Por cierto, encontré un video del escritor Jesús Arrieta (de quién he puesto varios artículos en este hilo) donde justamente trata este tema, a ver que les parece.
http://www.dailymotion.com/video/x17...isicion_people
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Por cierto, encontré un video del escritor Jesús Arrieta (de quién he puesto varios artículos en este hilo) donde justamente trata este tema, a ver que les parece.
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Aproximadamente en el minuto 20:00 don Jesús habla de un mural que fue hecho por el pintor José Clemente Orozco (del cual, desconocía su ascendencia judía) en el Hospicio Cabañas, donde hace una lúgubre representación del monarca Felipe II.
Detalle del mural
Archivo adjunto 7402
Visitantes, dar click aquí para ver imagen
José Clemente Orozco (Foto)
Archivo adjunto 7404
Tomado de la página de la comunidad en México
Cita:
La maldición de los rabinos contra España
Por Enlace Judío México el 07 August 2012 en Historia, Reflexiona
CARMEN GÓMEZ OJEA/LNE.ES
Archivo adjunto 7486
En la segunda quincena de agosto de hace la friolera o la calentura de 520 años y, tras diversos aplazamientos para la fecha definitiva, no debería quedar en las juderías de España ni un morador, a no ser que quisiera ser castigado con la muerte, según el edicto de expulsión redactado por el gran inquisidor Torquemada y firmado por la católica Isabel, reina de la ancha Castilla, y su marido el católico Fernando, rey del vigoroso Aragón. Desde el mismo instante de la publicación de esa orden, los expulsos deberían disponerlo todo para la partida, como cambiar su casa por unos panes, sus joyas familiares por un burro o una menoráh, el candelabro de siete brazos de incalculable valor, por un saquito de sal o una alcucilla de aceite.
En ese inclemente texto que los heraldos voceaban hasta alcanzar a los habitantes del último villorrio en el que hubiera una aljama, se exigía que esas gentes emprendiesen el éxodo y vivieran la amargura del exilio, sin portar pieza alguna de oro y plata ni tampoco caballos, que les serían requisados en los controles de las aduanas de salida, aunque sí se les permitía, para la locomoción de carros y carretas, llevar asnos y mulas; y en tanto Colón, un converso, según ruido general respecto de sus orígenes, también preparaba su partida como capitán de la empresa ultramarina hacia unas tierras ya descubiertas secretamente por navegantes portugueses y castellanos, cuyos monarcas estaban unidos por ese pacto de silencio y enlaces matrimoniales, sin divulgar el hecho por temor, sobre todo, a la codicia de ingleses y holandeses, hasta que la sapientísima y aguda reina Isabel, dueña de un prodigioso sentido de la oportunidad para dar nuevas buenas o malas en el momento preciso, decidió que ya era el tiempo de soltar la noticia, debido a que el fin de la conquista de Granada planteaba un peliagudo problema dejando ociosa a una masa desocupada, que se quedaría de brazos caídos al terminar aquella larga contienda que la había mantenido activa y que entonces, como solución al engorro que suponía su desempleo, podría ser enviada a esas tierras como mano de obra o integrada en la tropa, pero no quedarse incrementando la numerosa población mendicante.
La reina era una mujer inteligente y muy práctica, quizá porque le habían robado la infancia, debido al trastorno mental de su madre y a la tacañería de su medio hermano, el rey Enrique, que hacía que en el castillo de Arévalo, donde vivían su madrastra y los hijos habidos con su padre el rey Juan II, se sufrieran escasez y penuria; y además de haber madurado prematuramente por esas circunstancias, había sido una alumna excelente de una excepcional mujer y maestra: Beatriz Galindo, la Latina, que enseguida se dio cuenta de que su discípula era una criatura imaginativa y singular, por lo que no le hubiera causado ninguna perturbación saber que Isabel había planeado, de modo genial y fantástico, dar oficialmente como fecha del descubrimiento de esos territorios de ultramar el doce de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, zaragozana y madre celestial de Aragón, en una manifestación muy gentil de amor cortés hacia su esposo, que se hallaba un más que bastante reconcomido porque en el velamen de las naos, como era justo, iban solo pintadas las armas de Castilla.
Así es que, mientras cristianos viejos y judíos conversos, amén de su capitán Colón, embarcaban ese mismo verano en las tres carabelas en dirección a la otra orilla de la mar océana, de aquí seguían saliendo de las juderías miles de personas que no quisieron abjurar de su fe mosaica y por ello fueron expulsadas de su patria. Pero no todas habían aceptado el cruel edicto calladas y sin protestas, pues el rabino Isaac Abravanel respondió en contra de la trágica medida de forma muy dura y arriesgada, atreviéndose a manifestar sin medio pelo en la lengua que algún día España, a la que amaba tanto o más que sus reyes, se preguntaría qué le había sucedido y por qué era el hazmerreír de las demás naciones y, entonces, quienes fueran honestos señalarían que ese día de primavera de 1492, ese último día del mes de marzo de ese año, habían empezado su decadencia y enfermedad, de las que eran culpables la reina católica y su marido, conquistadores de moros y causantes de la quema de sus libros, expulsadores de judíos, fundadores del Tribunal de la Inquisición y destructores de las mentes de los españoles. Al final, el Gran Rabino aseveraba que su pueblo progresaría en suelo lejano y que jamás olvidaría aquel vil edicto.
Pero no todos los rabinos fueron tan valientes. Así, Abraham Senior consternó a la comunidad judía con su bautismo solemne en el monasterio de Guadalupe, la virgen del reino de Castilla, rival de la del Pilar aragonesa y de la de Montserrat catalana, y, apadrinado por Isabel y Fernando, se convirtió en el patriarca de la numerosa familia de los Coronel, todos ellos cristianados también.
Joseph Roth, santo bebedor, borracho, periodista, narrador y judío, en el epílogo de «Judíos errantes» se refiere a ese jérem, anatema o maldición que los rabinos, antes de la partida, pronunciaron contra España, que de ese modo se hacía para el pueblo de Israel tierra prohibida, hasta que transcurrieran 444 años, una fecha señera en la historia del judaísmo, pues en el 444 antes de Cristo, Nehemías, que vivió cautivo en Babilonia y fue copero del rey persa Artajerjes, regresó a Jerusalén arruinada, para restaurar el templo y la muralla y comenzar el renacimiento de la sagrada ciudad moribunda; y ese jérem o anatema caducó en 1936, cuando comenzaba lo que Roth califica de la mayor catástrofe de la historia española: una coincidencia, a su juicio, chocante, que a los impresionables, no a él, podría hacerles pensar que la maldición continuaba. Por ejemplo, los voluntarios judíos de la brigada Thaelmann que vinieron a pelear contra el fascismo no lo creyeron.
Fuente:
La maldición de los rabinos contra España | Enlace Judío México | El sitio de expresión judía
Aunque este artículo debería ir en el hilo donde se habla del Tribunal del Santo Oficio en tierras novohispanas, decidí ponerlo aquí porque se centra en la actividad subterránea desplegada por los marranos en estas latitudes y que expone la conjura de estos para convertir en su nueva patria las tierras que la Corona Española confiadamente les otorgaba en una región vastísima del virreinato.
Cita:
La Inquisición en la Nueva España
Autor: Salvador Borrego Escalante
Tomado de: “América Peligra”, pp. 71-74.
Imágenes añadidas
En el caso de la Nueva España, la Inquisición no juzgaba a los indios ni a los mestizos y sólo castigaba a los europeos que ostentando un falso cristianismo conspiraban contra la Corona y la religión nacional. Así lo había establecido el Emperador Carlos V desde 1538. Los judíos que profesaban abiertamente su fe tampoco eran reos de ningún delito, pero sí los que se ocultaban para infiltrar y minar las instituciones.Dolida por lo que había ocurrido durante la invasión musulmana, España prohibió que los judíos se instalaran en las colonias sin permiso expreso de las autoridades, que en esa forma querían prevenirse nuevas traiciones. Pero muchos lograron burlar la orden y se trasladaron a América.
[Nota de B&T: Comparar esta afirmación respecto a los indígenas con la obra de Salvador Abascal, "La Inquisición en Hispanoamérica", diapositivas 23 ss., 26, 29, 31, etc., donde se habla del tema.]
Archivo adjunto 7509
Salvador Borrego Escalante nació en la Ciudad de México el 24 de abril de 1915. Periodista y escritor mexicano. Fue director técnico de 37 periódicos y director fundador de varios de ellos. Ha publicado más de 40 libros en campos como Historia militar, Política, Economía, Sociología, Periodismo, Filosofía y Religión. Junto a Joaquín Bochaca, es considerado como uno de los primeros representantes del revisionismo histórico de habla hispana. Metapedia
Ya con Colón había venido Luis de Torres, intérprete, que luego se estableció en Cuba para explotar la industria del tabaco. Y le siguieron otros muchos que se fingían cristianos, incluso el sacerdote José Diez Pimentel, Vicente Gómez, Jacobo Núñez López, Juan Rodríguez Mejía, Antonio Santaella, Antonio Méndez, Luis Rodríguez, Blas Pinto, Juan Rodríguez Heza y Francisco Rodríguez Solís, más tarde descubiertos en Cuba por la Inquisición. (Frecuentemente los judíos “conversos” adoptaban el nombre de sus padrinos cristianos).
