Patio interior.
Detalle del techo.
Escalera principal.
Detalle de la escalera principal.
Pasillo del Archivo con estanterías para documentos.
Archivo General de Indias - Wikipedia, la enciclopedia libre
El Archivo General de Indias
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El Archivo General de Indias de Sevilla se creó en 1785 por deseo del rey Carlos III, con el objetivo de centralizar en un único lugar la documentación referente a la administración de las colonias españolas hasta entonces dispersa en diversos archivos: Simancas, Cádiz y Sevilla.
El archivo conserva unos 43.000 legajos, con unos 80 millones de páginas y 8.000 mapas y dibujos que proceden, fundamentalmente, de los organismos metropolitanos encargados de la administración de las colonias.1 Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, junto a la Catedral y los Reales Alcázares.2
Edificio
Historia de su construcción
Tras el descubrimiento de América, y la elección de Sevilla como puerto exclusivo del comercio con este continente, se incrementó la actividad comercial de la ciudad. El lugar utilizado por los comerciantes para llevar a cabo sus actividades mercantiles eran las gradas de la Catedral. Su punto central era la denominada fuente del Hierro, enclavada en el lugar que actualmente ocupa la Iglesia del Sagrario. Durante la segunda mitad del siglo XVI, el Cabildo de la Catedral, para evitar los excesos cometidos por los comerciantes, que no dudaban en culminar sus acuerdos en el interior del templo en los días de lluvia, instaló columnas con cadenas en los alrededores del templo y contrató alguaciles que evitaran el paso por la calle de animales de carga. Antes las quejas del Cabildo Metropolitano, el rey Felipe II decidió la construcción de un edificio para sede de la Lonja, que se llevaría a cabo en la misma Avenida, junto a la Catedral, y terminaría siendo sede del Archivo de Indias.3 Su construcción se inició en 1584, no abriéndose al uso hasta 1598.
Descripción del edificio
La Casa Lonja de Mercaderes de Sevilla, construida en época de Felipe II entre 1584 y 1598, por Juan de Mijares, sobre planos de Juan de Herrera, fue elegida como sede del archivo, tarea que desempeña hasta el día de hoy.
Se trata de una edificación exenta, con planta y patio central en forma cuadrada, asentado sobre un podio, cuenta con dos pisos de altura, combina en su exterior ladrillos rojos y elementos de piedra, combinación que se continuaría en distintos edificios sevillanos. En su interior está el patio central, construido en piedra y de amplias proporciones, mostrando arcos sujetados en los pilares con medias columnas. Destaca la actual escalera principal del edificio, proyecto de Lucas Cintora, que fue realizada con posterioridad a la construcción del edificio, a finales del siglo XVIII, y se encuentra decorada con enchapaduras de mármol. Sobre la escalera se abre una cúpula en linterna.4
Entre 1999 y 2005 tienen lugar las obras de conservación y recuperación del inmueble llevadas a cabo por el arquitecto Antonio Campos Alcaide. En ellas se plantea una redefinición del programa funcional del edificio, así como una actualización de las instalaciones. Con la intención de salvaguardar el edificio sin ninguna alteración espacial y aprovechando la existencia de un pequeño sótano, se propone su ampliación mediante una galería perimetral.5
Dentro de la intervención es reseñable la actuación sobre el edificio de la antigua Cilla del Cabildo Catedralicio, sito en la calle Santo Tomás, para su incorporación como segunda sede auxiliar de la Casa Lonja.
Creación del Archivo
Dos razones fundamentales enmarcan la fundación del Archivo General de Indias. Por una parte la falta de espacio en el Archivo General de Simancas, archivo central de la Corona española. Por otro, en línea con el espíritu de la Ilustración, el deseo de escribir una historia de la conquista y colonización española que diera respuesta a los escritos extranjeros que habían tratado el tema.
El responsable del proyecto fue José de Gálvez y Gallardo, secretario de Indias, encargándose el académico e historiador Juan Bautista Muñoz, cosmógrafo mayor de Indias, de su ejecución.
En octubre de 1785 empiezan a llegar al Archivo los primeros documentos. Desde entonces y en distintas remesas se van incorporando los fondos de las principales instituciones relacionadas con las Indias hasta convertir al archivo en el principal depósito documental para el estudio de la administración española en el Nuevo Mundo y las Filipinas. En el momento de constituir el archivo, se toma el año 1760 como fecha divisoria entre lo administrativo y lo histórico, de forma que los documentos anteriores a esa fecha habían de ser remitidos al Archivo de Indias, quedando la documentación posterior a dicha fecha al servicio de los organismos que habían producido los documentos.
