Marina Vélez de Ortega (Guadalcanal, Sevilla, España siglo XVI). Según las crónicas de Nueva España, se reproduce la probanza de sus méritos a cambio de los cuales solicitaba mercedes para poder subsistir:
” Que es vecina de la ciudad de Los Angeles y natural de Guadalcanal, e hija legítima de Antón Ruiz Ortega y de Catalina Martín; y que es mujer de Cristóbal Martín Camacho, natural de Moguer, el cual pasó a esta Nueva España con Garay y sirvió a su Majestad en algunas conquistas… Que es una de las primeras vecinas de la ciudad de Los Angeles, donde siempre ha tenido su casa poblada con cinco doncellas huérfanas, criandolas e instruyendolas desde niñas a su costa, entre las cuales tiene una hija legítima de Juan Gómez de Peñaparda, conquistador de esta Nueva España; y que todas son muy pobres y ella con ellas padece necesidad“. María Arias de Peñalosa (Segovia, España 1500?-Lima 1573), hija de Pedrarias Dávila, la destaca la historia por ser una una madre “coraje”. Casi todos los autores coinciden en afirmar que lo que más resalta en ella es “su nobleza de espíritu, su esforzado corazón, su elevado don de madre y esposa, y ser más que capaz para afrontar momentos muy difíciles en los que siempre demostró gran piedad y comprensión“. Y estos momentos difíciles fueron siempre en relación a su familia, a su esposo e hijos, a los que siempre defendió y apoyó contra fuerzas poderosas tanto en la Península como en Nicaragua, desde el Rey y el Consejo Real de Indias, la misma Inquisición y hasta clérigos y oficiales de la Audiencia de Guatemala.
No era mujer fácil de intimidar o de doblegar al tratarse de asuntos que tuviesen que ver con su familia. Primero prometida de Vasco Nuñez de Balboa, estuvo casada con Rodrigo de Contreras desde 1524 con el que tuvo 11 hijos.
Isabel (Inés) de Bobadilla (Canarias, España 1505-España 1546),gobernadora de Cuba, también hija de Pedro Arias y esposa de Hernando de Soto desde 1536; cuando este partió con su expedición a Norteamérica, otorgó un poder por el que nombraba a Isabel gobernadora y capitán general de la isla. Desempeñó esas funciones hasta enero de 1544 cuando supo que su marido había muerto. Regresó a España y murió en 1546 con poco mas de 40 años. En La Habana esperó día y noche a su esposo. En memoria de ambos se eleva desde hace 4 siglos y medio en la ciudad de La Habana, una estatua de Isabel de Bobadilla a modo de veleta, que llaman la Giradilla.
El Inca Garcilaso de la Vega, poco antes de que el Adelantado Hernando de Soto partiese para la Florida, calificaba a Isabel de Bobadilla “cuya hermosura era extremada”, como “mujer de toda bondad y discreción”.
Inés de Suárez (España 1507-Chile 1580), amante de Pedro de Valdivia, con el que vivió Una historia de amor. Formó parte de la expedición a Chile en 1540 y participó en la Fundación de Santiago de la Nueva Extremadura. En un tremendo viaje a través del desierto de Atacama, Inés prestó diversos servicios a la expedición, por lo que fue considerada entre sus compañeros de viaje, según Tomás Thayer Ojeda, como “una mujer de extraordinario arrojo y lealtad, discreta, sensata y bondadosa, y disfrutaba de una gran estima entre los conquistadores”. Destacó de forma decisiva en la defensa de la ciudad ante un ataque de los indígenas.
Tecuixpo Ixtlaxóchitl, Isabel Moctezuma (Ciudad de México 1509-1550), hija del emperador Moctezuma II.Sus primeros enlaces matrimoniales fueron con Cuitláhuac y con Cuautémoc.
