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Tema: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    25 DE MAYO DE 1810.

    ¿Qué fue lo que había ocurrido? Es lo que tenemos el sagrado deber de referir a continuación, y que durante doscientos años se ha silenciado malignamente.

    "El día 18 de mayo de 1810, fecha en que los comerciantes y usureros ingleses debían irse, llegaron tres buques de guerra ingleses. Las fragatas Misletoe, Mutin y Pitt apuntaron con sus cañones al puerto de Buenos Aires."

    El Dr. Julio C. González fue profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires desde 1965 hasta el 24 de Marzo de 1976, es profesor de Estructura Económica Argentina en al Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora desde 1989. Durante el gobierno constitucional del 25 de Mayo de 1973 al 24 de Marzo de 1976 fue, entre otros cargos, director de Asuntos Jurídicos de la presidencia de la Nación y luego secretario técnico.

    Aunque en realidad creo que nada hay para celebrar, deseo compartir con todos mis compatriotas un ¡Viva la Patria! .... (lo que sigue es el artículo del Dr. Julio Gonzalez)



    25 DE MAYO DE 1810

    En Argentina se conmemora un bicentenario. Es decir, se rememoran hechos y actos de gobierno, acaecidos hace doscientos años.

    Empero, esos acontecimientos no se explican con veracidad. A través de los medios de difusión se hace un panegírico de adjetivos calificativos y de palabras abstractas como por ejemplo “libertad”, en vez de referirse a libertades concretas y macizas, explicando cuáles fueron y en qué consistieron.

    Cicerón (año 106 a 43 AC) definía al Derecho Natural con estos términos: es un derecho “inmutable” y “sempiterno”, “que llama al hombre hacia el bien con sus mandatos” y “lo aleja del mal con sus amenazas” y que “rige para las aves del cielo, para los peces del mar, y para los animales, plantas y hombres de la tierra.” Y “ni el senado, ni el imperio pueden derogarlo nunca.” El cristianismo, a su vez, define el Derecho Natural como la voluntad de Dios creador del hombre (hecho a su imagen y semejanza) y del universo, que es su eterna morada.

    El Padre Nuestro dice de manera precisa: “Hágase tu voluntad, aquí en la tierra como (se hace) en los cielos.”

    Estos conceptos previos nos permitirán valorar los versos del poeta Bartolomé Hidalgo, que nació y vivió en Montevideo (Uruguay) entre 1788 y 1823. Protagonista y testigo de lo ocurrido en Buenos Aires en 1810, Hidalgo se expresa así:


    Hidalgo escribió este poema en 1820.


    “En diez años que llevamos

    De nuestra revolución

    Por sacudir las cadenas

    De Fernando el baladrón

    ¿Qué ventaja hemos sacado?

    Le diré con su perdón,

    Robarnos unos a otros,

    Aumentar la desunión
    Querer todos gobernar,

    Y de facción en facción
    Andar sin saber que andamos,

    Resultado en conclusión

    Que hasta el nombre de paisanos,

    Parece de mal sabor,

    ¡Y en su lugar yo lo veo

    Sino un eterno rencor

    Y una tropilla de pobres

    Que metida en un rincón

    Canta al son de su miseria

    No es la miseria un mal son!”


    Estos versos son la vocalización purísima de la resignación que se impuso a todos los pueblos de las Españas de América desde el poder del dinero, de poder ganar con su trabajo feliz y honrado “el pan nuestro de cada día.” Por eso los vecinos de Buenos Aires exclamaban el 25 de mayo de 1810: “el pueblo quiere saber de qué se trata.” Ese es el único hecho veraz de esa jornada.

    ¿Qué fue lo que había ocurrido? Es lo que tenemos el sagrado deber de referir a continuación, y que durante doscientos años se ha silenciado malignamente.


    Lo sucedido en mayo de 1810 tiene este origen:

    En 1806 los británicos herejes y maléficos que provenían de la isla europea llamada en esa época “la pérfida Albión” o “capital del satanismo”, conquistaron Buenos Aires. Asesinaron y violaron sin piedad, saqueando casa por casa de ese pacífico y católico ejemplar vecindario.

    Su objeto era robar el Tesoro de la Real Hacienda (nombre que en aquella época designaba a un organismo similar al actual Banco Central de la República Argentina). Se llevaron cuarenta toneladas de monedas de oro, equivalentes en la actualidad a 88.000 Millones de dólares norteamericanos, que fueron paseadas por las calles de Londres, ciudad a la que arribaron en el navío Narcisus, procedente de Buenos Aires.

    No quedó dinero alguno en la “Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre”
    : ni para pagar los sueldos a la administración pública, ni al Ejército argentino fundado por voluntarios en las heroicas jornadas de la Reconquista (12 de agosto de 1806), y luego de la Defensa de Buenos Aires (5 de julio de 1807). Tampoco quedó dinero para las compras mínimas de los artículos de primera necesidad: pan, carne, leche, huevos, frutas y verduras.

    Fue por eso que el Virrey Cisneros dictó ingenuamente un Edicto de Libre Comercio con la Nación inglesa “para recaudar recursos para el fisco”, conforme lo disponía textualmente. Este comercio de importación de manufacturas y exportación de cueros regiría desde noviembre de 1809 hasta el 18 de mayo de 1810.

    Yañiz y Agüero, síndicos del Consulado, firmaron un dictamen en contra: “De qué vale que lo que ahora se fabrica aquí cuesta cuatro y que con los artículos importados desde Londres se vendan a tres, si por la falta de trabajo que traerá el comprar manufacturas inglesas, no ganaremos ni siquiera uno. Así será imposible vivir.” Empero, estos sabios consejos para el futuro no fueron tenidos en cuenta por Castelli y por Moreno, que eran asesores económicos y jurídicos del Virrey Cisneros.

    Ocurrió entonces algo inesperado. El día 18 de mayo de 1810, fecha en que los comerciantes y usureros ingleses debían irse, llegaron tres buques de guerra ingleses. Las fragatas Misletoe, Mutin y Pitt apuntaron con sus cañones al puerto de Buenos Aires. Un jefe militar, secreto súbdito británico, depuso al gobierno; y Alexander Mackinon, presidente del Centro Comercial inglés British Commercial Room, formó la Junta de Gobierno. Tres de sus integrantes eran súbditos británicos de incógnito y Mariano Moreno, abogado de los ingleses, el secretario.

    El almirante británico De Courcy, que comandaba la escuadrilla inglesa que sitiaba a Buenos Aires, fue recibido en primera audiencia por la Junta a la que le exigió que el Edicto de Libre Comercio con Inglaterra y sólo con Inglaterra no tuviese fecha de vencimiento.


    De esta manera, la primera bandera que la Nación argentina resolvió enarbolar en un acto de soberanía para exteriorizar su rebeldía e independencia, antes de que Belgrano crease la enseña patria, fue la bandera inglesa. [1]

    Por su parte, el almirante británico Fabian se dirigió desde las murallas del Fuerte a los curiosos allí reunidos y en un mal hablado castellano dijo que Gran Bretaña se quedará vacía porque todos los ingleses vendrían a vivir a estas hermosas tierras.

    Tal lo ocurrido el 25 de mayo de 1810. Semanas después todos los que habían luchado y obtenido las victorias de la Reconquista y la Defensa en 1806 y 1807, fueron asesinados sin juicio previo y sin piedad: Santiago de Liniers, Gutiérrez de la Concha, Felipe de Sentenach, Fray José de las Ánimas (Superior de la Orden Betlemita), Martín de Álzaga muchos otros.


    Allí comenzó la involución hispanoamericana y argentina, tal cual lo relatan los versos de Bartolomé Hidalgo que hemos descripto. Involucionar significa achicarse y deformarse, perdiendo la religión católica que era el factor catalizador y determinante de nuestras vidas y de la vida de la nacionalidad.

