Repostería del Siglo de OroEditar
Los pasteles con masa de hojaldre, una delicia del siglo XVII español, muy típica hoy en día.
La repostería iba poco a poco abandonando el uso de miel como elemento dulcificador y poco a poco empezó a emplear el azúcar de caña. La popularidad del azúcar se muestra en 1530 en la obra del médico Luis Lobera de Ávila, en el que muestra como los caballeros de la época no hablan de otra cosa. Es frecuente el uso del chocolate caliente servido como bebida. El Siglo de Oro español lo fue igualmente para la repostería española. Cabe destacar entre los reposteros a Miguel de Baeza que en Toledoescribe en 1592 «Los cuatro libros del arte de confitar». De la misma forma se menciona la Luis Vallés en su obra Regalo de la Vida Humana en el que muestra estrecha relación existente entre la confitería y gastronomía con la medicina y la dietética.[2] A mediados del siglo XVI la repostería cubría en una doble función tanto el tratamiento de la enfermedad y/o la degustación como golosina.[6] Se describen en él postres como los artalejos, las piñonadas, el diacitrón, etc. Diego Granado que en su «Libro del arte de cozina» de 1599 describe procesos culinarios típicos castellanos (que resultó ser un plagio de gran parte del Libro de guisados, de Ruperto de Nola). Se empiezan a regular las actividades de los confiteros, turroneros o melocheros (melocha: miel cocida) en Castilla. Se comienzan a abrir establecimientos especializados de venta de productos reposteros, un ejemplo es en 1883 el Horno del Pozo en Madrid.
Francisco Martínez Montiño con su «Arte de cozina, Pastelería y Conservería» (1611) menciona elaboraciones de la Corte llenas de esplendor. Domingo Hernández de Macerasque describe la cocina de los Colegios Mayoresde Salamanca en el siglo XVII deja lugar para la repostería. Francisco Martínez Montiñococinero de Felipe II que en 1611 escribe la primera obra dedicada en exclusiva a la repostería «Arte de cozina, Pastelería, vizcohería y Conservería». Montiño es uno de los creadores de la masa de hojaldre, tan popular entre la pastelería española de este siglo y con el tiempo se asoció erróneamente a la cocina francesa.
En esta época la tradición confitera española se transmitía en manuscritos pasados de mano en mano a través de los confiteros, eran los “libros de secretos”, cuyo valor gastronómico quizás no ha sido tenido muy en cuenta, y en los que las elaboraciones confiteras adquieren cierta importancia. Las especies más empleadas eran la canela, el clavo de olor y el azafrán.
Del Nuevo Mundo llega un ingrediente que revolucionaría la repostería española y posteriormente la europea. Se trata del chocolate procedente de México. Los reposteros españoles fueron los primeros en Europa que lo trabajaron, añadiéndole azúcarpara deshacer su sabor amargo y aromatizándolo con vainilla.[7] Pronto se convertiría el chocolate en un ingrediente muy popular, imprescindible en la vida social. Sirvió como desayuno de niños y adultos, y según autores esta misma popularidad retrasó la incorporación de café en las costumbres españolas.[7] La receta de la elaboración llegó a Francia debido a la venta de la receta para su fabricación, no siendo introducido en la Corte francesa hasta que Ana de Austria (hija de Felipe III de España) divulgó su receta.
Ya en el siglo XVIII el repostero real Juan de la Mata publica su libro "Arte de Repostería" (1786) en Madrid y hace numerosas descripciones de la repostería de la Corte española. Tras esta publicación de Juan de la Mata, no se realiza otra de repostería hasta comienzos del siglo XIX. Ceferino Noriega que escribe «Manual del confitero y pastelero», obra con la que se abre el siglo XX. La proliferación del azúcar hace que las conservas en jaleas se consideren parte de la confitería, la más difundida en la España moderna fue la carne de membrillo, en Portugal denominada mermelada. Las recetas empiezan a incluir el azúcar frente a la miel, aparecen recetas del azúcar cande, la del alfeñique, el azúcar rosado, etc. Algunas de las salsas dulces mencionadas se encuentra la pólvora de duque (muy empleada en las elaboraciones culinarias de la alta cocina navarra y aragonesa de la Baja Edad Media).
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Repo...%ADa_de_España
https://books.google.es/books?id=tVM...page&q&f=falseEditar
El mantecado que recuerda a Su Majestad
El mantecado FELIPE II, no tiene este nombre por una arbitraria decisión comercial. El origen de esta joya del arte de la confitería española, se remonta posiblemente al siglo XVI durante la vida del rey más famoso de Las Españas.
