes en Londres son recibidos por el Generalísimo Francisco de Miranda, en cuya casa son hospedados.

    Desde los mismos acontecimientos de 1808, en España, Miranda, mediante cartas, incita a los patriotas de las principales capitales de Iberoamérica a designar juntas de autogobierno y librarse de España.

    A Estados Unidos van comisionados Juan Vicente Bolívar, José Rafael Revenga y Telésforo Orea, mientras que a Jamaica y Curazao marchan Vicente Salias, Mariano Montilla y José Cortés de Madariaga, y a Trinidad, Casiano de Medranda.



    Opciones históricas

    En torno a la significación histórica de la fecha bicentenaria, Toro Jiménez expresa que justo el 19 de abril comienza el dilema fundamental de la independencia para Venezuela.

    En su criterio, dos posibilidades se abrieron ante los independentistas venezolanos.

    “La primera -dice- era recurrir al imperio inglés en busca de respaldo para la lucha contra los españoles, objetivo al que respondió la misión diplomática integrada por Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez que viajó a Londres”.

    Refiere que Inglaterra, para ese entonces imperio triunfante, era dueña de los mares, pues había destruido a la armada española en la batalla de Trafalgar, en 1805.

    “La otra opción, que evidentemente era mirandina y que después Bolívar recoge y transforma en una realidad, era establecer una alianza con los patriotas neogranadinos; contar con nuestros propios recursos y unirnos en una gran confederación para enfrentar al enemigo español".

    "Es decir, el núcleo de lo que después fue la República de Colombia, que fue lo que nos hizo a nosotros no sólo poderosos, sino un peligro para el imperio británico en 1830, y que es lo que llevó a Bolívar y al pueblo venezolano, neogranadino, ecuatoriano y panameño en la lucha independentista a asegurar las fronteras en Ecuador y con Costa Rica, en el norte, que es hasta donde llegaba Colombia”.

    Y sostiene enfático: “Esto fue un proyecto de Estado serio, de dimensiones extraordinarias, creado por una fuerza de unificación, de integración latinoamericana, que consumió el sueño y el empeño del Libertador Bolívar y de nuestra élite militar”.

    Sin embargo, explica que en los libros de historia la República de Colombia, “ésta de la que estamos hablando”, es tratada como una simple quimera, una idea que nunca cristalizó ni existió, “y lo dicen historiadores tanto de izquierda como de derecha”.



    Del mito a la realidad

    Señala que el análisis de la separación de Venezuela de la Gran Colombia debe pasar del mito a la realidad.

    “Es necesaria una investigación histórica, a fondo, que confirme la siguiente hipótesis: la República de Colombia como Estado en sí mismo, en todo el norte de la América del Sur, que iba desde el Esequibo en el oriente hasta el Guayaquil, en el Pacífico, y hasta Costa Rica en el norte, era un gigante potencial para el futuro, como Estado, y se constituía en un peligro y una amenaza para las colonias británicas del Caribe, que eran colonias esclavistas, garantía del desarrollo de la revolución industrial en Inglaterra; el impulso de la locomotora inglesa del capitalismo”.

    “Esto, en consecuencia, le garantizaba a Inglaterra el poder para seguir ampliando sus dominios”, apunta.



    Rasgos de Colombia

    Nuestro entrevistado señala que “Colombia existió desde 1810 hasta 1830, tuvo un gobierno que se instaló sobre la estructura del virreinato de la Nueva Granada y fue una República gobernada por una élite cívico militar, más militar que por civiles, porque la mayoría de estos murió durante la guerra de independencia”.

    “Esa República fue una especie de injerto militar venezolano que Bolívar distribuyó muy hábilmente para obtener el control de la unidad”.

    "Colombia tenía, además, el ejército más aguerrido del mundo para el momento, formado por 25 mil hombres que habían llegado casi hasta Argentina, y era una república liberal, en capacidad de movilizar su potencial agrícola, a pesar de los daños de la guerra; sus minas de oro y plata y la pujante industria manufacturera de la zona de El Socorro, en la frontera con Venezuela”.

    El autor añade otro valor a Colombia como República: “Era una República antiesclavista, que proclamó la libertad de los esclavos en el año 1816, y evidentemente era un peligro ideológico y político para las colonias inglesas del Caribe”.



    Estaticidio

    El autor sostiene que la desaparición de la Gran Colombia después de 1830 fue un “estaticidio” (asesinato de un Estado) cometido por el imperio británico.

    Los documentos ingleses prueban que fue una conspiración y la ejecución del plan le fue encomendada a un oficial inglés, de apellido Flemming, comandante de la estación naval de Inglaterra en Jamaica, que venía de haber ejercido ese cargo en la estación de Gibraltar.

    La operación fue financiada a través del gobernador inglés en Trinidad y en ella tuvo un papel relevante la esposa del comandante Flemming, una mujer andaluza, bella y hábil, que se podía comunicar con los venezolanos y neogranadinos.

    Esta disolución de Colombia -indica el autor- no hubiese sido posible si para la época (1830) en Venezuela no hubiera existido una nueva clase dominante de comerciantes con rasgos oligárquicos en los principales puertos del país.


    _______________________________________

    Fuente:

    Conspiración del imperio británico impidió consolidación de la Gran Colombia | AVN
    Última edición por Mexispano; 11/07/2016 a las 04:28

  17. #197
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    ¿Quién necesita banderas rotas de naciones rotas?

    el simbolismo de esta foto es única — en Piedra De Bolivar Bombona Consaca.






    https://www.facebook.com/photo.php?f...type=3&theater

  18. #198
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Macri recibe críticas tras declaraciones ante el Rey de España



    Macri, junto al Rey de España. | Foto: Día a Día


    Macri fue criticado por hablar de "angustia" de los independentistas de 1816 frente a la corona de España, durante los festejos por el bicentenario de la independencia argentina, a los que asistió el rey Juan Carlos.


    El presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha sido ampliamente criticado por su discurso ante el rey Juan Carlos, de España, en el que expresó que era probable que los líderes de la independencia hubieran sentido angustia de tomar la decisión de independizarse.

    "Deberían tener angustia de tomar la decisión, mi querido rey, de separarse de España", dijo Macri, al hablar en la Casa de Tucumán, frente a la presencia del rey Juan Carlos.


    >>Imágenes elocuentes de un festejo al estilo Macri


    Este fue el fragmento del discurso más cuestionado y reproducido en las redes sociales por dirigentes opositores quienes han criticado las políticas asumidas por el Gobierno de Macri y que de continuar así, el país “va camino a una agudización de la dependencia”, agregó Jorge Capitanich, exjefe de Gabinete de Cristina Fernández, quien manifestó que "este Gobierno no siente la patria en la piel" y acusó al actual Poder Ejecutivo de "destruir todo en lo que se ha metido".

    El 9 de julio de 1816 se firmó la Declaración de Independencia de la Argentina en el Congreso de Tucumán. Las Provincias Unidas del Río de la Plata (nombre de la nación en ese entonces) reclamaban el fin de la dominación ejercida por los reyes de España.


