España acabó con la ley seca islandesa por amor al arte





Estoy enfrascado en la lectura del libro sobre la ley seca de Estados Unidos titulado El último trago, de Daniel Okrent. Muy recomendable, ya les contaré, y clarificador sobre aquel tiempo y sobre otras muchas cosas. Pero hoy no les voy a hablar de la ley seca en el país norteamericano, sino sobre la ley seca islandesa, y sobre cómo España acabó con la ley seca islandesa por amor al arte. Otro gran servicio del vino español al mundo como lo fue el hecho de que J.R.R. Tolkien escribió gracias al vino de Osborne.

España acabó con la ley seca islandesa por amor al arte porque no vendía apenas vino a aquel país pero aún así reaccionó subiendo aranceles

Varios años antes de que los estadounidenses aprobaran la decimoctava enmienda a su su constitución, esto es, su ley seca, los islandeses ya sufrían ese mal. En 1915 en Islandia se aprobó la prohibición de la venta de alcohol. De cualquier tipo de alcohol para consumo humano como bebida, se entiende. En un referéndum unos años antes, así se había determinado.Igual que en el caso más popular de Estados Unidos, la ley seca islandesa fue la consecuencia de varios motivos. Uno de ellos era que Islandia buscaba su independencia y la cerveza era vista como algo propio de los daneses, por lo que beberla era antipatriótico. La política también jugó su papel en la prohibición, como era de esperar.España, que no exportaba una cantidad significativa de vino a ese pequeño país del norte de Europa, no encajó muy bien la prohibición en cualquier caso. La pérdida económica que suponía para España ese recorte de exportaciones no tenía importancia. Ni mucho menos. Aún así, España atacó con sus armas la ley seca islandesa, aunque podríamos decir que no le iba ni le venía la cuestión, que lo hizo por defender el vino. El derecho a beber vino. Si bien no parece que el motivo de la reacción de España fuera económico, sí lo fue el medio que empleó en su reacción.

El ataque de España al pescado islandés abrió una primera brecha en la ley seca de Islandia

España encareció la tasa a la importación de pescado proveniente de Islandia. Multiplicó por tres ese impuesto, nada más y nada menos. Así sí que había algo más de impacto. De hecho, España exportaba a este país sal e importaba de él pescado tratado con esa misma sal. Frente a esta subida de aranceles, los secos islandeses agacharon las orejas y la prohibición sobre las bebidas alcohólicas en Islandia excluyó al vino español. Esto ocurrió en 1922 y así algo de vino español se podía conseguir en Islandia.Como decía, para España seguía sin significar un negocio destacable. No se consumía mucho nuestro vino allí, ni antes ni después. Pero sí parece que aquel hecho, esa excepción hecha con el vino español, abrió un camino para que la ley seca islandesa comenzara a tambalearse. Eso sí, lo de la cerveza fue otra historia.Porque lo más sorprendente de todo es que hasta el 1 de marzo de 1989 no se levantó completamente la prohibición, precisamente por la cerveza. Sí, 1989 (Lamastelle, no hay errata en esta fecha). Hasta ese día la cerveza, si tenía más de un 2,24% de alcohol, siguió estando prohibida. Ese hecho tan habitual en otros sitios de entrar en un local y pedir una cerveza, se convirtió por fin en algo legal 74 años después y, casi por lógica, se convirtió en una fiesta. Una fiesta que aún hoy se celebra. Es más, ahora Islandia es un gran consumidor de cerveza.

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