    Con estas reflexiones reimpone elevar cada día con más fervor la Oración de Nuestro Señor Jesuscristo y de de la Santísima Virgen Maria. Que la verdad se devele.


    [1] Confrontar Àlzaga, Enrique Williams: “La fuga del general Beresford”, p. 28 – EMECÈ Editores – Buenos Aires, 1966.



    EL SAQUEO DEL TESORO DE BUENOS AIRES

    Más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda argentina. Ese es el valor actual del tesoro con el que se alzaron los ingleses en la invasión de 1806. El cálculo de Néstor Forero, un investigador que habló del tema en Gualeguaychú, muestra la magnitud del saqueo inglés. ¿Hay razones para pedir un resarcimiento, pese al tiempo transcurrido?.

    Buenos Aires fue capturada, así, por las tropas del general Beresford, allá por 1806. La toma duró más de 40 días, en cuyo transcurso los ingleses no se privaron de nada. La invasión estuvo signada por vejaciones, asesinatos, muerte, y robos de todo tipo, según cuentas los cronistas. Un acto de pillaje protagonizado por súbditos de la Corona Británica, que no actuaron por motu propio.

    Fue en realidad una acción de conquista armada por el gobierno de Londres, en el marco de una estrategia global de dominación de estas tierras americanas.

    Los entretelones y el significado de este traumático episodio -que curiosamente la historiografía oficial refiere casi como una anécdota- están planteados en “El saqueo de 1806”, el libro del investigador Néstor Forero.

    Especialista en temas económicos e historiográficos, autor de otros libros como “Deuda externa y Crimen social en Argentina”, Forero se inscribe dentro del “revisionismo histórico” que, siguiendo a Raúl Scalabrini Ortiz o al copoblano Julio Irazusta -entre otros-, viene denunciando la malsana influencia británica en el país.

    Esa influencia, que ha sido determinante en el curso de la historia vernácula, es de larga data. En realidad, según esta lectura historiográfica, se remonta a la etapa anterior a la independencia argentina.

    Es decir, a cuando el país -junto con otras repúblicas sudamericanas- pertenecía al Virreinato del Río de la Plata, un bloque geopolítico de 7.000.000 km².

    En la disputa por la hegemonía mundial, Inglaterra fue enemiga declarada de España, cuyo poder buscó cuartear, sobre todo saboteando sus posesiones americanas.

    Es en este contexto que Forero coloca la toma de Buenos Aires en 1806. Que en realidad, dice, fue la quinta expedición militar británica (no la primera como dice la historia oficial), a la cual precedieron, por caso, desembarcos en Malvinas o Isla de los Estados.

    El saqueo del que fue objeto entonces Buenos Aires, por parte de las tropas de Beresford, fue pergeñado con antelación por el gobierno de Londres, dice el autor.

    Y da una medida -cuenta- no sólo del sentimiento anti-hispánico de los invasores, ni de la codicia que los dominaba, sino de un plan de dominación urdido con inteligencia.

    Así, el primer acto del General Beresford, tras la toma de la capital del Virreinato del Río de la Plata, fue la exigencia a sus pobladores de los caudales reales, bajo las peores amenazas (pérdidas de vida y patrimonio).

    Y aquí la originalidad de Forero: el tesoro robado, girado prontamente a Londres, representa hoy, actualizado a un interés anual del 6%, más de 86.000 millones de dólares, buena parte de la deuda externa argentina.



    Política colonial

    Pero además, una vez dueño de la plaza, Beresford tomó una serie de medidas para someter a la nueva colonia -y que según Forero tienen un parecido notable con la política económica que se siguió en Argentina en lo sucesivo.

    Así, al apoderamiento ilegítimo de las reservas monetarias del Tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires -el grueso del cual se embarcó a Londres en la fragata más rápida de la de la flota británica, el “Narcissus”-, le siguió el decreto que declaró la “libertad de comercio”.

    Esta última medida -sostiene el investigador- “se impondrá para beneficio especialmente de los comerciantes ingleses y de su socia local, la clase acomodada de Buenos Aires”.

    Ahora bien, haber secado la plaza de monedas -más allá de que una fracción de los pesos plata se dejaron para mantener el comercio exterior- colocó a la gobernación británica en Buenos Aires en problemas.

    La escasez de dinero metálico, producido por el vaciamiento de las arcas de Buenos Aires, conducía a un encarecimiento inexorable de las operaciones de importación de mercadería inglesa.

    Pero la gobernación británica no iba “a permitir que los comerciantes locales repararan esa pérdida mediante el funcionamiento de la ley de la oferta y la demanda, ya que el tipo de cambio hubiera saltado por las nubes”, cuenta Forero. Por eso -refiere- “se estipuló un tipo de cambio fijo de 5 chelines por peso, cuando antes de la invasión el tipo de cambio era de 4 chelines y 6 peniques”.



    La cuestión de los caudales

    Forero llama la atención sobre un dato no menor: los ingleses no pueden alegar que los caudales robados (en total 1.086.208 pesos plata) son un “botín de guerra” (el equivalente a unas 200.000 liras esterlinas de la época) (1). ¿Y esto por qué?. Pues porque el tesoro se hallaba fuera del alcance de los conquistadores al momento de ingresar a la ciudad.

    ¿Cómo? Es que el virrey Rafael de Sobre Monte, enterado de la invasión, se lo llevó consigo antes hacia Córdoba. Los ingleses tuvieron que gestionar su regreso, luego, bajo amenaza de introducir las peores pestes sobre la población.

    Este episodio, es decir la manera en que se obtuvo el tesoro confirma la tesis de que su apropiación fue “sencillamente un robo, perpetrado sin ninguna fundamentación jurídica por parte del invasor”.

    En realidad, dice el autor, la acción de Sobre Monte -pese a que el juicio histórico catalogó de deshonrosa-, colocaba la sustracción del tesoro en el marco de una discusión entre las cortes de España y Gran Bretaña, alrededor de los “derechos de propiedad indudable de los españoles”.

    “Para ser más ecuánimes diremos que Sobre Monte, más allá de su personalidad, cumplió con su retirada el plan de evacuación trazado en época del virrey Vértiz y que un Tribunal que juzgó su conducta terminó absolviéndolo, aunque eso no le devolvió el prestigio perdido”, comenta Forero.



    ¿Es posible el resarcimiento?

    El autor insiste en la “ilegitimidad” de la incautación de los caudales del tesoro de la Real Hacienda de Buenos Aires. Pero va más allá: en su opinión, a la Argentina y a los países que entonces integraban el virreinato, les asiste hoy el derecho del resarcimiento, pese al tiempo transcurrido.
    Forero habla de “derecho de propiedad” conculcado por el invasor inglés. Aunque dicho derecho le pertenecía a los españoles, ahora es nuestro, insiste, en virtud de la “continuidad jurídica e histórica de los Estados”.

    Asegura que el “gobierno británico no puede negar su participación” en la operación de saqueo -aunque se escude en el argumento de que fue una acción de particulares-.

    “Dado que lo actuado por los súbditos británicos lesiona el Derecho de Gentes, entendemos que el reclamo de reparación por el robo de Buenos Aires es imprescriptible”, razona el investigador.

    Y al respecto documenta la existencia de jurisprudencia internacional en este sentido, alrededor de la existencia de fallos que han obligado a ciertos Estados, cuya responsabilidad quedó evidenciada, a reparar el daño cometido contra otros Estados.


