EXTRAÍDO DE :
¿Pintaron los neandertales Altamira? - Arqueología, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae
¿Pintaron los neandertales Altamira?
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Cueva de Altamira / Nómada
Una nueva datación confirma que fueron creadas 10.000 años antes de lo que se pensaba
José Manuel Nieves /ABC
Las pinturas rupestres de Altamira, así como las de otras cuevas del norte de España, podrían haber sido realizadas por neandertales y no por nuestros antepasados directos. Una nueva datación, llevada a cabo con la técnica uranio-torio en 50 pinturas de once cuevas españolas, ha revelado, en efecto, que esa forma de arte primitivo es por lo menos 10.000 años más antigua de lo que se creía y procede, por lo tanto, de una época en la que los primeros Homo sapiens aún no habían llegado, o estaban llegando, a Europa. El estudio ha merecido esta semana la portada de la revista Science.
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La datación de pinturas en cuevas es una tarea extremadamente difícil y para la cual los métodos tradicionales, como el del radiocarbono, no resultan adecuados. Según explica el propio Pike, «tenemos, o teníamos, un problema real a la hora de elaborar cronologías fiables para el arte rupestre. Y una de las razones para ello es que los arqueólogos utilizan el método de datación del radiocarbono, que no es adecuado para fechar pinturas que están elaboradas solo a base de pigmentos minerales (sin compuestos orgánicos)».
Medición con uranio
Además, segun Pike, hay un segundo problema cuando se datan por radiocarbono las pinturas rupestres: y es que «se toman muestras tan pequeñas que los efectos debidos a una contaminación externa se magnifican de forma tremenda. Por eso algunas dataciones por radiocarbono difieren de otras también hechas por radiocarbono en la misma pintura; o incluso fechas que se procesan de formas diferentes arrojan diferentes dataciones por radiocarbono. Por eso, hemos intentado evitar esos problemas usando un método completamente diferente y que está basado en la descomposición radiactiva del uranio».
Pike y su equipo pueden haber encontrado, de hecho, la forma de terminar con tanta controversia en la datación de las pinturas halladas en cuevas de toda Europa. Según Joao Zihao, profesor del ICREA (Instituto Catálan de Investigación y Estudios Avanzados) en la Universidad de Barcelona y coautor del trabajo publicado en la revista «Science», «uno de los mayores problemas es que sabemos muy poco sobre la cronología del arte rupestre europeo. No sabemos si llegó (a Europa) junto a los primeros humanos modernos (Homo sapiens, nuestra especie). No sabemos si ya estaba allí antes de que ellos llegaran».
Por eso, y dado que los métodos tradicionales de datación (como el radiocarbono), no funcionan en los pigmentos de las pinturas, en los que no hay elementos orgánicos, el equipo dirigido por Pike decidió datar las pequeñas incrustaciones calcáreas que se han ido formando con el tiempo sobre las propias pinturas. «Estas incrustaciones -explica Pike- se han formado por el mismo proceso que da lugar a las estalactitas y estalagmitas de las cuevas. E incorporan pequeñas concentraciones de uranio radiactivo que se van descomponiendo en torio a un ritmo constante. Midiendo la cantidad de torio presente, podemos saber con precisión la edad de las incrustaciones. Y dado que éstas se forman sobre las pinturas y que, en ocasiones, las propias pinturas están realizadas sobre esta clase de incrustaciones (grandes estalagmitas), podemos obtener una edad mínima y una máxima para las pinturas».
Siluetas de manos en El Castillo
Así, por ejemplo, los investigadores han determinado que las siluetas de manos que hay impresas en los muros de la cueva de El Castillo tienen, por lo menos, 40.800 años, lo que las convierte en las pinturas rupestres más antiguas de toda Europa, entre 5.000 y 10.000 años más antiguas que las que hay en Francia.
Más ejemplos: algunos de los símbolos de la famosa cámara policromada de Altamira tienen por lo menos 35.600 años de antiguedad. Es decir, 10.000 años más de lo que se pensaba. Altamira, además, fue periódicamente ocupada (y pintada) en un número indeterminado de ocasiones a lo largo de un periodo que abarca por lo menos 20.000 años.
