Exploradores del Río de la Plata



laamericaespanyola
Ene 31

La región del Río de la Plata se encuentra en la cuenca de dos grandes ríos, el Uruguay y el Paraná que desembocan en un gran estuario de 317 km de largo por 68 km de ancho llamado río de la Plata y que entremezcla sus aguas con las del Océano Atlántico Sur. Hoy forma parte de los países de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil


Los exploradores españoles fueron los primeros europeos que exploraron este auténtico subcontinente de más de tres millones de km2 y que con una naturaleza generosa, vigorosa y diversa será el escenario durante el siglo XVI de historias apasionantes.

Aunque Américo Vespucio bajo bandera portuguesa pudo haber navegado, aunque no explorado, por los mares de esta región en 1502, el primer explorador fue el español Juan Díaz de Solís, que con el objetivo de hallar un paso hacia el Mar del Sur, partió el 8 de octubre de 1515 al mando de tres naves, 2 carabelas y una nao, y 60 hombres desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda.

A primeros de febrero de 1516 llegaron por la costa oriental a Punta del Este y desembarcaron y tomaron posesión del territorio en el llamado puerto de Nuestra Señora de la Candelaria, a unos 130 km de donde siglos mas tarde se fundaría la ciudad de de Montevideo. Desde allí, las naves avistaron el gran río al que los nativos llamaban “Paraná Guazú” (grande como el mar o río como mar), Mar Dulce para Solís y que sería conocido durante muchos años como Río de Solís.


Solís se adentrará luego en este mar Dulce y arribará primero a la isla de Martín García, a la que le puso este nombre en honor de un marinero fallecido y enterrado ese día allí mismo.

Más tarde penetrará por el río Paraná, donde después de recibir falsas señales de amistad de los nativos que venían siguiendo sus naves desde la costa oriental del río, desembarcará junto a varios tripulantes, pero serán atacados por los indígenas (charrúas o tupiguaraníes), indios antropófagos que los matarán, descuartizarán y se los comerán. Uno de los que desembarcó era el grumete Francisco del Puerto, que salvó la vida probablemente por su corta edad y se quedó a vivir con los indios. El resto de la expedición que estaba en los barcos y presenciaron impotentes la escena horrorizados, volvieron a España, aunque una de las naves naufragará en la costa brasileña.

Ruta de Alejo García.

Así ocurrió, frente a las costas de Brasil una de las carabelas naufragó y de los dieciocho tripulantes, siete fueron apresados por los portugueses y, posteriormente, canjeados por otros tantos portugueses presos en España. Otros, entre ellos Alejo García, fueron informados por unos indios tupiguaraníes de la existencia de una montaña llena de metal de plata en el interior del continente donde gobernaba un monarca al que llamaban "Rey Blanco". Por ello abandonaron la costa y junto con algunos centenares de indios se internaron en el territorio y, tras cruzar el río Paraguay y el Chaco, llegaron hasta los contrafuertes andinos. Cuando regresaban al punto de origen, "cargados de riquezas", murieron por un ataque perpetrado por los indios del río Paraguay, aunque un superviviente consiguió llegar hasta Brasil y contar todo lo sucedido. El resto de la expedición que había continuado rumbo a España, había llegado a Sevilla en el mes de septiembre del año 1516.

Los dos siguientes exploradores partieron de España casi al tiempo y llegaron al Río de Solís también con poca diferencia, fueron Sebastián Caboto y Diego García de Moguer.El primero en llegar fue Caboto, quien al servicio de la Corona de España, partió desde Sevilla el 5 de abril de 1526 al mando de una flota con 250 hombres en cuatro naves: “Santa María de la Concepción”, “Santa María del Espinar”, la “Trinidad” y “San Gabriel”.

Su misión era repetir el viaje de Magallanes a las Molucas y volver con las especias. En la costa brasileña, muy cerca del estuario del Plata, naufragó una de sus naves en la isla Catalina y escuchó en Pernambuco fabulosas historias sobre ciudades de oro y sierras de plata, al encontrar en el Río de los Patos (Itajai) a Enrique Montés y Melchor Ramírez, náufragos supervivientes de la expedición de Juan Díaz de Solís, quienes ofrecieron sus servicios como intérpretes. Caboto deliberó entonces sobre un cambio de planes para remontar el Río de la Plata e incursionar en el Paraná.Así las cosas, Caboto decidió abandonar totalmente su misión de busca de un paso hacia Asia para dedicarse a encontrar unas riquezas, que si realmente existían, no eran fácilmente accesibles.


Gaboto: donde se levantó el fuerte Sancti Spiritu

Llegados a la altura del cabo de Santa María, punto de entrada delestuario del entonces Río de Solís, costearon y en las inmediaciones de la actual Carmelo (Uruguay), seencontraron a Francisco del Puerto, español superviviente de la matanza que sufrieron los hombres de Díaz de Solís, que les orientó y suministró valiosa información del área y de como llegar a la Sierra de la Plata.

En la primavera de 1527, en la costa en la costa oriental del Río de Solís, frente a la desembocadura del Paraná, Caboto construyó un primer fortín, el fuerte de San Lázaro, que pronto sería abandonado. Poco después, el 9 de junio de 1527 y tras una desafortunada travesía por el río Uruguay, cerca de la confluencia del río Carcarañá en el río Paraná (unos cincuenta kilómetros más al norte de la actual ciudad argentina de Rosario), levantó otro modesto fuerte al que llamó Sancti Spiritu. Esta primera fortaleza española de la región era precaria, de barro y madera, rodeada por una veintena de ranchos destinados a los tripulantes. De inmediato se sembró trigo, cebada y abatí (maíz).