    >>Cansancio impide a Macri asistir a desfile patrio


    "Hoy estamos ante un conflicto semejante, pero los que están en el Gobierno son los que quieren al país de rodillas frente a los poderosos del mundo, y los que queremos retomar el avance hacia la independencia, la justicia y la igualdad estamos en la oposición. Y tenemos un arduo pero indispensable trabajo que hacer, para recuperar el rumbo", concluyó el dirigente Jorge Rivas.


    >>Presidente Macri justifica los tarifazos en festejo patrio


    Macri también se refirió a los los trabajadores y consideró que los gremios se tienen que "alejar de lo que pasó en los últimos tiempos, donde creció ausentismo, las licencias, y las jornadas horarias reducidas" y manifestó que "cada vez que un gremio consiguió reducir la jornada laboral todos los argentinos lo estamos asumiendo como parte de un costo, y no está bien".

    Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, calificó en su cuenta de Twitter como una "pena que el presidente en su discurso del Día de la Independencia hable así de los trabajadores, que somos la Patria". Entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 hubo 141 mil 542 despidos, según datos registrados en un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). De ese total de despidos, el 52 por ciento correspondió a trabajadores del sector privado y el 48 por ciento a empleados del Estado.





    _______________________________________

    Fuente:

    Macri recibe criticas tras declaraciones ante el Rey de España | Noticias | teleSUR

  19. #199
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    EL FIN DEL IMPERIO III- PERÚ, ARGENTINA Y CHILE

    Va a ser 9 de julio, y se conmemora una fecha fundamental: el 200º aniversario de la declaración de independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual república Argentina . Que mejor día para publicar la última parte de la serie sobre el FIN DEL IMPERIO acerca de lo acontecido en el Perú y el Cono Sur del continente.
    Bandera del regimiento Patricios de Buenos Aires
    Capítulo 1 del Fin del Imperio
    Capítulo 2 del fin del Imperio