Los documentos que hoy conserva el archivo ocupan más de nueve kilómetros lineales de estantería. Se trata de unos 43.000 legajos con unos 80 millones de páginas y 8.000 mapas y dibujos que proceden, fundamentalmente, de los organismos metropolitanos encargados de la administración de las colonias.1
- Consejo de Indias, siglos XVI-XIX
- Casa de la Contratación, siglos XVI-XVIII
- Consulados de Sevilla y Cádiz, siglos XVI-XIX
- Secretarías de Estado y del Despacho Universal de Indias, de Estado, Gracia y Justicia, Hacienda y Guerra, siglos XVIII-XIX
- Secretaría del Juzgado de Arribadas de Cádiz, siglos XVIII-XIX
- Comisaría Interventora de la Hacienda Pública de Cádiz, Dirección General de la Renta de Correos, siglos XVIII-XIX
- Sala de Ultramar del Tribunal de Cuentas,, siglo XIX
- Real Compañía de la Habana, siglos XVIII-XIX.
Sólo algunos documentos proceden directamente de organismos coloniales (Capitanía General de Cuba, siglos XVIII-XIX, repatriados de La Habana tras la derrota en la Guerra Hispano-Americana) o de particulares relacionados con la administración colonial (como los del XV duque de Veragua, descendiente directo de Cristóbal Colón, siglos XV-XVIII, adquiridos en 1930; los general Polavieja, uno de los últimos capitanes generales de Filipinas, 1876-1898; o los del virrey del Perú, Abascal, 1804-1859).
En la actualidad (2008) es el mayor archivo existente sobre la actividad de España en América y Filipinas conteniendo información sobre la historia política y la historia social, la historia económica y la de las mentalidades, la historia de la Iglesia y la historia del arte o la geografía de aquellos territorios. Guarda una gran cantidad de piezas de incalculable valor histórico: textos autógrafos de Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes, Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés, Francisco Pizarro sus documentos son analizados y consultados por los investigadores que pasan cada año por el archivo.
El Archivo es uno de los archivos generales (junto con el de la Corona de Aragón y el de Simancas) pertenecientes al Estado español. En 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto a la Catedral, la Giralda y los Reales Alcázares de Sevilla.
El Archivo está regido por el Patronato del Archivo General de Indias, creado por Real Decreto de 34 de junio (BOE 25 de junio de 2005) en el que participan el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, las Universidades de Sevilla, siendo además vocales natos, diferentes personalidades del mundo de la cultura6
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Patio interior.
Detalle del techo.
Escalera principal.
Detalle de la escalera principal.
Pasillo del Archivo con estanterías para documentos.
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Qué bueno. Mi padre estuvo trabajando aquí desde los 12 a los 29 años y estuvo en Caracas viviendo seis meses con el hermano Nectario, sacerdote venezolano que vivía en España y que fue el que le consiguió el trabajo. Además, estuvo también en Londres, Buenos Aires o París.
¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA HISPANIDAD!
¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA HISPANIDAD!
"Dulce et decorum est pro patria mori" (Horacio).
"Al rey, la hacienda y la vida se ha de dar, pero el Honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios" (Calderón de la Barca).
ARCHIVO GENERAL DE INDIAS, CONTENIDO
Original del Tratado de TordesillasSi días atrás nos referíamos a los motivos de la fundación del Archivo, es decir, a la imposibilidad de ampliación de espacio también habría que añadir que, en la época de la Ilustración, el encargo de Carlos III para la redacción de una historia del Descubrimiento, también pretendía dar réplica veraz a los escritos del francés G.T. Raynal, de 1770, o de W. Roberstson de 1777. Respuesta para asentar la historia de la gesta española en su verdadero e histórico contexto; descubrimiento, conquista, evangelización, colonizació, mestizaje, derecho de Indias y engrandecimiento de la Corona, con el consecuente provecho para sus súbditos.
En octubre de 1785 comienzan a llegar al rehabilitado edificio de la Lonja, los primeros documentos que se van incorporando a los fondos de las instituciones relacionadas con las Indias. Todo ello trajo consigo que el archivo se convirtiese en el mayor depósito documental, imprescindible para conocer la administración española en el mundo descubierto, tanto las llamadas Indias como las Filipinas. En los inicios se adoptó la decisión de establecer 1760 como fecha divisoria de la documentación histórica diferenciada de la administrativa. Así pues, los documentos anteriores a esa fecha debían ser remitidos al Archivo, mientras los posteriores permanecían al servicio de las instituciones u organismos que los habían producido.