En este lugar permanecieron varios meses construyendo un bergantín apropiado para la navegación fluvial y a finales de diciembre de 1527, Caboto partió con ciento treinta hombres en dirección a la Sierra de la Plata, dejando una pequeña guarnición de 30 hombres en el fuerte, Remontaron el río Paraguay hasta el río Bermejo, pero tuvieron muchos problemas con el abastecimiento de víveres y con los nativos que les salían al encuentro, perdiendo muchos hombres, por lo que tuvieron que regresar.

Por esas tierras se encontraba ya también Diego García de Moguer, quien había arribado al estuario del Plata unos meses después que Caboto, y andaba organizando hombres y barcos para remontar las aguas del río y buscar la misma Sierra de la Plata. Diego García, al igual que Caboto, había cambiado el rumbo y en lugar de buscar el paso para las Molucas lo estaba haciendo hacia el río de Solís.

La llegada de este veterano marino de otras expediciones, con dos bergantines y 60 hombres, estuvo a punto de provocar una lucha por el poder entre los dos jefes en 1528. Pero se pondrían de acuerdo y juntos construirían siete bergantines con los que navegarían río arriba del Paraguay y descubrirían el río Pilcomayo. Antes, mientras se construían los bergantines, Caboto envió una pequeña expedición exploradora al mando de Francisco Cesar que llegaría hasta Charcas. César debió partir de Sancti Spiritus entre mediados y finales de noviembre de 1528 y retornó a mediados de febrero de 1529.

Así, mientras Caboto preparaba la exploración del río Paraná en busca de la Sierra de Plata, para internarse hasta la serranía de la actual San Luis, Francisco César, marchaba por tierra en busca del mismo objetivo pero en dirección hacia el sudoeste, originando tanto él como sus compañeros de expedición la leyenda de la mítica Ciudad de los Césares al relatar que habían visto una ciudad en la que abundaba el oro y la plata.

En Sancti Spiritus la convivencia con los nativos fue pacífica al principio y las mujeres indígenas fueron dadas como concubinas y trabajadoras a los hombres de piel clara. Pero muy pronto se desencadenaron los conflictos debido al régimen de tareas que exigían los recién venidos.En ausencia de Caboto, los indígenas finalmente acabaron por destruir el fuerte de Sancti Spiritu en septiembre de 1529, a causa según la leyenda, del amor contrariado del cacique Sirípo hacia la bella española Lucía Miranda, esposa de uno de los soldados, así lo afirmaba Ruy Díaz de Guzmán, el primer historiador criollo del Río de la Plata.

Caboto había dejado al mando del fuerte de Sancti Spiritu a Nuño de Lara. Allí se encontraban Lucía Miranda y su marido, Sebastián Hurtado, entre otra gente, conviviendo en armonía con los indios timbúes que habitaban en las afueras del asentamiento y les proveían de alimentos. Bajo el mando de Nuño de Lara, la relación con los indígenas, liderados por los caciques Mangoré y Siripo, resultaba amigable. Sin embargo, los buenos tratamientos de Lucía hacia el cacique Mangoré eran malinterpretados: “A esta señora hacía este cacique muchos regalos y socorría de comida, y ella, de agradecida, le hacía amoroso tratamiento, con que vino el bárbaro a aficionársele tanto y con tan desordenado amor, que intentó de hurtarla por los medios a él posibles” (2012 [c.1512]: 108)."

Pero Lucía no correspondía el amor de Mangoré. Esto le incitaba a poseerla utilizando la fuerza, por lo que desarrolló el siguiente plan: convenció a su hermano Siripo para enemistarse con los españoles y dejar de proporcionarles alimentos; esta situación induce a Nuño de Lara a enviar una comitiva, en la que se encuentra Sebastián Hurtado, para buscar bastimentos. Al quedar el fuerte desprovisto de hombres, el cacique logrará sin dificultad raptar a Lucía. Los indígenas rompen la paz con los españoles y atacan el fuerte en una emboscada. Mangoré muere por la espada de Nuño de Lara pero pronto los indígenas matan al capitán español. Lucía queda cautiva y Siripo, el hermano de Mangoré, la toma como su mujer. Hurtado vuelve al fuerte y se entera de los penosos acontecimientos. Decide rescatar a su mujer, por lo que se entrega a los indios. Una vez apresado, Siripo le perdona la vida a instancias de Lucía, que promete fidelidad al cacique. Una india celosa de Lucía descubre que ella mira amorosamente a Sebastián y que busca encontrarse con él, por lo que la acusa de traición. Por lo tanto, Siripo los castiga mandando a Lucía a la hoguera y entregando a Hurtado a unos mancebos, que lo matan a flechazos".

En octubre de 1529 después de la destrucción del fuerte, tanto Caboto como Francisco Cesar suspendieron todas las operaciones y partieron hacia España.

El tercer explorador fue el marino español Diego García de Moguer, que había participado en las expediciones de Martín Yáñez Pinzón (1509), Solís (1515-1516) y en la de Magallanes y Elcano (1519-1522), sobreviviendo en todas ellas.

Zarpó de La Coruña el 15 de enero de 1526 al mando de una expedición de tres naves (una nao, un patache y un bergantín desarmado), financiada por comerciantes, para buscar la ruta de las especias, pero también autorizado a explorar el Río de Solís. Su plan era pasar por el estrecho de Magallanes, llegar a las islas de las especias y volver por la derrota de Elcano. Por el camino se detuvo en la isla de La Palma (Canarias) donde en abril coincidió con la expedición de Caboto, pero hasta el 1 de septiembre no reanudaría su viaje.