Al aumentar la antigüedad de las pinturas rupestres aumentan también, inevitablemente, las dudas sobre la autoría de esas obras de arte primitivas.¿Quién pintó las cuevas? Los nuevos datos implican que la tradición de pintar cuevas con pigmentos de colores empezó en Europa hace más de 40.000 años. Pero resulta que esa edad coincide plenamente con la llegada al Viejo Continente de los primeros humanos de nuestra propia especie. Por eso, Pike y sus colegas no pueden descartar la posibilidad de que los autores no fueran nuestros antepasados, sino la «otra» especie humana que por entonces vivía en Europa. Los neandertales, en efecto, ya estaban allí cuando los primeros «humanos modernos» llegaron.
En palabras del propio Pike, «las evidencias de la presencia de humanos modernos en el norte de España se remonta a hace 41.500 años. Antes de ese momento solo había neandertales». Lo cual, según los investigadores, abre tres posibilidades diferentes a la hora de explicar el origen de las pinturas rupestres.O bien los humanos modernos trajeron consigo la pintura como parte de su cultura; o bien la desarrollaron de forma muy rápida, nada más llegar, quizá como respuesta a la competencia con los neandertales; o bien las pinturas ya estaban allí y los artistas no fueron ellos, sino los neandertales.
La cuestión no es menor, ya que la capacidad de los humanos primitivos para crear arte se considera como un hito de la máxima importancia para la evolución de la cognición y la conducta simbólica, algo que está íntimamente relacionado con el desarrollo del lenguaje y nuestra capacidad de formar y vivir en sociedades complejas. Por no hablar, claro, de que hasta hace poco se pensaba que los neandertales carecían de esa conducta simbólica y que por eso sucumbieron sin remedio ante la llegada de los primeros Homo sapiens, nuestros antepasados, que gracias a su mayor capacidad intelectual terminaron por dominar por completo el continente europeo.
«Tenemos evidencias de arte simbólico prehistórico -explica Pike- en forma de cuentas perforadas, cáscaras de huevos grabados y pigmentos en África entre hace 70.000 y 100.000 años. Pero parece que las primeras cuevas decoradas están en Europa. Un argumento para apoyar este desarrollo es que la competencia por los recursos con los neandertales causó un incremento en la capacidad de innovación cultural de los primeros grupos de humanos modernos, algo que necesitaban para sobrevivir. La otra posibilidad es que el arte rupestre empezara antes de la llegada de los humanos modernos, y que sus autores fueran los neandertales. Lo que sería un hallazgo fantástico y supondría, además, que las famosas siluetas de manos en las paredes de las cuevas eran, en realidad, una firma neandertal, y no nuestra. Sin embargo, necesitamos llevar a cabo más dataciones para estar totalmente seguros de ello».
Los investigadores, aunque aún no pueden demostrarlo sin posibilidad de error, se inclinan pues a pensar que la posibilidad más realista es precisamente la más espectacular: que los autores del arte rupestre no pertenecían a nuestra especie. De hecho, y a pesar de las evidencias africanas de un «arte simbólico» de 100.000 años de antiguedad, nunca se ha encontrado en el continente negro una cueva decorada. Las primeras, las más antiguas, son las del norte de España, y ahora sabemos que tenían, por lo menos, 40.000 años.
¿Por qué no en África?
¿Quién pintó esas cuevas? ¿Por qué no se ha encontrado arte rupestre en África? ¿Por qué, si «nosotros» ya teníamos arte simbólico hace 100.000 años, dejamos pasar 60.000 años antes de empezar a pintar cuevas? Las respuestas definitivas tardarán aún en llegar. Nuevas investigaciones podrían incluso encontrar muestras aún más antiguas y procedentes, por lo tanto, de una época en la que no había rastro de Homo sapiens en todo el continente europeo.
Los que sí estaban allí, durante más de 250.000 años hasta que llegaron los primeros hombres modernos, eran los neandertales...
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El arte rupestre en Altamira y otras dos cuevas españolas es el más...
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Manos pintadas en la cueva de El Castillo, de hace 37.300 años.|'Science'
- Nuevas dataciones revelan que las pinturas tienen más de 40.000 años
- Superan en antigüedad a las cuevas de Chauvet y Lascaux en Francia
- Los científicos creen que quizás fueron realizadas por neandertales
Rosa M. Tristán / El Mundo
Algunas de las obras rupestres de la cueva de Altamira y de otras cavernas del norte de la península se han convertido en la expresión artística más antigua de los seres humanos, quizás anterior a nuestra propia especie. Un nuevo método de datación ha permitido averiguar que la creatividad simbólica tiene más de 40.000 años y se ha encontrado en una zona donde por entonces habitaban los neandertales. ¿Fueron ellos los autores?
