Navegando por los libros escaneados en google, me he encontrado con la sorpresa de que hay autenticas joyas de nuestra historia ahí expuestas. Vulgatas de Felipe Scio de San Miguel, tratados de historia eclesiastica, obras de santos, y , al que aquí hago referencia, una apología del santo oficio de Melchor de Macanaz de 1788. Es interesante estudiar esta obra porque creo que nos ayudará a tener una visión más amplia a la hora de discutir estos temas con la gente. El demostrarles a la gente que los discursos que emiten contra la inquisición son exactamente los mismos que se daban hace más de 200 años resulta esclarecedor.
No sólo he visto libros serios tratando de echar pestes a la inquisición (con sus correspondientes fotos siniestras) como Historia Crítica de la inquisición, sino también novelillas como Misterios de la inquisición, en la que se describe a la Sevilla del siglo XVI como un lugar triste y tenebroso en la que los galanes no osaban tocar la guitarra y las doncellas asomarse a los balcones. Esos me los dejaré para después. Ahora voy a leer esta Defensa Crítica de la Inquisición, que nada más ojearla me he decidido a poner el enlace. Con unas cuantas frases el autor te transmite una fuerza y un aplomo para defender a la Iglesia increíbles. Sorprende su forma de hablar de los católicos incautos que se dejan engañar por las falacias de los enemigos de la Iglesia; me recuerda a como hablamos aquí de los católicos modernistas vaticanosegundistas.
El libro, dividido en dos partes y publicado en 1788 ( escrito en algun momento antes de 1760, fecha de su muerte) los teneis aquí: Parte 1 y Parte 2.
Y ahora una biografía "100% fiable" de wikipedia:
Melchor Rafael de Macanaz (Hellín; 16 de febrero de 1670 – ibídem, 1760), pensador y escritor político español del siglo XVIII. Llegó a ser fiscal del Consejo de Castilla en el reinado del rey Felipe V.
Biografía
De familia noble venida a menos, fue el cuarto de una numerosa prole. Pasó siete años de Humanidades y luego pasó a la Universidad de Salamanca a estudiar Jurisprudencia, estudios que al principio se le resistieron, pero que acabó dominando con una férrea voluntad que dedicaba al aprendizaje catorce horas diarias, según revela en una autobiografía fechada en París el 7 de enero de 1739 y que cita su biógrafo Maldonado Alcaraz. Se graduó en ambos derechos. Hizo oposiciones a cátedras de derecho civil y canónico, glosó las Instituta y compuso varias obras jurídicas. Trasladado a Madrid, pronto cobró mucha fama como abogado y estrechó relaciones con la casa de Villena; Carlos II lo nombró oidor de la Chancillería de Santo Domingo, en Ultramar, pero no aceptó la plaza. Tras el cambio de dinastía, y por su vinculación a la casa de Villena, se declaró proborbónico. Intervino enérgicamente en este bando de la Guerra de Sucesión Española, periodo en el que fue juez de confiscaciones de Valencia y reedificador de Játiva, enfrentándose con el clero. Fue víctima del juego de alta política entre Francia, España y la Santa Sede durante la primera mitad del siglo XVIII, en el contexto del polémico asunto del regalismo. Procesado en ausencia por la Inquisición española, pasó en el exilio buena parte de su vida, aunque intervenía en negociaciones diplomáticas y alardeaba de conocimientos secretos que comprometerían a altas instancias. Ya anciano se le propone volver discretamente a España, pero acaba encerrado en el Castillo de San Antón de La Coruña, de donde salió con noventa años para morir al poco tiempo en su ciudad natal.
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