Mapa del Río de la Plata tomado del "Islario General de todas las islas del mundo" (Santa Cruz 1540)

Llegados a las costas del Brasil, fondeó, a primeros de enero de 1527, en la bahía de Santos. Reanudada la navegación llegaron a la isla de Santa Catalina, donde se demoró porque no quería entrar en el gran estuario durante el invierno austral. Por fin penetró y se situó en lo que llamó islas de las Piedras, y en una de ellas, la de San Gabriel, se armó el primer astillero que conoció el Río de la Plata, donde se montó el bergantín que se traía en piezas desde España. A inicios del año 1528 empezó la remontada del estuario y a unas 25 leguas, en el fuerte de San Salvador, halló dos naos. Eran las naves de Sebastián de Caboto, que estaban al mando de Antón de Grajeda, y que formaban parte de la expedición del primero que aunque habían salido de España más tarde, habían llegado antes.

Continuó remontando el río Paraná, donde en abril se encontró con el fuerte Sancti Spiritus y decidió unir sus fuerzas a las de Caboto. Ambos partieron de Sancti Spiritus en noviembre de 1528. Encontraron indios hostiles y se enteraron que los indios del Paraguay se habían confederado con los comarcanos para llevar a cabo un levantamiento general y matar a todos los españoles. Regresaron entonces a su base, abandonando la idea descubridora, sobre todo después de que los indios destruyeran el fuerte de Sancti Spiritus el 1 de septiembre de 1529, lo que confirmó las noticias alarmantes.

Diego García de Moguer también emprendió el regreso a España desde el puerto de San Salvador, entre fines de septiembre y comienzos de octubre de 1529. Su carabela tocó en la bahía de los Patos (Sur de Brasil), donde recogió a Francisco García, náufrago que había pertenecido a la expedición de Caboto y arribó a España el 28 de julio de 1530. Unos días mas tarde llegaría Caboto, pese a que éste había zarpado después del Río de la Plata.

Cronología:

1526, 2 de noviembre: la expedición de Caboto fondea en la desembocadura del río de los Patos en Brasil.

1527, primeros de enero: García de Moguer llega a la bahía de Santos en Brasil. A los pocos días se traslada a la isla de Santa Catalina y a la región de San Vicente (actual Brasil), donde pasará casi un año.

1527, marzo: la naves de Caboto penetran en el gran estuario.

1527, 7 de abril: Caboto funda el Fuerte San Lázaro en la ribera oriental del Río de la Plata, muy cerca de la desembocadura del arroyo de Las Vacas, primer asentamiento europeo en la cuenca del Plata, que pronto sería abandonado.

1527, 8 de mayo: Caboto y su segundo Miguel de Rifos con dos naves pequeñas, enfilan hacia el río Paraná con el propósito de remontarlo, entran por el Paraná de las Palmas, gran brazo de su Delta. Paralelamente Antón de Grajeda, asignado a la búsqueda de un puerto seguro para la flota mayor, sube por el río Uruguay y alcanza la desembocadura del río San Salvador, allí construye a partir del 30 de mayo una precaria edificación con el nombre de Fuerte San Salvador.

1527, 9 de junio: Caboto funda a 150 metros de la desembocadura del río Carcarañá en el río Coronda y a 7 km de la desembocadura de este en el río Paraná,​ el fuerte Sancti Spíritu. En este lugar permanecerán varios meses construyendo un bergantín más apropiado para la navegación fluvial.

1527, 28 de agosto: la guarnición de San Lázaro se traslada al fuerte de Sancti Spiritu.

1527, 23 de diciembre: Caboto parte al mando de dos naves para explorar el Paraná aguas arriba, dejando una pequeña guarnición de 30 hombres en el fuerte. Remontará también el río Paraguay hasta el Bermejo, pero tendrán muchos problemas con el abastecimiento de víveres y con los nativos que les saldrán al encuentro, perdiendo muchos hombres, por lo que tendrá que volver después de varios meses de exploración.

1528, 1 de enero: las dos naves de Caboto y Rifos navegan junto a una isla que llaman de Año Nuevo y que no existe en la actualidad,en las cercanías de la actual La Paz, en Entre Ríos; a mediados del mes pasan por los asentamientos indígenas establecidos en las riberas del Paraná entre los ríos Santa Lucía y Corrientes.

En este mes, García de Moguer, parte de San Vicente rumbo a Itajai, donde llega a los pocos días. Pronto se hace a la mar rumbo al cabo de Santa María cerca del Río de la Plata y en la isla de los Patos, de gran riqueza pesquera, permanece ocho días, esperando la llegada de su bergantín adquirido en San Vicente. Cuando llega, ambas embarcaciones entran por fin en el gran estuario del Río de Solís.


1528, 26 de febrero: Caboto recorre la desembocadura del río Paraguay sin internarse, sigue el curso del Paraná hasta llegar a un lugar que llaman “Santa Ana” (26 de febrero), actualmente Itatí, provincia de Corrientes. Allí permanecen 30 días realizando esporádicas travesías, sin poder franquear los Saltos de Apipe.

1528, finales de febrero: García de Moguer llega a las islas de las Piedras, y en una de ellas, la de San Gabriel cerca de la actual ciudad de Montevideo, se monta el primer astillero que conoció el Río de la Plata, donde se ensambla el bergantín que se traía en piezas desde España. operación que dura dos semanas.

1528, marzo: García de Moguer comienza la remontada del estuario y a unas 25 leguas halla dos naos y un fuerte, el de San Salvador . Eran las naves de Sebastián de Caboto, que estaban al mando de Antón de Grajeda.

1528, 31 de marzo: las dos naves de Caboto desandan el Paraná, y mientras él se queda en la desembocadura del Paraguay, Miguel de Rifos se interna en el mismo (31 de marzo). Al llegar a la entrada del Bermejo, que se creía debía ser remontado para llegar a la Sierra de la Plata, el contingente es emboscado por los indios, muriendo todos sus miembros. Al parecer este trance habría ocurrido por una traición de Francisco del Puerto, de quien nunca más se supo.