En 250 años hubo en la Nueva España 51 -cincuenta y un- ejecuciones, que ahora un gobierno “revolucionario” cubano despacha “democráticamente” en tres horas, o uno de “liberación” marxista de Hungría en tres minutos. Entre los juicios más famosos de aquella época figura el de Hernando Alonso, presunto católico que había ayudado a Cortés a construir los bergantines en el sitio de Tenochtitlán y que logró así infiltrarse en el nuevo régimen como señor de Actopan.
Descubierto luego por la Inquisición se negó a retractarse y fue ejecutado en 1528 en la Plaza de Santiago Tlatelolco. Igual suerte corrió Francisco Gonzalo de Morales, judío falsamente converso.
No es exacto que el tribunal fuera antisemita pues sólo actuaba contra un grupo cuya traición durante la ofensiva mahometana había sojuzgado al pueblo español, ni tampoco es cierto que los judíos perecieran como mártires de su fe; pues no era la religión el punto de la contienda, sino la conjura política. Prevenirse de otra traición era la preocupación de España. Las diferencias religiosas agravaban esa pugna pero no eran la causa central, supuesto que antes y después de la alianza judía con el invasor árabe, la religión israelita era libremente ejercida en la España Católica.
[1567] Otro de los juicios más sonados fue el de los judíos Carvajal, que con extraordinaria habilidad burlaron durante muchos años las leyes y se infiltraron en el Gobierno de la Nueva España. El capitán Luis de Carvajal, hijo de judíos falsamente “convertidos” al catolicismo, demostró una conducta intachable y logró venir a la Nueva España en 1567. Desempeñó el cargo de alcalde de Tampico, realizó campañas para pacificar a los chichimecas y fue ganándose la confianza del virrey Enrique de Almanza. Doce años después logró que se le autorizara a poblar una enorme región que se llamaría Nuevo Reino de León y que abarcaría Nuevo León [C], Coahuila [B], Zacatecas [F] y parte de Tamaulipas [D], Chihuahua [A], Durango [E] y San Luis Potosí [G], o sea 702,944 kilómetros cuadrados. Así mismo se le autorizó a traer de España a cien familias para colonizar esa enorme área, mayor que la misma España [504,645 km2].
Archivo adjunto 7510
Nuevo Reino de León esquematizado sobre la división política actual de la Rep. Mexicana.
AMPLIACIÓN DISPONIBLE
La ocasión fue aprovechada por Carvajal para escoger precisamente a cien familias judías, que al igual que él, se fingían católicas. Antes de partir de España fueron exhortadas en secreto a que continuaran guardando la ley mosaica. Los nuevos colonos arribaron en 1580, naturalmente con el fin oculto de formar una comunidad que más tarde pudiera dar un golpe a sus anfitriones. Con miras a que fuera la capital de esa nueva tierra prometida, Luis de Carvajal fundó por primera vez la ciudad de Monterrey en 1581 con el nombre de San Luis. Posteriormente su lugarteniente Diego de Montemayor hizo la segunda fundación (1596) ya con el nombre de Monterrey.
Para erigir su dominio, Carvajal y los suyos extremaron la dureza con los indios, esclavizaban a muchos de ellos y a los demás los explotaban vendiéndoles mercaderías inútiles, desechos del comercio de la capital. Numerosos indígenas contraían deudas forzadas que luego no podían pagar ni con toda su vida de trabajo, y la deuda se heredaba de padres a hijos. Esto fue la causa de levantamientos en el Nuevo Reino de León. El escandaloso comercio y los abusos llegaron a conocimiento del rey, que expidió cédulas reales prohibiéndolos, pero Carvajal y los suyos eran bastante “sutiles” para burlarlas. Los nuevos colonos, con toda la experiencia y la astucia del comerciante hebreo adquirían a precios irrisorios los vegetales, animales, minerales y objetos manufacturados de su dominio. Rápidamente ganaban poder y dinero.
[1589] Todo hacía creer que el Nuevo Reino de León sería pronto una base segura para el anhelo judío de revancha, pero un día de 1589 la Inquisición descubrió que Isabel Rodríguez Carvajal, sobrina de Luis de Carvajal el Viejo, era judía disfrazada de católica. Y esto dio la pista para hallar toda la trama tan sutilmente tejida.
Archivo adjunto 7511
Sambenito: Esclavina o escapulario que se ponía a los penitentes reconciliados por el tribunal de la Inquisición
Quedó así de manifiesto que un movimiento político judío se escondía bajo nombres tan castizos como Francisca Núñez de Carvajal, Antonio Díaz de Cáceres, Jorge de Almeida, Juana Rodríguez, Blanca Enríquez, etc., y que magistralmente se camuflaba detrás de la Cruz cristiana.Así se llegó a dar el caso de que Antonio Machado hacía pública y ferviente vida católica, ponía un vistoso Nacimiento por Navidad en su casa, figuraba como miembro eminente de las cofradías del Santísimo Sacramento, de la Santísima Trinidad, de Nuestra Señora del Rosario, de la Santa Veracruz y del Santísimo Nombre de Jesús, cultivaba la amistad de los sacerdotes Luis López de Santa Catalina, Diego Villanueva, Díaz de Agüera y Juan Rodríguez, y entretanto, secretamente, era el rabino de la comunidad judía y el coordinador de las actividades políticas de los demás israelitas ocultos bajo la apariencia de súbditos fieles a la Corona.
Toda la empresa secreta del capitán Luis de Carvajal quedó al descubierto, y fue tanta su pena que murió antes de que se le fuera aplicada la condena de seis años de destierro. Su sobrino Luis de Carvajal el Mozo fue condenado a portar el sambenito que lo identificara como infractor de la ley, desventaja que bien pronto convirtió en ventaja al obtener permiso de realizar giras pidiendo limosnas para pagar una multa, pues despertando la compasión del público obtuvo una buena fuente de ingresos y a la vez aprovechó los viajes para rehacer los lazos de comunicación entre los judíos que se habían escapado al juicio. Algo, aunque poco, logró salvar de la destruida organización secreta que su tío había tejido tan pacientemente.
La idea de que Jesucristo era un impostor y de que el pueblo judío debería reinar sobre el mundo entero para que viniera el verdadero Mesías, fue la creencia fanática que unió a los sefardíes (judíos españoles) en los difíciles tiempos en que burlaban las leyes de la Corona y desafiaban al tribunal de la Inquisición.
Fuente:
La Inquisición en la Nueva España | Biblia y Tradición
Cita:
05/09/2004 - 08h54
Bandeirantes tinham origem judaica
MARIO CESAR CARVALHO
da Folha de S.Paulo
Os historiadores nunca primaram pelo equilíbrio ao retratar Antônio Raposo Tavares (1598-1658), um dos mais mitológicos bandeirantes. Ou era guindado ao céu como o "bandeirante magno, vulto formidável", segundo a descrição de Affonso Taunay, ou era jogado no inferno como assassino, herege e matador de padres.
A historiadora Anita Novinsky, professora de pós-graduação na USP, reuniu documentos encontrados em Portugal segundo os quais Raposo Tavares teria razões religiosas para queimar igrejas: sua madrasta, Maria da Costa, foi presa pela Inquisição em 1618 sob a acusação de "judaísmo" e só saiu do cárcere seis anos depois.
Em 1496, D. Manuel, rei de Portugal, decretou que os judeus deveriam ser expulsos do país. Só poderiam ficar os que aceitassem a conversão ao catolicismo, chamados de cristãos novos.
Raposo Tavares foi criado até os 18 anos na casa da madrasta, uma cristã nova que seguia a tradição religiosa como "uma judia fervorosa", na definição de Novinsky. A mãe de Raposo Tavares também era cristã nova.
"Há razões ideológicas na fúria dos bandeirantes contra a igreja. Ela representava a força que tinha destruído suas vidas e confiscado seus bens em Portugal", diz Novinsky, autora de oito livros sobre a Inquisição. Raposo Tavares matou jesuítas porque eles eram comissários da Inquisição na América, segundo a historiadora.
Os documentos serão debatidos no simpósio "O Legado dos Judeus para a Cidade de São Paulo", em novembro. O simpósio é promovido pelo Laboratório de Estudos sobre a Intolerância, da USP, e pelo clube A Hebraica.
Uma outra história
Segundo a nova perspectiva, Raposo Tavares e bandeirantes que atacavam igrejas podem ser vistos como "subversivos", desafiadores da hegemonia católica, na visão de Novinsky. Entre os bandeirantes, eram cristãos novos Raposo Tavares, Fernão Dias Paes e Brás Leme. Baltazar Fernandes, fundador de Sorocaba, matou com um tiro na cabeça o padre Diogo de Alfaro, que tinha sido enviado pela Inquisição para investigar os paulistas.
"A história do período colonial precisa ser reescrita", defende. Os novos documentos mudam as histórias das bandeiras e do Brasil, de acordo com a historiadora.
Os ataques das bandeiras às reduções, áreas em que os jesuítas agrupavam os índios para catequizá-los, ocorreram na primeira metade do século 17.
O mais célebre dos ataques foi contra as reduções na região de Guairá, hoje território paraguaio, em 1628. Raposo Tavares teria saído de São Paulo com 900 brancos e 3.000 índios.
Foi nesse episódio que Raposo Tavares fez a sua confissão de judaísmo, na visão de Novinsky. Uma carta de Francisco Vasques Trujillo escrita em 1631 menciona que, ao ser questionado com que autoridade moral os paulistas atacavam os índios, ele responde que era com a autoridade "que lhes dava os livros de Moisés".
