Antropónimos hispánicos en las islas Marianas

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Rafael Rodríguez-Ponga



Al estudiar (120) una lengua se habla normalmente de la gramática, del vocabulario y de la fonología, y se dejan de lado otros rasgos lingüísticos que, sin embargo, pueden resultar muy llamativos. Me refiero a los nombres propios de lugares -topónimos- y de personas -antropónimos-. Sin duda alguna, unos y otros responden a tradiciones lingüísticas y a hechos históricos cuya pervivencia queda reflejada de forma muy llamativa, precisamente, gracias a estos nombres propios.
La presencia hispánica en las islas Marianas dejó numerosos topónimos: el nombre del propio archipiélago (Marianas), de varias islas (Farallón de Pájaros, Urracas, Farallón de Medinilla), de pueblos (San José, Santa Rita, Barrigada, etc), así como de lugares y accidentes geográficos diversos.
Una gran parte de los habitantes nativos de las islas Marianas -llamados chamorros (121)- tienen nombre y apellidos españoles, lo que refleja de forma evidente la hispanidad de esas islas del Pacífico norte. Lo mismo sucede en otros archipiélagos del Pacífico que pertenecieron a España: en Filipinas, Palaos y Carolinas hay numerosas personas con nombres y apellidos españoles. [76]
Las islas Marianas fueron descubiertas para Europa en 1521 por la expedición de Elcano y Magallanes. En 1565, Legazpi tomó posesión de ellas en favor de la Corona española. En 1668, año que marca el principio de la colonización, el beato Diego Luis de Sanvitores (122) fundó el primer establecimiento permanente español. En 1898 la isla de Guam pasó a Estados Unidos. El resto del archipiélago -hoy llamado Marianas del Norte- fue vendido a Alemania en 1899, pasó a Japón en 1914 y durante la Segunda Guerra Mundial fue tomado por Estados Unidos, que lo administró en el período 1947-1986 como fideicomiso de las Naciones Unidas y desde esta última fecha como un Estado asociado, al estilo de Puerto Rico.
En las islas Marianas la huella hispánica -española y mexicana principalmente- se advierte hoy en muy diversos ámbitos de la vida cotidiana, desde los nombres y apellidos a los que aquí nos referimos, hasta la gastronomía, pasando por la religión católica -con sus tradiciones hispánicas- y las huellas arquitectónicas. Además, el chamorro tiene en su vocabulario en torno al 50 ó 60% de palabras de origen español, que ha influido también grandemente en la gramática y la fonología (123).



NOMBRES DE PILA (124)
Por razones religiosas e históricas, los nombres de pila de los chamorros han sido cristianos durante siglos. El catolicismo, introducido por el beato Diego Luis de Sanvitores en el siglo XVII, hizo que los nombres de los chamorros fueran exclusivamente españoles hasta hace unas décadas. Dada la amplitud del santoral, son cientos los nombres de pila españoles que llevan los chamorros: Juan, Vicente, Pedro, Antonio, María, Isabel, etc. Por tratarse de nombres católicos, muchos de ellos responden a advocaciones de la Virgen María: Dolores, Remedios, Amparo, Asunción, Lourdes, Carmen, etc.
Muchos chamorros actuales -tras decenios de presencia estadounidense- consideran que los nombres que nosotros llamamos españoles son estrictamente chamorros, y desconocen su vinculación con el mundo hispánico.
La influencia norteamericana, especialmente desde la Segunda Guerra Mundial, ha hecho que actualmente muchos chamorros tengan sus nombres [77] en inglés. Así, empieza a generalizarse, por ejemplo, el uso de Anthony, Edward o John, en lugar de Antonio, Eduardo o Juan, además de aparecer nuevos nombres en el panorama antroponímico: Evelyn, Jessica, Nancy, etc. La semejanza del español y del inglés en algunos nombres hace que fluctúen las grafías: Tomás y Thomas, Rafael y Raphael, Josefa y Josepha.
En algún caso aparece algún nombre de reminiscencia alemana, en las Marianas del Norte: Heinz, Wilhelma.
Además de los chamorros, existe otro grupo étnico de raigambre en las Marianas del Norte. Se trata de los carolinos, establecidos, sobre todo en la isla de Saipán, desde el siglo XIX. Los carolinos normarianos, aunque conservan sus apellidos propios, tienen el nombre de pila en español, al igual que la mayoría de los chamorros. Así, encontramos nombres como Francisco Igisaiar, Juan Igisomar, Joaquina Rabauliman, etc.