    PERÚ
    El virreinato peruano fue el principal bastión de los realistas en Sudamérica. Todas las rebeliones que se dieron, débiles en apoyo popular, fueron un estrepitoso fracaso. La independencia del nuevo país hubo de esperar a ser proclamada por José de San Martín al mando de un ejército de rioplatenses, chilenos y muy pocos peruanos. Hasta ese momento, solamente había acontecido una revuelta en Chuquisaca (1809) de corta duración que fue rápidamente sofocada. A diferencia de otros territorios, los criollos se alinearon casi unánimemente del bando lealista. Los que no lo hicieron, montaron un puñado de partidas insurgentes que no alcanzaron ningún éxito reseñable. Sostienen ciertos académicos que la postura de la élite criolla se explica por el miedo a una rebelión de los indígenas. Nosotros no apoyamos esta tesis, si tenemos en cuenta que la mayoría de indígenas, y en general, la mayor parte de los peruanos humildes, fueron también partidarios de la corona.
    El virrey Abascal
    Debe destacarse el papel de un auténtico genio como el de José Fernando de Abascal y Souza. Nacido en Oviedo en 1743, alcanzó el mayor grado militar en España después de una larga carrera; siendo finalmente nombrado Virrey del Perú en 1808. Dentro del caos que se desató a poco después de su llegada al poder, el asturiano fue capaz de reconstruir las instituciones del virreinato, organizar un poderoso ejército de la nada y aún auxiliar a los realistas de otras latitudes, convirtiéndose en la principal autoridad española en Sudamérica hasta su cese en 1816. Abascal es típico personaje español que, de haber nacido en Inglaterra, tendría monumentos y no sufriría el olvido como tantos otros. Más mérito tiene aún la obra del virrey si tenemos en cuenta que en esta primera etapa de la guerra el ejército realista del Perú se encontraba compuesto totalmente por nativos de la región, puesto que los primeros refuerzos europeos no llegarían hasta abril de 1813.Antes de la batalla de Ayacucho (1824) Bolívar dijo a sus tropas que se en enfrentaban al ejército que llevaba “14 años de triunfos”, y no le faltaba razón. Durante más de una década el ejército real del Perú casi contó sus batallas por victorias, más tiempo que la Grande Armeé napoleónica, demostrando ser una fuerza militar dirigida por mandos competentes y una tropa valerosa y leal. El frente de batalla más importante fue en el Alto Perú -hoy Bolivia- contra las expediciones que enviaron los revolucionarios de Buenos Aires (que todavía no habían declarado la independencia) No olvidemos que El Alto Perú pertenecía al Virreinato del Río de la Plata, que de haber caído bajo poder insurrecto en los primeros compases de la guerra, hubiera supuesto un golpe mortal a la causa realista americana. Así, hasta en tres ocasiones a lo largo de 5 años trataron los ejércitos revolucionarios de asaltar la región, siempre con fuerzas superiores a los defensores, pero siempre fracasando en sus intentos. Se sucedieron numerosas batallas: Huaqui, Sipe Sipe (ambas en 1811) Vilcapuglio (1813) y Viluma (1815) entre otras, donde los invasores fueron completamente derrotados; por lo que el Alto Perú se conservaría para el virreinato peruano hasta la década siguiente. Las tácticas empleadas por los comandantes españoles en la región son todavía hoy objeto de estudio en las academias militares, por su ingenio y gran habilidad. Tales victorias fueron decisivas para evitar la expansión de las Provincias Unidas al norte, y por lo tanto para el nacimiento del estado de Bolivia años más tarde.
    La Serna y San Martín conferencian sobre la posibilidad de tregua ofrecida por éste en 1820
    Hacia 1820, pese a las victorias de Bolívar en el norte y de San Martín en el sur, el ejército real era aún muy poderoso y sus comandantes estaban confiados de resistir cualquier ataque. Incluso San Martín propuso que España reconociera la independencia del Perú, Chile y Río de la Plata, y que se instalara en el Perú una monarquía constitucional encabezada por un príncipe español .Sin embargo, así como ocurriera en México, El triunfo del golpe de estado liberal de Riego trastocó los planes al dividirse los realistas entre dos bandos. En enero de 1821 el virrey Joaquín de la Pezuela, vencedor de Viluma, fue depuesto en un golpe de estado dirigido por el liberal José de La Serna a causa de su ideología absolutista, convirtiéndose el segundo en nuevo virrey, que juraría la constitución de Cádiz. El conflicto entre liberales y absolutistas, mantenido bajo un tupido velo, se desató entonces con toda su virulencia; algo que debilitó mucho la causa de los leales a la corona. No debe chocarnos que un grupo importante de montoneros indígenas se pusieran de parte de Olañeta, abanderado de la causa absolutista. Esta situación era más que pintada para Bolívar, que no desaprovechó la ocasión para avanzar desde el Ecuador con su ejército “libertador”, arrebatando una victoria tras otra a un enemigo cada vez más disminuido. Por su parte, San Martín llegó desde el sur a Lima con su expedición argentino-chilena y allí declaró la independencia del Perú en julio de 1821. Pese a esto, la capital peruana aún fue recuperada un par de veces por los realistas para júbilo de la mayoría de su población; además de la obtención de varias victorias por parte de la Serna y Canterac, ambos brillantes militares. A principios de 1824 los realistas liberales se habían finalmente impuesto a los absolutistas de Olañeta y logrado reunir a todas las fuerzas disponibles, pero era ya demasiado tarde y volvieron a caer en la sangrienta batalla de Junín; tras la cual el resultado de la guerra quedó escrito.En diciembre de 1824 aconteció la batalla de Ayacucho, la cual es renombrada con tintes heroicos en la historiografía hispanoamericana como un hito, recordada con monumentos, plazas y fastuosos actos. Lo cierto es que fue una auténtica comedia que ni siquiera debió producirse. El virrey La Serna reunió a casi todas las tropas disponibles contra un ejército unido bajo el mando conjunto de los “libertadores”. Los realistas eran más numerosos y sobre todo, contaban con decenas de piezas de artillería; frente a unos independentistas que carecían de cañones; lo esperable hubiera sido una victoria. Sin embargo, se trató de una derrota aplastante producida después de una bandada casi sin luchar. Por eso ha sido llamada por el historiador español Juan Carlos Losada como “la traición de Ayacucho” .El autor afirma en su obra Batallas decisivas de la Historia de España que el resultado de la batalla estaba pactado de antemano. Señala a Juan Antonio Monet como el encargado del acuerdo: “los protagonistas guardaron siempre un escrupuloso pacto de silencio y, por tanto, solo podemos especular, aunque con poco riesgo de equivocarnos” (Pág. 254). Los jefes españoles, de ideas liberales y seguramente muchos de ellos pertenecientes a la masonería, se encontraban asqueados de tener que luchar bajo el régimen absolutista de Fernando VII – Recordemos que el trienio liberal había llegado a su fin un año antes- Con todo, como en aquellos tiempos no se entendía otra cosa que no fuera combatir con honor (una capitulación sin batalla se habría juzgado como traición) se tuvo que escenificar una simulación de lucha, resultado de la cual murieron miles de soldados realistas, la mayoría pobres campesinos peruanos. El general José Ramón Rodil, que pese a ser masón era más patriota, se negó a firmar la rendición de Ayacucho y se refugió con las tropas leales en el castillo de San Felipe del Callao, una isla-fortaleza situada justo enfrente de Lima. El asedio fue durísimo, con bombardeos diarios y miles de muertes por bala y enfermedades, pero Rodil y sus hombres fueron capaces de resistir heroicamente durante más de un año y medio, hasta enero de 1826. Viendo que desde España ya no llegarían más refuerzos, a los asediados nos les quedó más remedio que rendirse al final; pero por reconocimiento de su valor les fue permitido regresar a España con salvoconducto (incluido a Rodil) y otros a reintegrarse en en el nuevo ejército peruano con rango y honores intactos.Fueron las últimas tropas regulares, pero no los últimos defensores de la corona en el Perú.
    Capitulaciones de Ayacucho
    En 1825 prendió una rebelión realista liderada por el campesino indígena Antonio Huachaca en las regiones altas del país, y el movimiento, nutriéndose de cientos de pueblos y aldeas indígenas, llegó a reunir a más de 2000 hombres en armas. Sabían lo que les esperaba con la victoria republicana y pretendían que desde España les enviaran apoyos para seguir con la causa (algo que a tales alturas ya era imposible) La batalla decisiva se produjo el 29 de noviembre de 1827 en Ayacucho (sí, otra vez) donde el ejército campesino izó sus banderas con la cruz de Borgoña, y cargaron al grito de “¡Viva el Rey!”. Pero las tropas republicanas, mejor pertrechadas, lograron contener el ataque y contrarrestarlo para acabar desbandando a las tropas de Huachaca. Poco después lograban capturar a los últimos rebeldes. Pero aún hubo más: en enero de 1828, Francisco Javier Aguilera, un militar nacido en Santa Cruz de la Sierra (actual Bolivia) se alzó con un grupo de realistas, organizó una partida de unos 180 infantes y jinetes y se proclamó “General en Jefe del Ejército Real”. Aguilera había participado en todas las grandes batallas del Alto Perú y se había distinguido por su valiente actuación en combate en más de una ocasión. Con su exigua tropa logró ocupar la ciudad de Vallegrande en febrero. Proclamó su fidelidad a Fernando VII y se mantuvo luchando por varios meses en distintos puntos de la zona oriental de Bolivia. Hizo un intento de tomar Cochabamba y otro sobre Santa Cruz de la Sierra en octubre, pero sus fuerzas eran demasiado escasas. Finalmente, Aguilera y sus hombres fueron rodeados en un estrecho valle, donde el comandante peruano Rojas le conminó a rendirse. El general realista se negó y el 30 de octubre al fin aconteció la batalla final, donde la pequeña tropa realista fue derrota finalmente. Aguilera fue capturado para ser fusilado poco más tarde.Así acabaron los últimos y desesperados intentos de los últimos realistas y los pueblos indígenas del Perú para detener el inevitable curso de la historia. Aunque condenados al fracaso desde el primer momento, nos habla de la infinita lealtad que sentían con la corona. Las represalias de los vencedores no se hicieron esperar: además de la opresión brutal a la que fueron sometidos muchos pueblos indios del país, de la que ya hemos hablado; hay que contar la desaparición violenta de alrededor de diez mil españoles residentes a manos de los insurgentes. Se vivieron jornadas de auténtico terror en Lima, con cientos de muertos cada noche, violaciones y saqueos en los barrios donde los peninsulares residían, todo con autorización del nuevo gobierno de la República. Esta matanza no es nunca referida en ningún libro español o americano, pero existió, y debe contarse como lo que fue.
    José Manuel de Goyeneche
    José Manuel de Goyeneche: nacido en Arequipa (Perú) en 1776, en el seno de una familia criolla de tradición castrense. Como hacen los grandes hombres de armas de la historia, Goyeneche comenzó desde soldado raso, desde donde llegó a ser uno de los principales altos mandos del ejército español. Se le considera el auténtico fundador del ejército real del Perú; como él mismo escribiera: “la gloria de haber formado con los infelices labradores de las provincias del Cuzco, Arequipa y Puno un cuerpo respetable”Con sus 20 victorias contra la insurgencia contuvo los conatos de Rebelión en el Alto Perú y derrotó a todos los ejércitos invasores provenientes de las Provincias Unidas, recuperando el amplio territorio que hoy ocupa el estado de Bolivia. En 1813 fue reemplazado por Pezuela al frente de los reales ejércitos en el Perú y regresó a España,no pudiendo por tanto participar en las últimas fases del conflicto, algo en lo que al parecer tuvieron que ver turbios manejos desde Madrid, que por animadversión personal le impidieron regresar a América. Uno de tantas felonías que cometió Fernando VII y su gobierno, que al quitar al ejército peruano de su gran comandante pusieron un clavo más en el ataúd de la tumba realista. Aunque herido en su orgullo, Goyeneche se mantuvo siempre fiel al rey la corona, sirviendo los últimos años de su carrera como teniente general de todos los ejércitos de España. Falleció en Madrid en 1846, pleno de honores y reconocimientos a su labor.
    EL CONO SUR
    Buenos Aires fue el epicentro de la rebelión contra la monarquía en el continente. Tenía que ser allí: en la ciudad más comercial, con una burguesía criolla muy potente influida hasta el tuétano por las ideas liberales y con numerosos agentes ingleses pululando por todas partes. Estos últimos ambicionaban el poder sobre la ciudad del Plata más que ningún otro territorio del imperio español. No en vano, sucedieron dos invasiones inglesas en 1806 y 1807, que hubieron de ser repelidas sin apoyo alguno desde la península. Londres había quedado escarmentado de intervenir in situ, pero iba a hacerlo mucho más fructíferamente a través de sus tejemanejes en la sombra, consiguiendo ganar un espacio de influencia decisivo para el futuro próximo.La revolución de mayo en 1810 provocó la creación de la primera junta autónoma americana y a la larga, fue la más exitosa de todas. Parece claro que el propósito independentista estuvo presente desde el principio (pese a la proclamación de lealtad que hizo la junta) Aún hoy podríamos discutir las motivaciones últimas para obrar de tal modo y, sobre todo, las convicciones que les movieron a ello ¿se trató de un acto patriótico o, en cambio, de una traición? . Lo intentaron enmascarar de alguna manera – por ejemplo, la bandera Argentina posee los colores de la dinastía Borbón- aunque cada vez con menos disimulo. El depuesto virrey Liniers, que no se engañaba respecto a las intenciones de los revolucionarios, opinó lo siguiente:”… la conducta de los de Buenos Aires con la Madre Patria, en la que se halla debido el atroz usurpador Bonaparte, es igual a la de un hijo que viendo a su padre enfermo, pero de un mal del que probablemente se salvaría, lo asesina en la cama para heredarlo.”
    Santiago de Liniers, considerado un héroe por los bonaerenses por su actuación contra las invasiones inglesas, último virrey del Río de la Plata. A pesar de su popularidad, fue fusilado por los insurrectos en 1810.
    Pese a que la cita es esclarecedora, no es cuestión de hablar mal aquí de Belgrano; hombre brillante por los cuatro costados, o San Martín, militar de inigualable bravura o del chileno O,Higgins, líder de infinito talento. Ellos tuvieron sus razones de peso para obrar como obraron. Si tú, lector, te pones en su lugar, de ser un bonaerense en 1810 ante la situación tan incierta que se avecinaba ¿hubieras apostado por una metrópoli invadida por un poder extranjero y con una monarquía tambaleante? Seguramente no. Quizá te hubieras lanzado a la causa independentista, con un mar de dudas, quizá arrepintiéndote más tarde; al ser la única determinación con un futuro prometedor. Por eso no debemos tratar de juzgar moralmente ni a favor en contra, sino poniéndonos en el sitio de cada cual.Dicho esto, la actuación de los protagonistas de la junta de mayo fue menos edificante de lo que suele contar la historiografía oficial. Empezando porque la junta, formada en su mayoría por comerciantes onerosos pertenecientes a la masonería, borró cualquier ápice de poder local para poner todo el poder bajo sus manos. Una de sus primeras medidas fue poner al Cabildo de buenos Aires bajo su poder, para hacerlo desaparecer posteriormente. Lo mismo se hará con el Cabildo de Luján, al que se despojará de cualquier poder de decisión. En el Interior, los delegados de la Junta harán exactamente lo mismo; anulando también de paso todos los cabildos indígenas, con toda la autonomía que les representaba abolida de un plumazo por parte de los que tanto se decían defensores de la libertad. Comenzaba así la tradicional política centralista de Buenos Aires, claramente opresiva para las provincias interiores, que no tardaría en provocar conflictos incluso antes de la independencia. En el año 1820 estalló la primera Guerra civil, de las muchas que viviría el territorio argentino a través del siglo XIX. En ésta se independizó el Estado Oriental (después Uruguay) bajo Gervasio Artigas; y otras muchas provincias hubieran hecho lo mismo de no ser por la brutal represión sobre ellas.La lucha de independencia en el territorio del Río de la Plata, centro de la actual Argentina, fue la más corta; Buenos Aires era la única ciudad donde puede atestiguarse que el apoyo popular a la rebelión fue mayoritario -sin olvidar la tremenda represión a los disidentes- El ejército rioplatense era poderoso, bien armado y equipado –en parte con dinero inglés- Los rebeldes contaron además con quizá, el más brillante militar de todas las guerras de Independencia Hispanoamericanas: José de San Martín; además de otros comandantes de gran valía como Belgrano, Güemes, etc… De esta manera, pudieron hacerse con el extenso territorio que hoy conforma la actual Argentina, además de conquistar El Paraguay, pese a la valerosa resistencia del paraguayo Manuel Atanasio, leal a la corona. Sin embargo, no en todas partes la lucha fue tan fácil: en Montevideo la población civil se negó a sumarse a la rebelión y en esa plaza las tropas realistas resistieron bajo el mando del Virrey Elío hasta agosto de 1814. Además, los intentos de invadir el Perú y “exportar” allí la revolución se vieron repetidamente una y otra vez rechazados por las tropas realistas, tal y como hemos visto en el apartado anterior. Muy debilitados los ejércitos de la junta, recibieron una derrota terrible en la Batalla del Yavi, a finales de 1816; tras la cual los realistas del Perú lograron retomar temporalmente las provincias del norte argentino, causando el terror en la capital de las Provincias Unidas. Recordemos que para entonces solo Buenos Aires restaba como importante territorio rebelde a las autoridades españolas merced a los triunfos en otros lugares. Tan fuerte se encontraba la facción realista que en los últimos días de ese año, un ejército realista al mando de La Serna emprendió una campaña llamada “invasión grande”, cuyo objetivo era llegar al misma Buenos Aires. Ya no había posibilidad de tregua dado que el congreso de Tucumán había proclamado oficialmente la independencia el 9 de julio de 1816. A pesar del impulso inicial, la operación fue un fracaso y tras dos meses de combates las fuerzas realistas hubieron de regresar mermadas en hombres y moral al Alto Perú.
    Batalla de Tucumán: una de tantas libradas en el norte de la actual Argentina
    Mientras tanto, al otro lado de la cordillera, en Santiago de Chile, la bandera de España volvía a ondear en los edificios públicos después de la etapa que los chilenos conocen como la “Patria vieja”. El triunfo inicial de los miembros de la junta de Santiago tras su proclama (1810) no pudo ser respondido por las autoridades de la monarquía. Durante este periodo se crea en Santiago una Junta nacional de Gobierno y el Congreso, para administrar el país durante la prisión del Rey de España, a quien juraban fidelidad (si era real o fingida, quizá nunca lo sepamos) con las fuerzas militares al mando de Bernardo O´Higgins. Es curiosa la historia del principal prócer chileno. Su padre Ambrosio, de origen irlandés, era un militar y funcionario importante al servicio de la corona. Llegó incluso a a ser por unos años Virrey del Perú. Teniendo en cuenta estos antecedentes ¿Qué le llamó a hacer aquello? Sin duda, aparte de sus ideales, el don de la oportunidad y algo más: el importantísimo apoyo británico. La flota de Thomas Cochrane, oficialmente “chilena” pero conformada por ingleses, tuvo un papel determinante en la guerra contra el ejército real de Chile y del Perú. Una vez más los ingleses haciendo todo lo posible, y con éxito, usurpando la soberanía española de ultramar. para sustituirla por su poderosa influencia.A mediados de 1814 el brigadier de los ejércitos reales Mariano Osorio recibe refuerzos por parte del Virrey Abascal, fuerza con la que emprende el contraataque. Pretendía aprovecharse de la división de los dos caudillos insurgentes, O´Higgins y Carrera; dada una querella en la cual el primero era partidario de mantener vínculos con la monarquía hispánica mientras que el segundo quería romper definitivamente. Llegaron incluso a pelear en una escaramuza (en la cual O´Higgins luchó bajo la bandera española) Dada esta situación, el ejército realista ataca con rapidez y da un golpe letal en la ciudad de Rancagua a las tropas de O´Higgins. Éste, que había proclamado antes de la batalla su famosa frase: “O vivir con honor o morir con gloria”; no se aplicó el cuento y prefirió huir hacia los Andes para refugiarse en Las Provincias Unidas del Río de la Plata. Al poco, los realistas entran en Chile y empieza así el período denominado –mal denominado- como “reconquista española”, período en el cual Osorio inició la represión para imponer la autoridad real; una represión fuerte pero no tan dura como la historietografía oficial chilena exagera.
    Heroica última resistencia de los hombres del batallón Burgos en la batalla de Maipú (1818)
    Esta situación durará hasta 1817; cuando O´Higgins junto a San Martín invade Chile al frente de un potente ejército compuesto por rioplatenses y chilenos. Sus fuerzas vencen en Chacabuco ese año y consiguen otra victoria en Maipú en abril de 1818, que resultaría decisiva; tras la cual Osorio debe evacuar todas las tropas hacia el Perú; certificándose la independencia chilena. En las islas de Chiloé los chilotes, y los mapuches al sur del territorio serán los últimos leales a la corona, manteniendo guerrillas hasta bien entrada la década de 1820. Por otra parte, debe decirse que O´Higgins trató bien a los españoles residentes; certificando una rápida reconciliación con los otrora enemigos. No fue así en la Argentina, donde las medidas de terror del gobierno de Buenos Aires tuvo su blanco en cientos de peninsulares que sufrieron una cruel represión similar a la ya reseñada en Lima.