Entre 1827 y 1863 recibieron de Madrid importantes remesas del Consejo de indias, de las Secretarías de Estado y del Despacho de indias, que completan el cuerpo de las anteriores, en especial los papeles del Juzgado de Arribadas y Comision Interventora de la Hacienda Pública. Entre 1864 y 1887 ingresan los papeles del Ministerio de Ultramar, en concreto los referentes a la Dirección General de la Renta de Correos, es decir el correo marìtimo regular entre España y las Indias. En 1888-1889 llegaron los llamados papeles de Cuba, la Luisiana y la Florida, procedentes de la Capitanía General de La Habana, única documentación traída a España de archivos formados y generados en las colonias ultramarinas. La Subsecretaría de Instrucción Pública permitió que el archivo perdiera su carácter de generalidad indiana a favor de engrosar el Archivo Histórico Nacional, a donde fueron las secciones de Ultramar y escribanía de Cámara.
Resultado de esa política es que, en la actualidad el Archivo es el mayor que existe sobre la actividad española en las Indias y en las Filipinas. Ello representa más de 43.000 legajos, es decir, más de 80 millones de páginas, junto con más de 800 mapas y dibujos, surgidos de las administraciones americanas y asiaticas. Solo algunos documentos proceden directamente de organismos ultramarinos (Capitanía General de Cuba, siglos XVIII-XIX, repatriados de La Habana tras la derrota en la Guerra hispano-estadounidense) o de particulares relacionados con la administración de ultramar (como los del XV duque de Veragua, descendiente directo de Cristóbal Colón, siglos XV-XVIII, adquiridos en 1930; los general Polavieja, uno de los últimos capitanes generales de Filipinas, 1876-1898; o los del virrey del Perú, Abascal, 1804-1859). Nos hallamos, pues, ante la documentación que proporciona la información veraz acerca de la historia política, social, económica, eclesial, artística, urbanística, geográfica de todo cuanto hizo España en aquellas tierras, sin tapujo alguno.
Aparte de ese elemento histórico, entre sus estanterías se resguardan una cantidad ingente y de extremo valor histórica como textos autógrafos de Colón, de Vasco Nuñez de Balboa, de Hernán Cortés, de Magallanes, de Pizarro, que, como expresa su actual director Manuel Ravina Martín ; «Hay verdaderas joyas. Su valor más importante es que son testimonio de la Historia. Es lo que somos, lo que hemos hecho”.
Por tales razones es consultado anualmente por miles de investigadores, que se ocupan de temas tan variados como la historia de los pueblos precolombinos; los intercambios comerciales, el tráfico marítimo, los cambios alimenticios tras la llegada de los españoles, la planificación de las nuevas ciudades o la Administración española del Nuevo Mundo. El referido director actualmente del Archivo Ravina Martín, dice ; «Cada día se abren nuevas vías de investigación. Los documentos hablan, pero hay que preguntarles. Hasta ahora, por ejemplo, apenas se había hablado de la presencia de las mujeres en América y ahora sí se está prestando atención a ese tema: a qué se dedicaban, que hacían, qué estudiaban, etc.”
Tal afluencia constante de documentación obliga a una remodelación reiterada de las dependencias y espacios destinados a la custodia y salvaguarda de tan ingente y trascendente de documentación. Ampliación que ha llegado a incluir la Cilla próxima, así como un pequeño sótano, según la dirección del arquitecto Antonio Campos Alcaide, con la adecuada intención de lograr una redefinición del programa funcional del edificio, así como una actualización de las instalaciones. Con la intención de salvaguardar el edificio sin ninguna alteración espacial. Tales actuaciones realizadas entre 1999 y 2005, deberán tener su continuidad, sin duda alguna, para dar eficaz y actualizada respuesta a uno de los mayores tesoros, el Archivo General de Indias, verdadera salvaguarda de nuestra historia.
Francisco Gilet
Bibliografía.
GONZÁLEZ GARCÍA, Pedro (et al) (1995). Archivo General de Indias.
Julia Murga (2009-10-17). «El Archivo general de Indias: historia de un continente
https://espanaenlahistoria.org/episo...ias-contenido/
Última edición por Hyeronimus; 21/09/2019 a las 23:50
ARCHIVO DE INDIAS, HISTORIA
Francisco Gilet
El descubrimiento de América trajo consigo una revolución interior en la España de los Reyes Católicos y en los futuros reinados que les sucedieron. La ingente obra que significaba, desde la actual perspectiva, resulta difícil calibrar su alcance en un mundo que había salido de la Edad Media, que había reconquistado todo el territorio patrio a los musulmanes y que adivinaba un vasto imperio territorial a descubrir, conquistar, evangelizar y colonizar. La tarea resultaba de una gran inmensidad y los medios adecuados a unos momentos en los cuales el comercio con las nuevas tierras imponía de nuevos métodos. El principio quizás se halle en la elección por la Corona de la ciudad de Sevilla como puerto receptor de dicho comercio.
