La hazaña misional hispánica en Venezuela, 1656-1810

Por sinnombre el 16 agosto, 2023




Misión capuchina en Guayana

Más de 320 pueblos y ciudades de lo que hoy es Venezuela, fueron fundados por misioneros españoles, especialmente durante los siglos XVII y XVIII. Fue una «gesta» misional y colonizadora, en palabras de uno de los principales expertos sobre el tema, el erudito e historiador religioso venezolano, P. Buenaventura de Carrocera, que marcó singularmente la historia de este país durante el período hispánico.

Aunque las primeras expediciones conquistadoras españolas datan del siglo XVI, amplias zonas selváticas de este inmenso país permanecieron inexploradas hasta bien entrado el siglo XVII. Y fue la colaboración entre la Corona y la Iglesia española, la que permitió llevar adelante la colonización de Venezuela, con la fundación de gran número de misiones y pueblos, que fueron habitados tanto por colonos españoles peninsulares como por miles de indios cristianizados que vivían y trabajaban con normalidad. Los misioneros españoles dirigían las Misiones, ejercían la autoridad espiritual y llevaban a cabo la expansión, quedando la autoridad jurisdiccional en manos de los Gobernadores de la Corona. Además, las Misiones hispánicas tuvieron un papel muy importante en la práctica para erradicar la esclavitud de los indios y los peores abusos del sistema de la » Encomienda» que en ocasiones se habían dado.

Cuatro Órdenes religiosas tuvieron el papel más destacado: los Dominicos, los Franciscanos, los Jesuitas y los Capuchinos.
Los Dominicos fueron los protagonistas de la evangelización en lo que hoy son los estados de Barinas y Apure, donde se fundaron 20 pueblos entre 1710 y 1811.

Los Franciscanos fueron los promotores de lo que se conoció como Misión de Píritu, donde a partir de 1656 fundaron 42 pueblos con más de 20.000 indios. Esta gran misión comprendía la antigua provincia de Nueva Barcelona (fundada por el conquistador catalán Juan de Urpín o Joan de Orpí) hasta el río Orinoco, llegando hasta los límites de lo que hoy es Brasil. En la parte derecha del Orinoco fundaron otros 38 pueblos.

Los Jesuitas fundaron nuevas misiones, dependientes de las que poseían en los llanos de Casanare, en la actual Colombia. Desde aquí penetraron en las regiones del Alto Orinoco y el río Meta, a partir de 1681. No obstante, esta evangelización fue difícil a causa de las numerosas rebeliones de los indios. La Corona envió tropas y después de fuertes luchas se fueron sometiendo los belicosos indios Caribes y fue posible reiniciar la evangelización. Entre 1721 y 1745 los Jesuitas fundaron más de 20 pueblos. No obstante, la posterior expulsión de los Jesuitas por orden de Carlos III, truncó la evangelización en esta zona.
Probablemente los Capuchinos tuvieron el mayor protagonismo en la evangelización de Venezuela. Los Capuchinos lideraron la evangelización y urbanización de la extensa región de Nueva Andalucía, cuya capital es Cumaná. En esta amplia provincia que partía del Golfo Triste hasta el delta del río Orinoco los Capuchinos españoles fundaron más de 70 poblaciones. También dirigieron la expansión en la región de los Llanos de Caracas, establecida en 1658, desde Barquisimeto, San Felipe y Altagracia hasta el río Apure y posteriormente llegaron hasta la ribera izquierda del Meta, zona donde fundaron 107 pueblos.

También fue capuchina la Misión de Trinidad y Guayana, que tuvo origen en 1682. Los Capuchinos, principalmente catalanes, fundaron allí 34 pueblos.

Otra gran misión fue la de Santa Marta, que dio comienzo en 1693 y que comprendía desde la costa oriental del golfo de Maracaibo hasta el río Magdalena, en una zona en territorio de lo que hoy es Colombia y Venezuela.

Incluso se produjo una cierta especialización geográfica entre los Capuchinos españoles en la expansión misional, ya que los Capuchinos catalanes (auténticos catalanes universales hoy olvidados a causa de su hispanismo por la Cataluña oficial e incluso por la Iglesia en Cataluña) llevaron a cabo la evangelización de Guayana, los Capuchinos andaluces la de los Llanos de Caracas, los aragoneses la de Cumaná y los valencianos y navarros la de Maracaibo y Santa Marta.

El inicio de la sublevación y la guerra separatista en Venezuela a partir de 1811 echó a perder por desgracia, parte de la obra misional hispánica y numerosos pueblos quedaron abandonados pero la huella de esta amplia evangelización y urbanización, bajo los auspicios de la Corona, era ya indeleble.

En cualquier caso, esta gesta misional y urbanizadora, poco conocida por desgracia en España actualmente, dejó claro de nuevo que la Hispanidad fue una gran fuerza civilizadora y un modelo de imperio cristiano, en los tiempos en que la Iglesia y la Corona hispánica, tenían la defensa y expansión de la Fe como su principal objetivo.

Rafael María Molina.



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