    EL PEOR DE LOS RESULTADOS POSIBLES
    La traumática separación de España con las repúblicas de Hispanoamérica ha supuesto una rémora que sigue muy viva en nuestros días. Los odios enquistados desde hace dos siglos reflotan de cuando en cuando, bien atizados por los enemigos en uno y otro lado del orbe. Las tremendas desigualdades sociales continúan, más grandes incluso que en el pasado; la criminalidad alcanza cotas altísimas, con los países del itsmo, Colombia y Venezuela entre los más peligrosos del mundo, y en fin, el desarrollo económico que experimentan sus economías es todavía muy endeble como para cantar victoria ante la secular inestabilidad que infesta la región. Apenas unas pocas de las repúblicas independientes han alcanzado un nivel aceptable de prosperidad y seguridad.Una gran lección que debemos aprender de las independencias hispanoamericanas es que el cambio político en un país no tiene por qué suponer mayor libertad, justicia o riqueza para sus habitantes; incluso aunque tal cambio se vista con los ropajes de las mejores ideas y las constituciones más avanzadas. La sustitución de las autoridades virreinales por las élites mercantiles criollas supuso una continuidad en todos los aspectos; en unos sitios para mejor, en la gran mayoría, para peor. México recién independiente se convirtió en una monarquía absoluta y después en un régimen controlado por los militares, mientras los norteamericanos empezaban a usurparles territorios en el norte los mexicanos se enfangaban en conflictos civiles augurando el estado fallido que es a día de hoy. Los países centroamericanos han sido verdaderos títeres en manos de los agentes de los EE.UU, conociéndose como “repúblicas bananeras” y han hecho muy poco para solucionar su estado. La Gran Colombia se disolvió y sus antiguos integrantes andan a palos entre sí aún en nuestros días. Que decir de los desencuentros entre los estados andinos: en un principio, intentaron unirse en la confederación Perú-Boliviana, que fue atacada por argentinos y chilenos; estos últimos la destruyeron del todo para evitar la “competencia” de un estado fuerte en la zona. Todavía hoy Bolivia le reclama a Chile parte del territorio litoral que este país conquistó en aquella guerra. Por su parte, Argentina vivió una guerra civil terrible entre los unitarios y los federales que devastó el país, si bien es verdad que a fines del XIX se estaba convirtiendo en una gran potencia económica. Por desgracia, desde hace unas décadas ya no son ni la sombra de lo que fueron. El liberalismo que oficialmente se siguió desde los próceres, muy mal aplicado y que nada tuvo que ver con el de los anglosajones, consiguió la igualdad, sí, pero sólo para igualar a casi todos en la miseria (y sólo el marxismo lo ha superado en crear pobreza) Los gobiernos impusieron el terror por las armas cuando convino, iniciaron guerras terribles y destruyeron la propiedad comunal de la tierra que existía desde época de la monarquía, entre otros lamentables hechos. Esta experiencia debería hacernos desconfiar de los politicastros a ambos lados del atlántico que ganan elecciones mediante el uso recurrente de palabras que suenan bien pero que no concretan en nada como “libertad” “ igualdad” “derechos”, etc…Sobre España, no hace falta más que hacer un somero repaso a la historia del desgraciado siglo XIX para ver las consecuencias de tan terribles hechos.¿Quién acabo triunfando? Al final, los que más ganaron de todo esto fueron los británicos primero, y sus nietos yanquis después. No sólo por lo que hicieron en el Nuevo Mundo, también en España, pues pese a la ayuda prestada durante la Guerra de la Independencia, se pagó a un alto precio. Responsabilidad suya fue la destrucción sistemática de las fábricas españolas de tejidos, un hecho gravísimo que lastró aún más nuestra ya débil capacidad industrial (consecuencia de lo cual tuvimos que comprarles a los ingleses sus paños durante décadas) Pero el imperialismo anglosajón no es sólo político, sino sobre todo, cultural. Próceres argentinos como Alberdi, Mitre o Sarmiento despreciaron la obra civilizadora de España. En México tal pensamiento se elevó a la enésima potencia. Y su sucesor es la ideología bandera de los americanos más progresistas: el indigenismo. Éste tuvo una promoción masiva a través de llamado “El foro de San Pablo”, una doctrina que ha tenido éxitos limitados (en Uruguay por ejemplo) pero fracasos sonados, como el desastre absoluto de Venezuela. Su propaganda se basa en el victimismo y la manipulación histórica elevados a la enésima potencia. Como progresistas, se olvidan que históricamente, los que más invocaron el “progreso” han sido los que más indígenas han matado. Así ocurrió en México durante las matanzas de las guerras de los cristeros, y antes de la revolución, cuando dejaron a los indígenas sin los últimos territorios de los que tenían propiedad otorgada por España. Es hasta gracioso pensar que los indigenistas piensen que en Washington, Londres o Wall Street los ven con preocupación. Todo lo contrario, a los globalistas no les pueden gustar más los estados fallidos y el inmenso odio hacia la patria española. Son todo ventajas para ellos. Incluso se sabe que compañías trasnacionales como Chevron financian el indigenismo en la Patagonia argentina, sin duda para intentar quedarse con los ricos recursos de hidrocarburos del país.Conclusión: Hispano América se independizó del rey de España pero en la mayor parte de los casos fue a caer en tiranías peores. Ya sea en caudillos locales, ya sea en manos de potencias extranjeras con poco aprecio, o ambos a la vez. Veánse sino episodios como la conquista del desierto, la oprobiosa guerra de la triple alianza, o el asesinato de los fueguinos, los patagones y los mapuches. En Argentina los patagones habían sido casi exterminados a fines del siglo XIX, y en Uruguay hicieron lo propio con los charrúas. Todo lo cual no es ajeno a la actitud discriminatoria de la que han sido víctimas los indígenas (que no fueron beneficiarios de la tan cacareada independencia) por sus propios connacionales y que subsiste aun entre las mismas capas mestizas de la sociedad, entre las cuales también es frecuente el “choleo” (es decir, el menosprecio hacia alguien por tener trazas de indio, por ser “cholo”)Dicho lo cual, tampoco se trata de juzgar moralmente estos hechos. Lo cierto es que cada pueblo defiende sus intereses y durante siglos los anglosajones han sido –y son- mejores, al menos en la política. Asumiendo la realidad es la única manera de poder resolverla. Ellos han sido superiores a nosotros y nos han vencido una y otra vez. Las quejas y los lloros no solucionan nada, no vale estar siempre protestando por el “imperialismo yanqui”. El responsable principal del estado de un país es su pueblo.EPÍLOGO