1528, abril: García de Moguer llega a Sancti Spiritu.

1528, 10 de abril: García y sus hombres embarcados en dos bergantines, dejan Sancti Spiritus, suben por el Río Paraná y después de 27 días y 30 leguas, antes de llegar a la confluencia del Paraguay, en algún lugar entre las actuales Goya y Bella Vista, las dos expediciones españolas se encuentran en plena selva americana, produciéndose su encuentro con Caboto.


1528, 7 de mayo: La situación, tensa al principio, mejora cuando Caboto invita a García a comer a su nave. García le exige el abandono de aquellos lugares por carecer de autorización para actuar en ellos, y a su vez Caboto alega que la conquista del río Paraná le pertenece por haber sido su descubridor. Sin fuerzas para imponerse uno a otro y después de algunas incidencias optan por llegar a un acuerdo y trabajar en común. Sin embargo, como los ataques indios habían causado considerables bajas entre los dos bandos españoles, éstos deciden volver río abajo hasta alcanzar la protección de la fortaleza de Sancti Spiritus, donde pensaban construir media docena de bergantines para regresar con más hombres y explorar y buscar juntos la Sierra de la Plata. Así lo hacen y durante varios meses trabajan juntos y construyen siete bergantines para navegar río arriba del Paraguay.

1528, mediados a fines de noviembre: Caboto envía una pequeña expedición exploradora de menos de quince hombres al mando de Francisco César que llegaría hasta Charcas.1528, noviembre: la expedición conjunta de Caboto y García de Moguer parte de Sancti Spiritus explorando el río Paraná, penetrando en el río Paraguay y descubriendo la desembocadura del río Pilcomayo.

1529, mediados de febrero: Cesar retorna a Sancti Spiritu. También vuelven Caboto y García y durante varios meses se dedican a preparar una nueva expedición hacia los sitios indicados por César.

1529, 1 septiembre: destrucción de Sancti Spiritu por los indios. Su dotación en ese momento era de 80 hombres de los que pudieron salvarse menos de cincuenta.

1529, septiembre: estando Caboto y García Moguer en San Salvador preparando la nueva expedición, reciben la noticia de que los indios han asaltado el fuerte Sancti Spíritu y matado a treinta de sus defensores. Acuden entonces al fuerte y sólo encuentran destrucción, regresando a San Salvador.

1529, fines de septiembre a comienzos de octubre: Diego García emprende desde El Salvador el regreso a España, a donde llegará a finales de julio de 1530. Caboto se quedaría un tiempo más, llegando a España el 23 de agosto de 1530 siendo arrestado y procesado. No obstante los fallidos intentos de Caboto y García en búsqueda de la Sierra de la Plata, el Río de Solís se conocerá desde entonces como Río de la Plata.


El cuarto explorador fue Pedro de Mendoza, quien había capitulado con el rey para fundar tres fortalezas de piedra dentro de la jurisdicción sin límites precisos que se le había concedido. Fue firmada en Toledo el 21 de mayo de 1534 y en ella se le confería el título de Adelantado, Gobernador, Capitán y Alguacil Mayor de las tierras que descubriera y poblase. Se trataba de un territorio enorme comprendido entre los paralelos 25 y 36 con posibilidad de internarse por él hasta el océano Pacífico. En contrapartida, debía correr con el gasto de armar los barcos y reclutar a los hombres, además de incorporar un médico, un cirujano y un boticario, cuyo salario pagaría también de su propio bolsillo.

Las cuestiones relativas a la población indígena y a la conducta de los españoles fueron recogidas con detalle en la capitulación, e insistían en la defensa y buen trato de los naturales, encareciendo el cumplimiento de la Real Provisión de Granada de 1526. Mendoza se comprometía a llevar consigo un determinado número de religiosos, cuya misión, además de la propiamente evangelizadora, se extendía a intervenir en los conflictos que surgieran e informar al rey de cualquier abuso.

La misión encomendada a Mendoza constituía un freno a la expansión de los portugueses, quiénes desde sus factorías del sur de Brasil, San Vicente, Santa Catalina y Los Patos, no solo se limitaban a comerciar esclavos y maderas finas, sino que también recorrían la región del Río de la Plata y que a través de las regiones selváticas del Gran Chaco, estaban en contacto con el mundo peruano.

Atraídos tanto por su prestigio personal como por la fama de la tierra a conquistar, entre 1.500 y 2.000 personas se alistaron en la Armada de Mendoza. Señores, y personas del pueblo llano, poseídos de auténtica euforia vendieron hasta su ropa para poder embarcar.

La armada de 16 navíos, zarpó de Sanlúcar de Barrameda el 24 de agosto de 1535. Después de tocar en la costa brasileña y ya en el estuario del Plata, comenzó el reconocimiento del terreno y la búsqueda de un enclave óptimo para establecer la población. Tras recorrer ambas orillas, se eligió un punto en la desembocadura derecha del río, denominado Boca del Riachuelo por su condición de puerto natural, adecuado y seguro. La fundación de la ciudad de Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire debió tener lugar el día 2 ó 3 de febrero o mediados del mes de marzo de 1536. Un año después ese nombre había sido sustituido por el más breve de Puerto de Buenos Aires.

Los expedicionarios tuvieron que afrontar dos gravísimos problemas, la escasez de alimentos para alimentar a tanta gente y el pertinaz hostigamiento indígena, por lo que se convirtió en una historia de dura supervivencia, a la que se añadió, el mal estado de salud de Mendoza que amenazó desde el principio el incierto futuro de la empresa que tanto costaba avanzar.

Al comprobar las dificultades que iba a tener la empresa en esa margen occidental del Río de la Plata, Mendoza despachará tres expediciones exploradoras.