O saldo da batalha para os bandeirantes foi a escravização de 2.000 índios que estavam sendo catequizados. Com a expulsão dos jesuítas espanhóis, Portugal ganhou o território onde ficam os Estados do Paraná, de Santa Catarina, do Rio Grande do Sul e de Mato Grosso. A escravização dos índios acabou consagrando a teoria de que os bandeirantes eram movidos por razões econômicas.
O historiador John Monteiro, professor da Unicamp (Universidade Estadual de Campinas), autor de "Negros da Terra: Índios e Bandeirantes nas Origens de São Paulo", diz que os documentos reunidos por Novinsky mostram que a razão econômica é insuficiente para explicar os embates entre colonos e jesuítas. Não há dúvida de que ambos lutavam pelos índios para usufruir da mão-de-obra barata. Mas por que os confrontos com os bandeirantes paulistas foram os mais cruentos?
A questão religiosa pode explicar a ferocidade, afirma Monteiro. É uma peculiaridade da colonização de São Paulo que não se repete em outros lugares: "Tenho certeza de que as disputas não eram só econômicas. Passavam por alianças de famílias e pela identidade religiosa".
Fuga para São Paulo
Paulo Prado (1869-1943), o milionário do café e patrono da Semana de Arte Moderna de 1922, foi o primeiro a mencionar a influência dos judeus na São Paulo dos séculos 16 e 17. No livro "Paulística Etc." (1925) ele cita atas da Câmara de 1578 e 1582 que fazem referências a "judeus cristãos".
O isolamento de São Paulo, segundo Prado, levava judeus de Pernambuco e da Bahia a migrar para a cidade: "(...) nenhum outro sítio povoado do território colonial oferecia melhor acolhida para a migração judia. Em São Paulo não os perseguia esse formidável instrumento da Inquisição, que nunca chegou aqui".
Prado não sabia à época que dois cristãos novos que moravam em São Paulo haviam sido executados pela Inquisição: Theotonio da Costa, em 1686, e Miguel de Mendonça Valladolid, em 1731.
No livro que publicou em 1958 sobre Raposo Tavares, o historiador português Jaime Cortesão levantou a hipótese de que o bandeirante era cristão novo e que tivera problemas com a Inquisição.
Onze anos depois, José Gonçalves Salvador, professor aposentado da USP,
escreveu o primeiro artigo sobre cristãos novos em São Paulo e sobre a origem judaica de Raposo Tavares.
Havia razões sérias para que cristãos novos escondessem suas raízes judaicas, diz o historiador Paulo Valadares, um dos autores do "Dicionário Sefaradi de Sobrenomes" --sefaradi ou sefaradita é a forma como são designados os judeus da península Ibérica.
"A Inquisição foi uma forma de apartheid. Os que tinham origem judaica tinham de pagar mais tributos e não tinham acesso a certos cargos", afirma Valadares.
Para ingressar em ordens religiosas ou no exército, o candidato precisava provar que não tinha antepassado judeu, árabe, negro ou índio por até sete gerações.
Para ascender, era necessário renegar o passado. A prática era corrente em São Paulo desde sua fundação, em 1554. Segundo Valadares, a mãe de Anchieta era cristã nova e seu trisavô foi queimado pela Inquisição.
Fuente:
Folha Online - Cotidiano - Bandeirantes tinham origem judaica - 05/09/2004
Cita:
Julio POPPER, Genocida selk'nam
Nació el 15 de diciembre de 1857 en Bucarest, capital del Reino de Rumania, hijo de Naftalí Popper - rector del primer colegio hebreo de la ciudad y fundador del diario Timpul, órgano de la colectividad judeo-búlgara- y Peppi (Perla), ambos judíos procedentes de Polonia. A los 17 años dejó la casa paterna para estudiar en París, en la Universidad Politécnica, en la Escuela Nacional de Puentes y Rutas, donde se graduó como Ingeniero en Minas. Manejó varios idiomas: rumano, griego, Yídish, francés, alemán, latín y un perfecto castellano.
En 1885 llegó a Buenos Aires, teniendo pleno conocimiento del descubrimiento de oro en el extremo sur continental de Argentina, hoy Provincia de Santa Cruz, más precisamente en la famosa zona de "zanja a pique", sin perder de vista estas manifestaciones auríferas y por lógica deducción geológica y minera, Popper arriba a la Isla Grande de Tierra del Fuego, con un grupo de expedicionarios en septiembre del año 1886, descubriendo en esa oportunidad el más importante yacimiento aurífero que registró la actividad minera en territorios australes sobre el litoral Atlántico, ubicado sobre la espiga que prácticamente encierra por el extremo norte a la Bahía San Sebastián y que el denominó con acertada justicia El Páramo. Durante su viaje exploratorio se encargó de poner nombres (topónimos) a los lugares, ríos, y accidentes geográficos que iba encontrando, y registrándolos en sus mapas (un ejemplo que aún hoy tiene vigencia es el de mar Argentino.
Popper tenía la visión geopolitica de crear un pueblo como modo de afirmar la Soberanía Argentina, que llamó Atlanta, cerca de donde hoy se encuentra la ciudad de Río Grande. Este poblado iba a constituir el puerto de entrada hacia la Antártida en 1890, con todos los servicios que debía tener un puerto. De este proyecto "Atlanta", Popper escribió y editó seis ejemplares, numerados y firmados por él, de los cuales el Museo del Fin del Mundo posee el número dos.
De regreso en Buenos Aires, en 1887, dio una conferencia en el Instituto Geográfico Argentino el 5 de marzo. Su disertación científica entusiasmó tanto a los presentes que de ella salió como resultado la fundación de la Compañía Anónima Lavaderos de Oro del Sur y, en la primavera de 1887, Julio Popper regresa a Tierra del Fuego con los papeles que lo habilitaban para explotar los yacimientos de arenas auríferas que pudiera encontrar. Además, su disertación tuvo tanto éxito que le valió su incorporación a la Logia Docente, el grupo de intelectuales más distinguido en la sociedad de Buenos Aires.
Popper uno de los "cazadores de indios" que formaron parte de la campaña de exterminio de la población autóctona de la Patagonia. Se desconoce la cantidad de indios que habría matado, pero las pruebas apuntan a que sí intervino en las cacerías y sí tomo parte en el genocidio.
En este contexto, ocurrió la masacre de la playa de San Sebastián, en noviembre de 1886, en la que el comandante Ramón Lista, al frente de un grupo de marinos, atacó una toldería ona provocando la muerte de 27 de ellos. Tras la masacre, los hombres de Lista se ensañaron con un joven ona al que encontraron escondido tras unas rocas, armado tan solo con su arco y su flecha: lo mataron de 28 balazos.
La principal evidencia contra Popper son varias fotografías regaladas por él al Presidente de Argentina de entonces, Miguel Ángel Juárez Celman, que lo muestra en plena actividad de cacería. En primer plano aparece un ona tendido en el suelo, con su arco en una mano, y detrás Popper y sus hombres apuntando con sus rifles a lo que, supondríamos, son otros blancos. Popper mismo la mostró en una exposición en el Instituto Geográfico Militar, donde explicó que en el enfrentamiento murieron dos indios.
El nombre de Popper aparece frecuentemente mencionado entre los cazadores de indios, junto con el de Alejandro Maclennan y "Mister Bond", entre otros.
Última actualización el Lunes, 22 de Agosto de 2011 16:08
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=7636&stc=1
Fuente:
Julio POPPER, Genocida selk'nam
YAACOV CURIEL, DAVID ABRABANEL, SAMUEL PALLACHE... 2012-06-20
¡Piratas judíos!
Julián Schvindlerman
http://s.libertaddigital.com/fotos/n...rata-judio.jpg Imagínese al típico pirata del Caribe del siglo XVII: parche en el ojo, la espada en una mano, la botella de ron en la otra... Ahora añada al cuadro una estrella de David en la célebre bandera negra, las palabras Mazal Tov pintadas en el casco y una buena provisión de comida kosher. Difícil de creer, ¿no?
Pues bien, resulta que la piratería hebrea existió, y dejó una huella distintiva no solamente en la historia judía, sino en la historia de la piratería misma.
Los primeros antecedentes podemos hallarlos hace más de dos mil años. "En el siglo I antes de la era común hay evidencia de judíos que combatieron con piratas", refiere José Chocrón Cohén en un artículo escrito para el Centro de Estudios Sefaradíes de Caracas. El legendario historiador Flavio Josefo relató ataques de marineros hebreos contra barcos romanos desde el puerto de Yafo. Josefo da cuenta de una disputa registrada en el 63 a.e.c. entre dos líderes judíos, Hircano y Aristóbulo: para ganarse el favor de Pompeyo y conseguir el cetro de su pueblo, uno de ellos acusó al otro de alentar la piratería. Conforme ha escrito Cohén, en el siglo VI sacerdotes cristianos informaron de la presencia de piratas judíos en las costas del norte del continente africano. Documentación de ese siglo informa de que el obispo Sinesio fue capturado por piratas hebreos en represalia por encarcelamientos previamente ordenados por éste, y que los piratas judíos se abstenían de navegar en shabat. En el siglo XII, el propio Maimónides afirmó, en carta a su hermano, que judíos y musulmanes compartían barcos piratas.
