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Tema: ¿La independencia Peruana una imposición foránea?

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    ¿La independencia Peruana una imposición foránea?

    “La historia es un dato de la realidad. No se puede decir no existe, sino que además, el pasado es una dimensión temporal que no está separada del presente. Ambos están conectados y en ocasiones se confunden, se amalgaman y por ello es fundamental escuchar sus ecos”.
    Sin memoria histórica no hay identidad en el presente, porque en la memoria se basa la identidad de los individuos y los pueblos.

    ¿La independencia Peruana una imposición foránea?
    En 1972 los historiadores Heraclio Bonilla y Karen Spalding, al publicar el trabajo tan original “La Independencia en el Perú : Las palabras y los hechos” en la obra colectiva publicada por el Instituto de Estudios Peruanos “ La Independencia en el Perú” (Lima: I.E.P ediciones, 1972), que presenta trabajos tanto o más novedosos y trascendentes como los de Pierre Chaunu, Tulio Halperin Donghi, E. J. Hobsbawm y Pierre Vilar) , causaron una gran conmoción en el ámbito intelectual vinculado al campo histórico al sostener que el proceso de la “Separación del Virreynato del Perú del Reino de Las Españas” fue determinado básicamente por los intereses comerciales y financieros del “reino unido” es decir ingleses, de tal manera que la separación forzada mal llamada independencia no podía ser analizada ni interpretada como un proceso interno, como producto de un largo proceso de lucha por ella, sino que fue “impuesta a los Súbditos Peruanos”, quienes realmente “no la deseaban” porque eran fieles al “Reino” a la “Patria” y a la “Corona” y no deseaban su separación del “Reino de Las Españas”.
    Según esta interpretación los “Súbditos Peruanos” consideraban la fidelidad a la Patria y la Patria era “El Reino de Las Españas”. Esta posición historiográfica analiza críticamente la participación de las “Elites Criollas Peruanas y el Pueblo en general” en el proceso de la independencia hoy llamado de separación y de los inicios de la etapa republicana. En lo medular plantea que la independencia fue concedida a los Súbditos Peruanos por el ejército de San Martin, es decir que tuvo que llegar de afuera pues la “fidelidad del Virreynato del Perú a la Corona era incuestionable”.
    Tratemos, por ahora, de comprender en lo sustancial los argumentos de la posición de Bonilla, Spalding y otros.
    Heraclio Bonilla en el tomo VI de la Historia del Perú publicada por Mejía Baca, al igual que Virgilio Roel, reafirman sus puntos de vista de 1972, aunque como veremos presenta algunos matices.
    Es básico saber que en aquellos tiempos (siglos XVII y comienzos del XIX) el “imperialismo inglés” buscaba expandirse cada vez más, abrir nuevos mercados para su pujante industria, tan necesitada de ellos, Hobsbawm nos dirá que “Inglaterra tenía buenos motivos para favorecer las guerras civiles Hispanoamericanas una de ellas debilitar a su enemigo mayor “Los Hispanos” es decir “El Reino de las Españas” en su conjunto y la zona más débil del “Imperio Español” eran los Virreynatos en América y allí concentraron todo su accionar.
    El “Reino de Las Españas” era poseedor de un vasto “Imperio” y por supuesto los intereses económicos ingleses tenían que ambicionar esos potenciales mercados para su producción manufacturera, cerrador en virtud del monopolio comercial, el cual, como es lógico suponer tenía que beneficiar primero al “Imperio Español” y a los “Virreynatos de Hispanoamerica”, especialmente a “Lima”, pero como señala muy bien Nelson Manrique, “perjudicaba fuertemente a las burguesías de los dominios del interior y de la vertiente oriental de los Virreynatos, esto explica porqué era tan bien recibido el contrabando inglés por la costa Atlántica.
    Si, como se ha afirmado, cierto sector de nuestro grupo comercial se beneficiaba con el monopolio, en cambio las pujantes burguesías comerciales del litoral Atlántico tenían mucho que perder con el mantenimiento del orden “Imperial” o colonial y en cambio tenían todo por ganar con una separación o independencia.
