Los Motines y a 192 años de la Separación
El Perú ciertamente no quiso separarse del Reino de España con el cual formaban una sola unidad y nación de la que era una “Provincia de Ultramar” desde 1812; esta condición marcaria el temor de los separatistas del Sur exvirreynato del Rio de la Plata convertido en una república “Provincias Unidas del Rio de la Plata” desde 1816 y los separatistas del norte exvirreynato de Nueva Granada convertido en una república la “Gran Colombia” desde 1819, el gran temor de estas dos Repúblicas ya creadas y separadas del Reino de España, era que pasado el gran caos de la invasión de los franceses napoleónicos en el año 1808 y la guerra de Independencia y la liberación en la península año de 1814, el “Reino de España” se consolidase política, soberana y militarmente y que desde el Perú saliera el “Ejercito Real del Perú” en expediciones punitivas para recuperar y reincorporar al Reino a los dos estados rebeldes y separatistas; estos estados se mantenían bajo el poder de cierta parte de las elites que habían tomado el control aprovechándose del caos con la ayuda de los ingleses y de los Estados Unidos de Norte América y el accionar de las logias masónicas; estas elites estaban compuesta por comerciantes y hacendados de tendencia liberal y casi siempre masones, la nobleza y el pueblo no eran muy participes de estas rebeliones, pues se mantenían fieles al Reino y al Rey y en la mayoría de casos fueron obligados a la fuerza y brutalmente a aceptar estas separaciones, caso contrario eran perseguidos y asesinados.
Realmente el quiebre de la tranquilidad política de la Monarquía Hispana, sus Reinos y Provincias fue la corriente Liberal introducida en el Reino Hispano por los acontecimientos en francia la revolución de 1789 y sus ideas, también tuvo su parte la separación de las 13 colonias inglesas en el norte de América 1775-1783 y las ideas e ideales masónicos que conquistaron a muchos políticos y militares del Imperio Hispano, en especial a los militares como veremos líneas abajo; entonces podemos apreciar que las logias masónicas actuaron con un plan muy bien concebido desde 1799 "Plan Maitland" por la corona inglesa para quebrar a nuestro Imperio, diseñaron un plan para separar las provincias y los Reinos de la Monarquía Hispana en América y conquistar el mercado que se repartió finalmente entre Inglaterra y los estados unidos de américa.
Durante cientos de años el Palacio de Gobierno en Lima era el símbolo del poder del Rey y nadie en la Provincia de Ultramar del Perú podía concebir que pudiera derrocarse al Virrey o Jefe Político Superior, su representante, pero sucedió, una parte de los Oficiales Liberales del Ejercito Real del Perú que era parte del Ejercito Nacional del Reino de España se levantaron contra el Virrey Don Joaquín de la Pezuela Griñán y Sánchez Muñoz de Velasco Marqués de Viluma trigésimo sexto Virrey del Perú (7 de Julio de 1816 - 29 de Enero de 1821). Noble y Realista Fidelista, obligándolo a renunciar en la hacienda Aznapuquio, los amotinados le encargaron la dirección de la guerra al Oficial de mayor graduación que era el General Don José de la Serna e Hinojosa Conde de los Andes (Liberal Constitucionalista y Fidelista) este Motín se dio en 29 de Enero de 1821.
Tras desembarcar e invadir territorio del Reino de España en Pisco (Paracas) el 8 de Septiembre de 1820 el General separatista, Liberal y masón José de San Martin con sus tropas pertenecientes a la República de las Provincias Unidas de la Plata compuesta por rio platenses, ingleses, francesas y de otras nacionalidades se establecieron en Paracas, San Martín se desplazo posteriormente al norte por mar hacia el pueblo de Huarmey donde se instalo.
El Virrey Don Joaquín de la Pezuela movió sus tropas a Aznapuquio y ubicó al Ejercito Real del Perú en la zona comprendida entre las actuales avenidas Los Alisos, Canta Callao y el cerro Mulería.
Ya habían llegado a Lima las noticias de la insurrección del General Rafael del Riego en las Cabezas de San Juan (Sevilla el 1 de enero de 1820) Liberal y Constitucionalista masón sobornado por los ingleses, que obligo al Rey SMC Don Fernando VII a aceptar una Monarquía Constitucional e impidió la salida de 20,000 tropas para apoyar a las Provincias de Ultramar en América y restablecer el orden, esta traición lamentablemente animaría a los militares Liberales en la Provincia de Ultramar del Perú y a los separatistas Bolívar y San Martin a continuar con sus planes.