HIPOCORÍSTICOS
Es muy frecuente entre los chamorros que todas las personas tengan un hipocorístico, es decir, un diminutivo o apodo derivado del nombre de pila. Tal es la importancia que se da a estos nombres informales, que incluso se utilizan en documentos públicos (propaganda electoral, esquelas mortuorias), pues identifican claramente a la persona, dado que la mayoría de la gente puede conocer a alguien sólo por el hipocorístico.
Muchos chamorros utilizan hipocorísticos de origen español: Paquito, de Francisco; Pepe, de José; Mame, de Carmen; Lola, de Dolores; Mariquita (de donde sale Kita), de María; etc.
Otros, aunque tengan su nombre de pila en chamorro (es decir, en español), prefieren ya el hipocorístico anglosajón: Tony, para Antonio, Larry, para Lorenzo; etc.
En muchos casos, los chamorros han creado sus propias formas: Benet, de Bernadita; Bek, de Isabel; Benyi, de Vicente; Dudong, de Pedro; etc. (125)
Entre nombres e hipocorísticos se dan varias combinaciones. Ya hemos visto que hay chamorros cuyo nombre es chamorro (español) pero a los que todos conocen con un hipocorístico anglosajón. A otros les pasa lo contrario: tienen un nombre anglosajón (por ejemplo, Anthony), pero la gente les llama con un hipocorístico español (Toño). Hay casos en que el nombre español funciona como hipocorístico de un nombre inglés: Jaime puede ser la forma familiar de llamar a alguien que oficialmente es James. [78]



