La ceremonia del té alcanzó su máximo esplendor y desarrollo a partir precisamente de Sen no Rikyu. Él fue quien le dio su forma definitiva. Evidentemente, otra más de tantísimas influencias de los portugueses y españoles. La ceremonia del té se convirtió en una forma de convivencia, de encuentro, que tiene mucho (mutatis mutandis y adaptado a la sociedad y la cultura niponas) de algo tan nuestro como encontrarse entre amigos para conversar y disfrutar de unos momentos de convivencia, aunque nosotros lo hagamos tomando cerveza o vino en vez de té (no olvidemos tampoco que fueron los portugueses y no los ingleses quienes introdujeron el té en Europa). Algo desde luego innovador en una sociedad tan cerrada como son las orientales.
Marcadores