    América no se entiende sin España. Por supuesto, tampoco España podría entenderse sin América. Todo aquello que se hace llamar “latino” es en última instancia de origen español y europeo. Esto se aplica a todo, por ejemplo: durante décadas los argentinos reclamaron la anexión de Uruguay ¿en virtud de qué? En virtud de que pertenecían al mismo virreinato. Un virreinato que lo habían fundado y dirigido españoles. ¿Por qué los argentinos reclaman las Malvinas argentinas? Pues por lo mismo: porque anteriormente las Malvinas habían pertenecido a España. No hay nada más absurdo que pensar que las naciones de América son creaciones puramente amerindias o surgidas por generación espontánea. Colombia, llamada así por Cristóbal Colón; Venezuela, así llamada porque los españoles pensaron que se parecía a Venecia, Argentina, llamada “tierra de la plata”…son todas creaciones de España. Ni siquiera México o Perú existirían como tales sin el legado hispano. Y cuando se habla de la hermandad de los pueblos de “Latinoamérica”: ¿Qué es acaso lo que los une sino es la herencia hispánica? para bien o para mal, ése ha sido el veredicto de la historia.JUAN DOMINGO PERÓN LO TENÍA MUY CLARO: PULSE PARA LEER EL DISCURSOHemos hecho un resumen de lo que ha sido la obra de la civilización hispánica en el continente americano, pero no somos capaces aún de responder una pregunta :¿Cómo fue posible? aún dos siglos después de las independencias, se nos hace difícil creer que pudiera haber existido tan vasto imperio. Tres siglos gobernados a distancias de miles de kilómetros, con pequeños barcos de madera, unos pocos de hombres y miles de pueblos diferentes a lo largo y ancho de la bella América. Esos conquistadores fueron, a su vez, los ascendientes de los valerosos emancipadores. Así ,las banderas y las lealtades cambiaron, pero la estirpe se mantuvo incólume.Pero todo eso es pasado, y aunque lo llevemos en el corazón, en el pasado debe quedar. Cesado el temblor del cañoneo y enterrados todos los hombres de ambos bandos desde hace ya siglos, debería ser ya tiempo para abrazarnos fraternalmente. No hay motivos ya para odios ni disputas. Por parte de España, la tradición milenaria de nuestros antepasados, la estirpe celtíbera que aún no ha muerto y un inmenso patrimonio cultural . Por parte de América, las maravillas naturales con las que Europa no puede ni soñar, la riqueza del subsuelo y las enseñanzas de los pueblos indígenas. La simbiosis entre ambos mundos puede formar la más perfecta de las sociedades humanas: civilización griega, romana y cristiana asentada en las tierras más ricas del orbe, inyectada son sangre nueva y joven. Está claro que aún queda mucho -demasiado- por hacer, pero nunca es tarde si la dicha es buena.España y América, si Dios lo quiere, nunca más enfrentadas.RESUMEN DE ARGUMENTOS


