LAS INSIDIAS CONTRA ESPAÑA. RETAZOS HISTÓRICOS POCO CONOCIDOS

Benjamin Keene


EN ESPAÑA NO SE CONSTRUIRÁN MÁS BUQUES



Por Fernando Ibáñez,
Licenciado en Geografía e Historia


La masonería comenzó su andadura en España de la mano del Duque de Wharton (1698-1731). Este aristócrata inglés tuvo una juventud borrascosa, cuando congregaba a sus amigos libertinos en el "Club Hellfire" (Club del Fuego Infernal), grupo que estuvo implicado en sonados escándalos de la época haciendo de la blasfemia y la profanación un arte. Se dice que las reuniones de esta cuadrilla de desalmados estaban presididas por un sillón vacío, el que reservaban al ángel caído Lucifer. Felipe de Wharton era hijo de Thomas de Wharton, a quien se le considera como uno de los fundadores del partido "whig" (el partido liberal británico). El Duque de Wharton prestó fidelidad a la Casa de Estuardo, pero rompió su lealtad al retornar a Inglaterra, para pasar al servicio de Jorge I de Hannover. Wharton siempre se comportó como un furibundo antipapista. En 1722 fue elegido Gran Maestre de la masonería inglesa. No revalidó su título y comenzó una campaña antimasónica que supuso para él verse obligado a abandonar Inglaterra, regresar al continente y volver a ponerse bajo la obediencia de los Estuardo. Se convierte al catolicismo y se casa en Madrid con María Teresa O'Neill. Sin embargo, pese a las desavenencias producidas en Inglaterra con la masonería, el año 1728 es la masonería -de la mano de Wharton- la que "levanta columnas" en Madrid y se funda lo que se considera la primera logia española: Las Tres Flores de Lis. Ese mismo año el aristócrata aventurero viaja a Francia, para reunir a los masones galos. Fue un militar que, como era común en aquel entonces, prestó su servicio bajo banderas que no eran la nativa. Terminó su vida cobrando la soldada de Felipe V de España. El de Anjou lo nombró coronel del Regimiento Hibernia y falleció en España corriendo el año 1731.


Pero, ¿dónde fue Wharton a fundar la primera logia inglesa? Sabemos que lo hizo en un hotel sito en la calle Ancha de San Bernardo, número 17, de la villa y corte de Madrid. En un principio se admiten en ella a algunos súbditos ingleses. Pero, poco a poco, la masonería inglesa va abriendo sus puertas a ciertos elementos indígenas. En la captación de españoles para la masonería inglesa jugará un papel fundamental el entonces embajador británico en España, Sir Benjamin Keene. Nacido en King's Linn (Norfolk) el año 1697, hijo de Charles Keene y Susan Rolfe, Horacio Walpole lo describió como: "uno de los más agradables hombres, muy gordo y perezoso, dotado de un conocimiento que abarcaba todas las materias". Este Benjamin Keene fue embajador en Madrid de 1729 a 1739 y de 1748 a 1757, año éste último de su fallecimiento en la capital de España.


Uno de los mayores tantos que se apuntará en su haber este Sir Keene fue la destitución del Marqués de la Ensenada. El Marqués de la Ensenada acometía la patriótica empresa de reformar, entre otras muchas cosas, la Armada española, como así hacía constar al Rey de España:


"Proponer que Vuestra Majestad tenga iguales fuerzas de tierra que la Francia y de mar que la Inglaterra, sería delito, porque ni la población de España lo permite ni el Erario puede suplir tan formidables gastos; pero proponer que no se aumente el ejército y que no se haga una marina decente sería querer que España continuase subordinada a la Francia por tierra y a la Inglaterra por mar."


Los planes que trazaba el Marqués de la Ensenada, inspirado por un noble patriotismo, eran vistos con resquemor y temor por Inglaterra. Si España lograba remontar su decadencia, rearmándose navalmente, la hegemonía talasocrática de Inglaterra se vería en tela de juicio. El embajador Keene con sus cómplices políticos españoles vinculados a la masonería (y con el irlandés Ricardo Wall a la cabeza) logró crear el ambiente adecuado para que el Rey Fernando VI desconfiara del Marqués reformista y patriota. Y a la postre, los conspiradores anglófilos lograron su propósito: Zenón de Somodevilla y Bengoechea, Marqués de la Ensenada, será apresado el 20 de julio de 1754 en su casa por orden del Rey que había creído todo el fenomenal montaje de los masones ingleses y sus aliados españoles anglófilos. El Marqués de la Ensenada será desterrado a Granada y puesto bajo vigilancia. Sir Benjamin Keene pudo escribir a Inglaterra, todo complacido en su éxito: "En España no se construirán más buques".


Poco después Ricardo Wall, compinche del embajador masón e intrigante, se convertía tras el breve interinato del XII Duque de Alba, en Secretario de Estado. Ricardo Wall sería protector de quien sería el primer Gran Maestre de la Gran Logia de España, el nefasto Conde de Aranda.


En el siglo XIX, los políticos liberales de derecha sentirán el mismo fatal y traidor hechizo por la masonería inglesa que mostraron aquellos amigos del embajador Keene. La masonería ha conseguido a lo largo de los siglos poner a aquellos españoles que han caído bajo su letal influjo al servicio de potencias extranjeras y en contra siempre de la grandeza y el poderío de España. Por eso decimos que la actividad masónica en el curso de su historia ha sido una monumental traición a España. A la luz de cuanto vemos, este fatal encantamiento continúa en el siglo XX y en el XXI, para castigo de nuestros pecados.

RAIGAMBRE