Cronología:

1535, 24 agosto: zarpa la expedición de Mendoza de Sanlúcar de Barrameda1535, 30 de noviembre: Mendoza arriba a Río de Janeiro


1536, enero: Mendoza llega al Río de la Plata.

1536, 2 de febrero: fundación de Buenos Aires. Muy pronto aparece el hambre.

1536, 3 de marzo: Gonzalo de Mendoza acompañado del piloto e intérprete Gonzalo de Acosta parte de Buenos Aires con la primera expedición a Santa Catalina en Brasil en busca de víveres.

La segunda expedición de 350 hombres al mando de un «caballero deudo» de Pedro de Mendoza que el clérigo bávaro Ulrico Schmídel llama Jerg Lichtenstein (Jorge Luján), hace una entrada por las islas del Paraná, regresando solo la mitad a los dos meses y sin víveres.

1536, Mayo-junio: Pedro de Mendoza despacha su tercera expedición al mando de su teniente Juan de Ayolas, a descubrir la tierra, con 3 bergantines y 150 hombres. Río arriba en la confluencia con el río Carcarañá cerca de la laguna de Coronda funda el fuerte de Corpus Christi el 15 de junio, aunque pierde uno de los navíos. En la laguna de los timbú se establecen y en el fuerte deja cien hombres de guarnición al mando del tesorero Gonzalo de Alvarado. Al poco tiempo ya de camino de regreso a Buenos Aires en busca del adelantado, les sale un tal Gerónimo Romero, de la gente de Sebastián Caboto, y les cuenta maravillas de las riquezas de tierra adentro. Este hombre era uno de los compañeros del capitán César, quien se anduvo por el Tucumán, porque sólo por allí pudo penetrar al Perú. Ayolas toma nota pero regresa con el resto de los hombres a Buenos Aires, llevando las naves bien abastecidas para remediar la situación que se estaba viviendo.

1536, 15 de junio: batalla del río Lujan con los indígenas, en la que Mendoza perdió a su hermano Diego y a dos sobrinos, Pedro y Luis Benavides, además de otros capitanes. Fueron 300 españoles contra 4.000 querandíes.


1536, 24 de junio: al mes de haber vuelto Jorge Lujan de su viaje en busca de provisiones, acuden hasta 23.000 guerreros a incendiar Buenos Aires. Procedían de cuatro naciones: querandís, guaranís, charrúas y chaná-timbús. Atacan con flechas incendiarias la naciente ciudad, pero no pueden tomarla.

1536, Mediados de Agosto: pese a tantos contratiempos y alentado por las nuevas de Ayolas, aún le quedan fuerzas a Mendoza para ponerse al frente de una expedición para remontar el río Paraná a los tierras de los timbús. Se embarca en una flotilla de ocho bergantines y bateles con Ayolas y 400 hombres, y suben río arriba. Deja 100 hombres en Buenos Aires.

1536, 15 de septiembre: llegada de la expedición de Mendoza a Corpus Christi.1536, finales de Septiembre: Pedro de Mendoza funda el pueblo y fuerte de Buena Esperanza, en las cercanías del actual Puerto Aragón.

1536, primeros de octubre: vuelve con bastimentos la expedición de Gonzalo de Mendoza y Gonzalo de Acosta de su viaje a Santa Catalina en busca de víveres, desconociendo el ataque a Buenos Aires del 24 de junio. De allí no sólo trajo los bastimentos y otras cosas necesarias, sino ciertos cristianos que allí vivían con sus familias y esclavos, para que les sirviesen de intérpretes en sus tratos con los indios.


1536, 14 de octubre: por orden de Mendoza, Juan de Ayolas parte del recién fundado fuerte de Buena Esperanza, con ciento cuarenta hombres y dos bergantines. El gobernador le ordena la penetración del Paraguay hasta llegar a la Sierra de la Plata.

1536, 22 de octubre: Mendoza parte desde Buena Esperanza para volver a Buenos Aires.

1536 primeros de noviembre: el Adelantado estaba ya de regreso antes de fin de año en Buenos Aires, después de que se concluyeron las tres naos que se estaban preparando. A su vuelta se encuentra postrado a causa de una enfermedad que ulceraba todo su cuerpo y apenas tiene voluntad para acometer nuevas iniciativas.

1536, noviembre: Juan de Ayolas y sus compañeros de expedición remontan el Paraguay, con grandes dificultades, yendo parte de los soldados por tierra, con el objetivo de alcanzar la tierra paraguaya. Exploran las tierras del interior.

1537, 15 de enero: Mendoza despacha a Juan de Salazar y a Gonzalo de Mendoza en busca de Juan de Ayolas, con tres bergantines y 60 hombres, pero tardarán seis meses hasta llegar al fuerte de la Candelaria.

1537, 2 de febrero: Ayolas funda el fuerte de Candelaria a orillas del río Paraguay, cerca de la desembocadura del rio Blanco y establece buenas relaciones con los indios payaguaes.

1537, 12 de febrero: parte Ayolas hacia el oeste por el Chaco con 130 hombres dejando a Domingo de Irala en la Candelaria con 30 hombres en el fuerte y explora 100 leguas mas arriba la tierra de los payaguá. Ayolas se relaciona con los indios payaguaes, hasta el punto de casarse con la hija del cacique Tamatía.Ayolas había dejado a Irala al mando con plenos poderes y derecho de sucesión, según el acta labrada y firmada por los mismos ante el escribano Haro el 12 del mismo mes y año. Irala permanece en el lugar por más de cuatro meses, con gran zozobra en el esfuerzo por sobrevivir y cuidar que las embarcaciones no se echasen a perder.