El apogeo de la piratería judía parece haber tenido lugar entre los siglos XVI y XIX. A comienzos de 1492, los Reyes Católicos ordenaron la conversión forzosa o expulsión de los judíos residentes en sus territorios. Diversos historiadores han notado la coincidencia curiosa entre la fecha en la cual zarparon los buques de Cristóbal Colón hacia lo que sería el Nuevo Mundo y la de la partida de los judíos españoles. El famoso y difunto cazador de nazis Simon Wiesenthal, en su libro Operación Nuevo Mundo, señaló la presencia de hebreos en la flotilla del explorador genovés, y ponderó incluso las posibles raíces judías de éste. En cualquier caso, motivados por la sed de venganza contra la Corona española, varios judíos expulsados surcaron los mares en embarcaciones llamadas Reina Esther, Escudo de Abraham o Profeta Samuel y atacaron barcos españoles, en el marco de alianzas políticas con potencias europeas enemigas de aquélla.
En una nota publicada en la revista Guesharim, Ernesto Antebi, tomando información de las actas de la comunidad hebrea de Ámsterdam Mikve Israel, cita uno de los sermones más insólitos de la historia de la prédica rabínica. Lo pronunció en 1753 Ioshua de Córdoba, rabino de la comunidad de la isla caribeña de Curazao, y versaba sobre cómo evitar atracos piratas en alta mar y sobre la necesidad de la solidaridad fraterna cuando un barco español atacaba una embarcación hebrea.
http://s.libertaddigital.com/fotos/n...calavera-2.jpg
(Un inciso: si hemos de ser rigurosos, deberíamos distinguir entre pirata y corsario, pues el papel de uno y otro en aquellos tiempos no era idéntico. El corsario tenía un acuerdo con un gobernante, por el cual capturaba y saqueaba embarcaciones hostiles al mismo y se repartía con él los beneficios. El corsario disfrutaba de "patente de corso". El pirata no tenía relación contractual alguna con nadie, y lo que capturaba se lo guardaba íntegramente para sí).
El periodista estadounidense Edward Kritzler hizo un aporte decisivo y original al estudio de la piratería hebrea con su obra Piratas judíos del Caribe, donde dio cuenta de las aventuras y desventuras de célebres piratas, corsarios y bucaneros hebreos, cuyas hazañas han legado un capítulo colorido –heroico y trágico a la vez– a la historia judía.
Así, sabemos del corsario Sinan Reis, almirante de la flota turca y aliado del conocido Barbarroja, quien en 1538 combatió a la flota conjunta de la Liga Santa (compuesta por los Estados Pontificios, el Sacro Imperio Romano Germánico, la República de Venecia y la Orden de Malta) en la batalla de Preveza, que dio al Imperio Otomano el control sobre el Mediterráneo por más de treinta años. Simón Fernández fue un corsario judeo-español escapado de la Inquisición que colaboró con el pirata galés John Callis acosando barcos españoles y franceses, lo cual le valió el permiso para recalar en los puertos de Su Graciosa Majestad. Junto al corsario inglés Walter Raleigh, navegó por las Indias Occidentales, América del Norte y el Pacífico. Yaacov Curiel descendía de una familia de judíos conversos al cristianismo y llegó a ser capitán de la flota española. Capturado por los agentes inquisitoriales y rescatado por sus propios marineros marranos, pasó a atacar embarcaciones españolas en el Caribe hasta su retiro cabalístico en Tierra Santa. David Abrabanel fue un temido corsario judeo-holandés al servicio de los británicos que tenía un linaje familiar notable. Conocido como Capitán Davis, su barco se llamaba Jerusalem y al parecer observaba el shabat. Asedió a los barcos españoles durante una década: su familia había perecido en un ataque español en alta mar cuando él era un adolescente. Antes de ganarse el sobrenombre de Pirata Rabino –descendía de rabinos–, Samuel Pallache fue embajador de Marruecos en Madrid. Pallache fue corsario de los holandeses y comerciante global. Otro destacado corsario fue Moisés Cohen Henriques, judeo-portugués al servicio de Ámsterdam cuyas travesías lo llevaron a Cuba y a Brasil y que terminó siendo asesor del pirata más famoso de todos los tiempos, Henry Morgan. Por último, pero no agotaré el listado, citaré a los hermanos Pierre y Jean Lafitte, cuyos antepasados habían huido de España a Francia: se convirtieron en dos de los más afamados corsarios de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Bajo la égida de Francia y desde los pantanos de Luisiana, atacaban a los buques ingleses que navegaban por el Golfo de México. En 1812, en la batalla de Nueva Orleans, Jean luchó victoriosamente junto a Andrew Jackson, futuro presidente de los Estados Unidos. Terminó sus días de corsario en el Yucatán.
Si todo esto le parece demasiado increíble, hágase un viajecito a Curazao. Diríjase al antiguo cementerio judío y deténgase ante la tumba de Lea Jana Schneur, esposa de un pirata judío. Si mira atentamente, verá grabada en la lápida que lleva su nombre la calavera y las tibias cruzadas.
julianschvindlerman.com.ar
muy buena historia
Y además el artículo está escrito por un judío, como se puede ver en su nombre y su cara, y tomado del blog prosionista Libertad Digital. Sabe lo que han hecho sus antepasados y lo dice con todo descaro.
Lo mismo que la profesora Novinsky en el artículo que posteó Mexispano.
El "paisano" Pepe Brechner, que no cree en teorías conspirativas, dice lo siguiente:
"Los partidos y movimientos políticos están abiertos al público, o sea que sus planes no son maquinaciones secretas, son su ideología". Y debería agregar las religiones.
Artículo
No me parece buena idea el demonizar a todos los conversos y me ha encantado el caso de Santa Teresa de Jesús como descendiente de conversos. No se si es cierto que todos los apellidados con profesiones o topónimos proceden de conversos y si es así yo lo hago también.
Si debo ser castigado por eso y recae en mi un estigma que nunca podré vencer, deberé seguir viviendo, pero siempre he querido pensar que mis antepasados amaban tanto España, como para que el abrazo al cristianismo supusiera un paso a mejor y una nueva esperanza.
En cuanto a la relación entre judaismo e islamismo, creo que el mejor ejemplo es el de la gran derrota portuguesa en Azalquivir, tengo entendido que su onomástica se celebra como fiesta judía.
No se demoniza a los conversos en general. Sólo a los falsos conversos. Con el que se convierte de verdad no hay problema. Los mismos apóstoles con los que se inició la Iglesia no eran otra cosa que judíos conversos.
Y lo mismo sucede con la información mostrada en los videos de David Duke (toda ella sacada de fuentes escritas por ellos). Jejeje, esos judas son unos cinicazos. :toyfeliz:
Por cierto, veo que Jewtube ha eliminado los clips de Duke que puse aquí, por lo que vuelvo a poner los enlaces ahora subidos por otro usuario:
El impactante rol de los judíos en la esclavitud
Parte 1
https://www.youtube.com/watch?v=z_xD-CsF6KA
Parte 2
https://www.youtube.com/watch?v=cn8qusIpouw
SEFARAD RESTAURÁNDOSE
http://3.bp.blogspot.com/-xpt5MmZIA_...-rodriguez.jpg Pedro Sáinz Rodriguez
EL SEFARDISMO RETORNADO
Manuel Fernández Espinosa
Pedro Sáinz Rodríguez (1897-1986) fue uno de los intelectuales de gran fuste que tuvo España en el siglo XX. Filólogo, bibliógrafo, escritor, editor, también ejerció el papel de conspirador en los trabajos preparatorios del 18 de Julio de 1936. Católico y Monárquico, Sáinz Rodríguez era un adicto a Alfonso XIII y, tras la muerte de Alfonso XIII, rindió pleitesía a Don Juan (el Rey de Luis María Ansón).
Sáinz Rodríguez formó parte del Alzamiento Nacional de 1936 y fue nombrado ministro de Instrucción Pública en el Primer Gobierno Nacional de España (1938-1939), sin embargo, su lealtad a Alfonso XIII y, más tarde -como hemos dicho- a Don Juan de Borbón y Battenberg perjudicó la carrera política de Sáinz Rodríguez durante el franquismo, forzándole incluso a tomar el camino del exilio a Portugal.
Sus relaciones con Francisco Franco se deterioraron cuando Francisco Franco decidió decretar la persecución de la actividad masónica en España, implantando el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Sáinz Rodríguez se queja en sus memorias del simplismo de Franco y alega en su defensa que él no era masón, contra lo que Franco y el círculo franquista propalaban sobre él. Creemos -aunque es una conjetura- que, en efecto, Sáinz Rodríguez nunca fue masón, pero tal vez fuesen otras las razones por las cuales los hombres de confianza y más afectos a Franco la emprendieron contra Sáinz Rodríguez.
En tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, Sáinz Rodríguez había trabajado para la editorial CIAP. Las siglas CIAP responden a COMPAÑÍA IBERO-AMERICANA DE PUBLICACIONES, aunque en un principio se llamó Compañía Ibero-Africana. La gerencia de esta editorial estaba a cargo de Manuel L. Ortega Pichardo "que había vivido en la zona española de Marruecos [...] publicó un libro sobre "Los hebreos en Marruecos", antes de existir la CIAP y una "Historia de Ceuta", con especial atención a los sefardíes y con un estudio del doctor Pulido, personaje relacionado con el retorno del judaísmo a España en la primera mitad del siglo XX." (La cita es del mismo Pedro Sáinz Rodríguez en su libro "TESTIMONIO Y RECUERDOS").