    Por Marcelo Lorenzo

    Publicado en diario El Día, de Gualeguychú, Provincia de Entre Ríos, 21/11/07. http://www.trabajadorescultura.com.a...politica/Notas


    Publicado en el diario Times, de Londres, a raíz de la captura de Buenos Aires

    Domingo, 12.09.1806 – nuevas buenas en Gran Bretaña

    El nuevo gobierno whig (el “Ministerio de Todos los Talentos”) se enteró de la expedición de Beresford el 24 de junio de 1806, cuando le llegó una carta fechada por el general inglés en abril de ese año. El Secretario de Guerra William Windham se tomó un mes para contestar la carta, con la anuencia de Jorge III, manifestándole que como la expedición no había sido oficialmente autorizada y no se conocían los resultados obtenidos, sólo cabía dar instrucciones generales. Ella eran: si habían ocupado una posición, que trataran de mantenerla y, caso contrario, no insistiera en tomarla; que “no se metiera en asuntos de independencia que pretendían los criollos”. Como cierre, le anunciaba a Beresford el envío de refuerzos al mando del general Sir Samuel Auchmuty. Por otra parte, el Almirantazgo remitió una carta, el 28 de julio, a Home Popham, ordenándole, severamente, que se presentara en Londres para rendir cuenta de lo actuado.

    Nota de Aclaración: El gobierno inglés mantuvo en secreto la expedición a Buenos Aires, hasta estar seguro de lo que había pasado en la colonia española. Pero el 12 de septiembre de 1806, tras 57 días de navegar, el Narcissus, al mando del capitán Donelly entró al puerto de Portsmouth, con los partes de Popham y Beresford sobre la captura de Buenos Aires. Por telégrafo visual llegó a Londres esa noche y los diarios se hicieron eco de la noticia, en las ediciones de la mañana siguiente.


    Lunes, 13.09.1806 – primera noticia

    Captura de Buenos Aires. Oficina del Times. Sábado a las 3 de la mañana.

    Por un expreso que acabamos de recibir de Portsmouth, tenemos que felicitar al pueblo por uno de los hechos más importantes de la actual guerra. Buenos Aires en este momento forma parte del Imperio Británico, y cuando consideramos las consecuencias a que conduce por su situación y capacidades comerciales, además de su influencia política, no sabemos como expresarnos en términos adecuados a nuestra opinión de las ventajas nacionales que derivarán de su conquista.


    Miércoles, 15.09.1806 – de la prensa británica

    “Es casi indudable que toda la colonia del Plata tendrá la misma suerte que Buenos Aires; y de las esperanzas lisonjeras presentadas a sus habitantes, en la proclama del general Beresford, ellos verán que está en su propio interés ser colonia del Imperio Británico”. (...) “Como resultado de semejante unión, tendríamos un mercado continuo para nuestras manufacturas, y nuestros enemigos perderían para siempre el poder de sumar los recursos de esos ricos países a los otros medios que tienen de hacernos daño”. (…) “Este país está ahora en una posición mucha más orgullosa de la que ha estado desde que comenzaron las negociaciones con Francia. En Calabria, la excelencia y superioridad de las tropas británicas han sido demostradas al enemigo y a toda Europa. Por nuestro éxito en el Plata, donde un pequeño destacamento británico ha tomado una de las más importantes y ricas colonias españolas, Bonaparte debe estar convencido de que sólo una paz rápida podrá evitar que toda Sudamérica quede separada forzosamente de su influencia y colocada para siempre bajo la protección del Imperio Británico ¿A qué región del mundo habitable podrá entonces dirigirse para conseguir barcos, colonias y comercios?”.


    Lunes, 20.09.1806 – desfile en Londres

    “A las siete en punto de la mañana, los Leales Voluntarios Britanos se congregaron en St. James’Square y después de disparar tres salvas prosiguieron hasta Clapham, a fin de escoltar hasta la ciudad el tesoro desembarcado del Narcissus, en Portsmouth” relata un testigo presencial, John Fairnburn “A su llegada a Claphamn encontraron el desfile consistente en ocho carretones, tirado cada uno de ellos por seis caballos, adornados con banderas, pendones y cintas azules. En las banderas estaba inscripta la palabra ‘Tesoro’

    Los precedía una pieza de artillería de bronce tomada al enemigo. El primer carretón llevaba el estandarte virreinal del Perú desplegado por un marino real; el segundo y tercero, las enseñas tomadas de los muros de Buenos Aires, y los siguientes, las insignias navales inglesas azuleas, rojas y blancas, mostrando el conjunto la más triunfal y grandiosa apariencia. Durante su procesión hacia la ciudad, los Leales Britanos, al mando del coronel Davidson, marcharon a la cabeza de los carretones y el coronel Prescott con los Voluntarios de Clapham los escoltaron a retaguardia. Una muy excelente banda perteneciente a este último regimiento interpretó durante la marcha ‘God Save the King’, ‘Rule Britannia’, etc., y el corazón de todos los británicos se regocijó ante la visión de la escolta.

    Tras haber entrado en Londres se detuvieron en el Almirantazgo y luego prosiguieron por Pall-Mall hasta St. James’Square, donde la procesión hizo un alto ante la casa del coronel Davidson y la señora Davison obsequió un par de enseñas con la leyenda ‘Buenos Aires, Popham, Beresford, Victoria’ escrita en letras de oro sobre seda azul, rodeadas por ramas de laurel. El tesoro pasó luego a través de la city hasta el Banco, donde se depositaron más de dos millones de dólares. En el frente de cada carretón figuraban las palabras ‘Caja del Tesoro’.

    En las ventanas se agolpaba una cantidad poco común de espectadores ansiosos por ser testigos del triunfo de la Vieja Inglaterra. El capitán Donnelly, del Narcissus, participó de la procesión en una silla de posta” .

    Nota de Aclaración: Ese mismo capitán Donnelly recibió, por entregar el tesoro, 5500 libras como flete, una comisión del 2% sobre el total, sin perjuicio de lo que le tocara como capitán, en la repartición a su ejército por la toma de Buenos Aires.

    “El tesoro siguió por la city hasta el Banco de Inglaterra, donde se depositaron más de un millón de dólares”.


    Sábado, 25.09.1806 – de la prensa británica

    “Tal es la fertilidad del suelo, que Buenos Aires, en poco tiempo será probablemente el granero de Sudamérica”.

    (…) “Las mujeres de Buenos Aires se consideran las más simpáticas y hermosas de toda Sudamérica, y su manera de vestir denota un gusto superior” (…) “El comercio de esta región bajo el ordenamiento británico, promete ser sumamente ventajoso para ella, y podría abrir mercados de incalculables posibilidades para el consumo de manufacturas británicas. En la medida en que las cargas impuestas a los habitantes sean disminuidas por el gobierno británico, sus medios de comprar nuestros productos se verán incrementados, y el pueblo, en lugar de permanecer andrajoso e indolente, se hará industrioso, y llegará a la mutua competencia por poseer no solo las comodidades, sino lo lujos de la vida”.


    Por Marcelo De Biase





    _______________________________________

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    Última edición por Mexispano; 22/06/2016 a las 03:45

  2. #2
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Así se expresaba el jefe realista de Montevideo José María Salazar en su informe sobre la junta revolucionaria de Buenos Aires en 1810 y su famosa "máscara de Fernando VII":

    "[...] ni nuestro adorado Monarca, los juramentos más sagrados, la jura más solemne que hacen los Pueblos en señal de su vasallaje, todo es falso en boca de estos infames revolucionarios, que nada encuentran sagrado sino lo que adula su ambición de mando, y sería el dilatarme mucho el comentar tales libelos infamatorios a los derechos indisputables de nuestro desgraciado Monarca, y la dignidad de la Nación tan infamemente ultrajada y tratada, pero lo que más hay que admirar es la seductora política que desde el principio han empleado para engañar a los Pueblos, política que han estado aprendiendo desde la entrada de los Ingleses en la Capital, que fueron los que sembraron la primera semilla de la independencia juntamente con los americanos".