1537, 22 de abril: gravemente enfermo, Pedro de Mendoza parte para España y delega el mando del poblado con 250 hombres en el capitán Francisco Ruiz Galán hasta que Ayolas regresara, embarcando en la carabela Magdalena y escoltado por el galeón San Antón. A la altura de Cabo Verde fallece el 23 de junio.

1537, 23 de junio: llegan a la Candelaria Juan de Salazar de Espinosa y Gonzalo de Mendoza enviados por Pedro de Mendoza trayendo víveres y procurando conocer noticias de Ayolas, quien todavía no regresaba. Encuentro entre Salazar e Irala a treinta leguas al norte del puerto de la Candelaria. Como habían dejado un navío en Buena Esperanza, deciden bajar a un puerto de los carios con los otros dos y con los dos de Irala que se encuentran en muy mal estado.

1537, julio: Salazar abandona Nuestra Señora de la Candelaria y regresan aguas abajo, en las tierras dominadas por el cacique Caracará, donde en la subida por el río se habían abastecido merced a la ayuda de los carios, quienes habían optado por una alianza política con los hispanos como estrategia de paz. Mucho les sirvió de «lengua» el cristiano Juan Pérez, que Gonzalo de Mendoza había traído del Brasil. Aquí se levantará la «casa fuerte» origen de la ciudad de la Asunción. Poco después Irala se encamina a Asunción para reponer víveres.

1537, 15 de agosto: con la anuencia de Irala, Salazar funda ese día el fuerte Nuestra Señora de la Asunción, "asentado un pueblo en concordia de los naturales de generación carios". Una vez instalado el fuerte, Salazar lo deja al mando de Gonzalo de Mendoza con una guarnición de treinta soldados, y regresa a Buenos Aires a informar a Pedro de Mendoza, quien para entonces ya había partido de regreso a España.



1537, septiembre: Salazar llega de vuelta a Buenos Aires, cuando ya hacía seis meses que había partido Mendoza hacia España. Informa que Ayolas se había ido tierra adentro, dejando a Irala con 30 hombres en el fuerte de la Candelaria, asiento de los payaguá. Aparte de esto, avisa Salazar, que al bajar había «asentado un pueblo en concordia de los naturales de generación carios», y en la ribera del río Paraguay.

1537, octubre-1538 febrero: Ayolas atraviesa el Chaco, llegando a la tierra de los cracares, los charcas, donde es atacado por los naturales. Tras el ataque consigue un botín de sesenta y seis cargas de plata y toma la decisión de regresar. Los españoles no tienen apenas municiones y han perdido mucho armamento por lo que evitan cualquier enfrentamiento con los indios en la provincia de Chaco.

1538, marzo: Ayolas y sus hombres llegan de vuelta a Candelaria sin encontrar a Martínez de Irala, quien se había quedado como lugarteniente del fuerte tras su fundación. Su decepción es grande al no encontrar a Irala y al resto de la gente, por lo que decide aceptar la invitación que le ofrecen los indios payaguas, para reponerse y descansar en su pueblo, sin embargo, a mitad de camino los españoles son emboscados, produciéndose la muerte de casi todos los expedicionarios, incluyendo la de Juan de Ayolas.

1538, abril: llega a Buenos Aires el navío de León Pancaldo para comerciar. Intenta vender sus mercancías en las pobrísimas villas de los españoles levantadas a lo largo del río, pero la población de Buenos Aires y alrededores es tan pobre que sólo pueden pagar a crédito.

1538, junio: el capitán Francisco Ruiz Galán, quien había recibido el mando de Buenos Aires a la partida de Pedro de Mendoza, deja una pequeña guarnición en Buenos Aires, y con el grueso de la gente (200 a 250 hombres) suben por el Paraná y el Paraguay, y en un acta levantada de paso en Corpus Christi, firma Juan de Salazar, entre varios otros, reconociendo a Ruiz de teniente gobernador interino, obteniendo obediencia de los soldados de Corpus Christi y Buena Esperanza. Luego decide tomar el poder de Asunción y La Candelaria. Despuebla los fuertes de Corpus y Buena Esperanza y se hace a la vela hacia Asunción. Mientras, Irala decide esperar a Ayolas también en La Asunción en lugar de en la Candelaria para buscar provisiones y reparar las naves.

1538, julio: Encuentro en Asunción y discusión entre Ruiz e Irala por el mando, prevaleciendo el primero.

1538, 23 de agosto: Irala vuelve a La Candelaría para espera a Ayolas. Los siguientes meses son durísimos para Irala y sus hombres debido a los ataques de los nativos y las precarias condiciones de vida en La Candelaria. Decidirán volver a Asunción a calafatear las naves, buscar provisiones y, tal vez, reforzar la tropa antes de continuar la espera en el norte.

1538, octubre: llega a Buenos Aires desde España el veedor Alonso Cabrera, con instrucciones de la Corona para organizar el gobierno de esas tierras. Porta una Real Cédula, de 1537, por la cual se permitía a los pobladores elegir gobernador mientras que los monarcas decidían a quién designar. Se producen discusiones entre Cabrera y Ruiz por el mando, y después parten los dos con siete bergantines y 200 hombres para el Paraguay, donde reside Salazar, y para dar socorro a Juan de Ayolas.

1539, enero: A la llegada de Cabera y Ruiz Galán a la Asunción, se reúnen con Irala y entre los tres acuerdan otorgar el mando a este último por ser el lugarteniente de Juan de Ayolas y que a su vez lo era de Pedro de Mendoza.

1539, 3 de febrero: Los timbúes destruyen el fuerte de Buena Esperanza.

