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Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Provs. e Islas del Obispd°. de Puerto Rico
Isla de Puerto Rico.
Isla Margarita.
Isla Trinidad.
Prova. de Cumaná.
Prova. de Nueva Barzna.
Prova. de la Vieja Guayana.
Prova. de la Nueva Guayana.
Misnes. de Atures y Maypures.
Misiones del Alto Orinoco y Río Negro.
Descripción de las costas de California - Íñigo Abbad y Lasierra - Google Libros
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Esta diócesis se extiende desde los 18 grados 40 minutos de latitud septentrional lias ta los 4 de latitud meridional. Comprende de Norte á Sur desde la ciudad de Puerto-Rico hasta el rio de las Amazonas, término meridional del Obispado ; de^de el Océano Atlántico que lo ciñe por el Oriente hasta el alto Orinoco, Rio-negro y Casiquiare en que termina por el Occidente, confinando por esta parte y por la del Sur con los vastos desiertos que corren hasta Santa Pé de Bogotá y nuevos establecimientos de los Portugueses sobre el Rio-negro y Amazonas. Por el Oriente están los Franceses de la Cayena junto á la boca del Amazonas y siguiendo la costa del mar hasta úó leguas de las bocas del (>rinoco están establecidos los Holandeses en sus colonias de Esequibo, Berna y Surinam.
En esta vasta extensión se comprenden ademas de la isla de Puerto-Rico las de la Trinidad, Margarita con otras muchas despobladas, las provincias de Cumauá, Nueva Barcelona, Vieja y Nueva Guayana, la Parima ó Guirior hasta el Amazonas y los cuerpos de misión establecidos" en el alto Orinoco hasta San José de los Maravitas que confina con los Portugueses. Cada una de estas provincias tanto por su extensión como por su distancia de la Catedral necesitaba de un Obispo que las visitase y cuidase de las obligaciones de su oficio. La distancia y dificultades de visitarlas y aun de tener noticias de sus subditos son poderosos obstáculos que les imposibilitan velar sobre su conducta y atender al bien espiritual de las ovejas que desde el descubrimiento de la Tierra-firme se fueron agregando (como anexos) al Obispado de Puerto-Rico y prosiguen hasta hoy con las nuevas misiones del Dorado y Casiquiare, no obstante las repetidas representaciones de varios Prelados que han hecho ver la imposibilidad de cuidar de unas ovejas situadas á tan enormes distancias y los irreparables daños que fie esto se siguen al Rey y á sus vasallos por la mala vecindad de tantos extrangeros que los rodean y por la falta de administración del pasto espiritual de que es imposible cuidar en provincias tan distantes; solicitando por estas razones se trasladase la silla de Puerto-Kieo á Tierra-firme á la parte que se estimase convenir, ó que se dividiese el Obispado ; pero hasta hoy prosiguen unidas estas provincias como se dispuso á los principios de la conquista (l).
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Cumaná, 1 Octubre 1741
TESTIMONIO DE LA VISITA PASTORAL DEL OB. PEREZ LOZANO A LA PROVINCIA DE CUMANA E ISLA MARGARITA*
Don Pablo Julián de Ángel y García, presbítero, notario mayor de visita y secretario de cámara y gobierno, certifico, doy fe y verdadero testimonio cómo el Ill.mo y Revd. mo Sr. Maestro Don Francisco Pérez Lozano, del Sagrado Orden de San Basilio Magno, meritísimo obispo de San Juan Bautista de Puerto Rico y de éstos sus anexos, del Consejo de S.M. y su predicador, etc., luego que obtuvo las bulas apostólicas en confirmación del obispado que el Rey, nuestro señor, fue servido conferirle de la ciudad de Puerto Rico, capital de esta diócesis, hizo viaje a la de Santiago de León de Caracas, que lo es del de Venezuela, en donde llegó el día 19 del mes de marzo del año de 1739, y como no hallase allí para su consagración al Ill. mo Sr. Dr. Don José Félix Valverde, su dignísimo obispo, por hallarse internado en las ciudades, villas y lugares de aquel obispado en la expedición de la visita, no obstante la distancia de más de 90 leguas que intermedian de la principal ciudad de Caracas a la del Tocuyo, en la que actualmente residía, de impertransitables caminos, frecuentes lluvias que no dispensaban paso sin la costa y susto de un peligro, pasó a ella, en donde el día 31 de mayo del citado año el enunciado señor obispo de Caracas le confirió el beneficio de la consagración y facultó el ejercicio de los pontificales, y en virtud de ésta administró el santo sacramento de la confirmación de las ciudades del Tocuyo, Barquisimeto, Nueva Valencia, Villa de San Carlos, doctrinas de Turmero, la Victoria y otras doctrinas y misiones, y en la de Caracas, a donde regresó y puerto de La Guaira, a crecido número de almas, y celebró órdenes en las más de ellas, en que fueron promovidos más de 114 ordenantes entre clérigos y religiosos, y otros actos de la dignidad, como fueron consagración de campanas, vasos sagrados y misa pontifical en la Santa Iglesia catedral con asistencia del venerable señor deán y cabildo, con quien su clero y todos estados pasó una política correspondencia, mediante la cual ejecutó a todos sus mayores veneraciones, y deseoso del bien espiritual de sus súbditos, reformación de costumbres, establecer la disciplina eclesiástica, promover el culto divino y proveerlos del pasto espiritual de que estaban tan necesitados, porque como estén retirados de la cabeza de la diócesis en donde tiene su continua residencia el prelado, en la distancia y retiro de su influjo logra el común enemigo marchitar la observancia de las leyes, sembrar la cizaña de la discordia, enflaquecer la virtud y establecerse los vicios, de que se hallaba bastante informado, sin perder hora de tiempo, en las galeras de la Real Compañía Guipuzcoana, pasó a esta ciudad de Cumaná, capital de esta provincia, a donde llegó el día 29 de agosto del citado año, en donde fue recibido y manifestó a todas sus ovejas las causas y motivos que tenía de haber pasado con impaciencia a ellas sin dar lugar al menor descanso por lo que anhelaba interesarse en la salud espiritual de todos.
En cuya prosecución el día 8 de septiembre, del referido año, en que se celebra la natividad de Nuestra Señora, publicó su pastoral visita en la iglesia parroquial de la Purificación de Nuestra Señora de esta expresada ciudad, leyéndose para
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
esto el acostumbrado edicto de pecados públicos, en concurso de todo el clero, cabildo, justicia y regimiento y demás gremios del estado seglar, para que se les convocóporautoquesepronuncióeldía31deagosto.Yelrvdo.P.fr.AntonioJosé Antonio Vique, religioso capuchino, predicador misionero apostólico de las vivas conversiones de Guayana y exprefecto de ellas, predicó el sermón de visita, dando a entender a todos con religioso celo ser el fin principalísimo de ésta establecer la fe católica, extirpar las costumbres y corruptelas nocivas a ésta, restablecer la disciplina eclesiástica y reformar las costumbres de los súbditos en conformidad de lo dispuesto por los sagrados cánones, santo concilio de Trento y leyes de S.M., intimando a todos la obligación que tenían de manifestar al prelado la ruina espiritual de su próximo para que la remediase, y atendiendo a usar en ellas más de los lenitivos del viso y de la corrección para la enmienda que no del cáustico del castigo. A su instancia y recomendación, el expresado orador publicó misión con las indulgencias y jubileos acostumbrados, la que continuó por doce días con grande concierto de oyentes, y se logró conocido fruto en las conciencias de todos.
Concluida que fue la función de la misa, en conformidad de lo dispuesto por el Ritual romano, se vistió de estola y capa blanca, visitó el sagrario en que está colocado el Santísimo Sacramento (que adoró y manifestó al pueblo), la custodia, ara y corporales, plata del altar, cruz y demás adorno necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, todo lo cual se halló decente; y el retablo de madera, tallado y dorado, con tres tabernáculos en que se colocan: en la parte superior, la efigie de la Purificación de Nuestra Señora, titular de dicha parroquial: y en los colaterales, la de san Juan Bautista, patrón del obispado, y la de Santa Inés, virgen y mártir, patrona de la ciudad; y después, al altar de la cofradía de la santa Verapaz, paso en que se coloca la imagen de Cristo crucificado y existe el sagrario del comulgatorio con el copón y relicario con competente número de formas consagradas, ara y corporales, que examinó, registró y halló con igual decencia; y pasó en procesión a la capilla del baptisterio, cantando el coro la antífona sicut cervus y evacuadas las oraciones y ceremonias que dispone el Ritual romano, visitó la fuente baptismal, los santos óleos y (crisma) con los vasos en que se conservan, con todo lo demás necesario para la administración del santo sacramento del baptismo, y archivo de los libros parroquiales, y lo halló con todo aseo y limpieza; de donde pasó al altar de la santa reliquia, así llamada por colocarse en ella una Santa Cruz milagrosa al de San José, al de la Santa Cruz de la Misericordia, al de San Pedro apóstol, al de la capilla de Nuestro Señora de la Soledad, y al de la cofradía de las ánimas del Purgatorio, y todos se hallaron con el adorno y decencia debida. Formalizada que fue la visita en esta forma, desnudándose de la capa pluvial blanca, tomó la negra con mitra simple, e hizo la procesión de difuntos, y con el último responso dio su bendición a los sepulcros y se retiró a su asiento, y de allí a su palacio, dando el orden conveniente para que al día siguiente se pusiesen de manifiesto todos los bienes, ornamentos, alhajas y escrituras pertenecientes a la parroquial, ermitas y cofradías , reconocer sus aperos e inventarios, y renovarlos, en virtud de cuya orden se pusieron de manifiesto y se reconocieron los inventarios de todo, y se halló todo decente; encargándose la mayor custodia de lo útil y servible y mandándose consumir lo que estaba inútil y menos decente para el uso sagrado, y a los mayordomos, así de la fábrica espiritual como de ermitas y cofradías, presentasen las cuentas de sus respectivas administraciones: y en cumplimiento, don Lorenzo Márquez, que lo era actual
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
de dicha parroquial, y había el tiempo de ocho años que administraba las rentas de ella, presentó sus cuentas de cargo y data, las que se ajustaron y liquidaron con intervención de persona deputada por el gobernador y capitán general de estas provincias por parte del Real Patronato, de que resultaron algunos alcances, y se le mandó dar paradero efectivo, practicándose lo mismo con los mayordomos de las ermitas y cofradías, en las que no resultó alcance alguno por la mucha pobreza de éstas, cortedad de limosnas que para las funciones de ellas suple mucho la devoción de sus administradores, de que se les dieron las gracias para que en lo de adelante no desfalleciesen en su cristiano celo. Presentáronse los testamentos y demás disposiciones causa mortis, y examinándose el cumplimiento de ellas, se hallaron cumplidos sus mandas y legados, y las que no, se dieron las providencias más eficaces a su efecto, quedando por este medio cumplidas las voluntades de los testadores y los patronos y capellanes de las memorias de misas rezadas y capellanías que tienen a su cargo exhibieron las escrituras y reconocidas las fincas y fianzas de ellas las que se verificaron con seguridad, se encargó el cuidado de su consistencia y las que estaban anticuadas y fallidas se mandaron renovar, y se averiguó cómo cumplían dichos capellanes con sus obligaciones, dando las providencias que parecieron convenientes para que en todo cumpliesen con los encargos de sus fundadores. Y para que en lo de adelante no se perdiese alguna y hubiese memoria fija de las fundaciones, y verificar la legitimidad del título con que cada uno las posee, mandó que se formase un libro con competente número de fojas, en que se anotas en las fundaciones, imposiciones y obligaciones de sus principales. Consagró óleos y crisma en la iglesia parroquial de esta dicha ciudad para proveer las iglesias de que estaban gravemente necesitadas para la administración de los santos sacramentos, celebró órdenes confiriendo así las menores como las mayores a muchos eclesiásticos, según sus respectivas edades, así intra tempora como extra tempora por la penuria de operarios que padecen estas provincias para los ministerios de curas y decencia del culto divino.
En este estado de la visita, el señor coronel don Carlos de Sucre, gobernador y capitán general de estas provincias, libró despacho exhortatorio para que se erigiesen canónicamente en parroquias las iglesias de las misiones de Santa Cruz de Cumaná, Santa ana de Sopocuar, San Francisco de Asís de Guarapiche, San Félix de Cantalicio, San Antonio de Uricuar y San Lorenzo de Caranapuey, y se proveyesen de eclesiásticos seglares para que como verdaderos curas administrasen los santos sacramentos y diesen el pasto espiritual a los indios mediante a hallarse éstos instruidos en la religión católica, y ser pasado el tiempo asignado por las reales leyes en que debe hacerse dicha erección y los padres capuchinos de la provincia de Aragón, a cuyo cargo estaban dichos pueblos, se desembarazasen y pasasen a nuevas conversiones, a cuya apostólica tarea se habían destinado por S.MC.; y procediendo al debido cumplimiento de esta instancia, se tomaron los informes y averiguaciones necesarias, y constando de ellas la verdad de la narrativa de dicho exhorto, se hicieron las erecciones de parroquiales en la forma pretendida, y para proveerlas en conformidad con lo dispuesto por el santo concilio de Trento y leyes del real Patronato se publicaron edictos convocatorios, se opusieron diferentes eclesiásticos y por presentación del señor vice patrono se proveyeron dichos beneficios parroquiales en sacerdotes seglares para que cumpliesen con sus cargas, de que se ha dado cuenta a S.M. con autos separados; y de la oposición que hicieron a esta providencia dichos reverendos padres capuchinos, y de que
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
han resultado los inconvenientes que por consulta especial se ponen en la real noticia; y después de haber tenido efecto estas erecciones, constituyendo curatos separados los enunciados pueblos de misión a representación de oficiales reales, el señor gobernador y capitán general de estas provincias libró, exhortó a S.S. Ill.ma el señor obispo, mi señor, para que se suprimiese el curato de San Lorenzo de Caranapuey y se agregase al de Nuestra Señora de la Soledad de Aricagua por ser de corto número de indios, en pequeña distancia uno de otro, de fácil y cómodo camino para ser administrados por un solo cura, de menor gravamen para los indios, y resultar en beneficio de la Real Hacienda; y para resolver esta pretensión con la justificación que es correspondiente y haber dictado la experiencia de la visita que ha hecho por su propia persona concurrir iguales motivos para suprimir y agregar el de Santa Cruz de Cumaná al de Jesús del Monte Catuaro, el de San Francisco de Asís, al de San Antonio de Padua, se mandó hacer información, la cual evacuada con audiencia de los poseedores que convinieron en dicha supresión y renunciaron respectivamente los curatos de los pueblos que se pretenden suprimir con consentimiento del señor vicepatrono, se hizo dicha supresión de parroquiales uniendo la de San Lorenzo de Caranapuey a la de Nuestra Señora de la Soledad de Aricagua, la de San Francisco de Asís, a la de San Antonio de Padua, la de Santa Ana de Sopocuar a la de San Juan de Carinicuao, y la de Santa Cruz de Cumaná a Jesús del Monte Catuaro, y se dieron los despachos necesarios para que aprehendiesen la posesión los respectivos curas de las iglesias a que se unieron, como consta de los autos que con consulta separada se remiten a S.M.; y asimismo se han proveído oros distintos curatos vacantes, y sacristías mayores de las parroquiales de las ciudades de esta provincia en sujetos aptos para el desempeño de su ministerio, quedando todas las iglesias provistas de ministros para que las almas no carezcan del pasto espiritual, no intermitiendo la providencia auxiliatoria a este fin de solicitar ordenantes del obispado de Caracas por la penuria que hay de éstos en estas dichas provincias y que haya curas que cuiden del ministerio parroquial, mediante la cual ha surtido el efecto de haberse ordenado algunos de aquella diócesis, arreglándose en todo a la bula Speculatores domus israel, de nuestro Sumo Padre Inocencio XII, de feliz recordación y se hallan empleados en diferentes doctrinas del Real patronato.
La feligresía de esta dicha parroquial se compone de 4.263 almas de todos estados, de comunión 2.648, de confesión 673 y de párvulos 942, que hacen la cantidad expresada, de las cuales se ha conferido el sacramento de la confirmación a 1.353, y muchos matrimonios se celebraron como medio de que se valió la pastoral solicitud de S.S.Ill. ma para remedio de algunos que vivían en mal estado, usando con éstos de las facultades apostólicas, dispensándoles en los impedimentos que les obstaba para ejecutarlo, revalidando algunas antecedentemente contraídos, y habilitando otros, de cuyo uso estaban impedidos, quedando las conciencias de todos por este camino quietas y sosegadas.
Por resultas de la pesquisa secreta que se hizo, en virtud del edicto general de visita para remedio de los pecados públicos se vino en conocimiento de muchos que con poco temor de Dios y de sus conciencias vivían abismados en las culpas con ruina espiritual de sus próximos, a los que con caridad y celo corrigió, amonestó paternalmente y avisó del peligro de condenación en que vivían para que lo evitasen; y para que les sirviese de incentivo para no repetirlo, se contentó con la providencia de un auto de cámara con excomunión mayor conminatoria,
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
poniéndoles entre dicho a sus torpes correspondencias con apercibimiento de proceso en caso de contravención y a otros que, reincidentes con desprecio de las correcciones paternales, permanecían en el infeliz estado de condenación, con público escándalo del vecindario, se les instituyó proceso y se le castigó en conformidad de lo dispuesto por los sagrados cánones, impartiendo para ello el real auxilio y brazo seglar en cuanto a los legos, dejando de esta suerte la vindicta pública satisfecha y escarmiento para que los demás no cometiesen semejantes delitos, mediante lo cual se ha logrado el fruto de haber reformado las costumbres, destruido los públicos escándalos, establecido la paz, subordinación y reconocimiento de los súbditos a sus superiores, manteniendo toda buena correspondencia con todos los jueces y ministros de S.M., en puntual observancia de la real jurisdicción y regalías de S.M., y dejando la visita abierta por las respectivas providencias que resultasen de la visita de los demás lugares de la provincia.
San Juan Bautista de Macarapana
Pasó al pueblo de San Juan Baptista de Macarapana, de indios demorados y de la Real Corona, que está distante poco más de dos leguas de la ciudad de Cumaná, en donde, habiendo dado a entender a sus naturales el motivo de su venida y el deseo del bien espiritual de todos y alivio temporal, publicó su visita en 31 de octubre de dicho año en la parroquial del citado pueblo, se celebró misa solemne, y al tiempo del ofertorio se leyó el edicto de pecados públicos y demás comprehensivo de la visita eclesiástica; después de ésta se visitó el sagrario en que está colocado el Santísimo Sacramento en una custodia de plata, copón de formas consagradas y relicario para llevar el viático a los enfermos, el altar mayor, aras y dos imágenes: una de San Juan Baptista, patrón de dicho pueblo,. Y otra de San Francisco de Asís, con todo lo demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, la pila bautismal, vasos de los santos óleos, y crisma, que halló con todo aseo y limpieza; se hizo la procesión de difuntos en conformidad de lo dispuesto poor el Ritual romano; reconoció los libros parroquiales, ornamentos, bienes y alhajas de dicha iglesia; se pusieron por inventario, y se hizo entrega jurídica de todo al cura doctrinero; amonestó a los indios a la permanencia en la religión católica, obediencia y vasallaje a S.M., respeto y atención a su párroco, y a éste el buen tratamiento de los indios, tratándoles con caridad, procurando el que los defectos de estos miserables más bien los remediase la benevolencia que la austeridad, encargando diferentes providencias para el aumento del cultivo divino en aquella parroquial, y se dio cuenta al gobierno para que remediase las vejaciones que recibían los indios de su corregidor.
La feligresía de este pueblo se compone de 395 almas de todos estados, de los cuales los 71 son tributarios, y se confirmaron 102; y concluida en esta forma la visita de dicho pueblo, se restituyó a la ciudad de Cumaná.
Pueblo de Altagracia
De donde en 15 de diciembre del mismo año pasó al pueblo de Nuestra Señora de Altagracia, de indios guaiqueríes, un cuarto de legua distante de ella, y allí publicó su visita, leyéndose el edicto de pecados públicos y de todo lo demás pertenecientes a visita inter Missarum Solemnia, como es costumbre, visitó la parroquial, que es de bahareque, cubierta de teja, fábrica de poca permanencia, por no dar lugar a otra la cortedad y pobreza de sus feligreses; reconoció el altar mayor, en que se coloca la imagen de Nuestra Señora de Altagracia, patrona
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
de dicho pueblo, ara consagrada, Cristo crucificado, y todo lo demás del altar, perteneciente a la celebración del santo sacrificio de la misa, la pila baptismal, santos óleos y crisma, libros parroquiales, y lo demás tocante a la administración de los santos sacramentos, los ornamentos y alhajas de dicha iglesia, los que se pusieron por inventario, y se hizo entrega jurídica al cura doctrinero.
Pueblo del Socorro
A este enunciado pueblo está agregado otro pueblo de indios guaiqueríes, que se intitula Nuestra Señora del Socorro, a distancia de un cuarto de legua poco más, y lo asiste un propio cura; pasó a él el día 20 de dicho mes y año, visitó su parroquial que es de igual fábrica de la primera, de menor número de feligreses; visitó su parroquial, altar mayor, pila baptismal, santos óleos, libros parroquiales, ornamentos, alhajas, y demás cosas necesarias al culto divino; se puso todo por inventario, y se mandó hacer entrega jurídica a su cura doctrinero. La feligresía de uno y otro pueblo se compone de 532 y dos almas de todos estados, y se administró en ellos el santo sacramento de la confirmación a 152; encargó la enseñanza de la doctrina cristiana y predicación del santo evangelio al cura, y se despidió, encargando a todos el santo temor de Dios.
Araya
El día 26 del citado mes y año pasó al pueblo de la real fuerza de Araya, en donde se halla una capilla en que se celebra el santo sacrificio de la misa, se administran los santos sacramentos, y se coloca el augustísimo Sacramento del Altar; expuso los motivos de su venida, se cantó misa solemne se predicó sermón quehizoelmencionadorevdo.P.frayJosephAntoniodeVique,sepublicóeledicto general de visita, y después visitó el altar mayor, el sagrario en que se coloca el Santísimo Sacramento en una custodia de plata, ara, corporales, copón de formas consagradas en un relicario pequeño, que sirve de llevar el viático a los enfermos, la pila baptismal, vasos de los santos óleos y crisma, libros parroquiales y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa y administración de los santos sacramentos, todo lo cual halló con todo aseo y limpieza, se manifestaron los ornamentos, bienes y alhajas del servicio de dicha capilla, se tomó por inventario y se entregaron a su cura capellán para que los tuviese en fiel y segura custodia; y después hizo la procesión de difuntos, conformándose con lo dispuesto por el Ritual romano; se visitó asimismo la cofradía del Santísimo Sacramento que se halla fundada en dicha capilla, con todo lo perteneciente a ella; se pudieron sus bienes y alhajas por inventario y se hizo entrega jurídica a su mayordomo.
En los contornos de dicha real fuerza se hallan dos ermitas fundadas, una de Nuestra Señora de la Soledad, que está dentro de la misma población, y la otra de Nuestra Señora de Aguas Santas, que está en la otra parte de las Salinas, las cuales visitó personalmente y reconoció sus altares, imágenes y demás (cosas) pertenecientes al culto divino: se pusieron por inventario todos los bienes y alhajas tocantes a ellas, se mandó a sus mayordomos diesen cuentas de las limosnas, quienes las presentaron: se liquidaron y ajustaron, y se les dio paradero efectivo a los alcances que resultaron, se visitaron los testamentos, se hicieron cumplir las voluntades de los testadores, se dieron diferentes providencias para el consuelo espiritual de aquella feligresía, la cual se compone de 679 almas en todos estados, y les administró el sacramento de la confirmación a 215. Los que resultaron denunciados y amonestaron paternalmente, encargando al castellano
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
y capellán la vigilancia sobre las costumbres de éstos para que, si reincidentes no se enmendasen, se les aplicase el castigo correspondiente y remedio proporcionado a que viviesen en santo temor de Dios. Todo lo cual evacuado, se restituyó a esta dicha ciudad de Cumaná.
Nueva Barcelona
Y prosiguiendo su pastoral tarea, el día 10 de febrero de 1740 navegó a la ciudad de la Nueva Barcelona, a donde llegó el día 11, y fue recibido con el honor correspondiente a su dignidad; y presente el pueblo, su cabildo, justicia y regimiento, manifestó los motivos de su venida y convocó para el día siguiente para abrir la visita: en el cual día, en que se celebraba la fiesta solemne de Santa Olalla, virgen y mártir, patrona y titular de ella, y a la misa conventual, en concurso del citado pueblo, clero y algunos religiosos de los misioneros de las conversiones de Píritu, se publicó la visita al tiempo del ofertorio, leyéndose el edicto de pecados públicos y de todo lo demás que comprende la visita eclesiástica, predicó la función el expresado rvdo, p. fray José Antonio Vique, dando a entender a todos los santos fines de las visitas de los prelados y las obligaciones que tenían de manifestarles los delitos públicos para que los remediase; y asimismo publicó misión con los jubileos e indulgencias in forma solita, que continuó por doce días, en que se experimentó especial aprovechamiento, confesando y comulgando la mayor parte de la feligresía y apartándose de las culpas, con otras muchas importancias espirituales; concluida la misa solemne que se celebró, visitó el sagrario en que se halla colocado el Santísimo Sacramento en una custodia de plata sobredorada, que manifestó y adoró; el altar mayor, ara, retablo e imágenes de San Cristóbal, Santa Olalla y San Juan Baptista, que se colocan en dicho retablo, copón de formas consagradas, relicario para llevar el viático a los enfermos todo de plata, el baptisterio, fuente bautismal, vasos de los santos óleos y crisma, libros parroquiales, todo lo cual halló con aseo, limpieza y buena custodia; y después visitó los altares de dicha parroquial, el de Nuestra Señora de Candelaria, en que está la sagrada imagen de esta Señora en un retablo sobredorado, el de la cofradía de las ánimas, el de Nuestra Señora del Carmen, en que se coloca su sagrada imagen, el de Jesús en la Columna y Nuestra Señora de los Dolores, en tres tabernáculos dorados y pintados, el de Nuestra Señora del Socorro, cuya milagrosa imagen está en una urna tallada y dorada con su puerta y llave en un retablo en que también se colocan las imágenes de San Crispín y San Antonio, y últimamente el de nuestra Señora del Rosario con su retablo dorado y pintado, y en su primer cuerpo la imagen de esta Señora, y en el segundo un Niño Jesús, y todos los mencionados altares están decentes con sus aras consagradas, cruz y demás adorno para la celebración del sacrificio de la misa; se hizo la procesión de difuntos conforme al ritual romano, y se prosiguió continuando todo lo demás perteneciente a la visita, se reconoció lo material de dicha parroquial, sus sacristías y demás piezas accesorias, y se halló ser de bahareque, cubierta de teja deteriorada por la parte superior del techo, que en breve amenaza ruina corta, que apenas hay iglesia para la cuarta parte de la feligresía, sus rentas son tenues, que apenas superan la costa de su fábrica espiritual, y se amonestó y exhortó a los vecinos para que procurasen hacer iglesia de fábrica permanente, de capacidad proporcionada para la feligresía, ofreciéndose a contribuir con los arbitrios que le fuesen facultativos a este efecto, se pusieron de manifiesto todos los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha parroquial, cotejándoles con los antiguos inventarios, y
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
se hallaron sus partidas existentes, se mandó consumir lo inútil, y conservar lo útil y servible, se tomó por inventario y se hizo entrega jurídica al sacristán mayor de dicha parroquial que hace oficio de tesorero de los bienes y alhajas de las iglesias parroquiales; se tomaron cuentas a los mayordomos que habían administrado las rentas parroquiales con intervención de persona deputada por parte del Real Patronato, se aseguraron los alcances y se les dio paradero efectivo; asimismo presentaron cuentas de cargo y data los mayordomos de las cofradías canónicamente erigidas en aquella parroquial de la administración de sus rentas y limosnas, las que se ajustaron, y liquidaron y resultaron diferentes alcances a favor de los mayordomos por ser muy pobres dichas cofradías, y necesitar para sus funciones el que suplan los administradores mucha parte de sus caudales, e hicieron gracia de los referidos alcances, por cuya limosna y especial devoción con que se ejercitan en estas santas obras, se le dieron y encargaron en lo de adelante no desmayasen en su religioso ejercicio. Visitó las capellanías y memorias de misas rezadas que están fundadas en aquella parroquial, se examinó el cumplimiento de las obligaciones de los capellanes, según sus fundaciones, se hallaron aseguradas y existentes, y las que tenían deterioradas en algún modo las fincas y fianzas que las renovasen, subrogando nuevas, con otras providencias para la perpetuidad y permanencia de obras pías. Celebró órdenes en dicha ciudad, en las que fueron promovidos al sacro presbiterado nueve eclesiásticos, dispensando en virtud de las facultades apostólicas para la perpetuidad y permanencia de obras pías. Celebró órdenes en dicha ciudad, en las que fueron promovidos al sacro presbiterado nueve eclesiásticos, dispensando en virtud de las facultades apostólicas que administra en esta diócesis, así en el tiempo como en las edades por la penuria de operarios que se empleen en las doctrinas de indios y no carezcan éstos del pasto espiritual. Visitó los testamentos, disposiciones causa mortis, hizo cumplir sus mandas y legados, valiéndose de los remedios de hecho y de derecho, quedando en todo cumplidas las voluntades de los testadores.
La feligresía de esta dicha ciudad se compone de 3.299 almas de todos los Estados; las 2.800 de comunión; 300 de confesión y 199 párvulos; y se administró el Santo Sacramento de la confirmación a 800; corrigió y castigó a los que resultaron, en virtud del edicto de visita, culpados en pecados públicos, proporcionalmente según la cualidad del escándalo o reincidencia, quedando por este medio limpia de pecados que ocasionaba ruina espiritual a los demás; hizo restituir a sus vecindades, muchos casados en los reinos de España y otras provincias de la América, puso en estado de matrimonio a muchos para remedio de sus incontinencias, habilitó otros matrimonios impedidos o nulos a radice, usando con ellos de las facultades apostólicas, practicándolo todo en correspondencia y consonancia de los jueces y ministros de S.M., estableciendo el sazonado fruto de la paz.
Píritu
El día 6 de marzo del expresado año, en continuación de su pastoral visita, pasó al pueblo de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de Píritu, de indios de la Real Corona, cabecera de las doctrinas y misiones que están al cargo de los reverendos padres observantes de la provincia de Andalucía, en donde llegó, publicó su visita estando congregado todo el pueblo en la iglesia parroquial, dio a entender a sus naturales los motivos de su venida e importancias espirituales de la visita eclesiástica.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Lo material de dicha parroquia es de cal y piedra cubierta de teja, nueva, de fábrica permanente; visitó en ella el sagrario del altar mayor en que se coloca el Santísimo Sacramento en una custodia sobredorada con su ara, corporales y demás adorno para la decencia de Su Majestad, el copón de formas consagradas, el relicario en que se lleva el viático a los enfermos, el altar mayor con su ara consagrada, cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, y otros cuatro altares colaterales, y en el cuerpo de la iglesia el de Nuestra Señora de la Soledad, el de San Antonio de Padua, el de San Pedro el Apóstol, y el último de San Pedro de Alcántara, colocadas en ellas sus imágenes, su pila baptismal, vasos de los santos óleos y crisma, libros parroquiales y todo lo demás perteneciente a la administración del santo baptismo, y después hizo la procesión de difuntos conforme a lo dispuesto por el Ritual romano, hizo poner de manifiesto los ornamentos, bienes y alhajas de dicha parroquial de que hizo inventario jurídico y entrega al revdo. Padre fray Salvador Romero, cura doctrinero de dicha parroquial, a quien encomendó el buen tratamiento de los indios.
La feligresía de este pueblo se compone de 1.374 almas de todos estados, de los cuales los 300 son tributarios a S.M., y se les administró el sacramento de la confirmación a 446.
Clarines
La iglesia parroquial de San Antonio de Clarines, de indios de la Real Corona, está agregada a la antecedente de Píritu, en la que se visitó el sagrario en que está el Santísimo Sacramento, con su ara, corporales, demás necesario para la decencia de Su Majestad, dos altares colaterales, el uno de Cristo Crucificado y nuestra Señora de la Soledad; y en el otro, una santísima Cruz, y santa Clara, virgen; vasos sagrados, fuente baptismal, los santos óleos, y todo lo demás perteneciente a la administración de los santos sacramentos todo lo cual halló con aseo y limpieza; hizo inventario de todos los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha parroquial, y entrega jurídica a su cura doctrinero, encargándole la doctrina, enseñanza y buen tratamiento de los indios.
La feligresía de este dicho pueblo, según consta de los padrones que se reconocieron, se compone de 1.040 almas de todos estados, de los cuales los 230 son tributarios a Su Majestad, y se les confirió el santo sacramento de la confirmación a 350.
Tocuyo
El día 9 del citado mes y año visitó la iglesia parroquial de San Juan Evangelista del Tocuyo, de indios de la real Corona, en la provincia de Píritu, cuya fábrica es de bahareque cubierta de teja, fábrica de poca permanencia, y en ella el altar mayor con su retablo, ara, cruz y todo lo necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, pila baptismal, vasos de los santos óleos, crisma, libros parroquiales, y lo demás tocante a la administración de los santos sacramentos, que halló con todo aseo y limpieza; hizo poner de manifiesto los ornamentos, bienes y alhajas de dicha parroquial, los que, reconocidos, se hallaron la mayor parte de ellos inútiles sin competentes para la decente celebración del santo sacrificio de la misa, y los pocos que había útiles se pusieron por inventario y entregaron al reverendo padre fray Alonso Rubio, cura doctrinero de dicha parroquial; y examinados los padrones, se reconoció que la feligresía de ella se componía de 400 almas de todos estados, y de éstos 106 son tributarios a S.M., y a 113 se les confirió el santo sacramento de la confirmación.
Continuará...
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Fragmento de la visita del obispo Pedro Martínez de Oneca:
...dirigiéndose para Tierra Firme de su Obispado, y en el veintitrés del
mismo desembarcó en el Puerto de la Nueva Barcelona por donde empezó su Visita,
abriéndola en el día veintisiete del mismo y continuándola por todos aquellos Territorios
y Misiones que llaman de Píri- tu y son de Religiosos observantes de San Francisco de las
Provincias de España hasta pasar el Orinoco.
Y concluidos los pueblos de las expresadas Misiones navegaron por el Orinoco,
subió a las Misiones que en la ribera de este río tienen los Padres de la
Compañía de Jesús y visitó todos los pueblos de la banda del Sur del Orinoco,
que indu-vitablemente pertenecen al Obispado de Puerto Rico, hasta el que llaman
el Raudal de los Atures
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
PUENTE (FR. FRANCISCO)
2076. —Catecismo de la Doctrina Christiana en Lengua de los Yndios Camias, por Fray Francisco Puente, franciscano capuchino, misionero en la provincia de Cumaná, diócesis de Puerto Rico. Impreso en Madrid, año de 1703, 8.°
«Fr. Francisco Puente, religioso franciscano capuchino, misionero en la provincia de Cumaná, en la diócesis de Puerto Ffico en la América Septentrional.» —Beristain.
BLANCO (fr. Majias) del órden de S. Francisco, hijo de la provincia de Andalucía, lector de teología en el convento de la isla de Puerto—Rico, examinador sinodal de aquel obispado y comisario provincial de las misiones del Píritu, pertenecientes á aquella diócesis. Dió á luz
•'Diccionario de la Lengua de Cumaná; y Arte de la misma del P. Yanguas, corregido y aumentado." Imp. é(h Bjirgos por Juan Biar, 1683. 4.—"De la Conversión dé ió^Indios Quiriánagotes y Palenques y noticia de sus cosas níé^qrable's.'' Imp. en Madrid por Garcia Infanzón, 1690. 8.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Anexos al Obispado de Puerto Rico
ISLA MARGARITA
De las islas que tiene este Obispado, la de mas nombre y lustre, es la de la Líargarita, distante de la. de Puerto-Rico, ocho ó diez dias de navegacion, y de la tierra firme seis leguas. Tiene catorce de longitud que corre el Este Oeste; su terreno escabroso y esteril, requisito que generalmente tienen las tierras que en la. mar crian minerales de perlas, que aqui son de mejor Oriente que en otra parte. Tuvieron noticia de ellas los primeros pobladores de las Indias, hallándolas en los indios naturales de Santo Domingo, con quien haciendo aprietos para que las descubrieran, les dixeron se las traían los caribes, y estos, que las habia en la Isla Margarita; cuya codicia facilitó inconvenientes, despachando la Audiencia bajeles, que certificados de la verdad, movieron los ánimos de muchos para venirse aun con sus familias á poblar, como lo hicieron, en la Isla de Cubagua, que intermedia á esta Isla y la tierra firme; dista de una parte y otra casi con igual distancia, tres leguas, y tendrá otras tantas de longitud. Tuvo Cubagua por nombre la nueva Cádiz: que cuando mas acreditada con la opulencia. de sus Ostrales, padeció los eclipses que ofuscan sombra las mayores propiedades, pues la codicia que á sus fundadores, despertó tambien a franceses piratas que la infestasen, á cuyas inquietudes ordinarias pudo mal resistir, fundada en la. playa y sin defensa, a que ayudando la falta de agua y leña que se traía de acarreto, se despobló y mudó á la Margarita en el pueblo de la Mar, que por las mismas causas pasó dentro de poco la Ciudad dos leguas la tierra dentro, que hoy tiene por nombre la Asuncion. Sus vecinos serán hasta trescientos españoles, gente de luste por la mayor parte, y en lo que mas lo muestran es el adorno de los templos, devocion del Santísimo Sacramento y sufragios por los difuntos, que frecuentaban con el aseo y cuidado que pudieran en lugares mas cómodos. Tiene indios naturales que llaman Guaiqueries, libres de servidumbre por el agasajo que hicieron á los primeros es
pañoles, ofreciéndoseles sin conquistas ni fuerza de armas, no '
obstante que son de natural belicoso, como lo muestran en las
ocasiones de guerra con piratas. Hay fuera de la Iglesia. parroquial, que gobiernan un Vicario y dos Curas con copia de clérigos, dos Conventos de Santo Domingo y San Francisco. Una Iglesia de Santa Lucia y un hospital, y en tres sitios de ella, las feligresias cuyos capellanes paga Su Magestad. En una de ellas que llaman el Valle, se venera una Imágen de Nuestra Señora y se cuenta por particular devocion de los vecinos y forasteros, que con patentes milagros esperimentan cada dia sus divinos favores, y aun que en la Virgen todos son iguales, pondré uno que á nuestro ver es particular; estaban dos mancebos criollos de la tierra lisongeando los orgullos de su edad afirmados con espadas envainadas, y uno de ellos fiado en que lo estaban, se arrojó, de suerte que hallándo al otro firme, se metió la contera del contrario por la cuenca. del ojo, y sintiéndose herido, al retirarse dejó al otro la espada desnuda y el quedó con la vaina colgando del laïgrimal. Acudieron á tirarle de ella, y salió dejando la contera. tan metida dentro del casco, que aunque la. buscaban con una tienta, cirujanos y un doctor que asistian, no podian hallarla, hasta que despues de algunas horas invocando el doliente la Virgen del Valle, y repitiende en su divino Nombre los cirujanos sus diligencias, la hallaron y sacaron con unas tenazas abriendo primero cisura por donde entrasen, echando para efecto fuera la lumbre del ojo; que vuelto á poner en su lugar, quedó casi sin señal de haber padecido semejante batería. Cuando esto se escribe, lo testifica vivo y sirviendose de ambos ojos, y la contera colgada-en el templo de esta divina Señora.