Como dote para su tercer matrimonio con Alonso de Grado, Hernán Cortés le otorgó la encomienda más grande del valle de México, el señorío de Tacuba (Tlacopán). Con Cortés tuvo una hija, Leonor Cortés, quien nació hacia el año 1528, pero nunca fue reconocida por su madre; en cambio, su padre le dio su apellido y la entregó al cuidado del licenciado Juan Altamirano, primo político de Cortés. En 1535, Leonor recibió el título de nobleza por Carlos V.
Pedro Gallego de Andrade fue el cuarto esposo de Isabel Moctezuma; el matrimonio con Gallego duró poco tiempo pues este murió en 1530. A pesar de ello tuvo descendencia, un hijo de nombre Juan de Dios de Andrade Moctezuma (1529-1577) del cual existe una línea de descendientes hasta el día de hoy.El quinto matrimonio se celebró con Juan Cano de Saavedra, con quien procreó cinco hijos, de los cuales dos hijas Isabel y Catalina fueron monjas y fundadoras del convento de la Concepción en la Ciudad de México.Juana Ramirez de Arellano y Zúñiga, Juana de Zúñiga (Soria 1509-Sevilla 1583), hija del conde de Aguilar, y segunda esposa de Hernán Cortés desde 1529, con el que tuvo 6 hijos. Fletó en 1535 la carabela de Francisco de Ulloa para avisar a Cortés de que había llegado un nuevo virrey a Nueva España, Antonio de Mendoza.
Palacio de Cuernavaca, México.
Mientras Cortés estuvo en España, Juana seguía en Cuernavaca administrando como podía el marquesado. Es conocido que se volcó en la ayuda a los franciscanos de dicha villa, a los que hizo numerosas donaciones. Siempre a la espera del retorno de su marido, que finalmente nunca se produciría. El cronista Gómara dice que doña Juana era hermosa y muy religiosa que realizó donaciones para la Iglesia de la Asunción de María, hoy Catedral y su Conven*to.
Beatriz de Salcedo (Almería, España siglo XVI-Perú)
Llegó a Perú en 1532 como esclava blanca de García de Salcedo, Veedor que acompañaba a Pizarro. De probable origen morisco, recibió su libertad al año de su llegada, pero se mantuvo como concubina de García de Salcedo, a quien acompañó a Cajamarca cuando aún estaba preso el inca Atahualpa, logrando entablar amistad con sus hermanas y mujeres.Tras residir durante un tiempo en Cajamarca y en Jauja, fijaron su residencia en Lima. Como los oficiales reales no podían ser mercaderes, ella asumió gran parte de las actividades mercantiles de él. Allí vivió la muerte de García de Salcedo quien, en sus últimos momentos, decidió casarse con ella para hacerla heredera de toda la fortuna que habían acumulado. Se convirtió así en la única mujer encomendera y morisca de la historia de América. Es el historiador peruano José Antonio del Busto, quien le atribuye el mérito de haber sido quien sembró por primera vez el trigo en el Perú, tras recuperar algunos granos mal molidos de cierta harina que llegó de España.
Inés Muñoz de Ribera (Sevilla 1510-Perú 1594).
Llegó a Jauja con Francisco Martín de Alcántara en l534, siendo la primera mujer española casada que entró en el Perú. Su marido Francisco Martín de Alcántara, era hermanastro por linea materna de Francisco Pizarro. Inés y su esposo se unieron a la expedición de Pizarro con destino a Panamá que partió de Sevilla el 26 de enero de 1530. Durante el largo y penoso trayecto en barco fallecieron las pequeñas hijas del matrimonio, Ángela y Bárbola.
Tras su llegada a Panamá, Inés y su esposo se establecieron en la casa de Francisco Pizarro y le apoyaron en varias labores hasta que en 1531, Francisco Martín de Alcántara se unió a la expedición de su hermano. Inés Muñoz permaneció en Panamá hasta que su esposo regresó en busca de refuerzos. Fue entonces cuando Inés le acompañó a Perú.