Sin embargo, aunque Ortega Pichardo figuraba como fundador de la CIAP, la editorial era de capital hebreo. Ignacio Bauer, judío, escritor, bibliófilo y autor de "Apuntes para una bibliografía de Marruecos", además de "Relaciones de África" y "La misión franciscana de Marruecos" era el hombre clave. Ortega Pichardo preparó una "Biblioteca de los sefardíes" y la editorial planeó el "asalto" al mercado peninsular e iberoamericano, estableciéndose en Madrid y solicitando la colaboración profesional de Pedro Sainz Rodríguez. Éste, como cándido e ingenuo intelectual, aceptó y trabajó para CIAP -con mucha probabilidad sin saber, en ese momento, lo que se estaba cuajando.
El Doctor Ángel Pulido Fernández (1852-1932) promovía desde 1904 la campaña filosefardí en España, tras haber tomado contacto con comunidades descendientes de antiguos judíos sefardíes. Y Pulido era uno de los colaboradores de CIAP, como otros prominentes filojudíos, por ejemplo: Méndez Bejarano o el gran traductor Rafael Cansinos Assens. En 1920, a iniciativa del Doctor Pulido, se fundó la Casa Universal de los Sefardíes. La editorial CIAP empleó a Pedro Sáinz Rodríguez a manera de relaciones públicas, así lo hizo cuando lo envió a Iberoamérica, para abrir mercado.
Estas relaciones de Sáinz Rodríguez con una editorial tras la cual se adivinaba el capital judío, así como la campaña de rehabilitación de los sefardíes, promocionada por el Doctor Pulido y jaleada por todas las logias españolas no pasaba desapercibido para los servicios secretos franquistas que, en esos entonces, podemos decir que eran unos de los más eficaces de toda Europa.
Lo del "contubernio judeo-masónico" era algo más que una figura retórica del franquismo. Franco sabía que las relaciones bilaterales entre la Segunda República Española y la comunidad judía, a través de diversos representantes y dirigentes político-religiosos judíos, habían sido clave y los hombres del CIAP no eran ajenos a esos tejemanejes.
Antonio Aguilar y Correa, Marqués de la Vega de Armijo
Lo curioso del caso es que, en toda la falsa retórica de los masones que instauraron la Segunda República Española, siempre se argumentó el manido tema de la "reparación": ¿a qué reparación se referían? Sabido es que en 1492 los Reyes Católicos promulgaron el edicto de expulsión de los judíos que no se bautizaran. Durante siglos este decreto estuvo vigente. Sin embargo, la Segunda República Española llegaba tarde a la derogación de este decreto de expulsión de los judíos (y no digamos la más reciente medida, consumada por el ministerio de Ruiz Gallardón). Gobiernos masones anteriores se habían anticipado a Ruiz Gallardón y a la II República; ésta es otra de las historias muy poco conocidas que arrojan luz sobre el asunto.
La Gran Logia de Rumanía reconocía en 1880 al Oriente masónico presidido por Práxedes Mateo Sagasta, pero a cambio exigió que el gobierno español levantara los impedimentos que, por el decreto de los Reyes Católicos de 1492, se ponían en España contra el establecimiento de la comunidad judía. No hubo problema ninguno para realizar la transacción de favores, dado que Práxedes Mateo Sagasta y su alegre pandilla de compadres masones formaba el mismo gobierno de España. Don Antonio Aguilar y Correa, Marqués de la Vega de Armijo, conspicuo ministro de la camarilla de Sagasta, se apresuró a derogar el decreto de los Reyes Católicos.
Con estos "movimientos tácticos" en el orden legislativo (realizados servicialmente por los hermanos masones; que a la vez eran los prohombres de la política liberal) a principios del siglo XX todo estaba dispuesto para que apareciera el Doctor Pulido, viajando por el Mediterráneo y redescubriendo las comunidades sefarditas, para invitarlas a regresar a España reivindicando la "Reparación" que supuestamente la nación española le debía a los descendientes de aquellos expulsados. Mientras tanto, para preparar la campaña de propaganda que abriría de nuevo las puertas de España a la diáspora sefardí para imponer Sefarad, dos periódicos se emplearon a fondo: "La Raza" y "El Pueblo", con D. Manuel Ortega Pichardo al frente que, con el banquero judío establecido en Madrid, Señor Dreyfus, había fundado la C.I.A.P. (COMPAÑÍA HISPANO AMERICANA DE PUBLICIDAD), a la que aludimos más arriba. Digamos también que el inversor de la C.I.A.P., el banquero Dreyfus se casó con la hija del Doctor Ignacio Bauer, al que ayer también aludíamos en dicho episodio. El Doctor Bauer era, por cierto, nieto de uno de los hombres clave de la Casa Rothschild en España.
RAIGAMBRE
Cita:
Opinión / Columna
Jesús Arrieta Cabrera
Los marranos, los judaizantes y la inquisición
El Sol de Zacatecas
24 de diciembre de 2014
Desde que se manosea la historia, para que sea solo un montón de palabrerío que no forme la identidad y se desintegre la cultura del espíritu nacional; resulta extraño que se manipule la palabra Inquisición, para maniobrar odios y rencores, contra la Cristiandad Católica; porque el Santo Oficio, lastimó a los usureros judíos que se fingían católicos conversos, para expoliar desde dentro de las naciones, los dineros que son el factor "FRUTO DEL TRABAJO" y base del dinamismo económico, con que se atraen los bienes necesarios de la existencia... y más se calienta la controversia, si se habla del Santo Oficio de la inquisición, como "La Suprema Autoridad Represora del Agiotismo".
Autoridad Odiada siempre que los concentradores del capital han sido descubiertos en su inmoral maniobra de crear las crisis estratégicas, con los acaparamientos y suscitando hasta las guerras que aceleran la comercialización del armamento y la emergencia de mercadear el dinero; situación en que los tales estaban creando todo tipo de necesidades; en unas circunstancias en las que aparecía la voracidad de los usureros que desataban su ferocidad, aprovechando el vértigo del torbellino que no deja ver las tácticas de las grandes mentiras inteligentes.
Instrumento del espionaje con el que explotan a los que se enfrentan en los campos de batalla; tal como sucedía, cuando a Carlos V le llegaban las remesas de metales preciosos del Nuevo Mundo y había que esquilmárselos; causándole un gran trastorno. Desde afuera: con el Islam; armando en secreto la flota de Barba Roja; y por dentro del Imperio Español, con el Protestantismo que formó Un Frente Armado de reyes sediciosos, alineados con el Cisma de Lutero, dirigido el tal, por las siniestras maquinaciones de "El Judío Internacional" Salomón-Raschi; el que hacía yunta con el marrano Nicolás de Lyra; quiénes actuaban desde las casas financieras. Incrustados en las Estructuras Económicas como un factor necesario, en los trastornos por ellos provocados.
La historia es una herramienta eficaz para no resbalar en inconsistencias y poder echar una mirada retrospectiva, sin equivocar el análisis de los hechos sin deformar; en cuyo banco de datos, está esperándonos la Verdad purificadora, para introducirnos en los hechos consumados; mostrándonos la radiografía del cáncer del trafico monetario, y guiándonos hasta el año 711 (8 siglos antes de Carlos V) de nuestra Era para revisar "La Historia Clínica" del padecimiento que casi liquidaba la economía europea, al formarse la fatídica mancuerna económico-militar, que comenzó su gran ofensiva, con el contubernio que coludía al Judeo Islamismo; con una invasión que se infiltró en Europa, penetrando por el sur de La Península Ibérica.
Y no solo instalando "un estado islámico judaizado" dentro de la Católica España; sino infiltrando hasta los entresijos de la entraña Clerical, para desde allí también desintegrar el espíritu y la cultura, instalando judíos marranos falsamente conversos (¡hasta como sacerdotes!),formadores de Católicos de Cristianismo Judaizado; precisamente los llamados judaizantes, para que con los tales, se colapsara la vida del alma occidental, degenerándola hasta lo mixto; que a todo lo hace hibrido, inoperante, e improductiva víctima del usurero, practicante del agiotismo estafador.
Ante esa conspiración oculta por el legitimo derecho a la existencia de cualquier ser humano, el papa Gregorio IX instituyó un Santo Tribunal, que al principio sirvió contra los herejes infiltrados en la Iglesia Católica, desde cuyo interior se pervertía la fe; haciendo confusa la Doctrina Cristiana, con los tósigos judaizantes; en los años de Jaime I de Aragón, entre 1208 y 1276.
Ello significó la legítima defensa: de elaborar La Constitución Del Canon Eclesiástico en Tarragona, por el 1242 de aquel siglo XIII, que fue escenario de las cruzadas 7 y 8; las que encabezó San Luis Rey, desafiando El Califato de Córdoba, que a sus espaldas en España se constituyó como la matriz abastecedora de todo el Islam; al que había que atacar en sus raíces del Medio Oriente, sitiando Jerusalén... lo que a pesar de tanta sangre Cristiana derramada, no logró afectar la capital Cordobesa, que desde España retroalimentaba al Estado Judeo Islámico, aunque la Cristiandad Española, blandiendo la espada de Fernando III sometiera a los judeoarabes cordobeses en la primera mitad de aquel siglo XIII.
