CAUDILLOS CUBANOS Y SU REMOTO ORIGEN EN TORREDONJIMENO
LOS "MÁRMOL" Y LOS AVATARES DE LA INDEPENDENCIA CUBANA
Por Manuel Fernández Espinosa
CAUDILLOS DE LA REBELIÓN INDEPENDENTISTA CUBANA
Torredonjimeno intervino muy pronto en los avatares del Nuevo Mundo. Fue descubrir Colón lo que todavía no se llamaba Ámérica y ya por entonces daría guerra un hidalgüelo tosiriano, llamado Francisco Roldán. Roldán cobraría fama (muy mala fama, por cierto) por haber acompañado a Colón a Iberoamérica y, una vez allí, haberse enfrentado con la familia de Colón, por varias razones, y hasta parece que nuestro paisano llegó a establecer temporalmente lo que alguien ha llamado por ahí "primera república bananera" en América. Empero, a lo largo de los siglos, Torredonjimeno vería cómo muchos de sus nativos irían a labrarse una mejor vida al Nuevo Mundo, haciendo lo que se llamaban las Américas: soldados, oidores de la Audiencia, misioneros franciscanos, indianos, peruleros, emigrantes... Los tosirianos tenemos familiares en la otra orilla del Atlántico: no en vano llamamos pueblos hermanos a las naciones hispanoamericanas.
Con el presente artículo se dará constancia de que, además de haber intervenido en los albores de Hispanoamérica, hombres de Torredonjimeno siguieron estando presentes en las postrimerías de la soberanía española en la América Hispana... Lo veremos a continuación, si el amable lector me acompaña en este viaje al pasado.
CONTRA ESPAÑA EN LA DEMAJAGUA
En las segunda mitad del siglo XIX era La Demajagua una finca, a 13 kilómetros de la ciudad de Manzanillo, actual provincia de Granma (Cuba). La familia Céspedes la había adquirido el año 1866, convertida hacía tiempo en un ingenio azucarero que había levantado un industrioso catalán llamado José Plá, allá por el año 1851. Con mucha justicia, este lugar es considerado como la cuna de la independencia cubana, pues en La Demajagua fue donde los líderes secesionistas cubanos proclamaron, en la noche del 9 al 10 de octubre de 1868, el llamado "Grito de Yara". Con el "Grito de Yara" se iniciaba la primera guerra de independencia cubana contra España, conflicto armado que se prolongaría durante diez años, desde 1868 a 1878, cerrándose en falso con la llamada Paz de Zanjón. Entre los cabecillas más notables de esta rebelión cubana no faltaba algunos vinculados a Torredonjimeno. Los principales conspiradores que se alzaron contra España fueron Carlos Manuel de Céspedes, propietario de La Demajagua, Manuel Quesada y Donato Mármol Tamayo, entre otros muchos. Vamos a tratar sobre Donato Mármol y Tamayo.
DONATO MÁRMOL Y TAMAYO
Donato Mármol y Tamayo nació el 14 de febrero de 1843 en Santiago de Cuba y era hijo legítimo del capitán Don José Raimundo Mármol y Valdés de Yarza y su legítima esposa Doña Clotilde Tamayo y Cisneros (natural de Bayamo, en Cuba). El matrimonio Mármol y Tamayo tuvo muchos hijos (entre ellos a dos generales que desempeñarían importante papel en la guerra cubana contra España: Leonardo Adolfo y Donato). El padre de Donato, Raimundo del Mármol, había nacido el 14 de marzo de 1803 en Venezuela, donde su padre -y a su vez abuelo de Donato- había sido Teniente Coronel del Ejército de Su Católica Majestad el Rey de España. El padre de Raimundo y abuelo, por lo tanto, del líder independentista cubano, se llamaba D. Francisco Mármol y era originario de Torredonjimeno, habiéndose casado en Caracas con la venezolana Doña Josefa Valdés de Yarza.