El 18 de Enero de 1535, fue una de las presentes en la fundación de la Ciudad de los Reyes, actual ciudad de Lima. Ella y su esposo participaron en el primer reparto de solares realizado pocos días después de la fundación de la ciudad, adquiriendo de este modo el estatus de pobladores; su casa estaba en una esquina contigua a la del Gobernador Francisco Pizarro.Según narra el cronista Bernabé Cobo, Inés Muñoz, habría sido la primera en introducir el trigo en el Perú, alrededor del año 1535 y es considerada la responsable de la introducción también de la mayor parte de las frutas españolas y de los primeros olivos. Dichos árboles y el resto de plantas como higos, melones, naranjas, pepinos, duraznos y otras frutas desconocidas hasta entonces en el Perú se plantaron en la denominada “Huerta Perdida”. Estos hechos han quedado atestiguados para la posteridad en una placa que corona un retrato de Inés, que actualmente se encuentra en el Monasterio de la Concepción de Lima. En 1537 había en Lima 380 españoles y 14 mujeresInés fue la encargada de la educación y cuidado de los hijos mestizos del marqués Francisco Pizarro, ya que este deseaba para ellos una educación española. La responsabilidad sobre sus sobrinos fue total a partir del 26 de Junio de 1541, cuando su cuñado Francisco Pizarro y su esposo Francisco Martín de Alcántara, fueron asesinados por la facción rival de los almagristas, en el contexto de las guerras civiles del Perú.
En ese trágico momento, Inés tuvo el valor de recoger los cadáveres de su marido y de su cuñado y llevarlos a enterrar en la iglesia sin la ayuda de ningún español “por el miedo que tenían a Diego Almagro el Mozo”. A los dos hijos de Pizarro (Francisca y Gonzalo) los escondió en un convento y finalmente huyó con ellos a Tumbes en la costa norte del Perú.
Valle del Mantaro, Junin.
En una de sus encomiendas en el Valle del Mantaro, (actual región de Junín), Inés Muñoz estableció en 1545 el que se cree primer obraje del Perú conocido como “La Sapallanga”. El Cronista Bernabé Cobo narra como ” doña Inés hizo el primer obraje de lanas de Castilla en su repartimiento y encomienda de Indios del Valle de Jauja, dando traza como las lanas que hasta ahora se perdían se aprovechasen”. En 1545 contrajo segundas nupcias con Antonio de Ribera, el cual llegó a ser alcalde de la Ciudad de los Reyes en dos ocasiones.
Ya viuda fundó el Monasterio de Nuestra Señora de la Concepción en Lima, con el objetivo de “servir a Dios y de ayudar a muchas hijas de Conquistadores pobres que hay en esta ciudad gran suma dellas e padecen grandes riesgos e necesidades”.
Beatriz Hernández (España siglo XVI-México), se sabe de ella porque en 1542, en el valle de Atemaxac (Jalisco, México) sesenta y tres familias españolas se asentaron definitivamente en el actual lugar, a instancias de Beatriz Hernández, que exhortó a la comunidad a no volverse a mudar y quedarse en ese lugar. Aunque la elección pareció desventajosa por la mala calidad de la tierra, la falta de agua y la carencia de buenas comunicaciones, lo plano y extenso de la llanura ofrecía mejores condiciones para protegerse de los ataques de los indígenas.
Cristóbal de Oñate (padre del conquistador de Nuevo México, Juan de Oñate) había sacado su cuchillo y lo había clavado en el tronco de un árbol que tenía frente a él, declarando fundada la ciudad de Guadalajara, en nombre del rey. Ante las dudas y el desorden de los vecinos, Beatriz, casada con Juan Sanchez de Olea les gritó:
“Gente, aquí nos quedamos, el Rey es mi gallo y aquí nos quedamos, por las buenas o por las malas“.Fue suficiente, el 10 de diciembre de 1560, Guadalajara se convirtió en la capital de laNueva Galicia y más tarde en la Sede del Obispado, comenzando a tener importancia fundamental como centro de actividades en el occidente del país, sirviendo de puente comercial entre Europa y Oriente.
En memoria de Beatriz se alza una estatua en su honor en la ciudad de Guadalajara, México.