    Es innegable que las reformas político administrativas y económicas llevadas a cabo por “dinastía borbónica” sobre todo las de 1776-1778 (cancelación definitiva del monopolio comercial) significaron un golpe mortal para la economía del “Virreynato del Perú” y muy especialmente Limense , porque entregar el Potosí a la jurisdicción del Virreynato del Río de la Plata (que se había creado en 1776 desmembrándolo del Virreynato del Perú) destruyó el circuito comercial que, atravesando la sierra central y sur Peruana, unía Lima, Potosí y Buenos Aires.
    Es incuestionable, como bien lo han precisado no sólo Bonilla y Spalding sino también Virgilio Roel, que la Aristocracia Criolla Peruana se adhirió al fidelismo. El Virrey Don José Fernando de Abascal y Sousa I Marques de la Concordia Española en el Perú, es innegable el “prior del fidelismo Hispanoamericano” pudo actuar eficazmente contra los movimientos separatistas Hispanoamericanos no sólo gracias a su innegable gran habilidad, sino porque teniendo el poder político éste era realmente un poder político efectivo porque contaba con el poder militar y financiero toda vez que dichos poderes se encontraban en manos de los “Súbditos Criollos Peruanos”, los cuales integraban los cuadros de mando del “Glorioso Ejercito Real del Perú” como nos lo recuerda Virgilio Roel las tropas del Alto Perú estaban comandas por dos “Criollos Peruanos” Don José Manuel de Goyeneche y Barreda I Conde de Guaqui y Grande de España y Don Pio Tristán y Moscoso. Algo más, el “Regimiento de Voluntarios Distinguidos de la Concordia Española del Perú” organizado por Don José Fernando de Abascal y Sousa I Marques de la Concordia Española en el Perú en 1811 fue financiado por los grandes comerciantes de Lima y su cuadro de oficiales estuvo integrado por los más destacados miembros de la “Aristocracia Limeña”. Tal es la importancia de este Regimiento en su lucha contra el proceso separatista Hispanoamericano, que a Don Fernando de Abascal se le otorgó el título nada menos que de “Marqués de la Concordia”. Pero no fue el único Regimiento financiado e integrado por los “Súbditos Criollos Peruanos”, es también el caso de los “Dragones de Carabayllo”. Todo esto permite concluir a Roel que “si bien el Virrey tenía el poder político, el poder militar efectivo estuvo en manos de la fidelísima “Aristocracia Criolla Peruana”, principalmente en Lima, Arequipa y Trujillo.
    Aquí os dejo algunos puntos sueltos que son necesarios tomar en cuenta:
    1-Los historiadores mencionados ya no denominan “lucha por la independencia” como era costumbre a estas guerras hoy las denominan “Lucha por la separación” y/o “Lucha por la soberanía”, este cambio de términos nos indica que luego del chauvinismo patriótico de los primeros años de la república, nuestros historiadores se van sincerando en el relato de estos hechos históricos.
    2-La “Nobleza Criolla Peruana” se dividió en dos bandos los “Fidelistas al Reino de Las Españas” y “Los Independentistas con fidelidad a la Corona”, ante este hecho Bolívar comenzó una represión brutal que obligo a muchas familias Peruanas a buscar refugio en la Península y las que se quedaron se alinearon con la idea de separación con soberanía para evitar mayores penurias a sus familias y al pueblos en general.