    Fuente: https://books.google.com.ar/books?id...alazar&f=false





    _______________________________________

    Fuente:

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  3. #3
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    jueves, 4 de agosto de 2011

    La matanza de San Luis: Otra vergüenza de la historia argentina


    En la noche del 7 de febrero de 1819, jugando los oficiales españoles prisioneros en San Luis con don Vicente Dupuy, teniente gobernador, y habiendo perdido éste algún dinero, echó en seguida mano del que tenía delante de sí el coronel Rivero, quien reprendió agriamente el hecho, y a pesar de las instancias de los concurrentes dio un bofetón a Dupuy, cuyos amigos, lo mismo que algunos españoles echaron mano de las armas que había en la habitación. El tumulto que resultó de aquí alarmó la guardia, y los prisioneros españoles, temiendo las consecuencias de este lance, entregaron las que habían tomado, y pidieron perdón a Dupuy, que les fue concedido, y les empeñó su palabra de honor, que si lo dejaban salir calmaría la efervescencia de la guardia y del populacho. Salió en efecto, mas en vez de apaciguar los espíritus difundió la alarma, y excitó al pueblo a vengar los insultos que había recibido de los godos, nombre con que se designaba a los realistas. Dupuy entonces volvió a entrar en la habitación con algunos soldados y gente armada, y el brigadier Ordóñez, el coronel Morgado y seis oficiales más fueron asesinados. El coronel Primo, viendo la inevitable suerte que le esperaba, se tiró un pistoletazo y se mató. Todos los españoles que se encontraron por las calles fueron pasados a cuchillo, y muchos fueron también muertos en sus casas: han sido cincuenta los asesinatos cometidos en este fatal día, y de los oficiales españoles retenidos en San Luis sólo dos se libraron de la muerte. En recompensa de esta acción tan memorable ha sido ascendido Dupuy a coronel mayor y agraciado con la legión de mérito de Chile.


    — William Bennet Stevenson, A historical and descriptive narrative of twenty years’ residence in South America: Containing the travels in Arauco, Chile, Peru, and Colombia: With an account of the revolution, its rise, progress, and results (Hurst, Robinson & Co., 1825).







    Vicente Dupuy (1774-1843)

    "el carnicero" de San Luis, de comerciante a revolucionario ...y vuelta


    El autor de estas líneas, Mr. Stevenson, fue uno de los famosos “observadores” británicos (“viajero y pintor” dice la leyenda rosa) que siguieron a las tropas “patriotas” en sus peripecias.

    Uno de los personajes que se destacó por su brutalidad en esta matanza fue Facundo Quiroga, futuro caudillo riojano, quien en esta oportunidad utilizó como maza los grillos que llevaba puestos habiendo sido detenido previamente por protagonizar algunos desmanes entre la tropa “patriota”.

    La leyenda rosa nacionalista, en parte tomando como cierto lo que la inquina personal hizo decir a Vicuña Mackenna contra Bernardo Monteagudo, culpa a este último de tal acción. Por supuesto que no va a culpar a Dupuy, protegido de San Martín. Pero lo cierto es que, años después de este hecho, el “Libertador” llamará al célebre jacobino Monteagudo a su lado en Lima.



    _______________________________________

    Fuente:

    C. L. A. M. O. R.: La matanza de San Luis: Otra vergüenza de la historia argentina


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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Plano de Buenos Aires en 1713. A la derecha puede verse la "casa de campo El Retiro", donde después del Tratado de Utrecht, Gran Bretaña (por intermedio de la Compañía del Mar del Sur) fundará su "asiento", desde donde los británicos comerciarán esclavos y otros bienes. Aunque el asiento de Buenos Aires será suprimido poco después, Retiro seguirá siendo "el barrio inglés" hasta bien entrado el siglo XX. No casualmente, allí tendrán su cuartel los granaderos de San Martín. No por casualidad, allí estarán las oficinas de las compañías navieras británicas, los ferrocarriles británicos, etc.

    _________________________________

    Archivo General de la Nación Argentina

    21 de junio a las 11:24 ·

    Fuerte de Buenos Aires, año 1713.

    Documentos Escritos. Mapoteca II-51







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    Fuente:

    https://www.facebook.com/ArchivoGene...type=3&theater

  5. #5
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    "Manuel Belgrano fue masón y fundó una logia en Tucumán"

    02 Oct 201226




    HISTORIADOR. Nicolás Breglia. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO


    La pertenencia de Manuel Belgrano a la masonería siempre fue uno de los misterios de nuestra historia. Sin embargo, el historiador de la orden, Nicolás Breglia, ratificó que el prócer no solo fue masón, sino que fundó y presidió en Tucumán la Logia Argentina, luego llamada Unidad Argentina. "Belgrano fue masón. A fines del siglo XVIII, cuando regresó a Buenos Aires desde España, se inició en la Logia Independencia que funcionaba desde 1795, con carta Constitutiva de la Gran Logia General Escocesa de Francia. Esta logia tenía por objeto lograr la independencia del Virreinato del Río de la Plata de cualquier dominación extranjera", comentó en una entrevista con LA GACETA. La teoría, rechazada por la Academia de Historia, fue expuesta, debatida y ratificada durante las Jornadas Belgranianas que organizó el Observatorio de la Ciudadanía del NOA y de la que participó Breglia como pro-gran maestre de la milenaria orden.

    Pero, además, Belgrano fue más allá con sus ideales masónicos. "Cuando se hizo cargo del Ejército del Norte, fue nombrado presidente de la Logia del Ejército del Norte. Y, durante sus años en Tucumán, Belgrano continuó trabajando masonamente al fundar y presidir la Logia Argentina, que funcionó de acuerdo con el testimonio obtenido por Adolfo Saldías, en la casa de la familia Padilla ubicada en cruz con el Cabildo. Allí, el prócer inició a muchos de sus oficiales en los augustos misterios de la antigüedad", agregó. Sin embargo, Breglia aclaró que esa casa no se trata de la que hoy esta en pie al lado de la Casa de Gobierno, sino de una que estaba al otro lado de la plaza Independencia. "Allí Belgrano se reunía en logia con sus principales oficiales, tales como su lugarteniente Gerónimo Helguera y los coroneles Cornelio Zelaya y Eustoquio Díaz Vélez, también masones", aseveró.



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    Fuente:

    Manuel Belgrano fue masón y fundó una logia en Tucumán - La Gaceta
    EspadaDeRoma dio el Víctor.

  6. #6
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Lunes, abril 19, 2010

    Hace 200 años se instala la "Junta defensora de los derechos de Fernando VII" en la Capitanía General de Venezuela







    EL NACIONAL - Domingo 18 de Abril de 2010 Siete Días/2


    ¿QUÉ PASÓ EL 19 DE ABRIL DE 1810?


    Debate entre historiadores


    Nacionalidad, soberanía, independencia. Los grandes temas del pasado son motivo de discusiones que se mantienen abiertas


    Los hechos del 19 de Abril de 1810 están claros, pero su interpretación todavía genera debate entre los historiadores venezolanos. Carole Leal, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium de la Universidad Simón Bolívar, se inscribe en el grupo de estudiosos que consideran que la actuación de los criollos del Cabildo de Caracas no tenía otra intención que la que declararon ese día: constituir una junta autonómica para ejercer temporalmente el poder y conservar los derechos del rey Fernando VII, obligado a abdicar por Napoleón Bonaparte. Ha concluido que la comprensión de la fecha como el momento primigenio de la Independencia no fue más que el resultado de una operación historiográfica que, en suma, logró purificar de su motivación monárquica lo ocurrido aquel día. "El acta habla de nuestro amado rey y señor que Dios guarde".