Dígase aunque sea de paso, en lo que se leen estos hechos; que fue también aquel siglo XIII cuando los judíos islamizados de Gerona acuñaron el término Jehová, troqueleándolo sobre el Yahvé del judaísmo aaronita, desde los escritorios en que se escribían las páginas de la cábala y las del Talmud, que incitaban el fanatismo y el fetichismo de los crédulos católicos que apuestan su fe ciega a lo misterioso; sin darse cuenta que así resbalaban en el abismo de las supersticiones que caracterizan al judaizante.
vea: los marranos... 7A
Se ha de decir que: al mismo tiempo que se veía caer la fe ciega que se alucina con los maquillajes bíblicos (en cuyos emplastes de la teúrgia pseudo religiosa), el crédulo no distingue la diferencia entre el Judaísmo y el Cristianismo; entre tanto que por otra parte, resucitaba el espíritu de San Francisco de Asís y el de el Santo filosofo Tomás de Aquino; inspirando el sentido cuerdo del pensamiento lógico; el que no se emboba con lo misterioso que manipulaban los talmudistas judíos; ni mucho menos, con el oriental rito de los Imanes del Arabismo Andaluz.
Los hechos consumados indicaban que la mancuerna del invasor, era nefasta para la Civilización Cristiana de todo el Mundo Católico; y que las mentiras inteligentes de los extorsionadores, tenían que expulsárseles de la Cristiandad de España; porque los logreros de la usura, no debían mas meter las uñas en el tejido social de Europa; empezando aquella limpieza la Inquisición: uniendo los divididos Reynos de Castilla y Aragón, con las indicaciones del cardenal Francisco de Cisneros, que sabía visualizar las consecuencias de hacer nada.
El Papa Sixto IV que pontificaba el vínculo entre el cielo y la tierra, dio el acceso a las peticiones de los Reyes Católicos: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón para que se estableciera la Inquisición que había de rescatar la unidad espiritual de los Celtiberos Españoles, divididos por los sectarismos que habían fraccionado a la nación; con "la jariosa tentación" de hacerse todos prestamistas, siguiendo el mal ejemplo de la especulación judía, que expoliaba con el 20, el 35; y hasta con el 40% que rápidamente y sin pisar para nada la Universidad, de una semana a la otra, engordaba millonarios con el empobrecimiento de los hambreados; fingiendo los marranos las virtudes de la religión y la fe.
Solamente un instrumento de inteligencia tenaz y detectiva, que resistiera la corrupción, podría detectar conforme a derecho: la delincuencia estafadora y la infiltración de los marranos judeo conversos, que como cristianos nuevos, lograban traspasar la cautela confiada que otorgaba la sotana; la que bien pronto de lo negro presbiteral, los astutos la volvían el purpura del Obispado; pasando a "las semifinales del cardenalato"... llave cardenalicia para posesionarse del Papado; desde luego cuidando que la piel de oveja no dejara ver los cueros del marranismo; ni la tersa piel de las serpientes judaizantes que insisten en judaizar al mismo Jesucristo, también con la falsedad que ocultara a Los Iscariotes infiltrados.
Comento: se "lengüetea sin el fundamento de los datos duros" de la Antropología y la Historia: que el Galileo (el hijo de la Virgen Aramea Greco-Romana de Nazaret), por tener un padrastro judío, por eso era " El Santo Propio" que los judíos y los marranos necesitaban para satanizar al Santo Oficio; porque ese Tribunal Eclesiástico tenía en archivo por hasta 85% de usura estafadora. Legitimidad para el marranismo y delito artero en la justicia sujeta a la Verdad.
*Católico comprometido
Fuente:
Los marranos, los judaizantes y la inquisición - Jesus Arrieta Cabrera
Esta vez la columna del inefable Felipe Pigna en la revista de Clarín trata sobre los contrabandistas portugueses radicados en el Buenos Aires de principios del s.XVII. El artículo está bien, pero el hombre evita mencionar que estos "portugueses" eran marranos. El escritor Manuel Mujica Laínez en su cuento El Espejo, de la saga de "Misteriosa Buenos Aires", fue uno de los primeros en tratar el tema, allí se ve que las autoridades terminan desconfiando de todos los portugueses sospechando que eran judíos.
Pigna no pudo con su genio y eligió bien el título del artículo;).Cita:
Una colonia que no olía muy bien
Haciendo Historia.Diego de la Vega y otros portugueses idearon la sociedad del Cuadrilátero, que se transformaría en la banda de contrabandistas más grande de toda la América española.
Uno de los primeros contrabandistas porteños de la época colonial fue un lusitano llamado Bernardo Sánchez, más conocido como Bernardo Pecador. El hombre era un maestro en las artes del enriquecimiento y amasó una fortuna. A su muerte, la banda de contrabandistas portugueses quedó al mando de don Diego de la Vega, un zorro que había entrado clandestinamente a Buenos Aires con su mujer, Blanca Vasconcelos. En su manzana, delimitada por las actuales Alsina, Moreno, Balcarce y Defensa, y en su chacra de Barracas, descargaban esclavos y mercaderías. Para entonces ya dominaba el tráfico con el Brasil y Portugal, y tenía agentes en Lisboa, Londres, Río de Janeiro y el interior de la región del Río de la Plata.
Don Diego, en compañía de su pariente Diego de León, Juan de Vergara, el capitán Mateo Leal de Ayala y el tesorero de la Hacienda Real, Simón de Valdez, idearon una organización conocida como El Cuadrilátero, que se transformaría en la banda de contrabandistas más grande de toda la América española.
En algo más de tres años introdujeron alrededor de 4.000 “piezas” (como los negreros llamaban a los hombres, mujeres y niños capturados en Africa para explotarlos en América), obteniendo una ganancia de más de 2 millones de ducados. Sus maniobras se ajustaban a la norma que disponía que todo contrabando requisado debía ser rematado de inmediato. En cuanto llegaba un contrabando, los miembros de la pandilla se encargaban de denunciarlo, de manera que enseguida los negros se ponían a la venta pública. Ninguna oferta podía sobrepasar el precio básico de la ley, 100 pesos plata, y el que hacía una oferta que lo sobrepasara perdía la plata y la vida. Los desdichados negros eran vendidos en Potosí por varias veces la suma que habían pagado. El encargado de organizar estas subastas, era el tesorero real Simón de Valdez.
El tesorero llegó al puerto de Buenos Aires en febrero de 1606, tomó posesión de su cargo el 13 de marzo y fue aceptado por el Cabildo el 3 de abril. Al día siguiente se presentó en sociedad: en la casa de los oficiales reales, frente al Fuerte, se enfrentó a puñaladas con el contador de la Real Hacienda, Hernando de Vargas. En 1610, don Diego de la Vega logró que el Cabildo porteño le concediese la calidad de vecino, demostrando que “hacía nueve años que tenía casa poblada y haciendas de importancia en la ciudad”. Por aquel entonces, su socio Juan de Vergara había comenzado a ocupar cargos en la administración local y poco a poco se transformó en uno de los mayores terratenientes. En aquel mismo 1610 la sociedad del Cuadrilátero decidió diversificar sus negocios: instaló el casino más importante del Río de la Plata, con juegos, naipes y “mujeres enamoradas”, donde también se bebía a discreción. Esta casa estaba ubicada en las calles Alsina y Bolívar y era propiedad de Simón de Valdez y de su socio Juan de Vergara. El crecimiento y la impunidad de las actividades de los confederados alarmaron a las autoridades, que quisieron expulsarlos. Pero el Tribunal de la Inquisición en Buenos Aires tenía como notario al líder de la banda, Juan de Vergara, así que el proyecto quedó demorado.
La apertura del puerto incrementó el contrabando y los de Lima consiguieron que el oidor de la Audiencia de Charcas, don Francisco de Alfaro, se hiciera presente para evaluar la situación. El 26 de junio de 1611 dictó medidas para combatir el comercio ilícito. Con este aval, el gobernador Negrón dictó una disposición que le costaría la vida: ordenó que las subastas de cargas ilegales se hiciesen previa tasación del gobernador a un “justo precio”. El 26 de julio de 1613 murió repentinamente.
¿ Ahora ?
Los dueños del mundo.
Saludos.
Cita:
Martes, 4 de agosto de 2015
DIEGO RUIZ RODRÍGUEZ: EL SEPARATISMO NEOSEFARDITA
http://cloud1.todocoleccion.net/libr...700_114400.jpg
Portada de "El crimen de los Reyes Católicos..." de Diego Ruiz, edición en catalán.
Manuel Fernández Espinosa
SEMBLANZA DE DIEGO RUIZ RODRÍGUEZ
En la cultura hispánica Diego Ruiz Rodríguez es un perfecto desconocido a día de hoy. Ni siquiera el separatismo rampante lo reconoce; algún estudio académico ha reparado en él; pero no parece que nadie lo reclame como precursor (aunque bien pudiera serlo de muchas tendencias actuales como las que se ponen de manifiesto en las buenas relaciones entre Israel y algunos núcleos directivos del nacionalismo catalán). Es un tanto aventurado proponerse ofrecer una idea lo más ajustada de este personaje, pues pocos han sido los que han reparado en esta figura de la filosofía especulativa y la agitación político-intelectual. Ruiz fue un poco de todo: andaluz y catalán, español contrariado y detractor de España, catalanista “sui generis”, iniciado en sociedades revolucionarias, médico, filósofo, literato, conferenciante, agitador anarquista y, a la postre, firme partidario de la judaización de España.