    3-“El Reyno del Perú” nació el 20 de Noviembre de 1542 bajo la Dinastía de la “Casa de Austria de Los Hasburgos” era la Monarquía Hispánica y fue considerado como el “Reyno predilecto” fueron 158 años de trato preferente al “Reyno Castellano de Indias” con igualdad de derechos de sus súbditos y reconocimiento de “La Nobleza de Sangre” de los Nobles Incaicos, Chimo, Sachapuyos, Etc.; en 1700 llega la Dinastía de “Los Borbones” y comienzan a desmembrar el “Reyno del Perú” primero en 1717 creado el “Virreynato de Nueva Granada” y luego en 1777 el “Virreynato del Rio de la Plata” y luego disolviendo el “Reyno Castellano de Indias” para convertir en Provincias de Ultramar a los “Ex Reynos”, esto sin duda creó un resentimiento en “Las Noblezas de Sangre” y “Súbditos Criollos ”existentes en el “Perú” que fue calmada por “El Virrey Don José Fernando de Abascal y Sousa I Marques de la Concordia Española en el Perú” quien supo poner todo en orden dentro del caos existente despues de la expulsión de los invasores franceses.
    4-Como podremos apreciarse no es tan simplista el problema sobre las características que tuvo el proceso “Separatista Peruano”. Que hubo un sector social (grupo de personas de innegable poder económico) que no deseaba la “Separación” por “Fidelidad a la Corona” yporque consideraban que no le convenían al “Virreynato del Perú” y a sus intereses y de grupo, nadie lo ha negado, mucho menos después de análisis tan lúcidos como los de Bonilla, Spalding, Roel, entre otros. Pero el problema es más complejo de lo que algunos pretenden presentarlo, desconociendo todos los aportes que se han hecho justamente después de presentada y fundamentada la tesis de Bonilla. Sobre todo teniendo en cuenta que el propio Heraclio Bonilla escribiera lo siguiente: "Que fuera necesario que fuerzas externas “Rio Platenses” y “Gran Colombianas” nos invadieran para “Separar al Virreynato del Perú del “Reino de Las España”, pues sabían muy bien San Martin y Bolívar que desde “El Fidelísimo Virreynato del Perú” una vez recuperado e implementado iban salir las expediciones para sofocar a los rebeldes de la gran colombia y de las provincias unidas de la plata, como lo hizo años atrás El Virrey Don José Fernando de Abascal y Sousa I Marques de la Concordia Española en el Perú” conjuntamente con loa Peruanos.
    5- Las reformas “Borbónicas” favorecieron irónicamente más a Buenos Aires que a Lima.
    6-Es exagerado afirmar que el “Pueblo Peruano” fue siempre partidario de la independencia. ¿A quiénes nos referimos como pueblo o pueblo llano? Obviamente a todos aquellos que no pertenecían al sector “Criollo o Peninsular”. Pero es inexacto afirmar que todos ellos estuvieron por la “separación o independencia”, aunque sus intereses se vieran favorecidos por ella. Porque aquí entra el problema de conciencia de clase y de la distorsión de aquello que realmente conviene en función a la ideología predominante en una sociedad en un momento dado. Es por ello que no podemos sostener que en “todo el pueblo” se formó una conciencia “separatista o independentista”, porque si no cómo explicar, por ejemplo, la lucha de indios contra indios incluso en los movimientos indígenas. Acaso no sabemos de tantos Caciques que estuvieron al lado del “Reino de Las Españas” que era igual a “Perú” en la lucha contra el movimiento de Túpac Amaru II. Y de estos Caciques no se puede decir que fueron arrastrados a dicha lucha, contra su voluntad. Estos Caciques iban con su propia gente, es decir con indios a defender al “Reino que es lo mismo que Patria”. Esta participación de indios y mestizos en ambos bandos es por todos conocidos, como la resistencia a la separación de José Antonio Navala Huachaca a la república liberal hasta 1838 así lo demuestra.
    7-El movimiento insurgente Hispanoamericano en general del siglo XVIII y comienzos del XIX está inmerso dentro de lo que hoy se suele analizar como una gran revolución que agitó a todo el mundo occidental y que incluso rebasó hacia el oriental, y que significó el inicio del punto climático de la burguesía. Es necesario no perder este marco para no caer en una visión demasiado provincial, en la que se deja de ver sus relaciones con el resto del mundo.