    Gustavo Vaamonde, investigador de proyectos históricos de la Fundación Polar, analiza lo ocurrido como una "gesta patriótica". "Desde mediados del siglo XVIII existía un sentimiento patrio de la gente que nació en este continente, que veía el territorio y sus recursos como algo propio. Sí respetaban las instituciones monárquicas, pero se concebían a sí mismos como algo distinto y esperaban que su voz se escuchara también diferente". Desde esa óptica analiza el 19 de Abril de 1810: "Es el primer gobierno autónomo en 300 años y se constituye sólo con gente nacida aquí o con españoles radicados aquí. En las proclamas de los días posteriores empieza a aparecer una palabra: venezolanos".


    Elías Pino Iturrieta, director de la Academia Nacional de la Historia, dice que los hechos no hubieran sido posibles de no haber surgido antes ese sentimiento de vinculación de los hombres con el entorno: "Para llegar allí debías sentirte parte de algo y tener orgullo de esa pertenencia, y sentir que ese paisaje sería mejor si te tenía a ti a la cabeza".


    Un documento clave que confirma esa apología de la tierra circuló en la víspera de los hechos. "Fue un libro, el Calendario, manual y guía de forasteros, que se atribuye a Andrés Bello pero que seguramente fue de autoría colectiva". Es una suerte de guía turística, según el académico: "Hacerla supone que colocas lugares en los que te reconoces y que te llena de orgullo mostrar".


    Un segundo ejemplo es la aparición en la Gaceta de Caracas de la biografía del marqués de Ustáriz, que murió también poco antes de los hechos del 19 de Abril de 1810: "Es el primer caraqueño del cual se sienten orgullosos y por eso escriben su historia". Sobre la valoración de los hechos ocurridos, no tiene dudas: "Fue el debut de la sociedad venezolana en el teatro del mundo. Por primera vez no son actores metropolitanos, ni el libreto lo hacen desde Madrid.


    Un grupo de esa sociedad demuestra madurez para entender desde su perspectiva local el panorama internacional y especialmente el desmoronamiento de España. Y esa fue la clave para que se iniciara la metamorfosis". Los funcionarios españoles, de acuerdo con Vaamonde, advirtieron esas mudanzas que anticipaban una intención independentista detrás de la junta autonómica. "Escriben a la Regencia y lo informan". A Leal esas comunicaciones no la llevan a conclusiones. Considera natural que la burocracia del reino, en una situación de guerra y de alta dependencia de los territorios hispanoamericanos, se alarmara ante sucesos como los de abril de 1810 y escribiera un texto semejante.


    Inés Quintero, también miembro de la Academia Nacional de la Historia, no soslaya el sesgo fernandino de la junta que se instaló en Caracas. Pero rescata un asunto que considera vital. "En esos hechos se resolvió lo más importante: el tema de la soberanía. La toman provisionalmente, mientras vuelve el rey, pero la toman, el poder revierte en la sociedad". Esa decisión inicial condujo a otro problema: la necesidad de decidir quiénes concretamente ejercían esa soberanía. La solución de la junta caraqueña fue revolucionaria: hacer elecciones, tal como se comprendían entonces, con la sola participación de los hombres libres, pero elecciones.


    "Se introdujo el principio de representación y eso no fue poca cosa". Así fue ganando la voluntad de las otras juntas y se dio un giro definitivo a la historia. Quintero lo resume en una fórmula: soberanía, autonomía, representación, ciudadanía y República. Sin unas no hay las otras.




    El 19 de abril de 1810 se celebró el primer referendo de Venezuela Un movimiento popular que fundó la Nación



    Domingo, 18 abril a las 19:48:27


    Para muchos historiadores, aquella gesta tuvo un carácter hondamente civil, encabezada por los aristócratas y burgueses de la época, entre ellos los hermanos Bolívar, Montilla, Salía.


    Aquel dedo negativo del cura José Cortés de Madariaga decidió el destino de un pedazo de tierra llamada Venezuela. Detrás del Capitán General Vicente Emparan, el sacerdote chileno empujó al jefe español a celebrar el primer referendo de que se tenga conocimiento en la provincia allende de los mares de la España monárquica. En efecto, una vez que Emparan preguntara a la población -reunida en Plaza Mayor acerca de si querían que se quedara en el mando- Madariaga levantó la mano y sacudió el dedo índice derecho en señal negativa. La gente siguió las instrucciones del prelado y gritó ¡No!, razón por la cual el funcionario dijo que él tampoco quería el mando.



    LOS ANTECEDENTES


    En ese momento se instaló otra historia. Ese movimiento popular ocurrido el Jueves Santo de ese año de 1810, da pie a la lucha por la Independencia. Emparan había sido nombrado por el rey invasor, hermano de Napoleón Bonaparte, José I, apodado Pepe Botella. Fernando VII había sido derrocado luego de la invasión napoleónica y confinado en una celda, en 1808. Desde su confinamiento ordenó la formación de Juntas Populares "para la defensa de la legalidad y la fidelidad al Rey". En consecuencia, el 29 de mayo de 1808 se proclama e instala la Junta de Sevilla. Caracas sigue el ejemplo dos años más tarde.



    UN MOVIMIENTO PRO MONÁRQUICO


    Los mantuanos de Caracas, es decir, los aristócratas y burgueses de la época, así como varios miembros del Cabildo, desconocieron el poder del Capitán general nombrado por José I. De allí que los alzados actuaron en defensa de los derechos del derrocado monarca español, Fernando VII. Ese día de abril nace el espíritu de la Independencia. Se firma un acta donde afirma que se actuó en nombre de Fernando VII y se conforma una Junta de Gobierno que luego propicia la creación de las juntas de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida. Entre los aspectos relevantes del documento está la activación del comercio exterior, la prohibición del comercio de esclavos negros, el nacimiento de la Sociedad Patriótica con la intención de fomentar la agricultura y la industria; así como la fundación de la Academia de Matemáticas. Igualmente, se abren legaciones diplomáticas en Inglaterra, Estados Unidos y Nueva Granada. Maracaibo, Coro y Guayana se declararon en rebeldía y desconocieron a la Junta, por lo que se mantuvieron leales a la Corona española. Este evento da paso al 5 de Julio de 1811 cuando se firma el Acta de declaración de la Independencia de Venezuela.



    LOS DIPLOMÁTICOS


    La junta nombra y envía embajadores a José Cortés de Madariaga a Nueva Granada, quien firma acuerdos con un territorio vecino, con el que se propiciaría el intercambio comercial. Mariano Montilla y Vicente Salías son nombrados para negociar con Curazao y Jamaica.Juan Vicente Bolívar, Telésforo de Orea y José Rafael Revenga viajan a Estados Unidos, que ya era potencia y con quien se firman papeles de apoyo a la lucha de liberación y de intercambio comercial y bélico. Por su parte, Simón Bolívar, López Méndez y Andrés bello fueron enviados a Inglaterra, con cuyo gobierno debían mantener la posición de la Junta de mantener su fidelidad a Fernando VII, manteniendo igualmente su autonomía frente al Consejo de Regencia al que desconocían como régimen legítimo. La misión de Bolívar, López Méndez y Bello resultó fallida, por los nuevos acuerdos y tratados de Inglaterra con Francia y España, con la que siempre estuvieron enemistados, pero dadas las circunstancias de que Fernando VII no estaba en el poder, los ingleses desconocieron la lucha de los venezolanos, situación que años después cambió.



