La biblioteca del marino Antonio de Ulloa

A.F. / Sevilla


La Universidad de Sevilla y el Archivo de Indias redescubren su figura


Juan Flores
Un ejemplar de la muestra


A un año del 300 aniversario de su nacimiento, la Universidad de Sevilla y el Archivo General de Indias han querido redescubrir la figura de Antonio de Ulloa y de la Torre Giral a través de parte de su biblioteca particular, que, a pesar de que reflejó en su testamento que no se dividiera o alienara, quedó disgregada.


Una parte de las obras —algunas con su exlibris— fue adquirida por la Hispalense entre 1840 y 1860, otros de sus libros llegaron desde el colegio San Acacio. La colección, aun incompleta, da muestra de su inquietud intelectual, del interés científico a las facetas náuticas, portuaria, astronómicas, políticas y militares, además de recorrer la aventura de su vida, de su viaje a Ecuador en la expedición de La Condamine a su procesamiento tras la Campaña de las Terceras, de su vinculación con la Royal Society y las academias de ciencias de Berlín y Francia a su etapa como primer gobernador de La Luisiana, pasando por el impresionante viaje a la América Meridional, junto al también marino Jorge Juan, para medir un grado del arco del Meridiano a la altura del Ecuador, que quedó relejado en cuatro extraordinarios volúmenes, ilustrados con 48 grabados calcográficos, de gran valor antropológico, cartográfico, botánico...


Organizada por la Biblioteca de la Hispalense, con el patrocinio de la Universidad de Massachusetts Boston, y comisariada por el profesor Eduardo Peñalver —jefe de Sección de Fondo Antiguo y Archivo Histórico de la Biblioteca—, la espléndida muestra recurre a cuarenta de los libros de los siglos XVI a XVIII pertenecientes al almirante, que han sido digitalizados y que pueden ser consultados en las pantallas distribuidas en la sala del Archivo en la que se desarrolla la muestra, que tiene su paralela virtual en ¡Bienvenido!, con el aliciente de estudios de distintos expertos sobre cada faceta del ilustrado y comentarios de cada una de las obras.


Se ha enriquecido la muestra física con documentos del Archivo de Indias, como sus cartas a Antonio Buccareli, virrey de Nueva España, y con instrumentos náuticos del Real Instituto y Observatorio de la Armada de San Fernando, como un sextante, un telescopio y un transportador de ángulos.


La exposición, que, además, quiere ser un homenaje al Centro de Recursos de Aprendizaje e Investigación Antonio de Ulloa,del campus de Reina Mercedes, se ha dividido en secciones que ofrecen una panorámica de lo que eran los amplios intereses de un ilustrado. Muestra de ello son las obras acogidas bajo el epígrafe de «La Librería», conformada por libros en francés e inglés, con el clásico «Factorum et dictorum memorabilium», en una edición de 1622; «Reflexiones sobre la causa general de los vientos», de Le Rond d’Alembert (1747);_el estudio sobre la causa de la inclinación de los planetas, de Bouguer (1748), la historia natural de Buffon (1759), los experimentos sobre electricidad de Watson o «Las observaciones astronómicas hechas en Toulouse», de Darquier de Pellepoix, con dedicatoria a De Ulloa.




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