CUMANÁ.
De la gente que para poblar la Margarita despobló á Oubagua, se dividió alguna, y fué á poblar en el rio de Cumaná de donde tomó nombre la Ciudad, catorce leguas de la. Margarita, en la tierra firme, que aunque solia ser lugar de menos parte que hoy le ha igualado de años a esta parte, que (*) el maesso de capilla. sube las.voces en la. música del mundo, ha subido este lugar, con las haciendas de cacao y otras inteligencias de sus moradores, con pueblos de indios, que encomendados, son los que llevan el pondus dici 8t estus de la, codicia humana, y particular en el de las perlas, tan preternatural como arriesgado; y aunque esta ocupasion es propia. de la Margarita, se agregan estos dos lugares en un cuerpo que llaman de Rancheria, gobernados por un Alcalde mayor y cuatro diputados, que un año se eligen de un pueblo, y otro de otro, para sacarlos. El número y porte de sus vecinos es como el de la Margarita; Iglesia parroquial, dos convento de Santo Domingo y San Francisco, y clérigos bastantes para la asistencia de la Iglesia y doctrinas de pueblos de indios, en cuyo catecismo se puede decir predican en desierto, por lo mal que les asienta el Culto Divino y policia, y aun todo lo que no es lo bárbaro de sus costumbres. Venérase en la parroquial de esta Ciudad, una Cruz de poco mas de una vara de medir, guarnecida de plata y metida en una caja de lo propio, cuya. ceremonia es que en años pasados dando fondo un pirata con número de naos en este puerto, y marchando hasta reconocer la Ciudad, que dista de la marina dos tiros de mosquete, halló en un serrito que está caballero del lugar, una Cruz, y pegándole fuego tres veces sin que hiciera impresion, mudaron diligencias, pero no la Cruz del lugar donde estaba, tan firme, que hechándole los brazos un cabo y tirando de ella con furor diabólico y .... sin poderla mover, la dejaron sin señal alguna de tan héreticos oprobios, y sin esperanzas de conseguir la empresa, los retiró a sus naos el pavor de lo que habian esperimentado; de cuyo lugar la llevó general aplauso á la parroquial, y repartió en pedazos, fabricando del mayor de ellos la que hoy se venera en esta Iglesia.
CUMANAGOTO Y NUEVA BARCELONA.
San Cristóbal de los Cumanagotos, poblacion fundada casi consecuente con la de Cumaná, catorce leguas la costa abajo, y la Nueva Barcelona, fundacion nueva, legua y media una de otra, pueden reducirse á un pueblo, pues habiéndose despoblado el primero para poblar el segundo, solo han quedado en él, media docena de vecinos, que mas por tema que comodidad, se ha retenido en él, si bien con su parroquial que solían y una hermita de la Virgen del Socorro de particu
lar devocion. La nueva Barcelona tendrá al pie de ochenta ó cien vecinos y no otra cosa particular, por ser tan recien fundada.
SAN MIGUEL DE BATEY.
Este lugar es tan nuevo, que aun no ha tomado estado su
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
fundacion. Dos dias de camino la tierra adentro de la nueva. Barcelona. Sus vecinos pocos. Fundóse á titulo de poner freno con la asistencia de sus moradores, á la avilantez de los indios de todo este pais, que con menos sujecion, asaltan las poblaciones y matan por los caminos á sus mismos amos con el veneno de sus flechas, tan raro, que sin haberseles hallado remedio, qualquier picadura por pequeña que sea, es mortal al segundo ó tercer dia, cayéndose las carnes á pedazos, con intensos dolores, tanto, que en hiriendo á alguno, no dicen herilo sino matelo: efecto esperimentado con gran aplauso suyo y daño nuestro.
SAN FELIPE DE AUSTRIA.
Esta Ciudad, que en el nombre solo lo es, y merece ser— lo, cuando no sea sino por el nombre, ha padecido vaivenes desde su fundacion hasta hoy que está en el mas bajo de todos, reducida. á tan pocos vecinos, que apenas forman una aldea. Hase mudado á tres ó cuatro sitios, retirándose siempre de lo mal seguro de los indios, que no tienen encomiendas, pero sujetos á la naeion española. Tiene Vicario, Cura y sal cristan, que paga, como en las demas partes, Su Magestad.
CUMANACOA.
Por otro nombre San Baltazar de los Arias. Doce leguas de la tierra de Cumaná, fundada en un Valle muy fértil. De muchas veces que se le ha dado principio, jamas lo ha tenido, de suerte que 'se le pudo dar titulo de lugar, sin haberse asentado salario para los Ministros de su Iglesia á quien sirve algun religioso que va solo á decir Misa, sin mas autoridad de administrar Sacramentos.
ISLA TRINIDAD.
Hase esta Isla, cincuenta leguas a barlovento de la Margarita, en las bocas que los hidrógrafos llaman de los Dragos, frontera de las corrientes del famoso rio de Urinoco, que juzgando estrecho arcaduz para su desagüe una boca, se abalanza por sesenta y dos en el mar, con distancia de sesenta leguas de la primera á la última. Tiene la. Isla de longitud poco mas ó menos, cuarenta leguas, y poco menos de latitud. Tendida de la forma de un corazon, poblacion antigua de españo— les y con el riesgo é inquietud de sus naturales, y vecindad
de las naciones del Norte, que diversas veces han asistido en en ella con pueblos y castillos formados; no ha levantado cabeza á la altura, que lo fértil y cómodo de su terreno, pudiera haber logrado; pero resistiendo á estas y otras muchas calamidades, se conserva hoy con número de cien vecinos, su parroquial con tres ó cuatro sacerdotes, y un convento de San Francisco, cuya pobreza muestra bien la de esta sagrada religion y poco caudal de los vecinos.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
de las naciones del Norte, que diversas veces han asistido en en ella con pueblos y castillos formados; no ha levantado cabeza á la altura, que lo fértil y cómodo de su terreno, pudiera haber logrado; pero resistiendo á estas y otras muchas calamidades, se conserva hoy con número de cien vecinos, su parroquial con tres ó cuatro sacerdotes, y un convento de San Francisco, cuya pobreza muestra bien la de esta sagrada religion y poco caudal de los vecinos.
SANTO THOMÉ DE GUAYANA.
Está en la. tierra firme, sesenta leguas el rio de Urinoco arriba; está en- sus riberas. Tiene estendidísimas provincias, pero mal sugetas, y apenas conocidas. Está poblada de infinitas naciones de indios pero de pocos españoles, habiendo sido sepultura de muchos, conducidos a este rincon del mundo por las noticias de una mentira con que los han paladeado sus naturales, pintándoles una anchurosa laguna entre unos cerros, con una Isla en medio, poblada de gente vestida, con gran número de ganados y tanta cantidad de oro, que á su capitan ó Rey todos los dias, despues de untado con un betun, lo asperxan todo con polvos del oro, que con facilidad sacan en aquel sitio, por cuya causa han venido á llamarse estos retiros del mundo las provincias del Dorado, y lo peor es, que habiéndose hecho para este descubrimiento, entradas por diversas partes, á buscar este imposible con las mismas guias que lo testificaban, y muerte de los mas que iban á ellas ni el ercarmiento de los muchos sucesos ni el poco ó ningun efecto que han surtido, han dado lugar al desengaño en que hasta hoy los tiene esta patarata. La poblacion es sola una, y sus vecinos pocos, y aunque tienen encomiendas de indios, solo les sirven para sembrar maiz, que comer y algun tabaco, que siendo del mejor de las Indias, suele malograrsele por falta de bajeles y merchantes, que rara vez suben aquel puerto, infestado de piratas diversas veces, una de las cuales no dió lugar su asalto á que retirasen la Custodia del Santisimo Sacramento, que con sacrílego desacuerdo llevaron a depositar á un lugar cincuenta leguas de este, para cuyo desempeño se aprestó gente y hicieron prevenciones que por justos juicios se malograron, sin poder ejecutarlas (castigo quizá del poco cuidado si es que fué culpable) que pusieron en reservarla cuando debian hacerlo. Tiene su parroquial con dos clérigos, y un convento de San Francisco que tenia, pereció en una de estas invasiones y aunque l_a mies es mucha y los operarios pocos, no convida á que haya mas, el poco fruto que se ha esperimentado en los indios, porque su natural nunca les ha inclinado á tener siquiera alguna falsa religion de idolatría, encarninados muchos de ellos en la voraz y nefanda carniceria de carne humana, haciendo armadillas por mar y escuadrones por tierra, solo á título de comerse unos á otros. ¡O piedad divina! que insultos no ha perpetrado la temeridad humana, pues este que al natural horror dificulta imposible, lo ha ejecutado por no reservarse a ninguno, cuando á lo rapante y canino de los demas animales no son escepcion de su voracidad los de su misma especie.
' ISLA DE SAN MARTIN.
Es una de las que, llaman de barlovento. Quitósela al Holandes, España, y fundó en ella un presidio cerrado para prohibirle sus salinas, cuya esterilidad no ha sufrido mas poblacion que la del Castillo y ese por evitar gastos y otros inconvenientes, esta mandada retirar su infantería y demoler su fortificacion, como se hizo por principios de Enero de 648, con cinco navios que envió de Puerto-Rico, su Gobernador y capitan general Don Francisco de la Riva Agüero, que llegaron á dicha Isla víspera de año nuevo, hallándola apestada, y á toda prisa embarcaron la artillería y municiones demoliendo las fortificaciones, y se hicieron á la vela, y llegaron a este puerto, en dos dias de navegacion, á los 20 de dicho mes de
enero, habiendo muerto mas de cien personas de la dicha peste, y asi mismo hundídose uno de los cinco navios en que perecieron mas de sesenta personas, escapando seis milagrosamente sobre unos palos; perdiéndose á las nueve de la noche mas de cinco leguas de tierra. Atribúyese este desgraciado fin a estar su Gobernador ex-comulgado por ciertos agravios que hizo al Cura y Vicario y á otro clérigo. Este dicho año de 648, por Febrero, la. peste que cesó lue o que llegó la gente apestada del presidio desmantelado de San Martin, con las plegarias, misas y rogativas que se hicieron, teniendo descubierto el Santísimo Sacramento, volvió con tanta, fuerza, que murieron seiscientas personas usando Dios de su misericordia, que nadie murió sin Sacramentos; y habiendo en este tiempo salido un barco para la isla Margarita, se avisa, que les llevó la peste, y ha muerto mucha gente. En este año de 648, murió, por Agosto, el SeñorObispo de este Obispado, Don Fray Damian Lopez de Haro, en donde estaba entendiendo en la
-visita espiritual, que por corregir algunas cosas, que necesitaban de remedio y defender su esposa la Iglesia de la Ciudad de Cumaná, padeció mucho por los enemigos poderosos que -se le levantaron y referiré un caso notable que sucedió, estando haciendo sus honras en esta Catedral, de que se ha tomado testimonio, y fué así: que estando á los veinte y uno de Octubre de dicho año de 1648, diciéndose la primera Misa del novena-rio, entró una paloma montaraz en la- Iglesia, y se puso sobre el coro, en medio de un tirante que cae sobre la silla obispal, estando cantando la música, despues de la epistola, el verso, “in memoria eterna erit iustus abanditione 'non timebit.” La cual se estuvo allí, hasta que se acabó la Misa, y salieron del coro a cantar el responso, donde estaba el túmulo al lado del Evangelio, junto al Altar mayor, donde es el entierro de los Señores Obispos; y entónces, dió un vuelo pasando por sobre el túmulo y se estuvo alli cuatro dias naturales, hasta el sábado despues de la Misa del novenario, sin comer -cosa alguna. De esto hubo general regocijo en la Iglesia, teniéndolo por buen anuncio de que estaba en carrera de salva-í cion el alma de dicho Señor Obispo. De la Margarita se avisa, hay hecha informacion como el Señor Obispo profetizó su muerte, y por carta de su Gobernador se avisó al Cauóuigo
Don Diego de Torres y Vargas. Tambien que se hizo infor-.
macion con mucho número de testigos, que le vieron muchas Veces llamar los pájaros y venirsele á las manos. Esta informacion se remite á España en el patache, y en ella vá inserto.
el testimonio del suceso de la paloma. - En esta relacion ván algunas cosas que el Señor Secretario Juan Diaz de la Calle y el maestro Gil Gonzalez, avisa— ron iba falta. la que llegó á sus manos, de esta Isla de PuertoRico, y de los anexos á este obispado.
http://books.google.es/books?id=Y75P...tput=html_text
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Escudo de armas dado á Puerto-Rico por los Reyes Católicos el año de 1511, siendo Procurador, un vecino llamado Pedro Moreno. Son: un cordero blanco con su banderilla colorada, sobre un libro, y todo sobre una isla verde, que es la de Puerto-Rico, y por los lados, una F. y una I., que quiere decir: Fernando é Isabel: los Reyes Católicos que se las dieron, y hoy se conservan en el estandarte Real que es de damasco naranjado, con que se ganó esta Ciudad, y como dice Antonio de Herrera en su “Crónica general de las Indias,” hicieron á.
esta Ciudad los dichos Señores Reyes igual en todos privilegios y mercedes á la Isla española.
Las armas de la Catedral son: un cordero sobre un islote, con su banderilla, con estas letras al rededor:
Joannes est nomen eius. _
Gozan en ella sus capitulares de Jueces adjuntos, por costumbre inmemorial, y aunque el Obispo Don Juan Lopez Arguto quiso interrumpirles la costumbre, apelaron á la Metrópoli, con que quedó ejecutado en favor de dichos capitula
res, por haberse hallado gozaban de ellos antes del Concilio Tridentino.
La dotacion de los cien ducados de renta para el catedrá
tico de Gramática, dejó un vecino de esta Ciudad llamado Francisco Ruiz, año de 1589. El general donde se enseña Gramática, y el hosario de los difuntos, están juntos y contiguos con la Catedral, y el año de 1641, siendo catedrático Don Jose de Jarava, capitan de infantería que fué de este presidio, el año siguiente de 640, puso estos dos disticos sobre la puerta. Hic habitant Musas hic servant sua pignora parese Vivere difce puer dogma-ta difce mori.
Biblioteca historica de Puerto-Rico, que contiene varios documentos de los ... - Alejandro Tapia y Rivera - Google Libros
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Obispos y Gobernadores de Puerto Rico hasta 1898:
Obispos:
Alonso Manso (1511-1539)
Rodrigo de Bastidas (1541-1567)
Francisco Andres de Carvajal,O.F.M. (1568-1570)
Manuel de Mercado Aldrete, O.S.H. (1570-1576)
Diego de Salamanca, O.S.A. (1576-1587)
Nicolás de Ramos y Santos, O.F.M. (1588-1592)
Antonio Calderón de León (1593-1598)
Martín Vasquez de Arce, O.P. (1600-1609)
Francisco Diaz de Cabrera, O.P. (1611-1614)
Pedro de Solier y Vargas, O.S.A. (1614-1619)
Bernardo de Valbuena (1620-1627)
Juan López de Agurto de la Mata (1630-1634)
Juan Alonso de Solis y Mendoza, O. Carm. (1635-1641)
Damián Lopez de Haro, O.SS.T. (1643-1648)
Hernando de Lobo Castrillo, O.F.M. (1649-1651)
Francisco Naranjo, O.P. (1652-1655)
Juan Francisco Arnaldo Isasi (1656-1661)
Benito de Rivas, O.S.B. (1663-1668)
Bartolomé Garcia de Escañuela, O.F.M. (1671-1676)
Marcos de Sobremonte (1677-1681)
Juan Francisco de Padilla, O. de M. (1684-1693)
Jerónimo Nosti de Valdés, O.S.B.s. (1704-1705)
Pedro de la Concepcion Urtiaga, O.F.M. (1707- 1715)
Fernando de Valdivia y Mendoza, O.S.A. (1719-1725)
Sebastián Lorenzo Pizarro, O.S.B.s. (1727-1736)
Francisco Pérez Lozano, O.S.B.s. (1738-1743)
Francisco Placido de Bejar, O.S.B.s. (1745)
Francisco Julián de Antolino (1748-1752)
Pedro Martínez de Oneca (1756-1760)
Mariano Martí (1761-1770)
Manuel Jiménez Pérez, O.S.B. (1771-1781)
Felipe José de Tres-Palacios (1784-1789)
Francisco de Cuerda (1790-1795)
Juan Bautista de Zengotita, O. de M. (1795-1802)
Juan Alejo de Arizmendi (1804-1814), primer Obispo Puertorriqueño
Mariano Rodríguez de Olmedo (1815-1824)
Pedro Gutierrez de Cos (1826-1833)
Francisco Fleix Soláus (1846)
Francisco de La Puente, O.P. (1846-1848)
Gil Estévez y Tomás (1848-1854)
Pablo Benigno Carrion de Málaga, O.F.M. Cap. (1857-1871)
Juan Antonio Puig y Montserrat, O.F.M. (1874-1894)
Toribio Minguella y Arnedo, O.A.R. (1894-1898)
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Gobernadores:
1508 - 1511 Capt. Gen Don Juan Ponce de León - Fundó el asentamiento de Caparra.
1511 - 1513 Juan Ceron
1513 - 1514 Rodrigo Moscoso
1514 - 1515 Capt. Gen Cristóbal de Mendoza
1515 - 1519 Capt. Gen Don Juan Ponce de León
1519 Sánchez Velázquez
1519 - 1521 Antonio de la Gama
1521 - 1523 Pedro Moreno
1523 - 1524 Obispo Alonso Manso
1524 - 1529 Pedro Moreno
1529 - 1530 Antonio de la Gama
1530 - 1536 Ten. Gen Francisco Manuel de Landó
1536 - 1537 Vasco De Tiedra
1537 - 1544 Vasco De Tiedra
1544 Jerónimo Lebron de Quinones
1544 - 1546 Lcdo.Iñigo López Cervantes De Loaisa
1546 - 1548 Lcdo.Diego De Caraza
1548 - 1550 Diego De Caraza
1550 - 1555 Luis De Vallejo
1555 Lcdo. Alonso Esteves
1555 - 1561 Lcdo. Diego De Caraza
1561 - 1564 Antonio De la Llama Vallejo
1564 - 1568 Francisco Bahamonde de Lugo
1568 - 1574 Francisco de Solís Osorio
1575 - 1579 Francisco De Obando Y Mexia
1580 Jerónimo De Agüero Campuzano
1580 - 1581 Capt. Gen Juan De Céspedes
1581 - 1582 Capt. Gen Juan López Melgarejo - encargó a Juan Ponce de León II escribir una descripción general de las Indias Occidentales con énfasis en la parte correspondiente a Puerto Rico lo que llegó a conocerse como las Memorias de Melgarejo.
1582 - 1593 Capt. Gen Diego Menéndez de Valdés
1593 - 1597 Col. Pedro Suárez
1597 Juan Ponce de León II - Gobernador temporal, primer gobernador portoriqueño.
1597 - 1598 Capt. Gen Antonio De Mosquero
1599 - 1602 Capt. Gen Alonso De Mercado
1602 - 1608 Capt. Gen Sancho Ochoa De Castro, Conde de Salvatierra
1608 - 1614 Capt. Gen Gabriel De Roxas Paramo
1614 - 1620 Capt. Gen Felipe De Beaumont y Navarra
1620 - 1625 Juan de Vargas Machuca
1625 - 1630 Capt. Gen Juan De Haro y Sanvítores
1631 - 1635 Capt. Gen Enrique Enríquez De Sotomayor
1635 - 1641 Capt. Gen Iñigo De La Mota Sarmiento
1641 Capt. Gen Agustín De Silva y Figueroa
1642 - 1643 Capt. Gen Juan De Bolaños
1643 - 1648 Fernando De La Riva Agüero y Setién
1649 - 1655 Diego De Aguilera y Gamboa
1655 - 1660 José Novoa y Moscoso Pérez y Buitrón
1660 - 1664 Capt. Gen Juan Pérez De Guzmán y Chagoyen
1664 - 1670 Jerónimo De Velasco
1670 - 1674 Gaspar De Arteaga y Aunoavidao
1674 Diego Roblandillo
1674 Capt. Gen Baltazar Figueroa y Castilla
1675 - 1678 Alonso de Campos y Espinosa
1678 - 1683 Juan De Robles Lorenzana
1683 - 1685 Capt. Gen Gaspar Martínez de Andino
1685 - 1690 Juan Francisco Medina
1690 - 1695 Gaspar De Arredondo y Valle
1695 - 1697 Juan Francisco Medina
1697 - 1698 Tomás Franco
1698 - 1699 Antonio de Robles Silva
1700 - 1703 Gabriel Suárez De Ribera
1703 Diego Jimenez de Villarán
1703 Francisco Sánchez Calderon (Governor)
1704 - 1705 Pedro Arroyo y Guerrero
1706 Juan Francisco Morla
1706 - 1708 Francisco Granados
1709 - 1715 Col. Juan De Ribera
1716 José Francisco Carreño
1716 - 1720 Alfonso Bortodano
1720 - 1724 Francisco Danio Granados
1724 - 1730 Capt. Gen José Antonio De Mendizabal y Azcue
1731 - 1743 Ten. Col. Matías De Abadía
1743 - 1744 Domingo Pérez De Mandares
1744 - 1750 Col. Juan José Colomo
1750 - 1751 Col. Agustín De Parejas
1751 - 1753 Ten. Col. Esteban Bravo De Rivero
1753 - 1757 Capt. Gen Felipe Ramírez De Estenos
1757 - 1759 Esteban Bravo De Rivero
1759 - 1760 Mateo De Guaso Calderón
1760 - 1761 Esteban Bravo De Rivero
1761 - 1766 Ten. Col. Ambrosio De Benavides
1766 Col. Marcos De Vergara
1766 - 1770 Ten. Col. José Trentor
1770 - 1776 Col. Miguel De Musesas
1776 - 1783 Col. José Dufresne
1783 - 1789 Mariscal de Campo Don Juan Andrés Dabán y Busterino
1789 Francisco Torralbo
1789 - 1792 Brigadier Gen Miguel Antonio de Ustáriz
1792 - 1794 Francisco Torralbo
1794 - 1795 Brigadier Gen Enrique Grimarest
1795 - 1804 Mariscal de Campo Don Ramón De Castro y Gutiérrez, Marqués de Lorca y Barón de San Pedro
1804 - 1809 Toribo Montes
1809 - 1820 Salvador Meléndez y Ruiz
1820 Brigadier Gen Juan Vasco y Pascual
1820 - 1822 Gonzalo Arostegui y Herrera
1822 José Navarro
1822 Francisco González Linares
1822 - 1837 Ten. Gen. Miguel Luciano De La Torre y Pando, Marqués de Torrepando
1837 - 1838 Francisco Javier de Moreda y Prieto
1838 - 1841 Mariscal de Campo Miguel López De Baños
1841 - 1844 Ten. Gen. Santiago Méndez Vigo
1844 - 1847 Ten. Gen. Rafael De Aristegui y Velez, Conde de Mirasol
1847 - 1848 Mariscal de Campo Juan Prim de Prats y González, Conde de Reus, Vizconde del Bruchl, Marqués de los Castillejos
1848 - 1851 Ten. Gen. Juan de la Pezuela y Cevallos, Marqués de la Pezuela
1851 - 1852 Enrique De España y Taberner, Marqués de España, Barón de Ramefort
1852 - 1855 Ten. Gen. Fernando De Norzagaray y Escudero
1855 Ten. Gen. Andrés García Camba
1855 - 1857 Ten. Gen. José Lemery e Ibarrola
1857 - 1860 Ten. Gen Fernando Cotoner y Chacón
1860 Sabino Gamir Maladen
1860 - 1862 Ten. Gen. Rafael Echagüe y Bermingham
1862 - 1863 Brigadier Gen Rafael Izquierdo Gutiérrez
1863 - 1865 Ten. Gen. Félix María De Messina Iglesias
1865 - 1867 Ten. Gen José María Marchessi y Oleaga
1867 - 1868 Gen. Julián Juan Pavia Lacy
1868 - 1870 Gen. José Laureano Sanz y Posse
1870 - 1871 Ten. Gen. Gabriel Baldrich i Palau
1871 - 1872 Gen. Ramón Gómez Pulido
1872 Gen. Simón De La Torre Ormaza
1872 - 1873 Brigadier Gen Joaquín Eurile Hernan
1873 Ten. Gen. Juan Martínez Plowes
1873 - 1874 Gen. Rafael Primo De Rivera y Sobremonte
1875 Gen. José Laureano Sanz y Posse
1875 - 1877 Gen. Segundo De La Portilla Gutiérrez
1877 - 1878 Gen. Manuel De La Serna Hernandez y Pinzón, Marques de Irun
1878 Gen. José Gamir Maladen
1878 - 1881 Gen. Eulogio Despujol y Dusay, Conde de Caspe
1881 - 1883 Gen. Segundo De La Portilla Gutiérrez
1883 - 1884 Gen. Miguel De La Vega Inclán y Palma, Marques de la Vega Inclan
1884 Gen. Carlos Suances Campos
1884 Gen. Ramón Fajardo Izquierdo
1884 - 1887 Gen. Luis Daban y Ramírez de Arellano
1887 Gen. Romualdo Palacios González
1887 - 1888 Gen. Juan Contreras Martínez
1888 - 1890 Gen. Pedro Ruiz Dana
1890 Brigadier Gen José Pascual Bonanza
1890 - 1893 Gen. José Lasso y Pérez
1893 - 1895 Gen. Luis Daban y Ramírez de Arrellano
1895 - 1896 Gen. José Gamir
1896 Gen. Emilio March
1896 - 1898 Gen. Sabas Marín González
1898 Gen. Ricardo de Ortega y Díez
Gen. Andrés González Muñoz
1898 Gen. Ricardo de Ortega y Díez
1898 Gen. Manuel Macías Casado
1898 Gen. Ricardo de Ortega y Díez
http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia_en_espa%C3%B1ol
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Conversión de La Provincia de Piritu
51. Por ocasión de los litigios que habían excitado los pretensores de la conquista de Urpín, consultó Su Majestad, á D. Fernando Lobo, obispo que á la sazón era de Puerto Rico, y á. cuya diócesis toca aquella costa, y le ordenó le informase de aquella tierra y del estado y disposición de los indios. Hízolo aquel Príncipe con toda cristiandad y viendo que ninguno de los pretensores aspiraba á otra cesa que al propio interés que esperaban del servicio de los indios y de ninguna manera á hacer la causa de Dios ni cumplir con la real intención, lo puso en su real noticia en un informe, cuyo contenido fué no necesitar aquella tierra de ser conquistada con armas, que con religiosos de nuestro Padre San Francisco que fuesen á predicar á los indios, con la cruz y apostólicamente los pacilicarían y .reducirían á Dios. Tomóse esta resolución y Su Majestad mandó suspender las armas y que cesase la conquista y se agregaron al Gobierno de Cumaná. las dos ciudades de Barcelona y Cumanagoto. Dícese que D. juan de Urpín les dejó at algunos de sus soldados apuntados algunos indios para si Su Majestad les hiciese merced de dárselos en encomienda; no sé con qué fundamento, quedando los indios sin poblar ni reducir, según tengo anotado: de la misma manera pudo apuntar todos los caribes de Orinoco y de Guarapiche que no vió, aunque estaban y están en' la tierra de su jurisdicción
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
PIRITÚ , Provincia del Nuevo Reyno de Granada, confina con la de Venezuela por el E en el cabo de Codera , y con la de Cumaná por el O en el rio Gg y y valles de Santa Fe , tiene de largo casi 70 leguas de Costa entre las dos referidas Provincias , es de temperamento cálido intolerable quando hay calmas, pero templado quando reynan las brizas. En tiempo de lluvias es mas intenso por los vapores que exála la tierra; estas empiezan por el mes de Junio y duran hasta Octubre: en los años regulares llueve algo todos los dias , y siempre con tempestad de truenos y relámpagos ; los dias son casi iguales : riéganla muchos rios que todos salen al mar, y son Pertigalete , Guantar, Nevery , Unare , Uchire, Cupira , Paparo , Higuerote y Curiepe : en su Costa hay algunas Ensenadas y Puertos cómodos donde abunda el pescado de muchas especies , y el marisco, á que son sumamente aficionados los naturales, y en los bosques y montes mucha variedad de fieras , como leones , tigres , que son muy feroces y corpulentos , dos especies de osos, antas, sajinos , puercos espines, conejos , ardillas , y quatro diferencias de monos, de las quales solo una, que llaman araguata, comen los Indios,
son grandes, vermejos y tienen barbas como los cabrones; críanse tambien cantidad de venados y muchos insectos perjudiciales, como son culebras corales , cascabeles , hormigueras que allí llaman quiaguequenoto, cien pies , alacranes , arañas muy grandes, negras y peludas, garrapatas y mos* quitos de muchas especies, tan molestos que no se puede dormir sin toldo ó mosquitera , y algunas veces forman una nube que cubren el sol , morciélagos, que aunque perjudiciales porque muerden las yemas de los dedos al que duerme, y algunos se han desangrado , tienen la propiedad de comerse á los mosquitos, y de estos hay algunos que dexan en la picada la semilla de un gusano que crece dentro del cutis causando increibles dolores si no se mata con tabaco: no es menor la plaga de hormigas muy perjudiciales, ni la variedad de aves raras y exquisitas , como loros que aprenden con mas facilidad la lengua de los Indios que la Española, cotorras muy parleras , cardenales de hermosísimo color , otra ave pequeñíta como el gilguero, de color verde, los encuentros de las alas azules y el pico corvo , que cantan y remedan el canto de las demas aves, y llaman los Indios pupitiri; otra que llaman turicha , que tiene el pecho y las alas blancas y negras , y lo restante del cuerpo naranjado , que se domestican, vienen á la mano y comen á la mesa; hay tambien perdices, que aunque se parecen á las de Europa , son mayores, de diverso color y canto , codornices, palomas, tórtolas, patos, pavos blancos y negros con los pies amarillos, y gallinas silvestres: estaba poblada esta Provincia de Indios de las naciones Cumanagotos, Palenques ó Guatines , Cores , Tumuzas, Chaimas , Farautes , Cuacas , Arvacas , Caribes y otras; propuso su conquista al Rey D. Juan de Urpin , natural del Principado de Cataluña , que logró que los naturales se entregasen pidiendo la paz , y fundó la Ciudad. de Barcelona , dis
tinta de la que hay hoy: á poco tiempo murió Urpin , y le succedio el Capitan Diego de Urbes; pero las violencias que padecían los Indios hizo que la Magestad de Felipe IV pidiese informe á D. Fernando Lobo , Obispo de Puerto-rico, á cuya Diócesis pertenece, y en vista de haber dicho que no habia necesidad de conquista de armas sino de la espiritual, ganando la voluntad de los Indios con la predicacion del Evangelio, mandó aquel Monarca que pasasen allí á este efecto Religiosos de S. Francisco, y entraron en ella ocho el año de 1656 del Convento del Abrojo , y por su Comisario Fr. Juan de Mendoza , que habia sido Provincial en la Florida , los quales, y los que les han succedido despues en el exercicio de Misioneros Apostólicos , han reducido á la Fe Católica aquellos infieles , fundando 40 Pueblos , que existen, en que habitan mas de 12é Indios, y son los siguientes:
Nra. Sra. de la Concepcion del Piritú,
Sta. Clara de Zapata, . .- . .
S. Antonio de Ma
nareima, S. Joseph de Chi
guatacuar,
S. Miguel de Araveneicuar,
Jesus, Maria y Joseph de Caigua Patar,
S. S. Antonio de Clarines,
Ntra. Sra. del Pi lar de Guaimacuar,
S. Juan Evangelista de Aguaritacuar^
S. Lorenzo de Aguaritacuar,
San Buenaventura de Cbacopata,
S. Diego de Chaco pata,
San Francisco de Cutuacuar,
San Bernardino Guertecuar,
San Pablo de Mataruco,
Santísimo Christo de Pariaguan,
Ntra. Sra. de los
Dolores de Quia
mare, Sta. Cruz de Ca
chipo, Sta. Clara de Ari
bi,
Encarnacion de
Mustacu,
San Joseph de Curataquiche,
San Juan del Guarí ve,
San Juan Evangelista delTucuyo,
San Juan Capistrano de Puruey,
Pozuelos,
Roldanillo,
San Diego de Cuacuar,
Santo Domingo de Ar aguita,
San Pedro Alcántara de Cbupaquire, San Mateo de Orituco, Santa Ana, Santa Bárbara, S. Joaquín de Pariri,
Sta. Rosa de Oco
Ntra. Sra. de Chamariapa,
San Antonio de Guazaiparo,
Mucuras,
Atapiriri,
San Pedro Regalado de Cabrurica,
San Francisco Solano del Platanar:
el nombre de Piritu lo toma del país ó territorio que habitaban sus naturales, por la abundancia que hay en él de una especie de palma pequeña , cuyo fruto es unos racimitos como de uvas en agraz , y su tronco es como una caña,cubierto de espinas , muy negro , y tan fuerte y terso que lo usan para hacer pipas en que fumar tabaco porque resiste mucho al fuego: el que quisiere instruirse mas en este
artículo puede ver la conversion de Indios del Piritu , escrito por el P. Fr. Matías Ruiz Blanco, y la Historia de la Nneva Andalucía de Fr. Antonio Caulin, ambos Religiosos Misioneros Apostólicos del Orden de San Francisco en esta Provincia.
La Capital es el Pueblo del mismo nombre con la advocacion de nuestra Señora de la Concepcion, fundado el año de 1656 por Fr. Fr. Juan de Mendoza, Comisario de los primeros Misioneros del Orden de San Francisco que entraron á predicar allí el Evangelio: está situado en una quebrada no muy grande que rodea una serranía distante inedia legua del mar y 10 de la Ciudad de Barcelona; su terreno es estéril por falta de aguas, y tienen que hacer sus sementeras á mas de una legua de distancia; pero abunda de exquisito pescado y marisco , como de ganado vacuno ; tiene una magnifica Iglesia , que es la mejor de todo aquel Obispado; consta hoy su vecindario de mil y seiscientas almas de todas edades, que son de buena indole, laboriosos , constantes en la Fe y amantes de los Españoles.
. Unas Islas del mar del N, situadas cerca de la Costa de la Provincia anterior de quien le toman, son dos pequeñas y desiertas, al O de la Ciudad de Barcelona.
http://books.google.es/books?id=nlZ9...tput=html_text
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Oroonoqce :—(Thus written in the 2d edition of Robinson Crusoe) A rirer of the Nuevo Reyno de Granada, in S. America, one of the four largest rivers on the continent. It rises in the Sierras Nevadas to the N. of the lake Parime, in the province of Guayana, according to the discovery made by order of the court by Admiral Don Joseph IturIuaga, and by means of the information received from the Caribes Indians, proving erroneous the origin given to it by the father Joseph GuMii.i.a, the Jesuit, in his book entitled "Orinoco llluttrudo," as also the origin given it by the ex-jesuit Coleti, namely, in the province of Mocoa, in lat. 1° 21' N. The fact is, that, according to the more recent and best accounts, it should appear to rise in the Sierra Ibermoqueso, from a small lake called Ipava, which is, agreeably with the account ol our author, in the province of Guayana. This river runs more than 600 leagues, receiving in its extended course an exceeding number of other rivers, which swell it to an amazing size, and it proceeds to empty itself into the sea, opposite the island of Trinidad, bv seven different mouths, forming various isles, denominated the Orotomecas or Palotnas, so called from a barbarous nation of Indians of this name inhabiting them. The Orinoco bears the name of Iscante, until it passes through the country of the Tames Indians, where it receives, by the W. side, the rivers Panama.e and Plasencia, and acquires then the name of that district, which it changes at passing through the settlement of Snn Juan de Yeima into that of Guayare, and then to that of Barragan, just below where it is entered by the abundant stream of the Meta, and before it is joined by the Cazanare, of equal size. It receives on the N. side, the rivers Pau, Guaricu, Assure, Cahiari, Sinaruco, Guabiaris, lrricha, Sun Carlos, and others; and by the S. those of Benituari, Ainariguaca, Cuchivero, Caura, Aroi, Caroni, Acquiri, Piedras, Vermejo or Colorado, and others of less note; and being rendered thus formidable with all the above, it at last becomes the Orinoco. Its shores and islands are inhabited by many barbarous nations of Indians, some of whom have been reduced to the catholic faith by the Jesuits, who had founded some flourishing missions, until the year 1767; when, through their expulsion from the Spanish dominions, these Indians passed to the charge of the capuchin friars. The Orinoco is navigable for more than 200 leagues for vessels of any size, and for canoes and small craft from its mouth as far as Tunja or San Juan de los Llanos. It abounds exceedingly in all kinds offish; and on its shores, which are within the ecclesiastical government of the bishop of Puerto Rico, are forests covered with a great variety of trees and woods, and inhabited by strange animals and rare birds, the plants, fruits, and insects being the same as those on the shores of the Maranon. This last mentioned river communicates with the Orinoco bv the river Negro, although this was a problem much disputed until acknowledged by the discovery made by the father Ramubl Roman, the Jesuit, in 1743.
http://books.google.es/books?id=EAoG...tput=html_text
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
del
obispado de Puerto Rico es Cumaná,
Trinidad y Margarita todo la Ultramar y
muy a Barlovento de aquel Puerto, por lo
cual no se puede visitar facilmente.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Visita del obispo Pérez Lozano continuación
Puerey
Y al día siguiente hizo la visita de la parroquial de San Juan Capistrano del Puruey, de indios de la real Corona, que está unida y agregada a la antecedente, reconociendo y visitando en ella su fábrica material, que es de fábrica poco permanente, como la antecedente; el altar mayor con su retablo de madera pintado y dorado; ara consagrada; cruz pequeña con un Cristo crucificado, con todo el adorno necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, que se halló con todo aseo y limpieza, pila baptismal, vasos de los santos óleos, ornamentos y libros parroquiales, con todo lo demás perteneciente a la administración de los santos sacramentos; se puso por inventario y se hizo entrega jurídica al referido cura doctrinero, a quien encargó el buen tratamiento de los indios, y dio algunas providencias en orden al consuelo y pasto espiritual de aquella feligresía, la cual se compone de 545 almas de todos estados, 136 tributarios a S.M. y de éstas se les confirió el santo sacramento de la confirmación a 180.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
San Miguel
El 11 del citado mes y año pasó al pueblo de San Miguel, de indios de la Real Corona, y sus agregados San Francisco, San Pablo, y San Lorenzo de Güere, de quien es doctrinero el reverendo padre fray Francisco de Ledesma, de la observación de San Francisco; visitó la iglesia parroquial, que es de bahareque cubierta d teja, fábrica de poca permanencia; manifestó los motivos de su venida, y los motivos de su pastoral tarea, haciendo publicar el edicto general de pecados públicos, y procedió a la visita del altar mayor; reconoció en él, el sagrario, en que se coloca el Santísimo Sacramento en una custodia dorada, con ara, corporales, el copón de formas consagradas y relicario para el viático, ara consagrada, cruz, el adorno necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, fuente baptismal, vasos de los santos óleos, libros parroquiales y demás necesario para la administración de los Santos Sacramentos, que halló con decencia; hizo la procesión de difuntos acostumbrada, mandó poner de manifiesto todos los ornamentos, bienes y alhajas, se pusieron por inventario, e hizo entrega jurídica a dicho doctrinero; y por el reconocimiento que se hizo de los padrones, se reconoció que la feligresía de dicho pueblo se compone de 756 almas de todos estados, 105 tributarios, y se confirió el Santo Sacramento de la confirmación a 237 almas.