Donato estudió en Santiago de Cuba y en el Seminario Conciliar San Basilio El Magno, institución fundada el año 1722 en Santiago de Cuba por el Obispo Jerónimo de Nosti y Valdés (1646-1729), más tarde convertido en Universidad de Oriente. Pronto se dedicaría a sus propiedades como terrateniente isleño que era, en la Hacienda de Santa Teresa. Donato realizaría viajes a España, Francia y República Dominicana. En 1862 falleció su padre Raimundo. Doña Clotilde Tamayo y Cisneros era, como llevamos dicho, natural de Bayamo, localidad que sería foco de conspiradores, como el mismo amigo y pariente de Donato Mármol, D. Francisco Vicente Aguilera y Tamayo (2821-1877). Un detenido estudio genealógico demostraría que todos los conspiradores independentistas estaban estrechamente relacionados consanguineamente, familia de Donato Mármol sería también, D. Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía (1828-1914) que, sucediendo a Carlos Manuel de Céspedes, vendría a ser presidente de la Republica de Cuba en Armas desde el año 1873 a 1875.
Tres días después del "Grito de Yara", Donato Mármol tomaba por las armas los poblados de Santa Rita, Jiguaní y Baire. Céspedes le extendió el grado de General y hacía Jefe del Estado Mayor de los rebeldes al dominicano Máximo Gómez. Mármol auxiliaría a Máximo Gómez en el combate de Ventas del Pino. Se enfrentó al General Blas Villate y de la Hera, II Conde de Valmaseda, del ejército español, en Las Tunas cuando las tropas españolas se dirigían a la reconquista de Bayamo. Mármol no pudo contener el avance español e incendió, como hizo el vecindario bayamés, la casa que poseía su familia en Bayamo, para evitar que cayera en manos de las tropas españolas. Sin embargo, Donato Mármol derrotará al Coronel Quirós en Baire, ocasionándole muchas bajas al ejército leal a España. Parece que hubo un momento en que Donato Mármol quiso asumir poderes dictatoriales, pero el persuasivo pariente suyo, más arriba mencionado, D. Francisco Vicente Aguilera, lo convence para que desista y siga bajo las órdenes de Céspedes.
Mármol llegaría a ser Jefe del Distrito Cuba (con las regiones de Santiago de Cuba, Guantánamo y Jiguaní bajo su mando), organizó la División Cuba, que más tarde sería mandada por Máximo Gómez y Antonio Maceo. Finalmente, cuando Donato Mármol planeaba la invasión de Guantánamo, Donato Mármol murió, muy joven, a resultas de fiebre cerebral, el 20 de noviembre de 1870. Tenía 26 años de edad.
OTROS FAMILIARES DE DONATO MÁRMOL INVOLUCRADOS EN EL ALZAMIENTO
El hermano de Donato, el General Leonardo Adolfo Mármol y Tamayo (1836-1886) continuaría la guerra hasta que capituló el 29 de mayo de 1878, en Santiago de Cuba.
El primo de ambos, Eduardo Mármol Ballagas (1823-1871), también destacaría en la rebelión contra España, como General de Brigada, y que combatió encuadrado en las fuerzas del Ejército Mambí de su primo Donato, mucho más joven que él. Y acompañó a su primo Donato en el frustrado asalto de La Habana que fue bloqueado por los españoles en El Salado el 8 de enero de 1869. Eduardo Mármol fue nuevamente derrotado cuando, con las tropas del Mayor General norteamericano Thomas Jordan, los rebeldes intentaron infructuosamente atacar el fuerte La Cuaba. Eduardo sería capturado por el Ejército Español y fusilado en Júcaro el año 1871.