Juana de Leyton (España 1511–siglo XVI)
Nacida en una familia humilde, se embarcó hacia Perú como sirvienta de la casa de Catalina Leyton, que primero fue amante y después esposa de Francisco Carvajal, el Demonio de los Andes. Fue adoptada como hija por la pareja y posteriormente se casó abandonando la casa de Catalina.Cuando se produjo la sublevación de Gonzalo Pizarro se declaró partidaria de la Corona y se enfrentó directamente a los pizarristas cuando, tras el asesinato del virrey Núñez de Vela, entraron en Lima. Ha pasado a la historia por enfrentarse con su antiguo señor, Carvajal, cuando éste intentó penetrar en su casa. Se cuenta que Juana escondía a connotados realistas en sus aposentos y fue capaz con sus arrestos de frenar al mismísimo Demonio de los Andes, uno de los más coléricos y crueles conquistadores de Perú.
Leonor Yupanqui Palla (Cuzco 1540-Potosí), hija de Atahualpa, casada con el Adelantado Juan Ortiz de Zárate y madre de Juana. Sobrevivió a su marido que murió en Asunción sin completar sus objetivos. Según los testigos de la época parece que la pareja no solo se amaba sino que además conformó un magnífico tándem empresarial que generó negocios muy fructíferos.
Aconsejó a su hija Juana para que se casara con Juan de Torre de Vera y Aragón un candidato compatible con sus planes y que continuaría la labor de su marido, ya que gracias a este matrimonio se preservaban sus dominios en Charcas y el norte argentino. Mientras, su yerno actuaba directamente sobre el río Paraná, corazón de las tekohas o ciudades guaraníes, asentándose en ellas y fundando las ciudades de Buenos Aires y Corrientes.
Sobrevivió incluso a la muerte de su joven hija, y aunque ya era una persona mayor protegió y guió a su nieto Juan Alonso de Vera y Zárate, para que mantuviera los intereses de su “panaka” ahora hispano-inca.Viajó con él a España para defender sus derechos, refrendar sus privilegios frente a la corona y en el fondo para dar continuidad a su proyecto durante una generación más. Lo consiguió, ya que su nieto fue nombrado Gobernador del Tucumán, y al igual que su marido y su yerno, Adelantado del Río de la Plata. Junto a él pasó los últimos años de vida.
Isabel de Guevara (España siglo XVI-Asunción? siglo XVI), fue una de las fundadoras de Asunción y de Buenos Aires. Navegó en 1534 en el primer viaje de Pedro de Mendoza, con un grupo de 1.500 colonizadores, incluyendo veinte mujeres, con destino al Río de la Plata. En la expedición, otras mujeres eran María Dávila, amante de Mendoza, Catalina Pérez, que se embarcó en Tenerife, Elvira Pineda, Maria Sánchez y Catalina Vadillo.
Después de perder a su hermano o a su padre (los registros son poco claros), se quedó sin familia. Dejó Buenos Aires, cuando el fuerte quedó desierto, para hacer el arriesgado viaje de 800 millas arriba del río Paraná hasta Asunción. En 1542, contrajo matrimonio de conveniencia con Juan de Esquivel, un castellano que fue ejecutado después en las guerras políticas internas.
Juana de Austria
En 1556 Isabel de Guevara llevaba 22 años en América. Según una carta enviada a la princesa Juana de Austria, hermana de Felipe II, el 2 de julio de 1556, que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, Isabel ella detalla las penalidades sufridas por los expedicionarios:
“Al cabo de tres meses murieron mil, esta hambre fue tamaña que ni la de Jerusalén se le puede igualar, ni con otra ninguna se puede comparar. Vinieron los hombres en tanta flaqueza, que todos los trabajos cargaban de las pobres mujeres, así lavarles las ropas, como curarles, hacerles de comer lo poco que tenían, limpiarlos, hacer centinela, rondar los fuegos, armar las ballestas cuando algunas veces los indios les vienen a dar guerra (…), dar arma por el campo a voces, sargenteando y poniendo en orden los soldados (…). Si no fuera por ellas, todos fueran acabados; y si no fuera por la honra de los hombres, muchas más cosas escribiera con verdad y los diera a ellos por testigos”.Argumentaba que sus trabajos le daban derecho a una partición de tierra y a esclavos indígenas. Escribió que debido a que el hambre había causado que los colonizadores varones “se desvanecieran por la debilidad, todo el trabajo había quedado para las mujeres” incluyendo las labores civiles y militares.
