"Primera Persecución Religiosa en la República Argentina"
El segundo gobierno del Gral. Perón se destacó, entre otras particularidades, por su animosidad manifiesta contra la Iglesia Católica y su Jerarquía, desencadenando una serie de medidas y acciones gubernamentales que dieron lugar a la “Primera Persecución religiosa en la República Argentina”, y que concluyó en la triste, irreproducible y sacrílega jornada del 16 de junio de 1955,
A fines de 1954 y hasta mediados de 1955, el gobierno peronista profundizó su ataque a la Iglesia Católica, por medio de críticas crecientes por parte de la prensa oficial y de dirigentes peronistas, sumadas a diversas intervenciones de Perón: “La religión debe practicarse fuera de las organizaciones sindicales” (29-09-1954, discurso en la CGT), acusación abierta a “ciertos sacerdotes” de “actividades antiperonistas”, y a “ciertos católicos” de “infiltración en las organizaciones del pueblo” (discurso del 10-11-1954).
En la enumeración sintética de hechos precedentes, que fundamentan esta persecución religiosa –abierta-pública-gubernamental-, bastan señalar: Disolución de la Dirección General de Enseñanza Religiosa (Decreto 20564/54 del 2-12-1954); Clausura del Segundo Congreso Mariano y conmemoración del centenario del Dogma de la Inmaculada Concepción de María sin la presencia de Perón, quién no sólo no autorizó la celebración en Plaza de Mayo ni la procesión por las calles de Buenos Aires, sino que asistió a la llegada de Pascualito Pérez, campeón mundial de peso mosca, -quien arribó al aeroparque de la Ciudad en un avión militar, desde Montevideo, donde se retuvo para llegar justamente ese día-. (8-12-1954); Entronización laica de Eva Perón, en todos los locales sindicales, lugares de trabajo y demás instalaciones donde los trabajadores la veneren (Reunión del Comité Confederal de la C.G.T. el 8-12-1954); Cesantía de los sacerdotes de las cátedras de Religión (9-12-1954); Ley de Reuniones públicas (12-1954); No son materia de promoción “Religión Católica y Moral” (Resolución del Ministerio de Educación del 16-12-1954); Supresión de los subsidios a los colegios e institutos católicos, así como también de todas las partidas para maestros de Religión (12-1954); Clausura del diario católico argentino “El Pueblo” y encarcelamiento de su director gerente Jorge C. Dussol (12-1954). Promulgación de la Ley de Divorcio (Ley N° 14.394 del 22-12-1954); Modificación de la Ley de Profilaxis, para la habilitación de prostíbulos (Decreto 22532/54 del 30-12-1954); Prohibición de la prédica católica; Persecución y encarcelamiento de los principales dirigentes de la A. C. A.; Fomento oficial de cultos no católicos; Utilización de falsos sacerdotes para confundir a los fieles; Supresión de los Capellanes carcelarios; Campaña de agravios y calumnias contra la Jerarquía y el clero católicos; Proliferación e incitación por medio de lemas ofensivos: “Haga patria, mate a un cura”, “Perón sí, curas no”, Mueran los cuervos sotanudos”, “No queremos frailes”. Desaparición de los Pesebres para Navidad; Suspensión de funcionarios por llevar distintivos de la Acción Católica Argentina y del Servicio Sacerdotal de Urgencia o Hermandad del Santo Viático (11-03-1955); Reducción de Feriados Religiosos (Decreto 3991/55 del 21-3-1955);Modificación del Juramento de los Diputados Nacionales –no se puede Jurar por Dios y por la Patria; Rectificación del Calendario Escolar: días laborables para las escuelas “… Jueves Santo, Ascensión del Señor, Corpus Christi, Día del Pontífice, Asunción de la Virgen, Santa Rosa de Lima, Día de Todos los Santos, San Martín de Tours”. (Resolución del Ministerio de Educación del 4-04-1955); Derogación de la Ley N° 12.978, de Enseñanza Religiosa (11-05-1955). Inasistencia del Presidente de la Nación al Tedeum del 25 de mayo –por primera vez en la historia-; Fiesta de Corpus Christi –jueves 9 de junio-, declarado como día laborable por decreto, lo que obligó a trasladar la Procesión al sábado 11 a las 15:30 hs, con una multitudinaria asistencia; Suspensión de los actos religiosos fuera de los templos (Disposición del Ministerio del Interior, 12-06-1955); Valientemente expresó la Verdad de lo que se vivía en esos momentos de tensión, el Arzobispo de Santa Fe, Mons. Fasolino, en carta al Dr. Jerónimo Remorino, entonces Ministro de Relaciones Exteriores y Culto: “…; se admite el 17 de octubre en homenaje al triunfo del Excmo. Sr. Presidente y se relega la fiesta de Corpus Christi, cuando se le rinde a Cristo, entre nosotros, el homenaje mundial y triunfal de los católicos y de las Naciones Católicas…”; Persecución, detención, encarcelamiento y trato desconsiderado hacia monseñores, sacerdotes y laicos católicos –que se resistieron al asalto a la Catedral el 12 de junio-; especialmente los casos de Mons. Ramón Novoa, Obispo auxiliar de Buenos Aires, y Mons. Manuel Tato, Canónigo de la Iglesia Catedral, quienes son exonerados de sus cargos (Decreto del PEN del 14-06-1955), luego expulsados y embarcados en un avión con rumbo desconocido (15-06-1955). Enterado Su Santidad Pío XII de lo ocurrido, excomulga a las autoridades argentinas que intervinieron en este atropello; el 15 de junio de 1955, la Sagrada Congregación Consistorial excomulgaba “de jure” al Gral. Perón, por decreto firmado por el Cardenal Adeodato Piazza. No obstante, se produce la detención y encarcelamiento de Monseñor de Andrea.