    FUE UNA GUERRA DE LIBERACIÓN DE UN CONTINENTE
    Falso.
    En un principio las juntas autónomas reconocieron la autoridad de la monarquía española. Después hubo un período de ambigüedad para finalmente declararse independentistas, pero ya con la guerra avanzada. Varias razones demuestran que la independencia total no fue un plan preconcebido, pero dos sobre todo:
    1 – Las juntas de gobierno autónomas de criollos no proclamaron la independencia de España aún cuando lo tenían todo a favor (España invadida por Napoleón)
    2 – Los enfrentamientos entre los insurrectos fueron constantes, y se crearon muchas nuevas “repúblicas” al mismo tiempo. Podía haber surgido cualquier cosa.
    Los criollos independentistas de corte liberal solían excusarse en el absolutismo de la monarquía para justificar sus reivindicaciones. Con el advenimiento del trienio liberal (1820) ya no tenían la excusa del absolutismo opresor, sin embargo, se negaron a dar marcha atrás. Muchos estaban directamente al servicio del inglés.
    FUE UNA GUERRA DE ESPAÑOLES CONTRA AMERICANOS
    Falsísimo.
    Más del 90% del total de las tropas empleadas en el bando de los realistas eran nativas de América. También americanos eran la mayor parte de los mandos intermedios, y un porcentaje nada desdeñable de los altos mandos. Fue por tanto una guerra civil entre americanos.
    LA INDEPENDENCIA BENEFICIÓ A LOS INDÍGENAS, QUE ESTABAN OPRIMIDOS
    Al contrario.
    Ya antes de la independencia Lo demuestra el hecho de que la gran mayoría de indígenas que combatieron lo hicieron por la corona (así fue en Colombia, Venezuela, Perú, Chile, etc…) Comenzaron a estar mucho más oprimidos y marginados bajo el gobierno de las nuevas repúblicas. Muchas de las comunidades indígenas vieron como de un día para otro se les expropió forzosamente las tierras que habían sido suyas por siglos. Fue una política que aplicó el mismo Bolívar en Perú, por ejemplo.
    LA INDEPENDENCIA MEJORÓ LAS CONDICIONES DE VIDA Y OTORGÓ DERECHOS Y PROSPERIDAD A LOS PUEBLOS DE AMÉRICA
    Mentira.
    Sólo la burguesía comercial de los principales centros urbanos vio aumentar su prosperidad, y no en todas partes. Para el resto de la población no hubo mejora ninguna, incluso fue a peor, porque muchos habitantes del campo se vieron forzados a abandonar sus terrenos arrebatados a punta de bayoneta. La conflictividad aumentó: de una sociedad en paz se pasó a un escenario de guerras civiles constantes que desolaron países enteros.

    EL FIN DEL IMPERIO III- PERÚ, ARGENTINA Y CHILE | Soul Guerrilla
    «¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

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    May 13, 2016

    Francisco HOTZ




    EL ANTECEDENTE REAL DE LA SEMANA DE MAYO

    El factor determinante de esta semana fue que tras las invasiones inglesas de 1806 y 1807, las costas del Río de La Plata se vieron inundadas de sajones que se afianzaron en Buenos Aires de manos del contrabando y en desmedro del comercio de los nativos. Para darnos una idea, el número de comerciantes ascendió de 47 en 1804 a 2 000 en 1810 – este número debe interpretarse dentro de una densidad poblacional de 60 000 habitantes [1] para la ciudad de Buenos Aires, de manera que el 3.4% de los habitantes de la city porteña eran británicos–. El principal interés de estos comerciantes era, por supuesto, abolir el sistema registralista y monopolista con España, imponer el libre comercio y así dejar de caminar por la cornisa de la ilegalidad o depender de permisos esporádicos.