San Francisco
En la misma forma continuó la del pueblo de San Francisco, agregado al antecedente, haciéndola de su iglesia parroquial, altar mayor, vasos sagrados, pila baptismal, santos óleos, y todo lo demás concerniente a la administración de los Santos Sacramentos, ornamentos, libros parroquiales y demás bienes pertenecientes a ella, que se pusieron por inventario, y se hizo entrega jurídica a su doctrinero. La feligresía de este pueblo se compone de 307 almas de todos estados, 57 tributarios, y administró el sacramento de la confirmación a 153.
San Pablo
El 11 del mismo mes y año practicó la del pueblo de San Pablo, uno de los agregados al precedente, haciéndola de su iglesia parroquial, altar mayor, ara, cruz, y lo demás conducente para el santo sacrificio de la misa, baptisterio, pila bautismal, los santos óleos, y lo demás necesario para la administración de los santos sacramentos, libros parroquiales, ornamentos, bienes y alhajas, de dicha
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
parroquial, que se pusieron por inventario, y se mandó hacer entrega jurídica a dicho reverendo padre doctrinero. La feligresía de este pueblo se compone de 495 almas, 78 tributarios, y se administró el sacramento de la confirmación a 202.
San Lorenzo
Hizo asimismo la de San Lorenzo Mártir de Güere, último agregado al de San Miguel, haciéndola de su iglesia parroquial, altar mayor y adorno necesario para el santo sacrificio de la misa, el baptisterio, fuente baptismal, sanos óleos, archivo y libros parroquiales, que halló con oda limpieza y aseo, ornamentos, bienes, y alhajas, que se puso por inventario, y se hizo entrega jurídica a su doctrinero, encargándole a éste la exactitud de la doctrina cristiana y predicación del santo evangelio y buen tratamiento de sus feligresías, componiéndose la de este pueblo de 489 almas de todos estados, 80 tributarios, y confirió el sacramento de la confirmación a 199, exhortó a los indios a la permanencia en la religión católica, sujeción y reconocimiento a Su Majestad y procurasen vivir en santo temor de Dios con detestación de las costumbres antiguas del gentilismo.
Caigua
El 13 del mencionado mes y año, en prosecución de su pastoral visita, pasó al pueblo de Jesús María y Joseph de Caigua, de indios de la Real Corona, agregado al de nuestra Señora del Pilar, que es cabecera de esta doctrina; vistió en ella la iglesia parroquial, el sagrario, Santísimo Sacramento que se coloca en él, copón, relicario, altar mayor, ara, cruz y lo demás que se requiere para la decente celebración del santo sacrificio de la misa, que halló con todo aseo y limpieza, el baptisterio, fuente bautismal, santos óleos y demás conducente para la administración de los santos sacramentos, libros parroquiales, ornamentos, bienes, y alhajas de dicha iglesia, que se pusieron por inventario, y se hizo entrega jurídica de todo al muy reverendo padre fray Matías García, actual comisario de las misiones, y doctrinas de Píritu, a cuyo cargo está el ministerio parroquial de los citados pueblos, a quien encargó el buen tratamiento de los indios, y por los padrones de la feligresía se verificó que la del pueblo de Caigua se confirió el sacramento de la confirmación a 446.
No pasó al mencionado pueblo de Pilar, por hallarse éste disgregado de los demás a causa de hallarse apestado de viruelas, cerrado su tránsito por la real Justicia para impedir el contagio de las demás.
San Bernardino
En 15 de los citados mes y año transitó al pueblo de San Bernardino de Huertecuar, de indios de la Real Corona, que está al cargo de los reverendos padres misionarios de Píritu, de la observancia de San Francisco, en donde al día siguiente publicó su visita eclesiástica, dando a entender a todos los fines de dicha visita; mandó leer el edicto de pecados públicos, visitó la iglesia parroquial, altar mayor, sagrario Santísimo Sacramento, que se coloca en él, con su ara, y corporales y lo demás que se requiere para la celebración del Santo sacrificio de la misa, baptisterio, fuente baptismal, los santos óleos, libros parroquiales, y todo lo demás perteneciente a la administración de los santos sacramentos; hizo la procesión acostumbrada de difuntos, mandó poner de manifiesto los ornamentos bienes, y alhajas pertenecientes a dicha parroquial que reconoció y mandó poner por inventario y hacer entrega jurídica al reverendo padre fray Bernardino
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Camacho de Bedoya, a quien quedó encomendó el cargo parroquial hasta que se proveyese en propiedad a causa de haber hecho renuncia con licencia de su prelado, el reverendo padre fray Juan Nicolás de Rada, que lo era propio de dicha doctrina por hallarse habitualmente enfermo e impedido de poderle dar pasto espiritual a los indios, como por haber reconocido ser conveniente el apartarle del servicio parroquial de dichas doctrinas para la quietud de ellas, de toda su comunidad, que había mucho tiempo estaba alterada, en que resultaba mala nota a los indios, y el ministerio apostólico pausaba, lográndose por medio de esta providencia el que se tranquilizase todo, y han quedado pacíficas dichas doctrinas y sus operarios, de que dieron a Su Señoría Ilustrísima muchas gracias por el medio prudencial que arbitró para remedio de aquellas alteraciones públicas; y por los padrones de la feligresía se reconoció se componía de 1.700 almas de todos estados, 150 tributarios, y se confirió el santo sacramento de la confirmación a 367.
Curatequiche
De donde pasó al de San Joseph de Curatequiche, de indios de la Real Corona, agregado a la antecedente; visitó en él la iglesia parroquial, el altar mayor, sagrario, Santísimo Sacramento y lo conducente a su decencia, fuente baptismal, santos óleos, libros parroquiales y demás que pertenece a la administración de los santos sacramentos, ornamentos, bienes y alhajas de dicha parroquial; se mandaron poner por inventario y se hizo entrega jurídica a dicho doctrinero. La feligresía de este citado pueblo se compone de 700 almas, 108 tributarios, y se administró el sacramento de la confirmación a 203.
San Mateo de Prepuntare y otros pueblos de la comarca: San Joaquín, Santa Ana, Santa Bárbara, Santa Rosa, Nuestra Señora de Candelaria, San Buenaventura
De donde, atendiendo al consuelo espiritual de los indios neófitos que están asentados en misiones, internados en los llanos de la provincia de la Nueva Barcelona, sin embargo de la larga distancia, incomodidad de los caminos, pasó a la misión de San Mateo de Prepuntare, y en los días 20 y siguientes se ocupó en administrar el santo sacramento de la confirmación a los indios de dicho pueblo, San Joaquín, Santa Ana, Santa Bárbara, Santa Rosa, Nuestra Señora de la Candelaria, y San Buenaventura de Panapotar, y lo confirió a 294 del pueblo de San Mateo, 112 de San Buenaventura, 109 de Santa Rosa, 97 de San Joachin, 39 de Nuestra Señora de Candelaria, 70 de Santa Bárbara, y 170 de Santa Ana de Anaco, que por todas hacen 891 y habiendo reconocido en aquellos partidos se hallaban dispersos muchos feligreses de la parroquial de Barcelona en el cuidado de las haciendas y hatos a más distancia de veintitrés leguas, a pedimento de aquellos feligreses a instancia del señor gobernador y capitán general de estas provincias para que estuviesen bien asistidos, y no careciesen del pasto espiritual, conviniendo el propio párroco de Barcelona en la ermita de Nuestra Señora de Belén de Aragua en dichos llanos, en que se está fundando un pueblo, hasta tanto de su efecto se erigió y constituyó un cura capellán para que les dijese misa, administrase los santos sacramentos, y enseñase la doctrina cristiana, obligándose los vecinos y moradores a su estipendio, oblata y demás necesario para el culto divino, y fábrica de la iglesia, reportando por este medio el consuelo espiritual a
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
que aspiraban, y administró el santo sacramento de la confirmación a 40 almas, y el total de esta feligresía se compone de 370 de todos estados de donde regresó a la ciudad de Nueva Barcelona.
Pozuelos
De allí, en 30 del mes de marzo del expresado año, pasó al pueblo de Nuestra Señora del Amparo de Pozuelos, de indios de la Real Corona, y sus agregados Santo Domingo de Aragüita y San Diego de Putucuar; visitó en él la iglesia parroquial, sagrario, Santísimo Sacramento, pila baptismal, vasos de los santos óleos, y todo lo demás perteneciente a la administración de los santos sacramentos, libros parroquiales, ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha iglesia, que mandó poner por inventario, e hizo entrega jurídica al reverendo padre fray Blas Díaz, su cura doctrinero; administró el santo sacramento de la confirmación a 294 almas, y su feligresía se compone de 374 almas de todos los estados, y de éstos son tributarios a Su Majestad 70.
Santo Domingo de Aragüita
Y continuando su pastoral visita, pasó al pueblo de santo Domingo de Aragüita, de indios de la real Corona, el día, mes y año citado; visitó su iglesia parroquial, habiendo primero manifestado los motivos de su venida, y fines de su pastoral tarea, haciendo publicar el edicto de pecados públicos, e hizo la del altar mayor; ara, cruz, y lo demás concerniente para el santo sacrificio de la misa, pila baptismal, santos óleos, y demás necesario para la administración de los santos sacramentos, libros parroquiales, ornamentos, bienes, y alhajas de dicha parroquial, que se manifestaron y pusieron por inventario, haciéndose entrega jurídica de ellos a dicho reverendo padre doctrinero, encargándole a éste el buen tratamiento de dichos indios. La feligresía de este pueblo se compone de 340 almas de todos estados, 70 tributarios; y se confirió el santo sacramento de la confirmación a 103.
San Diego de Putucuar
Desde donde pasó al pueblo de San Diego, de indios de la Real Corona, agregado al precedente, el referido día 30, y al siguiente visitó la iglesia parroquial de dicho San Diego, su sagrario en que se halla colocado el augusto Sacramento con su ara, corporales, y demás necesario para la decencia de tan soberana Majestad, y el altar mayor con el adorno correspondiente para la celebración del santo sacrificio de la misa, y en él la imagen de dicho santo como titular de dicha iglesia y patrón de dicho pueblo, fuente baptismal, vasos de los santos óleos, libros parroquiales y demás necesario para la administración de los santos sacramentos, que halló con toda decencia, concluyendo con la procesión de difuntos acostumbrada; hizo poner de manifiesto todos los ornamentos, bienes y alhajas, que, reconocidos, se pusieron por inventario, haciéndose entrega jurídica de ellos a dicho doctrinero; y por el reconocimiento que de los padrones se hizo, se reconoció que la feligresía de dicho pueblo se compone de 261 almas de todos estados, 47 tributarios; y se confirió el santo sacramento de la confirmación a 114.
El día 2 de abril regresó a la ciudad de la nueva Barcelona, el día 20 del citado mes se transportó a ésta de Cumaná, con deliberación de proseguir su visita a la tierra adentro de esta provincia, y como hubiesen comenzado las lluvias que ponen los caminos intratables, los ríos, quebradas, y fuentes invadeables, la suspendió hasta
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
que cesen estos inconvenientes y se continuó en esta dicha ciudad entendiendo en diferentes negocios pertenecientes así a lo gubernativo como ordinario hasta el mes de agosto, que tomó la resolución de pasar a hacer la de la Isla Margarita, a donde transitó el día 25 del citado mes, no sin conocido peligro de los piratas ingleses que infestaban estas costas, aventurando más el riesgo de su sagrada persona que retardar el remedio de sus ovejas y consolarlas espiritualmente en el Señor.
Margarita
Llegó el día 28 a la ciudad de la Asunción de Nuestra Señora, capital de la Isla Margarita, en donde fue recibido conforme a lo dispuesto por el Ceremonial romano y leyes de estos reinos, y manifestó los motivos de su venida y deseo de reformar las costumbres de sus súbditos, apartándoles de los vicios, y encaminándoles a las virtudes; y el día 31 del citado mes de agosto expidió auto convocatorio para que el clero y pueblo asistiesen a la parroquial el día del domingo próximo, 4 del mes de septiembre, para publicar y abrir la visita eclesiástica, participándolo al señor coronel, don Joseph de Alvear y Velasco, gobernador y capitán general de dicha isla, cabildo, justicia y regimiento y prelados de las religiones de Santo Domingo y San Francisco para su concurrencia. El día 4 su Señoría Ilustrísima concurrió a la iglesia parroquial, asistiendo el pueblo, justicia, y regimiento, clero y comunidades se celebró misa solemne, se publicó la visita leyendo el edicto de pecados públicos, y demás comprehensivo de ella, y con apostólico celo predicó el reverendo padre fray Joseph Antonio Vique, predicador misionero apostólico de las conversiones de Guayana y ex prefecto de ellas, dando a entender a todos la obligación que tenían de obedecer al prelado y manifestar las conciencias de sus próximos que vivían abismadas en estado de condenación en pecados públicos para su remedio, publicó misión a recomendación de su Señoría Ilustrísima, deseoso de la salud espiritual de sus ovejas y que por los medios suaves de los avisos evangélicos enmendasen sus vidas y mejoras en sus conciencias, las que se continuó por 22 días, y resultaron muchos aprovechamientos espirituales.
Concluida la misa, dada la bendición al pueblo, visitó el altar mayor, el sagrario, en que se coloca el Santísimo Sacramento en custodia decente de plata sobredorada, ara, corporales, copón y relicario de formas consagradas, que halló con todo aseo y decencia y dicho altar mayor adornado con la Santa Cruz y un Crucifijo, imagen de la Asunción de Nuestra Señora, su titular y patrona, y la de San Pedro Apóstol, ara, y el demás adorno correspondiente para la celebración del santo sacrificio de la misa; y de allí procedió a la capilla del baptisterio: visitó la fuente baptismal, vasos de los santos óleos, libros parroquiales, y todo lo demás perteneciente a la administración de los santos sacramentos, hallándolo todo en segura y decente custodia, y asimismo los altares particulares que son los de la estación de Cristo crucificado, de San Juan Baptista, de las Ánimas del Purgatorio, el de Nuestra Señora de Candelaria, el de Nuestra Señora del Carmen, y el de Santa Lucía, virgen, los cuales se hallan con sus aras, cruces, frontales, manteles, y lo demás necesario para el sacrificio de la misa; y concluidas estas diligencias, hizo la procesión acostumbrada de difuntos, con que se finalizó la función, y continuó en los demás días en los negocios de visita. Mandó se pusiesen de manifiesto todos los ornamentos, bienes y alhajas, de dicha parroquial, los reconoció cotejándolos con los preexistentes inventarios con asistencia de los curas rectores de la parroquial, mandó consumir lo inútil, y lo útil y servible se puso por inventario, e hizo entrega
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
jurídica al sacristán mayor, que hace oficio de tesorero en dicha parroquial; en ella se hallan erigidas canónicamente las cofradías del Santísimo Sacramento, la de la Asunción de Nuestra Señora del Carmen y las de las Animas del Purgatorio, cuyos bienes y alhajas visitó, reconoció, mandó poner por inventario e hizo entrega jurídica a sus respectivos mayordomos, practicando lo mismo en la ermita de San Pedro Mártir, en que está fundada la Cofradía de Nuestra Señora de Consolación, y la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, que está contigua al convento de San Francisco, en que está erigida la cofradía de su título; se reconocieron sus bienes y alhajas, se pusieron por inventario y se entregaron a los mayordomos, a quienes y al de la cofradía de la santa Veracruz, que está fundada en el convento de Nuestra Señora del Rosario, del Orden de Predicadores, se les tomó cuentas de la administración de sus rentas y limosnas, se ajustaron y liquidaron, y los alcances que resultaron se mandaron hacer efectivos. Tomó cuentas en la misma forma al mayordomo de la fábrica parroquial, interviniendo para su ajuste y liquidación persona deputada por el gobernador y el capitán general de esta isla por parte del Real Patronato; los alcances que resultaron se aseguraron, dándoles paradero efectivo. Visitó los testamentos, fideicomisos, y otras disposiciones causa mortis, hizo cumplir las mandas y legados, quedando por este medio las voluntades de los testadores cumplidas. Reconoció las capellanías y memorias de misas rezadas, sus fundaciones, fincas, y fianzas, y cómo cumplían los capellanes con sus cargas, dando las providencias más correspondientes a la permanencia de obras pías, y el cumplimiento de la voluntad de sus fundadores. Administró el santo sacramento de la confirmación, así en dicha ciudad como en sus partidos, a 2.656 almas, y el total de la feligresía de la parroquial de dicha ciudad, según se verifica de los padrones generales, 7.204 almas.
Y habiéndose experimentado que el número cuasi de cuatro mil moraban y residían en los territorios de las parroquiales del valle de Nuestra Señora de la Natividad, Santa Ana del Norte y San Joseph de Paraguachi, distantes de su propia parroquia por lo que, y su grande pobreza, no podían concurrir a ella cómodamente a recibir el pasto espiritual, vivían con el desconsuelo de no ser prontamente socorridos en sus urgencias, se mandó recibir información para agregar aquellas almas, que habitan respectivamente en el territorio de cada doctrina, a la parroquia para que el doctrinero, como propio párroco, les administrase los santos sacramentos y enseñase la doctrina cristiana, con audiencia de los curas de dicha ciudad que se queda controvirtiendo, y dará cuenta a Su Majestad con autos por consulta separada. Dispensó con muchos en virtud de las facultades apostólicas para que contrajesen matrimonio por obstarles algunos impedimentos dirimentes, de cuyo medio se valió su pastoral prudencia para remedio de las conciencias de algunos que vivían abismados en estado de condenación, intermitiendo el castigo de otros reincidentes que con escándalo vivían por haber faltado a los auxilios y correspondencia el señor coronel, Joseph de Alvear y Velasco, gobernador y capitán general de aquella isla, frustrando por este medio la reformación de costumbres de sus súbditos, escuchando competencias porque no se malograse el sosiego común y paz pública, que ha sido el primer objeto del prelado, de que da cuenta a Su Majestad con autos separados: y dejando abierta la visita por lo respectivo a ésta.
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San Joseph de Paraguachí
El 17 de octubre del mismo año pasó al valle de San Joseph de Paraguachí, en que está la parroquial de su título, de indios guaiqueríes, en donde publicó la visita, dando a entender los motivos de su venida y el deseo de la reformación de las costumbres de sus ovejas, predicó dicho reverendo padre fray Joseph Antonio Vique, publicó misión, que continuó por nueve días, de que resultaron muchos aprovechamientos espirituales, visitó el altar mayor, el sagrario en que se venera el Santísimo Sacramento en una custodia, su ara, corporales, velos, puertas y llave, copón y relicario de formas consagradas, que halló con todo aseo y limpieza dicho altar mayor, las imágenes de San Joseph su titular, la de Nuestra Señora del Rosario, y la de la Inmaculada Concepción, ara, cruz, y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, el baptisterio, fuente baptismal, vasos de los santos óleos, libros parroquiales, y demás necesario para la administración de los santos sacramentos, hizo la procesión acostumbrada de difuntos, y reconoció los ornamentos, bienes y alhajas de dicha iglesia, que mandó poner por inventario, e hizo entrega jurídica a su doctrinero; visitó la cofradía del Santísimo Sacramento, tomó cuentas a su mayordomo, y mandó hacer efectivos sus alcances, y al mayordomo de dicha parroquial con intervención de persona deputada por el Real Patronato, asegurando los alcances que resultaron.
La feligresía de indios guaiqueríes de esta parroquial se compone de 579, y se administró el santo sacramento de la confirmación a 413 almas, y encargándoles a todos el santo temor de Dios.
Santa Ana del Norte
Pasó al Valle de Santa Ana del Norte, en que está la iglesia parroquial de su
título, de indios guaiqueríes, y habiendo allí publicado su visita, y predicado
sermón dicho reverendo padre Fray Joseph Antonio Vique, continuando
sermón por el espacio de ocho días con especial fruto y aprovechamiento de las
almas, visitó dicha parroquial, el altar mayor y sagrario, en que está colocado
el Santísimo Sacramento en una custodia, ara, corporales, copón y relicario de
formas consagradas, que halló con toda decencia, y en dicho altar mayor ara,
cruz y lo demás necesario para el santo sacrificio de la misa, y la imagen de
Santa Ana de la referida iglesia, el baptisterio, fuente baptismal, vasos de los
santos óleos, libros parroquiales, y demás conducente a la administración de los
santos sacramentos, dos altares colaterales, el uno de Cristo crucificado, y Nuestra
Señora de Belén, y el otro de Nuestra de los Remedios y San Joseph; hizo la
procesión acostumbrada de difuntos, reconoció los bienes, alhajas y ornamentos
de dicha parroquial, los mandó poner por inventario jurídico y se hizo entrega
de todo a su cura doctrinero, tomó cuentas al mayordomo de la fábrica de ella
con intervención de persona deputada por el Real Patronato para su liquidación
y ajuste, se aseguraron los alcances y se les dio paradero efectivo; y asimismo la
cofradía del Santísimo Sacramento, sus bienes y alhajas, y tomó cuentas a su
mayordomo de las rentas y limosnas y se aseguraron sus alcances; también visitó
en dicho partido la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, tomando cuentas
a sus mayordomos y dando paradero efectivo de sus resultas, administró el santo
sacramento de la confirmación a 583 almas, así de indios como españoles, y la
feligresía de este partido de indios guaiqueríes se compone de 407 almas de todos 42 estados, y encargándoles a todos el santo temor de Dios.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Valle de San Juan
En 2 de noviembre de dicho año pasó al Valle de San Juan Baptista, en que está la iglesia de que es titular, y se sirve por un capellán estipendiado a costa de los vecinos, administrándoles los santos sacramentos, por la distancia que hay a la ciudad de la Asunción de Nuestra Señora de la isla Margarita, y no poder ser asistidos cómodamente en las urgencias por sus curas rectores, en la que publicó su visita, leyéndose el edicto de pecados públicos, y en su prosecución visitó el altar mayor, en que está colocado el patrón de dicho valle, Nuestra Señora de la Concepción, y San Antonio de Padua, su ara, cruz y demás necesario para celebrar el santo sacrificio de la misa, el baptisterio, pila bautismal, vasos de los santos óleos, y demás que conduce a la administración de los santos sacramentos, hizo la procesión acostumbrada de difuntos, y al día siguiente reconoció los bienes, ornamentos y alhajas de dicha ermita, mandó poner por inventario y se hizo entrega jurídica a dicho capellán; tomó cuentas al mayordomo de ella de sus limosnas y demás ingresos, y a los alcances que resultaron hizo dar paradero efectivo; se compone la vecindad de este valle de 461 almas de todos estados, se administró el santo sacramento de la confirmación a 206.
Valle de la Natividad
De donde, el día 6 de dicho mes y año, en prosecución de su pastoral tarea, pasó a la Iglesia parroquial de la doctrina del valle de la Natividad de Nuestra Señora, de indios guaiqueríes, de que es cura propio el reverendo don Pedro González Tineo; publicó en ella su visita, manifestando a todos los motivos de su venida y el remedio de sus conciencias; visitó el sagrario en el altar mayor, en que se coloca el Santísimo Sacramento, copón y relicario de formas consagradas, que todo se guarda en dicho sagrario, y se halla con la decencia correspondiente dicho altar mayor y en él un retablo tallado y dorado, en que se coloca la milagrosa imagen de Nuestra Señora del Valle, el baptisterio, pila baptismal, vasos de los santos óleos y demás necesario para la administración de los santos sacramentos , el archivo de la iglesia y libros parroquiales, que halló en buena custodia, dos altares colaterales, el uno de San Antonio, y el otro de San Diego: y hecha la procesión de difuntos, procedió a la sacristía y reconoció los bienes, ornamentos, y alhajas pertenecientes a dicha iglesia, puso dichos bienes por inventario, y se hizo entrega jurídica a su doctrinero, practicando lo mismo con los de la cofradía del Santísimo Sacramento, vestidos y adornos de Nuestra Señora del Valle; tomó cuentas a sus mayordomos y al de la parroquial con persona deputada por el Real Patronato para su liquidación y ajuste, mandando asegurar sus resultas. Y como en aquella ocasión se hallase toda la isla esterilizada por la falta de aguas, mandó hacer rogativas y procesiones públicas a la milagrosa imagen de Nuestra Señora del Valle, concurriendo personalmente Su Señoría Ilustrísima a ellas, y celebrando el primer día la misa, y a su ejemplo concurrían de todas partes de la isla mediante cuya deprecación e intercesión de Nuestra Señora reportaron el consuelo de tener lluvias proporcionadas, con que hicieron crecidas cosechas de frutos para su manutención. La feligresía propia de indios guaiqueríes de esta dicha doctrina se compone de 305 almas de todos estados, y de éstos y los españoles que moran en aquel territorio se confirmaron 509 almas; y se despidió, encargando a todos el aborrecimiento de los vicios y prosecución de las virtudes, en las que se edifica para la bienaventuranza.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Robles
El día 23 de dicho mes y año pasó al valle de los robles de dicha isla, en que está erigida una ermita de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, cuya sagrada imagen se venera colocada en un retablo de talla dorado del altar mayor, el cual visitó con todo lo necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, reconoció todos los bienes, ornamentos y alhajas a ella pertenecientes, los mandó poner por inventario y hacer entrega jurídica a su mayordomo, a quien tomó cuentas, y los alcances que resultaron líquidos les hizo dar paradero efectivo. La vecindad de este valle se compone de 490 almas de todos estados, y de éstos y los que residen en el Puerto de Pampatar se les confirió el santo sacramento de la confirmación a 186 almas, los cuales, aunque son feligrés de la parroquial de la ciudad, por la distancia y su pobreza no pueden concurrir a ella cómodamente a recibir el pasto espiritual, en razón de lo cual se está tomando providencia de que se dará cuenta separadamente a S.M.; de donde regresó a la ciudad capital de dicha Isla Margarita.
Y el 15 de enero del año de 1741, deseoso de continuar la visita en lo interior de la provincia de Cumaná, para remedio y reformación de sus súbditos, desatendiendo los riesgos del mar y peligros de enemigos ingleses que infestaban estas costas, navegó a esta ciudad de Cumaná, y entre la Isla de Coche y punta de Araya se hubiera aprisionado su sagrada persona con toda su familia y equipaje por dos balandras inglesas que cruzaban aquellos mares con la noticia que venía Su Señoría Ill.ma., si por la bondad y misericordia infinita de Dios Nuestro Señor al tiempo de proporcionarse con las embarcaciones enemigas no se hubiese levantado una deshecha tempestad en aquella noche, mediante la cual no fueron vistos, y aunque con el susto del naufragio que por horas le amenazaba, se libró y al amanecer saltó en tierra en la Punta de Araya, a dos leguas de distancia de la fuerza, a donde se acogió por aquel día, y al siguiente se restituyó a la ciudad de Cumaná, ínterin se prevenían los equipajes para pasar a la ciudad de
San Baltasar de los Arias
A donde pasó el día tres de febrero de dicho año, y en la iglesia parroquial de ella
publicó su visita, mandando leer el edicto de pecados públicos, y dando a entender
a todos los fines de esta pastoral tarea, estando presente la mayor parte del pueblo,
su cabildo, justicia y regimiento; y después de haberse celebrado la misa, visitó el
sagrario, en que está colocado el Santísimo Sacramento en una decente custodia,
con su ara, corporales, velo, puerta y llaves para su seguridad, copón, relicario
de formas consagradas para la dispensación de la sagrada comunión, el altar
mayor con su ara, cruz y demás adorno para la celebración del santo sacrificio
de la misa y las imágenes de San Baltasar, patrono de la ciudad, Natividad de
Nuestra Señora, San Pedro Apóstol, y San Francisco; la fuente baptismal, vasos
de los santos óleos, libros parroquiales y demás perteneciente a la administración
de los santos sacramentos, y prosiguió la de los altares colaterales, el de Cristo
Crucificado, Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora del
Rosario, y el del Niño Jesús, en que están colocadas las imágenes de Jesucristo a la
Columna, Nuestra Señora de los Dolores, y el de Nuestra Señora de la Soledad,
todos los cuales están decentes y bien adornados; hizo la procesión acostumbrada de
difuntos, y mandó poner de manifiesto los ornamentos, bienes, y alhajas de dicha parroquial, los que con asistencia del cura rector y sacristán mayor reconoció, que
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
mandó poner por inventario y hacer entrega jurídica a dicho sacristán mayor, que hace oficio de tesorero, tomó cuentas al mayordomo de la fábrica parroquial con asistencia de persona deputada por el real Patronato para su liquidación y ajuste y a los alcances que de ella resultaron les hizo dar paradero efectivo, practicando lo mismo con los mayordomos de las Cofradías que se hallan en dicha iglesia canónicamente erigidas; visitó los estamentos, haciendo que sus testamentarios y herederos cumpliesen sus mandas y legados, para que de esta surte quedasen las últimas voluntades de los testadores cumplidas; las fundaciones y memorias de misas perpetuas, librando diferentes providencias para que los patrones y capellanes cumpliesen con sus cargas, perpetuidad y permanencia de ellas, corrigió los pecados públicos con paternal celo, administró el santo sacramento de la confirmación a 330 almas, y el total de esta feligresía se compone de 760 almas de todos estados, y reservando los más expedientes para las resultas generales de visitas.
San Fernando
Hizo la de la Iglesia de la doctrina de San Fernando, de indios de la Real Corona, en la que visitó el altar mayor en que se coloca la imagen del santo titular, un Crucifijo pequeño con su cruz de madera y todo los demás adornos para la celebración del santo sacrificio de la misma, pila bautismal, vasos de los santos óleos y libros parroquiales, el altar de la Misericordia que está a espaldas del coro que se halló con toda decencia, se pusieron por inventario los ordenamientos, bienes y alhajas de dicha Iglesia, se hizo entrega jurídica de ellos a su doctrinero, se encargó a éste el pasto espiritual y enseñanza de la doctrina cristiana con la mayor vigilancia y buen tratamiento de los indios a quienes exhortó viviesen con vida política y cristiana detestando las embriagueces, supersticiones y abusos del gentilismo. La feligresía de este pueblo se compone de doscientas treinta y cuatro almas de todos estos cuarenta y ocho tributarios a Su Majestad, y se confirió el sacramento de la confirmación a cuarenta y cuatro.
San Lorenzo
Seis de dicho mes y año, continuando su pastoral visita, hizo la de la Iglesia parroquial del pueblo de San Lorenzo de Caranapuey, de indios de la Real Corona, reconociendo el Sagrario del altar mayor en que está colocado el Santísimo Sacramento en una custodia de plata sobredorada, copón y relicario de formas consagradas, que todo se guarda en dicho Sagrario y se halló con toda decencia, y en dicho altar mayor la imagen de San Lorenzo mártir, titular de la iglesia y patrón del pueblo, ara, cruz, y lo más necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, habiendo primero publicado el edicto de pecados públicos, manifestando los motivos de su venida y procesionalmente, visitó la pila bautismal, vasos de los santos óleos y libros parroquiales que halló todo con aseo y limpieza; concluyó con la procesión de difuntos acostumbrada, se pusieron por inventario los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha iglesia, haciéndose entrega jurídica de ellas a su cura doctrinero, encargando viviesen en santo temor de Dios. El total de la feligresía de este dicho pueblo se compone de trescientos setenta y nueve almas de todos estados; se confirió el santo sacramento de la confirmación a ciento veinte y ocho, y de éstos ciento y siete tributarios a Su
Majestad.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
San Antonio
Desde donde (Aricagua) continuando su pastor la tarea el día dieciséis de dicho mes y año pasó al pueblo de San Antonio, indios de la real corona, al que llegó el día siguiente, siendo recibido según el Ceremonial romano y leyes reales; congregada la feligresía el día dieciocho, publicó el edicto general de pecados públicos y visitó el altar mayor, reconociendo en él, el Sagrario en que se venera colocado el Santísimo Sacramento, ara, copón, y relicario de formas consagradas, que halló con toda decencia con sus puertas, cerradura y llave, ara, cruz y lo demás necesario para el santo sacrificio de la misa con todo aseo, fuente bautismal, vasos de los santos óleos, libros parroquiales y lo demás necesario para la administración de los santos sacramentos; hizo poner de manifiesto todos los ornamentos, bienes y alhajas a ella pertenecientes, que reconoció y mandó poner por inventario, haciendo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero, encargándole a éste el buen tratamiento de los indios y a éstos que viviesen en santo temor de Dios. La feligresía total de este pueblo se compone de ciento cincuenta y cinco almas de todos estados y de éstos son de labor veinte y cinco, confiriendo el santo sacramento de la confirmación a cincuenta y cinco almas.
San Francisco
El día 19 de dicho mes y año pasó al pueblo de San Francisco de Guarapiche, agregado al antecedente, en prosecución de su tarea pastoral, publicó el edicto de pecados públicos, manifestando los motivos de su venida y procedió a la visita del altar mayor; reconoció en él, el Sagrario en que se halla colocado el Santísimo Sacramento y copón de formas consagradas, ara y corporales, que halló con toda decencia y custodia, y en dicho altar mayor la imagen de San Francisco de Asís, titular de dicha iglesia y patrón del pueblo, ara, cruz y lo demás necesario para la administración del santo sacrificio de la misa, pila bautismal, vasos de los santos óleos, que todo halló con aseo y limpieza, archivo de libros parroquiales y lo demás perteneciente a la administración de los santos sacramentos, concluyendo con la procesión acostumbrada de difuntos; reconoció los ornamentos, bienes y alhajas que mandó poner por inventario, haciendo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero. La feligresía total de dicho pueblo se compone de ciento cincuenta y seis almas de todos estados, y de éstos treinta y seis son de labor, confiriendo el santo sacramento de la confirmación a setenta y siete.
San Félix
El 20 de dicho mes y año se hizo la del pueblo y doctrina de San Félix de Cantalicio, de indios de la Real Corona, continuando su pastoral tarea, manifestó los motivos de su venida, haciendo publicar el edicto de pecados públicos y procedió a la visita del altar mayor, reconoció en él, el sagrario en que se venera el Augusto Sacramento en una custodia de plata y copón de formas consagradas, con ara y corporales que halló con decencia y custodia, ara, cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, pila bautismal y vasos de los santos óleos y libros parroquiales que halló con aseo y limpieza, concluyendo con la procesión acostumbrada de difuntos; reconoció asimismo los bienes, alhajas y ornamentos, mandándolos poner por inventario, haciendo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero, encargándole a éste el buen tratamiento de los indios. La feligresía total de dicho pueblo se compone de quinientas treinta y seis almas de todos estados y se confirmaron ciento noventa y una.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Santa Ana
En veinte y cinco de dicho mes y año dando curso a su pastoral tarea hizo la de la iglesia parroquial del pueblo y doctrina de Santa Ana de Sopocuar, en cuyo altar mayor está el sagrario y en él, colocado el Santísimo Sacramento en una custodia y el copón de formas consagradas, con su ara y corporales que se halló con la custodia y decencia, que corresponde, ara cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, fuente bautismal, vasos de los santos óleos y archivo de los libros parroquiales y demás necesario par ala administración de los santos sacramentos, que halló con aseo y limpieza, concluyendo con la procesión de difuntos acostumbrada, y el total de la feligresía de dicho pueblo se compone de quinientas almas de todos estados, y se confirió el sacramento de la confirmación a cincuenta y una.
San Juan de Carinicuao
Y continuando su visita pastoral pasó al pueblo y doctrina de San Juan Bautista de Carinicuao, en donde, convocado todo él, manifestó los motivos de su venida e importancia de la visita y la hizo de su iglesia parroquial, altar mayor, el Sagrario en que se venera colocado el Augusto Sacramento en una custodia, copón que halló con decencia , y en dicho altar mayor colocada la imagen de San Juan Bautista, titular de dicha iglesia y patrón del pueblo, ara, cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, que halló con todo aseo y decencia, pila bautismal, vasos de los santos óleos, archivo de los libros parroquiales y lo demás necesario para la administración de los santos sacramentos, concluyendo con la procesión acostumbrada de difuntos. La feligresía de dicho pueblo se compone de ciento noventa y nueve almas de todos estados, y se confirió el santo sacramento de la confirmación a ochenta; reconoció los bienes, alhajas y ornamentos pertenecientes a dicha parroquial, mandó hacer inventario de todos ellos y entrega jurídica a su cura doctrinero, a quien encargó la enseñanza y buen tratamiento de los indios.
Santa Cruz de Cumaná
Y al día siguiente pasó al pueblo de Santa Cruz de Cumaná, de indios de la Real Corona, en donde visitó la Iglesia Parroquial que es nueva, de fábrica permanente, cubierta de teja, y en ella el altar mayor con su retablo de madera sobredorada, su Sagrario de la misma fábrica, en que se coloca el Santísimo Sacramento en una custodia de plata sobredorada, copón de formas consagradas relicario en que se lleva el viático a los enfermos, ara, corporales, velillo y dos puertas, la interior de un vidrio con su marco, y la exterior de la madera del Sagrario con cerradura y llave en dicho altar, una cruz de la santa reliquia de Cumaná, que es la titular de la Iglesia y patrona del pueblo, ara, cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, que halló con aseo y limpieza, pila bautismal y santos óleos, archivo de libros parroquiales y cuanto conduce para la administración de los santos sacramentos, con seis altares ricamente adornados, dedicados: uno, a la Concepción de Nuestra Señora, otro, a la Santísima Trinidad, otro, a Nuestra Señora del Carmen, otro, al Señor San José, otro, a Jesús en la Columna y otro, a Nuestra Señora de la Soledad, cuyos retablos son dorados, concluyendo con la procesión de difuntos acostumbrada. Mandó poner de manifiesto todos los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha Iglesia que reconoció, los que se pusieron por inventario y se hizo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero, encargándole la doctrina y buen tratamiento de los indios, y a éstos que viviesen
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
en santo temor de Dios. La feligresía de dicho pueblo se compone de quinientas almas en todos estados, y administró el sacramento de la confirmación a noventa y seis.
Catuaro
El 27 de dicho mes y año en prosecución de su eclesiástica visita pasó al pueblo y doctrina de Jesús del Monte Catuaro, de indios de la real corona; hizo la de su iglesia parroquial, convocando el pueblo a este fin, manifestando los motivos de su venida; hizo leer el edicto de pecados públicos, visitando el altar mayor y en él, el Sagrario en que está colocado el Santísimo Sacramento con todo lo necesario para su custodia, ara, cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la mis, que halló con aseo y limpieza, pila bautismal, vasos de los santos óleos y archivo de libros parroquiales, finalizando con la procesión acostumbrada de difuntos, reconoció los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha Iglesia, que mandó poner por inventario y hacer entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero. La feligresía de dicho pueblo se compone de trescientos cuarenta y siete almas de todos estados, confiriendo el sacramento de la confirmación a ciento treinta y siete.
Ángel Custodio
Estuvo en el Ángel Custodio, pueblo de indios recién convertidos de las nuevas conversiones, que están al cargo de los Reverendos Padres Capuchinos de Aragón, que se compone de doscientos ochenta indios. Administró el santo sacramento de la confirmación a doscientos cincuenta y uno.
