Gracias a Dios he podido participar de la Cabalgata como cabalgante.
Fue realmente magnífico.
El capellán y todos los cabalgantes mantuvieron un espíritu, una camaradería y un compañerismo estupendos.
El marco geográfico fue imponente, con subidas a más de 2.500 metros de altura y bajadas por estrechísimos desfiladeros, con mayúsculos precipicios de más de mil metros de profundidad... con paisajes maravillosos.
No faltaron los fogones, con sabrosos asados, reponedores vinos, guitarras, bombos y cantos, todo en fraternal ágape.
Como es habitual la Santa Misa con el rito bimilenario, las profundas, sentidas, y enriquecedoras homilíadas del Capellán, un mexicano con espíritu Cristero!
Allí se palpa la unidad en la Fe, la comunidad de ideales Hispánicos, y la amistad entre los cabalgantes.
Presiden la Cruz, la imagen de la Santísima Virgen y las queridas Banderas de siempre.
Al final se renueva la consagración al Corazón Inmaculado de María.
Una experiencia recomendable e inolvidable.
Dios mediante mañana pondré en este hilo las palabras que dije a los cabalgantes sobre Cristo Rey.
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