    Recordemos que tras las invasiones inglesas, la economía del Virreinato quedó asolada, las tropas de Beresford robaron todo el metal precioso que sustentaba el comercio interno (hicieron falta 6 carrozas de 8 caballos cada una, con una capacidad de 5 toneladas por carroza para desfilar nuestro erario por las calles de Londres), sin embargo, los historiadores liberales faltarán a la verdad sosteniendo que la economía estaba en crisis por la mala administración de Liniers. ¿Cómo pretendían que gobierne sin metal?

    Tras la huida de Beresford (primera invasión) y luego de John Whitelocke (segunda invasión), cierta minoría burguesa de Buenos Aires quedó “hermanada” con los británicos —como ya vimos— y, como buenos comerciantes, vieron en los invasores la posibilidad de hacer negocios y, a estos fines, les brindaron toda su hospitalidad. También estaban los cobardes, esos nibelungos que trocaron su honor por lástima y que continuarán jugando un rol que por intrascendente fue nefasto en la historia argentina.


    Como sostiene la británica Vera Blinn Reber,

    (…) los residentes británicos actuaron como grupo de presión para favorecer sus propios intereses y proteger a sus miembros. La primera comunidad británica de Buenos Aires nació en 1806. Las nuevas oportunidades comerciales que ofrecía la invasión de Popham atrajo individuos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda.(…) Los miembros de la comunidad británica en Buenos Aires realizaron principalmente servicios comerciales como negociadores, intermediarios, banqueros y agentes marítimos. Una gran cantidad de comercio de importación y exportación pasó por sus manos. A través de su capital comercial, la experiencia y las conexiones con los británicos, se afianzaron en Buenos Airese influenciaron a la comunidad de Buenos Aires en general (…)[2].

    El estado de situación que se estaba atravesando en España con la invasión francesa derivó en que, para enero de 1809, la Junta Central de Sevilla suscribiera con Inglaterra el tratado “Apodaca-Canning”, por medio del cual Inglaterra daría ayuda militar a España contra Napoleón a cambio de facilidades en el comercio con América.

    Ya desde noviembre de 1808, apoyadas por la escuadra británica de Río, 31 embarcaciones inglesas repletas de mercadería reposaban sobre las costas de Buenos Aires esperando la señal.[3]

    Tras este arreglo nos tocó a nosotros. Un mes después de la firma del tratado, el 11 de febrero, Cisneros es nombrado Virrey por la Junta de Sevilla, y llegará a Buenos Aires casi cinco meses después, el 30 de julio de 1809 tras caer prisionero de los ingleses en Trafalgar. Frente a él, el 16 de agosto, se presentarán Dillon y Thwaites, de la firma John Dillon y Cía., con una solicitud de apenas dos carillas en la que requerían al virrey que les permitiera comerciar los productos que tenían en su buque por única vez.

    Resulta envidiable ver como desde el Parlamento, cada movimiento de piezas es correspondido por otro, ejemplo de esto es lo dicho por Dillon y Thwaites al virrey Cisneros:

    “pues esa plaza —por Brasil— estaba tan abastecida de toda clase de géneros, que algunos bastimentos no habían podido evacuar la menor parte de ellos; y se tuvo por positivo de que se habían abierto y franqueado, o iba a verificarse pronto al comercio inglés los puertos españoles”. [4]


    Esta solicitud derivó en la formación de un expediente tras la consulta al Cabildo, al Consulado, al representante de los comerciantes de Cádiz, y al de los hacendados, Mariano Moreno con su “representación de los hacendados”. El Virrey sabía que el tratado Apodaca-Canning aún no estaba reglamentado y esto fue lo que lo motivó a formar el expediente y hacer la consulta.

    Como enseña Rosa [5] citando a Molinari, en el expediente de 1809 pueden verse dos posturas: la de Yáñiz —síndico del Consulado—, y Miguel Fernández de Agüero —apoderado de los comerciantes de Cádiz— ambos favorables al antiguo sistema protector; y la de Mariano Moreno a favor del librecambio, cuya posición será plasmada en la Representación de los Hacendados. [6]

    Sigue anotando Rosa que durante el debate, Yáñiz y Agüero defendieron con razones de experiencia y de sana lógica a la economía vernácula, mientras que Moreno, apelando a su doctrina de acopio de citas y erudición, mostraba absoluto desconocimiento de la amenaza que el industrialismo maquinista inglés representaba para la economía del Virreinato. Así lo expresaba Yañiz:

    Sería temeridad equilibrar la industria americana con la inglesa; estos audaces maquinistas nos han traído ya ponchos que es un principal ramo de la industria cordobesa y santiagueña, estribos de palo dados vuelta a uso del país, sus lanas y algodones que a más de ser superiores a nuestros pañetes, zapallangos, bayetones y lienzos de Cochamba, los pueden dar más baratos, y por consiguiente arruinar enteramente nuestras fábricas y reducir a la indigencia a una multitud innumerable de hombres y mujeres que se mantienen con sus hilados y tejidos (…) Es un error creer que la baratura sea benéfica a la Patria; no lo es efectivamente cuando procede de la ruina del comercio (industria), y la razón clara: porque cuando no florece ésta, cesan las obras, y en falta de éstas se suspenden los jornales; y por lo mismo, ¿qué se adelantará con que no cueste más que dos lo que antes valía cuatro, si no se gana más que uno? [7]

    Por su parte, Agüero daba una lección de conocimiento político y económico, su postura estaba apoyada en su experiencia, observación y sobre todo en su convicción de que el libre comercio conllevaría a la segregación de las provincias que componen el Virreinato, decía lo siguiente:

    Las artes, la industria, y aun la agricultura misma en estos dominios llegarían al último grado de desprecio y abandono; muchas de nuestras provincias se arruinarían necesariamente, resultando acaso de aquí desunión y rivalidad entre ellas (…) ¿Qué será de la Provincia de Cochabamba si se abarrotan estas ciudades de toda clase de efectos ingleses? (…) ¿Qué será de Córdoba, Santiago del Estero y Salta? No dejarán de hacer contratos de picote, bayeta, pañete y frazadas, semejantes y acaso mejores que los que se trabajan en las provincias referidas, por la cuarta parte del precio que en ellas tienen (…) Con esto lograrán para su comercio la grande ventaja de arruinar para siempre nuestras groseras fábricas y dar de esta suerte más extensión al consumo de sus manufacturas, que nos darán después al precio que quieran, cuando no tengamos nosotros dónde vestirnos.[8]

    En definitiva, lo que parecía ser una tutela de los intereses de los comerciantes de Cádiz, fue a la postre un tremendo vaticinio y alegato en pos de la defensa del interés criollo.