Diego Ruiz Rodríguez nació en Málaga el 13 de enero de 1881 en el seno de una familia de médicos. Su padre era el médico malagueño Diego Ruiz de los Cobos y su madre fue la granadina María del Carmen Rodríguez Méndez. El progenitor abandonaría a la familia, estableciéndose hasta su muerte en Buenos Aires. Según testimonios del mismo Diego Ruiz, su padre sería el primero de sus maestros revolucionarios. La familia paterna de Ruiz Rodríguez estaba emparentada con la familia del pintor Pablo Ruiz Picasso. La falta del padre y la enfermedad de la madre explican que Diego tuviera que pasar de tutor en tutor, llevando desde pequeño una vida con paradero muy poco estable. Nacido en Málaga se trasladará luego a Córdoba, residiendo allí hasta el año 1890; más tarde pasa Granada, bajo la tutela de su tío notario, viviendo en Granada hasta 1894. Es en 1894 cuando se traslada a Barcelona para estudiar medicina, hospedándose en la casa de su tío materno D. Rafael Rodríguez Méndez. Rafael Rodríguez Méndez, nacido en Granada se había establecido en la ciudad condal allá por 1874, ocupando la cátedra de Higiene privada y pública de Barcelona, llegando a ser Rector de la Universidad de Barcelona en 1901 y diputado a Cortes en 1914, asimismo era miembro de la Logia Constancia de Gracia de Barcelona, bajo el alias de “Pasteur” y falleció en Barcelona el año 1919. Indudablemente, el hermano “Pasteur” ejerció su influencia y protección sobre nuestro filósofo.
En sus últimos años de Bachillerato, Diego Ruiz había sido condiscípulo de Eugenio d'Ors y de otras personalidades que después serían exponentes de la cultura catalana y española. Sin embargo, uno de los que más incidiría en su formación ideológica sería Luis Carlos Gaspar de Sentiñón Cerdaña (1835-1903), médico y librepensador militante de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), con quien se trataría Diego Ruiz a finales del siglo XIX. Sentiñón había sido uno de los primeros contactos del emisario de Bakunin en España, Giuseppe Fanelli, y fue indubitable mentor de Diego Ruiz Rodríguez, como también del tristemente famoso Francisco Ferrer Guardia. Sentiñón es uno de los factores fundamentales del anarquismo en Cataluña. Diego Ruiz le dedicaría a Sentiñón su libro "El crim dels Reis Catòlics i la fi de la missió de Castella" [El crimen de los Reyes Católicos y el fin de la misión de Castilla], reconociendo en Sentiñón a un segundo padre y admitiendo su magisterio revolucionario -como socialista libertario y catalanista.
Diego Ruiz Rodríguez consigue el año 1901 el título de licenciado en medicina por la Universidad de Barcelona, se doctorará por la de Bolonia en 1904. En 1902 había ganado una beca para estudiar en la Universidad de Bolonia, a la que se traslada. Durante su estancia boloñesa Ruiz reside en el célebre Colegio de los Españoles boloñés. Durante sus años de estudios en Italia es cuando afirma haber conocido al poeta y también masón Giousuè Carducci (1835-1907), el autor del "Himno a Satanás". En Bolonia Diego Ruiz Rodríguez, según sus testimonios, es iniciado en una sociedad secreta que él mismo llama en sus memorias el "Club dei Nipotini" (El Club de los Nietos), a partir de ese momento a Diego Ruiz le gustará llamarse "nieto de Carducci" y se ufana con regusto iconoclasta como "un endiablado de nuestros días".
En 1905 pasa por París, donde estudia geometría, álgebra y combinatoria, conociendo allí al filósofo Emile Boutroux. Es en 1906 cuando regresa a Barcelona, cuando publica su "Genealogía de los símbolos", obra que merecerá incluso un halagüeño juicio crítico del polígrafo D. Marcelino Menéndez y Pelayo que, aunque situado en los antípodas del pensamiento de Diego Ruiz, reconoce en Ruiz a un joven y prometedor filósofo español. Dorado Montero, Bonilla de Sanmartín y otros estudiosos de la época centrarán su atención en la filosofía de Ruiz. Ruiz sería director durante un tiempo del manicomio de Salt (Gerona), Josep Pla trae referencias sobre la impresión que causaba en quienes lo conocían: “Era un poco loco y atrabiliario […], pero sabía muchas cosas”.
Sin embargo, sus ocupaciones profesionales y filosóficas las compagina con la agitación. La actividad periodística de Diego Ruiz encuentra su cauce en "El Poble Català", “El enemic del Poble” y el semanario satírico “Papitu”. Durante los años 1906 y 1907 en las páginas de “El Poble Català” se dedica a proclamar mesiánicamente el advenimiento de un Filósofo que impondrá en Cataluña la Dictadura Espiritual.
En 1906 Ruiz se había casado con la segoviana Esperanza Menéndez Villanueva y el matrimonio tendría una hija: Gloria Ruiz Menéndez. En 1910 Ruiz ofrecerá un curso en el Ateneo de Barcelona sobre la figuras de Verdaguer, J. Maragall y d'Ors. Su esposa lo abandona allá por el año 1912, llevándose a la hija consigo. En 1913 Ruiz se traslada a París, después se instala en Italia, pero regresa a España con la proclamación de la II República. Desde 1906 a 1912 Ruiz había producido vertiginosamente ensayos de temática filosófica, psicopedagógica, artículos y hasta libros de cuentos. La labor de Ruiz es de una productividad colosal. Tras la guerra civil se exilia a Francia, falleciendo en 1959 en Toulouse.
El pensamiento de Ruiz tuvo sus adeptos en Europa y en Iberoamérica. En París llegó a existir una “Association pour l’étude de la Philosophie de l’Enthousiasme”; el filósofo alemán Rudolf Eucken (1846-1926) se interesaría por la “filosofía del entusiasmo” de Diego Ruiz, también Gerhard Weintraub le dedicaría “Die prinzipien der enthusiasmusethik nach Diego Ruiz”. En Hispanoamérica también se produjo una recepción del pensamiento ruizista que, por citar algunos casos, mentemos a E. Chipoco de Portocarrero que escribiría “Diego Ruiz: (notas de una personalidad de filósofo y médico)” para “La Semana Médica” de Buenos Aires (1915); Víctor Delfino, impulsor de la primera Sociedad Argentina de Eugenesia o el peruano Francisco García Calderón Rey (1883-1953).
LA OBRA DE DIEGO RUIZ
La ingente producción literaria (ensayística, periodística y literaria) de Diego Ruiz Rodríguez está escrita en varios idiomas: catalán, italiano, alemán, francés y castellano. La falta de atención por el personaje y su obra requiere de un exhaustivo estudio que despeje algunas de las incógnitas biográficas. En su obra bibliográfica podríamos distinguir una obra filosófica de cierta envergadura que podría presentar sorpresas y que está prácticamente por explorar y descubrir; y, por otro lado, una obra que algunos podrían calificar de “menor” que, con propósitos propagandísticos de agitación política, lo dio a conocer mucho más que como filósofo. La constante explícita que acusa Diego Ruiz Rodríguez es el “anti-españolismo”, con predominio de ideas anarquistas en sus primeros momentos, con una voluntad de romper con España bajo la capa de un separatismo catalán de vocación internacionalista y que, en la recta final de su estancia en España, termina por reclamar una refundación de España en clave judaica, que detesta la ruta seguida desde los Reyes Católicos al siglo XX y pugna por la judaización de España en lo que es presentado como una venganza contra toda la historia de España en clave católica y castellana.
Su producción filosófica más temprana se publicó en español: “Genealogía de los símbolos” y también la ambiciosa trilogía “Clavis Methodica”, dividida en tres libros: “Teoría del acto entusiasta”, “Lull, maestro de definiciones” y “Jesús como voluntad”, o lo que es lo mismo la pretendida fundamentación ruizista de la ética, la lógica y la religión respectivamente. Esta trilogía filosófica se encontraba en germen en “Genealogía de los símbolos” y se publicó en Barcelona en 1906. Sin embargo, algún ensayo, como “La guerra d’oggi considerata come una delle belle arti”, fue escrito en italiano y en 1914 emplearía el alemán para escribir, además de otros ensayos, su “Der Ueberwirbeltier” (el ultravertebrado). El catalán y el castellano los emplearía para sus artículos periodísticos, sus incursiones literarias y sus panfletos políticos.
En cuanto a su filosofía cabe decir que gira alrededor del “entusiasmo” como base de toda ética. Admitida la noticia de la “muerte de Dios” (no olvidemos que Ruiz es el nietzscheano más coherente de entre los más tempranos lectores españoles de Nietzsche), el lugar vacío lo debe ocupar el “entusiasmo”.
En casi todas sus obras panfletarias se descubre una abierta intención transgresora y subversiva, un desmesurado afán por provocar las conciencias; los títulos de las mismas son elocuentes. En 1907, por ejemplo, publicó "De la sublimidad de la blasfemia", en dos entregas para el periódico "La Publicidad". Ahí dice:
"Blasfemeu de tal manera que, després de les vostres paraules, sembli que'l món hagi d'anorrearse, o esser una altra cosa diferent de lo qu'es".
[“Blasfemad de tal manera que, después de vuestras palabras, parezca que el mundo se ha aniquilado, o sea una cosa diferente de lo que es”].
