Aqui os dejo otro aporte:

Capítulo XVII Parte I
Pérdida de la Alta California
Las causas
Desde 1835, el presidente de los Estados Unidos Andrew Jackson dejó ver cuáles eran sus intenciones respecto al territorio de la Alta
California al solicitarlo en compra al gobierno
mexicano, aunque habrían de transcurrir 11 años




....Se perderá California, pero nuestro honor quedará a salvo. Tenemos poco tiempo; preparen sus caballos, sus lanzas y cuchillos de monte . Detendremos al orgulloso general Kearny a punta de arma blanca....




para que el país del norte se apoderara por la fuerza de esta región. También desde tiempo atrás, la Baja California estaba en la mira de los norteamericanos; pero sus desiertos y soledad eran valladares difíciles de franquear, y los extranjeros lo sabían.
Cuando los Estados Unidos se apoderaron por la fuerza, aunque con relativa facilidad, de la Alta California, tuvieron a su favor situaciones políticas y sociales que se habían ido creando de 1824 a 1840, las cuales se resumen enseguida:
1. El intercambio comercial con extranjeros, sobre todo norteamericanos, era de gran importancia para la economía regional, y se daba sin más condición que los barcos que arribaran a las aguas californianas pagaran en la aduana de Monterrey las exacciones correspondientes al gobierno, lo que le permitía mantener su aparto burocrático. Las principales mercancías que compraban los californianos eran ropa, zapatos y herramientas; y pagaban sobre todo con pieles de res, castor y nutria, carne seca, frutas y otros productos agrícolas.
2. La inmigración de extranjeros por tierra aumentó considerablemente, utilizándose una derivación hacia el sur del camino de Oregon a Vancouver, así como las antiguas rutas del Río Gila y la conocida como “camino viejo español”, por las cuales arribaron en gran número cazadores, tramperos, comerciantes y colonos estadounidenses que procedían del este. El abogado Lansford Hastings , al poco tiempo después de que llegó a California, publicó “Emigrant ́s Guide”, La Guía del Emigrante, que sirvió a 250 norteamericanos en su viaje a California en 1845, y a más de 500 en 1846.
3. La independencia de México y después la caída de Iturbide causaron descontento en los californianos de sangre española y los clericales, por razones que ya se han expuesto.
4. Después de 1833, a pesar de las buenas intenciones del gobernador José Figueroa, que trató de repartir las tierras misionales a indígenas y particulares designados por el gobierno, la mayor parte de los nativos se quedaron sin nada por su ignorancia de la ley o por una tergiversación en su aplicación, pero sí se formaron más de 1 000 ranchos1, muchos de los cuales abarcaban enormes extensiones de tierra y pertenecían a personas de origen extranjero.


5. La secularización de las misiones comenzó en la Alta California hasta 1834, en 1835 se había realizado en 16 de las 21 existentes, y para 1840 en la totalidad, lo que acrecentó las pugnas entre los diversos grupos políticos, aumentando así la crónica debilidad del gobierno.


6. En la Alta California siempre hubo un celo o rivalidad entre las poblaciones del norte y las del sur, y aunque las causas no están claras, en parte pudieran deberse a que en el norte era más fuerte la presencia norteamericana, que se confrontaba racial y culturalmente con los españoles y mestizos del sur.
7. Era frecuente que los gobernadores se vieran obligados a dejar su puesto; por ejemplo, en 1831 fue depuesto y expulsado del territorio el gobernador Manuel Victoria acusado de clerical; ese mismo año, Nicolás Gutiérrez, quien lo había substituido obviamente por representar tendencias opuestas, también fue relevado forzosamente del gobierno; y en 1844 el general Manuel Micheltorena igualmente fue obligado a dejar el puesto por un levantamiento popular, todo lo cual demuestra la fragilidad que caracterizó a los gobiernos de la época.
8. Algunos ranchos de personas simpatizantes de los norteamericanos, que por su extensión y riqueza parecían pequeños estados dentro del territorio californiano, fueron centros de propaganda para su anexión a los Estados Unidos y refugio para las avanzadas extranjeras que fueron llegando a la Alta California.
9. Circulaban por todo el territorio tres rumores inquietantes: que los británicos entablarían negociaciones con el gobierno mexicano para adquirir la Alta California; que los franceses mostraban gran interés por estas tierras; y que la provincia debería independizarse de México.
10. Vivían en esta región unos 800 norteamericanos que no ocultaban la simpatía por su país de origen, aunque fueran ciudadanos mexicanos.
11. El abandono de la Alta California se reflejaba en las graves carencias que padecían los presidios, tanto en el número de soldados como en materiales de guerra.
La historia de John Sutter, uno de los muchos colonos que llegó a la Alta California en busca de fortuna, es interesante porque fue pieza importante que favoreció la penetración y conquista de la provincia por los norteamericanos, además de que muestra no sólo la ambición y audacia de muchos aventureros como él, sino también la capacidad para reconocer las potencialidades del medio y convertirlas en realidades por medio del trabajo y el mantenimiento de buenas relaciones con los demás. Identificándose como ex militar de origen suizo, lo cual es dudoso, Sutter llegó a San Francisco el 2 de julio de 1839 después de haber viajado por los
Estados Unidos, Hawai y las colonias rusas de Alaska, en donde pudo hacer una pequeña fortuna en el mercado de pieles. El comandante del presidio lo despachó a Monterrey para que hiciera el pago correspondiente en la aduana, y Sutter aprovechó la ocasión para pedir al gobernador, Juan Bautista de Alvarado, autorización para establecerse en el Valle Central, cerca del Río Sacramento, la cual obtuvo fácilmente de un gobernante que ya se había dado a conocer al enajenar de un plumazo todas las islas del Océano Pacífico sin mayores problemas.


Por supuesto que Sutter se tuvo que hacer ciudadano mexicano y manifestar su religión católica, lo cual no era un trámite complicado, y junto con varios hawaianos que lo habían acompañado en su viaje y otros seis hombres se embarcaron en tres botes, navegaron varios días por la bahía hasta localizar la desembocadura del río Sacramento, ascendieron hasta donde la corriente del Pluma se incorpora a su caudal, desembarcaron, y cerca de allí empezaron a levantar una casa que tenía el aspecto de un fuerte. Muchos indios y mestizos fueron a trabajar para Sutter, quien se granjeó su amistad por el buen trato y las enseñanzas que les daba, aunque esta opinión no es compartida por todos los historiadores; pronto su propiedad de 8 500 hectáreas se convirtió en un importante centro productor ganadero y agrícola, y el Fuerte Sutter, como se conocía su casa, era escala obligada para los viajeros procedentes del este, que encontraban allí la hospitalidad y el descanso que tanto necesitaban después de prolongadas jornadas por la sierra.

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