El General Don José de la Serna Jefe del Ejercito Real del Perú había liderado al grupo de oficiales Liberales Constitucionalistas y Fidelistas que emitieron la “Intimidación de Aznapuquio”, argumentando que al mantener al Ejercito Real del Perú del Sur, en el Alto Perú y el Cuzco, el Virrey Don Joaquín de la Pezuela estaba creando las condiciones para su capitulación, parece que este insurrección fue en realidad un pretexto, se trato de un movimiento Liberal y por ello, tras la proclama y renuncia del Virrey, el jefe político superior General Don José de la Serna fue reconocido por el nuevo gobierno constitucional del Reino en la Península. Por orden de este se entrevistó el 25 de Septiembre de 1820 con el General rebelde y separatista José de San Martín en la hacienda Punchauca (Hoy Carabayllo) conminándolo a aceptar la constitución de 1812, a lo que San Martin se negó, acto seguido el General de la Serna abandonó Lima partiendo hacia el Cuzco el 6 de Junio de 1821, ¿Por qué abandono la capital de la Provincia de Ultramar del Perú? Es un misterio, pero dejo la plaza a cargo del General José Domingo de la Mar y Cortázar liberal y masón, quien curiosamente 1 año después sería primer jefe de la junta de gobierno independiente.
¿Hubo un acuerdo de tregua entre la Serna y San Martín?; Ambos habían combatido juntos en el Ejército Nacional, contra napoleón en la península en la guerra de Independencia, consecuentemente se conocían ¿eran ambos hermanos masones? ¿Por qué se negó de la Serna a atacar a San Martín en 1817, antes de que llegara a la Capitanía de Chile?.
El motín de Aznapuquio, en esencia, enfrento a los Oficiales miembros del Ejército Nacional del Reino de España (Ejercito Real del Perú) Liberales Constitucionalistas y Fidelista contra los Oficiales Realistas Absolutistas y Fidelistas, todo era un caos y una falta monolítica de unidad por la Patria, lo menos que se esperaba de los militares era y es su entrega por el Reino y la Nación y su defensa.
En los tres años siguientes 1821,1822 y 1823 las expediciones del ejército invasor de “Las provincias Unidas de la Plata” a Ica, Torata y al Alto Perú encabezadas por el General Santa Cruz masón, liberal y separatista y sus seguidores generales Gamarra, Alvarado y Antonio José de Sucre todos liberales, fueron desbaratadas todas por el Ejercito Real del Perú al mando del General Don José de la Serna. San Martin comprendió que el Perú no quería separarse y abandono esta tierra ya falto de recursos económicos y con grandes pérdidas de tropas y oficiales., pero antes se entrevisto con su hermano masón y separatista Bolívar en Guayaquil para confesarle su fracaso, Bolívar le aseguro la continuidad de la guerra y San Martin se retiro a Buenos Aires.
Al llegar la invasión de las tropas extrajeras gran colombianas comandadas por el General Simón Bolívar liberal, separatista y masón compuesta por gran colombianos, ingleses, franceses, prusianos, flandeses, la situación era completamente favorable para el Ejercito Real del Perú, que era lo mismo que Ejercito Nacional del Reino de España, fue en ese momento cuando en la Península se retorna al absolutismo, los Jefes liberales del Ejercito Real del Perú mantuvieron la calma y sobre todo la defensa del Reino y de la Patria a pesar de ser Liberales Constitucionalistas al mando del General Don José de la Serna, pero lamentablemente el Ejercito Real del Perú del Sur con el General Realista y Fidelista (Absolutista) Don Pedro Antonio de Olañeta Marquiegui se sublevo con 5,000 tropas desconociendo la autoridad del Jefe superior político Liberal General Don José de la Serna y lo ataca por la retaguardia, esta acción debilito física y moralmente al Ejercito Real del Perú y abrió el camino para la victoria de las fuerzas invasoras en la batalla de Ayacucho.
