Mirando los cuadros de Velázquez, Rubens y otros pintores, conocemos que el siglo XVI y XVII los españoles vestían elegantemente y nuestras tropas lo hacían de un mdo exquisito, si no conózcase los cuerpos palatinados o los regimientos de la guardia tudesca, los de coronelías o carabineros de aquel entonces.
Felipe V, el primer Borbón, introdujo en los ejércitos una moda bastante afrancesada, que marcó historia hasta Carlos IV, vemos parecer los soldados del Tercio de Valanzate, orps, húsares de la muerte, Morados, granaderos, etc.
Entre los años 1.799 y 1.808, durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, grandes sastres en la creación de unifornes para los recién creados cuerpos y armas de sus ejércitos vemos aparecer los correajes dobles, las gorras de piel de oso para los granaderos y gorras de pluma, adelantandose en quince años la moda francesa. En general se unificaron cortes del vestuario entre las diveresas armas con un cierto influjo prusiano.
Con la subida al poder de Godoy y las elecciones de la guerra de la Convención comienza un periodo turbulento en la uniformidad, los reglamentos, muchos de ellos meros ensayos, se suceden a ritmo vertiginoso: 1.798, 1.800, 1.801, 1.801, aparecen combreros de copa, cascos de plumas (Tarlenton), se acortn las casacas, las solapas se cierran por delante, aparecen las chupas (chalecos abotonados), etc. Este proceso culmina con los uniformes de 1.808; uniformes con los que nuestras fuerzas participarán en las expediciones Etruria y Dinamarca, en las que causan admiración por su uniformidad, disciplina y eficacia.
El ejérciro español comienza la guerra de la Independencia con los uniformes ya comentados, el necesario aumento del número de unidades, la ampliación de los efectivos, la descentralización administrativa y la penuria que toda guerra produce, hace que la uniformidad se resienta.
Granaderos de Infantería 1.9805-08. Dibujos del Conde de Clonard.
La influencia inglesa sustituye a la francesa, los chacós altos y en forma de tubo de chimenea, sutituyen junto los tomados a los franceses al sombrero de "medio queso", las gorras de piel desaparecen, la caballería adopta preciosos cascos de inspiración clásica, provistos de crines y cimeras, el pantalón recto y ancho sustituye a los calzones pasando las polainas y jarreteras a llevarse debajo de éstos.
Muchas son las uniddes creadas y muchas y muy diversas las visicitudes de su uniformidad, pero contra contra comunmente mantenida, todas las unidades desde la más pequeña partida, hasta las brigadas del Empecinado o de Don Miguel Sánchez "El Charro" intentan mostrare en su vestimenta un carácter castrense, ya seal con lazos y cucardas rojas, tomando prendas de uniforme enemigo y adoptándolas o adquiriéndolas de nuestros "aliados" británicos.
Tropas española 1.800-1.814.
Saudos, seguiremos.
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