Es de suponer el estruendo que declaraciones como ésta podía provocar en la sociedad burguesa catalana que por aquellas calendas era en su mayoría católica. Pero el afán de escandalizar con exhibiciones así se iba abriendo paso a principios del siglo XX para eclosionar en las vanguardias de entreguerras. Como si el genio tuviera que mostrarse en abierta ruptura con los valores socialmente vigentes en la sociedad burguesa y una señal de la genialidad fuese la rebeldía y el exabrupto. "El genio será, así pues, para Ruiz, una nueva encarnación de Lucifer, y, como tal, se definirá por ser rebelde, prometeico, anticonformista, subversivo, etc." –dirá Assumpta Camps.
A todo esto: Ruiz había concebido un mesianismo colectivo que se encarna en una Cataluña separada de España y en la cual, según sus previsiones y deseos, se estableciera la Dictadura Espiritual de un Poeta Civil (a imagen de Carducci en Italia). Ruiz es sin duda uno de los detractores más belicosos de la España tradicional de aquel entonces. En la novela de Pío Baroja "La dama errante" (año 1908), hallamos una alusión críptica a Diego Ruiz. Baroja habla de uno de los protagonistas de esa novela suya: Nilus Brull (un personaje ficticio que presuntamente es cómplice -o "alter ego"- del terrorista ácrata Mateo Morral, el mismo que sembró de muertos y sangre las calles de Madrid el día de la boda de Alfonso XIII) y sobre ese personaje dice Baroja: "Toda idea de superioridad individual, regional o étnica halagaba la vanidad de Brull. Contaba una vez a Iturrioz, con fruición maliciosa, que uno de sus amigos, separatista, llamaba a España la Nubiana." ("La dama errante", capítulo VI).
El amigo separatista del personaje ficticio de Baroja no puede ser otro que Diego Ruiz Rodríguez, aunque Baroja silencia el nombre del médico filósofo. Para esas fechas, Diego Ruiz había acuñado el término “Nubiana” para referirse, en términos despectivos y racistas, a España. Veámoslo con sus propias palabras: "Una miopía, casi incurable ya, impide ver a la mayor parte de los españoles la trascendencia de mi obra; pues la mezquindad del alma nacional es increíble en este punto. Gineres y Posadas, unamunculus* et homunculus [...] tal es la situación de los jóvenes nubianos". "Por muchos años también seguirán ignorando esos imbéciles (y acaso por toda su vida) que se ha escrito Jesús como Voluntad, ese libro de piedad superior a todo lo que hasta ahora conocían los alegres compadres de Nubiana". Estas citas literales de Diego Ruiz son de las "Anotaciones perpetuas ordenadas para todo lector español de los libros de un filósofo humorista", prólogo que escribiera Ruiz para la versión española de 1907 de "El Anticristo" de Nietzsche. Las petulancias de su prosa, el tono megalómano y ególatra tiene un asombroso parecido a algunos pasajes de Nietzsche; tal vez, más que original, Diego Ruiz fuese, en muchas cosas como el estilo enfático y tronante, un imitador de Nietzsche.
El caso es que en 1906 -que es cuando escribe este prólogo- Ruiz tiene ya un nombre peyorativo para España: “Nubiana”, mientras que exalta la catalanidad. Pero, aquí no quedará la cosa. Diego Ruiz Rodríguez terminaría identificando al sujeto mesiánico con Israel, disculpando a Cataluña y culpando a la España de los Reyes Católicos de la expulsión de los judíos en 1492.
El masonólogo catalán Mosén Juan Tusquets calificaba a Ruiz como un “profeta laico” del judaísmo, para ello alega el libro “El crim dels Reis Católics i la fi de la missiò de Castella” (1931). Sobre esta obra polémica Tusquets añade “que [este libro de Diego Ruiz] parece una locura”, pero el mismo sacerdote reconoce que, a pesar de parecer una locura, no deja de tener “mucha miga” (sic).
En efecto, el libro (esta vez escrito en catalán), es un alegato de odio contra la España tradicional, encarnada en los Reyes Católicos (y particularmente en lo que da título al libro: el crimen de los Reyes Católicos que no es otro que la expulsión de los judíos). El libro recoge el discurso pronunciado por Diego Ruiz en el Ateneo Enciclopédico Popular de Barcelona, poco después de regresar a España tras verificarse la proclamación de la II República.
Con “El crim dels Reis Catòlics…” Ruiz denuncia un antagonismo irresoluble entre Cataluña y Castilla que, según él, “es uno de los grandes intereses de hoy –y, cierto es, Interés universal. Con la Revolución del mundo. Así y no de otra manera” (a partir de ahora, las citas literales de “El crim dels Reis Catòlics…” las traduzco directamente del catalán original al castellano). El asunto de la tensión entre Cataluña y el resto de España no es para nuestro autor una cuestión peninsular, sino que el tema adquiere una dimensión mundial en el escenario de la revolución universal.
En palabras de Diego Ruiz, la recién estrenada II República española no podrá resolver el profundo trauma que ha producido la perversión de la historia peninsular a partir de 1492:
“La solución ibérica de la angustia española es hipócrita, hábil y precaria, una solución cobarde y reaccionaria. Una solución exhumada de “Las Nacionalidades” o de las “Bases de Manresa” es inactual, disrítmica, históricamente prevaricadora, como la solución que refractarios Monarcas y Cortes imbéciles intentaría imponer, por la vía de la Unidad terrorista, una especie de Convención clérigo-burócrata- fascistoide. Ni Robespierre vestido de Borbón, ni Marx rebajado a la estatura de un Presidente de República sub-américo-federo-soviética serían soluciones. ¡Bah!”. La II República española que para Ruiz “tiene que ser una república semítica, pues ya lo es; pero bastarda” (“El crim dels Reis Catòlics…”).
La solución según Ruiz está en la re-judaización de España. Entre otras cosas Diego Ruiz propone re-nominar la Península Ibérica, olvidando el nombre de España para adoptar el de “Teshubah”, “Sefarad” o lo que nos parece un neologismo de su invención: “Iberisión”. Según afirma Ruiz: “Es el verbo de Gabirol. Él fundará la unidad de la patria. No temamos emplear, por última vez, la Fuerza. Esculpamos un Inri, definitivo, sobre la Cruz de Castilla” (Op. cit.)
En principio, lo que se insinúa en toda esta incendiaria proclama es una especie de refundación de España, renegando de todo lo que ha sido España desde los Reyes Católicos a 1931. El foco de todas las invectivas de Ruiz es Castilla en la que, según él, se concentra el odio más profundo a lo moderno: a los judíos, al capitalismo, a la modernidad y que expresó su esencia con la expulsión del “pueblo judío”. Castilla ha finalizado su misión histórica y ahora tiene que ser relevada, no sin vengar el “crimen” de la expulsión de los judíos, siendo castigada.
“El crimen de los Reyes Católicos”, volvemos a recordarlo, está escrito en 1931, pero es imposible no advertir que en él se encuentra anunciado, enunciado y proclamado lo que, pocos años después de su publicación, sería un auténtico holocausto católico en toda España. Diego Ruiz lo vaticinaba en “Anarquismo y Judaísmo” (publicado en la revista “Ágora”, afirmando que: “Lo de España ha de resolverse sangrientamente. La única solución es la solución judía. Hay que revisar el crimen de esa Iberia romana, íntimamente unida a la obscena sedición de Jesucristo” (citado por Juan Tusquets en “Orígenes de la revolución española”).
El pensamiento antiespañol de Diego Ruiz Rodríguez puede considerarse como paradigma de todos los “nacionalismos separatistas” ibéricos; aunque su apelación al judaísmo pueda parecer una extravagancia, no lo es tanto si se tiene noticia del odio sefardita incubado y transmitido, generación a generación, contra la España que los expulsó. Ruiz es un eslabón más de la cadena de españoles (y no-españoles) que, puestos frente al enigma español, ensayaron una interpretación de España que terminó por negarla, tales fueron Américo Castro o Blas Infante (inventor del nacionalismo andaluz).
BIBLIOGRAFÍA:
Diego Ruiz Rodríguez:
“El Crim dels Reis Catòlics i la fi de la missió de Castella”, Coleccio Balague, Barcelona, 1932.
“Genealogía de los símbolos” (dos tomos), Henrich y Cía, Barcelona, 1905.
J. Ferrater Mora, “Diccionario de Filosofía” (cuatro tomos), Ariel Referencia, Barcelona, 1994.
Gonzalo Sobejano, “Nietzsche en España. 1890-1970”, segunda edición corregida y ampliada, Editorial Gredos, Madrid, 2004.
Juan Tusquets, “Orígenes de la revolución española”, Editorial Vilamala, Barcelona, 1932.
Josep Pla, “Notas y dietarios”, traducción de Dionisio Ridruejo, Gloria de Ros y Xavier Pericay, contiene: El cuaderno gris, Notas dispersas, notas para Silvia, Notas del crepúsculo, Editorial Planeta, Barcelona, 2008.
Pío Baroja, “La dama errante”, Editorial Caro Raggio, Madrid, 1995.
"La recepción literaria como instrumentalización. El caso de G. Carducci en Cataluña", Assumpta Camps, Universidad de Barcelona, en Rev. Soc. Esp. Ita. 4, 2006-2007, pp. 57, Ediciones Universidad de Salamanca.)
Fuente:
http://tendenciaobservatorio.blogspo...paratismo.HTML
La fuente es la conferencia que acabamos de compartir. El enlace es el siguiente:
https://www.youtube.com/watch?v=ROMeqNS5XKM
http://i87.photobucket.com/albums/k1...&1446045362767
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Fuente:
https://www.facebook.com/77125717629...type=3&theater