Existen referencias literarias y tradiciones que muy probablemente recogen que este mantecado era el suculento manjar que ofreció en señalada ocasión el Conde de Benavente a su Señor Don Felipe II, y a su augusta esposa Isabel de Valois.
Este dulce distintivo de la variada repostería de nuestro Siglo de Oro, compuesto de harina de trigo, azúcar, harina de almendra Marcona y manteca - de la que recibe su nombre - se elaboraba artesanalmente en pequeños bloques. El paso del tiempo redujo el tamaño del dulce y lo envolviá en papel de seda.
Y así se presenta, ya en los albores del siglo XX, a la Exposición Internacional de Madrid de 1903. Es allí donde alcanza el preciado premio de la "Medalla de Oro" junto con Diploma de Honor de 1a clase.
Es la única vez que un mantecado de España, ha recibido tal cualificado galardón.
José María Peman, miembro de la Real Academia de la Lengua Española, en el año 1944, en su libro "Felipe II en El Escorial", definiá a este "buque insignia" de la repostería, como la "apoteosis de la confitería".
Felipe II pasaba la Navidad en El Escorial
Gérard David, Virgen con el Niño, Patrimonio Nacional, conservada en el museo del Prado.
En el monasterio de El Escorial el rey Felipe II pasaba grandes temporadas sobre todo en las fechas más señaladas del calendario cristiano como eran las fiestas de Navidad, las de Semana Santa y Pascua de Resurrección y el día de Corpus Christi. Igualmente residía en él durante el verano, celebrando el día 10 de agosto la festividad de San Lorenzo, patrono del lugar. Eran estas las vacaciones sagradas del monarca.La exposición “De El Bosco a Tiziano. Arte y maravilla en El Escorial” que se muestra en el Palacio Real dedica una de sus salas a evocar la piedad privada del monarca y cómo dejó constancia en el monasterio desde el punto de vista artístico. El rey utilizaba para sus devociones privadas cuadros de pequeño formato que fueran fáciles de transportar y constituir oratorios móviles y portátiles. Se trataba de dípticos o trípticos, es decir, imágenes, normalmente sobre tabla, unidas por bisagras de manera que constituyeran un pequeño altar, como los que podemos ver aquí, obras de Gerard David y de Simón de Bening. Destacamos las dos pequeñas imágenes con el tema de la Virgen y el Niño, obras de Bernard Van Orley y de Gerard David, conservadas en el museo del Prado y que, en su tiempo, estuvieron en El Escorial. Son dos pequeñas tablas de oratorio, obra de dos de los mayores artistas flamencos de su tiempo, que ejemplifican perfectamente lo que eran estas obras de arte destinadas al rezo privado.Su pequeño formato las hace especialmente aptas para su instalación en el diminuto espacio de un oratorio, lugares destinados para ser ocupados por una o dos personas. Este tamaño hace que la observación de la pintura tenga que ser “de cerca”. Es decir, se trataba de estimular la proximidad física entre el que rezaba y la imagen como medio de estimular la devoción. Se trataba, siempre, por supuesto, de una oración mental y sin mediación de ningún oficiante.Los maestros flamencos como David, Gossaert o Memling fueron maestros en este tipo de obras de arte muy demandados por los fieles durante los siglos XV y XVI. El detallismo y sentido minucioso de figuras, paisajes y ambientes, uno de los rasgos de la pintura flamenca, tiene mucho que ver con esta buscada proximidad entre el orante y la imagen artística.https://www.google.es/amp/s/www.revi...-escorial/amp/
Sanchez Coello,"Felipe II en el banquete de los monarcas"
1596; en la tela, de izquierda a derecha el Rey-Emperador Carlos I-V, la Reina-Emperatriz Isabel de Portugal, el Rey Felipe II y su cuarta esposa la Reina Ana de Austria, al Archiduque Alberto de Austria, la Infanta Isabel-Clara-Eugenia, el Duque de Saboya y la Infanta Catalina-Micaela de espaldas al observador.
Tándem Aquila Vincit
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Salve, llena de gracia; el Señor es contigo..
Bendita tú eres entre todas las mujeres que fueron, son y serán; Reina Virginal, Madre Santísima, Virgen Pura..El Espíritu Santo vendra sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por eso el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.
Y el Oriente, Luz Verdadera vino al mundo e ilumina a todo hombre y toda mujer como Sol de justicia.
TÚ DIOS mío solo ayúdanos, que nosotros haremos para Su camino.
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