Esta pregunta, sin una confirmación por el momento, se refiere a la hipótesis que plantea la investigación que hoy publica la revista 'Science' y que confirma que el arte rupestre es al menos 5.000 años anterior a lo que se pensaba hasta ahora.
Las evidencias de esta creatividad humana, sea o no de un 'sapiens', se han localizado en tres cuevas de las 11 investigadas por un equipo liderado por Alistair Pike, de la Universidad de Bristol, pero formado, principalmente, por investigadores de España y Portugal.
Hasta ahora no era fácil datar estas pinturas prehistóricas, pero Pike ha desarrollado un método que mide los isótopos de uranio en las calcitas, una costra de milímetros que se ha ido depositando sobre las pinturas con el paso de los milenios.
Una sorpresa inesperada
En total, se recogieron 50 muestras microscópicas en las cuevas. Joao Zilhao, uno de los coautores, e impulsor del trabajo, reconocía a ELMUNDO.es que no podía imaginarse que fueran a obtener fechas tan antiguas. Zilhao, de la Universidad de Barcelona, ya encontró, en cuevas en Murcia, conchas perforadas utilizadas como adornos por los neandertales.
En concreto, ahora, en la cueva El Castillo se ha determinado que algunas de lashuellas de manos y discos rojos tienen al menos 40.800 años, lo más antiguo del mundo. En Altamira, encontraron que unas figuras claviformes (como hoy se pintan las gaviotas en la lejanía), en el Techo de los Polícromos, que tienen 35.600 años (10.000 más de lo que se creía); y en la cueva Tito Bustillo dos figuras humanas sencillas de entre 35.000 y 29.600 años. Todas ellas son Patrimonio de la Humanidad.
No todos los autores del trabajo defienden que las hicieran neandertales. Entre los que así lo creen está Zilhao: "Ya hemos encontrado que los neandertales se decoraban el cuerpo con ocre, que tenían adornos y tallaban piezas, así que también podían hacer arte no figurativo", asegura. Otros, como José Antonio Lasheras, director del Centro de Investigación de Altamira, creen que es precipitada esta conclusión y que aún no se puede afirmar con certeza quién hizo esas pinturas.
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La mano del neandertal asoma tras las pinturas más antiguas
- Nuevas dataciones de arte rupestre de Asturias y Cantabria revelan que es anterior a lo estimado
- El hallazgo abre la duda de qué especie humana creó las figuras rupestres
- FOTOGALERÍA El arte rupestre más antiguo
Alicia Rivera / El País
Tal vez nada nos acerque más a los ignotos humanos del pasado que las pinturas que hicieron en las cuevas. Y no solo se convierte en mensaje casi directo un primoroso bisonte policromado, sino incluso la simple silueta de la mano de alguien que la contorneó soplando un tinte por una caña. El norte de España es rico en esos vestigios. ¿Quién hizo las pinturas rupestres? ¿Y cuándo? A la segunda pregunta hay ahora una respuesta clara: algunas tienen más de 40.000 años. Esto las hace unos 5.000 años más antiguas de lo que sugerían las dataciones anteriores y, además, abre una inquietante incógnita sobre sus autores.
Siempre se ha considerado que fue nuestra especie, la humanidad moderna, la autora de esas obras de arte primitivas, entre otras cosas porque cuando fueron pintadas muchas de ellas ya habían desaparecido los neandertales (hace casi 30.000 años). Pero no hay razón para negar a estos últimos la capacidad de pintar, para afirmar que carecían de la cultura simbólica necesaria para hacerlo. Ahora resulta que algunas de las pinturas son más antiguas de lo que se creía y claramente contemporáneas de los neandertales, por lo que cabe especular que pueden ser obra suya. Es solo una idea, advierten los expertos, porque no se conocen pinturas rupestres de aquella especie. Y hace 40.000 años ya estaba el hombre moderno en Europa. De cualquier modo, esas obras de arte primitivo de Cantabria y de Asturias son las más antiguas del mundo de edad bien determinada.
El descubrimiento viene de la mano de unas nuevas dataciones de 50 pinturas en 11 cuevas. En la de El Castillo, un disco tiene 40.800 años o más, y algunas siluetas de manos, 37.300. En Altamira, un símbolo rojo claviforme tiene, al menos, 36.500 años.