El de San Miguel de Guanaguana se compone de doscientos treinta y tres indios de todos estados y se confirió el sacramento de la confirmación a ciento setenta. El de Nuestra Señora de la Concepción de las Cocuisas, de trescientas treinta almas de todos estados, y se confirmaron ciento quince. El de la Conversión de San Pablo del Caratal, de doscientas cincuenta y siete, y se confirmaron treinta y una. El del Patrocinio de San José de Irapa, de ciento treinta y se confirmaron diez. El San Bautista de Soro, de ciento diez, y se confirmaron diez y ocho. El de Santo Domingo de Caicara de trescientos tres. El de San Francisco Javier de Punsere, de trescientos cincuenta y seis. El de Santa Teresa de Guayuta, de ciento cuarenta y una. El de San Fidel de Teresén, de sesenta, y el de San Carlos de Amacuro, otros sesenta.
De los cuales cinco últimos pueblos, no se confirmaron indios algunos por estar la mayor parte y hallarse muy distantes, internados en sus labores y con construcción de pueblos. Y concluida de esta forma la visita de la jurisdicción de San Baltasar de los Arias de esta gobernación de Cumaná, en primero de marzo de este año corriente pasó a la ciudad de San Felipe de Austria.
San Felipe de Austria
Y concluida en esta forma la visita a la jurisdicción de San Baltasar de los Arias,
de esta gobernación de Cumaná, en 1o de marzo de este año corriente pasó a
la ciudad de San Felipe de Austria, en donde, habiendo convocado al pueblo,
concurriendo la mayor parte de éste, el teniente de gobernador, justicia mayor y
capitán de guerra, cabildo, justicia y regimiento, publicó la visita, manifestando a 48 todos los fines de ella y el deseo de la reformación de sus costumbres; se leyó el edicto
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
de pecados públicos y demás comprehensivo de la visita eclesiástica. Y después de acabada la misa, visitó el sagrario del altar mayor; en que se venera colocado el Santísimo Sacramento, ara, corporales, velillo, puerta y llave, el copón de formas consagradas y relicario para el viático, que encontró con la decencia correspondiente; y plano de dicho altar está adornado con ara consagrada, cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa; y en el retablo de dicho altar se colocan las imágenes de Nuestra Señora de la concepción, titular de dicha Iglesia; y la de San Felipe, patrón de la ciudad; visitó asimismo el baptisterio, pila baptismal, vasos de los santos óleos, y demás perteneciente a la administración de los santos sacramentos, los libros parroquiales, en que se acordaron diferentes providencias para el buen gobierno de dicha parroquial, el colateral de Nuestra Señora del Rosario, en que se coloca su sagrada imagen, la de Nuestra Señora del Carmen y la de la Inmaculada Concepción de Cuarabea; hizo la procesión acostumbrada de difuntos, y desde el día siguiente se prosiguió en dicha visita; se pusieron de manifiesto todos los bienes, alhajas, y ornamentos pertenecientes a dicha parroquial, se pusieron por inventario, y se hizo entrega jurídica de todo el sacristán mayor de ella; sirve al presente de Iglesia una capilla cubierta de paja de bahareque, por hallarse en paredes fabricando iglesia parroquial, por haberse arruinado la antecedente, cuya prosecución será dificultosa por la cortedad de rentas, pobreza de sus vecinos que no pueden contribuir con proporcionada costa para su consumación; tomó cuentas a los mayordomos, así de la fábrica material como espiritual de dicha parroquial, con intervención de persona deputada por el Real Patronato, conforme a lo dispuesto por leyes de estas indias, y resultaron así de unas como de otras, especialmente al de la fábrica material, crecidos alcances contra la Iglesia, los que no se hicieron efectivos por no tener la iglesia caudales con que suplirlos y el fervor y devoción que se experimentó en proseguirla, aunque fuese a costa del propio. Visitó asimismo las cofradías del Santísimo Sacramento y de Nuestra Señora del Rosario, tomando cuentas a sus mayordomos, y dando paradero efectivo a sus alcances; los testamentos, disposiciones causa mortis y demás fundaciones de obras pías, haciéndolas cumplir, conforme a las voluntades de sus testadores, las capellanías, memorias de misas rezadas, tomando razón de cómo cumplían con sus obligaciones los capellanes, y mandado asegurar sus fondos con fincas y fianzas correspondientes para su perpetuidad, corrigió los pecados públicos, dando la providencias que le parecieron correspondientes para que no se repitieran, y se evitasen en lo futuro. El total de esta feligresía se compone de 1.322 almas de todos estados; y administró el santo sacramento de la confirmación a 600.
San Antonio de Guaipanacuar
De donde en 10 del mes y año próximamente citados pasó al pueblo y doctrina de San Antonio de Guaipanacuar, de indios de la Real Corona; hizo la visita del altar mayor, la del sagrario, en que se coloca el Santísimo Sacramento en una custodia de plata, copón de formas consagradas, ara, corporales, puertas con su cerradura y llave, que todo estaba con la decencia correspondiente; después de haber manifestado los motivos de su venida y leído el edicto general de pecados públicos; y en dicho altar mayor se venera la imagen de San Antonio de Padua, titular de la iglesia y patrón del pueblo, ara, cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, que halló con decencia y aseo, pila baptismal, vasos de los santos óleos, y archivo de libros parroquiales y demás
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
conducente a la administración de los santos sacramentos, finalizando con la procesión de difuntos acostumbrada; reconoció los ornamentos, bienes, y alhajas pertenecientes a dicha iglesia, que mandó poner por inventario y hacer entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero, encargándole el buen tratamiento de los indios. La feligresía total de dicho pueblo se compone de 161 almas de todos estados, y se confirmaron 71.
Casanay
Y pasó al siguiente día al pueblo y doctrina de Santa Cruz de Casanay, de indios de la Real Corona; manifestando los fines de la visita pastoral, leyéndose el edicto; hizo la del altar mayor, el sagrario en que está colocado el Santísimo Sacramento en una custodia, ara, y corporales, que todo se reconoció con la debida decencia, y en dicho altar mayor un lignum crucis en otra custodia de plata; siendo la titular de la iglesia y patrona del pueblo, y una imagen de la concepción de Nuestra Señora, ara, cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, baptisterio, fuente bautismal, vasos de los santos óleos y libros parroquiales, y lo demás que corresponde para la administración de los santos sacramentos, reconoció los ornamentos, bienes, y alhajas a dicha iglesia pertenecientes, que mandó poner por inventario y entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero. La feligresía de dicho pueblo se compone de 551 almas de todos estados, y se confirmaron 174.
San Joseph de Areocuar
En 12 de dicho mes y año pasó el pueblo de San Joseph de Areocuar, de indios de la Real Corona; y sus agregados; congregada su feligresía, manifestó los motivos de su visita , leyendo el edicto general de pecados públicos; visitó la iglesia parroquial que es de bahareque, de fábrica nada permanente; altar mayor, sagrario en que se coloca el Santísimo Sacramento, copón de formas consagradas, ara, corporales, que halló con toda decencia y custodia, juntamente con su relicario para llevar el viático a los enfermos, y en dicho altar la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, y la de San Joseph, titular de la iglesia y patrón del pueblo, ara, cruz, y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, fuente baptismal, vasos de los santos óleos, libros parroquiales y lo demás perteneciente a la administración de los santos sacramentos, que halló con aseo y limpieza; hizo inventario de todos los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a la dicha iglesia, que mandó poner por inventario e hizo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero. La feligresía de dicho pueblo se compone de 972 almas de todos estados, y se confirmaron 327.
San Pedro y San Pablo del Rincón
En 16 de dicho mes y año pasó al pueblo y doctrina de San Pedro y San Pablo del Rincón, de indios de la real Corona, anejo al pueblo de Nuestra Señora del Pilar de Chuparipar, y visitó la iglesia parroquial, en cuyo altar mayor se venera la imagen de Nuestra Señora de Candelaria, y las de San Pedro y San Pablo, titulares de dicha iglesia y patronos del pueblo; ara, cruz, y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, que halló con todo aseo y limpieza; fuente baptismal, vasos de los santos óleos, y libros parroquiales, mandó poner de manifiesto los ornamentos bienes y alhajas pertenecientes a dicha iglesia, que puso
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
por inventario e hizo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero. La feligresía de dicho pueblo se compone de 324 almas de todos estados, y confirmó a 123.
Nuestra Señora del Pilar de Chuparipar
Continuando su pastoral tarea al día siguiente llegó al pueblo y doctrina de Nuestra Señora del Pilar de Chuparipar, de indios de la Real Corona, siendo recibido en conformidad de lo dispuesto por el ritual romano y leyes de estos reinos, congregada la feligresía manifestó los fines y motivos de su venida, leyéndose el edicto general; visitó su iglesia parroquial, el altar mayor, que reconoció con ara consagrada, cruz y el adorno necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, con su retablo de madera y en él colocada la imagen de Nuestra Señora del Pilar, titular de dicha iglesia y patrona del pueblo, pila bautismal, vasos de los santos óleos y libros parroquiales que halló con aseo y limpieza, prosiguiendo a la visita de otro altar dedicado a San Antonio de Padua, finalizando con la procesión acostumbrada de difuntos, haciendo poner de manifiesto todos los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha iglesia, que reconoció y mandó poner por inventario e hizo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero. La feligresía de dicho pueblo se compone de 183 almas de todos estados y se confirmaron 48.
San Francisco de Chacaracuar
Y continuando su visita eclesiástica el día 28 salió para el pueblo de San Francisco de Asís de Chacaracuar, de indios de la real Corona, al que llegó al día siguiente y, congregada su feligresía, manifestó los motivos de su venida, publicó el edicto general el día primero de abril de dicho año: visitó el altar mayor reconociendo en él, el sagrario en que está colocado el Santísimo Sacramento en una custodia de plata, relicario para llevar el viático a los enfermos, ara, y corporales con la custodia y seguridad que corresponde, ara y cruz y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa y en dicho altar un crucifijo de escultura, y la imagen de San Francisco de Asís, titular de la iglesia y patrón del pueblo, pila bautismal y vasos de los santos óleos, libros parroquiales que halló todo con aseo y limpieza, y prosiguió a la de las capillas colaterales en cuyos altares al lado del evangelio, que es de la Santa Vera Cruz, se venera la imagen de Cristo crucificado, y al de la epístola la de nuestra Señora de la Soledad, adornados con todo lo necesario, concluyendo con la procesión de difuntos acostumbrada, mandó poner de manifiesto los ornamentos, bienes y alhajas a dicha parroquial pertenecientes, que se pusieron por inventario, y se hizo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero, encargándole a éste el buen tratamiento de los indios. La feligresía de dicho pueblo se compone de 138 almas de todos estados, y se confirmaron 71.
San Miguel de Río Caribes
En prosecución de su pastoral tarea, en 2 de dicho mes llegó al pueblo de San Miguel de Río Caribes, de españoles, agregado al pueblo antecedente de San Francisco de Asís de Chacaracuar: y convocado el pueblo, manifestó los motivos de su venida. El día 4 de dicho mes publicó el edicto general de pecados públicos, visitó la iglesia parroquial de San Bárbara, el altar mayor, ara, cruz, y demás adornos para el santo sacrificio de la misa, que halló adornado y con aseo, en dicho altar colocadas las imágenes de Nuestra Señora del Rosario, la del Arcángel San Miguel, patrón del pueblo, y la de Santa Bárbara, titular de dicha iglesia,
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
el baptisterio, fuente bautismal y vasos de los santos óleos, libros parroquiales, y demás necesario para la administración de los santos sacramentos, que todo lo hallo con decencia, concluyendo con la procesión acostumbrada de difuntos; mandó poner de manifiesto todos los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha parroquial, que reconoció y puso por inventario, haciéndose entrega jurídica de ellos a su mayordomo. La feligresía de dicho pueblo se compone de 518 almas de todos estados, y se administró el santo sacramento de la confirmación a 180. En esta parroquial ya citada, a
instancia de la devoción de sus vecinos, y deseando hacer efectivo el celo de éstos, hizo que se colocase el Santísimo Sacramento y se erigió cofradía, con competente número de hermanos para que celebrasen las fiestas mensuales y las demás de Su Majestad Soberana, y costeasen la luz permanente de la lámpara, de que retribuyeron muchas gracias por el especial consuelo que en esto habían recibido. Y por la grande distancia que había de este pueblo al de Chacaracuar de impertransibles caminos en tiempo de invierno y de lluvias y los ríos que intermedian, pidieron se desmembrase y se hiciese iglesia parroquial separada, obligándose al estipendio del cura y demás necesario para el adorno de la parroquial hasta tanto que Su Majestad diese orden se pagase de los diezmos, que son pingües y equivalentes para este efecto, sobre que se actuaron los autos correspondientes, se hizo la erección con intervención del señor vice patrono, de que con autos separados se da cuenta.
Santa Rosa
El 11 de dicho mes y año pasó al pueblo de Santa Rosa de Carúpano y demás agregados al de San Joseph de Areocuar, de indios de la Real Corona, y visitó su iglesia parroquial, altar mayor, cara, cruz, y demás adorno para el sacrificio de la misa y en él colocada la imagen de Santa Rosa de Lima, titular de la iglesia y patrona del pueblo, la de Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora de la Consolación, la de San Juan Baptista, y la de San Antonio, todas de escultura, pila bautismal, vasos de los santos óleos, libros parroquiales y demás necesario para la administración de los santos sacramentos, que todo halló con aseo, y limpieza, concluyendo con la procesión de difuntos acostumbrada; se pusieron de manifiesto los ornamentos, bienes y alhajas, que reconoció; se pusieron por inventario y se hizo entrega jurídica de ellos a su mayordomo, corrigió los pecados públicos con todo celo y caridad, dejando a todos espiritualmente consolados con sus providencias pastorales. La feligresía de estos agregados se compone de 636 almas de todos estados, y se confirmaron 222.
Y representando como representaron aquellos vecinos y moradores, que son
numerosos, la distancia de aquellos valles de su habitación a la iglesia matriz
de San Joseph, de malos caminos en tiempo de invierno, frecuentes lluvias, ríos y
quebradas, que nos permiten concurrir a ella y ser cómodamente asistidos por su
párroco, y padecen grande quebranto en el pasto espiritual, que se desmembrase
y se hiciese iglesia separada con cura propio que residiese allí, obligándose al
estipendio de éste, oblata y demás necesario para el ministerio parroquial hasta
tanto que Su Majestad diese orden se le pagase de la gruesa de diezmos, que son
equivalentes para ello, en cuya razón actuaron las justificaciones correspondientes
y con intervención del señor gobernador y capitán general de estas provincias 52 como vice patrono real, se hizo la desmembración y se mandaron publicar edictos
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
para proveer el curato, conforme al santo concilio de Trento y Leyes del Real Patronato, en que al presente se está entendiendo y con autos separados se da cuenta a Su Majestad.
Concluida la visita de estas doctrinas, esperando las embarcaciones de transporte para pasar a la isla de la Trinidad a la visita de ella, se recibió correo en que se participó por aquel gobierno y el cura, que se hallaba toda la isla padeciendo una grave peste, de que habían muerto crecido número de españoles y de indios, que temían quedase despoblada, con cuyo motivo suspendió pasar a hacer la visita hasta que cesase el predicho inconveniente. Y para que no careciesen de eclesiásticos que se empleasen en los beneficios curados de ella, que todos se hallaban vacantes por no querer hacer oposición a ellos, aunque habían sido distintas veces convocados por edictos, por la falta de diezmos y medios en las Reales Arcas con que pagarles sus estipendios, que se veían precisados a desertarlo, mandó publicar edictos compulsorios con censuras para que se opusiesen a dichos beneficios, en cuya virtud se opusieron y se queda actuando el concurso para su provisión, de que se da cuenta a Su Majestad con autos para que, en su inspección se sirva dar expediente para las rentas, y que aquellas feligresías no carezcan del pasto espiritual.
Y para que se sirviese Dios, Nuestro Señor, de ver con ojos de piedad aquella provincia en el pestilente achaque que padecía, dio orden Su Señoría Ilustrísima se hiciese en procesiones y rogativas públicas en todo el obispado, que se efectuaron y se tiene noticia favorable de haber empezado a pausar dicho accidente, y por otras providencias generales de la visita que lo ejecutaban a la residencia de esta Ciudad de Cumaná por los pueblos San José, Casanay, y Guaipanacuar a la ciudad de San Felipe de Austria, en donde expidió exhortó al reverendo padre prefecto de las misiones de Aragón de esta provincia para que proveyese de religioso que les diese el pasto espiritual a los pueblos de Irapa, Soro, y Macuro, de indios de la costa de Paria, que se hallaban sin ministro que les asistiese, cuya falta representaron a Su Señoría Ilustrísima, por estar estos territorios contenidos con los concedidos a dichos reverendos padres misionarios, haciéndoles especiales encargos sobre esto, a que respondió dicho reverendo padre prefecto daría pronta providencia, como consta de los instrumentos que con consulta separada se remiten a su Majestad.
San José de Mariguitar
Y de allí el día 31 de mayo se despidió y pasó al pueblo y doctrina de San José de Mariguitar, de indios de la Real Corona en el Golfo de Cumaná, en donde visitó su iglesia parroquial, que se halla amenazando ruina, y ha motivado dar providencia para que se reedifique, y en ella se abrió la visita, haciéndola del altar mayor, ara, cruz, y demás necesario para la celebración del santo sacrificio de la misa, que halló con aseo; y en dicho altar la imagen de Santa Ana, de escultura, titular de dicha Iglesia, y la de San Joseph, patrón del pueblo, pila bautismal, vasos de los santos óleos, libros parroquiales y demás conducente para la administración de los santos sacramentos, concluyendo con la procesión acostumbrada de difuntos; hizo poner de manifiesto los ornamentos, bienes y alhajas pertenecientes a dicha iglesia, que reconoció y mandó poner por inventario y se hizo entrega jurídica de ellos a su cura doctrinero. El total de la feligresía de dicho pueblo se compone de
53 153 almas de todos estados, y se confirmaron 51.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
De donde el día 18 del mes de junio pasó a esta dicha ciudad de Cumaná, llegó a ella y se ocupó incesantemente en todos los expedientes para conclusión de la visita general de estos anejos del despacho ordinario y gubernativo; los que, evacuados y concluidos en 24 de septiembre de dicho año, en concurrencia de todo el clero comunidades de religiosos, señor gobernador y capitán general de estas provincias, cabildo, justicia, regimiento y numeroso concurso del pueblo, celebrando de pontifical en acción de gracias, cerró la visita de estos anejos, mandando publicar diferentes mandatos, estatutos y resultas de su pastoral visita para el buen gobierno de sus iglesias, administración de los santos sacramentos, predicación del santo evangelio y reformación de las costumbres de sus súbditos, cuyo proceso se remite a S. M. con la visita de todos estos anexos, según consta de los autos, así generales como particulares, que se han procesado en su prosecución, a que me remito.
Y para que conste en los tribunales donde convenga, de mandato de Su Señoría Ilustrísima el Obispo, mi señor, doy la presente en Cumaná, en 1 de octubre de 1741 años.
En testimonio de verdad.
Pablo Julián de Angel García Notario Mayor de Visita y Secretario
http://www.fundacite-aragua.gob.ve/pdf/ocumare_completo1.pdf
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Bula Romanus Pontifex: Creación de la Diócesis de Puerto Rico. Año 1511
Julio, Obispo, siervo de los siervos de Dios, para perpetua memoria, Pontifice Romano. Teniendo en la tierra todas las veces de aquel de quien reciben el orden estendiendo la potestad de su jurisdicción a todos los climas del mundo, ordenamos y disponemos con maduro Consejo para mayor firmeza y fundamento de la fe católica del estado y progreso de las Iglesias, en particular de las Metropolitanas, y otras catedrales que se han erigido por via de traslación ó de supresión, o nueva erección en lugares casi no conocidos; y reconocidas todas las circunstancias y qualidades de dichos pueblos, autorizados con la presencia de sus Venerables prelados, aprovechen y estén firmes en la fe se ilustren las Iglesias, y la humilde Religión christiana, se propague y dilate, y de la misma suerte que en lo temporal, se aumente en lo espiritual. Después que la isla Española sita en el mar de las indias, reducida á la Religion christiana, oprimida por muchos siglos con el yugo de los infieles, por la solicitud y potente armada de nuestro carísimo hijo en Christo D. Fernando, Rey de Aragón, de Si - cilia, de Castilla y de León, de inmortal memoria, y de la Reyna Da Isabel, entonces esposa de dicho Rey,
Nos erigimos e instituimos las Iglesias Catedrales en dicha Isla, es a saber: las Higuatense, Metropolitana, la Bayustense y Magutense, pidiéndonos dicho Rey y Reyna sobre esta materia, y concediéndoselo con el consejo de nuestros hermanos y con la plenitud de nuestra Apostólica potestad, como todo más plenamente se contiene en nuestras letras despachadas: empero, constándonos que dicha isla y lugares, para la permanencia de dichas Iglesias sean incómodos así por su situación, como por la dificultad de conseguir las cosas necesarias, y que fuera de esta se hallaba otra isla llamada San Juan, en el mismo mar océano, sugeta a la misma jurisdicción, y que así mismo las tierras, villas y lugares de la isla Española de Santo Domingo, de la Concepción y de San Juan, en dichas islas eran al propósito y acomodadas para Iglesias Catedrales y para pre - lados que las presidiesen: Nos, deseando mirar y proveer del conveniente y opor - tuno remedio, asi de prelados como de la comodidad de dichos pueblos, y habiendo juntado Consejo, para más madura deliberación con nuestros Venerables hermanos, y deseándolo justamente en grand manera, el sobre dicho Rey D. Fernando el qual como Rey de Castilla y de León, y general Gobernador y administrador de dichos reynos, por la serenísima y carísima hija nuestra Da Juana, a los quales reynos, dichas islas están sugetas y anexas, y suplicándonos también, lo mismo nuestros amados hijos, Pedro Hiagutense, y Garcia Bayunense y Alfonso Magutense, electos en la administración y gobierno de dichas Iglesias Hiagutense, Bayutense y Magutense, llamadas así por los dichos respectivos; Nos usando de la autoridad y plenitud de potestad, suprimimos y extinguimos a las dichas Iglesias perpetuamente, y para exaltación y alabanza de Dios Omnipotente, y de la militante Iglesia;
señalamos y damos título de cuidades, de las tierras o lugares de Santo Domingo, de la Concepción y de San Juan, y erigidas en ciudades se llamen Iglesias Catedrales, una en Santo Domingo, otra en la Concepción y otra en San Juan, y sus obispos se nombren uno de Santo Domingo, otro de la Concepción y otro de San Juan, los quales en sus dichas Iglesias, veneren y reverencien a nuestro Dios y Señor, y a sus Santos, prediquen el santo Evangelio, y enseñen a los infieles, con buenas, los conviertan; y veneración de la fe católica, y ya convertidos los instruyan en la Religión christiana, les den y administren el Santo Sacramento del Bautismo, y asi a estos convertidos, como a los demás fieles de Christo, que viven y moran en dichas islas, y a los que a ellas aportaren, les administren y hagan que se les administren los Santos Sacramentos de la Confesión, de la Eucaristía y los demás, y así mismo procuren que dichas nuevas Iglesias, se hagan y fabriquen con buena forma, y con convenientes edificios, y en dichas Iglesias, Ciudades y Obispados se erijan parroquiales con sus propios párrocos, dignidades, administraciones y oficios, y que los tales sean personas idóneas. Y así mismo se provean de Cura de almas, canonjías, prevendas y demás beneficios eclesiásticos, y puedan erigir e instruir Iglesias regulares de qualesquiera órdenes, según juzgaren que conviene para el mayor aumento del Culto divino y de los fieles, y dichos Obispos, gozen y usen de las insignias episcopales, jurisdicciones, privilegios e inmunidades, gracias e indultos, de los quales los demás Obispos gozan por derecho o por costumbre, y dichas Iglesias erigimos, creamos y constituimos para siempre, es a saber: la de Santo Domingo, la de la Concepción y la de San Juan, y también las erigimos y nombramos por ciudades segundas vez; Santo Domingo, la Buenaventura, Azúa, Salvaleón, San Juan de la Alaguana, Vera-paz, Villa-nueva de Yaquimos, Concepción de Santiago, Puerto de Plata, Puerto Real, la Resdeña, Hava, Salvatierra de la Cabaña y Santa Cruz, y concedemos y asignamos a todos los fieles inquilinos y habitadores en las tierras, villas y lugares de San Juan y a sus Iglesias, toda la dicha Isla de San Juan con sus distritos y diócesis, de suerte que cualquiera de los Obispos que por tiempo fueren de dichas islas, de Santo Domingo, Concepción y San Juan, puedan ejercer y usar en sus ciudades y obispados toda la jurisdicción, autoridad y potestad episcopal, y puedan pedir y percibir los diezmos, primicias y otros derechos episcopales de la manera que los demás Obispos de la provincia de Sevilla, en la ulterior España por derecho o ley los piden y perciben excepto del oro, de la plata y de otros metales y piedras preciosas, los quales declaramos están exentos y libres tocante a esto.
También que las referidas Iglesias de Santo Domingo, de la Concepción y de San Juan sean sufraganeas de dicha provincia e Iglesia de Sevilla, y a su arzobispado que por tiempo fuere por derecho metropolitano, y concedemos y reservamos al dicho Rey de Castilla y de León, para siempre el derecho del patronato y de presentar personas idóneas para dichas Iglesias vacantes de San - to Domingo, Concepción y San Juan, al Pontífice Romano, para que por él, sean puestos en el caso de dicha presentación, es a saber: Obispos y pastores. Todo lo contenido en la página de nuestra supresión y extinción, erección y creación, institución, concesión, asignación, sujeción de decreto y reservación; ninguno se atreva, ni sea osado a falsificarlo ni pervertirlo, si alguno presumiere intentarlo, se declarará por incurso en la indignación de Dios Omnipotente y de sus Apóstoles San Pedro y San Pablo. Dada en San Pedro de Roma, en el año de la Encarnación del Señor, de mil quinientos onze á ocho de Agosto en el año octavo de nuestro Pontificado.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Decreto de desmembracion de PuertoRico en las Indias Occidentales, y de ereccion del nuevo obispado en la ciudad de Guayana.
Habiendo el Excelentísimo señor caballero Nicolas de Azara, Ministro Plenipotenciario del Rey católico de las Españas cerca de la Santa Sede espuesto á nuestro santísimo Señor en nombre de Su majestad, que atendida la grandísima extension de la Diócesis de Puerto-Rico en las Indias occidentales, la cual abraza vastas y remotas regiones, de manera que la Silla episcopal se halla dos ó trescientas leguas distantes de muchos lugares que le están anexos (aunque fué siempre esmerado y grandisimo el cuidado y solicitud de los Obispos ordinarios en la administracion de aquel Obispado, y en el régimen de aquellos pueblos que les están confiados) nacen muchas é irreparables incomodidades y perjuicios, porque ni los diocesanos pueden cómodamente ir ante su propio Prelado y esponerle sus miserias y necesidades, ni tampoco esos mismos lugares pueden jamas ser visitados el por propio Obispo, y la grey así apartada no puede absolutamente oir la voz del Pastor, ni recibir del Obispo, una sola vez en la vida, el pasto espiritual, ni edificarse con el ejemplo de sus buenas obras. Por esto los predecesores de S. M. católica, de feliz memoria, se esforzaron en aplicar los remedios mas oportunos; y por la misma razon, el R. P. D. Felipe José de Trespalacios desde el año de 1786, en que gobernaba aquella iglesia, hizo cuanto le fué posible para que se le concediese un auxiliar tan necesario al régimen de aquella vasta diócesis. Y enseñando la experiencia ser mas conveniente que los pueblos distantes de la Silla Episcopal sean constantemente administrados, no por el medio precario de ministros mercenarios, sino con un auxilio estable y seguro, que les haga facil el recurso á su Obispo, y al Obispo el aplicarse á sus ovejas segun las disposiciones de la prudencia y de los sagrados cánones; por esto S. M. Católica se movió á consultar al Supremo Consejo de la Cámara de Indias, y conforme al voto de su Fiscal Régio, (atendido tambien el consentimiento que habia ya dado el Obispo de Puerto-Rico) ha decretado poner en ejecucion las disposiciones de su augusto Padre. Por lo que el mismo Excelentísimo señor caballero de Azara, en nombre de su Majestad suplicó humildemente á nuestro Smo. Papa Pio VI, se dignase diputar á algun Prelado católico ó á otra persona eclesiástica constituida en dignidad, como mejor pareciese al Rey católico de las Españas, quedando á cargo de su misma Magestad el elegir segun sus piadosas y reales órdenes al mencionado Prelado ó persona eclesiástica constituida en dignidad, la cual deba desmembrar de la sobredicha Diócesis de Puerto-Rico, que es una de las islas de barlovento llamada Nueva España, las provincias de Guayana y Cumaná, con las islas de la Santísima Trinidad y de Santa Margarita; y con estas islas y provincias, por su naturaleza contiguas y limítrofes, constituir una nueva Diócesis para un Obispo que quede del todo independiente del Obispo de Puerto Rico, pero sujeto al derecho metropolitano del arzobispado de Santo Domingo; y señalar por Sede episcopal la ciudad de Guayana, y destinar en ella para Catedral la iglesia mas grande y decente; como igualmente declarar, que está asignada por su misma Magestad católica la suma de 4.000 pesos, moneda de aquellas partes, por dote de aquella nueva mesa episcopal, para que el futuro Obispo de Guayana pueda con decencia, y sin perjuicio de las rentas y productos de la dotacion de la mesa episcopal de Puerto-Rico, mantener la dignidad de Prelado; y para cada uno de los dos canónigos que le asistan en las funciones episcopales, la de 600, que se pagarán del real Erario. Su Santidad, oida la relacion que le hice yo el infraescrito, despues de haberlo considerado todo con madurez, prestándose á las piadosas y estimables preces y súplicas del Serenísimo Rey Cárlos, quien, por su piedad para con Dios, y por su amor á los pueblos que le están sujetos, desea vivamente la propagacion é incremento de la Religion cristiana, cori la plenitud de la autoridad apostólica, se dignó cometer al Obispo católico, ó persona eclesiástica constituida en dignidad, que el mismo Serenísimo Rey de las Españas, segun sus piadosas disposiciones, tuviere á bien elegir, para que usando de la autoridad apostólica concedida al mismo Obispo ó persona eclesiástica constituida en dignidad. delegada especialmente por Su Santidad, proceda con todas las facultades necesarias y oportunas á declarar la ciudad de Guayana por ciudad episcopal, y por iglesia Catedral, la mas grande y decente de dicha ciudad; y constituir en ella un Capítulo ó Prebendados con dotacion; y llevar al cabo todo lo demas que corresponda á sobre dicha nueva ereccion, al esplendor del culto divino, y al provecho espiritual de los fieles de la nueva Diócesis de Guayana. Y mandó se expidiese decreto, y se insertase en las actas dé la Sagrada Congregacion consistorial. Dado en Roma el dia 20 de Mayo de 1790.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Para continuar este Capítulo se' h'i de buscar en D. Diego Anlo. nio de Ooiedoú otro autor que hable de los primeros europeos de Guayána, y los que fueren, decirlo, siguiendo la naracionprecedente, haitn dejarla en la boca de Caronf.
El gobierno político y militar de esta Provincia, ba tenido mu. cha variedad; unas veces fue gobierno independiente provisto por el Rey, otras subalterno, por nombramiento ya del Gobernador de la Isla de la Trinidad de Sotavento, ya del de Cumana, con recursos i la Isla Española de Santo Domingo. Lo espiritual le ha venido del Obispado de la Isla de San Juan de Puerto Rico por estar anexos á él las cabeceras de provincia de que depende; este punto dio mucho mérito á varias religiones regulares que la intentaron cultivar. Los Padres Jesuitas de Santa Fé entraron en ella el año de 1664 y salieron el siguiente de 66. Este año empezaron los religiosos Dominio» J Agustinos descalzos, que la dejaron á los Capuchinos catalanes, cuyo fervor es visible en el capítulo siguiente.
http://books.google.com/books?id=kGo...html_text&cd=1
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
LIBRO TERCERO.
DE LAS MISIONES
QUE HAN PASADO
DE LAS PROVINCIAS DE ESPAÑA,
LUGMES QUE HA^C FUFADO,
Y ALMAS QUE HAN REDUCIDO
á nuestra Santa Fe Catholica en las Apostó-
licas Misiones de Píritu,
CAPITULO PRIMERO.
OCURRE DIOS A LA GRAVE NECESIDAD DE LOS INDIOS, j dispone los sdcives medios de su espiritual Conquista*
Que lia oculta y Soberana Providencia, con que la Divina Sabiduría dispone fuerte y suavemente la proporcion de los medios a la mas eficaz consecucion de sus fines, se hacía (a nuestro modo de entender) como olvidadiza y retardada en el socorro espiritual que necesitaban aquellos miserables Indios. Esperaba, como paciente y sufrido Labrador, la mejor disposicion del terreno , para coger despues los mas sazonados frutos en
la reduccion de tantas almas , cu-
ya Conversion maravillosa se de-
biese mas a la inextinguible luz de
las verdades Evangelicas , que al
orgulloso estruendo de las mar-
ciales Conquistas. Llegó pues aquel
feliz y dichoso tiempo, que la Su-
prema Magestad tenia decretado,
oara que en él se diese principia
a la Conversion de estos Gentiles,
no con armas materiales, que son
instrumento de la venganza, sino
con las espirituales de la Divina pa-
labra , que , segun San Pablo , son ^d Cor-
las mas poderosas para el feliz 2" 10
éxito de tan Apostolica empresa. „ cisco Rodriguez Léite , uno de
Valióse para este fin, como acostumbra, de un instrumento flaco, que fue uno de los Vecinos de San Christoval de los Cumanagótos, Soldado de Don Juan de Urpin , y testigo ocular de todos los proyectos de su Conquisra. Este pues hombre á todas luces honrado , y charitativamente piadoso, viendo los malos efectos que se siguieron de las pasadas Conquistas, y á los Indios descarriados por los montes huyendo de los Soldados, deseando el re^ medio de este mal, y la salvacion de tantas almas, que sin el beneficio del Santo Bautismo morian por los montes , entró en cuentas consigo i y despues de encomendar a Dios negocio de tanta importancia , manifestó los deseos de su buen zelo al Ilustrísimo Señor Don Fray Damián Lopez de Aro, Obispo que era de esta Diócesis de San Juan Bautista de Puerto-Rico, fiado en que su propuesta sería bien recibida , nivelada por el recto juicio de un tan zeloso Prelado. Formó para este fin un Memorial, cuyo traslado se guarda en el Archivo de estas Santas Misiones , en que con ingenua sinceridad propone á su Ilustrísima el mejor modo de reducir los Indios á nuestra Santa Fe , ofreciendose él a tan heroyca empresa , si informado nuestro Catholico Rey, condescendia á su proposicion i y fue en esta forma:
„ limo. y Rmo. Señor Don Fr. Damián Lopez de Aro.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
..respecto de los demás vicarios
foráneos de todas las ciudades, villas,
y pueblos de esta Gobernación y de
las anexas al obispado de Puerto Rico,
y tiene en virtud de dicha Real
disposición las especiales
facultades de preveer ...
"En el territorio de San Felipe de Austria y
Río Caribe, informa en 1720 al Rey el presunto
Virrey de N. Granada, Don Jorge de Villalonga,
hay cuatro curas de indios que se componen de
9 pueblos, que sus moradores llegarán a 350 de
número; tienen dos Puertos.
Estas Doctrinas las puso el Obispo de Puerto Rico
el año de 1713, a cuya jurisdicción pertenecen".
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
DESCRIPCIÓN DE LA ISLA DE SAN JUAN DE PUERTO RICO
La isla de San Juan de Puerto Rico, que por otro nombre llaman Boriquen, y es la primera de las islas pobladas de españoles, y donde antiguamente se hacía la primera escala de las Indias, está en 64 grados y medio y 66 y tres cuartos de longitud del meridiano de Toledo, y desde 17 grados de altura hasta 18 grados y medio; de manera, que de largo leste-oeste debe tener cuarenta y cinco ó cincuenta leguas, y según algunos más ó menos; y de norte á sur desde veinte hasta treinta. Hay en esta isla al presente tres pueblos de españoles, poblados, en los cuales habrá como doscientos vecinos españoles, que son muchos menos de los que ha habido; indios de los naturales no hay ninguno, que todos se han acabado, y así no hay sino un pueblezuelo de advenedizos.
Es toda esta isla gobernación por sí, desde su descubrimiento, al proveer de S. M. y del distrito de la audiencia de Santo Domingo: hay en ella gobernador y oficiales reales, tesorero y contador; hay un obispado en esta isla que se dice del nombre della, que tiene por distrito la dicha isla, y la isla de la Mona y la Margarita, y en toda su diócesis habrá hasta diez ó doce clérigos, porque á causa de ser todo tan pobre no quieren parar, y solo un monasterio en todo el obispado.
El primer español que tuvo noticia desta isla, y la descubrió, se llamaba el capitán Joan Ponce de León, teniente en la villa de Higuey por el Comendador mayor de Alcántara fray Nicolás de Obando, gobernador de la Española; con cuyos poderes pasó á poblarla por los años de 1510, y la llamó San Juan de Puerto-Rico por su nombre, y por el puerto muy bueno que tiene, y después fué gobernador propietario della.
El temple desta isla es participante de mucho calor y húmedad como las demás islas deste paraje, aunque ésta es templada y sana por la disposición del suelo della de muchas sierras, valles, llanuras y quebradas, y de muchas y buenas aguas de fuentes, rios y arroyos; y así toda ella es fértil de pastos para ganados, de vacas, caballos y yeguas, cabras y ovejas y puercos, de que hay grande copia, mansos y cimarrones como en la isla Española; y así en esta como en ella, los perros cimarrones hacen mucho daño en los ganados, y los pastos se van estrechando por los muchos guayabos que nacen repastados de las vacas que comen el fruto dellos. Hay palo santo, bálsamos, robles, cedros, laureles, hobos, murtos, magueis, china, y de todos los árboles que hay en las otras islas, cañafístolas y algodonales, de todas las frutas de la tierra y de las que de España se han llevado; se dan mucho los naranjos, sidras y todo agrio, uvas y ciruelas, y otras muchas de Castilla: no se coge trigo ni cebada, pero dicen que se da muy bien en partes; hay mucho maiz y yuca de que se hace el cazabí; mucho arroz, habas, garbanzos, lechugas, rábanos, melones, nabos y cebollas, y todas las más legumbres y hortalizas de España, aunque algunas, como en las otras islas, no granan: dáse en ella bien el azúcar, de que hay muchos ingenios; es muy rica de minas y nacimientos de oro, de que no se saca por haberse acabado los naturales; hay minas algunas de cobre, que tampoco se benefician por el costo y trabajo; hay salinas en dos ó tres partes, y también hay salitre, aunque no se beneficia, y mucha yerba de sosa para vidrio, de que se ha hecho experiencia y sale bueno: hay mucha piedra y buenas canteras en esta isla; y en el valle de Coamo hay unos baños de agua caliente provechosos: ha sido siempre esta isla infestada de los indios caribes de las islas comarcanas.
