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Castro-Urdiales en la conquista de Sevilla
La Primera Crónica General de España en su capítulo 1108 titulado:
Capitulo de cómo el rey don Fernando mando a Remont Bonifaz que fuese quebrantada la puente de Triana, et de cómo la quebrantó con las naves, narra la hazaña del marino Bonifaz en la conquista de Sevilla, rompiendo con dos naves con la proa aserrada la cadena que unía la Torre del Oro con la de Triana y el puente de barcas, por donde se abastecía y recibía ayuda la ciudad.
Para las personas interesadas en profundizar más sobre la conquista de Sevilla es menester leer la interesante obra de D. Julio González y González , titulada
Repartimiento de Sevilla, que amplia con detalles todo lo ocurrido en el cerco y conquista de la ciudad hispalense. Aquí solo cito aquellas partes que nos interesan relacionadas con nuestra ponencia:
"… et mando a Remont Bonifaz, con quien se conseio et otros que y fueron llamados que eran sabidores de la mar, que fuesen ensayar algun artifiçio commo les quebrantasen por alguna arte la puente, si podiesen, porque non podiesen unos a otros pasar. Et el acuerdo en que se fallaron fue este que fezieron: tomaron dos naves, las mayores et mas fuertes que y avie, et guisaronlas muy bien de todo quanto mester era para fecho de conbater. Esto era en dia de Sancta Cruz, tercer dia de mayo, en la era de mill et dozientos et ochenta et seys; et andava la era de la Encarnaçion del Sennor en mill et dozientos et quarenta et ocho annos. Et esse Remont Bonifaz, guisado muy bien, entro en la una nave con buena conpanna et muy guisada de muchas armas; en la otra nave entraron aquellos que se don Remont Bonifaz escogio, omnes buenos et buena conpanna et bien guisada. et la nave en que don Remont yva, descendio muy mas ayuso que la otra. Et el rey don Fernando, en crencia verdadera, mando poner ençima de los mastes desas dos naves sendas cruzes, commo aquel que firme se avia de toda creençia verdadera".
Y continua:
"La nave que primero llego, que yva de parte del arenal, non pudo quebrantar la puente por o acerto, pero que la asedo yaquanto; mas la otra en que Remont Bonifaz yva, desque llego fue dar de frente un tal golpe que se passo clara de la otra parte".
Sin embargo, varios autores, especialmente asturianos, siguieron esta hazaña a través de lo escrito por el jesuita
Luis Alfonso de Carballo en su obra Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias, publicada en 1695. En ella el Padre Carballo incluye el nombre de un presunto avilesino, llamado Ruy Pérez, que participó con dos naves de la villa de Avilés acompañando a Bonifaz en la rotura del puente de barcas, por el que se abastecía la ciudad hispalense. Así mismo, recoge que los
"descendientes de estos dos valerosos Capitanes pintan por Armas estas Naves, puestas a la vela, con la Cruz en el árbol mayor, assí como los de la Villa de Santander, como los que llevan el apellido Avilés, y aun las mismas Villas se preciaron de esta hazaña de sus naturales, pintando estas Armas".
La Crónica General también nos dice que Fernando III había mandado a Ramón Bonifaz conseguir naves con que combatir a las embarcaciones árabes:
"Remon Bonifaz, un omme de Burgos, ver al rey. A rey plogo mucho con el, et desque ovo sus cosas con el fablado, mandol luego tornar apriesa que fuese guisar naves et galeas et la mayor flota que pudiese et la meior guisada, et que se viniese con ella para Sevilla".
Pues bien, Ramón Bonifaz consiguió una flota con naos de los concejos y hermandades de mar de puertos del Cantábrico, principalmente de las
"Cuatro Villas de la costa de Castilla", San Vicente de la Barquera, Laredo, Santander y Castro Urdiales, y también de Santoña, así como de otras provincias del norte de España, además de abastecerlas de armas y de tripulación de mar. Garibay recoge que en la flota de Bonifaz
"avía muchos hidalgos y escuderos nobles de las tierras de Guipúzcoa, Vizcaya, Asturias y Galicia".
En el capítulo 1079 de la Crónica General se recoge lo siguiente:
"Et las naves et las galeas que Remon Bonifaz traye eran fasta treze", además de "otros baxeles menudos que de toda parte avie assaz". Este es lo que dice la Crónica, pero si hacemos caso lo que cuentan las leyendas y tradiciones de las diversas villas y ciudades del Cantábrico que aseguran haber participado en la conquista de Sevilla, se multiplicaría por diez las naves que intervinieron en tal evento.
Así,
desde Guipúzcoa, de Irún, partió un tal Pelegrín de Uranzu, con trece naos y varias galeras. También confirman su participación Pasajes y Guetaria.
De Vizcaya, según Iturriza navegaron a Sevilla treinta galeras, capitaneando una de ellas el 14º Señor de Vizcaya, Diego López de Haro.
Varias villas y ciudades de Galicia, como Vivero, la Coruña, Noya, Bayona y especialmente Pontevedra, también colaboraron con sus embarcaciones en la toma de Sevilla. Los gallegos recuerdan a Payo Gómez Charino de Sotomayor, Primer Señor de Rianxo. En la iglesia de San Francisco de Pontevedra está su sepulcro, de fino granito, donde se muestra la estatua yacente de este marino. En su epitafio se lee: "AQVI : IACE: EL MUI NOBLE: CABALLERO: PAYO GUOMEZ CHARINO. EL PRIMERO SENOR : DERRIANJO: QUE GANO: A SEUILLA SIENDO DE MOROS: Y LOS: PREUILEGIOS: DESTA UILLA: AÑO DE 1…". Según Ballesteros , Charino murió en 1295, y en 1248 hay que suponerlo de unos veinte años, por lo tanto no tendría en aquel tiempo un mando de importancia, participaría como marinero en tal hazaña, recordada por la tradición pontevedresa.
El Padre Carballo señala que Avilés participó con dos naves y otros autores asturianos, como Tirso de Avilés, sólo una.
Los escritores cántabros ya en el siglo XVI afinan mucho más y dan hasta el nombre de la nao que mandaba Bonifaz y que atravesó el puente de barcas. Se llamaba Carcena, por haber sido fabricada de las maderas de un monte así denominado y que estaba a cuatro leguas de Santander. Así lo recoge Juan de Castañeda en su importante obra Memorial de algunas antigüedades de la villa de Santander,fechada en 1592. Gregorio Lasaga añade que la otra nave que quebrantó el puente era de Castro Urdiales y se llamaba Rosa de Castro, indicando además que donde estuvieron alojados los de Castro durante la conquista de la ciudad hispalense se denominaba Cal de Castro.
Caballeros cristianos y musulmanes, Siglo XIII
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