“Las pruebas de la presencia de humanos modernos en el norte de España se remontan a 41.500 años y antes de ellos estaban allí los neandertales”, explica Alistair Pike, líder del equipo autor de este trabajo que se presenta en la revista Science. “Nuestros resultados indican que, o los humanos modernos llegaron a Europa con la pintura ya incorporada a su actividad cultural o esta se desarrolló inmediatamente después de su llegada, o tal vez se trata de arte neandertal”.
La creación artística es un hito de la evolución de las capacidades cognitivas y el comportamiento simbólico, y puede ser asociado al desarrollo del lenguaje, recalcan los investigadores.
Se conocen vestigios de capacidad simbólica de la humanidad moderna anteriores a su llegada a Europa, como cuentas perforadas y cáscaras de huevo de avestruz decoradas de hace entre 70.000 y 100.000 años, encontradas en África, recuerdan los científicos. Tal vez nuestros antepasados prehistóricos desarrollaron más aún esa innovación cultural, ya en el continente europeo, en su competición por los recursos con los neandertales. Pero de estos últimos, que vivían en el territorio miles de años antes de que llegaran los humanos modernos, también se han encontrado pruebas de su capacidad simbólica, como enterramientos y adornos corporales.
Si resultase que los artistas prehistóricos eran la otra especie “sería un descubrimiento fantástico”, añade Pike. “Significaría que los contornos de mano en las paredes de esas cuevas son de neandertal... pero necesitamos datar más muestras para ver si esto es así”, añade. La prueba definitiva sería identificar pinturas rupestres anteriores a la llegada a Europa de la humanidad moderna, es decir, anteriores a 42.000 años, como mínimo.
“No sería sorprendente que los neandertales resultaran ser los primeros artistas de las cavernas.Puede parecer chocante, pero en el contexto de lo que hemos aprendido de ellos en la última década no debería sorprender demasiado”, dice Joao Zilhao, investigador de la Universidad de Barcelona y uno de los miembros del equipo de Pike. Reconoce que no se puede afirmar por ahora que está demostrada esa autoría. Pero si fuera así, añade, significaría que “el lenguaje y las capacidades cognitivas avanzadas estaban presentes en el linaje humano hace mucho tiempo: al menos desde el ancestro común de neandertales y humanos modernos, hace medio millón de años”.
Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones de Atapuerca, destaca dos aspectos en este “magnífico trabajo”. “Lo primero que resulta muy interesante es la datación exacta del arte paleolítico, que permite comprobar el esquema clásico de evolución estilística: ahora está claro que las siluetas de manos y los símbolos son más antiguos, y luego evolucionaría hacia un estilo más descriptivo, más figurativo”. En cuanto a si pudieron ser los neandertales los autores de las obras rupestres más antiguas, Arsuaga afirma que no hay nada probado con este trabajo de Pike y sus colegas, “que nos deja con la miel en los labios. Las elaboradas figuras de ciervos y bisontes, no creo, pero las siluetas de manos y los símbolos, ¿por qué no?”.
Las dataciones de las pinturas rupestres y los grabados prehistóricos han sido muy inciertas desde hace años. El problema es que, a menudo, los pigmentos utilizados son minerales, no de origen orgánico, por lo que no son eficaces las técnicas de radiocarbono. Y en los que son de carbón, solo se pueden extraer cantidades minúsculas para no dañar las obras, lo que dificulta la datación, porque cualquier contaminación se magnifica.
Pike (Universidad de Bristol, Reino Unido) y sus colegas, casi todos ellos de España y de Portugal, han utilizado una técnica denominada de uranio/torio con la que no analizan directamente los pigmentos sino las capas mineralizadas (calcitas) que, con el tiempo, se forman sobre las pinturas. Las obras de arte rupestre que están debajo no pueden ser más modernas. Es una técnica mínimamente invasiva, comentan, porque ahora se puede aplicar a muestras de pocas decenas de miligramos.
“Nada impide, que sepamos, que los neandertales pudieran tener arte, aunque aún no lo hemos encontrado”, dice Ignacio Martínez, paleoantropólogo de Atapuerca. “Aquellos individuos tenían todo lo necesario para poder ser artistas: un cerebro grande, seguramente capacidad de hablar, una tecnología compleja... y tenemos pruebas de que practicaban el adorno personal”.
