LOS CHOQUEHUANCA, UNA FAMILIA CACICAL PERUANA (ALTOPERUANA) VINCULADA AL PODER DESDE TIEMPOS REYNO DEL PERU Y EL IMPERIO ESPAÑOL Y AÚN MÁS ATRÁS EN EL TIEMPO.
Los Choquehuanca se destacaron por su fidelidad a la Corona y al Reyno, al punto que en la gran rebelión de Túpac Amaru (José Gabriel Condorcanqui), esta familia contribuyó militarmente a su derrota con bienes y personas. “En Azángaro Anansaya (alrededor del lago Titicaca), los Choquehuanca sostenían haber ocupado el cacicazgo desde la época del dominio inca. SMC El Rey Don Carlos I de Castilla y León había reconocido a un hijo de Huayna Cápac como cacique, y gracias a su matrimonio con un linaje dominante de Azángaro el cargo pasó a los Choquehuanca por TRESCIENTOS años. […] Estructuralmente, las diferencias principales en la organización del dominio cacical entre la cuenca del Titicaca y la región inca era la presencia de dinastías bien establecidas en los caci...cazgos principales de las grandes comunidades, y una división más clara entre ellos y la elite local secundaria. El dominio de los Choquehuanca sobre Azángaro Anansaya hizo de esta familia una de las más ricas del Reyno de Perú y una de las más poderosas -indias o/y una de las más poderosas -indias o españolas- entre el Cuzco y La Paz. […] El Patrimonio de Don Diego Choquehuanca, el cacique de Azángaro Anansaya, resulta ilustrativo. Los Choquehuanca habían gobernado esta gran comunidad desde los tiempos de la conquista. A su muerte, en 1792, Diego era uno de los hombres más poderosos alrededor del lago Titicaca. Su casa de dos pisos era digna de un corregidor, con sus once habitaciones, sus dos patios y dos cocinas. Por su mobiliario, parecía ser más una mansión aristocrática del lejano Cuzco que la choza de tres habitaciones de un tributario próspero. Diego tenía una cama con todos sus accesorios, casi doce pinturas (diez de ellas con marcos dorados), media docena de estatuas de santos, varias mesas, sillas y escaños, dos alfombras y cuatro puertas de madera. Dejó seis baúles de ropa, de la más asombrosa variedad: vestimentas europeas y andinas de terciopelo, brocado, lana y alpaca, bordados con hilos de oro y plata. Tenía también 16 libras de plata labrada y dos libras de oro en diversas formas; el resto de sus alhajas habían sido entregadas como garantía de un préstamo de 300 pesos. Sobre todo tenía ganado: más de 14.000 ovejas en varias estancias, por un valor de 14.000 pesos.” -David T. Garret en “Sombras del Imperio - La nobleza indígena del Cuzco, 1750-1825”.

Saludos en Xto Rex et Maria Regina
Pro Deo Patria et Rex
No se ama lo que no se conoce