Re: Más romanos que nadie
El garum del que había diferentes recetas, se hacía como una salmuera que se obtenía dejando fermentar tripas de diferentes pescados mezclados con ciertos líquidos, siendo el peor de ellos el realizado con salsa de pescado menudo allex que era, a su vez, un residuo de la elaboración del garum o garo. La etimología de "allex" viene de "hallec-hallecis".
Para nuestro paladar algo bastante asqueroso pero que era muy apreciado en Roma y otras partes del Imperio. La curiosidad de ello radica en que hoy en día se siguen consumiendo estas salsas, con un escrupuloso respeto hacia los componentes y su proceso de elaboración, nada menos que en la cocina vietnamita. Así que, si hay alguien que se atreve con ello y puede visitar algún restaurante especializado de esta nacionalidad, podrá tener la oportunidad de saber qué era "eso" que comían los romanos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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