    Todo esto nos habla de que la generalización de la existencia de un grupo “Criollo Peruano Homogéneo”, totalmente cerrado en defensa del “Reino de Las Españas”de sus intereses de clase y por lo tanto opuesto a la “Separación”, no es del todo cierto y presenta matices que las últimas investigaciones han puesto de realce. Jorge Bracamonte ha puesto énfasis en la existencia de un proyecto “Aristocrático de la Elite Criolla Peruana”, que según el citado estudioso, no fue en realidad un programa que pudiera vislumbrarse a través de ciertos principios doctrinarios, sino fundamentalmente una actitud pragmática de ejercicio del poder, muy propia de quienes nunca fueron totalmente ajenos a él. Esta cercanía al poder -de los representantes Criollos más notables- es lo que permitió definir los rasgos autoritarios y centralista del proyecto (J. Bracamonte) Lo cierto es que “este proyecto Aristocrático no apostó por la separación” y no convencida de los beneficios que podían obtener con la ruptura, apostarían todas sus esperanzas en la vigencia plena de la “Constitución de Cádiz”, a diferencia de otras Elites Criollas Hispanoamericanas que sí apostaron por la separación.
    Otro aspecto importante del proyecto Aristócrata Peruano es no sólo el nuevo descubrimiento del espacio geográfico y de sus potencialidades para el desarrollo económico, sino que estimuló una nueva aproximación al poblador andino con la finalidad de integrarlo y a un proyecto común. Pablo Macera en su estudio del proceso de la formación de la conciencia nacional, señaló la recuperación del indio en el discurso fundamentalmente “Criollo Peruano” a fines del siglo XVIII, enfatizando que el segregacionismo puede apreciarse en el grupo del Mercurio Peruano. Por eso Macera habla de un “Nacionalismo Criollo” y no de un “Nacionalismo Peruano”.

    Nuevos análisis matizan estas concepciones, señalándose que los “Súbditos Criollos Peruanos” se enfrentaban doctrinariamente frente al problema de que los “Europeos creían en su superioridad frente a los Americanos (Criollos)”. Esto lleva a Unanue a plantear el tema de "Lo Peruano". En 1796 Unanue señalaba que el “Reino del Perú” se componía de tres naciones primarias: Españoles y Españoles Criollos, indios y negros En Unanue vemos, nos dice Bracamonte, como fue la historia el recurso que permitió recuperar un pasado utópico para el indígena, al mismo tiempo que permitió para los “Súbditos Españoles Criollos” la creación de una matriz histórica de la cual carecía. De esa manera la historia devino en un mecanismo integrador de blancos e indios, que a partir de ese momento podían encontrar en el pasado histórico inca un lugar común de referencias, al mismo tiempo que les permitiría - hacia delante - reconocerse parte de proyectos comunes".
    Es importantísimo tener en cuenta que tuvieron que venir las dos expediciones militares foráneas para separar a la fuerza al “Virreynato del Perú” del “Reino de las Españas”, es un hecho que tampoco puede minimizarse. Lo que tiene que hacerse es explicar por qué se hizo necesaria dichas expediciones. ¿Por qué el Perú no quería, como otras regiones de Hispanoamérica, su separación? La respuesta a esta interrogante ya ha sido dada por diversos historiadores, los cuales han señalado varios factores que son evidentes.
    En primer lugar no está de más señalar la presencia del denominado "Prior del convento colonial Americano" el Virrey Don Fernando de Abascal, quien contó con un poder político real, porque los “Súbditos Criollos Peruanos y Peninsulares” tenían en sus manos el poder económico y con ellos contó el Virrey Don Fernando de Abascal.