En este nuevo trabajo de datación de las pinturas rupestres participan, además de Pike y Zilhao, investigadores de varias instituciones españolas: Marcos García-Diéz, de la Universidad del país Vasco; J. Alcolea y R. De Balbín, de la Universidad de Alcalá de Henares; C. González-Sainz, de la Universidad de Cantabria; Carmen de las Heras, José Antonio Lasheras y R. Montes, del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira; D.L. Hoffmann, de la Universidad de Bristol y del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, y B.P. Pettitt, de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido.
20.000 años de grafiteros en Altamira
Un símbolo claviforme rojizo del Techo de los Polícromos de la cueva de Altamira tiene, por lo menos, 36.500 años. Luego el arte rupestre empezó allí 10.000 años antes de lo que pensaba.Lo han datado ahora los científicos con el nuevo método. Las espectaculares figuras de bisontes son de hace unos 18.000 años. Esto significa que el lugar fue visitado y pintado por los hombres prehistóricos repetidas veces a lo largo de un período de casi 20.000 años, concluyen los investigadores. Como prueba, otra pintura de la famosa cueva también datada de nuevo, es de hace 22.000 años.
“Altamira tiene numerosas pinturas, incluidas manos humanas y animales. La cronología de este arte se ha debatido desde su descubrimiento [en 1868]”, escriben Alistair Pike y sus colegas en Nature. Ellos recuerdan en su artículo que los expertos coincidían ya en distinguir varias fases superpuestas en las 10 principales zonas decoradas de la cueva, pero no coincidían acerca de cuánto tiempo habría durado la repetida presencia y utilización —al menos artística— de los humanos en Altamira.
También en El Castillo se empezaron a fondo los grafiteros prehistóricos. En esa cueva hay más de un centenar de imágenes en múltiples cámaras. Los científicos ahora han datado un disco rojizo hecho con salpicaduras en el llamado Panel de las Manos y tiene más de 40.800 años. Las siluetas de las manos —hechas con la misma técnica de soplar un pigmento alrededor de un objeto pegado a la pared—, tienen 37.300 años.
...Nosotros, los hijos de los Celtíberos, no nos avergonzamos de cantar en nuestros versos los nombres, aunque bárbaros, de Bílbilis, donde se prepara el metal que conviene a las armas ; de Salon (Jalón), cuyas aguas templan el acero ; de Rixancar ; de Choros ; de Retron, famoso por sus jardines y sus flores ; de Molana (Molina), cuyos moradores manejan con tanta destreza la lanza...
Altamira, el asombro de la primera obra maestra de la Humanidad
José A. Lasheras
El arte rupestre del Cantábrico, un motivo de orgullo y un excelente objetivo para el disfrute del arte más original del mundo
abc
Bisonte de Altamira
En 1928 el poeta Rafael Alberti dijo que Altamira era «la oquedad más famosa del mundo», se atribuye a Picasso haber dicho que «desde Altamira todo es decadencia» y decimos que la Capilla Sixtina es la Altamira del Renacimiento. Todos sabemos que es una obra maestra en el comienzo de la Historia del Arte; además, inicia la excelencia de la pintura española que pasa por Velázquez, Goya y por los citados maestros del siglo XX para continuar con los actuales Antonio López o Miquel Barceló. Sí, Altamira y la pintura española son una imagen reconocida internacionalmente de nuestra cultura, y un motivo de orgullo para todos.
El Arte es uno de los patrimonios exclusivos de la especie humana, del Homo sapiens, de nosotros. Junto con el lenguaje articulado, la sonrisa y algunas creaciones o logros colectivos, es de lo poco que, de verdad, nos distingue de los demás habitantes del Reino Animal. La innovación que suponen la creación y el uso frecuente y reiterado de la imagen, del Arte, es algo que -por ahora- parece haber ocurrido por primera vez en la Europa paleolítica, una innovación del pensamiento y la comunicación que se generaliza poco después de la llegada de nuestra especie. Aquí se ha conservado la más antigua expresión gráfica que acompañó aquellas primeras ideas con las que tratamos, quizá, de dar un sentido especial a nuestra existencia. En la cueva de El Castillo un grueso punto rojo fue hecho hace más de 41.000 años y una mano hace más de 37.000; en Altamira, un gran signo formado por varias líneas paralelas de doble curva fue realizado hace más de 36.000 años: son por ahora las dataciones más antiguas de unas pinturas.