Mencía Calderón de Sanabria (Medellín, España 1514-Paraguay), al frente de 50 mujeres,
atravesó 1.600 kilómetros de selva en una complicadísima expedición de más de seis años.Casada en 1535 con Juan de Sanabria, en 1547 se firmó una capitulación que otorgaba a su marido el título de tercer adelantado del Río de la Plata. El mencionado documento autorizaba al nuevo gobernador el traslado de unos cien hombres casados con sus respectivas familias y cierta cantidad de mujeres solteras, con el propósito de contraer matrimonio con los expedicionarios solteros residentes en el Paraguay.Fallecido Sanabria en 1549, su esposa rehizo la expedición con Juan de Salazar como capitán principal, fundador de Asunción, quien había regresado a España un par de años atrás. Estaba integrada por unas doscientas cincuenta personas, entre las cuales había cincuenta mujeres, cuatro de ellas casadas y el resto, doncellas, todas de buenas familias.
Antes de llegar al Paraguay, la expedición de Mencía sufrió una serie de dramáticos incidentes: desde fuertes tempestades marinas, pasando por el abordaje de piratas en la costa africana, hasta la permanencia por espacio de cinco años en territorio lusitano en las Indias Occidentales. Así, al llegar a la costa atlántica americana, los integrantes de la empresa, reducidos a unos ochenta hombres y cuarenta mujeres, desembarcaron en la isla de Santa Catalina. Varios oficiales, entre ellos el capitán Francisco de Becerra, habían fallecido en aquella travesía.
El grupo encabezado por Juan de Salazar y Mencía se había dirigido a la región del Mbiazá, a unas veinte leguas al sur de Santa Catalina. Allí fundaron el puerto de San Francisco, acontecimiento de singular importancia, por ser éste el primer enclave español en la costa del Atlántico sur, en salvaguarda de la línea de Tordesillas. Además, la ensenada se erigió en puerta de entrada de los territorios castellanos.En 1551, el capitán Hernando de Trejo contrajo matrimonio con María de Sanabria, hija de Mencía. Una cláusula de las capitulaciones de Sanabria estipulaba que quien se casase con la primera hija del Adelantado ocuparía el cargo de alguacil mayor de la provincia del Paraguay y con esta unión Trejo se hizo acreedor de dicho empleo. Dos años más tarde nacería en San Francisco, Hernando de Trejo y Sanabria, hijo del mencionado matrimonio. En la región del Mbiazá se realizaron también otros casamientos, entre ellos, la de Juan de Salazar con Isabel de Contreras, viuda del capitán Becerra, y de Elvira de Contreras, hija de Isabel y del citado Becerra, con el capitán Ruy Díaz de Melgarejo.
Hacia 1553, el portugués Tomé de Sousa, gobernador de San Vicente, al enterarse de la fundación de San Francisco y de la población española residente en el lugar, envió una carabela con víveres. De inmediato, ordenó su despoblación y el traslado de Mencía y de la comitiva a su gobernación, con la falsa promesa de facilitarles el viaje hasta Asunción.
