No sólo. Por supuesto que España y la religión católica están estrechamente ligadas. España no se entiende sin la religión católica. Pero si a la actual generación (en la mía, gracias a Dios, todavía se estudiaban estas cosas) se le oculta el pasado, se le ocultan sus raíces, puede más fácilmente ser manipulada, tragar cualquier cosa, aceptarlo todo, acoger amistosamente a los enemigos que más tarde le darán una puñalada por la espalda, dejar que nos invadan otra vez (en esta ocasión de forma más sutil y eficaz). Pero, claro, los vampiros de las tinieblas, a los enemigos de la Cruz y la Religión, se horrorizan de nuestro pasado cristiano y quieren que se olvide.
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