La principal grangería que agora tiene es el ganado, cueros, y principalmente el azúcar, que se da con gran abundancia en esta isla, en la cual hay como una docena de ingenios o más; váse la población de los españoles disminuyendo, porque como no se saca oro, no vienen mercaderías, y así las demás grangerías no se contratan. Indios hubo muchos, y muchos caciques al principio de su descubrimiento, más que en otras, por ser ésta tan fértil y apacible, los cuales todos se han acabado por enfermedad, guerra y desesperación y excesivos trabajos; agora hay junto á Guadianilla un pueblezuelo llamado Cibuco, no de los naturales de la isla, sino de los extranjeros que se habían traido á ella por esclavos, que como se pusieron en libertad se recogieron allí, y así no hay mención que sean de nadie ni que tributen cosa alguna.
DESCRIPCIÓN PARTICULAR DE LOS PUEBLOS DE SAN JUAN
SAN JUAN DE PUERTO RICO
La ciudad de San Juan de Puerto Rico está en 65 grados de longitud de la ciudad de Toledo, á que responde 930 leguas, y en 18 de altura: hay en ella como doscientos vecinos españoles, y reside en ella el gobernador y los oficiales y la catedral, desde el año de 12 (1512) que se erigió, en la cual residen muy pocos clérigos por la pobreza de los diezmos.
Hay en esta ciudad un monasterio de frailes dominicos, de pocos religiosos, pero de suntuoso edificio, dos hospitales pobres y otras dos ermitas. Fundóla Joan Ponce de León por el año de 9, cerca de donde agora está en el puerto viejo, que llaman de Caparra, y llamóle Puerto Rico por la bondad del puerto que tiene; pasóle después de allí por ser lugar enfermo, especialmente para niños, á causa de el aceche que tienen las aguas en aquel sitio, que en quitándoles la leche se morian: habiendo estado allí esta población como doce años, se pasó donde agora está, que es una península, pequeña como media legua, que se hace en la costa del norte desta isla. A la parte del oriente del dicho puerto éntrase á la isla y ciudad por una puente, como dos tiros de ballesta larga, de piedra y de madera, la cual se ha hecho porque la parte del oriente, por donde se juntaba con la tierra, se ha hecho tan hondable, que con la pleamar se ahogaban algunas bestias y personas; por la cual puente entran á la ciudad todos los bastimentos y cosas necesarias.
El suelo de esta isleta, que toda es ejido de la ciudad, es bien asombrado de pradería: no hay en él agua corriente; en la ciudad hay algunas fuentes de ruin agua, pero hay buenos algibes de que beben, y de una buena fuente que está junto á la mar.
La ciudad tiene de lejos buen parecer, por las muchas palmas de cocos muy altas que hay en ella, y los edificios que son razonables; habrá en ella como doscientas casas de piedra y tapiería, y de madera, de que hay abundancia en la isla; la principal grangería de los vecinos es el azúcar, ganados y cueros. Reside en esta ciudad el gobernador desta isla y los oficiales reales; hay en ella dos fortalezas, una que llaman el Morro á la entrada de la canal del puerto, á una parte, que tiene su plaza de armas y en ella seis piezas de artillería, las cuatro buenas y las otras razonables; la otra, que es la principal, más adentro del puerto sobre la mar, bien edificada de cantería, en que hay su plaza de armas, aunque más pequeña de lo que debiera ser, y nueve piezas de artillería; y de entrambas hay un alcaide y dos plazas de artillería con salario.
GUADIANILLA
La villa de Guadianilla, que por otro nombre se llama San Germán el Nuevo, porque se hizo esta población de la de San Germán que llaman el Viejo, está en la costa de la dicha isla en 18 grados y 1/3, treinta y tres leguas de la ciudad de Puerto Rico hácia el sur, 16 del primero sitio casi al sueste, y dos leguas antes del puerto de Mosquitos, por otro nombre dicho Guanica. Es pueblo de cincuenta vecinos españoles; no consta del tiempo de su fundación ni de la causa de su segundo nombre, aunque la causa de haberse mudado de donde estaba, fue estar en la otra parte tan expuesta á los cosarios franceses, que la robaron y destruyeron dos ó tres veces.
Alcanza esta ciudad la mejor comarca y más fértil desta isla, y los vecinos della son los más dellos ricos de la grangería de ganados y cueros y azúcares; tiene una iglesia con un vicario, y un cura que hay, es desta vicaría y de la isla de la Margarita; hay en ella un hospital con alguna renta; está cerca desta villa Cibuco, un pueblo de indios de que arriba se hizo mención.
EL ARRECIBO
El puerto del Arrecibo, que está en la costa del norte treinta y dos leguas á la banda del oeste de la ciudad de Puerto Rico, y al norte de Guadianilla, tendrá como treinta vecinos; llámase así de un rio grande que se junta á una punta donde este pueblo está; hay grandes grangerías de hatos de vacas y de puercos, y hay mucha pesquería y mucho aceite de tortuga; hay en este pueblo algunos indios con los españoles.
PUEBLOS DESPOBLADOS
El primer pueblo que se pobló en esta isla, como arriba se ha dicho, le fundó Joan Ponce de León, en un valle que está cerca del Puerto Rico, de donde se mudó por ser sitio enfermo á causa de estar en tierra paludinosa, ó de malas aguas, y por no ser bien fuerte contra los caribes.
Poblóse otro pueblo, año de 1510, que llamaron Guanica, en la costa del sur casi al cabo della hácia el occidente en una muy buena bahía, el cual se mudó de allí por lo muchos mosquitos, y es muy buen puerto, y el pueblo se pasó á otro sitio de la costa occidental desta isla, que se llama la Aguada, y lo llamaron Sotomayor, porque lo pobló la primera y segunda vez Don Cristóbal de Sotomayor, primero gobernador con título que hubo desta isla, el cual se despobló dentro de dos años porque le mataron á él y todos los cristianos que con él había.
HIDROGRAFÍA Y DESCRIPCIÓN DE LA COSTA DE LA ISLA DE SAN JUAN
Toda la costa desta isla de la mar del Norte, es costa brava y no limpia de arrecifes, sin abrigo ni puerto alguno si no sea el de San Juan de Puerto Rico, que por su bondad tiene este nombre, capaz de dos leguas de largo y una de ancho; es una ensenada grande de mar muerta, donde aunque de fuera haya muy grandes tormentas allí no se siente; muy fondable de la mar limpia, de manera, que aunque un navío cargado dé en seco lo sacan sin hacerse mal, y pueden llegar con el costado á la tierra: hay en él un rio de agua dulce, y abundancia de leña y madera para hacer navíos; tiene á la entrada dél una canal que corre norte-sur por entre una fortaleza; á la parte del leste hay una isleta llena de peñascos y bajíos; á la parte del oeste hay otra boca chica que la finar va haciendo por la parte del poniente de la ciudad, por donde no pueden aun entrar navíos en el puerto.
Más adelante por la costa sale el rio Luisa, rio grande donde hay dos ingenios de azúcar; luégo hay otro rio que llaman Canoua, hay en él un ingenio de azúcar: salen de las sierras del Loquillo, que son muy altas, dos rios grandes así llamados. La cabeza de la isla de San Juan, que es á la parte y punta desta isla más oriental junto á las sierras del Loquillo, está en 17 grados y 1/2
Hay en la cabeza de la isla un puerto que se dice Santiago, y dende á dos leguas otro que se dice Yabucoa, que el uno de los dos se debe de llamar por otro nombre Puerto hermoso, donde está un ingenio de azúcar, que se ha despoblado por los indios caribes.
Está más al poniente un puerto que se dice Guayama, que está poblado de ciertas haciendas de ganados y estancias.
Más al poniente están dos rios llamados Niabón y Xacua.
Dende á seis leguas está la villa de Guadianilla.
Dos leguas más adelante está un rio que llaman de Mosquitos; es muy buen puerto; llámase Guanica por otro nombre.
Luégo está la punta de Cabo Rojo, seis leguas de Guanica, y en ella hay salinas que se cuajan si las benefician.
Más adelante, volviendo al norte, está un puerto que llaman de Piñas, y otro que llaman Mayagüez.
Luégo está la bahía de San jerónimo el Viejo, y la boca del rio de Guanabo ó la Aguada; más al norte está la punta del Buhio del Azúcar, que debe ser la que se dice punta Delgada.
Volviendo hácia el leste por la costa, está el rio de Culebrinas y el de la Aguada; aquí se hace un buen puerto abrigado de la brisa, y hay donde pueden hacer aguada los navíos; dende á siete leguas de la costa, la boca del rio de Guahataca, todo esto es costa brava, sin puerto alguno; y más adelante sale un rio que se dice Camuy.
Desde á tres leguas se hace una punta pequeña con un morro donde sale un rio grande, que se dice el Arrecibo, á la boca del cual está la población de españoles arriba dicha.
Desde este rio, hasta seis leguas, se hacen unos peñascos fuera en la mar, como un cuarto de legua; junto á ellos sale otro rio que se llama el Guayaney.
Dos leguas más adelante sale otro que se dice Cibuco; tres leguas más adelante sale un gran rio llamado Toa, donde hay un ingenio de agua, de hacer azúcar, y dos ingenios trapiches de caballos que tienen el servicio por la boca deste rio; y luégo una legua adelante está el dicho Puerto Rico.
ISLAS PERTENECIENTES Á LA ISLA DE SAN JUAN
La isla de la Mona: en 17 grados y 1/2 de altura y de tres leguas de contorno, redonda y baja, que se puede surgir en ella en un buen surgidero; hay maíz, cazabí, y buenos melones, y algunos indios; es de la diócesis de San Juan, y junto á ella está otra isleta que llaman el Monico.
Una isleta entre San Juan y la isla Española al nordeste de la isla dicha Monico, como cinco leguas, y otras cinco de la costa de San Juan.
Aberianas: cuatro ó cinco isletas á lo largo de la costa del sur de San Juan de Puerto Rico, enfrente de Puerto hermoso.
Beyeque: un isleoncillo arrimado á la costa de la isla Española, por la parte del sur.
Pasage: un isleoncillo de tres ó cuatro leguas al levante de la isla de San Juan, cinco ó siete leguas de -las sierras del Loquillo.
Santa Cruz: isla de la mar del Norte de quince ó diez y seis leguas, el medio della en 16 grados y 2/3 y conócese por el sur á dos leguas á la mar en que es baja y tiene unos mogotes, y no se ha de llegar á ella con dos leguas.
Saba: un isleo pequeñete al leste de Santa Cruz, cinco ó seis leguas apartado della.
Isla de Santa Ana: un isleoncillo pequeño al oriente de la isla de San Juan, dos leguas dél al les-nordeste.
Virgines: dos isletas grandecillas de á cinco ó seis leguas de largo, cercadas de otros ocho ó diez bajíos en la mar del Norte, de las cuales la mayor, que es como ocho leguas, se dice Vírgen gorda, y tiene la otra al les-nordeste; el medio della está en 18 grados y 1/4 de altura.
Isleos blancos: los que están al poniente de la Vírgen gorda en la mar del Norte.
Anegada: isla de la mar del Norte, seis ó siete leguas de largo del este-oeste; la mitad della en 18 grados y 2/3 cercada. de bajíos.
Sombrero: un isleoncillo de la mar del Norte, cercado de bajíos, en 18 grados y 2/3.
El Águila: isla de la mar del Norte. diez ó doce leguas de largo nordeste sudueste; el medio de ella en 18 grados.
San Martín: isla de la mar del Norte, diez y seis ó veinte leguas de largo leste oeste, y cinco ó seis leguas norte sur, cercada toda por el norte y levante de isleos; el medio de ella en 17 grados y ½.
San Estacio: isla de la mar del Norte, de ocho ó diez leguas de grandor; el medio della en 16 grados y ¾.
San Cristóbal: isla de la mar del Norte, ocho ó diez leguas de largo al nordeste sueste; la mitad della en 16 grados y algo más.
San Bartolomé: isla de la mar del Norte, de ocho ó diez leguas; el medio de ella en 16 grados y 2, con un arrecife á la punta que mira al levante.
Barbada: isla de la mar del Norte, en 17 grados de altura cercada de bajíos.
La Redonda: isla de la mar del Norte, pequeña, dos leguas poco más de largo, entre Monserrate y las Nieves en el medio.
Monserrate: isla de la mar del Norte, cuatro ó cinco leguas de largo, en 15 grados y 1/2.
La Antigua: isla de la mar del Norte, de diez ú once leguas de largo, de ancho cinco ó seis, cercada de bajíos; la mitad della en 15 grados y 2.
Guadalupe: isla de la mar del Norte, quince ó diez y ocho leguas de largo leste oeste, y ocho ó nueve de ancho; el medio della ceñida como un istmo, la mitad del medio della en 60 grados y 14 y 1/2.
La Deseada: en 14 grados y 2 al levante de la isla de Guadalupe, como cinco ó seis leguas; descubrióla el Almirante Colón en el segundo viaje que hizo á las Indias año de 93, y llamóla Deseada, porque fué la primera que en aquel viaje vio, y por el mucho deseo que llevaba de ver tierra: navégase desde las Canarias en demanda desta isla, yendo á la Nueva España, aunque está en menor altura que la Española, que vuelven á reconocer los que navegan á la Nueva España, porque todas las otras islas de barlovento son peligrosas de bajíos; conócese esta isla, yendo en demanda della, en que está echada leste oeste, y la parte del leste es tan baja que parece un espolón de galera.
Marigalante: una isleta como cuatro ó cinco leguas al sudueste de la Deseada; descubrióla Colón en el segundo viaje, y llamóla así, porque la nave en que él iba se llamaba Marigalante: conócese en que es más pequeña que la Deseada y mas rasa y pareja.
Dominica: isla de la mar del Norte en 13 grados de altura, doce leguas de largo norueste susueste, y como diez leguas de ancho; descubrióla Colón en el segundo viaje un domingo; así la llaman Dominica; hay agua y leña en ella, y así las flotas llegan á tornar agua en ella (aunque con peligro de los Caribes que hay en ella); tiene buenos surgideros á la parte del norueste, hay buenos rios, y en ellos oro, y no hay bajo ninguno que no se eche de ver; vése quince leguas á la mar, por ser tierra alta, más que las otras islas, y montosa, y en mar en fuera parece dos islas basta que se ván llegando cerca.
ISLA DE LA MARGARITA
La isla de la Margarita: el medio della en 62 grados y 1/2 de longitud y 11 grados y 3/4, quince ó diez y seis leguas de largo, y treinta ó treinta y cinco de costa; hay en toda ella dos pueblos, y en ellos como sesenta vecinos: el de la Margarita, junto al mar que bate en una fortaleza que tiene, en que hay como treinta y cinco ó cuarenta vecinos; y dos leguas la tierra adentro el Valle, que dicen de Santa Lucía, en que habrá como quince ó veinte vecinos.
Dióse por gobernación al licenciado Marcelo de Villalobos, oidor de la Audiencia de Santo Domingo, año 1525, para él y para un heredero suyo que él nombrase, el cual nombró á doña Aldonza Manrique, su hija, que también tiene facultad para nombrar después de sus días la persona que quisiere; es del obispado de San Juan y vicaría de San German.
Descubrió esta isla el Almirante Colón, y llamóla la Margarita por su mujer, que dicen que se llamaba así: toda ella es falta de agua, aunque fértil de árboles y pastos para ganados; no se habita la mitad della, que se dice el Macanao, por falta de agua; hay alrededor muchos ostiales de perlas, y de la parte del norte un buen puerto y ancon; es esta isla continuamente infestada de cosarios de la mar del Norte 1 ; á la cual aportó el tirano Francisco de Aguirre 2 que bajó del Pirú y salió á la mar del Norte por el rio de las Amazonas y de Orellana, y en esta isla dió garrote á D. Juan de Villandrando, yerno de la dicha doña Aldonza Manrique, y gobernador por ella en la dicha isla.
CUBAGUA.-ISLA
Cubagua: isla de perlas, entre la costa de Tierrafirme y la Margarita, cuatro leguas de la costa, y una legua de la Margarita á la banda del norte, como ciento sesenta leguas de Santo Domingo. Descubrióla el Almirante Colón año de 97 ó 98: bojará esta isla como tres leguas, es llana y salitral y estéril de todo género de yerbas y de árboles, que no hay ningunos sino algunos guayacanes: no hay agua ninguna para beber, ni animales ni aves más de algunas marinas: tiene un buen puerto á la parte del norte, y por delante á una legua la isla de la Margarita, y en la punta del oriente un manadero de un licor como aceite, y corre por la mar dos leguas; tráese el agua para beber de Cumaná siete leguas della, y la leña de la isla de la Margarita: á la redonda desta isla es todo placeles de ostiales en la mar; de que hay gran cantidad: fundóse en ella, por el año de 23 (1523), la ciudad de Caliz, que se despobló después y se pasó al Cabo de Vela.
http://www.banrepcultural.org/blaavi...ia/india2a.htm
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Testimonio del Obispo Juan López Agurto en su visita a la Guayana, 1634.
Habiendo don Francisco de Varte, Arzobispo del Nuevo Reino, dejado la Guayana, por lo distante que se hallaba y la imposibilidad de visitarla, se sirvió V.M. de encomendarla habrá 7 años al Obispo de Puerto Rico que por la misma razón y por los peligros de mar y caribes no se atrevió á pasar á estas partes. Yo la vine á visitar, hallando la ciudad mudada hubo poco más de un año, seis leguas distante de donde sólia estar, por ser puerto más cercano del Rio Orinoco. Hallé sus moradores, que no pasan de 40, pobres, por haberles faltado el trato de tabaco, fruto con que se remediaban, y por no haberles venido más ha de dos años naves de registro de estos Reinos.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
«El obispado, además de ésta,
comprende las islas Trinidad y
Margarita, y en Tierrafirme la
provincia de Cumaná y
todas las misiones de la
ribera del Orinoco.
Comprende este obispado,
además de esta isla,
las de Margarita, Trinidad y
todas las de Barlovento,
las provincias de Cumaná,
Barcelona, Guayana y Piritu,...
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Cartas del obispo de Puerto Rico don Juan López de Agurto al rey Felipe IV
ISLA DE MARGARITA, 10 DE DICIEMBRE 1633
«...Habrá diez meses que salí
de la isla de Puerto Rico,
en donde gasté un año
visitándola, para cumplir a mi
obligación visitando estos
lugares que por vía de
encomienda pertenecen a
este obispado, y en el
petache que viene por los
quintos de la Margarita escribí
a V. M. desde la provincia de
Nueva Andalucía, en la cual
está un lugar llamado Cumanagoto,
doce leguas distante en
la costa de Cumaná, muy
importante, si bien olvidado,
cercado de 16.000 indios de
guerra, que siempre andan
con las armas en las manos.
Visitelo y consolé sus vecinos,
cuya Iglesia es de las más pobres
de esta tierra, que un poco
de maiz que siembran para su
sustento ha de ser en una mano
el arado y en la otra las armas.
Socorrí la pobre Iglesia con las
alhajas de mi corto caudal, como
informará el gobernador. Necesito
de otro cura. Tiene uno, cuya
conveniencia tengo tratado con Benito
Arias Montano, su gobernador,
y oficiales reales. Suplico a V. M. que
se sirva de tenerlo por bien.
La razón de esto es, fuera de la general,
que hallándome en Cumaná, pasaron diez
urcas de holandeses que,
faltos de la salina de San Martín,
la buscan por acá y los indios confinantes
al dicho pueblo les enseñaron
una salina tan valiente como la de Araya.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Y mancomunándose con los dichos holandeses, les ayuda- ron a fabricar un castillo con diez piezas de artillería, y luego acudió el dicho gobernador Benito Arias, que es un gran ministro de V. M., con españoles e indios y les ganó el castillo, prendiendo y matando 170 de ellos. Esta salina está distan- te de Cumanagoto un día de camino que, considerando el pirata aquel terreno, que como testigo de vista para todo linaje de frutos es el mejor de toda la Tierra Firme, a lo que se puede juzgar, estaba determinado de asolar, valiéndose tam- bién de los indios, el dicho pueblo que tiene también dos salinas o tres.
Conviene que V. M. se sirva de mandar que se concluya esta conquista, porque los indios no se junten con los holandeses, y que se refuerce el dicho pueblo, que hoy tiene más de ochenta vecinos, como constará del testimonio de los confirmados. Y ha de ser plaza de esto. Y V. M. se sirva de mandar se socorra aquella Iglesia de vino y aceite y los novenos, que no llegen a trescien- tos reales, que si bien los avisos de la armada holandesa amenazan el castillo de Araya, lo cierto será que su ejecución vendrá a parar y hacer pie en el dicho lugar de Cumanagoto, según la descripción que de la tierra se hicieron, que no ignoran la fortificación del castillo de Araya que, a la fecha de ésta, lo tiene bien pertrechado el gobernador, al cual tengo ayudado en estas facciones, la principal con públicas procesiones, y con indios guaraníes de los partidos de clérigos para extinguir y anegar la salina de la Tortuga.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
La visita de la gobernación de la Guayana e isla de Trinidad haré para el mes que viene que, como es fuerza conducir soldados para esta navegación por invasiones de caribes, los aguardo de la dicha navegación, que éstas no los pue- den dar por las nuevas de enemigos que esperan. Sólo informo a V. M. de cómo se despuebla aquella tierra por la pobreza de sus moradores, que los frutos que tienen es un poco de tabaco, y como éste no tiene valor, ni ha venido navío de registro, padecen muchas necesidades. El gobernador, Cristóbal de Aranda, me aguarda para que juntos hagamos informe a V. M.
De Puerto Rico hice informe a V. M. que tuviese por bien de hacer limos- na de los novenos a aquella catedral. La experiencia que se adquiere con el tiempo, me mostró que ocho pares de casas que tenía la fábrica de aquella igle- sia, habitadas las más por los prebendados que no pagaban de alquiler la mitad de su valor, y ése lo consumían en obras no necesarias. Con consejo del dicho capítulo e información de utilidad, se vendieron, poniéndose a censo sobre las dichas casas su valor con fiadores, obligándose a tenerlas edificadas, con que acreció su renta casi a 600 ducados. Entre estas casas hubo una que llamaban Colejuelo de San Ildefonso que, por tradición antigua, sin hallarse recados, como los archivos se perdieron con la toma que los enemigos han hecho de aquella ciudad, dice que dejó un hombre para leer la gramática.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Esta casa quemó el holandés, y la fábrica de la
Iglesia pagaba cien pesos a un preceptor, leyéndose
la dicha gramática en una salilla de la iglesia.
En esta casa vivía el arcediano, pagando
doscientos reales. Con la misma utilidad
se vendió en mil reales cada un año, con
obligación de reedificarla. El dicho arcediano
pidió que no se podía vender o que se la diesen
por el tanto. No hubo lugar. Apeló para el
Metropolitano de Santo Domingo. De esto
tengo informado al fiscal de V. M. largamente,
para que pida que se lleve todo lo actua- do,
y V. M., como patrón, mande lo que más
fuere de su servicio que, con esta renta y
la decimal, tiene la Iglesia bastantemente
para sus menesteres sin que V. M. le acuda
con reales novenos, cumpliendo la merced de
los dos novenos.
En este obispado no hay hospital del bendito
Juan de Dios, que uno de prestado que hay
en Puerto Rico para el presidio sirven los
mismos soldados. De éste tengo dado
cuenta al fiscal para que informe a V. M....»
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
II. ISLA DE TRINIDAD, 23 DE FEBRERO 1634.
«...Por dejación que hizo don Fernando
Arias de Ugarte, arzobispo del Nuevo
Reino de Granada, de la provincia de
Guayana, perteneciente a su
arzobispado que, como parte tan
remota, ni él, ni sus antecesores,
la pudieron visitar; con esto,
se sirvió V. M. de
encomendarla habrá siete años
[1627], al obispo de Puerto Rico,
por la misma razón, y por los
peligros de mar y caribe, no se
atrevió a pasar a estas partes.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Yo, celoso del servicio de Dios y de V. M., posponiéndolos, vine a visitarla, hallando la ciudad mudada, hacía poco más de un año, seis leguas distantes de donde solía estar, por ser puerto más escondido al río Orinoco y no tan malsano como el pasado que, con esto, el lugar es más defendido al holandés que en el otro, desde el dicho río, batía las casas con su artillería.
Hallé sus moradores, que ya no pasan de cuarenta, pobres y desnudos por haberles faltado el trato del tabaco, frutocon que se remediaban, y por no haberles venido más ha de dos años navío de registro de esos reinos que, con- siderando el servicio de V. M., hallo, entre otras, dos potísimas razones por las cuales se ha de servir V. M. de favorecer y amparar esta población: La primera, por la mira y cuidado con que la solicitan los holandeses, que hoy junto a este gran río de Orinoco están poblados en tres confines a él, como son el río Belbés, Corentines y Esquivo; y si los pocos vecinos no defendiesen la subida por el río arriba al enemigo, no estaban seguras las provincias del Perú, que trescientas leguas el río arriba, se sube hasta el Nuevo Reino de Granada.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
La otra razón es que en el pueblo antiguo se halla grandísima cantidad de azogue que, bajando el río, los vecinos llegan a cogerle que baja de una gran peñasco a la playa que, como cosa tan útil para el beneficio de las minas, con muy poca costa, se podría descubrir ésta con persona que entendiese de este ministerio. Y yo, por vista de ojos, he visto alguna cantidad a los vecinos.
También en la visita que estoy haciendo a esta isla de Trinidad, hallo que es muy fértil y mejor terreno para cualesquier frutos que la de Puerto Rico, pero con veintiseis vecinos, sujeta a cuatro mil indios que esta isla tiene de guerra, que sirviéndose V. M. de dar licencia a que vengan a probarla veinticinco fami- lias de casados, con mucha brevedad se conocerá el logro y mejora de ella, que también tiene a doce leguas la isla de Tobago, poblada de muchos holandeses.
V. M. se sirvió de despachar su cédula real para que en Guayana y esta isla, se me diesen los años de las cuartas decimales en la ciudad de Guayana. Como V. M. mandará ver por su informe y certificación, no hubo para poderlas dar, antes fue necesario, de lo poco que tenía, socorrerlos, si bien el gasto que he hecho en las visitas ha sido considerable, teniendo tres bajeles armados a mi costa con casi sesenta personas, soldados e indios de guerra, para defensa de muchos caribes que estas costas infestan.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Que, acabada la visita a esta isla, donde quedo disponiendo una doctri- na y agregarlos, y para que todo tenga cumplido efecto en el servicio de Dios y de V. M., se serviría de mandar al gobernador de estas provincias que no se tome para su salario los cortos diezmos, como hasta ahora lo han hecho, contra la voluntad de V. M., que los mil ducados que les manda dar son en frutos, si los hubiera, y no de los diezmos, en lo cual los curas no han sido pagados...»
http://www.juliosanchezrodriguez.com...pez_Agurto.pdf
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
»Y assi por Cédulas Reales que no hacen
mención de Bulas se dio por Cercanía al
Obispado de Panamá la Prouincia de
Veragua, las Yslas Primeras de Varlouento
y después la Ysla de Trinidad y la Guayana,
al Obispado de Puerto rico; que por el
mismo derecho goza de la Ysla Margarita y
Prouincia. Al Obispado de San Martin se dio
por cercanía la Ciudad de los Remedios del
Cauo de la Vela, la del Rio de la Hacha y el
pueblo de la Nueua Ocaña y dize la Real
Cédula en que se dispone, que este pueblo
se desmembra del Arzobispado del nueuo
Reino por su mucha distancia. La Prouincia
de Tauaco fue por cercanía del Obispado de
Chiapa y luego que se erigió Catedral en
Yucatán se le aplico por cercanía quitándose
de Chiapa, y las Reales Cédulas que asi lo
disponen se despacharon sin Bulas, y se
encargo por ellas á los Obispos que usaran
en aquellas cercanías el oficio pastoral.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Su iglesia es la más
primorosa de todas
las Misiones del
Obispado de Puerto
Rico; goza de una
hacienda de cacao
que tiene en
el valle de Cúpira,
que todos los años
asciende su
producto libre a
doscientos pesos,
Señor: La obligación de indigno
prelado, delegado de estas
santas conversiones de Píritu,
2 me precisa a dar cuenta a
Vuestra Majestad de las
operaciones de el obispo
de esta diócesis de San Juan
de Puerto Rico,
Al presente están de partida
para esa doce religiosos
mandados del rey nuestro
señor Felipe V, que Dios guarde,
y pedidos con instancias del
Obispo de Puerto Rico, a cuya
Mitra pertenecen la Isla de la
Trinidad, y la tierra firme de la
Guayana.
Por lo tanto, una vez que han
logrado la formación de un pueblo
y éste se constituye en parroquia,
entrando a formar parte de una
diócesis, ellos siguen adelante para
repetir una y mil veces la misma
operación. Así hicieron aquellos
Capuchinos de las Misiones de
Cumaná. Sin darse punto de
reposo, sin conocer el desaliento
ni mirar atrás, siguieron su marcha
ascendente, fundando nuevos
pueblos para, una vez formalizados,
entregarlos al cuidado y vigilancia
del Obispo de aquellos anejos
ultramarinos, que no era otro sino
el de Puerto Rico.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
De estas Misiones hay pueblos que
pertenecen á la Mitra de Sania Fé,
otros á la de Caracas, y otros á la
de Puerto Rico, de suerte que los
pueblos establecidos en la orilla
oriental del Orinoco que coresponde
al gran Continente de la Guayana,
pertenecen á Puerto-Rico; los otros
puestos en la orilla occidental de
Orinoco están sugetos á Caracas y
Santo Fé todo esto dentro de una
inmensidad de leguas, á los
cuatro rumboscardinales.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
estas provincias de
Cumaná y Barcelona
anejas del obispado
de Puerto Rico
dirigiéndose para Tierra Firme de su
Obispado, y en el veintitrés del mismo
desembarcó en el Puerto de la Nueva
Barcelona por donde empezó su Visita,
abriéndola en el día veintisiete del mismo
y continuándola por todos aquellos
Territorios y Misiones que
llaman de Píri- tu y son de Religiosos
observantes de San Francisco de las
Provincias de España hasta pasar el
Orinoco. Y concluidos
los pueblos de las expresadas Misiones
navegaron por el Orinoco, subió a las
Misiones que en la ribera de este río tienen
los Padres de la Compañía de Jesús y visitó
todos los pueblos de la banda del Sur del
Orinoco, que indu-vitablemente pertenecen
al Obispado de Puerto Rico, hasta el que
llaman el Raudal de los Atures
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
"Digo que al dicho obispado le están
agregadas por cercanía y en
encomienda diferentes islas y
provincias, cuales son la Margarita,
la Trinidad, Santo Tomé de la
Guayana, la Nueva Andalucía y
Nueva Barcelona, cuyas visitas se
hacen forzosamente con navegaciones
sobremanera peligrosas y algunas no
con bajeles grandes, porque no lo permiten
las bocas y angosturas de los ríos, sino en
piraguas pequeñas; y porque los indios caribes,
que se comen los hombres sin perdonar a ninguno
la vida, infestan estas costas, juntándose muchos
como en armada de diez o doce piraguas para andar
en corso y a caza, principalmente en los golfos por
donde se va a la Trinidad y se viene a la Guayana y
Nueva Barcelona o Cataluña, para cuya defensa
forzosamente, cuando se ha de ir o venir a la visita,
es necesario armar y fletar tres o cuatro piraguas
cuando menos, con muchos indios de la tierra y
algunos soldados de presidio, lo cual no se puede
hacer sin mucha costa; y son tantas las embarcaciones
cuantas islas y provincias hay que visitar, y los pueblos
que en ellas se visitan son por tierra de lo más fragoso y
peligroso del mundo, en tanta manera que los que van
por el mar de aquí a Cartagena gastan cinco días y por
tierra cinco meses, y lo tienen por menos malo por obviar
los manifiestos peligros de este mar y sus corsarios, sin
embargo de que no se excusan los que van por tierra de llevar
escolta de indios y soldados contra los indios bravos, que
también andan a caza, no de las haciendas, sino de las vidas
para comer carne humana, que es su mejor regalo".
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
La Prouinzia de Cumana viene a
caer en medio de la de Caracas,
y de la ysla de la Trinidad;
perteneze al Obispado de Puerto
Rico, como tambien las yslas de
la Trinidad, y de la Margarita,
Este sistema adoptó entonces
la necesidad y continúa hasta
hoy, sin que hayan podido
hacerse oir los prelados de
esta diócesis, con sus repetidas
representaciones dictadas por la
experiencia de tan repetidos
funestos sucesos que cada día
acaecen en sus Misiones y
provincias, especialmente en las
conterminantes a los holandeses
y portugueses de la Vieja Guayana
y Alto Orinoco.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
CUMANA (Cumeniacus Tractus,
y según otros Cumaná Regio
Cumanarum Regio).—Prov. de
la Nueva Andalucía, cuya capital
es la ciudad del mismo nombre.
Limita al Este-Suroeste con la
Nueva Andalucía Austral o Inferior,
al Norte con el Mar del Norte, al
Este con la Prov. de Venezuela, y
al Oeste con las montañas de San
Pedro. Alonso de Ojeda y Américo
Vespucio la descubrieron en 1488.
Sus tierras son por lo general
estériles, y el clima cálido y poco
sano. Tiene pocos habitantes y los
Indios Bárbaros son feroces y
traidores, y viven en las montañas
del Occidente. En lo espiritual
depende del Obispo de la Isla de
Puerto Rico.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
En esta forma se lian gobernado hasta
el presente aquellas doctrinas,
dependientes en cuantw á la jurisdicción
y oficio parroquial del íllmo. Sr. Obispo
de Puerto-Rico, y en lo regular de los
párrocos de nuestro comisario apostólico,
que nos visita dos vezes cada tiienio por
lei municipal, en la misma forma que lo
hacen los M. RR. PP. Provinciales de
nuestras respectivas provincias, á cuya
similitud se han gobernado desde el
principio aquellas apostólicas misiones.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
S\ Y porquantoaestc nuestro
Obispado'dcsaaluan de Puerto-Rico le
estan agregadas por cercania* y en
encomienda diferentesIslas,y Prouíncias,
como Ton laMargarita.Cumanà,Cumanagote,
Samo Tome de la Guayana,la Tiinidad , la
nueua Andalucia, la nueua Barcelona.fan
Felipe de Austria, y laslslas q llaman de
Barlouento viniendo deEfpana,quaIes son
elBarran,íantaCruz,las Virgenes,fan Martin ,
el Aguila,el Sombrero.san Viccnce,Eslaba ,
Estacia,san ChristouaUlasNieues.Redondaj
MonserratejIilan, Itaria,la Barbada,Guadalupe,
Dcfeada , Marigalan, todosSancos,Dominicos,
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
CONSTITVCION CLXXV.
■ '■*. '. ■ • . ■'. •■ ■. >
Qne encadagouierno no aja mas qtíevn
Precept-'. s - toy deGramaticayyeste
(eaaprotiadoj exami- . nado por elPrelado.
CONFORMANDONOSGon lo dispuesto co la
prcmaticaReal del aíío de mil y seiscientosy
veintey tres,que dispone>no aya Maeftros,
niPreceptoresde Gramacicaenloslugares,
madamos,que no aya eíludjos de Gramatica,
si no ruere cn las ciudadcs,y cabeças de partido
desteObispado, y dondchuuiere.Gouernador,y
cnconccssea solo vn
es
cstudíocncadaciûdad, yen esta de Puerro-Riçpsç
agrcguealSeminatioquedisponcel santo Concilio
de Trento,cada,y quando que se fundarc , para
que losninosde lasantalgleíìa,y Colcgiales, è
Infantes dedichoScminariotengan Maestro
que losdotrirw, y ensene,quc es el fin
precendido dcl dicho sanco C5 cilio,y
los dichos Maestros,ò Precepcores ayade
fer examinados pot cl Ordinaiio.
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
S. A.man damosque cn estc
Obispado de Sanluan de Puerto
Kicose obscrue,y guarde la que
oy tienc , de pagac cinco realesde
platadc la limosna de cada Missare
zada.qucdexaron enlos testamêtos,
yen lasdemas islas.y prouinciasanexas
a esteObispadojComoson
la Margarita,Cumana,y la Guayana,
y ótras ,
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
El Tribunal Eclesiástico del Obispo
tiene un Provisor, que es Vicario
general de todas las islas y
provincias de la Tierra-firme que le
están anexas, un Oficial mayor ó
Provisor en segundas que solo
ejerce su emple0 en ausencia ó
enfermedad del primero, un Fiscal,
dos Notarios, un Procurador y un
Alguacil. A este Tribunal corresponde
la decision de todas las causas
matrimoniales, beneficiales y demas
eclesiásticas; pero cualquiera reo
frustra sus providencias, si no le
convienen, mediante la cédula que
llaman de fuerza, la cual impide al
Eclesiástico llevar á efecto aquel
decreto ó providencia por que se le
notifica, debiendo suspender toda
ejecucion hasta la resolucion de la
Audiencia del distrito. Ademas de
este Tribunal Eclesiástico hay dos
Vicarías, una en la villa de San
German y la otra en el pueblo de
Coamo. Estos Vicarios solo tienen
facultad para formar las sumarias
en los asuntos que Ies com- ,peten,
debiendo remitirlas al Tribunal del
Obispo para su decision. Los Vicarios
eme residen en las provincias de
Tierra-firme tienen mayores facultades
(1).
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
En este pueblo y valle de Cúpira
está fundado por los de Barcelona,
y según he podido oir no están
contentos de que el Cura y el
Teniente de Governador les
vengan de Caracas, y desean
que el Obispo de Puerto Rico
provea este Curato
unos cinco años sobre que
los diezmos de este valle de
Cúpira pertenecen a Cumaná,
me parece que este pueblo y
valle de Cúpira lo declarará el
Rey en lo espiritual y temporal
como del Obispo de
Puerto Rico y del Governador
de Cumaná.
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Certificación que hago yo,
Fray Juan de Cariñena,
Prefecto actual, aunque
indigno, de las misiones
de Capuchinos de la
provincia de Cumaná,
diócesis de San Juan
de Puerto Rico, por la
cual da noticia de los
indios e indias adultos...
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Se titulaba el Obispo
como:"gobernador de
la ciudad de San Juan
Bautista de Puerto Rico
y sus anexos"
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Provs. e Islas del Obispd°.
de Puerto Rico
Isla de Puerto Rico.
Isla Margarita.
Isla Trinidad.
Prova. de Cumaná.
Prova. de Nueva Barzna.
Prova. de la Vieja Guayana.
Prova. de la Nueva
Guayana.
Misnes. de Atures y
Maypures.
Misiones del Alto Orinoco
y Río Negro.
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Este sistema adoptó entonces la
necesidad y continúa hasta hoy,
sin que hayan podido
hacerse oir los prelados de
esta diócesis, con sus
repetidas representaciones
dictadas por la experiencia
de tan repetidos funestos
sucesos que cada día
acaecen en sus Misiones y
provincias, especialmente
en las conterminantes a los
holandeses y portugueses de
la Vieja Guayana y Alto Orinoco.
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Fecha en ... a ... de ... mill
y quinientos y setenta y cinco
años.
[Ad Calcem:] Al obispo de la
isla de San Juan: que tenga
por cerc[anía la provincia de]
Cumaná.
Y por lo que a mí toca, debo
decir que este obispado se
compone de cuatro
miembros, y son: esta isla de
Puerto Rico, donde está la
catedral sin acabarse
doscientos años ha, por su
pobreza; la isla de Margarita,
la isla de Trinidad de Barlovento
y la provincia de cumaná>>.