    El Virreinato Peruano con las reformas Borbónicas había cedido campo en lo económico, pero seguía siendo en lo “político el centro del poder del Reino de Las Españas”, debido a que poseía una concentración de fuerzas militares como “El Glorioso Ejercito Real del Perú” que se desconocía en las otras regiones Hispanoamericanas y ello le permitió, no sólo actuar dentro de su jurisdicción, sino de traspasar fronteras y combatir la insurgencia en Chuquisaca, La Paz, Quito y Chile, además de impedir el avance de las fuerzas bonaerenses por el Alto Perú. Y de ello se dio cuenta San Martín, quien consideró que para asegurar la insurgencia de las provincias unidas de la plata era necesario pasar primero a Chile (es decir no insistir por el Alto Perú) y colaborar con los chilenos para alcanzar su independencia (Pierre Chaunu escribe: "El movimiento separatista finalmente vence en Chile, pero con ayuda extranjera: las tropas rioplatenses de San Martín"), y luego pasar al "Virreynato del Perú” y tratar de lograr su independencia, pero contrario a chile no encontró el apoyo de los “Súbditos Peruanos”. Ya en “Lima” incluso buscará la ayuda de Bolívar, tratando de unir fuerzas para terminar con los “Fidelismo Realista Peruano”, lo cual demuestra que las “fuerzas Realistas Peruanas” eran numerosas y muy bien preparadas. Venir al “Virreynato del Perú” no era un gesto de altruismo, de fraternidad, de san martin, sino una necesidad, porque mientras el “Virreynato del Perú” no fuese separado del “Reino de Las Españas” al cual pertenecía, las mal llamadas independencias de cualquier región Hispanoamericana peligraban.
    8-Existe otro factor que no por poco señalado debe ser desdeñado. Es el referente al altísimo porcentaje de “Súbditos Peninsulares” que residían en Lima, Arequipa y Trujillo es decir en el corazón del Virreynato; grupo éste, como es obvio comprender, eminentemente hostil al movimiento separatista. En ningún otro lugar fuera del “Reino de las Españas” residían más Súbditos Españoles que en el “Virreynato del Perú”. Esto significó que los pocos criollos separatistas tuvieron que hacer frente a un poderoso grupo de “Súbditos Peninsular y Súbditos Criollos Peruanos” fieles a la “Corona y al Reino”, que había formado una Aristocracia y Nobleza que ejercían la dirección del gobierno. Sobre esto ha insistido mucho Carlos Neuhaus Rizo Patrón en su "Reflexiones sobre la emancipación Peruana". Su libro tan interesante merece un análisis cuidadoso y resulta extraño que a veces ni siquiera es citado por estudiosos de esta problemática.
    El mencionado historiador señala que frente a la población Criolla y Mestiza los Súbditos Españoles representaban en México el 2,2% mientras que en el Alto Perú el 1%, en Chile el 16% y en el Perú el 55%. Como dice Neuhaus Rizo Patrón, al respecto de este aspecto demográfico: "…el “Virreynato del Perú” fue el último de los bastiones del “Reinos de Las Españas” en América porque en síntesis “Lima y el Perú es España”. "…San Martín, a través de sus muchos contertulios y de inmensurables evidencias ha comprobado que, simple y complejamente, “Lima y el Perú es España" Y comprensivamente con relación a actitudes propias del pasado condicionadas por circunstancias fáciles de comprender, añade: "El sentimiento de lealtad hacia la Corona, que puede se errado no es vergonzante, sedimenta un peso muy intenso sobre los espíritu peruanos hacia 1821…."opinaba san martin.
    Si a estos factores demográficos y socioeconómicos añadimos la campaña en contra del ejército libertador y de los posibles agravios que podía ocasionar dentro de la población Limense, comprenderemos actitudes como la de buscar refugios en los conventos ante la inminencia del ingreso del ejército insurgente mal llamado patriota pues no representaba a la “Patria El Reino de Las Españas” en la ciudad capital, así como también la reacción de los habitantes del puerto del Callao por la captura de la fragata La Esmeralda, por obra de la escuadra al mando del ingles Cochrane, los habitantes del Callao el día 6 de noviembre de 1820 mataron a 14 o 16 extranjeros por considerar que la fragata inglesa Hyperion y la angloamericana Macedonia, ambas de guerra, así como todos los navíos surtos en el puerto habían auxiliado a Cochrane. Esto hace que el Brigadier Pezuela afirme que la expedición libertadora era más temida que amada.
