
Iniciado por
Ordóñez
Vale, disculpa Toronjo, no entendí bien.
Con todas las luces y la sombra de la Cruzada, el pueblo español cumplió su derecho y su deber de levantarse contra una tiranía que lo estaba llevando a la peor de las ruinas. La persecución religiosa y política nos podían haber llevado a ser como aquellos pueblos que padecieron la bota soviética. Ése era el propósito del PSOE, del PCE y etc.; influidos también por una poderosa masonería jacobina.
Yo, como otros tantos españoles, celebro que mis abuelos participaran en la Cruzada contra los rojos. Yo, como otros tantos, no me avergüenzo de mi real memoria histórica, y considero este día glorioso y ejemplar para la historia de nuestra patria.
España, por la contra, no se ha reencontrado con su identidad. España es un país cuya independencia ha sido anulada en pro de la Unión Europea de coloniaje yanqui, en pro de una sociedad descuartizada que no sabe a dónde va ni de dónde viene. ¿ España se reencontró con su identidad en la transición ? ¿ Con los partidos políticos, con las autonosuyas, con la rienda suelta del terrorismo, con el separatismo, con el aborto ? No, España dio un paso hacia su identidad levantándose un 18 de julio. Lo que vino después ya es harina de otro costal.
El gran experimento de ingeniería social fue lo que intentaron hacer los Azaña, Negrín, Largo Caballero, Prieto, Aguirre, Companys y compañía; como ahora se vuelve a repetir con la lobotomía de Zapatero y sus oligarcas esbirros.
La Cruzada no fue un laboratorio de ensayo, aunque se convirtió en aventura internacional para muchos, eso es cierto. Pero la Cruzada, lo que fue, por encima de todo, es el acto de afirmación de un pueblo castigado y oprimido que dijo basta, como un día dijeron basta los muchachos de Budapest y tantos otros. España consiguió liberarse de la dictadura del proletariado a la que nos llevaba un tal Largo Caballero, " el Lenin español ", de un régimen que nos estaba sumergiendo en la pobreza, y nos lo pagaron haciéndonos un embargo de la peor calaña, intentándonos matar de hambre, hasta que se tuvo que bajar los pantalones frente a Yanquilandia, pero esto es ya otra historia.
Una vez más, vuelvo a rendir tributo a los héroes del Alzamiento, a aquellos que sacrificaron vidas y haciendas por el bien de la Religión y la unidad de la patria.
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