Del Vicario Superintendente de Cumaná:
el uno con título de vicario
superintendente a quien el
diocesano confiere sus
facultades para celebrar
concursos sinodales y
conferir los curatos de
españoles e indios de las
islas, provincias anexas al
obispado de Puerto Rico,
con las demás pertenecientes
a la ciudad eclesiástica de que
es juez y sobre los vicarios
foráneos que hay en ellas.
“sobre las visitas,
administración y
procuración de las islas
y provincias agregadas
al dicho obispado”
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
las provincias de Cumaná,
Isla de la Margarita y
Trinidad de Barlovento,
que son del distrito del
Obispado de Puerto Rico,
y que por este motivo el
gobierno eclesiástico de
aquellas provincias estaba
en grande escaecimiento ...
... para que pudiese el
dicho Padre y Compañeros
exercer los ministerios de
nuestra compañía en estas
Missiones del Rio de Orinoco
que perthenecen a la Diocesis
de Puerto Rico, ...
... convendría que se erigiessen
a lo menos dos Parroquias, y en
este caso podría esta quedar acá
por ahora, pues este sitio está
immediato al linde divisorio del
Obispado de Puerto Rico o
provincia de Barcelona, que es el
río Unare, ...
... está a distancia de unas
doce cuadras del río Unare
que divide esta Provincia de
la Nueva Barcelona
perteneciente al Obispado
de Puerto Rico: ...
-
Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Ramón de Huesca sobre fray Iñigo Abbad:
Por los años de 1775 pasó á la América en
compañía del Illmo. Señor Don Fr. Manuel
Ximenez Pérez, Obispo de Puerto-Rico ,
Monge de su monasterio de Náxera , y
Catedrático jubilado de la Universidad de
Oviedo , quien le llevó consigo en calidad de
Confesor y Secretario, confiando en sus
talentos y prendas, que habrían de servirle de
mucho consuelo y alivio en el gobierno de su
Obispado. No quedaron defraudadas las
esperanzas de este Prelado , porque el Señor
Abad le fue pies y manos, y le acompañó fiel
y constantemente en la visita de toda aquella
vastísima Diócesis , que antes de erigirse el
Obispado de Guayana comprehendia las islas
de Puerto-Rico , Trinidad y Margarita , y en
tierra firme las provincias de Cumaná, Orinoco
y nueva Barcelona , en cuyos pueblos visitó y
misionó con su Obispo. ..
Otro comentario sobre fray Iñigo Abbad:
Le fué de mucha utilidad en el
gobierno de aquella diócesis,
que á la sazon era vastisima
por no haberse erigido aun el
obispado de Guayana. Acompañó
al Obispo fiel y constantemente
en su visita, recorriendo los
pueblos y predicando en ellos.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
«el Illmo. Sr. Fr. Manuel Jimenez Perez.
Monje Benito Del MoNasterio De Santa
María La Real De Nájera, Natural De La
Villa De Soto, Provincia De Rioja. Fué
Hecho Obispo En 1770 Y Consagrado
En Cádiz Por Real Gracia De S. M. Llegó
A Esta Ciudad Y Tomó Posesión De Su
Iglesia En 177.4. Hizo Un Magnífico
Hospital Para Los Pobres. Reedificó El
Palacio Episcopal Que Se Hallaba Arruinado.
Visitó Dos Veces su Obispado Y Murió El Día
21 De Agosto De I 781 Y Fué SepultaDo En
Su Iglesia Catedral.»
El edificio de que se trata es tan
espacioso que tiene cabida para
500 camas y todas las dependencias
que le corresponden. Es de dos pisos
y de buen aspecto, pero no tiene nada
de notable.
El fundador Jiménez Pérez fué uno de
los mejores prelados de la isla; además
de esta grande obra suya, dió muchos
ornamentos y limosnas para conventos
é iglesias, erigió muchas parroquias,
visitó dos veces toda su diócesis,
que á la sazón se extendía hasta el
alto Orinoco, sufrió con admirable
mansedumbre y constancia
persecuciones y contradicciones por
amparar á los pobres, y evitar
amancebamientos y escándalos; era
afable con todos, humilde y modesto
en su porte; jamás dejó el hábito y
método de vida del claustro, con la
misma observancia que si viviera en
él, y el sábado de cada semana enviaba
el dinero que se hallaba en su palacio,
para las limosnas que tenía destinadas,
sin dejar las más veces lo muy preciso
para comer su familia el día siguiente (i).
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Puerto Rico antes de la Diócesis:
La isla se encuentra hundida en una guerra civil por el control de ella.
Juan Ponce de Leon y otros nobles estaban luchando contra Agueybana y otros caciques. Los Colón gobernaban la Isla desde Santo Domingo.
No había ningún tipo de organización ni civil ni eclesiástica en lo que vendría a ser Puerto Rico.
El rey Católico Don Fernando, cuya inteligencia y sagacidad es de notar, sabía que para evitar estas guerras y poder pacificar a los indígenas habría que encomendar a aquellos indígenas y sus tierras a la Iglesia.
Durante varios años el rey católico estuvo negociando con el Pontífice para la creación de diócesis y la medida del Patronato.
En 1511, se crea la Diócesis de Puerto Rico, organismo que vendría a dar a luz a Puerto Rico y a la mayoría del actual Oriente de Venezuela. Puerto Rico nace jurídicamente, es el documento de la Diócesis el primero que menciona a San Juan como capital.
En 1512, llega el obispo Manso a la Isla, con la llegada de Manso las rebeliones se irán disminuyendo, los indígenas se congregarán en pueblos llamados "curatos" y "parroquias". Será el "curato y la "parroquia" el pueblo fundacional por excelencia. De hecho, la mayoría de los pueblos en Puerto Rico empezaron como curatos y parroquias.
El mestizaje entre los indígenas, negros e hispanos será tremendo, a nivel que después de 50 años de la primera pisada de los hispanos los indígenas puros eran muy pocos.
Ya después de establecida la paz, la gobernación de Puerto Rico será afianzada durante ese siglo.
La Diócesis por diversas razones seguirá creciendo pues grandes comarcas le serán encomendadas.
En 1519 se le encomiendan gran parte las Islas de Barlovento. En 1525 será encomendada la Isla de Margarita, ya para los 1600's se reconoce la encomienda de los obispos en la Nueva Andalucía, para la segunda década del siglo XVII se encomendarán la Isla de Trinidad y la vastísima provincia de Guayana. Con la Diócesis comienza la labor misionera en esas regiones, la cual dará a luz a la mayoría del actual Oriente de Venezuela.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Cita:
En 1512, llega el obispo Manso a la Isla
corrección. El obispo llega en 1513.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Puerto Rico antes de la Diócesis, parte II:
La Gobernación de Puerto Rico fue establecida por Ponce de León. Ponce de León fue el primer gobernador de la Isla. La Gobernación carecía de toda forma política. Se dividía en encomiendas.
Encomiendas de la Gobernación de Puerto Rico:
Encomenderos:
1. Compañía Corona / Ponce de León
Caciques: Aranamá, Guacabo, Orocobiz, Caguas y otros
Lugar: Toa / Mona
2. Corona
Caciques: Aranamás, Caguas, Yavey, Luisa
Lugar: Real Hacienda de Toa
3, Juan Cerón
Lugar: Caguas
Caciques: ?
4. Miguel Díaz de Aux
Caciques: Canóbana
Cayniabón (o Cayrabón)
5. Cristóbal de Sotomayor
Caciques:Agüeybana II
Lugar: Guanía (pueblo de Guánica)
6. Juan Ponce de León
Caciques: Guaraca y otros
Guayaney
Fuente: Murga, Historia Documental de Puerto Rico, Vol. II (1957), pp. 454-490
Subasta de tierras:
1.Cristóbal de Sotomayor
montones: 10,500
Cacique: Agüeybana II
precio en pesos:175
2. Francisco Robledo /Juan de Castellanos
montones: 6,850
Cacique: Caguas
precio en pesos: 250
3. Fernán Sánchez y Cia.
Montones: 1.090
Cacique: Mabo
precio en pesos: 92
4. Juan Cerón/Marco de Ardón/García Troche
montones: 1,000
Cacique: Mahagua
precio en pesos:100
5. Pedro Ortiz
montones: 270
Cacique: “Gonzalo” (Toa)
precio en pesos: 31
6. Juan de la Feria
Montones: 7,055
Lugar: Villa de Caparra
precio en pesos: 375
7. Corona
montones: 5,200
Lugar: Real Hacienda de Toa
precio en pesos: --
8. Varios
montones: ?
Cacique: Canóbana/Cayrabón
precio en pesos: ?
Fundición de Oro, 1510
Encomenderos/mineros:
1. Compañía Corona/Ponce de León
oro (pesos): 1694 ps. 4ts.
2. Cristóbal Sotomayor
oro/pesos: 806 ps. 5ts.
3. Pedro y Luis Almonte (hermanos)
oro/pesos: 679 ps. 2ts
4. Francisco de Robledo
oro/pesos: 656 ps. 6ts
5. Alonso de Cea
oro/pesos: 612 ps. 6ts
6. Juan de la Feria
oro/pesos: 358 ps. 6ts
7. Antonio Sedeño
oro/pesos: 317 ps.
8. Luis de Añasco
oro/pesos: 304 ps.
9. Gil Calderón
oro/pesos: 287 ps.
Pedro de León
oro/pesos: 246 ps.
Fuente: “Relación del oro. Villa de Caparra, 1510”. Archivo General de Indias (AGI) Patronato, Legajo 198, Ramo 1.
Fuente: “Relación del oro. Villa de Caparra, 1510”. Archivo General de Indias (AGI) Patronato, Legajo 198, Ramo 1.
Guerras Civiles:
Los indígenas y españoles entablaron cruentas guerras civiles, los indígenas habían hecho matanza a gran parte de la población hispana de la Isla.
Primera Rebelión:
Los indígenas se rebelaron ante esta oprobiosa situación y declararon la guerra asesinando al noble Cristóbal de Sotomayor, quemando su villa y todo cuanto en ella había:
"La primera población que el dicho don Cristóval hizo fue el puerto de Guánica e estando allí vinieron los dichos yndios e quemaron el pueblo de donde perdimos yo e los pobladores las haziendas e todo quanto tenían”. Cuéllar.
Quema de la Aguada:
Los indígenas bajo el mando del cacique Guarionex se rebelaron y fueron hacia la villa de la Aguada, la cual incendiaron e hicieron gran matanza:
"Un día se juntaron la mayor parte de los indios de la isla”, según un tal Cuéllar, “e fueron sobre nosotros... e pelearon resiamente con nosotros e quemaron todo el pueblo -matando 200 cristianos e hiriendo muchos...”
Algunos documentos que nos hablan sobre estas guerras:
Sableracion general de los indios de Puerto-Rico; muerte de Salcedo y del Capitán Sotomayor 5 destrucción del pueblo de su nombre y otros sucesos acaecidos en la isla en 1511.
Ya se dijo anteriormente que el Rey nombró Gobernador de esta isla en 1510 á Juan Ponce de Leon, que la habia reconocido dos años antes, y que despues de enviar presos á España á su antecesor Ceron y al Alguacil Mayor Miguel Diaz, habia fundado la poblacion de Caparra, y el Capitan D. Cristóbal de Sotomayor la de Guanica, que trasladó á la parte de la Aguada entre el rio de este nombre y el de Culebrinas (a) por la insufrible plaga de los mosquitos que no les dejaba vivir; y que despues de formados estos dos establecimientos habia repartido Ponce entre los Españoles los indios de la isla, dándolos en encomienda, segun se usaba en Santo Domingo y demas conquistas de aquel Nuevo-Mundo, cuya providencia alteró los ánimos de los indios hasta la desesperacion de morir en defensa de su amada libertad ó acabar con todos los Españoles.
Antes de referir el pormenor de las operaciones de una y otra parte, es de advertir que el buen Cacique Agueynaba que habia recibido á los Españoles con tan sincera amistad, la conservó hasta su muerte ocurrida en este mismo año al regreso del viage que hizo con Juan Ponce de Leon á la isla de Santo Domingo.
A esta desgracia acompañó la de la muerte de su madre y padrastro, quienes viendo la facilidad con que los Españoles habian subyugado la multitud de indios que habitaban la isla Española, aconsejaban á su hijo el buen tratamiento y sumision que debia tenerles; pero con la muerte de los padres é hijo heredó un hermano de Agueynaba, hombre maligno, sedicioso y desafecto á los Españoles; y aunque tomó el nombre de D. Cristóbal Sotomayor y este Capitan le daba cuanto tenia, no pudo convencer su ingratitud y perfidia (b).
Entrado el año de 1511, el nuevo Cacique Agueynaba que vivia en el pueblo y encomienda del Capitan D. Cristóbal de Sotomayor, juntó á los Caciques de la isla, hízoles presente la pérdida de su libertad y del señorío de sus tierras por el establecimiento de los Españoles, quienes cada dia se multiplicaban y señoreaban, erigiendo poblaciones, imponiendo tributos, haciéndoles trabajar en sus haciendas y minas, trastornando sus usos y modo de vivir; y que para libertarse de la opresión quería que cada uno de ellos matase á los Españoles que vivían en sus respectivos territorios, y que el Cacique Guarionex con 3,000 hombres asaltase la población de Sotomayor, la pusiese fuego y acabase con todos sus habitantes al mismo tiempo que los otros lo ejecutaban en los distritos de su cargo (a).
Muchos de los Caciques convocados á esta Asamblea resistieron el dictámen de Agueynaba, fundados en la opinión común que habia entre ellos de que los Españoles eran inmortales (b), graduando de temeraria una resolución que no podia tener buen e"xito sin hacer antes la experiencia.
En consecuencia acordaron que el Cacique Broyoan la hiciese en el primer Español que transitase por sus tierras, le quitase la vida y diese aviso de las resultas para en su vista determinar lo que mas conviniese al intento, y como los Españoles andaban sin recelo por toda la isla, se le presentó luego ocasión á Broyoan de cumplir su encargo. Un mozo español llamado Salcedo transitaba por la provincia de Yagüeca en la parte en que hoy está el pueblo de Añasco.
Broyoan, que vivia en aquel territorio, lo hospedó en su casa con mucha alegría y obsequio; y cuando Salcedo intentó pasar adelante, lo hizo acompañar de algunos indios bien instruidos de lo que debían hacer con él; llegó al rio Guaurabo (1), los indios se le ofrecieron ápasarlo sobre sus hombros, el inocente Salcedo admitió, y cuando lo tuvieron en la mitad del rio lo sumergieron, teniéndolo debajo del agua hasta que dejó de dar señal de vida; entonces lo sacaron á la orilla, y dudando todavía de si era mortal le decían: Señor Salcedo, perdonad, que cainios con vos, levantaos para seguir vuestro camino.
Con esta y otras satisfacciones continuaron disculpándose tres dias, en los cuales vinieron el Cacique Broyoan y otros muchos indios á ver si resucitaba, pues solo la vista podia desengañarlos de su creencia ; pero percibiendo el fetor del cuerpo ya corrompido, se persuadieron que los Españoles eran mortales como los indios (c).
Ejecutada la muerte de Salcedo, la noticiaron al Cacique Agueynaba» quien volvió á convocar los Caciques de la isla.
Estos en vista del desengaño asintieron á la extinción acordada de los Españoles, mediante la sublevación general que señalaron para un viernes.
Mientras llegaba este día no perdieron ocasión de hacerles sus tiros, asaltándolos cuando los encontraban solos.
Entre otros el Cacique Aimamon, que tenía su ranchería en el rio Culebrinas, cerca de la población de Sotomayor, prendió á un muchacho de diez y seis años que encontró solo, hijo de Pedro Juárez, natural de Medina del
Campo, atólo al tronco de un árbol en un caney ó casa, hizo un convite y dispuso un partido de pelota entre sus indios, ofreciendo á los que lo ganasen darles el muchacho para que le diesen la muerte á su gusto en premio del triunfo.
Un indio, criado de Pedro Juarez, oida la sentencia del Cacique contra el hijo de su amo, huyó disimuladamente y dió cuenta de lo que ocurría en la poblacion de Sotomayor.
Diego de Salazar, vecino de ella, informado del caso tomó su espada y rodela, y guiado del indio que le avisó, corrió á libertarlo, entró en el caney ó bugío en donde lo tenían atado, cortó las ligaduras al preso y diciéndole: haced como viéredes, empuñó la espada y afianzando su rodela, dió con tanto ardor y cólera sobre mas de 300 indios gandules ó de guerra que jugaban y veian jugar la vida de Juarez, é hizo en ellos tan gran carnicería que aunque quisieron ponerse en defensa los desbarató enteramente (a).
Volvíase Salazar á la poblacion con el muchacho rescatado, cuando le salieron al encuentro algunos indios rogándole de parte de su Cacique volviese á hacer amistad y alianza con él, pues su valor le habia prendado y queria ser su amigo: que no venia él mismo á rogárselo, porque estaba muy mal herido.
Salazar determinó volver por mas que Juarez le disuadia y suplicaba de rodillas (poseído todavía del susto) que no volviese, creyendo fuese alguna traicion; pero Salazar, resuelto á todo acontecimiento, le respondió: ya estais en libertad, volveos si quereis, que yo he de ir á ver lo que quieren, no piensen que les tengo miedo. Juarez, aunque de mala gana, volvió acompañando á su defensor.
Cuando llegaron al caney en donde estaba el Cacique Aimamon mal herido, le preguntaron lo que queria: Aimamon le suplicó le diese su nombre y le permitiese llamarse Salazar, pues queria ser su amigo y servidor. Salazar le concedió lo que pedia: luego los indios con grandes voces y alborozo empezaron á llamar á su Cacique Salazar, Salazar, como si con el nombre hubiera recibido sus fuerzas y valor.
En agradecimiento y recompensa del favor, regalaron á Salazar cuatro esclavos para que le sirviesen y otras alhajas de las que ellos tenian, quedando en tanta reputacion y respeto el nombre de Salazar entre los indios, que no se atrevían á hacer frente á la partida en que iba; por esto lo llevaban siempre á los combates, aunque estuviese enfermo, y si algun Español los amenazaba respondian con orgullo, no te. tememos porque no eres Salazar (b): tal era la simplicidad de estos indios ; un solo accidente les hizo fijar la idea y agradecer las cuchilladas.
No fueron solos estos sucesos los que anunciaron la inquietud y sublevacion premeditada; precedieron otras noticias nada equívocas de su perfidia, y aunque se comunicaron á D. Cristóbal de Sotomayor, que gobernaba el pueblo de su nombre, una confianza imprudente le hizo malograr los avisos.
Una hermana del Cacique Agueynaba, que tenia por amiga, le confió la conjuracion acordada, rogándole que se fuese, pues los indios querían matarle á él y á todos los Españoles, pero despreció la noticia.
Otro mozo español, llamado Juan Gonzalez, que sabia bien la lengua de los indios, una noche que estos celebraban el areito ó baile de la declaracion de la guerra, se desnudó y pintó con colores como lo usaban los indios; entró en el baile desconocido, y oyó los cantares en que hacian relacion de la sublevacion y muerte de Don Cristóbal y demas Españoles.
Cuando Gonzalez pudo separarse del baile corrió á dar aviso á Don Cristóbal; pero este lo despreció tan neciamente como el anterior de la india (a).
Juan Gonzalez no cesó de instar á Sotomayor que huyese á Caparra ofreciéndose á acompañarle; pero no quiso hacerlo hasta que el dia siguiente estimulado de las gestiones de la india, resolvió el viage, pero ya era tarde: avisó al Cacique Agueynaba su determinacion, pidiéndole indios para que le acompañasen; el Cacique se los dió, bien instruidos de lo que debian hacer. Marchó Don Cristóbal con Juan Gonzalez y otros cuatro Españoles: á poco rato le siguió el Cacique con su gente, y encontrando solo á Gonzalez que iba detrás, le quitaron la espada y con ella misma le dieron cuatro heridas; Gonzalez les habló en su lengua pidiendo la vida y ofreciéndose por su esclavo.
El Cacique deseoso de llegar cuanto antes á quitar la vida á su señor, lo mandó dejar, y siguiendo la marcha alcanzó á Don Cristóbal y á sus compañeros, á quienes mataron á flechazos y golpes de las macanas; luego volvieron á buscar á Juan Gonzalez que tuvo la advertencia de internarse en el bosque y subirse á un árbol, con lo cual evitó la muerte que le iban á dar (b).
Llegada la noche, Juan Gonzalez, aunque desangrado y mal herido, se esforzó á seguir su camino, y al abrigo de los bosques llegó sin ser sentido ni visto de los indios á Toa-baja, en donde el Rey tenia una estancia habitada de los Españoles, que lo recogieron y curaron, pues cayó en tierra desfallecido del hambre y de las heridas.
Cuando volvió en sí notició lo que pasaba en Sotomayor: los Españoles dieron parte á Caparra, y el Gobernador Juan Ponce de Leon envió luego al Capitan Miguel del Toro con cuarenta hombres para que socorriese á Don Cristóbal de Sotomayor; pero lo encontraron ya enterrado con los pies fuera de la sepultura, igualmente que sus compañeros.
Recogió á los Españoles que habian podido escapar de la sublevacion, y se retiró á Caparra (c).
La noche que se siguió al dia de la muerte de Sotomayor y sus compañeros, todos los Caciques de la isla dieron sobre los Españoles que vivían en sus territorios, y el Cacique Guarionex con 3,000 indios marchó oculto al abrigo de los bosques sin ser sentido; puso fuego por todas partes á la población de Sotomayor y asaltó á sus habitantes, esgrimiendo sobre ellos sus macanas con furia desesperada.
Diego de Salazar que viviaen ella alarmó á los Españoles, y juntando los que pudieron vencer las llamas, hizo frente á la multitud, acometiólos con denuedo, y animando á los suyos con poderosas razones y esfuerzos valerosos, pelearon todos con la desesperación que pedia tan extremado conflicto; pero les fué preciso retirarse con buen órden, después de haber hecho gran mortandad en los indios, que quedaron nuevamente admirados del valor y fuerza de Salazar (a), quien con muchos trabajos y muy molestado en su marcha llegó á Caparra, dejando la población de Sotomayor reducida á cenizas con parte de sus habitantes que perecieron en las llamas.
En la noche de la sublevación general murieron en la isla cuasi cien hombres, siendo pocos mas los que quedaron con vida; pues solo se libraron los que vivían en Caparra y sus inmediaciones, con los que sacó á salvo el valor de Salazar.
Los demás como andaban derramados en la isla, ocupados en sus grangérías entre los indios, los mataron sin resistencia.
Tantas muertes y desgracias se siguieron de la necia incredulidad de Don Cristóbal de Sotomayor; pudiera haberlas evitado tomando las oportunas providencias que debía con el primer aviso (2).
1.
Rio Guaurabo, pág. 54*
Acerca del rio Guaurabo dice Oviedo: "Es á la parte occidental y entra en la bahía en que agora está el pueblo de San German ".
En la Descripcion de Puerto-Meo hecha en 1582 por el Presbitero Ponce de Leon y el Bachiller Santa Clara se lee: "A la parte del Oeste de esta isla sale un rio caudaloso, que se dice Guaurabo, donde antiguamente estuvo poblada una villa que se dice San German (la misma de que hablaba Oviedo) en que habia gente principal y rica, despoblóse por causa de franceses que la quemaron dos ó tres veces, ó cuatro hasta que la despoblaron como atrás queda dicho, y si no fuera por esta scasion se pudiera hacer en este rio muchos ingenios y labranzas porque es muy fértil su tibera ".—El rio Guaurabo es el que hoy lleva el nombre de Añasco.
2.
Muertes hechas por los indios, pág. 57.
Las muertes que hicieron los indios están comprobadas por un documento oficial. En 25 de Julio de 1511 escribia el Eey Don Fernando á Ceron y Diaz (Biblioteca histórica, pág. 48): "Sabeis que algunos Caciques de San Juan se rebelaron y mataron á traicion á Don Cristóbal de Sotomayor, á Don Diego su sobrino y á algunos criados y amigos, y ademas á cuantos cristianos pillaron en sus estancias fuera de poblado; que luego se juntaron con otros de la comarca y fueron al pueblo de Guaydia y peleando mataron algunos cristianos ".
Segun la Descripcion antes citada, la muerte de Sotomayor y sus compañeros tuvo lugar en los alrededores de la hermosa bahía de Guánica, pues en aquella se lee: "Fué antiguamente allí el primer pueblo que cu esta isla despoblaron como arriba está dicho, porque los indios se alzaron y mataron á Don Cristóbal de Sotomayor, que era tiniente de Juan Ponce de Leon, el Adelantado, hijo de la Condesa de la Camina y secretario del Rey católico, y no se tornó á reedificar por los muchos mosquitos ".
Fr. Iñigo, siguiendo á Oviedo, expresa que la muerte de Sotomayor sucedió hácia la parte de la Aguada, entre el rio de este nombre y el de Culebrinas, por haber trasladado allí la poblacion que en un principio fundó en Guánica; y si se observa que Oviedo, á quien sigiie, vivia en un tiempo mucho mas próximo al suceso que los autores de la Descripcion, debemos inclinarnos á admitir la narracion de aquel con preferencia á la de estos.
El Gobernador Juan Ponce pide socorros á la isla de Santo Domingo, nombra Capitanes de la gente que habia en Caparra y sale á pelear con los indios.
Reducidos los Españoles á tan infeliz catástrofe por los inopinados y funestos sucesos que ocasionaron el pérfido Agueynaba y los suyos, pensó el Gobernador Juan Ponce de Leon los medios oportunos de ponerse en defensa y resistir á la multitud de indios que le rodeaba.
Dió aviso á la isla de Santo Domingo de la sublevacion, pidiendo socorro para atajarla: nombró por Capitanes para esta guerra á Diego de Salazar, á Luis de Añasco y á Miguel del Toro, dando á cada uno una compañía de treinta hombres entre cojos y heridos: dió el cargo de Teniente suyo á Juan Gil y envió espías por todas partes para que le noticiasen los movimientos de los enemigos y atacarlos en caso necesario; pues aunque los Españoles apenas pasaban de ciento y estaban los mas muy estropeados y heridos de la refriega pasada, eran hombres de valor, y la experiencia adquirida en la conquista de la isla de Santo Domingo les daba una superioridad sobre los indios, que junto con la necesidad y apuro en que se hallaban de pelear para salvar sus vidas, les hizo mirar con desprecio los peligros en que se hallaban (a).
Juan Ponce de Leon, Capitan tan valeroso como prudente, luego que supo por sus espías que Agueynaba estaba acampado junto al rio Coayuco (1) con un cuerpo de cinco á seis mil indios, salió de Caparra con sus compañías, marchó con todas las precauciones que exigían las críticas circunstancias de la situacion en que se hallaba, llegó de noche al rio Coayuco, y aprovechando los instantes para sorprender al enemigo pasó el rio y dió sobre ellos antes de amanecer con tanta resolucion, que los indios confusos de verse destrozar de unos hombres que consideraban acobardados y fugitivos, no acertaron á defenderse.
Juan Ponce de Leon, que conoció el desórden, animó á los suyos, quienes á ejemplo de su Capitan pelearon con tanto brio, que en poco rato dejaron muertos cerca de doscientos de los enemigos, hicieron muchos prisioneros y ahuyentaron los demas bien castigados (b).
Despues de esta derrota, supo Juan Ponce por algunos prisioneros que habia vuelto á suscitarse entre los indios la opinion de la inmortalidad de los Españoles: unos creian que habían resucitado y peleado en la batalla los que mataron la noche de la sublevacion; otros decían que tanto podian los pocos como los muchos (a) y que no era posible vencerlos sin al auxilio de los Caribes, á quienes los Españoles no podrían resistir, y acordaron llamarlos en su socorro, lo que ejecutaron no obstante que eran sus crueles enemigos.
El Gobernador, concluida felizmente la expedición sobre el rio Coayuco, se retiró á la población de Caparra con los prisioneros, recibió algún socorro de gente y armas de la isla de Santo Domingo, reforzó sus compañías y se dispuso lo mejor que pudo para ocurrir adonde la necesidad lo pidiese, despachó espías por toda la isla para observar á Agueynaba y saber sus designios, y nada omitió de cuanto le correspondía hacer en su empleo.
Mientras esperaba las resultas, la gente se reparaba de las fatigas y curaban los heridos que eran muchos; pues de los que componían la compañía de Salazar apenas habia hombre que no estuviese lisiado, y así le llamaban el Capitán de los cojos: el Gobernador le dió la gente inválida porque su esfuerzo y su nombre solo causaba mas terror á los indios que el resto de los Españoles (b).
Con este famoso Capitán y algunos valerosos Españoles que se distinguieron notablemente y de quienes se hará memoria en la serie de los sucesos que ocurrieron en la pacificación y conquista de esta isla, pudo Juan Ponce de León sujetarla.
Ni es de omitir que entre los auxilios que enviaron de la isla de Santo Domingo para socorrer á los de Puerto-Rico en su conflicto, fué un perro llamado el Becerrillo, cuyo instinto natural distinguia perfectamente los indios aliados de los enemigos; acometía con furor y rabia á estos, defendiendo con igual valentía á aquellos; cualquier prisionero que huia de la prisión lo iba á buscar y lo sacaba del medio de los enemigos; los apresaba de un brazo, y al que no quería seguirle lo despedazaba; toda la noche rondaba al rededor del campamento, descubría las emboscadas y eran mas temidos diez Españoles acompañados del perro Becerrillo que ciento sin él: su auxilio fué tan importante en esta guerra, hasta que lo mataron los Caribes, que el Gobernador le señaló paga y media de la que gozaba un ballestero, bien fuese en oro, esclavos ó cualquiera otra cosa que se le daba sin falta y cobraba su dueño (c).
En confirmación del singular instinto de este animal, refieren los historiadores (d) que un Capitán dió una carta á una india para que la llevase á los Españoles que estaban en un destacamento; la india tomó su camino y á poca distancia le echaron el perro, quien la acometió con su ferocidad acostumbrada; la india que lo vió venir sobre sí con tanta furia se sentó en el suelo, mostróle la carta, diciendo: Perro señor, yo voy á llevar esta carta de las cristianos á los otros: no me hagas mal, perro señor; el Becerrillo olió la carta, y conociendo que era de sus amos dejó á la india sin ofenderla.
Un hijo de este perro auxilió igualmente al Capitan Ojeda en Tierra-firme. En la isla Española y en otras partes de América fueron muy importantes estos socorros.
1.
Rio Coayuco, pág. 59.
Este rio corre por el territorio que hoy es de la villa de Ponce.
Fundamos nuestra opinion en los siguientes pasages del cronista Oviedo.—1? que el Cacique mayor vivia en la costa sur de la isla.—2? que la batalla se dió en tierra de Agueynaba.—Y 3? que hablando del triunfo conseguido por Ponce de Leon en Coayuco dice " que los indios intentaron pasar á la isla Angulo, situada frente al rio Xacagua ", y sabido es que este rio corre por el distrito de Ponce.
Vienen los Caribes á socorrer los indios de Puerto-Rico, sale segunda vez á campaña el Gobernador, Salazar con su compañía vence al Cacique Mabodamaca, muerte de Aguejnaba y retirada de los indios y Españoles.
Supo el Gobernador por sus espías que los indios, desconfiados de sus fuerzas para vencerle, habian buscado el auxilio de los Caribes, y que estos iban llegando y juntándose con los gandules de la isla en la parte de Aymaco, en donde babia ya un cuerpo de mas de once mil indios: con este avi60 destacó á los Capitanes Luis de Añasco y Miguel del Toro con 50 hombres para que observasen mas de cerca al enemigo, mientras él los seguía con los que le quedaban: poco después tuvo noticia que el Cacique Mabodamaca se habia separado con 600 hombres escogidos y enviaba á desafiar á los Españoles, deseoso de pelear y deshacerlos antes que llegasen á Aymaco, previniéndoles que les tendría limpios los caminos; el Gobernador envió contra él á Diego de Salazar con su compañía, y aunque con mucho trabajo llegó cerca del acampamento de Mabodamaca, en donde hizo alto esperando la noche para ocultar con sus sombras el corto número de sus soldados, que no pasaban de treinta entre cojos y enfermos (a)..
Salazar mientras descansaba su compañía observó la posición de Mabodamaca, y después de la media noche lo atacó repentinamente con su esfuerzo acostumbrado.
Entró por medio de los enemigos cuando menos lo esperaban: estos, no obstante la sorpresa, se pusieron en defensa y pelearon con rabia desesperada persuadidos ya de que los Españoles eran mortales; pero como Dios peleaba por estos, salieron todos con vida aunque muchos recibieron heridas.
De los indios qifledaron en el campo mas de 150 muertos, muchos 'áridos y prisioneros: los demás huyeron derrotados con su Cacique Mabodamaca (b).
Cuando los indios empezaron á abandonar el campo del desafío, Juan de León se empeñó en prender un Cacique que llevaba una plancha de oro al pecho, como distintivo de su carácter.
El Cacique que era de grandes fuerzan viéndose acosado de este Español solo y apartado del campo, le hizo frente; agarróse con él brazo á brazo, y lucharon mag de un cuarto de hora.
Un indio de los que se retiraban de la batalla, viendo la refriega de los dos en el hondo de un barranco, acudió á socorrer á su Cacique, y entre los dos tenían
ya muy apurado ii Juan de Leon.
En este tiempo otro Español que habia salido del real siguiendo á otro indio, fué por el sitio en que estaban luchando, dejó huir al indio que perseguía y bajó á ayudar á Juan Leon, y entre los dos mataron á los dos indios y se retiraron á su campamento.
A poco rato llegó el Gobernador Juan Ponce de Leon con el resto de la gente de Caparra y halló á Salazar que estaba descansando con la suya victoriosa, despues de haber derrotado á los indios en tres horas y media de combate.
El Gobernador dió gracias á Dios por el triunfo, é informado de que el cuerpo de los enemigos que habia en la provincia de Yagüeca, hoy Añasco, ascendia á mas de once mil hombres; que se esperaban mayores socorros de las islas Caribes y que estaban todos resueltos á morir ó acabar con los cristianos, sabiendo que eran pocos y mortales, determinó ir á buscarlos antes que aumentasen mas los enemigos, aunque creyó le convenía hacer la guerra con mas mafia que fuerza y que en las circunstancias debía preferir el ardid prudente á un esfuerzo desesperado (a).
Adoptado este sistema, marchó acompañado de Salazar á incorporarse con los Capitanes Añasco y Toro, que entre todos ascendian á cien hombres de armas.
Llegaron á vista de los enemigos poco antes de ponerse el sol: el Gobernador acampó con los suyos en sitio ventajoso muy cerca de los indios, se atrincheró con fagina lo mas breve que pudo, entreteniéndolos mientras lo ejecutaba con algunas ligeras escaramuzas ; y aunque le acometieron diferentes veces para desalojarlo del sitio, se mantuvo á pid firme, recibiéndolos con algunas descargas cerradas, dadas á tan buen tiempo, que los hacia detener con muerte de algunos (b).
Con este arbitrio concluyó de fortificar su alojamiento, formó su escuadron d hizo avanzar á sus mas diestros tiradores: estos salian de la trinchera, hacían sus tiros con acierto y se recogían á las banderas: los indios por su parte salian en pelotones; algunos de los mas valientes y sueltos daban sus descargas y provocaban á la batalla, pero el Gobernador guardó su posicion toda la noche y continuó molestándolos con el mismo órden el dia siguiente, sin que los unos ni los otros se atreviesen á romper la batalla.
Entre, las salidas que hicieron los arcabuceros, Juan de Leon derribó de un balazo un indio que desde luego se conoció ser persona principal, pues todo su ejército manifestó mucho desmayo y se retiraron fuera del tiro de mosquete.
Los Españoles continuaron sus salidas todo el dia con el mismo buen órden y efecto; pero cuando cerró bien la noche, el Gobernador, que se hallaba falto de víveres, sin esperanza de socorro, ni retirada en caso de algun suceso desgraciado y con su gente cansada y herida, resolvió volverse á Caparra, y aunque algunos se le opusieron atribuyéndolo á cobardía, él respondió que era tentar á Dios querer con tan pocos vencer tanta multitud, y que era mejor dilatar la guerra que aventurarlo todo en un dia (a).
Con esta resolución salió de su trinchera, protegido de la oscuridad de la noche y de los bosques, dirigiendo su marcha á la población de Caparra» sin que los enemigos le incomodasen en el camino, ó porque no sintieron su retirada, ó porque no se atrevieron, que es lo mas regular, porque después se supo que el que Juan de León habia muerto con su arcabuz fué el Cacique Agueynaba, gefe y autor de la sublevación y causa de la destrucción de la isla.
Lo cierto es que los indios naturales de Puerto-Rico jamas volvieron á formar ejército ni cuerpo considerable después de la muerte de Agueynaba, que fué en este año de 1511, aunque fué molestada por los Caribes de las islas de Barlovento muchos años continuos (b) (1).
(a) Oriedo. lib. 16, foL 125.—Herrera, D. 1. lib. 8, fol. 226.
(b) Herrera, D. 1, lib. 8, fol. 226.—Oviedo, lib. 16, fol. 125.
1.
Campaña contra los indios, pág. 64.
En la narracion del alzamiento de los indios y de la campaña sostenida contra los mismos, Fray Iñigo no solo siguió fielmente á los historiadores Gonzalo Fernandez de Oviedo y Antonio de Herrera en cuanto á loa hechos, menos en uno que señalaremos pronto; sino que supo ordenarlos lógicamente y exponerlos, ya que no con crítica imparcial por lo que respecta á los indios, ni con toda la animacion y el colorido que demandaba tan dramático asunto, al menos con bastante interés.
Así, segun los textos de Oviedo y Herrera, conformes en lo sustancial, el autor nos refiere: cómo el advenimiento al poder de Agueynaba el menor y el carácter belicoso de este jóveu Cacique fueron ocasion y estímulo para que estallase el justo descontento producido por los repartimientos en los indios, y que adquirida por estos, con la muerte del infeliz Salcedo, la conviccion de que los cristianos eran mortales, se decidieron á llevar á cabo un alzamiento general y simultáneo: cómo muerto D. Cristóbal de Sotomayor, por su imprudente confianza primero y despues por una ciega precipitacion al abandonar el pueblo de su nombre, se vió atacado é incendiado dicho pueblo, pereciendo muchos pobladores y debiendo el resto su salvacion al valor de Diego de Salazar que logró retirarse á Caparra: cómo al punto que el Gobernador Ponce de Leon tuvo noticia del alzamiento en su residencia de Caparra, organizó con tino su escasa tropa y saliendo en demanda de los sublevados, los sorprendió y batió completamente en el rio Coayuco; y cómo, en fin, despues de este triunfo regresó Ponce á Caparra en solicitud de los refuerzos que habia pedido á la Española, y obtenidos abrió por segunda vez la campaña : destinó á Salazar en persecucion de un cuerpo de enemigos, se rennió á este victorioso y siguiendo con todas sus fuerzas en busca de los indios se atrincheró en Yagüeca, donde rechazó sus acometidas, los hostilizó á su vez y cuando notó el desaliento que de ellos se habia apoderado levantó el campo, volviéndose á Caparra.
En estas jornadas dió Ponce de Leon muestras de prudencia y de práctica en la manera de hacer la guerra á los indígenas.