1539, Abril: se mantiene el desacuerdo entre Irala y Ruiz, retirándose éste a Buenos Aires y despachando el galeón Santa Catalina a España. De este viaje resultó la confirmación real de los títulos de Ayolas, que le llegaron a Irala más o menos a principios de 15401539, Jueves santo: varios líderes indígenas de la región se organizan para liquidar a todos los hispanos, pero son delatados por una de las concubinas de Juan de Salazar, quien alerta sobre la conspiración. Irala toma las precauciones con mucha inteligencia y esa misma noche termina con la vida de los responsables del complot.

1539, 23 de junio: en Asunción, previas formalidades, el veedor Cabrera confirma a Domingo Martínez de Irala como gobernador de la Provincia del Paraguay. Este acto legitima aún más el mando de Irala.

1539, 26 de julio: Juan de Salazar de Espinoza le entrega las llaves de la casa fuerte e Irala toma posesión de Asunción y de toda la provincia haciendo valer sus derechos como lugarteniente de Ayolas, heredero del Adelantado.

1539, noviembre: el nuevo gobernador Domingo Martínez de Irala inicia la búsqueda de Juan de Ayolas mediante una expedición al centro del Chaco, pero tan sólo puede confirmar su muerte, en enero de 1540, así como de la mayoría de sus hombres a manos de los chané. El gobernador envía cartas a España informando sobre la ubicación y la situación de los sobrevivientes de la armada de Pedro de Mendoza y solicita auxilios para el destacamento de Asunción. Sin embargo, quien recibe ese documento en la isla de Santa Catalina es Alvar Núñez Cabeza de Vaca, que venía desde España como nuevo gobernador, el cual se pone en camino por tierra hacia Asunción.

1541 junio: Irala retira a toda la gente de Buenos Aires y los puertos intermedios, concentrándolos en la Asunción.

El quinto explorador fue Alvar Núñez Cabeza de Vaca que logró de Carlos I de España una capitulación para sustituir a Pedro de Mendoza, muerto poco tiempo antes, en la exploración del Paraná, y para socorrer a la población española establecida en la zona, comprometiéndose además a aportar 8.000 ducados propios para financiar la expedición; a cambio, Carlos I lo nombró capitán general, gobernador y adelantado del territorio del Río de la Plata.


La expedición, formada por tres navíos y unos cuatrocientos hombres, zarpó de Cádiz en noviembre de 1540 y arribó en marzo del año siguiente a la isla de Santa Catalina (Brasil). Allí le llegaron a Alvar Núñez las noticias sobre la muerte de Ayolas (el gobernador dejado por Mendoza antes de su muerte), el abandono de Santa María del Buen Aire, la huida de la colonia española y el traslado de la capital a Asunción (Paraguay). Decidió entonces, tras enviar pequeñas expediciones de reconocimiento, llegar por tierra hasta Asunción siguiendo la ruta que había abierto Alejo García quince años antes. En su marcha, que se iniciará en noviembre de 1541, atravesaría parte de las selvas brasileñas y descubriría las cataratas del Iguazú.

Cronología:

1540, 2 de diciembre: la expedición de Alvar Núñez Cabeza de Vaca parte desde Cádiz con destino al Río de la Plata, compuesta por tres naves que embarcan 400 hombres y 46 caballos.

1541, 29 de marzo: arribada de la Armada a Santa Catalina (Brasil) donde son informados de las dificultades de los españoles que estaban en Asunción (Paraguay), por lo que Alvar decide socorrerlos dirigiéndose por tierra por un territorio desconocido, enviando los buques a Buenos Aires.

Conquistadores españoles por Craig Mullins.


1541, 18 de octubre: la expedición de Alvar parte Santa Catalina rumbo al Oeste, atravesando en su camino frondosas selvas, serranías y gran cantidad de ríos caudalosos. Guiados por indígenas guaraníes, los expedicionarios entonces 260 hombres con 30 caballos, cruzan la selva paranaense, sierras, montañas y ríos.1541, 1 de diciembre: la expedición de Alvar llega al río Iguazú

1542, 31 enero: Alvar descubre las imponentes y estruendosas cataratas del Iguazú, atraviesa el Paraná en canoas y se dirige hacia el oeste.

1542, 11 de marzo: agotados y desfallecidos, después de recorrer casi 1.300 km, llegan al fuerte de Nuestra Señora de la Asunción y allí Domingo Martínez de Irala le entrega el mando al nuevo gobernador Cabeza de Vaca. Durante su gobierno en Paraguay llega a tratos con los indios guaraníes para pacificar el país y mantener bajo control a otras tribus indígenas más belicosas, a pesar de que fracasa en su intento de repoblar Buenos Aires y de adentrarse por la región del Chaco.

Alvar Núñez choca con Irala y los pobladores de Asunción, calificando aquella villa como el "paraíso de Mahoma" por la gran cantidad de indias que tiene cada hombre, entre cinco o seis los que menos tienen y hasta treinta o cuarenta en el caso de los hombres de mayor jerarquía. Entre estas mujeres suelen mezclarse promiscuamente madres, hijas y hermanas al servicio de un mismo hombre y de estas uniones habían nacido más de cinco mil mestizos.

1542, octubre: el nuevo gobernador Alvar envía al capitán Irala a realizar exploraciones previas al norte.


1543, enero: Irala alcanza en la laguna de La Gaiba un lugar apto para establecer el centro de operaciones hispánicas en lo que llama "Puerto de Los Reyes", situado en el Alto Paraguay, hoy Bolivia, en la actual región del Pantanal. En dicho puerto Irala consigue el apoyo y la confianza de los naturales.

1542, 3 al 4 de febrero: se produce un incendio en Asunción reduciendo a cenizas prácticamente todo el poblado, incluyendo los edificios públicos y el depósito de víveres. El hambre se hace sentir.

1543, 16 de febrero: Irala llega de regreso a Asunción

1543, 8 de septiembre: expedición al Alto Perú bajo el mando de Alvar Núñez que deja el mando de Asunción a Salazar, dirigiéndose hacia el norte remontando el río Paraguay.