Diecisiete cuevas del País Vasco, Cantabria y Asturias están desde 2008 en la Lista del Patrimonio Mundial junto a la de Altamira, ya inscrita individualmente en 1985. La Lista reúne lo más representativo del patrimonio cultural y natural de la Humanidad y la inscripción refleja el valor universal del primer arte, el llamado Arte de las Cavernas, creado entre hace 40.000 y 10.000 años. Altamira fue, en 1880, el primer lugar donde se descubrieron unas pinturas que se identificaron y publicaron científicamente como arte del Paleolítico, lo más antiguo de Europa, y ser el primero en algo suele tener premio. Pero, además, la casualidad quiso que fuera un conjunto espectacular, brillante, impresionante para cualquier persona y que, ciento treinta años después y conociendo ahora más de cuatrocientas cuevas con pinturas y grabados paleolíticos en Europa, Altamira siga siendo una de las más bellas e impresionantes de todas. Y tiene también el mayor interés científico, pues distintos grupos humanos la habitaron y salpicaron con su presencia aquellos milenios dejando sus figuras y signos realizados a lo largo de todo el tiempo paleolítico. Algún signo fue pintado hace más de 36.000 años; una serie de grandes caballos rojos fue hecha hace más de 22.000 años; los famosos bisontes policromos fueron pintados hace 14.500 años y los últimos, dibujados solo con carbón, hace poco más de 13.000 años. Y junto a esas manadas de caballos y de bisontes que poblaron el gran techo sucesivamente, la cueva se llenó de grabados de ciervas y de ciervos berreando, de signos abstractos y de seres cuyo rostro o máscara vemos en la galería mas profunda de la cueva. Ninguna otra reúne obras de todas las técnicas y los estilos de todo el tiempo paleolítico; ningún otro conjunto presenta en grado de excelencia todas las características esenciales del arte de las cavernas.
Pero Altamira no está aislada. Otras cuevas en la cornisa cantábrica conservan figuras también representativas de algún momento paleolítico, o ejemplos más precisos de ciertas técnicas artísticas, o algún tema singular que completa el repertorio. Y es esto lo que debemos aprovechar: las cuevas cantábricas con arte rupestre (del latín rupes, roca) son un conjunto de lugares complementarios que definen y nos permiten conocer una obra colectiva, un conjunto original de excepcional valor universal.
La cueva de La Peña (Candamo) tiene un caballo enmarcado en un camarín geológico cuya sola visión merece la visita; Tito Bustillo (Ribadesella) sorprende con su panel de figuras bícromas protagonizado por renos; el Pindal se asoma a un acantilado sobre el mar y presenta uno de los escasos mamuts de la región; La Garma (Omoño) ha conservado en el suelo, inalterados, los restos de la actividad de aquellas personas junto a las pinturas y grabados, y los bisontes de Covaciella (Peñamellera) parecen recién dibujados; las cuatro cuevas del monte de El Castillo (Puente Viesgo) son en conjunto una síntesis perfecta. Y Covalanas (Ramales de la Victoria) y Ekain (Cestona) son reconocibles por cualquiera como excepcionales edículos, profanos o sagrados, bajo la advocación de sus ciervas y caballos.
Algunas cuevas pueden visitarse, pero tienen plazas limitadas en razón de su conservación y conviene reservar la visita con antelación. Además, para disfrutar conociendo la Prehistoria y a quienes crearon el arte, habitaron las cuevas y poblaron el territorio en aquel tiempo se creó el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, junto a la cueva y la monumental Santillana del Mar, y también han surgido centros de interpretación en Cestona, Ribadesella y Teverga. Son excelentes productos para el ocio cultural y el pretexto idóneo para recorrer los valles y la costa con la familia y los amigos: les garantizo que las cuevas, los muesos y los paisajes les provocarán fuertes emociones que compartir entre adultos y niños como una recompensa imborrable.
Para todos puede ser fantástico viajar a la cornisa cantábrica con el pretexto del arte más original del mundo; visitar estas cuevas y museos y conocer a aquellas personas y su arte; sentirlas cercanas y comprensibles a pesar del tiempo transcurrido; descubrir con sorpresa que aún utilizamos objetos como los suyos y que practicamos con gozo e inconsciencia atavismos que proceden de aquella época: los tiempos de Altamira.
http://www.abcdesevilla.es/cultura/a...304282034.html
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