    LAS ELECCIONES


    En palabras dirigidas a las Sociedades Americanas, Simón Rodríguez afirmó: "Napoleón quería gobernar al género humano, Bolívar quería que se gobernara por sí, y yo quiero que aprenda a gobernarse". De esta declaración se desprende el carácter democrático de ese hombre que iluminó el sendero de aquellos torvos caminos. Sobre este aspecto, la Junta Suprema convocó a elecciones para reunir el Congreso General de las Provincias, con la idea de asegurar "la transformación del gobierno de facto en un régimen constitucional independiente". De esta justa electoral resultaron elegidos 44 diputados, distribuidos en Caracas (24), Barinas (9), Cumaná (4), Barcelona (3), Mérida (2), Trujillo (1) y Margarita (1).



    OPINIONES DE HISTORIADORES


    Muchas han sido las opiniones de algunos historiadores venezolanos, entre ellos Tomás Straka y Manuel Caballero. El primero señala: "Hay que determinar cómo fue, es de que se trató un movimiento contra Francia y no contra España; y, más aún, cómo, si aceptamos que lo fue, éste llegó a tener un carácter más amplio de adhesión popular que el de la independencia de la corona castellana (…) los historiadores se dividen entre quienes lo evalúan como un acto de fidelidad al Rey y quienes lo ven como una maniobra para poco a poco ir llevando las cosas hacia la independencia absoluta. Nuestra tesis es que hubo un poco de las dos cosas, como casi siempre en la historia -en los fenómenos humanos-, en la que lo paradójico y lo contradictorio no tiene por qué ser raro".


    Más adelante, Straka escribe que "quienes asistieron a la escena y en principio apoyaron no estaban sinceramente indignados por la invasión de Napoleón a España, por las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII -que se suponían hechas bajo una coerción mayor de lo que realmente hubo- y por la simpatía real o intuida que el Capitán general Vicente Emparan y otros afrancesados de su gobierno sentían por El Francés. Los caraqueños ya habían despedido con tumulto a los emisarios de José Bonaparte".


    Acerca de la participación militar en aquellos hechos, Manuel Caballero ha señalado que "Ahí no hubo ninguna participación militar. También el 5 de Julio. Esas son fechas eminentemente civiles. Después la situación derivó y se convirtió en una guerra que al desatarse no tuvo fin durante un siglo, y de allí que se pretenda decir que la historia de Venezuela es la historia de las glorias militares". El historiador larense precisa que la Guerra de Independencia fue una guerra civil. "Por supuesto, usted puede decirme con razón que esa tesis es la de Vallenilla Lanz, porque aquí peleamos venezolanos contra venezolanos". Más adelante afirma que "la que gente que quería la independencia sabía que la impronta monárquica y religiosa era demasiado fuerte, y se iba a estrellar contra un sentimiento que no solamente era de la Corona, sino de todo el pueblo (…) lo que ha dicho Carrera Damas (Germán), el único gobernante por quien el pueblo venezolano su sangre para defenderlo ha sido Fernando VII. Fue lo que hicieron los llaneros de Boves, la guerra civil de los dos lados del océano, el disimulo necesario, como suele suceder en estos procesos". Así mismo, la Guerra de Independencia fue una guerra civil en la que se enfrentaron venezolanos contra venezolanos, hermanos contra hermanos en defensa y en contra del rey Fernando VII. De modo que se trató de la única vez que el pueblo venezolano ha derramado sangre por gobernante alguno.


    _______________________________________

    Fuente:

    Venezuela y su historia: Hace 200 años se instala la "Junta defensora de los derechos de Fernando VII" en la Capitanía General de Venezuela

  7. #7
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Eso fue el "principio del fin"...

  8. #8
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    La trastienda de la Revolución. Buenos Aires 1810-1816.

    La toma británica del mercado del Plata sigue siendo el aspecto menos difundido de la Revolución.

    Haber reducido el relato histórico de la emancipación rioplatense a una pelea entre patriotas puros y españoles malos o 'realistas' sólo ha servido para formar generaciones de argentinos que desconocen hechos de gran importancia en la puja de poderes.






    "¡Queremos saber de que se trata!", gritaban los paisanos criollos afuera del Cabildo. Es fundamental conocer la presión ejercida durante los primeros meses de 1810 por las naves inglesas estacionadas en el Río de la Plata.

    La penetración británica comienza con el establecimiento de la logia de masones Excelsior en la ciudad de Buenos Aires.

    "A fines de 1806, unos 2000 comerciantes y aventureros británicos, alentados por la noticia de que Beresford había capturado Buenos Aires, partieron rumbo al Río de la Plata acompañando la expedición de refuerzo de Samuel Auchmuty. Al llegar se enteraron de que la ciudad había sido reconquistada por sus habitantes, y en enero de 1807 fueron testigos del sitio y toma de Montevideo por las tropas de Auchmuty. Mientras esperaban la llegada del general Whitelocke para pasar a Bs. As., los comerciantes inundaron la plaza montevideana con mercaderías de todos los gustos y colores. Como sabemos, Whitelocke llegó en mayo, invadió Buenos Aires a fines de junio pero fue vencido en pocos días, y en septiembre los últimos británicos abandonaron Montevideo. A pesar del fracaso final de la expedición, los comerciantes habían logrado ingresar alguna mercadería en Buenos Aires, y en tanto que algunos volvieron a Gran Bretaña para traer nuevos cargamentos, otros, con o sin mercadería, se quedaron esperando una nueva oportunidad en las costas brasileñas. Y la oportunidad llegó a principios de 1808 con la mudanza de la corte portuguesa de Braganza a Brasil." (1)

    Firmado el tratado de alianza con España en 1/1809, Inglaterra fue obteniendo autorizaciones para descargar mercaderías en puertos hispanoamericanos. Así comenzó a legalizarse el contrabando existente. En 7/1809 el virrey Santiago de Liniers fue reemplazado por Baltasar Hidalgo de Cisneros.

    La petición de los comerciantes John Dillon y John Thwaites, que pretendían descargar mercadería de la corbeta mercante Speedwell, dio lugar a un debate que terminó en el decreto del 6/11/1809 destinado a la apertura temporaria del comercio para países aliados con la condición de que las mercaderías se vendieran por medio de consignatarios españoles y que los comerciantes sólo podían permanecer 40 días para descargar. Thwaites y Dillon ingresaron su mercadería al igual que 17 buques mercantes ingleses que esperaban en la rada exterior del puerto de Buenos Aires.

    Luego de la descarga los comerciantes británicos se negaron a volver a sus embarcaciones. El 18/12/1809 unos cincuenta de ellos fueron intimidados a abandonar la ciudad bajo apercibimiento de prisión. Cinco días antes que venciera el plazo para embarcarse, un comité de diez comerciantes encabezados por Alexander Mackinnon, presentó una carta al comandante de la nave de guerra H.M.S. Lightning, apostada en balizas, pidiéndole que intercediera ante Cisneros para obtener una prórroga de aquel plazo. Los firmantes eran: Alexander Mackinnon, Thomas Crockett, Edward Hill, James Ritchie, James Barton, John Smedley, William Dunn, George Dickson, Frederick Dowling y J. Rattray. La presión de los comandantes navales surtió efecto y el Virrey aceptó dilatar por cuatro meses el vencimiento hasta el 18/4/1810.

    Mackinnon informó de la situación al ministro George Canning y a Lord Strangford, embajador inglés en Río de Janeiro. El día 10/4/1810 el nuevo Comitee of British Merchants integrado por Alexander Mackinnon, Carleton Allsopp, Robert Staples, John Smedley y Thomas Crocket, volvió a pedir ayuda a los comandantes navales quienes obtuvieron que Cisneros postergara el vencimiento un mes más.

    El día 17/5/1810 llegó al puerto una fragata denominada "Juan París", procedente de Gibraltar, portando periódicos londinenses que informaban el derrumbe de las defensas del pueblo español frente a los avances franceses. En esa semana el Virrey quedó desplazado por la Junta Provisoria Gubernativa. Así llegamos al 25 de mayo de 1810.