En la tarde del 16 de junio, el odio contra la Religión Católica corre por la ciudad de Buenos Aires con mayor virulencia, perversidad, cinismo y apostasía, de la mano de aliancistas-cegetistas-movimientistas-forajidos, produciendo el asalto, quema, profanación y sacrilegio de Iglesias, a la vista e inactividad cómplice de la Policía y de los bomberos, que les decían “¡Salgan pronto muchachos!”,con apoyode personal y camiones de la empresa Quilmes, de la empresa estatal YPF, de la Fundación Eva Perón y del Ministerio de Salud Pública…; el saldo maquiavélico de la jornada: bancos amontonados que arden en forma de pira incendiaria; sacristías completamente destruidas, tabernáculos abiertos a hachazos, altares despojados, aras consagradas sacadas de sus huecos, copones llenos de hostias consagradas lanzados por los aires, robo de ornamentos y gran cantidad de imágenes sagradas y crucifijos -todas mutiladas y despedazadas-, tiradas en la vereda y en la calle. El Palacio Arzobispal y ocho Iglesias: “San Francisco, Santo Domingo, San Ignacio, San Juan, La Merced, La Piedad, San Nicolás de Bari, Nuestra Señora de Las Victorias y la Capilla San Roque, son asaltadas, profanadas, saqueadas e incendiadas”; simultáneamente, hechos similares se producían en Bahía Blanca, Tucumán, la Plata y Azul”.Los Padres Redentoristas de Las Victorias tocan las campañas de su iglesia para pedir auxilio; dicha congregación sufre la golpiza –previa absolución dada por Mons. Caggiano-, y muerte –después de varios días de agonía, de uno de sus miembros, “el primer mártir de la persecución religiosa en nuestra patria”: el Rvdo. P. Jacobo Wagner, C.SS.R., tal como lo señalara al término del funeral, Mons. Franceschi. El 17 de junio, Mons. De Andrea entra en la cárcel de Villa Devoto. En el Cuadro Nº 1, son amontonados doscientos sacerdotes entre los cuales se cuentan el Rvdo. P. Sojo y los Jesuitas del Colegio Salvador, el Rvdo. P. Virgilio Filippo y el Obispo de la diócesis de San Nicolás, Mons. Silvio Martínez, quién ha sido detenido con los Agustinos; en una nueva tanda de sacerdotes encarcelados, llega Mons. Gustavo J. Franceschi.
A cincuenta años de dicha afrenta y persecución religiosa hacia la Religión Católica, a sus Templos, a sus Pastores y grey, “primera y única en la historia de nuestra Patria” –de Tradición hispano-católico-mariana-, vayan nuestras sinceras oraciones para que encuentren paz los que movidos por el odio y la ceguera del corazón –de pensamiento, palabra, obra u omisión-, llevaron adelante aquella funesta y sacrílega acción, verdadera orgía demoníaca de fuego y de robo, y por aquellos que fieles a la Fe, llevaron con Amor la Santa Cruz en el calvario de esos días aciagos para Dios y la Patria. En tal sentido, el Rvdo. P. Alfredo Sánchez Gamarra, C. SS R. expresó: “¡Jacobo Wagner! Tu sacrificio no fue estéril. Grano de trigo enterrado en el surco de la tumba, contribuiste sin saberlo cuando caías, a la germinación de la victoria que hoy contemplas desde el cielo”
Como católicos, debemos apoyarnos y guiar nuestros pasos teniendo presentes las sabias palabras evangélicas: «Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿Qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial”. Mateo 5: 43 – 48.
Vayan como cierre las sabias palabras pronunciadas en el sermón de la Hora Santa previa a la misa de medianoche, el 11 de junio de 1955, en la Basílica del Santísimo Sacramento, por el Rvdo. P. Iñaqui de Aspiazu, que hoy siguen teniendo la misma vigencia, claridad y fuerza: “Yo os digo que nunca un pueblo es tan grande como cuando está de rodillas ante Dios, y nunca es tan pequeño como cuando se postra de rodillas ante un hombre”.
En el Amor al Inmaculado Corazón de María.
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