APELLIDOS
Los apellidos, con su diversidad de orígenes, reflejan la compleja composición de la población de las Marianas, varias veces mestiza. Así, podemos encontrar apellidos:
-protochamorros (126): Taimañao, Quichocho, Mangloña, Atalig, etc.-carolinos: Seman, etc.-hispánicos: Cabrera, Castro, Guerrero, etc.-anglosajones: Underwood, Fleming, etc.-japoneses: Nakatsukasa, Takeda, Tomokane, etc.-alemanes: Hoffschneider, Kaufer-filipinos: Pangelinan-chinos: Chong
Todos ellos se consideran hoy como chamorros, independientemente del origen del apellido. Es decir, la cultura chamorra ha absorbido a personas de muy diferentes orígenes y no introduce distinciones. Esta situación es reflejo de los contactos de lenguas y culturas que han confluido en las Marianas durante siglos.
He aquí una lista, necesariamente incompleta, de apellidos de origen hispánico que llevan los nativos de las islas Marianas (127):
Acosta, Álvarez, Arriola, Artero, Barcinas, Benavente, Blas, Bordallo, Borja, Boyer, Cabrera, Calvo, Camacho, Camba, Carbullido, Castro, Celis, Cepeda, Cid, Concepción, Crisóstomo, Cristóbal, Cruz, De la Cruz, De León Guerrero, Díaz, Dueñas, Espinosa, Flores, García, Garrido, Guerrero, Guevara, Indalecio, Lázaro, León-Guerrero, Lizama, Lorenzo, Luján, Marciano, Martínez, Mendiola, Muño, Ocampo, Palacios, Palomo, Paulino, Pérez, Ramírez, Ramón, Ramos, Reyes, Ríos, Rosario, Sabino, Salas, Sánchez, San Nicolás, Santos, Sigüenza, Tenorio, Torres, Tudela, Ulloa, Valdez, Villagómez.
Además de estos, actualmente encontramos en las Marianas otros muchos apellidos anglosajones, españoles, japoneses, chinos, etc. que responden [79] a familias que han mantenido sus lenguas y sus culturas, es decir, que no se han asimilado a los chamorros. Estos son los inmigrantes más recientes.
Ahora es difícil distinguir -viendo por ejemplo el directorio telefónico- si un apellido español corresponde a una persona chamorra o más bien a un inmigrante (español, estadounidense, hispanoamericano, filipino o micronesio) que ha llegado hace poco.
Sólo la Oficina del Censo (128), con todos los datos en la mano, podría hacer el correspondiente estudio exhaustivo para ver la relación que existe entre el origen del apellido, el origen étnico y la lengua hablada en casa. Sería muy interesante comprobar -por ejemplo- si las familias que han dado nombres anglosajones a sus hijos siguen hablando chamorro en casa, o prefieren ya el inglés; si hay una mayor fidelidad a la lengua chamorra entre las familias con apellidos protochamorros; o si las personas de apellidos españoles, japoneses o anglosajones tienen determinadas preferencias por las lenguas habladas en sus casas.
Hay que destacar que muchos apellidos protochamorros han conservado su ortografía española. Es decir, los Quichocho o Quitugua siguen prefiriendo su forma original frente a la que últimamente -desde los años 70- propugnan los organismos locales, que sería Kichocho y Kitugua.
Con los nombres y apellidos de los chamorros se dan multitud de combinaciones. Veamos algunos ejemplos:
-nombre español y apellido protochamorro: Rafael Quitugua, Marcelina Taítano, Joaquín Mangloña, Jesús Babauta, Rufina Atalig, etc.-nombre español y apellido español: Remedios Castro, Crispín Guerrero, Silvestre Cruz, Alejo Mendiola, Gonzalo Santos, Ricardo Villagómez, Vicente Sánchez, Milagro Palacios, Estefanía Ramírez, Nicolasa Rosario, etc.-nombre español y apellido japonés: Luis Sasamoto, Jovita Tomokane, Ángel Fujihira, Pedro Togawa.-nombre español y apellido alemán: María Hoffschneider, Consolación Kaufer.-nombre español y apellido chino: Victorino Chong.-nombre español y apellido carolino: Vicente Seman.-nombre inglés y apellido protochamorro: Henry Mangloña, George Ayuyu, Patrick Ogo, etc.-nombre inglés y apellido inglés: Robert Underwood, Michael Fleming.-nombre inglés y apellido alemán: Henry Hoffschneider.-nombre inglés y apellido español: Phillip Flores, etc. [80]
Por edades, se observa que los nombres ingleses son mucho más frecuentes en las personas jóvenes, especialmente desde los años 60. Así, son ya usuales las combinaciones anglo-españolas del tipo Nancy Castro, Richard Santos, Margaret De la Cruz, etc.
Es difícil precisar cuántos chamorros tienen apellidos de uno u otro origen. Sería muy interesante hacer un estudio cuantitativo de todas las combinaciones posibles de apellidos y nombres de los chamorros, pero ya queda dicho que harían falta los datos del Censo para ver caso por caso. De todas formas, por las listas de nombres que he podido estudiar, creo que es español el último apellido del 40 ó 50% de los chamorros. Esta cifra es variable: en determinados ámbitos, el número de apellidos españoles es muy superior, mientras que en la isla de Rota quizás sea sólo el 30% de la población, dado que una buena parte tiene apellidos protochamorros (Atalig, Manibusan, Taítano, Taimañao, Mangloña, Taisacán, Songsong, Ogo, etc.). Si consideramos los dos apellidos -«last name» y «middle name»-, la cifra de chamorros que tiene algún apellido hispánico puede llegar al 75%.
Al estudiar los apellidos de los chamorros, debe tenerse en cuenta que siguen hoy el sistema estadounidense, es decir, el apellido de la familia del padre es el que figura en último lugar -«last name»-, mientras que el apellido del medio -«middle name»- (normalmente representado sólo con la inicial) suele corresponder a la madre. Así, por ejemplo, Vicente Taitinfung Camacho escribe normalmente su nombre como Vicente T. Camacho, porque este último es el apellido paterno. Sin embargo, según el sistema español, el orden es el contrario y uno pone primero el apellido del padre y después el de la madre. He conocido a una persona mayor en las Marianas del Norte que conservaba sus apellidos a la manera española: Santiago Tudela Camacho, donde Tudela es el apellido paterno y Camacho el materno. Además, como se sabe, las mujeres casadas ponen en primer lugar su apellido paterno y en último lugar -el preferente- el del marido (129).
Si a las diferencias en los registros de nombres entre las administraciones española y estadounidense, añadimos la japonesa y la alemana, nos daremos cuenta de la dificultad que significa rastrear un siglo de la historia de algunas familias chamorras, con todos los problemas personales y legales que se plantean.
Es importante señalar que esta diversidad de apellidos refleja realmente lo que es la lengua chamorra: una lengua mixta hispano-micronesia, de estructura malayo-polinésica indudable -bien protochamorra, bien filipina-, con un aditamento hispánico de al menos el 50%, y con algunos añadidos modernos de japonés y, sobre todo, de inglés. [81]