Segun dijimos, la anterior relacion está de acuerdo con los textos de Oviedo y Herrera; pero hay una circunstancia muy importante, y ha llegado el momento de señalarla, en que el autor se separó de Oviedo, autoridad principal en la materia, sin darnos razon alguna que justifique su opinion particular.
Fray Iñigo espresa que despues de la derrota que los indígenas de Borinquen sufrieron en Coayuco, acordaron llamar en su socorro á los Caribes, lo que ejecutaron no obstante que eran sus mortales enemigos; cuando Oviedo asegura que los Caribes peleaban al lado de los Borincanos en las márgenes del Coayuco y que fueron envueltos en la derrota.
He aquí las palabras de Oviedo: "Ovieron los chripstianos y los indios la primera batalla en la boca del rio Coayuco, adonde murieron muchos indios, assi Caribes de las islas comarcanas y flecheros con quien se habian juntado, como de los de la tierra ". Por su parte Herrera nada dice en contrario de lo narrado por Oviedo.
Así consta que los Borincanos reclamaron y obtuvieron el auxilio y cooperacion de los Caribes desde el momento que pusieron por obra su alzamiento.
Ahora, en cuanto al grado de fé que merezca la narraccion de estos sucesos, pensamos que Fray Iñigo siguió, á falta de las relaciones escritas por los mismos conquistadores, las mejores autoridades en la materia: la de Antonio de Herrera que á principios del siglo XVII publicó la Historia general de las Indias utilizando para ella con bastante crítica los papeles de la cámara real y de los archivos, las relaciones enviadas de Indias y muchas obras inéditas; y sobre todo la de Gonzalo Fernandez de Oviedo que vivió muchos años en Indias, especialmente en Santo Domingo, en tiempos próximos á la conquista de Borinquen, y que tuvo ocasion, segun nos lo dice, de oir de boca de los mismos conquistadores la relacion de todos los sucesos.
Es cierto que se juzga á Oviedo escritor crédulo y de poco tacto para depurar las numerosas noticias que recibia, y mas que todo que su punto de vista al juzgar los hechos de los indígenas era apasionado y poco filosófico; sin embargo puede admitirse como verdadera su narracion de lo acontecido en Borinquen, ya porque la misma naturaleza de los sucesos no se prestaba á opuestas versiones, ya porque tuvo á su disposicion el testimonio de gran parte de los conquistadores.
Por otra parte, ya hemos visto confirmada la muerte del desgraciado Sotomayor y de sus compañeros por un documento fehaciente, así como otro no menos respetable nos informa que el alzamiento tuvo lugar á principios del año 1511 (Biblioteca histórica, pág. 248J.
Es verdad que aun así encuentra la crítica que debe ser el guia constante de la historia un gran vacio, la falta de las relaciones de origen indio; pero desgraciadamente aquel pueblo que como hemos visto se hallaba en la edad de piedra, no pudo legar su testimonio á las generaciones futuras.
De todos modos resulta un hecho cierto : que ese pueblo en estado de naturaleza, á la manera que las aguas tienden á sobreponerse al obstáculo que embaraza su libre curso, reaccionó instintivamente contra la extraña é insólita presion que sentia, poniendo por obra, acaudillado por el valiente Agueynaba, un alzamiento que no dió los resultados que él se prometía. Pronto veremos, que como era natural, las alteraciones continuaron por algunos años con el mismo mal éxito.
En 1512 aun andaban alborotados los indios: en 1515 se insurreccionaron los Caciques Humacao y Daguao, pero se sometieron bien pronto, y años despues el Cacique Loquillo aun se mantenía rebelde al abrigo de la sierra que lleva su nombre.
Historia geográfica, civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de ... - Íñigo Abbad y Lasierra, José Julián Acosta - Google Llibres
XL1V
El Boriquén.
La isla Boriquén, dicha entre cristianos Sant Juan (1), está en diez y siete y diez y ocho grados y veinte y cinco leguas de la Española, que la tiene al poniente.
Es larga leste oeste más de cincuenta leguas, y ancha diez y ocho; la tierra de hacia el norte es rica de oro; la de hacia el sur es fértil de pan, fruta, yerba y pesca.
Dicen que no comían estos boriquenes carne; debía ser de animales, que no los tenían; empero de aves sí comían, y aun morciélagos pelados en agua caliente.
En las cosas antiguas y naturales son como los de Haití, Española, y en lo moderno también, sino que
son más valientes y que usan arcos y flechas sin yerba.
Hay una goma que llaman tabunuco, blanda y correosa como sebo, con la cual y aceite brean los navios; y como es amarga, defiéndelos mucho de broma; hay también mucho guayacán, que llaman palo santo, para curar de bubas y otras dolencias.
Cristóbal Colón descubrió esta isla en su viaje segundo, y Juan Ponce de León fué allá el año de 9 con licencia del gobernador Ovando, en un carabelón que tenía en Santo Domingo, ca le dijeron unos indios cómo era muy rica isla.
Tomó tierra donde señoreaba Agueibana, el cual lo acogió muy amigablemente y se tornó cristiano con su madre, hermanos y criados.
Dióle una su hermana por amiga, que tal es la costumbre de los señores para honrar a otros grandes hombres que resciben por amigos y huéspedes, y llevólo a la costa del norte a coger oro, como buscaba en dos o tres ríos.
Dejó Juan Ponce ciertos españoles con Agueibana y volvióse a Santo Domingo con la muestra del oro y gente; mas como era ya ido a España Nicolás de Ovando y gobernaba el almirante don Diego Colón, tornóse al Boriquén, que llamó él mesmo Sant Juan, con su mujer y casa.
Escribiólo al comendador mayor de Alcántara Ovando, el cual le recabó y envió la gobernación de aquella isla, pero con sujeción al virrey y almirante de Indias.
El entonces hizo gente y guerreó el Boriquén; fundó a Caparra, que se despobló por tener su asiento en ciénagas de mucho acije.
Pobló a Guanica, que se desavecindó por los muchos e importunos mosquitos; y entonces se hizo Sotomayor y otras villas.
Costó la conquista del Boriquén muchos españoles, ca los isleños eran esforzados y llamaron caribes en su defensa, que tiraban con yerba pestífera y sin remedio; pensaron al principio que los españoles fuesen inmortales, y por saber la verdad, Oraioa, cacique de Jaguaca, tomó cargo dello con acuerdo y consentimiento de todos los otros caciques, y mandó a ciertos criados suyos que ahogasen a un Salcedo que posó en su casa, pasándolo el río Guarabo; los cuales le hundieron so el agua, llevándolo en hombros, y como se ahogó, tuvieron a los demás por mortales, y así se confederaron y se rebelaron y mataron más de cien españoles.
Diego de Salazar fué quien más se señaló en la conquista del Boriquén.
Temíanle tanto los indios, que no querían dar batalla donde venía él, y algunas veces lo llevaban en el ejército, estando muy malo de bubas, por que supiesen los indios cómo estaba allí; solían decir aquellos isleños al español que los amenazaba: «No te temo, ca no eres Salazar.»
Habien eso mesmo grandísimo miedo a un perro llamado Becerrillo, bermejo, bocinegro y mediano, que ganaba sueldo y parte como ballestero y medio, el cual peleaba contra los indios animosa y discretamente; conocía los amigos, y no les hacía mal aunque le tocasen.
Conocía cuál era caribe y cuál no; traía el huído aunque estuviese en medio del real de los enemigos, o le despedazaba; en diciéndole «ido es», o <buscaldo>, no paraba hasta tornar por fuerza al indio que se iba.
Acometían con él nuestros españoles tan de buena gana como si tuvieran tres de caballo; murió Becerrillo de un flechazo que le dieron con yerba nadando tras un indio caribe.
Historia general de las Indias - Francisco López de Gómara - Google Books
Otra Guerra en el este de Puerto Rico:
“guerra que hubo en esta isla desde el Río de Santiago hasta el rincón de Fajardo y en el Humacao ansí con los dichos indios naturales antes que fueren pacíficos como con indios caribes que a esta isla vinieron a la destruir e robar” Francisco Juancho.
Las guerras no terminaban y las guerrillas entre hispanos e indígenas continuaban:
“Siento que todavía estén alborotados los indios” se lamentaba el rey católico en febrero de 1512, un año antes de que nuestro primer obispo pusiera pie en la Isla.
Ante estas guerras civiles, la difícil pacificación de los indios, las bajas de hispanos e indios, la opresión de las encomiendas, la falta de evangelización de los indios, la anarquía reinante en Puerto Rico y otros factores de gran importancia se decide crear la diócesis de Puerto Rico. A pesar de la diócesis haber sido creada en 1511 nuestro prelado no llega hasta 1513.
Los primeros años del obispo Manso en su diócesis no fueron fáciles, pues los indígenas no querían sujetarse a la autoridad de su Pastor:
"En este año de 1512 llegó tambien á su Obispado el Sr. Manso (4); erigió las Dignidades, Canongías y demas oficios de su Catedral; ordenando cuanto convenia al buen gobierno y esplendor de la primera Silla que tuvo Obispo en América; pero como en todos los nuevos establecimientos ocurren muchos obstáculos y dificultades que solo pueden vencerse con el tiempo y condescendencia prudente, y este celoso Prelado quiso desde luego dar toda la formalidad y consistencia á su Catedral, señaló las cosas de que se debían pagar diezmos: los vecinos resistieron sus mandatos y los declaró desobedientes y contumaces á algunos de ellos, quienes lejos de aterrarse ni obedecer á las censuras, insultaron temerariamente á su Pastor, cometiendo tantos desacatos que se vió precisado á abandonar su grey y volverse á España (a) resuelto á retirarse á su Canongía de Salamanca que retenia;"
Pero ante los ruegos del rey católico el obispo decide regresar a su diócesis:
" pero estimulado de su conciencia y de los ruegos volvió á su Obispado con el nuevo cargo de Inquisidor de las Indias (b) sin tratar mas de los diezmos."
Al obispo le tocaría una difícil tarea: evangelizar a los indígenas. Tarea difícil en una isla completamente destrozada y con una población reducida a causa de las guerras civiles.
Aún después de creada la diócesis el obispo tendrá que seguir lidiando con las guerras de los indígenas, para colmo los indígenas queman la ciudad de Caparra, dejándola en ruinas incluyendo la sede del obispo, queda la diócesis sin sede hasta 1521, año en que el Papa, muda la ciudad de San Juan:
“cómo muchos caciques y caribes avian ydo a quemar la cibdad de Puerto Rico y que avian ya venido muchos de ellos que lo avian quemado y robado muchas casas y que dezían que avian muerto a muchos xristianos y que avian robado la iglesia y quemado todo lo que en ella estaba”
Los indígenas quemaron en 1513 otro pueblo llamado Santiago del Daguao.
Recordaba un conquistador: "fue necesario de los guerrear e hacer guerra para pacificarlos... la qual guerra duró muchos años”.
Después de varios años de esfuerzos, la diócesis dio resultado, los indígenas se convirtieron y las guerrilas finalizaron:
"Cristianáronse todos los isleños, y su primer obispo fué Alonso Manso, año de 11; ..."
http://humanidades.uprrp.edu/smjeg/r...na-Moscoso.pdf
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Puerto Rico antes de la Diócesis, parte II:
La Gobernación de Puerto Rico fue establecida por Ponce de León. Ponce de León fue el primer gobernador de la Isla. La Gobernación carecía de toda forma política. Se dividía en encomiendas.
Encomiendas de la Gobernación de Puerto Rico:
Encomenderos:
1. Compañía Corona / Ponce de León
Caciques: Aranamá, Guacabo, Orocobiz, Caguas y otros
Lugar: Toa / Mona
2. Corona
Caciques: Aranamás, Caguas, Yavey, Luisa
Lugar: Real Hacienda de Toa
3, Juan Cerón
Lugar: Caguas
Caciques: ?
4. Miguel Díaz de Aux
Caciques: Canóbana
Cayniabón (o Cayrabón)
5. Cristóbal de Sotomayor
Caciques:Agüeybana II
Lugar: Guanía (pueblo de Guánica)
6. Juan Ponce de León
Caciques: Guaraca y otros
Guayaney
Fuente: Murga, Historia Documental de Puerto Rico, Vol. II (1957), pp. 454-490
Subasta de tierras:
1.Cristóbal de Sotomayor
montones: 10,500
Cacique: Agüeybana II
precio en pesos:175
2. Francisco Robledo /Juan de Castellanos
montones: 6,850
Cacique: Caguas
precio en pesos: 250
3. Fernán Sánchez y Cia.
Montones: 1.090
Cacique: Mabo
precio en pesos: 92
4. Juan Cerón/Marco de Ardón/García Troche
montones: 1,000
Cacique: Mahagua
precio en pesos:100
5. Pedro Ortiz
montones: 270
Cacique: “Gonzalo” (Toa)
precio en pesos: 31
6. Juan de la Feria
Montones: 7,055
Lugar: Villa de Caparra
precio en pesos: 375
7. Corona
montones: 5,200
Lugar: Real Hacienda de Toa
precio en pesos: --
8. Varios
montones: ?
Cacique: Canóbana/Cayrabón
precio en pesos: ?
Fundición de Oro, 1510
Encomenderos/mineros:
1. Compañía Corona/Ponce de León
oro (pesos): 1694 ps. 4ts.
2. Cristóbal Sotomayor
oro/pesos: 806 ps. 5ts.
3. Pedro y Luis Almonte (hermanos)
oro/pesos: 679 ps. 2ts
4. Francisco de Robledo
oro/pesos: 656 ps. 6ts
5. Alonso de Cea
oro/pesos: 612 ps. 6ts
6. Juan de la Feria
oro/pesos: 358 ps. 6ts
7. Antonio Sedeño
oro/pesos: 317 ps.
8. Luis de Añasco
oro/pesos: 304 ps.
9. Gil Calderón
oro/pesos: 287 ps.
Pedro de León
oro/pesos: 246 ps.
Fuente: “Relación del oro. Villa de Caparra, 1510”. Archivo General de Indias (AGI) Patronato, Legajo 198, Ramo 1.
Fuente: “Relación del oro. Villa de Caparra, 1510”. Archivo General de Indias (AGI) Patronato, Legajo 198, Ramo 1.
Guerras Civiles:
Los indígenas y españoles entablaron cruentas guerras civiles, los indígenas habían hecho matanza a gran parte de la población hispana de la Isla.
Primera Rebelión:
Los indígenas se rebelaron ante esta oprobiosa situación y declararon la guerra asesinando al noble Cristóbal de Sotomayor, quemando su villa y todo cuanto en ella había:
"La primera población que el dicho don Cristóval hizo fue el puerto de Guánica e estando allí vinieron los dichos yndios e quemaron el pueblo de donde perdimos yo e los pobladores las haziendas e todo quanto tenían”. Cuéllar.
Quema de la Aguada:
Los indígenas bajo el mando del cacique Guarionex se rebelaron y fueron hacia la villa de la Aguada, la cual incendiaron e hicieron gran matanza:
"Un día se juntaron la mayor parte de los indios de la isla”, según un tal Cuéllar, “e fueron sobre nosotros... e pelearon resiamente con nosotros e quemaron todo el pueblo -matando 200 cristianos e hiriendo muchos...”
Algunos documentos que nos hablan sobre estas guerras:
Sableracion general de los indios de Puerto-Rico; muerte de Salcedo y del Capitán Sotomayor 5 destrucción del pueblo de su nombre y otros sucesos acaecidos en la isla en 1511.
Ya se dijo anteriormente que el Rey nombró Gobernador de esta isla en 1510 á Juan Ponce de Leon, que la habia reconocido dos años antes, y que despues de enviar presos á España á su antecesor Ceron y al Alguacil Mayor Miguel Diaz, habia fundado la poblacion de Caparra, y el Capitan D. Cristóbal de Sotomayor la de Guanica, que trasladó á la parte de la Aguada entre el rio de este nombre y el de Culebrinas (a) por la insufrible plaga de los mosquitos que no les dejaba vivir; y que despues de formados estos dos establecimientos habia repartido Ponce entre los Españoles los indios de la isla, dándolos en encomienda, segun se usaba en Santo Domingo y demas conquistas de aquel Nuevo-Mundo, cuya providencia alteró los ánimos de los indios hasta la desesperacion de morir en defensa de su amada libertad ó acabar con todos los Españoles.
Antes de referir el pormenor de las operaciones de una y otra parte, es de advertir que el buen Cacique Agueynaba que habia recibido á los Españoles con tan sincera amistad, la conservó hasta su muerte ocurrida en este mismo año al regreso del viage que hizo con Juan Ponce de Leon á la isla de Santo Domingo.
A esta desgracia acompañó la de la muerte de su madre y padrastro, quienes viendo la facilidad con que los Españoles habian subyugado la multitud de indios que habitaban la isla Española, aconsejaban á su hijo el buen tratamiento y sumision que debia tenerles; pero con la muerte de los padres é hijo heredó un hermano de Agueynaba, hombre maligno, sedicioso y desafecto á los Españoles; y aunque tomó el nombre de D. Cristóbal Sotomayor y este Capitan le daba cuanto tenia, no pudo convencer su ingratitud y perfidia (b).
Entrado el año de 1511, el nuevo Cacique Agueynaba que vivia en el pueblo y encomienda del Capitan D. Cristóbal de Sotomayor, juntó á los Caciques de la isla, hízoles presente la pérdida de su libertad y del señorío de sus tierras por el establecimiento de los Españoles, quienes cada dia se multiplicaban y señoreaban, erigiendo poblaciones, imponiendo tributos, haciéndoles trabajar en sus haciendas y minas, trastornando sus usos y modo de vivir; y que para libertarse de la opresión quería que cada uno de ellos matase á los Españoles que vivían en sus respectivos territorios, y que el Cacique Guarionex con 3,000 hombres asaltase la población de Sotomayor, la pusiese fuego y acabase con todos sus habitantes al mismo tiempo que los otros lo ejecutaban en los distritos de su cargo (a).
Muchos de los Caciques convocados á esta Asamblea resistieron el dictámen de Agueynaba, fundados en la opinión común que habia entre ellos de que los Españoles eran inmortales (b), graduando de temeraria una resolución que no podia tener buen e"xito sin hacer antes la experiencia.
En consecuencia acordaron que el Cacique Broyoan la hiciese en el primer Español que transitase por sus tierras, le quitase la vida y diese aviso de las resultas para en su vista determinar lo que mas conviniese al intento, y como los Españoles andaban sin recelo por toda la isla, se le presentó luego ocasión á Broyoan de cumplir su encargo. Un mozo español llamado Salcedo transitaba por la provincia de Yagüeca en la parte en que hoy está el pueblo de Añasco.
Broyoan, que vivia en aquel territorio, lo hospedó en su casa con mucha alegría y obsequio; y cuando Salcedo intentó pasar adelante, lo hizo acompañar de algunos indios bien instruidos de lo que debían hacer con él; llegó al rio Guaurabo (1), los indios se le ofrecieron ápasarlo sobre sus hombros, el inocente Salcedo admitió, y cuando lo tuvieron en la mitad del rio lo sumergieron, teniéndolo debajo del agua hasta que dejó de dar señal de vida; entonces lo sacaron á la orilla, y dudando todavía de si era mortal le decían: Señor Salcedo, perdonad, que cainios con vos, levantaos para seguir vuestro camino.
Con esta y otras satisfacciones continuaron disculpándose tres dias, en los cuales vinieron el Cacique Broyoan y otros muchos indios á ver si resucitaba, pues solo la vista podia desengañarlos de su creencia ; pero percibiendo el fetor del cuerpo ya corrompido, se persuadieron que los Españoles eran mortales como los indios (c).
Ejecutada la muerte de Salcedo, la noticiaron al Cacique Agueynaba» quien volvió á convocar los Caciques de la isla.
Estos en vista del desengaño asintieron á la extinción acordada de los Españoles, mediante la sublevación general que señalaron para un viernes.
Mientras llegaba este día no perdieron ocasión de hacerles sus tiros, asaltándolos cuando los encontraban solos.
Entre otros el Cacique Aimamon, que tenía su ranchería en el rio Culebrinas, cerca de la población de Sotomayor, prendió á un muchacho de diez y seis años que encontró solo, hijo de Pedro Juárez, natural de Medina del
Campo, atólo al tronco de un árbol en un caney ó casa, hizo un convite y dispuso un partido de pelota entre sus indios, ofreciendo á los que lo ganasen darles el muchacho para que le diesen la muerte á su gusto en premio del triunfo.
Un indio, criado de Pedro Juarez, oida la sentencia del Cacique contra el hijo de su amo, huyó disimuladamente y dió cuenta de lo que ocurría en la poblacion de Sotomayor.
Diego de Salazar, vecino de ella, informado del caso tomó su espada y rodela, y guiado del indio que le avisó, corrió á libertarlo, entró en el caney ó bugío en donde lo tenían atado, cortó las ligaduras al preso y diciéndole: haced como viéredes, empuñó la espada y afianzando su rodela, dió con tanto ardor y cólera sobre mas de 300 indios gandules ó de guerra que jugaban y veian jugar la vida de Juarez, é hizo en ellos tan gran carnicería que aunque quisieron ponerse en defensa los desbarató enteramente (a).
Volvíase Salazar á la poblacion con el muchacho rescatado, cuando le salieron al encuentro algunos indios rogándole de parte de su Cacique volviese á hacer amistad y alianza con él, pues su valor le habia prendado y queria ser su amigo: que no venia él mismo á rogárselo, porque estaba muy mal herido.
Salazar determinó volver por mas que Juarez le disuadia y suplicaba de rodillas (poseído todavía del susto) que no volviese, creyendo fuese alguna traicion; pero Salazar, resuelto á todo acontecimiento, le respondió: ya estais en libertad, volveos si quereis, que yo he de ir á ver lo que quieren, no piensen que les tengo miedo. Juarez, aunque de mala gana, volvió acompañando á su defensor.
Cuando llegaron al caney en donde estaba el Cacique Aimamon mal herido, le preguntaron lo que queria: Aimamon le suplicó le diese su nombre y le permitiese llamarse Salazar, pues queria ser su amigo y servidor. Salazar le concedió lo que pedia: luego los indios con grandes voces y alborozo empezaron á llamar á su Cacique Salazar, Salazar, como si con el nombre hubiera recibido sus fuerzas y valor.
En agradecimiento y recompensa del favor, regalaron á Salazar cuatro esclavos para que le sirviesen y otras alhajas de las que ellos tenian, quedando en tanta reputacion y respeto el nombre de Salazar entre los indios, que no se atrevían á hacer frente á la partida en que iba; por esto lo llevaban siempre á los combates, aunque estuviese enfermo, y si algun Español los amenazaba respondian con orgullo, no te. tememos porque no eres Salazar (b): tal era la simplicidad de estos indios ; un solo accidente les hizo fijar la idea y agradecer las cuchilladas.
No fueron solos estos sucesos los que anunciaron la inquietud y sublevacion premeditada; precedieron otras noticias nada equívocas de su perfidia, y aunque se comunicaron á D. Cristóbal de Sotomayor, que gobernaba el pueblo de su nombre, una confianza imprudente le hizo malograr los avisos.
Una hermana del Cacique Agueynaba, que tenia por amiga, le confió la conjuracion acordada, rogándole que se fuese, pues los indios querían matarle á él y á todos los Españoles, pero despreció la noticia.
Otro mozo español, llamado Juan Gonzalez, que sabia bien la lengua de los indios, una noche que estos celebraban el areito ó baile de la declaracion de la guerra, se desnudó y pintó con colores como lo usaban los indios; entró en el baile desconocido, y oyó los cantares en que hacian relacion de la sublevacion y muerte de Don Cristóbal y demas Españoles.
Cuando Gonzalez pudo separarse del baile corrió á dar aviso á Don Cristóbal; pero este lo despreció tan neciamente como el anterior de la india (a).
Juan Gonzalez no cesó de instar á Sotomayor que huyese á Caparra ofreciéndose á acompañarle; pero no quiso hacerlo hasta que el dia siguiente estimulado de las gestiones de la india, resolvió el viage, pero ya era tarde: avisó al Cacique Agueynaba su determinacion, pidiéndole indios para que le acompañasen; el Cacique se los dió, bien instruidos de lo que debian hacer. Marchó Don Cristóbal con Juan Gonzalez y otros cuatro Españoles: á poco rato le siguió el Cacique con su gente, y encontrando solo á Gonzalez que iba detrás, le quitaron la espada y con ella misma le dieron cuatro heridas; Gonzalez les habló en su lengua pidiendo la vida y ofreciéndose por su esclavo.
El Cacique deseoso de llegar cuanto antes á quitar la vida á su señor, lo mandó dejar, y siguiendo la marcha alcanzó á Don Cristóbal y á sus compañeros, á quienes mataron á flechazos y golpes de las macanas; luego volvieron á buscar á Juan Gonzalez que tuvo la advertencia de internarse en el bosque y subirse á un árbol, con lo cual evitó la muerte que le iban á dar (b).
Llegada la noche, Juan Gonzalez, aunque desangrado y mal herido, se esforzó á seguir su camino, y al abrigo de los bosques llegó sin ser sentido ni visto de los indios á Toa-baja, en donde el Rey tenia una estancia habitada de los Españoles, que lo recogieron y curaron, pues cayó en tierra desfallecido del hambre y de las heridas.
Cuando volvió en sí notició lo que pasaba en Sotomayor: los Españoles dieron parte á Caparra, y el Gobernador Juan Ponce de Leon envió luego al Capitan Miguel del Toro con cuarenta hombres para que socorriese á Don Cristóbal de Sotomayor; pero lo encontraron ya enterrado con los pies fuera de la sepultura, igualmente que sus compañeros.
Recogió á los Españoles que habian podido escapar de la sublevacion, y se retiró á Caparra (c).
La noche que se siguió al dia de la muerte de Sotomayor y sus compañeros, todos los Caciques de la isla dieron sobre los Españoles que vivían en sus territorios, y el Cacique Guarionex con 3,000 indios marchó oculto al abrigo de los bosques sin ser sentido; puso fuego por todas partes á la población de Sotomayor y asaltó á sus habitantes, esgrimiendo sobre ellos sus macanas con furia desesperada.
Diego de Salazar que viviaen ella alarmó á los Españoles, y juntando los que pudieron vencer las llamas, hizo frente á la multitud, acometiólos con denuedo, y animando á los suyos con poderosas razones y esfuerzos valerosos, pelearon todos con la desesperación que pedia tan extremado conflicto; pero les fué preciso retirarse con buen órden, después de haber hecho gran mortandad en los indios, que quedaron nuevamente admirados del valor y fuerza de Salazar (a), quien con muchos trabajos y muy molestado en su marcha llegó á Caparra, dejando la población de Sotomayor reducida á cenizas con parte de sus habitantes que perecieron en las llamas.
En la noche de la sublevación general murieron en la isla cuasi cien hombres, siendo pocos mas los que quedaron con vida; pues solo se libraron los que vivían en Caparra y sus inmediaciones, con los que sacó á salvo el valor de Salazar.
Los demás como andaban derramados en la isla, ocupados en sus grangérías entre los indios, los mataron sin resistencia.
Tantas muertes y desgracias se siguieron de la necia incredulidad de Don Cristóbal de Sotomayor; pudiera haberlas evitado tomando las oportunas providencias que debía con el primer aviso (2).
1.
Rio Guaurabo, pág. 54*
Acerca del rio Guaurabo dice Oviedo: "Es á la parte occidental y entra en la bahía en que agora está el pueblo de San German ".
En la Descripcion de Puerto-Meo hecha en 1582 por el Presbitero Ponce de Leon y el Bachiller Santa Clara se lee: "A la parte del Oeste de esta isla sale un rio caudaloso, que se dice Guaurabo, donde antiguamente estuvo poblada una villa que se dice San German (la misma de que hablaba Oviedo) en que habia gente principal y rica, despoblóse por causa de franceses que la quemaron dos ó tres veces, ó cuatro hasta que la despoblaron como atrás queda dicho, y si no fuera por esta scasion se pudiera hacer en este rio muchos ingenios y labranzas porque es muy fértil su tibera ".—El rio Guaurabo es el que hoy lleva el nombre de Añasco.
2.
Muertes hechas por los indios, pág. 57.
Las muertes que hicieron los indios están comprobadas por un documento oficial. En 25 de Julio de 1511 escribia el Eey Don Fernando á Ceron y Diaz (Biblioteca histórica, pág. 48): "Sabeis que algunos Caciques de San Juan se rebelaron y mataron á traicion á Don Cristóbal de Sotomayor, á Don Diego su sobrino y á algunos criados y amigos, y ademas á cuantos cristianos pillaron en sus estancias fuera de poblado; que luego se juntaron con otros de la comarca y fueron al pueblo de Guaydia y peleando mataron algunos cristianos ".
Segun la Descripcion antes citada, la muerte de Sotomayor y sus compañeros tuvo lugar en los alrededores de la hermosa bahía de Guánica, pues en aquella se lee: "Fué antiguamente allí el primer pueblo que cu esta isla despoblaron como arriba está dicho, porque los indios se alzaron y mataron á Don Cristóbal de Sotomayor, que era tiniente de Juan Ponce de Leon, el Adelantado, hijo de la Condesa de la Camina y secretario del Rey católico, y no se tornó á reedificar por los muchos mosquitos ".
Fr. Iñigo, siguiendo á Oviedo, expresa que la muerte de Sotomayor sucedió hácia la parte de la Aguada, entre el rio de este nombre y el de Culebrinas, por haber trasladado allí la poblacion que en un principio fundó en Guánica; y si se observa que Oviedo, á quien sigiie, vivia en un tiempo mucho mas próximo al suceso que los autores de la Descripcion, debemos inclinarnos á admitir la narracion de aquel con preferencia á la de estos.
El Gobernador Juan Ponce pide socorros á la isla de Santo Domingo, nombra Capitanes de la gente que habia en Caparra y sale á pelear con los indios.
Reducidos los Españoles á tan infeliz catástrofe por los inopinados y funestos sucesos que ocasionaron el pérfido Agueynaba y los suyos, pensó el Gobernador Juan Ponce de Leon los medios oportunos de ponerse en defensa y resistir á la multitud de indios que le rodeaba.
Dió aviso á la isla de Santo Domingo de la sublevacion, pidiendo socorro para atajarla: nombró por Capitanes para esta guerra á Diego de Salazar, á Luis de Añasco y á Miguel del Toro, dando á cada uno una compañía de treinta hombres entre cojos y heridos: dió el cargo de Teniente suyo á Juan Gil y envió espías por todas partes para que le noticiasen los movimientos de los enemigos y atacarlos en caso necesario; pues aunque los Españoles apenas pasaban de ciento y estaban los mas muy estropeados y heridos de la refriega pasada, eran hombres de valor, y la experiencia adquirida en la conquista de la isla de Santo Domingo les daba una superioridad sobre los indios, que junto con la necesidad y apuro en que se hallaban de pelear para salvar sus vidas, les hizo mirar con desprecio los peligros en que se hallaban (a).
Juan Ponce de Leon, Capitan tan valeroso como prudente, luego que supo por sus espías que Agueynaba estaba acampado junto al rio Coayuco (1) con un cuerpo de cinco á seis mil indios, salió de Caparra con sus compañías, marchó con todas las precauciones que exigían las críticas circunstancias de la situacion en que se hallaba, llegó de noche al rio Coayuco, y aprovechando los instantes para sorprender al enemigo pasó el rio y dió sobre ellos antes de amanecer con tanta resolucion, que los indios confusos de verse destrozar de unos hombres que consideraban acobardados y fugitivos, no acertaron á defenderse.
Juan Ponce de Leon, que conoció el desórden, animó á los suyos, quienes á ejemplo de su Capitan pelearon con tanto brio, que en poco rato dejaron muertos cerca de doscientos de los enemigos, hicieron muchos prisioneros y ahuyentaron los demas bien castigados (b).
Despues de esta derrota, supo Juan Ponce por algunos prisioneros que habia vuelto á suscitarse entre los indios la opinion de la inmortalidad de los Españoles: unos creian que habían resucitado y peleado en la batalla los que mataron la noche de la sublevacion; otros decían que tanto podian los pocos como los muchos (a) y que no era posible vencerlos sin al auxilio de los Caribes, á quienes los Españoles no podrían resistir, y acordaron llamarlos en su socorro, lo que ejecutaron no obstante que eran sus crueles enemigos.
El Gobernador, concluida felizmente la expedición sobre el rio Coayuco, se retiró á la población de Caparra con los prisioneros, recibió algún socorro de gente y armas de la isla de Santo Domingo, reforzó sus compañías y se dispuso lo mejor que pudo para ocurrir adonde la necesidad lo pidiese, despachó espías por toda la isla para observar á Agueynaba y saber sus designios, y nada omitió de cuanto le correspondía hacer en su empleo.
Mientras esperaba las resultas, la gente se reparaba de las fatigas y curaban los heridos que eran muchos; pues de los que componían la compañía de Salazar apenas habia hombre que no estuviese lisiado, y así le llamaban el Capitán de los cojos: el Gobernador le dió la gente inválida porque su esfuerzo y su nombre solo causaba mas terror á los indios que el resto de los Españoles (b).
Con este famoso Capitán y algunos valerosos Españoles que se distinguieron notablemente y de quienes se hará memoria en la serie de los sucesos que ocurrieron en la pacificación y conquista de esta isla, pudo Juan Ponce de León sujetarla.
Ni es de omitir que entre los auxilios que enviaron de la isla de Santo Domingo para socorrer á los de Puerto-Rico en su conflicto, fué un perro llamado el Becerrillo, cuyo instinto natural distinguia perfectamente los indios aliados de los enemigos; acometía con furor y rabia á estos, defendiendo con igual valentía á aquellos; cualquier prisionero que huia de la prisión lo iba á buscar y lo sacaba del medio de los enemigos; los apresaba de un brazo, y al que no quería seguirle lo despedazaba; toda la noche rondaba al rededor del campamento, descubría las emboscadas y eran mas temidos diez Españoles acompañados del perro Becerrillo que ciento sin él: su auxilio fué tan importante en esta guerra, hasta que lo mataron los Caribes, que el Gobernador le señaló paga y media de la que gozaba un ballestero, bien fuese en oro, esclavos ó cualquiera otra cosa que se le daba sin falta y cobraba su dueño (c).
En confirmación del singular instinto de este animal, refieren los historiadores (d) que un Capitán dió una carta á una india para que la llevase á los Españoles que estaban en un destacamento; la india tomó su camino y á poca distancia le echaron el perro, quien la acometió con su ferocidad acostumbrada; la india que lo vió venir sobre sí con tanta furia se sentó en el suelo, mostróle la carta, diciendo: Perro señor, yo voy á llevar esta carta de las cristianos á los otros: no me hagas mal, perro señor; el Becerrillo olió la carta, y conociendo que era de sus amos dejó á la india sin ofenderla.
Un hijo de este perro auxilió igualmente al Capitan Ojeda en Tierra-firme. En la isla Española y en otras partes de América fueron muy importantes estos socorros.
1.
Rio Coayuco, pág. 59.
Este rio corre por el territorio que hoy es de la villa de Ponce.
Fundamos nuestra opinion en los siguientes pasages del cronista Oviedo.—1? que el Cacique mayor vivia en la costa sur de la isla.—2? que la batalla se dió en tierra de Agueynaba.—Y 3? que hablando del triunfo conseguido por Ponce de Leon en Coayuco dice " que los indios intentaron pasar á la isla Angulo, situada frente al rio Xacagua ", y sabido es que este rio corre por el distrito de Ponce.
Vienen los Caribes á socorrer los indios de Puerto-Rico, sale segunda vez á campaña el Gobernador, Salazar con su compañía vence al Cacique Mabodamaca, muerte de Aguejnaba y retirada de los indios y Españoles.
Supo el Gobernador por sus espías que los indios, desconfiados de sus fuerzas para vencerle, habian buscado el auxilio de los Caribes, y que estos iban llegando y juntándose con los gandules de la isla en la parte de Aymaco, en donde babia ya un cuerpo de mas de once mil indios: con este avi60 destacó á los Capitanes Luis de Añasco y Miguel del Toro con 50 hombres para que observasen mas de cerca al enemigo, mientras él los seguía con los que le quedaban: poco después tuvo noticia que el Cacique Mabodamaca se habia separado con 600 hombres escogidos y enviaba á desafiar á los Españoles, deseoso de pelear y deshacerlos antes que llegasen á Aymaco, previniéndoles que les tendría limpios los caminos; el Gobernador envió contra él á Diego de Salazar con su compañía, y aunque con mucho trabajo llegó cerca del acampamento de Mabodamaca, en donde hizo alto esperando la noche para ocultar con sus sombras el corto número de sus soldados, que no pasaban de treinta entre cojos y enfermos (a)..
Salazar mientras descansaba su compañía observó la posición de Mabodamaca, y después de la media noche lo atacó repentinamente con su esfuerzo acostumbrado.
Entró por medio de los enemigos cuando menos lo esperaban: estos, no obstante la sorpresa, se pusieron en defensa y pelearon con rabia desesperada persuadidos ya de que los Españoles eran mortales; pero como Dios peleaba por estos, salieron todos con vida aunque muchos recibieron heridas.
De los indios qifledaron en el campo mas de 150 muertos, muchos 'áridos y prisioneros: los demás huyeron derrotados con su Cacique Mabodamaca (b).
Cuando los indios empezaron á abandonar el campo del desafío, Juan de León se empeñó en prender un Cacique que llevaba una plancha de oro al pecho, como distintivo de su carácter.
El Cacique que era de grandes fuerzan viéndose acosado de este Español solo y apartado del campo, le hizo frente; agarróse con él brazo á brazo, y lucharon mag de un cuarto de hora.
Un indio de los que se retiraban de la batalla, viendo la refriega de los dos en el hondo de un barranco, acudió á socorrer á su Cacique, y entre los dos tenían
ya muy apurado ii Juan de Leon.
En este tiempo otro Español que habia salido del real siguiendo á otro indio, fué por el sitio en que estaban luchando, dejó huir al indio que perseguía y bajó á ayudar á Juan Leon, y entre los dos mataron á los dos indios y se retiraron á su campamento.
A poco rato llegó el Gobernador Juan Ponce de Leon con el resto de la gente de Caparra y halló á Salazar que estaba descansando con la suya victoriosa, despues de haber derrotado á los indios en tres horas y media de combate.
El Gobernador dió gracias á Dios por el triunfo, é informado de que el cuerpo de los enemigos que habia en la provincia de Yagüeca, hoy Añasco, ascendia á mas de once mil hombres; que se esperaban mayores socorros de las islas Caribes y que estaban todos resueltos á morir ó acabar con los cristianos, sabiendo que eran pocos y mortales, determinó ir á buscarlos antes que aumentasen mas los enemigos, aunque creyó le convenía hacer la guerra con mas mafia que fuerza y que en las circunstancias debía preferir el ardid prudente á un esfuerzo desesperado (a).
Adoptado este sistema, marchó acompañado de Salazar á incorporarse con los Capitanes Añasco y Toro, que entre todos ascendian á cien hombres de armas.
Llegaron á vista de los enemigos poco antes de ponerse el sol: el Gobernador acampó con los suyos en sitio ventajoso muy cerca de los indios, se atrincheró con fagina lo mas breve que pudo, entreteniéndolos mientras lo ejecutaba con algunas ligeras escaramuzas ; y aunque le acometieron diferentes veces para desalojarlo del sitio, se mantuvo á pid firme, recibiéndolos con algunas descargas cerradas, dadas á tan buen tiempo, que los hacia detener con muerte de algunos (b).