    9-Otro aspecto que tiene que tenerse en cuenta y que mencionamos al comienzo de este trabajo es que no podemos desligar la que la separación del “Virreynato del Perú” de el “Reino de Las Españas” y las independencias Hispanoamericanas de los hechos mundiales, especialmente de las consecuencias que produjo la invasión napoleónica a la Península Ibérica y al “Reino de las Españas” , que entre otras cosas significó el establecimiento de un rey foráneo no reconocido por el Pueblo Español e Hispanoamericano , José I, hermano de napoleón, que obligó al pueblo Español al autogobierno a través de “juntas de gobierno”, que evolucionaron a una “Junta Central” y luego a un “Consejo de Regencia” y marca una etapa de liberalismo en el “Reino de Las Españas” y que tiene su punto climático con las “Cortes de Cádiz y con la Constitución de 1812”. Estos hechos repercutieron en Hispanoamérica donde también se formaron “Juntas de Gobierno” algunas de ellas francamente separatistas y a partir de las cuales se inicia realmente la fase explosiva de la independencia Hispanoamericana, mejor dicho de las guerras civiles Hispanoamericanas. Como señala Guillermo Céspedes en su libro "La independencia de Iberoamérica"(Madrid, 1988) frente a la crisis de la “Monarquía Española” sin rey legítimo, en Hispanoamérica se produjo un gran vacío de poder y una verdadera guerra civil que enfrentó a aquellos que él denomina "criollistas", que estimaban que los cabildos podían servir como marco para convocar asambleas suficientemente representativas (aunque por supuesto nunca democráticas) que designasen “ Juntas de Gobierno”, que a ejemplo de las surgidas en la “Península” ejercerían el gobierno. A esta posición se contraponía la tendencia que Céspedes denomina "Peninsularista", partidaria de mantener la estabilidad y el orden y para ellos las autoridades que ejercían los cargos diversos debían seguir gobernando. En caso de vacantes los nombramientos los haría el “Consejo de Regencia”. Virgilio Roel ha señalado que mientras los cabildos de ciudades como Lima, Trujillo y Arequipa decidieron apoyar a la “Causa Realista”, en cambio en el resto del país hubo esfuerzos por formar “Juntas de Gobierno” que apoyasen a los “Liberales Peninsulares”. Estos “Criollos Liberales” deseaban que el artículo 312, capítulo 1°, título 6 de la Constitución de Cádiz se cumpliese, porque dicha norma mandaba que todos los cargos del cabildo debían ser electivos, quedando de esta manera suprimidos los cargos a perpetuidad. Que no se cumpliese este mandato no significa, como nos los dice Virgilio Roel, que no hubiesen gente y cabildos que sí eran representativos y que exigieron el cumplimiento de los dispositivos constitucionales, y que cuando se les cerró el paso legal a sus aspiraciones se insurreccionaron; es este el caso de los insurgentes Cuzqueños de 1814, que capitaneados por los hermanos Angulo llegaron a contar en su campaña con la adhesión de los cabildos de Abancay, Andahuaylas, Huamanga, Huancavelica, Huancayo, Puno y La Paz". (Virgilio Roel,” Conatos, levantamientos, campaña e ideología de la independencia”)
    Como señala G. Céspedes el “Liberalismo Peninsular” en cierta forma exacerbó el “Liberalismo Hispanoamericano”.
    Pero el sector de “Súbditos Criollos Hispanoamericanos”, especialmente los poderosos económicamente, y por supuesto los “Súbditos Peninsulares”, tanto de los Virreynatos del Perú como de México “se mostrarían contrarios a ese separatismo” y convirtieron a estos territorios en “defensores del fidelismo” y en el caso Peruano se utilizó el poderío militar para combatir los movimientos autonomistas de las juntas que se formaron en 1809 y 1810.
    Por ello resultó más difícil en el territorio del “Virreinato Peruano” luchar por la separación. Ya hemos dicho que todos los pocos movimientos separatistas que surgieron encontraron una tenaz oposición y por ello fracasaron.
