Detalle de uno de los pasaportes sanitarios necesarios para entrar en el Puerto de Sevilla - ABC


Pasaportes sanitarios para frenar los coronavirus de siglos pasados

El Archivo continúa la ditigalización de su amplio fondo documental

Jesús Morillo

SEVILLA Actualizado:05/03/2020


De la riqueza, en cantidad y calidad de documentos, que atesora el Archivo Municipal de Sevilla da una idea el hecho de que guarde documentación producida y recibida en cualquier soporte por las instituciones municipales de Sevilla (Cabildos y Ayuntamientos), desde mediados del siglo XIII, fecha en que la ciudad fue incorporada a la Corona de Castilla por Fernando III, hasta la actualidad.

Por ese motivo, en sus más de 5.000 metros lineales en diversos formatos (documentación en papel, pergamino, libros administrativos, carteles, fondos audiovisuales, microfilmes e imágenes digitales) se pueden encontrar documentos que han marcado la historia de la ciudad, junto a otros que son auténticas curiosidades.

En este último apartado pueden inscribirse una serie de «pasaportes sanitarios» con los que las autoridades trataban de frenar grandes epidemias entre los siglos XVII y XIX con procedimientos similares a los que los Estados actuales combaten actualmente al coronavirus.

El Archivo Municipal conserva una curiosa colección de estos «pasaportes sanitarios», que los expendían los puertos y que certificaban que sus portadores y sus lugares de procedencia estaban «libres y sanos de todo contagio» de enfermedades. La presentación de estos documentos era imprescindible para que los comerciantes pudieran tener acceso al Puerto de Sevilla con sus embarcaciones cargadas de mercancías.

Estos, sin embargo, no son los únicos documentos curiosos que guarda el Archivo Municipal, que no deja de adquirir fondos relacionados con la vida de la ciudad. Entre los últimos que han llegado a sus estantes está una«Historia del Sevilla Club de Fútbol» publicada en 1941 y escrita por Arturo Otero.

El autor, que llegó a ser directivo del club, era hermano de Diego Otero, conocido como «Niño Vega», que fue jugador en la segunda década del siglo XX.

En el volumen se narran los inicios de un equipo que entonces entrenaba en unos terrenos situados detrás de lafábrica de vidrio de la Trinidad, cuyos jugadores tenían que cargar las porterías antes de ponerse a entrenar y de los que se reían los sevillanos de entonces, que no tenían entre sus pasiones precisamente el fútbol, por estar corriendo «en paños menores».

El «Tumbo»

Junto a estas curiosidades, el Archivo Municipal cuenta en sus fondos con documentos de vital importancia para el estudio de la ciudad por parte de los historiadores. Una de esas colecciones es el «Tumbo» de los Reyes Católicos, que aglutina toda la producción documental que los monarcas dejaron en relación con Sevilla, entre 1474 y 1509, lo que no solo atañe a la actual provincia, sino también al Sur de Badajoz, la sierra de Huelva y el norte de la de Cádiz.

El pasado año, la colección completa de estos «Tumbos», compuesta por trece volúmenes de gran tamaño que se conocen así porque hay que almacenarlos tumbados para su óptima conservación, se digitalizaron en su totalidad y suscasi 7.400 páginas se pusieron al alcance de los investigadores en internet, con la colaboración de la Fundación Areces.



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