Muy bonito texto, me ha gustado mucho, presenta al personaje de Cortés con sus miserias y grandezas, tal como hay que hacer estas cosas, creo yo. Es curioso que un “lance de amor” y un torpe traspié trajeran al final, como consecuencia, la conquista de México.
Difícil labor en nuestros días, allí en México, ponerse a revindicar la memoria de Hernán Cortes. Supongo que eso si que resulta “políticamente incorrecto” por esos pagos, habiendo tanto rollo indigenista, ya que la idea general en México, y lo aceptado, es que Cortés fue una autentica bestia negra, malvado y esa palabra que se utiliza tanto en nuestros días, “genocida”, y la Malinche, Doña Marina, una traidora a su pueblo.
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