    En 9/9/1810 Alexander Mackinnon logró imponer la firma de un documento que condenaba la actitud del comodoro Robert Elliot, Jefe de la estación naval británica en el Plata, de respetar el bloqueo del puerto de Buenos Aires impuesto por las autoridades de Montevideo. Fue personalmente a Río de Janeiro a conferenciar con Lord Strangford y volvió con una carta de éste para la Junta asegurándole que Elliot no tenía instrucción alguna para secundar el bloqueo dispuesto por Montevideo.

    A los pocos meses este grupo de comerciantes fundó la primera institución de la comunidad británica en Buenos Aires. Los British Commercial Rooms o Sala Comercial Británica, ubicada en la posada Doña Clara (Mary Clark) en la barranca (actualmente, calle 25 de Mayo entre Bartolomé Mitre y Perón) a cuadra y media del Fuerte de Buenos Aires. Sirvió durante 20 años de punto de reunión de comerciantes británicos, capitanes de barcos mercantes y comodoros de buques de guerra. Allí se armaban los negocios y se contaba con varios catalejos para observar desde la azotea la llegada de los barcos y recibir noticias trasmitidas desde ellos por medio de banderas.

    Debe notarse que los comerciantes Dillon, Thwaites, Staples, Allsopp, Dunn, Barton, Dickson, y otros como John Parish Robertson, James Brittain, Samuel Winter, Daniel Mackinlay, John Appleyard, James Paroissien y Thomas Gowland, llegaron por primera vez al Plata en 1807 con las Invasiones Inglesas acompañando las expediciones armadas. Es decir, que venían con todas las intenciones de avasallar el comercio argentino respaldados por fuerzas militares británicas.


    La muerte de Mariano Moreno

    El Dr. Mariano Moreno murió envenenado a bordo de la fragata de comercio británica "La Fama". El capitán George Stephenson le administró una sobredosis de emético (cuatro gramos de antimonio tartarizado) en un vaso de agua una tarde que lo halló solo y postrado en su gabinete. Quedando en duda si fue mayor la cantidad de aquella droga u otra substancia corrosiva la que se le administró, no habiendo las circunstancias permitido la autopsia cadavérica. El cuerpo de Mariano Moreno fue arrojado al mar. (2)

    Mariano Moreno viajó a Europa en carácter de Secretario de Gobierno y Guerra a fin de afirmar la alianza con Inglaterra, porque existía un interés recíproco contra la usurpación y miras hostiles de Francia. Fue Moreno quien solicitó ser enviado a Inglaterra.

    El 24/1/1811 partió en la escuna de guerra británica Mistletoe a cargo del capitán Ramsay hacia el puerto de la Ensenada, distante a unos 50 km de Buenos Aires. Allí trasbordó a "La Fama".

    Su misión más importante e inmediata era concretar una operación de compra de armas acordada entre Cornelio Saavedra, Presidente de la Junta Provisoria Gubernativa y el general Charles François Dumouriez, mercenario francés al servicio de Inglaterra, con el conocimiento de Lord Strangford y el Marqués de Wellington.

    Se recuerda que antes de su trasbordo a La Fama, el Dr. Moreno le obsequió a Ramsay y cuatro oficiales británicos, medallas de oro con la imagen de Fernando Séptimo.

    Los envíos de armas que iba a supervisar Moreno no eran para pelear contra los españoles sino para suplir la falta de material bélico, ya que Buenos Aires se hallaba en estado de indefensión desde 1808.

    Hubiera sido sumamente molesto que una persona de la talla moral del doctor Mariano Moreno controlara esos armamentos, que en la mentalidad de Dumouriez y otros implicados, estaban destinados a provocar la guerra entre criollos y españoles. Por esa razón los ingleses quitaron del medio a Moreno para que no entorpeciera sus planes. El Secretario de la Junta fue envenenado por un capitán inglés.


    Los negocios de la guerra

    Hacia 1814 las ventas de material bélico dejaron de ser un secreto en el Río de la Plata. El traficante John Parish Robertson (3) recorría nuestros ríos a bordo de su barco "La Inglesita" inflamando la cuenca del Plata con armamentos, municiones y todo tipo de pertrechos. Actitud que le valió ser expulsado del Paraguay en 1815.

    El inescrupuloso Parish Robertson rompió con todos los códigos y usanzas comerciales de la época. Fue descubierto en una operación de reclutamiento de combatientes paraguayos a cambio de armamento inglés. Lo hizo a espaldas del gobierno del Paraguay, invocando el nombre del general Alvear, en detrimento del caudillo oriental Artigas. Para ello contó con la protección del Jefe de las fuerzas inglesas estacionadas en el Río de la Plata, capitán Percy.

    John Parish Robertson resultó ser un personaje nefasto para las finanzas criollas. Fue el gestor principal en 1824 del famoso empréstito de 1.000.000 de libras esterlinas de la Casa Baring Brothers que hipotecó el futuro de todos los argentinos.

    Los hermanos John y William Parish Robertson pertenecían a una familia acomodada de Edimburgo, hijos de un funcionario del Banco de Escocia. Una parte importante del empréstito se diluyó en gastos militares para la Guerra Argentino-Brasileña (1825-1828), de la que fueron proveedores de equipamiento bélico los mismos comerciantes británicos.

    Otro personaje de importante actuación en esta operación financiera fue James Brittain, uno de los comerciantes más poderosos durante la época de Rivadavia. Llegó a ser un gran hacendado en la provincia de Entre Ríos frente al río Paraná Guazú. Según el cronista William Mac Cann, Brittain llegó a poseer en 1847: "la mayor extensión de tierras pertenecientes a un súbdito británico en esta parte del mundo", con 200 leguas cuadradas de terreno y puerto fluvial.

    La Revolución de 1810 y la Guerra de la Independencia argentina significó para Gran Bretaña la toma o el dominio del floreciente mercado del Plata, además de un excelente negocio de material bélico para su industria.


    MGB 2016 - Año del Bicentenario de la Independencia Argentina.




    _______________________________________

    Fuente:

    La trastienda de la Revolución. Buenos Aires 1810-1816. | La Gaceta
    Última edición por Mexispano; 10/07/2016 a las 01:31

  9. #9
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Ahora mismo en los festejos por el Bicentenario en Buenos Aires.







    https://www.facebook.com/CLAMOR.X/ph...type=3&theater

  10. #10
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Un nuevo libro que analiza la postura realista de Jujuy durante la Revolución de Mayo.










    https://www.facebook.com/CLAMOR.X/ph...type=3&theater

  11. #11
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?


  12. #12
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Ayer en le Teatro Colón de Buenos Aires, en la gala del bicentenario.






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  13. #13
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Patricio Lons,en Radio Splendid, La Otra Historia de la Independencia de América.


    Publicado el 8 jul. 2016


    "!LO QUE PERDIMOS Y GANAMOS CON LA INDEPENDENCIA DE ESPAÑA!" La otra cara del Congreso de Tucumán de 1816

    Por AM 990 Splendid con Patricio Lons








    https://www.youtube.com/watch?v=R99S...ature=youtu.be

  14. #14
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    Re: San Martín & Bolívar: ¿Vendepatrias?

    Conspiración del imperio británico impidió consolidación de la Gran Colombia

    Por Aurelio Gil Beroes







    Caracas, 18 Abr. AVN (Por Aurelio Gil Beroes) .- La posibilidad de que la Gran Colombia, después de 1830, se afirmara como plan geopolítico independiente en el norte de Sudamérica, tal como lo soñaron Francisco de Miranda y el Libertador Simón Bolívar, fue truncada por una conspiración del imperio británico, que vio en ese proyecto un potencial peligro para sus intereses políticos y económicos en el Caribe.