1543, noviembre: llegada de la expedición de Alvar al puerto de Los Reyes donde Irala es nombrado maestre de campo del Adelantado, tratando de aprovechar sus dotes, experiencia y buscando una salida política a los sectores enfrentados. Luego de un período de lluvias, los hispanos comienzan a establecerse propiciando un acercamiento pacífico a las etnias locales. Después de una fracasada exploración el oeste y pasar muchas penalidades deciden volver a Asunción.

1544, 18 de abril: llegada de vuelta a Asunción de los expedicionarios al Alto Perú.

1544, 25 de abril: Motín organizado por los leales a Irala, quien días después es propuesto como gobernador en su calidad de lugarteniente de Ayolas. Irala acepta la nominación y jura como nuevo gobernador. Cabeza de Vaca permanece arrestado desde aquella noche de San Marcos hasta su deportación a España, diez meses más tarde. Lo acompañan al proceso judicial algunos leales suyos, entre ellos el capitán Juan de Salazar. Los cargos contra el adelantado son numerosos, aunque el más grave y polémico de todos es el de pretender hacerse dueño y señor de las tierras conquistadas y desconocer la autoridad del Rey.

1545: Alvar es deportado a España, saliendo de Asunción a bordo del navío El Comunero. A su llegada, el Consejo de Indias confirma el destierro, deportándolo a Orán (Argelia), pena que no llega a cumplir.

En España será sometido a un largo pleito en el que se le imputarán treinta y cuatro cargos y del que resultará duramente condenado; sin embargo, recurrirá el fallo y poco más de un año después, el 23 de agosto de 1552, conseguirá ser absuelto. Pero la revocación de la sentencia contendrá significativas salvedades, ya que no recuperará ninguno de sus títulos y quedará perpetuamente desterrado de la provincia del Río de la Plata. En sus últimos años en Sevilla no hay constancia cierta de que desempeñara el cargo de juez de la Real Audiencia o de prior de un convento, donde al parecer fallece entre 1558 y 1564.

Durante esos años, Domingo Martínez de Irala ejercerá de hecho como gobernador de la Provincia del Paraguay y del Río de la Plata, confirmado por la Corona en 1555 y hasta su muerte en 1556.

Hasta aquí se cuenta un resumen de esta trepidante historia de las cinco primeras expediciones al Río de la Plata, en las que además de los exploradores principales que contaban con Capitulaciones con la Corona, surgieron otros capitanes que lucharon denodadamente por la supervivencia y el establecimiento de asentamientos españoles en esa región, muchos de los cuales murieron en aquellas tierras. Entre ellos surgieron disputas por el liderazgo sumadas a las ambiciones personales, el hambre, las penalidades y los sufrimientos, sin menoscabo de lealtades y traiciones, crueldad y humanidad, todo lo que el ser humano genera cuando se encuentra en una naturaleza de máxima dificultad.

Fuentes consultadas:

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/cabeza.htm

BIOGRAFÍAS e HISTORIA UNIVERSAL,ARGENTINA y de la CIENCIA Historia ArgentinaHistoria de la Exploracion del Rio de la Plata: Solis y Caboto

https://historiaybiografias.com/mardulce3/

La Escuela Digital. La exploración del continente americano. La expedición de Sebastián Gaboto (1526-1530)

LUCÍA MIRANDA, MITO DE LA CAUTIVA BLANCA EN EL RÍO DE LA PLATA, DESDE EL SIGLO XVI HASTA EL SIGLO XX. Lucia Miranda, CARLOS ALFREDO ROSSI ELGUE. UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (Argentina)

LA EXPEDICION DE DIEGO GARCIA AL RIO DE LA PLATA. ERIC BEERMA
Pedro de Mendoza, adelantado del Río de la Plata (h. 1499-1537). Miguel Molina Martinez. Identidad e imagen de Andalucía en la Eda Moderna

https://www.cervantesvirtual.com/obr...ce6064_83.html. traductor D. Samuel A. Lafone Quevedo

Diccionario Biográfico RAH

Las sirenas del Plata: nuevos rumbos de las expediciones de Sebastián Caboto y Diego García de Moguer en el Mar Océano Austral (1526-1530). María Juliana Gandini. Revista Escuela de Historia. vol.15 no.1 Salta jul.2016

https://pueblosoriginarios.com/biogr...aboto_seb.html

Historia y Leyenda de la Villa Imperial de Potosí - Bolivia @historialeyendapotosi · Revista

EL VENECIANO SEBASTIÁN CABOTO AL SERVICIO DE ESPAÑA Y ESPECIA LMENTE DE SU PROYECTADO VIAJE A LAS MOLUCAS POR EL Estrecho de Magallanes y al reconocImiento DE LA costa del CONTINENTE HASTA LA GOBERNACIÓN de Pedrarias Dávila. POR JOSÉ TORIBIO MEDINA. Santiago de Chile. LIBRARY UNIVERSITY OF CALIFORNIA DAVIS. 1897

https://buenosaireshistoria.org/junt...res-1536-1580/

EL PORTUGUÉS GONZALO DE ACOSTA AL SERVICIO DE ESPAÑA ESTUDIO HISTÓRICO POR J. T. MEDINA. SANTIAGO DE CHILE. IMPRENTA ELZEVIRÍANA. 1908

Nuevas de Indias. ¡JUICIO A LOS REBELDES! LA CONFIGURACIÓN DEL ENEMIGO EN LOS «COMENTARIOS» DE ALVAR NÚÑEZ CABEZA DE VACA. Milagros Arano Lean (Universidad de Barcelona). 22 de junio de 2017




https://laamericaespanyola.wordpress...o-de-la-plata/