CONCLUSIONES
La Guerra de los Diez Años, en la que participaron tan notablemente estos americanos (descendientes de tosirianos), no logró la independencia de Cuba, pero sí que fue el fruto envenenado de una lenta y perseverante labor conspirativa, realizada en las reuniones clandestinas tenidas en el seno de las logias masónicas. La masonería se había establecido en Cuba de la mano de las tropas británicas, cuando estas ocuparon brevemente la isla, desde el año 1762 a 1763. Cuando los británicos abandonaron Cuba, ya habían dejado larvado lo que más tarde brotaría, cada vez con mayor virulencia: el odio a la católica España. La ruptura de Cuba con España no podría ser explicada sin más recurriendo a la historia visible (esa de los gestos políticos y las batallas campales), hubo una labor de zapa silenciosa llevada a cabo en el secreto de las logias, como se hizo en las sociedades secretas y conspirativas "Soles y Rayos de Bolívar" (año 1821), en "La Gran Legión del Águila Negra" (año 1829) o bien recordemos que, de manera más explícita y manifiesta, conspicuos masones cubanos (tal el caso de Narciso López en el año 1851 y el de Ramón Pintó, en 1855) habían dado pasos para intentar que Estados Unidos de Norteamérica se anexionara la isla y así escapar de la jurisdicción española. Todo esto no podría entenderse sin la inspiración de la masonería que siempre mantuvo una rabiosa animadversión contra España, con tanto empeño como ponía contra la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Más arriba hemos aludido a las conexiones -familiares, consanguíneas, paisanescas- de los principales cabecillas de la revolución cubana del año 1869: la familia que nos concierne, la de los Mármol, que sobresalió en los sucesos políticos y militares, era descendiente de tosirianos y, por la madre de Donato, estaba emparentada con los Tamayo y los Cisneros. Podemos decir, así pues, que fueron los clanes oligárquicos de Bayamo -y otras localidades implicadas en el alzamiento independentista- los que, en último término, planificaron y promovieron la revolución que, por más tintes nacionalistas que alegaran y pretextos emancipatorios, no fue otra cosa que la intentona de desligarse de España y establecerse como única e indiscutible instancia de poder. La extracción social de la mayor parte de los líderes secesionistas cubanos indica que todo fue una conspiración que, pese a invocar el patriotismo, no buscaba otra cosa que afianzar el poder político y económico de la oligarquía isleña, a la vez que, renegando de sus orígenes españoles, rompía con España.
Aprovecharon para ello el año 1868 que fue especialmente traumático para España: los independentistas cubanos se alzaron contra España a principios del mes de octubre, recordemos que a mediados del mes de septiembre los revolucionarios españoles también se habían alzado en la Península Ibérica, estallando así la llamada Revolución Gloriosa que en poco tiempo lograría que Isabel II tuviera que exiliarse e inaugurándose así el convulso Sexenio Revolucionario". La Guerra de los Diez Años (también llamada Guerra Grande) sería, como decimos, la primera de las fases de un proceso de ruptura de Cuba con España, proceso revolucionario que culminaría con la intervención de Estados Unidos de Norteamérica y con el desastre del 98, producido en la Guerra Hispano-Norteamericana (1898).
Por último (y queda para ser desarrollado en otra ocasión), digamos que el sobrino de Donato Mármol y Tamayo (hijo de una de las hermanas de Donato) fue D. Fernando Tarrida del Mármol (1861-1915).
Fernando Tarrida del Mármol nació en La Habana, pero siendo niño la familia regresó a España para instalarse en Sitges. Durante su juventud militó en el republicanismo federal, pero a los 18 años se convirtió en anarquista, fascinado por la personalidad y la doctrina de Anselmo Lorenzo. Estudió ingeniería y fue profesor de la Escuela Politécnica de Barcelona. También colaboró estrechamente con Francisco Ferrer Guardia y la llamada "Escuela Moderna". Tarrida del Mármol conoció a los líderes internacionalistas del anarquismo, como fueron el ruso Pedro Kropotkin y el italiano Enrique Malatesta. Tarrida del Mármol es uno de los ideólogos anarquistas más importantes del panorama español, además de ser un eficaz publicista del anarquismo a través de sus colaboraciones periodísticas en los más diversos medios: como fueron las revistas españolas ACRACIA y LA REVISTA BLANCA o los periódicos franceses LA DÈPECHE, L'INTRANSIGEANT o LE TEMPS; o bien, ingleses (DAILY MAIL, Londres).
Murió el año 1915 en el exilio, al que se había visto obligado a marchar el año 1896.
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En este artículo faltaríamos a la gratitud si no agradeciéramos en justicia la noticia que tuvimos de estos Mármol en América: primero, al investigador José Carlos Gutiérrez Pérez y, segundo, al amigo cubano Francisco Escobar, que por su amplísima cultura tanto nos ayudó a comprender las claves de toda esta Historia compartida entre dos pueblos hermanos: Cuba y España.
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