    Así lo sostiene el jurista e investigador Fermín Toro Jiménez, en su libro Historia diplomática de Venezuela 1810-1830.

    En entrevista con AVN, que giró en torno a la significación histórica del 19 de Abril de 1810, el autor plantea una interesante hipótesis que da un vuelco a las tesis históricas que la precedieron sobre el origen y el destino final de aquel proyecto.



    La historia


    El hecho tiene su origen en el 19 de Abril de 1810, cuando los venezolanos independentistas más esclarecidos de aquel tiempo aprovechan la invasión de los ejércitos napoleónicos a España, ocurrida en 1808, y la abdicación del Rey Carlos IV y de su heredero, Fernando VII, para nombrar una junta de autogobierno que, con el pretexto de defender los derechos del usurpado reino de España, en realidad se hace del gobierno de la, para aquel entonces, Capitanía General de Venezuela.



    La acción de la Junta de Caracas

    Desde un principio los patriotas caraqueños tuvieron muy claro lo que debían y tenían que hacer.

    Lo primero que hace la Suprema Junta defensora de los derechos de Fernando VII es tomar el control de los cuerpos militares acantonados en Caracas y asegurar la lealtad de las fuerzas armadas, designando mandos comprometidos con la causa independentista.

    Días después, el 25 de abril, designa la Junta Suprema de Gobierno de Caracas, como habrá de llamarse en adelante, integrada por 23 personas, entre quienes figuran José Cortés de Madariaga, Lino de Clemente, José Félix Ribas, Francisco Javier de Ustáriz, Juan Germán Roscio, Feliciano Palacios y Juan Pablo Ayala.

    Nótese en este cambio de nombre que desaparece el motivo inicial: ”defensora de los derechos de Fernando VII”.

    Una vez nombrada la Junta Suprema de Gobierno, ésta procura el apoyo del resto de provincias del país, y envía emisarios para exponer las razones de la decisión adoptada.

    La iniciativa recoge la adhesión de Cumaná y Barcelona, el 27 de abril, de Barinas el 5 de mayo, Margarita el 4 de mayo, Mérida el 16 de septiembre y Trujillo el 9 de octubre.

    Guayana apoyó el 11 de mayo, pero el 3 de junio reconoce la autoridad del Consejo de Regencia de España.



    Misiones al exterior

    Con el mismo objetivo son enviadas varias misiones al exterior. A Inglaterra fueron comisionados Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés Bello, quienes en Londres son recibidos por el Generalísimo Francisco de Miranda, en cuya casa son hospedados.

    Desde los mismos acontecimientos de 1808, en España, Miranda, mediante cartas, incita a los patriotas de las principales capitales de Iberoamérica a designar juntas de autogobierno y librarse de España.

    A Estados Unidos van comisionados Juan Vicente Bolívar, José Rafael Revenga y Telésforo Orea, mientras que a Jamaica y Curazao marchan Vicente Salias, Mariano Montilla y José Cortés de Madariaga, y a Trinidad, Casiano de Medranda.



    Opciones históricas

    En torno a la significación histórica de la fecha bicentenaria, Toro Jiménez expresa que justo el 19 de abril comienza el dilema fundamental de la independencia para Venezuela.

    En su criterio, dos posibilidades se abrieron ante los independentistas venezolanos.

    “La primera -dice- era recurrir al imperio inglés en busca de respaldo para la lucha contra los españoles, objetivo al que respondió la misión diplomática integrada por Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez que viajó a Londres”.

    Refiere que Inglaterra, para ese entonces imperio triunfante, era dueña de los mares, pues había destruido a la armada española en la batalla de Trafalgar, en 1805.

    “La otra opción, que evidentemente era mirandina y que después Bolívar recoge y transforma en una realidad, era establecer una alianza con los patriotas neogranadinos; contar con nuestros propios recursos y unirnos en una gran confederación para enfrentar al enemigo español".

    "Es decir, el núcleo de lo que después fue la República de Colombia, que fue lo que nos hizo a nosotros no sólo poderosos, sino un peligro para el imperio británico en 1830, y que es lo que llevó a Bolívar y al pueblo venezolano, neogranadino, ecuatoriano y panameño en la lucha independentista a asegurar las fronteras en Ecuador y con Costa Rica, en el norte, que es hasta donde llegaba Colombia”.

    Y sostiene enfático: “Esto fue un proyecto de Estado serio, de dimensiones extraordinarias, creado por una fuerza de unificación, de integración latinoamericana, que consumió el sueño y el empeño del Libertador Bolívar y de nuestra élite militar”.

    Sin embargo, explica que en los libros de historia la República de Colombia, “ésta de la que estamos hablando”, es tratada como una simple quimera, una idea que nunca cristalizó ni existió, “y lo dicen historiadores tanto de izquierda como de derecha”.



    Del mito a la realidad

    Señala que el análisis de la separación de Venezuela de la Gran Colombia debe pasar del mito a la realidad.

    “Es necesaria una investigación histórica, a fondo, que confirme la siguiente hipótesis: la República de Colombia como Estado en sí mismo, en todo el norte de la América del Sur, que iba desde el Esequibo en el oriente hasta el Guayaquil, en el Pacífico, y hasta Costa Rica en el norte, era un gigante potencial para el futuro, como Estado, y se constituía en un peligro y una amenaza para las colonias británicas del Caribe, que eran colonias esclavistas, garantía del desarrollo de la revolución industrial en Inglaterra; el impulso de la locomotora inglesa del capitalismo”.

    “Esto, en consecuencia, le garantizaba a Inglaterra el poder para seguir ampliando sus dominios”, apunta.



    Rasgos de Colombia

    Nuestro entrevistado señala que “Colombia existió desde 1810 hasta 1830, tuvo un gobierno que se instaló sobre la estructura del virreinato de la Nueva Granada y fue una República gobernada por una élite cívico militar, más militar que por civiles, porque la mayoría de estos murió durante la guerra de independencia”.

    “Esa República fue una especie de injerto militar venezolano que Bolívar distribuyó muy hábilmente para obtener el control de la unidad”.

    "Colombia tenía, además, el ejército más aguerrido del mundo para el momento, formado por 25 mil hombres que habían llegado casi hasta Argentina, y era una república liberal, en capacidad de movilizar su potencial agrícola, a pesar de los daños de la guerra; sus minas de oro y plata y la pujante industria manufacturera de la zona de El Socorro, en la frontera con Venezuela”.

    El autor añade otro valor a Colombia como República: “Era una República antiesclavista, que proclamó la libertad de los esclavos en el año 1816, y evidentemente era un peligro ideológico y político para las colonias inglesas del Caribe”.



    Estaticidio

    El autor sostiene que la desaparición de la Gran Colombia después de 1830 fue un “estaticidio” (asesinato de un Estado) cometido por el imperio británico.

    Los documentos ingleses prueban que fue una conspiración y la ejecución del plan le fue encomendada a un oficial inglés, de apellido Flemming, comandante de la estación naval de Inglaterra en Jamaica, que venía de haber ejercido ese cargo en la estación de Gibraltar.

    La operación fue financiada a través del gobernador inglés en Trinidad y en ella tuvo un papel relevante la esposa del comandante Flemming, una mujer andaluza, bella y hábil, que se podía comunicar con los venezolanos y neogranadinos.

    Esta disolución de Colombia -indica el autor- no hubiese sido posible si para la época (1830) en Venezuela no hubiera existido una nueva clase dominante de comerciantes con rasgos oligárquicos en los principales puertos del país.


    _______________________________________

    Fuente:

    Conspiración del imperio británico impidió consolidación de la Gran Colombia | AVN
    Última edición por Mexispano; 11/07/2016 a las 03:28

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