Así como los compañeros de Don Carlos, que desde el exilio de su príncipe en Chamusca y Abrantes apoyaron las tropas miguelistas en sus últimos y desesperados combates, también algunos voluntarios miguelistas acorrieron en defensa de sus hermanos legitimistas españoles. Como refiere el Maestro, constituyeron con desertores de la división auxiliar portuguesa (liberales) un batallón de 800 hombres. Por esa razón, al contrario de los restantes (y muy pocos) voluntarios extranjeros en el bando carlista durante la primera guerra, el batallón portugués estaba desde su inicio (1836) bien armado y uniformado - es decir, con fardas de unidades de línea - infantería del ejército portugués. Había por eso que distinguir los combatientes portugueses carlistas de los cristinos; se substituyeron los "shakos" originales por boinas, de color verde para se diferenciaren de las unidades españolas. Del batallón portugués sé que integró el ejército carlista del norte, y luchó gallardamente bajo el comando del general Maroto.
No se limitaron al batallón portugués, los miguelistas en combate con las tropas carlistas; se estima que muchos más se presentaron voluntarios en diversas unidades españolas. El escritor, poeta (y notable cocinero!) Bulhão Pato, que en niño vivió en Bilbao los sucesos de la I Guerra Carlista, refiere la presencia allí de numerosos portugueses entre los "facciosos", particularmente un oficial de apellido Paz, que integrados en unidades que asediaban la ciudad, usaban una boina de color azul.
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