    Moreno, por su parte, vivía en su quimera intelectual —pero económicamente rentable—, en su Representación de los Hacendados sostenía básicamente tres premisas para sustentar su posición: 1) existía una “Razón de Estado” que le permitía al virrey violar la prohibición española de comerciar con extranjeros, 2) que la libertad de comercio abriría una fuente inagotable de retornos y 3) que no hay nada más ventajoso para una provincia que la abundancia de efectos que no produce, pues envilecidos entonces bajan de precio.[9] Manifestaba Moreno en su alegato:

    En tan triste situación no se presentó otro arbitrio que el otorgamiento de un permiso a los mercaderes ingleses, para que introduciendo en esta ciudad sus negociaciones, puedan exportar los frutos del país (…). Los que creen la abundancia de efectos extranjeros como un mal para el país, ignoran seguramente los primeros principios de la economía de los estados. Nada es más ventajoso para una provincia que la suma abundancia de los efectos que ella no produce, pues envilecidos entonces bajan de precio, resultando una baratura útil al consumidor y que solamente puede perjudicar a los introductores —esto se estudia hoy en día como dumping. Que una excesiva introducción de paños ingleses hiciese abundar este renglón, a términos de no poderse consumir en mucho tiempo; ¿qué resultaría de aquí? El comercio buscaría el equilibrio de la circulación por otros ramos, (…) ¿podría nadie dudar de que sea conveniente al país que sus habitantes compren por tres pesos un paño que antes valía ocho, o que se hagan dos pares de calzones con el dinero que antes costeaba un solo par? A la conveniencia de introducir efectos extranjeros acompaña en igual grado la que recibirá el país por la exportación de sus frutos. (…) Estas campañas producen anualmente un millón de cueros sin las demás pieles, granos, y sebo, que son tan apreciables al comerciante extranjero (…) A la libertad de exportar sucederá un giro rápido, que poniendo en movimiento los frutos estancados hará entrar en valor los nuevos productos, y aumentándose las labores por las ventajosas ganancias que la concurrencia de extractores debe proporcionar, florecerá la agricultura y resaltará la circulación consiguiente a la riqueza del gremio, que sostiene el giro principal y privativo de la provincia. ¿Quién no ha visto el nuevo vigor que toma la labranza, cuando después de larga guerra sucede una paz que facilita la exportación impedida antes por el temor del enemigo?

    Por lo expuesto solicitaba al virrey, entre otros seis artículos más: “Primera: Que la admisión del franco comercio se extienda al determinado término de dos años, reservando su continuación al juicio soberano de la Primera Junta con arreglo al resultado del nuevo plan. (¿DE QUÉ JUNTA HABLA? LA PRIMERA JUNTA SE FORMÓ EL 24 DE MAYO DE 1810 Y ¿QUÉ PLAN?, EL PLAN DE OPERACIONES ATRIBUIDO A MORENO SE ENCARGÓ EN JULIO DE 1810, ESTO OCURRE UN AÑO ANTES, ¿O YA ESTABA TODO PLANEADO?)

    Evidencia Moreno de esta forma un desconocimiento de la parte que los fisiócratas o Adam Smith no cuentan de la novela ni de cómo funciona la economía capitalista. Esto al grado tal que respondía a aquellos que se negaban al libre comercio alegando que nos dejarían sin metales como reserva de valor en los siguientes términos:

    Los extranjeros nos llevarán la plata: esto es lo mismo que decir nos llevarán los cueros, el sebo, la lana, la crin, y demás producciones de esta Provincia: la plata es un fruto igual á los demás, está sujeto á las mismas variaciones, y la alteración de su valor proporcionalmente á su escasez ó abundancia, sostiene en ambos casos la reciprocidad de los cambios, subrogando equivalentes del número, que en sí mismo no es de uso ventajoso para el comercio (…) La plata no es riqueza, pues es compatible con los males y apuros de una extremada miseria; ella no es más que un signo de convención con que se representan todas las especies comerciables (…) Estos son principios elementales de la ciencia económica, y ellos garantéan al país de los abultados males que se quieren derivar de la saca de dinero (…).

    O Moreno sabía que dentro de los planes británicos estaba crear un banco privado para extraer toda la plata y el oro que no había sido robado durante las invasiones —como veremos en breve—, razonamiento que lo convierte en un agente inglés ilustrado condenándolo definitivamente como un cipayo, o realmente era un intelectualoide que no tenía la más pálida idea de qué era lo que profesaba y compraba la idea de un país desarrollado como Inglaterra, pero se olvidaba que para eso había que hacer todo lo contrario, como EE.UU, evidenciando que jamás tuvo conocimiento de que en la naciente potencia del norte había un hombre de su edad pero con muchas más luces –o patriota– como Hamilton.

    Ciertamente, lo más grave no era que Moreno "desconociera" el pensamiento y la acción de Alexander Hamilton sino que, soberbiamente, se considerara a sí mismo como un gran intelectual al tanto de todas las novedades del mundo cuando, en realidad, era completamente ignorante del único pensamiento que podría haber sido de gran utilidad para su tierra natal y para su amado pueblo. Conviene recordar que a comienzos del siglo XIX las noticias viajaban con lentitud, pero que Moreno había tenido diez años para enterarse del exitoso programa económico que, basado en el proteccionismo, había aplicado Hamilton en Estados Unidos.[10]

    Si para Moreno la plata era un bien más, ¿por qué Beresford no se llevó un par de cueros en vez de llenar seis carrozas con oro y plata? Para nosotros, que ya hemos revisado a la escuela de Cobden y también hemos leído las propias palabras de las cabezas del Foreign Office, no puede catequizarnos con tan floridos enunciados.







    También cabe preguntarse si Cisneros tenía conocimiento de antemano de lo que ¿debía? hacer, de lo contrario no se explica que Moreno, en 1809, le enuncie que tras los dos años de permiso comercial se prestaría a lo que la “junta “y el “nuevo plan” determinen. Nadie está exento de ignorancia, mas no conocemos junta o plan alguno anterior a mayo de 1810.


    Francisco Hotz.


    [1] Archivo General de la Nación, Padrones de Buenos Aires, Ciudad y Campaña, 1810-1811. Signatura: IX-10-7-1.

    [2] Vera Blinn Reber British Mercantile Houses in Buenos Aires, 1810-1880. Harvard University, 1979. Pág. 41. Traducción del autor.

    [3] Ver Marcelo Gullo La historia oculta. La lucha del pueblo argentino por su independencia del imperio inglés. Biblos, 2013.

    [4] Petitorio de Dillon y Thwaites al virrey Cisneros. En Molinari “La representación de los hacendados de Mariano Moreno”. Citado en José María Rosa Defensa y Perdida de nuestra independencia económica. Huemul, 1974.

    [5] Ibídem.

    [6] Cuya suscripción fue hecha por el procurador José de La Rosa, dada la incompatibilidad de Moreno por ser funcionario público.

    [7] Ibídem.

    [8] Ibídem.

    [9] Ver Vicente Massot Las ideas de esos hombres: De Moreno a Perón. Sudamericana. 2007.

    [10] Marcelo Gullo La historia oculta. La lucha del pueblo argentino por su independencia del imperio inglés. Op. Cit. pág. 99


    __________________________

    Fuente:

    reinosdelasindias
    Última edición por Mexispano; 21/07/2016 a las 04:49

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