Mencía, retenida por el gobernador lusitano, logró escapar de San Vicente con parte de su grupo y retornó a San Francisco, permaneciendo allí a la espera de auxilio. También Juan de Salazar consiguió huir tratando con unos comerciantes portugueses, los hermanos Goes, quienes intentaban llegar al Paraguay.El grupo de Mencía esperó en vano el ansiado socorro y como éste nunca llegó, decidió emprender también el viaje con destino al interior del continente. Salazar llegó a Asunción en octubre de 1555 y el grupo de Mencía y Hernando de Trejo en compañía del grupo de mujeres con solo diez de ellas supervivientes, se presentó a mediados del año siguiente. Mencía Calderón de Sanabria, de edad muy avanzada, terminó sus días en el Paraguay. Su numerosa descendencia estuvo bastante vinculada a la vida política y económica de la provincia y le prodigó grandes satisfacciones en sus últimos años. Por esta época y refiriendose a la ciudad de Asunción en Paraguay, el presbítero Francisco González Panigua le escribe al rey de España lo siguiente : “el conquistador que está contento con cuatro indias es porque no puede haber ocho y el que con ocho porque no puede haber dieciséis y que no hay quien baje de cinco y de seis, la mayor parte de quince, y de treinta y cuarenta los lenguas y capitanes”.Para Ruy Diaz de Guzmán, todo un harén se montaron los conquistadores con las guaraníes: “las cuales son muy lindas y grandes amantes, afectuosas y muy ardientes de cuerpo”. De hecho a Asunción la llamaban el “Paraíso de Mahoma”por aquello de los harenes.
Beatriz Estrada y Gutierrez Flores de la Caballería (Salamanca 1515-Ciudad de
México 1553), esposa de Francisco Vázquez Coronado desde 1537, que fue gobernador de Nueva Galicia y explorador del suroeste de Estados Unidos. Conocida como “la Santa” tuvo 5 hijas y 1 hijo. Era la propietaria de la segunda encomienda más grande de Nueva España en Tlapa, hoy estado de Guerrero, que sirvió para financiar la expedición de su esposo, quien volvió de su exploración en 1542 y moriría en 1554.
Dama de Cofitachequi (Frontera Georgia-Carolina del Sur siglo XVI). En la primavera de 1540, Hernando de Soto llegó a Cofitachequi (cerca de la actual Camden), un asentamiento probablemente perteneciente a la culturacatawba, que estaba gobernado por una mujer que ha pasado a la historia como la“Dama de Cofitachequi”.
La expedición fue bien recibida por la mujer, quien les proveyó de alimentos y cedió su propia vivienda para habitación del español. Alli estuvieron alojados varias semanas. Por la información ofrecida por los nativos supieron del paso precedente de la expedición de Lucas de Ayllón, comprobando los restos materiales de la misma. Ella pensaba que una alianza con los recién llegados, que demostraban poder para la guerra, le serviría para combatir a sus enemigos.En el relato del cronista Garcilaso de la Vega, comparó la situación y el momento con la que tuvieron en Egipto Marco Antonio y Cleopatra. Primero fueron recibidos por los notables, y depués apareció la cacica en una embarcación cubierta y decorada, acompañada por otras seis mujeres, y remoslcada por otra canoa con seis remeros.
La cacica impresionó a los españoles por su delicadeza y buenas maneras. Ordenó que le trajeran un asiento para conversar con el jefe de los españoles y encargó al intérprete de estos Juan Ortiz que le entregara su gran collar. De Soto prefirió recibirlo de sus propias manos y le dió a cambio su anillo adornado con un rubí.
A pesar de la epidemia de peste que acababa de asolar su país, la cacica ofreció hospitalidad a los españoles, la mitad de los víveres y las perlas que adornaban los templos funerarios.Después regresó a su poblado “dejando a nuestros castellanos muy satisfechos y enamorados tanto de su discreción como de su belleza, que era de una gran perfección. Quedaron sorprendidos por la delicadeza de una bárbara nacida y criada lejos de toda buena enseñanza. Estaban tan encantados con ella que ni entonces ni después, intentaron saber como se llamaba, contentandose en llamarla señora, y con razón, ya que era una gran dama en todos los conceptos.
El 13 de mayo de 1540, Hernando de Soto decidió continuar su exploración dirigiendose hacia otro cacicazgo al noroeste, Xuaka (Joara)
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