Con este arbitrio concluyó de fortificar su alojamiento, formó su escuadron d hizo avanzar á sus mas diestros tiradores: estos salian de la trinchera, hacían sus tiros con acierto y se recogían á las banderas: los indios por su parte salian en pelotones; algunos de los mas valientes y sueltos daban sus descargas y provocaban á la batalla, pero el Gobernador guardó su posicion toda la noche y continuó molestándolos con el mismo órden el dia siguiente, sin que los unos ni los otros se atreviesen á romper la batalla.
Entre, las salidas que hicieron los arcabuceros, Juan de Leon derribó de un balazo un indio que desde luego se conoció ser persona principal, pues todo su ejército manifestó mucho desmayo y se retiraron fuera del tiro de mosquete.
Los Españoles continuaron sus salidas todo el dia con el mismo buen órden y efecto; pero cuando cerró bien la noche, el Gobernador, que se hallaba falto de víveres, sin esperanza de socorro, ni retirada en caso de algun suceso desgraciado y con su gente cansada y herida, resolvió volverse á Caparra, y aunque algunos se le opusieron atribuyéndolo á cobardía, él respondió que era tentar á Dios querer con tan pocos vencer tanta multitud, y que era mejor dilatar la guerra que aventurarlo todo en un dia (a).
Con esta resolución salió de su trinchera, protegido de la oscuridad de la noche y de los bosques, dirigiendo su marcha á la población de Caparra» sin que los enemigos le incomodasen en el camino, ó porque no sintieron su retirada, ó porque no se atrevieron, que es lo mas regular, porque después se supo que el que Juan de León habia muerto con su arcabuz fué el Cacique Agueynaba, gefe y autor de la sublevación y causa de la destrucción de la isla.
Lo cierto es que los indios naturales de Puerto-Rico jamas volvieron á formar ejército ni cuerpo considerable después de la muerte de Agueynaba, que fué en este año de 1511, aunque fué molestada por los Caribes de las islas de Barlovento muchos años continuos (b) (1).
(a) Oriedo. lib. 16, foL 125.—Herrera, D. 1. lib. 8, fol. 226.
(b) Herrera, D. 1, lib. 8, fol. 226.—Oviedo, lib. 16, fol. 125.
1.
Campaña contra los indios, pág. 64.
En la narracion del alzamiento de los indios y de la campaña sostenida contra los mismos, Fray Iñigo no solo siguió fielmente á los historiadores Gonzalo Fernandez de Oviedo y Antonio de Herrera en cuanto á loa hechos, menos en uno que señalaremos pronto; sino que supo ordenarlos lógicamente y exponerlos, ya que no con crítica imparcial por lo que respecta á los indios, ni con toda la animacion y el colorido que demandaba tan dramático asunto, al menos con bastante interés.
Así, segun los textos de Oviedo y Herrera, conformes en lo sustancial, el autor nos refiere: cómo el advenimiento al poder de Agueynaba el menor y el carácter belicoso de este jóveu Cacique fueron ocasion y estímulo para que estallase el justo descontento producido por los repartimientos en los indios, y que adquirida por estos, con la muerte del infeliz Salcedo, la conviccion de que los cristianos eran mortales, se decidieron á llevar á cabo un alzamiento general y simultáneo: cómo muerto D. Cristóbal de Sotomayor, por su imprudente confianza primero y despues por una ciega precipitacion al abandonar el pueblo de su nombre, se vió atacado é incendiado dicho pueblo, pereciendo muchos pobladores y debiendo el resto su salvacion al valor de Diego de Salazar que logró retirarse á Caparra: cómo al punto que el Gobernador Ponce de Leon tuvo noticia del alzamiento en su residencia de Caparra, organizó con tino su escasa tropa y saliendo en demanda de los sublevados, los sorprendió y batió completamente en el rio Coayuco; y cómo, en fin, despues de este triunfo regresó Ponce á Caparra en solicitud de los refuerzos que habia pedido á la Española, y obtenidos abrió por segunda vez la campaña : destinó á Salazar en persecucion de un cuerpo de enemigos, se rennió á este victorioso y siguiendo con todas sus fuerzas en busca de los indios se atrincheró en Yagüeca, donde rechazó sus acometidas, los hostilizó á su vez y cuando notó el desaliento que de ellos se habia apoderado levantó el campo, volviéndose á Caparra.
En estas jornadas dió Ponce de Leon muestras de prudencia y de práctica en la manera de hacer la guerra á los indígenas.
Segun dijimos, la anterior relacion está de acuerdo con los textos de Oviedo y Herrera; pero hay una circunstancia muy importante, y ha llegado el momento de señalarla, en que el autor se separó de Oviedo, autoridad principal en la materia, sin darnos razon alguna que justifique su opinion particular.
Fray Iñigo espresa que despues de la derrota que los indígenas de Borinquen sufrieron en Coayuco, acordaron llamar en su socorro á los Caribes, lo que ejecutaron no obstante que eran sus mortales enemigos; cuando Oviedo asegura que los Caribes peleaban al lado de los Borincanos en las márgenes del Coayuco y que fueron envueltos en la derrota.
He aquí las palabras de Oviedo: "Ovieron los chripstianos y los indios la primera batalla en la boca del rio Coayuco, adonde murieron muchos indios, assi Caribes de las islas comarcanas y flecheros con quien se habian juntado, como de los de la tierra ". Por su parte Herrera nada dice en contrario de lo narrado por Oviedo.
Así consta que los Borincanos reclamaron y obtuvieron el auxilio y cooperacion de los Caribes desde el momento que pusieron por obra su alzamiento.
Ahora, en cuanto al grado de fé que merezca la narraccion de estos sucesos, pensamos que Fray Iñigo siguió, á falta de las relaciones escritas por los mismos conquistadores, las mejores autoridades en la materia: la de Antonio de Herrera que á principios del siglo XVII publicó la Historia general de las Indias utilizando para ella con bastante crítica los papeles de la cámara real y de los archivos, las relaciones enviadas de Indias y muchas obras inéditas; y sobre todo la de Gonzalo Fernandez de Oviedo que vivió muchos años en Indias, especialmente en Santo Domingo, en tiempos próximos á la conquista de Borinquen, y que tuvo ocasion, segun nos lo dice, de oir de boca de los mismos conquistadores la relacion de todos los sucesos.
Es cierto que se juzga á Oviedo escritor crédulo y de poco tacto para depurar las numerosas noticias que recibia, y mas que todo que su punto de vista al juzgar los hechos de los indígenas era apasionado y poco filosófico; sin embargo puede admitirse como verdadera su narracion de lo acontecido en Borinquen, ya porque la misma naturaleza de los sucesos no se prestaba á opuestas versiones, ya porque tuvo á su disposicion el testimonio de gran parte de los conquistadores.
Por otra parte, ya hemos visto confirmada la muerte del desgraciado Sotomayor y de sus compañeros por un documento fehaciente, así como otro no menos respetable nos informa que el alzamiento tuvo lugar á principios del año 1511 (Biblioteca histórica, pág. 248J.
Es verdad que aun así encuentra la crítica que debe ser el guia constante de la historia un gran vacio, la falta de las relaciones de origen indio; pero desgraciadamente aquel pueblo que como hemos visto se hallaba en la edad de piedra, no pudo legar su testimonio á las generaciones futuras.
De todos modos resulta un hecho cierto : que ese pueblo en estado de naturaleza, á la manera que las aguas tienden á sobreponerse al obstáculo que embaraza su libre curso, reaccionó instintivamente contra la extraña é insólita presion que sentia, poniendo por obra, acaudillado por el valiente Agueynaba, un alzamiento que no dió los resultados que él se prometía. Pronto veremos, que como era natural, las alteraciones continuaron por algunos años con el mismo mal éxito.
En 1512 aun andaban alborotados los indios: en 1515 se insurreccionaron los Caciques Humacao y Daguao, pero se sometieron bien pronto, y años despues el Cacique Loquillo aun se mantenía rebelde al abrigo de la sierra que lleva su nombre.
Historia geográfica, civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de ... - Íñigo Abbad y Lasierra, José Julián Acosta - Google Llibres
XL1V
El Boriquén.
La isla Boriquén, dicha entre cristianos Sant Juan (1), está en diez y siete y diez y ocho grados y veinte y cinco leguas de la Española, que la tiene al poniente.
Es larga leste oeste más de cincuenta leguas, y ancha diez y ocho; la tierra de hacia el norte es rica de oro; la de hacia el sur es fértil de pan, fruta, yerba y pesca.
Dicen que no comían estos boriquenes carne; debía ser de animales, que no los tenían; empero de aves sí comían, y aun morciélagos pelados en agua caliente.
En las cosas antiguas y naturales son como los de Haití, Española, y en lo moderno también, sino que
son más valientes y que usan arcos y flechas sin yerba.
Hay una goma que llaman tabunuco, blanda y correosa como sebo, con la cual y aceite brean los navios; y como es amarga, defiéndelos mucho de broma; hay también mucho guayacán, que llaman palo santo, para curar de bubas y otras dolencias.
Cristóbal Colón descubrió esta isla en su viaje segundo, y Juan Ponce de León fué allá el año de 9 con licencia del gobernador Ovando, en un carabelón que tenía en Santo Domingo, ca le dijeron unos indios cómo era muy rica isla.
Tomó tierra donde señoreaba Agueibana, el cual lo acogió muy amigablemente y se tornó cristiano con su madre, hermanos y criados.
Dióle una su hermana por amiga, que tal es la costumbre de los señores para honrar a otros grandes hombres que resciben por amigos y huéspedes, y llevólo a la costa del norte a coger oro, como buscaba en dos o tres ríos.
Dejó Juan Ponce ciertos españoles con Agueibana y volvióse a Santo Domingo con la muestra del oro y gente; mas como era ya ido a España Nicolás de Ovando y gobernaba el almirante don Diego Colón, tornóse al Boriquén, que llamó él mesmo Sant Juan, con su mujer y casa.
Escribiólo al comendador mayor de Alcántara Ovando, el cual le recabó y envió la gobernación de aquella isla, pero con sujeción al virrey y almirante de Indias.
El entonces hizo gente y guerreó el Boriquén; fundó a Caparra, que se despobló por tener su asiento en ciénagas de mucho acije.
Pobló a Guanica, que se desavecindó por los muchos e importunos mosquitos; y entonces se hizo Sotomayor y otras villas.
Costó la conquista del Boriquén muchos españoles, ca los isleños eran esforzados y llamaron caribes en su defensa, que tiraban con yerba pestífera y sin remedio; pensaron al principio que los españoles fuesen inmortales, y por saber la verdad, Oraioa, cacique de Jaguaca, tomó cargo dello con acuerdo y consentimiento de todos los otros caciques, y mandó a ciertos criados suyos que ahogasen a un Salcedo que posó en su casa, pasándolo el río Guarabo; los cuales le hundieron so el agua, llevándolo en hombros, y como se ahogó, tuvieron a los demás por mortales, y así se confederaron y se rebelaron y mataron más de cien españoles.
Diego de Salazar fué quien más se señaló en la conquista del Boriquén.
Temíanle tanto los indios, que no querían dar batalla donde venía él, y algunas veces lo llevaban en el ejército, estando muy malo de bubas, por que supiesen los indios cómo estaba allí; solían decir aquellos isleños al español que los amenazaba: «No te temo, ca no eres Salazar.»
Habien eso mesmo grandísimo miedo a un perro llamado Becerrillo, bermejo, bocinegro y mediano, que ganaba sueldo y parte como ballestero y medio, el cual peleaba contra los indios animosa y discretamente; conocía los amigos, y no les hacía mal aunque le tocasen.
Conocía cuál era caribe y cuál no; traía el huído aunque estuviese en medio del real de los enemigos, o le despedazaba; en diciéndole «ido es», o <buscaldo>, no paraba hasta tornar por fuerza al indio que se iba.
Acometían con él nuestros españoles tan de buena gana como si tuvieran tres de caballo; murió Becerrillo de un flechazo que le dieron con yerba nadando tras un indio caribe.
Historia general de las Indias - Francisco López de Gómara - Google Books
Otra Guerra en el este de Puerto Rico:
“guerra que hubo en esta isla desde el Río de Santiago hasta el rincón de Fajardo y en el Humacao ansí con los dichos indios naturales antes que fueren pacíficos como con indios caribes que a esta isla vinieron a la destruir e robar” Francisco Juancho.
Las guerras no terminaban y las guerrillas entre hispanos e indígenas continuaban:
“Siento que todavía estén alborotados los indios” se lamentaba el rey católico en febrero de 1512, un año antes de que nuestro primer obispo pusiera pie en la Isla.
Ante estas guerras civiles, la difícil pacificación de los indios, las bajas de hispanos e indios, la opresión de las encomiendas, la falta de evangelización de los indios, la anarquía reinante en Puerto Rico y otros factores de gran importancia se decide crear la diócesis de Puerto Rico. A pesar de la diócesis haber sido creada en 1511 nuestro prelado no llega hasta 1513.
Los primeros años del obispo Manso en su diócesis no fueron fáciles, pues los indígenas no querían sujetarse a la autoridad de su Pastor:
"En este año de 1512 llegó tambien á su Obispado el Sr. Manso (4); erigió las Dignidades, Canongías y demas oficios de su Catedral; ordenando cuanto convenia al buen gobierno y esplendor de la primera Silla que tuvo Obispo en América; pero como en todos los nuevos establecimientos ocurren muchos obstáculos y dificultades que solo pueden vencerse con el tiempo y condescendencia prudente, y este celoso Prelado quiso desde luego dar toda la formalidad y consistencia á su Catedral, señaló las cosas de que se debían pagar diezmos: los vecinos resistieron sus mandatos y los declaró desobedientes y contumaces á algunos de ellos, quienes lejos de aterrarse ni obedecer á las censuras, insultaron temerariamente á su Pastor, cometiendo tantos desacatos que se vió precisado á abandonar su grey y volverse á España (a) resuelto á retirarse á su Canongía de Salamanca que retenia;"
Pero ante los ruegos del rey católico el obispo decide regresar a su diócesis:
" pero estimulado de su conciencia y de los ruegos volvió á su Obispado con el nuevo cargo de Inquisidor de las Indias (b) sin tratar mas de los diezmos."
Al obispo le tocaría una difícil tarea: evangelizar a los indígenas. Tarea difícil en una isla completamente destrozada y con una población reducida a causa de las guerras civiles.
Aún después de creada la diócesis el obispo tendrá que seguir lidiando con las guerras de los indígenas, para colmo los indígenas queman la ciudad de Caparra, dejándola en ruinas incluyendo la sede del obispo, queda la diócesis sin sede hasta 1521, año en que el Papa, muda la ciudad de San Juan:
“cómo muchos caciques y caribes avian ydo a quemar la cibdad de Puerto Rico y que avian ya venido muchos de ellos que lo avian quemado y robado muchas casas y que dezían que avian muerto a muchos xristianos y que avian robado la iglesia y quemado todo lo que en ella estaba”
Los indígenas quemaron en 1513 otro pueblo llamado Santiago del Daguao.
Recordaba un conquistador: "fue necesario de los guerrear e hacer guerra para pacificarlos... la qual guerra duró muchos años”.
Después de varios años de esfuerzos, la diócesis dio resultado, los indígenas se convirtieron y las guerrilas finalizaron:
"Cristianáronse todos los isleños, y su primer obispo fué Alonso Manso, año de 11; ..."
http://humanidades.uprrp.edu/smjeg/r...na-Moscoso.pdf
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Archivo adjunto 4898
Fray Damián López de Haro.
Descendiente de los señores de Vizcaya.
Uno de los obispos más importantes que ha tenido Puerto Rico.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Puerto Rico antes de la Diócesis parte III:
Antes de la llegada de los hispanos a nuestra zona nuestra isla estaba habitada por habitantes de la etnia Arahuaca.
Los Arahuacos poseían un extenso territorio que hoy en día comprende lo que son los países de Venezuela, Colombia, Brasil, Argentina, Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, partes de la Florida, etc.
Los Arahuacos tenían un sistema federativo. Estaban unidos bajo lazos de sangre, religión y cultura. No conocían de centralismo político pero sí se prestaban ayuda militar al frente de una invasión.
La monarquía que tenían los Arahuacos de Puerto Rico era una monarquía señorial. Hay varios textos de la época hispánica donde se reconoce a los caciques como señores o reyes:
"Tomando a la historia del levantamiento de los indios, digo, que después que los principales dellos se confederaron para su rebelión, cupo al cacique Agüeybana, que era el mayor señor de la isla," Fernández de Oviedo.
"Y juntados los señores de la Isla en secreto, para disputar desta materia, acordaron que antes que se moviessen a su rebelión, era bien experimentar primero aquesto, y salir de su dubda," Fernández de Oviedo.
" y tomó a cargo de saberlo un cacique llamado Urayoán, señor de la provincia de Yagüeca, el qual para ello tuvo esta manera." Fernández de Oviedo.
"Y para este efeto, tomó un caravelon con gierta gente é buenas guias de indios, é fué á la tierra del pringipal
rey ó cacique de aquella isla, el qual se llamaba Agueybana,"
La isla de dividía en señoríos. Cada uno de ellos regido por un señor o rey, que en lengua Arahuaca es llamado Cacique.
Señoríos de Boriquén:
En la costa sur:
Señores:
1) Agueybaná= Señor de Guainía
2)Guamaní= Señor de Guainía
En la coste norte
Señores:
1) Arrazivo= Señor de Abacoa
2) Majagua= Señor de Bayamón
3) Guacabo= Señor de Sibuco
4) Aramaná= Señor de Toa
5) Mabó= Señor de Guaynabo
6) Yuisa= Señora de Hamanio
7) Guaybaná= Señor de Caniabón
En la costa este:
Señores:
1) Jumacao= Señor de Macao
2) Daguao= Señor de Dacuao
3) Caguax= Señor de Turabo
4) Guaraca= Señor de Guayaney
5) Cacimar= Señor de Bieque
En la costa oeste
Señores:
1) Aymamón= Señor de Aymaco
2) Urayoán= Señor de Yagueza
En el área central:
Señores:
1) Mabodamaca= Señor de Guajataca
2) Orocobix= Señor de Jatobonico
En el Valle del Otuao
Señores:
1) Alonso= Señor de Otuao
2) Caguana= Señor de Otuao
3) Guarionex= Señor de Otuao
Agüeybaná: cacique principal al momento de la llegada de Colón, su yucayeque era en el área de la Bahía
Guayanilla
Abey: yucayeque en Salinas
Alonso: cacique menor en Otoao
(Utuado)
Aramaná: yucayeque en el área del
río Coa (Toa)
Arasibo: yucayeque en el área del río
Abacoa (río Grande de Arecibo)
Amamón: yucayeque en el río
Culebrinas
Cacimar: de descendencia Caribe, su yucayeque era en Vieques
Cagüax: yucayeque en el río Turabo
Canóbana: yucayeque en el río
Cayniabón (río Grande de Loíza)
Cagüana: cacique menor del área de Utuado
Cayey: yucayeque en Cayey
Dagüao: yucayeque en el río Santiago (Naguabo)
Guanacabo: yucayeque en el Sibuco
Güamaní: yucayeque possiblemente en el área de Guayama o Manatí
Güarionex: uno de los caciques más importantes, su yucayeque era en Utuado
Güaybaná: combatió contra los Españoles con Güarionex
Güaraca: yucayeque en Güayaney
Majagua: yucayeque en Bayamón
Orocobix yucayeque en Jatibonicu
f
Archivo adjunto 4896Archivo adjunto 4897
La estructura socio-política de los Tainos:
Cacique= El Señor de la tierra.
Bohique= máxima figura religiosa y también máxima figura política después del Cacique.
Nitainos= Nobles, gobernadores, alcaldes, etc, de los Yucayeques.
Naborias= los vasallos del Señor. Campesinos, gente común de la tierra.
Como se puede ver, la estratificación de estos naturales no era muy distinta de la española, lo cual explica la asimilación tan fácil de estos naturales a la cultura hispana.
Basado en estudios más recientes, es mucho más posible que los Arahuacos de Puerto Rico estuviesen en expansión y que las islas de Barlovento hasta Margarita y quien sabe si hasta al norte o partes del actual nor-Oriente de Venezuela perteneciesen al Señorío de Boriquén. De todos modos, los habitantes de estas regiones también eran de origen Arahuaco y por consiguiente confederados con los demás.
Puede resultar más cierto el hecho de que las supuestas guerras entre "caribes" y "tainos", nombres puestos mucho después, fuesen más bien guerras dinásticas por el control de los Señoríos.
En 1493 el Almirante Cristóbal Colón descubre definitivamente la Isla. La bautiza bajo el nombre de San Juan Bautista.
La Isla se queda definitivamente sin poblar ya que los europeos deciden ir a la Española. Probablemente esto se debía a la notoria belicosidad de los naturales.
En 1499 Vicente Yáñez Pinzón desembarca en Puerto Rico a reconocer la zona. No obstante no se fundó un poblado definitivo.
En 1502 los españoles se abastecen en la isla cuando van de camino a la Española. Aún así, no se funda nada.
En 1505 Vicente Yáñez Pinzón recibe de los Reyes una capitulación para ser gobernador de Puerto Rico. Aún así, no se estableció. Varias gentes de Pinzón soltaron animales domésticos en la Isla pero no dejaban asentamiento seguro.
De 1493 a 1508 los indígenas se mantuvieron independientes y sin contacto con los europeos.
Estuvieron estos indígenas ayudando a sus hermanos de la Isla Española en las luchas que tenían contra la nobleza.
No obstante, la Isla de Boriquén permaneció 15 años sin contacto ni asentamiento estable.
En 1508, se crea la Gobernación de Puerto Rico y se le da a un noble llamado Juan Ponce de León.
Este noble ya había tenido experiencia en las luchas en la Española.
Las reglas que se le habían dado para establecer la gobernación eran las siguientes:
1º – Ganar la amistad de los caciques de la isla, para lo cual no podrí*a utilizar a los nativos en su servicio, ni tomarles cazabe, ni siquiera inquietarles.
2º – Establecer labranzas propias para poder mantener a su gente.
3º – Levantar una fortaleza que diera garantí*a de seguridad a los colonos.
4º – Localizar veneros de oro y explotarlos.
Juan Ponce de León explora y conquista de forma pacífica Borinquén (Puerto Rico) | Historia del Nuevo Mundo
Ponce de León se embarcó con varios españoles hacia la llamada Isla de San Juan.
El cacique que le recibe es Agueybana, uno de los más poderosos señores de la Isla.
El encuentro entre nobles fue muy amistoso. El Señor le recibe con alegría y le hace su amigo.
Con la recepción amistosa de Agueybana, Juan Ponce de León y los españoles se establecen en la Isla.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Resumen cronológico de la Diócesis de Puerto Rico:
Introducción:
En 1511 se creó la diócesis de San Juan y fue nombrado Alonso Manso como primer obispo de la Isla. Don Alonso Manso fundó en la Isla el primer obispado católico de América.
De acuerdo con la bula, Romanus Pontifex, que dio vida al obispado, éste fue creado para predicar y enseñar la fe cristiana entre los amerindios.
http://repasopcmasumet.files.wordpre...zacic3b3n1.pdf
Cronología de la Diócesis de Puerto Rico:
1511: Se establece la Diócesis de Puerto Rico
1513: el obispo pone los pies en la diócesis.
1513-1585: fuerte trabajo de los obispos de Puerto Rico en la evangelización de las Islas de Boriquén y la Margarita. La cual da resultado.
1515: el obispo Manso tiene problemas con los indígenas y mestizos de la isla de San Juan. Desilusionado con la situación decide irse a España.
1519: A instancia de los ruegos del monarca el obispo decide regresar a su diócesis. Ese mismo año pide la anexión de las islas de Barlovento a la diócesis. Lo cual se le concede. Gran parte de las islas de Barlovento pasan a ser parte de la diócesis. Se crea la sección: Anexos del obispado de Puerto Rico.
1525: Las islas de Margarita, Coche y Cubagua pasan a ser parte de la diócesis.
1600: Ya los obispos tenían la Nueva Andalucía.
1600-1624: La isla de Trinidad es encomendada al obispado.
1624: Lo eclesiástico de la ciudad de Santo Tomé de Guayana fue dado al obispo.
1625: La Guayana es dada al Obispado de Puerto Rico.
1635-1648: Los obispos Fray Damián López de Haro y Alonso de Solís comienzan con la actividad misionera en la Nueva Andalucía.
1646: Llegada de los jesuitas a Guayana.
1650: Fernando Lobo de Castrillo con los capuchinos de Aragón y Franciscanos trabajan la Nueva Andalucía.
1687: el obispo Padilla y los capuchinos de Cataluña trabajan la Guayana.
1700-1792: fuerte actividad misionera en toda la diócesis. Durante este tiempo se fundan la mayoría de los pueblos de los actuales Puerto Rico y Oriente de Venezuela. También se fundan ciertos pueblos que hoy en día pertenecen a los estados Miranda y Guárico en Venezuela.
1767: Golpe duro a la diócesis: expulsión de la Compañía de Jesús.
1768: Cabruta se pierde a favor del obispado de Caracas.
1790: Se decreta la Bula de Desmembración de Puerto Rico.
1792: Se segregan los Anejos.
1792-1797: Fuerte proceso para la Isla y los antiguos anejos. Pobreza y anarquía.
1797: El obispo Zengotita enfrentará a los ingleses en la batalla de 1797.
1809-1814: El obispo Arizmendi entra en una lucha de poder con el gobernador Meléndez Bruna.
1809: El obispo de Puerto Rico entrega su anillo a Ramón Power y Giralt. Esto era un símbolo de que el Obispo depositaba su poder en Power y además le reforzaba sobre la gran responsabilidad que tenía.
1820-1823: Trienio Liberal. Los obispos se sienten traicionados por las Cortes las cuales quieren quitarles el poder de su jurisdicción.
1898: Con la llegada de los estadounidenses los obispos pierden el poder sobre la Isla. Su poder queda relegado al estrictamente religioso hasta hoy en día. Se seculariza toda la isla.
1908: Después de una gran batalla, el gobierno colonial americano le compra por 120,000 pesos a la Iglesia el cuartel de Ballajá y otras posesiones en la Isla.
1960: Fin de la diócesis de Puerto Rico, creandose así la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Puerto Rico antes de la Diócesis:
La isla se encuentra hundida en una
guerra civil por el control de ella.
Juan Ponce de Leon y otros nobles estaban
luchando contra Agueybana y otros caciques.
Los Colón gobernaban la Isla desde Santo
Domingo.
No había ningún tipo de organización
ni civil ni eclesiástica en lo que vendría
a ser Puerto Rico.
El rey Católico Don Fernando, cuya
inteligencia y sagacidad es de notar,
sabía que para evitar estas guerras
y poder pacificar a los indígenas
habría que encomendar a aquellos
indígenas y sus tierras a la Iglesia.
Durante varios años el rey católico
estuvo negociando con el Pontífice
para la creación de diócesis y la
medida del Patronato.
En 1511, se crea la Diócesis de Puerto Rico,
organismo que vendría a dar a luz a Puerto
Rico, a la mayoría del actual Oriente de
Venezuela y a varios pueblos más
occidentales. Puerto Rico nace jurídicamente,
es el documento de la Diócesis el primero
que menciona a San Juan como capital.
En 1512, llega el obispo Manso a la Isla,
con la llegada de Manso las rebeliones se irán
disminuyendo, los indígenas se congregarán
en pueblos llamados "curatos" y "parroquias".
Será el "curato y la "parroquia" el pueblo
fundacional por excelencia. De hecho,
la mayoría de los pueblos en Puerto Rico
empezaron como curatos y parroquias.
El mestizaje entre los indígenas, negros e hispanos
será tremendo, a nivel que después de 70 años de
la primera pisada de los hispanos los indígenas
puros eran muy pocos.
Ya después de establecida la paz, la gobernación
de Puerto Rico será afianzada durante ese siglo.
La Diócesis por diversas razones seguirá creciendo
pues grandes comarcas le serán encomendadas.
En 1519 se le encomiendan gran parte de las Islas
de Barlovento. En 1525 será encomendada la Isla
de Margarita, ya para los 1600's los obispos tenían
la Nueva Andalucía, para la tercera década del siglo
XVII se le encomendarán a la diócesis la Isla de
Trinidad y la vastísima Guayana. Con la Diócesis
comienza la labor misionera en esas regiones,
la cual dará a luz a la mayoría del actual Oriente
de Venezuela, junto a pueblos que hoy en día
son parte de los estados Guárico y Miranda
en la mentada república.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Cabruta se ha dudado, de a
qué Obispado deba pertenecer,
si al de Puerto Rico, o al de
Caracas; mirando la línea que
el Obispado de Puerto Rico
lleva, desde el mar, hasta el río
parece debe corresponder a
Caracas, asentado, que este
Obispado hace límites hasta el
río Orinoco.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Como la religión catolica es
esencialmente expansiva,
cada Obispo estaba y está
obligado á procurar á toda
costa atraer al seno de la
Iglesia los infieles colindantes
con el territorio de su Diócesis;
y todo lo que iba conquistando
por medio de los misioneros se
consideraba como de su Diócesis
y jurisdicción hasta tan£0 que el
Rey de España de acuerdo con la
Santa Sede, tuviese á bien erigir
nuevos obispados ó dividir los ya
existentes por ser demasiado
extensos 6 imposibles de gobernar
debidamente por un solo Prelado.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Despues,. «1 el año
de Ijs<5q. comentaron
dichos Padre* á cultivar.
los Indios dp.
Ja" Provincia de Cumana,
p?f feneciente al
Obispa.do de Poet to
Rico, donde desde
entonces hasta el
prelcnte año, han
redueidoa la Fe nías
de veinte mil almas.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
La Provincia de Cumaná,
aunque de cierta
importancia, no tiene
obispo residente, pues
junto con la del Orinoco,
depende, como hemos
dicho en otra parte,
de obispo de Puerto Rico,
que aunque está muy
lejos, algunas veces la visita.
Los obispados tienen
bajo su dependencia
ciudades, tierras, aldeas
y posesiones, comprenden
varios curatos erigidos
para beneficio espiritual
de los pueblos.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Hay en el Obispado
cuatro Misiones que
actualmente se ejercitan
en conversión e
instrucción de infieles: una
de Religiosos Observantes
de San Francisco de las
Provincias de España y se
llaman Misiones de Píritu, otra
de Religiosos de la Compañía de
Jesús que llaman de las Riberas
del Orinoco, otra de Religiosos
Capuchinos de la Provincia de
Cataluña y son las de Guayana,
otra de Religiosos Capuchinos
de la Provincia de Aragón
(Provincia de Cumaná) ...
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Misiones del Obispado de Puerto Rico: siglo XVIII:
Misiones que componen el Obispado:
Misiones Capuchinas de Cumaná: estas misiones compusieron la mayoría de los actuales estados Sucre y Monagas en la actual república de Venezuela.
Misiones Franciscanas de Píritu:
Estas misiones compusieron casi en su totalidad el actual estado Anzoátegui, también en la actual Venezuela.
Misiones del Alto Orinoco y Rio Negro: estas misiones pertenecían a la Compañía de Jesús y componían gran parte de la actual Guayana venezolana
Misiones de Atures y Maypures:
Estas misiones también eran de jesuitas y estaban en Guayana
Misiones Capuchinas Catalanas:
Componían un vastísimo territorio en la Guayana y estaban a cargo de los capuchinos de la Provincia de Cataluña.
Decía el obispo de Puerto Rico lo siguiente:
"Hay en el Obispado cuatro Misiones que actualmente se ejercitan en conversión e
instrucción de infieles: una de Religiosos Observantes de San Francisco de las
Provincias de España y se llaman Misiones de Píritu, otra de Religiosos de la Compañía de Jesús que llaman de las Riberas del Orinoco, otra de Religiosos Capuchinos de la Provincia de
Cataluña y son las de Guayana, otra de Religiosos Capuchinos de la Provincia de Aragón..."
Las Misiones se consideraban parte integral de la Diócesis de Puerto Rico, decía fray Antonio Caulin:
"Señor: La obligación de indigno prelado, delegado de estas santas
conversiones de Píritu,2 me precisa a dar cuenta a Vuestra Majestad de las operaciones de el obispo de esta diócesis de San Juan de Puerto Rico,"
Se titulaba el Obispo como "gobernador de la
ciudad de San Juan
Bautista de Puerto
Rico y sus anexos"
También se decía:
"Y llegando a Cumaná, principio del obispado, comenzó a hacer el oficio de
gobernador allí y en la nueva iglesia e isla Margarita, e hizo
dos iglesias por la necesidad que había en ellas para los españoles..."
Un autor hablo de la iglesia de una de las Misiones diciendo así:
Su iglesia es la más primorosa de todas las Misiones del Obispado de Puerto Rico
; goza de una hacienda de cacao que tiene en el valle de Cúpira, que todos los
años asciende su producto libre a doscientos pesos, ...
Otro texto:
satisfecho de fu gran zelo,de orden de fu Consejo de Indias, fe les entregó la Conquista Espiritual, y Mission de los Indios Infieles de la Isla de la Trinidad, y Provincia de Guayana, que pertenecen al Obispado de Puerto Rico, desde el año de 1687. donde comenta» ron á trabajar en aquel Barbaro Gentío, y aunque á costa de grandes trabajos.y continuas penalidades.con bastante felicidad. Y tal, que hasta este presente año de 1702. según consta de los Libros de dicha Mission,pastan de cinco mi 1 las Almas que han bautizado,de las quales mas de dos mil(entre parbulos, y adultos)han muerto, y salido dcste Mundo con la prevencion de los Santos Sacramentos, por aver padecido varias epidemias, y enfermedades, y otros accidentes fatales.
Continuará...
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
»Eran, pues, las misiones y
reducciones asunto que la
Corona y el Consejo de Indias
gobernaban directamente por
conducto de los arzobispos y
obispos, de las órdenes
religiosas y de las autoridades
locales, sirviéndose de las más
inmediatas, sin consideración
alguna á la demarcación
territorial de las entidades
políticas y administrativas de
la colonia, como que tenian
un régimen independiente y
se administraban en parajes
desiertos, donde sólo ellas
existían.»
Contestación de Venezuela al alegato de Colombia - Venezuela, Julián Viso - Google Books
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
y servicio de las misiones
que éstos tienen en la
provincia de Guayana,
aneja a este obispado de
Puerto Rico,
Superintendente de
las islas y provincias
anejas a esta diócesis,
en las que está
comprendida la de
Guayana,
«Señor: A este obispado de
Puerto Rico están adjudicadas
por encomienda las provincias
de Cumaná y las
islas de la Margarita y
Trinidad,
y ahora el dicho obispo, en
carta que me escribió el 15 de
marzo de 1624, refiere que a
aquel obispado están adjudicadas
por encomienda las provincias de
Cumaná y la isla Margarita y la de la
Trinidad,
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Reitera el Rey en
ese comunicado que
«nuestra voluntad»
es que «tengáis por
vuestro anexo» la
provincia de Cumaná.
Esta Mission es de indios nuevamente
reducidos, que aún son Genriles los
más dellos pero pacificos; por el Oriente
confronta con el Pueblo de Encaramada
del Obispado de Puerto Rico, al otro lado
al Sur del Rio Orinoco, distante 40 leguas
Al oriente confronta con el pueblo
de San Diego de Cabrutica, del
obispado de Puerto Rico, distante
diez y seis leguas al poniente con
la nueva parroquia de Santa Rita del
vicariato de Calabozo, distante
treinta leguas; al norte, con el
obispo de la iglesia catedral de la isla
de San Juan de Puerto Rico, pudiese
gozar de los frutos de la provincia de
Cumaná e isla Margarita por 4 años,
como se había hecho a sus antecesores,
por estarle encomendadas por
cercanía las dichas provincias [.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
catedral de San Iuan de Puerto Rico,
de mi Consejo: Con motivo de haber
visto en el de las Indias dos relaciones
formadas por el marqués de San Felipe
y Santiago, gobernador interino que fue
de la provincia de Cumaná, en esa
diócesis,
El obispo Pedro Martínez de
Oneca, el obispado de Puerto Rico,
afirmaba, «ser por mar y tierra el más
extenso territorio que hay en la América
y en toda la universal Iglesia y aún no
tiene límites, pues todo lo que se conquiste
a la banda del sur del Orinoco se agregará
a él»2.
Capitulo 5. de la Isla Margarita
del distrito del Obispado de
Puertorico, y de su descripcion,
y otras cosas. Capitulo 6. de la
entrada, que hizo, en esta isla,
y ciudad el tirano Lope de aguirre,
y del modo como se pescan las perlas.
Es posible que ia noticia de
todo esto, y el hecho de no
haber sido nunca visitada esa
parte de los Anejos, determinara
a Pizarra en su intervención,
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
procelosa y piratas que la reforma
de mis ovejas, restablecer la paz
en estas provincias anexas — la
que totalmente se hallaba alterada,
de que resultaba una común congoja
— pasé a las provincias anexas y
llegué a ésta de la Margarita, ...
en ello en el nuestro Consejo
de las Indias, ha parecido que
la pidáis vos hacer con más
comodidad y brevedad, os ruego
y encargo que tengáis por cercanía
de vuestro obispado a las dichas
provincias de Cumaná y Nueva
Córdoba y la isla Margarita
Está debajo de la dirección de
un Gobernador y Capitán General
que reside en la ciudad de Cumaná,
capital de la provincia, que es del
Obispado de Puerto Rico, y del distrito
de la Audiencia de Santo Domingo.
por haberlos bautizado
un Obispo de Puerto Rico,
a cuya Diócesis pertenece
Cumaná con todas sus
provincias.
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Re: Textos antiguos de la diócesis de Puerto Rico
Presencié un caso de hecho, que
me aseguró apelaban á las
máximas de su gobierno interior
para dar salida á él. El Obispo de
Puerto Rico anterior al que hoy gobierna
aquella Yglesia llevado de su celo
apostólico y de su santidad conocida,
atravesó la Mar para visitar las Provincias
de Cumaná, Guayana y Orinoco.
Como Orinoco es tan dilatado que
parte términos con las Mitras de Puerto Rico,
Carácas y Santa Fé, hay un pueblo de Misión
que se llama Encaramada, que sin disputa
perteneeo á Puerto-Rico. El Santo Prelado que
visitaba, adelantó sus Cartas Pastorales al
Superior de Orinoco para que le preparasen la
visita, y en efecto Don José de Yturriaga, y yo
acudimos al Obispo con lanchas, y lo necesario
para navegar el Rio, y el Superior de las Misiones
fue á encoutrarlo al pueblo de Cabruta.
En Encaramada era Misionero el Padre José Gili, que
distaba de Cabruta medio dia de navegación. Llegó el
Obispo á tal pueblo y encontró cerrada la Yglesia y el
Padre á caballo por los campos. Sentóse el Obispo á la
puerta y tuvo que esperarle más de dos horas mientras
le buscaban. Vino y abrió su Yglesia, como para un
particular, y el Santo Obispo se explicó con modestia
pero con energía.
Este es un caso que pudo ser casual, pero prueba el
poco cui. dado que tomó el Misionero á la visita del
Obispo, mayormente cuando era el primer Prelado que
hacia tal visita, de cuya resulta y trabajos que padeció
en ella murió á la vuelta á su Obispado, pero yo
(confieso mi malicia) lo tuve á ¿caso muy pensado
porque traté mucho al dicho Padre Gili y conoció su
taleuto unido a las máximas de su Religión.