    Muy ilustrativos sobre la situación del Virreinato Peruano a comienzos del siglo XIX y sobre las diversas actitudes de los grupos sociales con relación a la situación del “Reino de Las Españas” son los datos que se aprecian en la comunicación de Virrey Pezuela de fecha 5 de noviembre de 1818 y que transcribe Virgilio Roel. En esa comunicación leemos: "Las ocho provincias que desde el Desaguadero a Guayaquil forman este Virreinato están quietas y conformes al parecer en su presente sumisión al Rey y a las legítimas autoridades; pero no tanto, que pueda tenerse, ni se tenga una completa confianza, de que no son susceptibles de novedad. No son pocos en cada uno de ellas los hombres conocidos por infidentes, a cuyo extrañamiento no puedo proceder, sea porque tal vez no pueda justificarles sus delitos, quedarían estos muy disminuidos de sus habitantes; pero la permanencia de tales hombres debe ocupar la vigilancia de los Gobernadores, porque no perderían la ocasión de perturbar la paz, si se les presentase". (10) Eduardo García del Real, en su biografía de San Martín (Barcelona, 1984) señala que el 25 de octubre de 1820 el virrey Pezuela explicaba al Gobierno Español las circunstancias que le habían conducido al armisticio de Pisco y a la conferencia de Miraflores. Si bien es cierto que en este informe aseguraba la lealtad de la tropa, sin embargo, y en la misma fecha, en misiva enviada a su hermano residente en Madrid, le hace llegar "sus temores de ver perdido el Perú, a causa del espíritu de la insurrección foránea que se hacía sentir en todo el Virreinato".
    ¿Se puede sostener que poco o nada hicieron los “Súbditos Peruanos” por su separación o independencia?
    No debemos tampoco pasar por alto que en los otros lugares de Hispanoamérica donde nacen las corrientes libertadoras del sur (San Martín) y del norte (Bolívar), hubo un factor importante cual es que restablecido el absolutismo de Fernando VII (1814-1819) tanto los “Patriotas Hispanoamericanos” como los “Liberales Españoles” fueron y se sintieron por iguales víctimas de ese nuevo estado absolutista y es por ello que se establecen relaciones de colaboración entre ambos grupos a través de las llamadas logias, cuyo papel a veces no suele valorarse en su exacta dimensión, un tanto porque no se conocen tanto de ellas por el carácter secreto que tuvieron. Pero es innegable el papel que ellas jugaron. Las logias tuvieron un papel importante ya desde la época de Miranda y adquirirían un rol mucho mayor a partir de la segunda década del siglo XIX, especialmente en aquellas regiones como Argentina, Chile (prácticamente gobernada por la logia Lautariana entre 1817 y 1820), Venezuela y Nueva Granada. Como señala Guillermo Céspedes estas logias "fueron el verdadero partido político de la causa emancipadora, impulsaron y dirigieron eficazmente el desarrollo de ésta y contribuyeron poderosamente a su triunfo." (11) Como se podrá apreciar del problema de la “Separación del Virreynato del Perú e Independencia Hispanoamericana” es bastante complejo, y es por ello que no se debe hacer afirmaciones simplistas y mucho menos inculcar a los jóvenes ideas que no sean de gran objetividad, que propicien el intercambio de ideas, el afán de investigar, la curiosidad por nuevos enfoques, presentando los problemas con todos los matices que ellos poseen, porque de no ser así estamos, probablemente sin quererlo, inmersos en un simplismo anticientífico. Por querer hacer una supuesta "nueva historia" estamos haciendo una nueva historia tradicional, mucho más peligrosa porque pretenden ser verdaderamente renovadora. No debemos olvidar los docentes, de todos los niveles educativos, que tenemos una grave responsabilidad cuando enseñamos, porque lo que los niños, los jóvenes e incluso los adultos saben de la historia es lo que de ella se les enseña en los centros educativos, en los diversos niveles. No olvidemos que el prestigioso historiador francés Marc Ferro ha escrito un libro importantísimo que todo profesor de historia debería leer. Me estoy refiriendo a "Cómo se cuenta la historia a los niños del mundo entero" donde apreciamos como ella es distorsionada. Marc Ferro en este libro escribe: "Independientemente de su vocación científica, la historia ejerce en efecto una doble función, terapéutica y militante. A través del tiempo, el "signo" de esta misión ha cambiado, pero no el sentido…; el cientificismo y la metodología sirven a lo sumo de "taparrabo" a la ideología".(12) Actualmente los estudiosos de la historia verdaderamente serios tienen que estar abiertos a todas las fuentes, a todas las interpretaciones y tratar en lo posible de ser objetivos. Es cierto que esto es algo muy difícil en esta ciencia, de allí que los llamados historiadores cientificistas o partidarios de la cliometría tiendan a recurrir a análisis matemáticos dentro del campo histórico para ganar objetividad; pero por supuesto que no todo el estudio de la historia es susceptible de ese tipo de análisis.