Ante el descalabro de Ayacucho asume inmediatamente el mando de la Provincia de Ultramar del Perú el Mariscal de Campo Arequipeño Realista y Fidelista Don Pio Tristán y Moscoso del 16 al 24 de Diciembre de 1824 nombrado por la Real Audiencia de Cuzco, ante los hechos consumados y la imposibilidad militar y económica de continuar la defensa de la Provincia de Ultramar del Perú y para evitar más derramamiento de sangre y caos, se vio obligado por los hechos a aceptar la capitulación de Ayacucho impuesta por el ejército invasor gran colombiano , organizando la transición y el traspaso de poderes a los invasores gran colombianos encabezados por Bolívar, no obstante ante este hecho el Perú se resistía a entregarse a los usurpadores de la Patria, allí están los ejemplos heroicos del General Don José Ramón Rodil y Campillo Marqués de Rodil y Vizconde de Previo de Trobo, quien con sus tropas y población del Callao se negó a reconocer la capitulación de Ayacucho en la esperanza de recibir refuerzos de la península, así pues la fortaleza del Real Felipe se mantuvo fiel al Reino hasta el 22 de Enero de 1826, obligado por las circunstancias capitulo ante el General Bartolomé Salomón quien dirigía el asedio de el ejercito gran colombiano invasor y separatista, retirándose a la Península con los Regimientos Real de Lima y Real de Arequipa, ante estos hechos aun el Perú se negaba a aceptar la república y el último bastión de la Patria se alzo en su defensa allí está el ejemplo de las poblaciones de la sierra es decir el pueblo Quechua con el General de Brigada del Ejército Real del Perú José Antonio Navala Huachaca, quien con el pueblo Ayacuchano, Huantino y Criollos fieles al Reino y con 4,000 tropas opusieron Heroica resistencia a los independentistas desde Marzo de 1825 al 15 de Noviembre de 1839.
En su capitulación manifestó: "Ustedes son más bien los usurpadores de Religión, Corona y Suelo Patrio... ¿Qué se ha obtenido de vosotros durante...vuestro poder? La tiranía, el desconsuelo y la ruina en un Reino que fue tan generoso. ¿Qué habitante, sea rico o pobre, no se queja hoy? ¿En qué recae la responsabilidad de los crímenes? Nosotros no cargamos semejante tiranía."-Antonio Navala Huachaca
Los amotinados de Aznapuquio Liberales Constitucionalistas y Fidelistas habían contribuido, sin imaginarlo, a que cuatro años después se perdiera lamentablemente parte de la Provincia de Ultramar del Perú 1824 y el resto cayó en manos de los republicanos en 1839.
En la vida, como en la historia quien divide, pierde, la confrontación entre Liberales Constitucionalista y Fidelistas con los Absolutistas y Fidelistas civiles y militares dividió profundamente al Reino y lo llevo casi al borde de la desintegración de la cual con el esfuerzo de nosotros los Hispanos será rescatada para cumplir su destino.
Las guerras mal llamadas de independencia fueron en realidad guerras civiles entre Liberales y Absolutistas que duraron 17 años, en ese tiempo desde la península solo se enviaron 40,000 tropas a los territorios comprendidos desde la Alta California y Río de la Plata.
En este terrible proceso de destrucción hubo mucha resistencia porque la mayoría de la población no quería separarse de la Patria (Reino de España), incluso los nativos autóctonos sabían que el Rey era su defensor, mientras que los criollos sus enemigos, tan enemigos que lo primero que hicieron fue quitarle sus tierras y posiciones y sacarlas a remate, y fueron adquiridas por los criollos republicanos y desde entonces estos nativos no volvieron a levantar cabeza.
El Sabio Alexander Von Humboldt en sus recorridos por las mayorías de los Virreinatos de América en los primeros años del siglo XIX, no registra en sus escritos ningún movimiento secesionista, más bien dijo que nunca había visto gente tan contenta y feliz, las revueltas se plantean a partir de 1808.
Concordia parvae res crescunt, discordia maximae dilabuntur
“El separatismo ignora u olvida la realidad de España. Desconoce que España es, sobre todo, una gran unidad de destino. Los separatistas se fijan en si hablan lengua propia, en si tienen características raciales propias, en si su comarca presenta clima propio o especial fisonomía topográfica. Pero, habrá que repetirlo siempre, una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio, es una unidad de destino en lo universal. Esa unidad de destino se llamó y se llama España. Bajo el signo de España cumplieron su destino, unidos en lo universal, los pueblos que la integran y los que la integraron. Nada puede justificar que esa magnífica unidad, creadora de un mundo, se rompa.”
Fuentes:
-Sr. Herbert Morote Historiador Lambayecano Peruano
-Sr. Dr. Enrique Chirinos Soto Historiador Limense Peruano
-Sr. Dr. Pablo Eduardo Victoria Wilches Colombiano
-Alexander Von Humboldt Berlines
Saludos Xto Rex et Maria Regina
Pro Deo Patria et Rex
No se ama lo que no se conoce
Última edición por El Tercio de Lima; 16/07/2013 a las 02:45
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