ORIGEN DE LOS APELLIDOS ESPAÑOLES
¿Por qué los chamorros tienen apellidos españoles? La respuesta es muy sencilla: en un alto porcentaje de los casos se debe al efecto natural del mestizaje. No es fácil probar que cada apellido chamorro de origen español proceda exactamente de un español, mexicano u otro hispanoamericano que se asentó en aquellas islas. Sabemos, sin embargo, que el mestizaje fue efectivo desde el principio, pues ya en el siglo XVII queda atestiguada la existencia de matrimonios mixtos hispano-marianos. El padre García escribe que en 1676: «era de gran consuelo para los ministros evangélicos haberse celebrado algunos casamientos de los compañeros seglares con las mujeres de la tierra», y añade después que «se hizieron algunos casamientos, así de españoles como de indios, con algunas niñas marianas de las más bien criadas de los colegios». Ese mismo año llegaron a Guam dos familias procedentes de Acapulco (130). Durante todo el siglo XVIII y XIX el mestizaje fue continuo, hasta el final de la presencia española. Aún hoy, podemos encontrar en las islas Marianas matrimonios mixtos de españoles o hispanoamericanos casados con chamorros.
Vamos a detenernos en una familia de origen español, la de un soldado del 98. Pascual Artero (131) nació en Mojácar (Almería, España) en 1875, fue destinado como soldado a Filipinas en 1898 y ese mismo año pasó a Yap, en las Carolinas, donde ascendió a sargento. Allí se casó con una chamorra. En 1901 se instaló en Guam, donde trabajó con otros españoles, Pedro Duarte y Baltasar Bordallo, arraigados ya en la isla, y donde logró gran prosperidad económica y prestigio humano. Tuvo 6 hijos y numerosos nietos y bisnietos. Hoy, los Artero forman una de las familias de mayor prestigio de Guam. Me ha cabido el honor de conocer a una de sus hijas -ya muy mayor- y a varios de sus descendientes. Es muy interesante ver la evolución en el uso de los idiomas:
-Pascual Artero y su mujer (la primera generación) hablaban en casa español y chamorro, y aprendieron inglés como lengua oficial de la isla de Guam.-Sus hijos hablaban y escribían español, chamorro e inglés.-Sus nietos usan chamorro e inglés.-Sus bisnietos sólo saben expresarse en inglés.
Además del mestizaje, hay otro origen posible de algunos apellidos españoles que hoy aparecen en las Marianas. En 1848 el Gobernador General de Filipinas, Narciso Clavería Zaldúa, Conde de Manila, dictó un decreto por el que se obligaba a todos los filipinos a adoptar un apellido. Para ello, presentó [82] una lista de 60.662 apellidos a los alcaldes mayores para su distribución. De esta forma, muchos filipinos eligieron tener un apellido español, aunque en sus venas no corriera ni una gota de sangre hispana (132).
Aunque las Marianas dependían en el XIX del gobierno español de Manila, no hay ningún documento que pruebe que ese decreto se aplicó en este archipiélago, según me señala la profesora Marjorie Driver, encargada de la Colección de Documentos Españoles del «Micronesian Area Research Center» (M.A.R.C.) de la Universidad de Guam, gran conocedora de la Historia hispánica de estas islas. La profesora Driver encuentra varias razones para que ese decreto no se aplicara aquí: en primer lugar, los habitantes eran pocos y, por tanto, conocidos por todos, por lo que no necesitaban adoptar ningún apellido nuevo; en segundo lugar, a mediados del siglo XIX la población ya era muy hispana y muchos ya tenían apellidos españoles; en tercer lugar, el decreto filipino se hizo con fines tributarios, y los chamorros se encontraban al margen de esta cuestión.
Aunque ese decreto no se aplicara directamente en las Marianas, sí tuvo sus consecuencias. No cabe duda de que algunos de los filipinos que llegaron después de 1848 con apellido español, podrían haberlo adoptado mediante ese procedimiento, y no como resultado del mestizaje.
En el M.A.R.C. antes citado se está llevando a cabo una investigación genealógica sobre la población chamorra de Guam. De esa manera se pretende conocer cuál es realmente el origen de la población chamorra actual y sus apellidos. Los resultados van a tener un gran interés no sólo para los propios interesados -los chamorros- sino también para todo tipo de investigadores (historiadores, lingüistas, antropólogos, etc).
Mi propósito con estas líneas no ha sido, evidentemente, genealógico. Me he propuesto nada más llamar la atención sobre unos hechos lingüísticos que se observan en los antropónimos:
a) A través de los apellidos podemos ver que el chamorro, como lengua mixta, refleja un mestizaje real de la población de las Marianas entre elementos hispánicos y malayo-polinésicos, junto con otras aportaciones (japoneses, anglosajones, etc). La mezcla de la población, plasmada en los apellidos, se corresponde con la mezcla lingüística, que ha dado como resultado el chamorro moderno.b) A través de los nombres de pila, se puede deducir el prestigio de los idiomas. La elección actual de los nombres propios o los hipocorísticos se debe a una actitud ante las lenguas. Que un Antonio prefiriera la forma hispano-chamorra Toño a la anglosajona Tony reflejaría el mayor prestigio de la primera, y viceversa. [83]
Creo que el estudio de los nombres propios de los naturales de las Marianas contribuye a conocer mejor la realidad lingüística de las islas, porque los antropónimos hispánicos de las Marianas no responden a una casualidad histórica. Hubo un profundo mestizaje de la sangre que dio como resultado un llamativo caso de mestizaje lingüístico (133). [84][85]

http://www.cervantesvirtual.com/serv...00002.htm#I_7_