    1 Silva Santisteban "Historia del Perú. Perú Republicano"(Lima: Ediciones BUHO S.A. tercera edición, 1983) páginas 14 - 15,
    2 Bonilla, Heraclio "El Perú entre la independencia y la guerra con Chile" En: Historia del Perú. Perú Republicano, tomo VI de la
    Colección de Juan Mejía Baca, 1981; página 397
    3 Roel Pineda, Virgilio "Conatos, levantamientos, campañas e ideología de la independencia". En: Historia del Perú. Perú Republicano, volumen VI de la colección de Juan Mejía Baca, 1981; página 139
    4 Roel Pineda, Virgilio Obra citada; páginas 139 - 140
    5 Regalado de Hurtado, Liliana "El Inca Titu Cusi Yupanqui y su tiempo. Los Incas de Vilcabamba y los primeros cuarenta años del dominio español" (Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 1997)
    6 Scarlet O’Phelan Godoy refutó los planteamientos de Bonilla y Spalding en un trabajo titulado "El mito de la «independencia concedida»: los programas políticos del siglo XVIII y del temprano XIX en el Perú y Alto Perú (1730 – 1784)". Se ha dedicado, con gran profundidad y enfoques novedosos, a estudiar los movimientos del sur del Perú, incluyendo el Alto Perú. Núria Sala i Vila ha dedicado ya varios trabajos a los movimientos indígenas, tales como sus tesis para licenciatura y doctorado (1985 y 1989, respectivamente) así como una obra reciente "Y se armó el tole tole"[1996]"
    7 Bracamonte, Jorge "La formación del proyecto aristocrático: Hipólito Unanue y el Perú en el ocaso colonial" En: "Crisis colonial, revoluciones indígenas e independencia" de Luis Glave y Jorge Bracamonte. (Lima, 1996; página 31.
    8 Lockart, James "Los de Cajamarca"(Lima, 1986; tomo I, página 137)
    9 Espinoza Soriano, Waldemar "Virreinato Peruano"(Lima, 1997; página105
    10 Roel Pinedo, Virgilio "Conatos, levantamientos, campañas e ideología de la independencia". En "Historia del Perú, Perú Republicano, tomo VI, publicada por Juan Mejía Baca, 1981; página 160
    11 Céspedes, Guillermo "la independencia de Iberoamérica. La lucha por la libertad de los pueblos (Madrid: Ediciones Anaya, 1988 página 109)
    12 Ferro, Marc "Cómo se cuenta la historia a los niños en el mundo entero"(México: F.C.E. 1995 Primera edición, primera reimpresión; página 11)

    REYNO DEL PERU


    Virreynato de Nueva Granada: Panamá, Colombia y Ecuador;
    Capitanía General de Venezuela: Venezuela;
    Virreynato de El Perú: El Perú;
    Virreynato de Río de la Plata: Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay;
    Capitanía General de Chile: Chile y la región de Patagonia.


    Saludos en Xto. Rex et Maria Regina
    Por Deo, Patria, Regimen et Rex
    No se ama lo que no se conoce
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas
    Última edición por Donoso; 11/08/2015 a las 13:32
    Hyeronimus, Ultramar y Limeño dieron el Víctor.

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