Así, las actividades mercantiles, los negocios y el comercio se instalaron en las gradas de la Catedral y especialmente en la llamada fuente del Hierro. Obviamente, el nivel de comercio, la multitud de comerciantes inducía a la comisión de excesos, tales como usar la Catedral como lugar de reunión y discusiones comerciales en caso de lluvia. Por tales motivos, el Cabildo catedralicio acordó instalar unas cadenas que acotasen el espacio destinado al comercio, junto con la contratación de unos alguaciles vigilantes tanto de los excesos como del paso de animales de carga. Sin embargo, tales medidas resultaron insuficiente, y ante las quejas del clero, Felipe II ordenó la construcción de la Lonja, en la misma Avenida, junto a la Catedral, es decir, un lugar en donde los comerciantes pudiesen efectuar sus contrataciones. Y así, en 1584 se inició la construcción de la Casa Lonja, por Juan de Miniares, sobre planos del reconocido Juan de Herrera, para ser finalizada en 1594 y pasar a ser objeto de uso en 1598.
Nos hallamos, en aquellos tiempos, con una edificación, con planta y patio central de forma cuadrada. Dos pisos de altura, con es patio de grandes proporciones, con arcos sujetos en pilares de medias columnas. Arquitectos como Alonso de Vandelvira y Miguel de Zumárraga, alteraron un tanto el proyecto inicial de Herrera, aliviando el peso del techo de dos aguas. Un elemento para destacar es la actual escalera principal del edificio, obra de Lucas Cintora, añadida a la construcción a finales del siglo XVIII, con una cúpula en linterna en su parte superior.
Dicha Casa Lonja, lugar de contratación de mercaderes, navegantes y marineros, paso a recoger toda la documentación referente a la administración de las Indias, que se hallaba dispersas en los archivos de Simancas, Cádiz y la propia Sevilla. Y lo fue por empeño de un monarca, Carlos III, inmerso en un despotismo ilustrado que trajo de su mano no solamente el Archivo General de las Indias, sino también los Reales Estudios de san Isidro, la Escuela de Artes y Oficios, la fuente de la Cibeles, la de Neptuno, la Puerta de Alcalá o el Jardín Botánico y el actual Museo Reina Sofía, entre otras muchas iniciativas. Fue en 1781 cuando se tomó la decisión de utilizar el ya degradado edificio para destinarlo a Archivo General de Indias. El entonces ministro José de Gálvez, concienciado del encargo de Carlos III de escribir la “Historia del Nuevo Mundo” recaído sobre Juan Bautista Muñoz. Unido tal encargo a las estrecheces sufridas por el Archivo de Simancas, Gálvez produjo un informe según el cual los “documentos” estaban acumulados, apretados, sin ningún orden y en un estado de confusión histórica y de catalogación. La ampliación del castillo de Simancas fue desechada, y en su lugar se tomó la decisión de hacer uso de la Casa de la Lonja sevillana.
Debido a su deficiente estado, se procedió al desalojo y rehabilitación del edificio, con el levantamiento de las correspondientes estanterías. Fue el propio Muñoz quien produjo un pequeño informe con instrucciones técnicas para dar formato a todo el interior ajustadamente a los destinos planificados. Finalizadas las obras de rehabilitación y acondicionamiento, se nombran los primeros funcionarios, archiveros y oficiales, siendo designado don Antonio de Lara y Zúñiga superintendente y como archivero Gregorio Fuentes y Bearer.
Reinando ya Carlos IV, el Secretario del Estado y del Despacho de Gracia,Antonio Porlier, redactó y promulgó en enero de 1790, las Ordenanzas reguladoras de los aspectos relativos al funcionamiento del archivo, su organización y el tratamiento y conservación de los documentos, descripción de estos, forma de acceso y el principio de su procedencia. Con Isabel II en el trono, se promulgó la Real Orden Circular por la cual, los archivos históricos y su documentación se abren a la investigación pública, bajo la competencia del Ministerio de Instrucción Pública y el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos.
El Archivo es uno de los archivos generales, con el de la Corona de Aragón y el de Simancas, pertenecientes al Estado español. En 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto a la Catedral, la Giralda y el Real Alcázar de Sevilla.
El Archivo está regido por el Patronato del Archivo General de Indias, creado por Real Decreto de 34 de junio 2005, en el que participan el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y las Universidades de Sevilla, siendo además vocales natos, diferentes personalidades del mundo de la cultura.
Francisco Gilet
Bibliografía
GONZÁLEZ GARCÍA, Pedro (et al) (1995). Archivo General de Indias.
Julia Murga (2009-10-17). «El Archivo general de Indias: historia de un continente»
https://espanaenlahistoria.org/episo...dias-historia/
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